En la prolongación Chulucanas de la ciudad de Piura, empezó a funcionar hace 18 años el ‘Harvard College’. Esta copia norteña de la prestigiosa universidad norteamericana asentada en Cambridge era, en realidad, una institución de primaria y secundaria que formaba parte del imperio educativo de César Acuña.
El gancho, además del nombre y un escudo similar al de la reconocida casa de estudios gringa, era que los alumnos tenían acceso directo a la universidad. ¿A cuál? A la César Vallejo, por supuesto.
Pero apropiarse de lo ajeno le pasó factura a la Universidad César Vallejo SAC, dueña de los centros de estudio superior del mismo nombre y de este modesto colegio piurano. Un episodio desconocido es la demanda ante el Indecopi que la ‘President And Fellows Of Harvard College’, una de las juntas directivas de la universidad estadounidense, puso contra la empresa fundada por César Acuña, el excandidato presidencial asiduo a los escándalos de derechos de autor.
Ocurrió en el 2019. La directiva norteamericana acusaba a la UCV de estar usando la marca Harvard en este colegio de Piura “sin contar con su debida autorización”. El Indecopi terminó sancionando a la compañía de Acuña en agosto del año pasado con S/64.500 por “infracción de derechos de propiedad industrial”. Pero las ganancias que obtuvo por usar el nombre de la institución estadounidense, según los demandantes, debieron haber sido mucho mayores.
ROBO
El colegio, que hoy cuenta con más de 500 escolares, se construyó al lado de la sede piurana de la UCV. Los de Acuña, fiel a sus antecedentes, ya sentían la marca ‘Harvard College’ como suya. Así que el 2014 solicitaron registrarla ante el Indecopi. Pero en Estados Unidos, les enviaron una carta notarial para impedirlo.
La universidad peruana, sin embargo, insistió cinco años después, el 2019. Entonces ya no bastó una carta notarial, sino que Harvard inició una demanda ante el instituto que protege la propiedad intelectual en el Perú. Los encargados de presentarla fueron los miembros de la ‘President And Fellows Of Harvard College’, uno de los órganos de gobierno de este centro educativo que, según su sitio web, “ejerce la responsabilidad fiduciaria respecto de los recursos académicos, financieros y físicos de la universidad y el bienestar general”.
Esta junta directiva pidió a las autoridades peruanas que realicen una inspección en Piura. Solicitó, además, que se aplique una medida cautelar contra la UCV para que deje de usar su marca. Así que, luego de corroborar que esta estaba siendo usada en la fachada y en las redes sociales del colegio, una primera instancia del Indecopi aceptó las exigencias de los norteamericanos el 2020.
Los de Acuña apelaron -de acuerdo a las resoluciones del caso que pudo revisar Sudaca- señalando que estaban dispuestos a hacer una aclaración pública de que los servicios de su escuela nada tenían que ver con Harvard. También pidieron levantar la medida cautelar que les impedía usar el nombre pues estaba causando “daño al prestigio de su institución educativa” y señalaron que los servicios del colegio no generaban ninguna confusión entre los consumidores.
La junta directiva de Harvard respondió en un oficio que “si realmente la Universidad César Vallejo S.A.C hubiera querido relacionar la institución educativa con su origen empresarial, podría haber colocado como nombre de la referida escuela [el de] César Vallejo”.
Los académicos estadounidenses también desmintieron uno de los argumentos de los de Acuña. Aseguraban que el uso de su nombre “determina la existencia de confusión entre los usuarios de los servicios, quienes podrían asumir que existe algún tipo de vinculación económica o autorización para el uso de su marca por parte de su institución [la UCV], lo cual no corresponde a la verdad”.
En febrero del 2021, la Sala Especializada en Propiedad Intelectual confirmó la resolución de primera instancia, que incluía una multa de 60 UIT (S/ 258,000). Para ese momento, en una junta de accionistas llevada a cabo semanas atrás, la empresa de César Acuña ya había acordado dejar de usar el nombre de Harvard. No les quedaba otra.
Pero el lío ante el Indecopi continuó. Esta vez, la UCV ya no cuestionó los temas de fondo, sino que pidió una rebaja en la multa. Argumentó que la Sala no había podido cuantificar el beneficio económico que habría traído consigo el uso de la marca Harvard. También pidió que el cálculo no sea a partir del 2004, fecha en que empezó a operar la escuela, sino desde que Harvard advirtió la falta, es decir, el 2019. Así, con total desparpajo, propuso que se le sancione sólo con 10 UIT.
Los representantes de Harvard, una de las instituciones más serias del mundo, contraatacaron con calificativos bastante duros que constan en las resoluciones del Indecopi. “La denunciada ha engañado a los niños y sus padres, quienes, ante un colegio que se denomina Harvard College, lo único que pueden razonablemente pensar es que está vinculado con la prestigiosa universidad de fama mundial del mismo nombre”, señalaron en un oficio del 4 de junio del 2021. Pidieron, por tanto, que se ratifique la sanción de los 60 UIT.
La Sala revisó el asunto y concluyó no tener suficientes elementos para calcular el beneficio económico. Señaló, además, que la infracción debía ser contada desde el 2019, pues antes de eso habría prescrito. Finalmente, le rebajó la multa a 15 UIT (S/ 64,500). La UCV se la llevó fácil.
“En el Perú tenemos la mala costumbre de apropiarnos de elementos identitarios de marcas ajenas y nos parece absolutamente natural. Pero esto obvia que la razón por la que se hace es porque alguien ya se tomó el trabajo de construir esa marca. Si no, no tendríamos ningún objetivo para robárnosla”, dice Carlos Zuñiga, presidente de la asociación Elegir.
“Uno se apropia de la marca porque la gente asocia cierto tipo de valores y criterios. Ese es el razonamiento detrás del robo. El único objetivo es el de confundir al consumidor final, porque estás tratando de transferir esta identidad de marca a una cosa nueva que no la tiene. Y sin pagar nada por beneficiarse de eso. Al final, lo más gracioso de todo es que esto también es plagio, están plagiando a una marca”, agrega el especialista en defensa del consumidor.
Hoy el colegio ha adoptado un nuevo nombre, aunque mantiene el espíritu anglosajón: UCV College. Así nos lo confirmaron cuando llamamos a pedir una entrevista con su directora, quien no aceptó la solicitud. En el área de comunicaciones de la universidad tampoco quisieron atendernos.
Recientemente, un grupo de padres y madres de familia protestó en el frontis de la institución para que las clases vuelvan a ser por las mañanas y no por las tardes, como viene siendo desde inicios de año. Señalaban que sus hijos se exponían a la delincuencia de la zona. Tras presentar su reclamo ante las autoridades del centro educativo, “estas les recomendaron cambiar de colegio a sus hijos si no están de acuerdo con el cambio de horario”, señala una nota del diario La Hora, de Piura.
Fiel a su nulo respeto por la libertad de expresión, el colegio de la UCV les recordó a los tutores de los alumnos que, según su reglamento, tienen prohibido “hacer comentarios a través de diferentes medios que generen divisiones, afecten el prestigio y la buena imagen de la comunidad educativa”. Así se lee en un comunicado dirigido a ellos. La empresa Universidad César Vallejo SAC figura en el puesto cinco de las casas de estudio más sancionadas por el Indecopi.
Fotoportada por Darlen Leonardo