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La Sunedu tampoco puede retirar o anular los grados académicos a la pareja presidencial, pues eso no figura entre sus atribuciones. El 28 de junio, la parlamentaria fujimorista Tania Ramirez –quien, por cierto, también fue acusada de plagio, en mayo pasado– envió un oficio a esta Superintendencia, donde solicitaba la cancelación de los grados de Castillo y Paredes, y que se inicie un proceso administrativo a la UCV. Incluso, con respecto a la casa de estudios, sugirió que “se impongan las sanciones prescritas en el artículo 20º y 21º del Decreto Supremo Nº 005-2019-MINEDU”. Estas sanciones podrían llegar, eventualmente, a la cancelación de la licencia de la universidad.

Tania Ramirez y la Sunedu
Tania Ramirez ha solicitado a la Sunedu que tome medidas ante este caso. A finales de mayo, ella también fue acusada de plagio en la UCV. (foto: Congreso).

“La inscripción del título en el registro de la Sunedu es simplemente declarativa, para que la información sea accesible. Las universidades son las que tienen que declarar la nulidad de un título que han emitido, dentro del plazo previsto por la ley. Lo que sí podría hacer la Sunedu es evaluar qué acciones ha tomado la universidad”, aclara Daniel Navarro, de la Sunedu. En caso se detecten incumplimientos a las obligaciones, agrega, pueden proceder con las sanciones referidas por la parlamentaria Ramírez. Según otras fuentes de la Sunedu, actualmente esta entidad está analizando la documentación que ha remitido la UCV.

 

 

 

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“En el Perú tenemos la mala costumbre de apropiarnos de elementos identitarios de marcas ajenas y nos parece absolutamente natural. Pero esto obvia que la razón por la que se hace es porque alguien ya se tomó el trabajo de construir esa marca. Si no, no tendríamos ningún objetivo para robárnosla”, dice Carlos Zuñiga, presidente de la asociación Elegir.

“Uno se apropia de la marca porque la gente asocia cierto tipo de valores y criterios. Ese es el razonamiento detrás del robo. El único objetivo es el de confundir al consumidor final, porque estás tratando de transferir esta identidad de marca a una cosa nueva que no la tiene. Y sin pagar nada por beneficiarse de eso. Al final, lo más gracioso de todo es que esto también es plagio, están plagiando a una marca”, agrega el especialista en defensa del consumidor.

Hoy el colegio ha adoptado un nuevo nombre, aunque mantiene el espíritu anglosajón: UCV College. Así nos lo confirmaron cuando llamamos a pedir una entrevista con su directora, quien no aceptó la solicitud. En el área de comunicaciones de la universidad tampoco quisieron atendernos.

Recientemente, un grupo de padres y madres de familia protestó en el frontis de la institución para que las clases vuelvan a ser por las mañanas y no por las tardes, como viene siendo desde inicios de año. Señalaban que sus hijos se exponían a la delincuencia de la zona. Tras presentar su reclamo ante las autoridades del centro educativo, “estas les recomendaron cambiar de colegio a sus hijos si no están de acuerdo con el cambio de horario”, señala una nota del diario La Hora, de Piura.

Fiel a su nulo respeto por la libertad de expresión, el colegio de la UCV les recordó a los tutores de los alumnos que, según su reglamento, tienen prohibido “hacer comentarios a través de diferentes medios que generen divisiones, afecten el prestigio y la buena imagen de la comunidad educativa”. Así se lee en un comunicado dirigido a ellos. La empresa Universidad César Vallejo SAC figura en el puesto cinco de las casas de estudio más sancionadas por el Indecopi.

Protesta padres
Protesta de los padres de familia contra la UCV College. Recibieron una bravuconada como respuesta.

Fotoportada por Darlen Leonardo

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