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Para no hacerse cargo del despropósito de indultar a Antauro Humala, el gobierno de Castillo habría decidido proceder al encubierto camino de redimir, ilegalmente, su pena y proceder a liberarlo. En ese afán, el ministro de Justicia, Aníbal Torres, ha soltado un globo de ensayo para medir la temperatura, a pesar de haberlo negado finalmente, presionado por las circunstancias.
Cabe preguntarse cuál puede ser el afán de Castillo de tener libre a Antauro. ¿Cuál sería el filo político de semejante decisión? Porque, claramente, no estaríamos tan solo frente al cumplimiento de una promesa de campaña, menos aún si se tiene en cuenta que no existe presión ciudadana alguna para que dicho acto se consume.
Tratando de encontrarle alguna inteligibilidad, si acaso la tuviera, a semejante decisión, diríamos que ella podría transitar por el afán de Castillo de tener cerca suyo a alguien que le agite el avispero radical, en consideración de que Vladimir Cerrón ha dejado de ser útil para tales propósitos y, además, no tendría la llegada nacional que sí podría alcanzar el líder etnocacerista.
Bajo la suposición de que Antauro le sea plenamente leal a Castillo, en agradecimiento por su salida penitenciaria -cosa bastante improbable: no imaginamos al líder etnocacerista siendo el instrumento dócil de alguna estrategia castillista-, de lo que se trataría es de movilizar bases populares que le den al gobierno el sostén político que ya perdió en otras instancias (por ejemplo, en el Congreso).
Y de paso, si acaso Castillo puede albergar derivadas en sus raciocinios, tal vez se estaría pensando en construir un escenario de continuidad electoral para el 2026 o para cuando se produzcan las nuevas elecciones presidenciales (todo parece indicar que serán antes de esa fecha). Antauro es, sin duda, un personaje polémico, audaz y radical, capaz de generar adhesiones propias en el mundo andino antiestablishment, que aún persiste como factor contestatario, y que le diera el triunfo a Castillo el año pasado.
Antauro sería una piedra en el zapato del horizonte electoral propicio para el centro y la derecha. Dado el descrédito mayúsculo de la coalición de izquierdas que nos ha gobernado estos malhadados seis meses del régimen de Castillo, la mesa parece servida, pero la ilusión derechista del entierro definitivo de los candidatos disruptivos podría hacerse trizas si alguien con el potencial político de Antauro Humala anda suelto en plaza.
–La del estribo: encomiable que el ICPNA le haya dado continuidad a la muy buena revista Ojo Dorado, cultura contemporánea, que publica semestralmente, bajo la dirección de Alberto Servat. Acaba de salir el número correspondiente a Enero-Junio 2022, y trae, entre muchas otras colaboraciones, artículos de Edmundo Paz Soldán y Ana Carolina Quiñónez (Nuevos (peores) presagios en la ciencia ficción); Salvador del Solar (Nostalgia y vida de Los Prisioneros), con una nota respecto de la serie que versa sobre el grupo de rock chileno, en boca de uno de sus directores; Giuliana Vidarte (El maguey, el río Rímac y la tamarotsa), etc.
¿Es inminente la libertad de Antauro Humala?
La salida de Antauro es inminente por el sencillo hecho que nuestro mismo ordenamiento jurídico así lo establece. El mayor Antauro tiene una sentencia de diecinueve años y ha cumplido diecisiete. Tiene dos años y seis meses de sustentados beneficios penitenciarios y, guste o no, eso significa que tiene un exceso carcelario.
¿Algún representante del gobierno de Pedro Castillo ha intentado acercarse al Partido Etnocacerista en las últimas semanas?
Sería mentir si dijera que sí. El mayor Antauro tiene un proceso y una sentencia de la cual se derivan ciertas estrategias políticas y legales que él puede usar. Tiene dos procesos: uno a través del Poder Judicial y otro en el INPE. En este último, sabemos que tiene los beneficios penitenciarios. Al mayor se le sentenció a veinticinco años y después se le redujo a diecinueve. Ha hecho diecisiete años y, sumando los dos años y medio de estudios y labores, cumpliría diecinueve años y medio. Esto significa que hay un exceso de carcelería. Lo que sí quiero rescatar es que parece que el presidente Pedro Castillo y el ministro de Justicia, a partir de estos días, están tratando el caso del mayor como cualquier ciudadano que tiene obligaciones y deberes pero también derechos.
