En la última encuesta de Ipsos publicada en Perú21, de la izquierda aparecen Aníbal Torres con 3% de intención de voto, seguido de Verónika Mendoza con 2%, habiéndose excluido a Antauro Humala de la encuesta por estar inhabilitado por el Poder Judicial.
Seguramente, si el líder etnocacerista apareciese en la boleta, tendría un número bastante mayor que el conseguido por sus pares de izquierda. En general, el escenario social está dado para que alguna fuerza antisistema aparezca en el firmamento y allí la izquierda parte con ventaja respecto de la derecha por su mayor beligerancia a propósito del régimen de Dina Boluarte.
Lo cierto, sin embargo, es que sería tremendamente injusto que la izquierda ocupe un papel protagónico en esta elección venidera. Tremenda responsabilidad histórica tiene en su haber como para aspirar a que el furor antiestablishment de la ciudadanía termine encaramando a algún candidato de sus filas, a despecho de su proceder en los últimos lustros.
Primera gran responsabilidad: haber desmontado el sistema proinversión y promercado que reinó durante los gobiernos de Toledo y García, que explican el gran crecimiento económico, y la reducción pasmosa de la pobreza y de las desigualdades. La izquierda afincada con Humala, ralentizó el crecimiento económico, rebajando la categoría del Perú en materia de competitividad y de libertades económicas. Millones de pobres le deben su situación a la actuación económica de la izquierda.
Segunda gran responsabilidad: haber apoyado incondicionalmente al desastre absoluto del gobierno de Pedro Castillo. Le prestó sus votos y sus cuadros técnicos para ejercer el peor gobierno de nuestra historia republicana. Gran parte de la crisis económica de los últimos tiempos se debe no solo a la pandemia sino también a esa gestión funesta del Atila chotano apoyado por la izquierda que hoy se pretende reciclar, lamentablemente con más fortuna de la que merecería.
Esos dos factores bastarían para que la izquierda desaparezca de la escena electoral, pero el desastre de Dina Boluarte le ha devuelto la vida. Será cuestión de ahondar la memoria histórica reciente para que el país castigue severamente a los grandes responsables del desastre que hoy vivimos.