Juliaca

[CARTAS A MANUELA SÁENZ] Querida Manuela,

Llegamos a julio de 2023. Cómo pasa el tiempo. Se han cumplido dos años de nuestras cartas. Es un gusto poder compartir contigo el Perú del Bicentenario. Cómo me gustaría que me pudieses contar tu sentir sobre la lucha de tantos peruanos y peruanas por la independencia. El tiempo vuela y dos años de correspondencia nos debe llevar a ciertas reflexiones sobre nuestra historia contemporánea.

Llegamos al mes de la patria con una presidenta que tiene cinco meses en el cargo y acusaciones graves contra los derechos humanos por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Durante los meses en los que no te pude escribir, como te conté en mi carta anterior, se presentó el informe Situación de Derechos Humanos en Perú en el Contexto de las Protestas de la CIDH, que confirma que hubo graves violaciones de los derechos humanos por parte de los agentes del Estado peruano durante las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso de la República. Hasta la fecha el Ejecutivo no ha presentado sus descargos fácticos sobre el mencionado informe. Los congresistas se han pasado insultando a la Comisión, sin haber fiscalizado al Ejecutivo para que explique la muerte de 60 personas durante las protestas sociales. Hasta el alcalde de Lima a desacreditado a la Comisión y su trabajo sin leer el informe.

Todas las autoridades se han unido para negar la muerte de los ciudadanos. Parece que estos demócratas no saben que deben rendir cuentas a los ciudadanos ya que nos deben sus puestos. Los ciudadanos tenemos el derecho a elegir, ser elegidos, así como de expresarnos contra autoridades que no nos representan, mas aún cuando queda claro que están gobernando por intereses (propios) que van en contra del país y la Nación. Sus leyes, como la última de colaboración, atentan contra los actuales procesos de corrupcion y el congreso.

La represión militar y la impunidad ha llevado a la búsqueda de la protesta mediante el arte. Músicos anónimos de la ciudad de Juliaca (Puno) han creado la canción  “Dina Asesina”, himno en las marchas, así como en las comparsas de las fiestas patronales. Por otro lado, hace unos días, en las fiestas jubilares del Cusco (Corpus Christi, Inti Raymi), los cusqueños celebraron el pasacalle con alegorías que representaban a la presidenta Dina Boluarte como responsable de los fallecidos en las protestas: un claro y abierto cuestionamiento al régimen en pleno desfile en la Plaza Mayor. Las alegorías “La Descarada” y la “Trilogía andina de la corrupción”, de los alumnos de la Universidad Diego Quispe Tito, fueron desmanteladas y retiradas el 21 de junio de la exposición pública en un claro acto de censura. La libertad de expresión se está concretando mediante el arte, quizá la mejor forma de rebelión pacífica que muestra la creatividad de los ciudadanos y ciudadanas.

Esto me lleva a pensar en el arte contemporáneo, que aborda temas tan diversos de la actualidad como el sexo, la muerte, la religión, el comportamiento humano, la influencia de los medios, cuestiones políticas o sociales, el medio ambiente o situaciones personales. Hay dos artistas contemporáneos que me marcaron en la vida: Mona Hatoum y Duane Linklater. Ambos están exponiendo actualmente en el Museo de Arte de Contemporáneo de Chicago (Estados Unidos). Mona es una artista británica-palestina que vive en Londres y que mediante esculturas, instalaciones, videos y audios cuestiona el poder, en especial el impuesto sobre las mujeres, sus cuerpos, así como las conexiones con las comunidades marginalizadas globalmente. Su exposición ¨Mona Hatoum: Early Works¨ contiene sus primeros trabajos de videos y grabaciones que llevan al espectador a entenderla a ella y a su familia musulmana.

Por otro lado, el artista canadiense de origen Omaskêko Cree, Duane Linklater, se inspira para su muestra “Mymothersside” en la arquitectura Cree, elaborando tipis gigantes donde cuestiona a los museos y a la sociedad por excluir a los nativos estadounidenses de la sociedad e historia. Inclusive cuestiona la vida de los nativos, que pierden su representatividad, identidad y valor en sociedades que los invisibilizan. Utiliza la arquitectura tradicional del tipi para recrearla, criticarla y hacernos cuestionar qué ha pasado con la esta población que se dedicaba a la caza y al intercambio de pieles.

La libertad de expresión es un derecho y parece que comienza a transformarse en arte. Actualmente, el arte contemporáneo es sumamente político y crítico de las sociedades en el mundo. En el Perú del Bicentenario, el arte debería ser un cada vez más usado para manifestar la frustración que sienten los peruanos ante un congreso y Ejecutivo que no los representa. Sería retador tener espacios en museos, galerías, escuelas y facultades de arte para cuestionar la realidad. Manuela, inclusive, creo que sería ideal que los artistas de la Universidad Diego Quispe Tito tomen la censura a su trabajo como una oportunidad para expresarse más y hagan más acciones artísticas. ¿Te imaginas?

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Congreso de la República, Dina Boluarte, Duane Linklater, Juliaca, Mona Hatoum, Mymothersside, Universidad Diego Quispe Tito
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