¿Cuál era el trato que recibía antes?
Estaba la señora Susana Silva con sus antecedentes y las gestiones que viene realizando en el INPE, que no han sido las correctas. En el caso del mayor, fue Susana Silva la que lo cambia a un régimen que no le correspondía. Tampoco quiero tocar el tema que al mayor le dio Covid dos veces y no le sacaron nunca una tomografía, mientras que a otros internos sí. Aparentemente, ahora se le está tratando al mayor como un ciudadano común.
¿Se les había comunicado que iban a destituir a Susana Silva de su cargo al frente del INPE?
No teníamos información sobre la posible salida de la ciudadana Susana Silva, pero sería injusto presumir que su salida se da por algún beneficio a Antauro y no por la corroborada pésima gestión que realizó a nivel nacional con los distintos institutos penitenciarios.
¿Ustedes se reunieron con Pedro Castillo durante la campaña presidencial?
Cuando empezó la segunda vuelta, tuve una reunión con el presidente en la que pudimos intercambiar puntos de vista. Por su línea política y la de Perú Libre, les estábamos brindando cualquier apoyo sin ninguna condición a cambio. Él, como patriota que es, nos comentó que sí estaba pensado la libertad para el mayor Antauro Humala y lo tenía en agenda.
¿Se volvieron a reunir cuando Pedro Castillo ya había asumido la presidencia?
No. Hemos hablado por intermediarios, pero no nos hemos vuelto a reunir de manera presencial.
¿Quiénes han sido los intermediarios?
Sería mejor dejarlos en el anonimato. En este momento delicado, donde han salido estas informaciones, es mejor mantenerlo en reserva por el momento.
¿Virgilio Acuña ha sido intermediario entre el gobierno de Castillo y el Partido Etnocacerista?
No podría corroborar si ha sido intermediario con el presidente respecto a ese tema ya que no estuve presente en dichas reuniones, pero considero que toda aquella persona que comparta nuestro sentir y nuestro deseo de la pronta liberación del mayor Antauro Humala es bienvenida a sumarse a su militancia.
¿Qué opina Antauro Humala del momento que vive la política peruana?
Estamos en un momento muy polarizado donde, definitivamente, no se está tomando en cuenta los intereses de los hermanos de provincias. Parece que, otra vez, queremos pensar que Lima sigue controlando el Perú. El mayor Antauro Humala siente que hay una gran oportunidad para llevar a cabo la verdadera revolución. A título personal, creo que se debería formar un trípode patriótico donde puedan trabajar unidos, para el tema de la descentralización e industrialización, el presidente Pedro Castillo, el doctor Vladimir Cerrón y el mayor Antauro Humala.
¿Han podido conversar con Vladimir Cerrón sobre esta revolución?
No he tenido la suerte de conversar con el doctor Cerrón, pero me imagino que ellos, en su momento, habrán conversado. Si no me equivoco, el doctor Cerrón ha podido dialogar, tiempo atrás, con el mayor Antauro.
¿Eso fue antes o durante la campaña?
Antes de la campaña
¿Para llevar a cabo esta revolución haría falta cerrar el Congreso?
Me gustaría saber qué ha hecho el Congreso estos seis meses además de obstruir cualquier cambio que se quería hacer desde el Ejecutivo. Considero que un Congreso obstruccionista que no se pone a trabajar ni genera proyectos de leyes, no tiene sentido que esté ahí. No veo ninguna diferencia entre que lo cierren o no.
Durante la campaña, ¿hubo un acercamiento entre Rafael López Aliaga y Antauro Humala? ¿Fue real el encuentro entre el entonces candidato presidencial de Renovación Popular y personas uniformadas a nombre del Partido Etnocacerista?
No eran etnocaceristas. Eran personas uniformadas que se hacían pasar por etnocaceritas.
Si llega a ocurrir la vacancia presidencial, ¿su agrupación se manifestaría de alguna forma en respaldo al presidente Castillo?
Sería un acto democrático de nuestra militancia y no porque el presidente sea Pedro Castillo Terrones, sino porque nosotros tenemos que respetar la decisión del pueblo peruano si decimos que es soberano. Quieran o no, al presidente lo ha escogido una mayoría y tiene que cumplir sus cinco años de mandato. Si la militancia tiene que respaldar, será una decisión consensuada de la militancia bajo la instrucción de nuestro líder el mayor Antauro, pero considero que sí habría un respaldo. Porque es inaudito que tengamos un presidente que simboliza lo que es el pueblo, no se le permita trabajar y se le quiera sacar del gobierno.
¿En qué consistió el apoyo de su agrupación a la campaña de Castillo?
Por parte de la militancia acordamos cambiar las bases para que sean de Perú Libre. Además, también apoyamos a cierto equipo de avanzada en ciertos viajes que se realizaron.
¿La designación de Héctor Valer, quien inicialmente era congresista de Renovación Popular no le hace pensar que el presidente se ha desviado de su objetivo de representar al pueblo?
Eso demuestra los pininos políticos del señor López Aliaga. Mientras muchos piensan que la organización política de Perú Libre se va a dividir, es todo lo contrario. La ultraderecha, la oposición está cada vez más diluida y desfortalecida.
Despertamos con la noticia de que el Pdte. Castillo estaría buscando indultar a Antauro Humala. Al respecto conversamos con la abogada penalista Romy Chang. Además la ex presidenta del Congreso – Rocío Silva Santisteban – explicará la importancia de mantener un gabinete que trabaje por la igualdad. Y, como todos los viernes, nos acompaña la politóloga Paula Távara con el análisis político de esta semana.
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Lima – Perú
El número de la celda asignada a Walter Ríos, pieza clave de la red de corrupción de los Cuellos Blancos, es el 107. Está en el área de prevención del penal Ancón 1. Desde hace 7 meses, el pequeño espacio se ha convertido en un infierno para él.
El defenestrado presidente de la Corte Superior del Callao ha denunciado ante las autoridades amenazas de tres presos con los que convive en la misma zona de la cárcel. Acusó, entre otros, a Antauro Humala Tasso, quien habita en la celda 109 y está encerrado por el Andahuaylazo.
En el área de prevención conviven seis presidiarios de marca mayor. Aparte de Ríos y Humala, está el cabecilla de Sendero Luminoso Osmán Morote Barrionuevo, quien ocupa la celda 104. También el exjuez del Callao Carlos Chirinos Cumpa, quien está en la 103. La 102 aloja a David Cornejo Chinguel, exalcalde de Chiclayo y acusado de liderar la banda “Los Temerarios del Crimen”. Y en la 101 reside el exalcalde del Santa, Luis Arroyo Rojas, preso por formar parte de la red delictiva del exgobernador regional de Áncash, César Álvarez.
Ríos ha denunciado ante el fiscal Jesús Fernández Alarcón, uno de los que investiga la trama de corrupción judicial más importante del país, que es hostilizado por Humala Tasso, Chirinos Cumpa y Cornejo Chinguel desde marzo de este año. Así lo consigna una resolución judicial a la que tuvo acceso Sudaca.
“¡Traidor! ¡Tú sabes lo que le pasa a los traidores!”, dice Ríos que le gritó David Cornejo Chinguel en un patio del penal. Precisamente, este fue trasladado del penal de Chiclayo a Ancón 1 por amenazar a uno de sus delatores, que estaba en una celda contigua, según una resolución del INPE del 2019.
¿Qué ha pasado en Ancón? Según Ríos, ha sido acusado de “soplón” por sus vecinos luego de que estos se enteraran que delató, en un proceso reservado, al exjuez supernumerario Chirinos Cumpa. Este cayó como parte de la telaraña corrupta montada en el Callao. Fue acusado de beneficiar con sentencias a los empresarios Fernando Seminario y Luis Marsano a pedido de Ríos, el hombre que pedía “whiskycitos azules” y “diez verdecitos (diez mil dólares)” como coima, según los audios interceptados.
Ríos se ha mostrado arrepentido en el proceso y viene colaborando en varios casos abiertos por el fiscal Jesús Fernández. “De los 2.500 o más señores internos en este penal [Ancón 1], yo debo ser la persona que más arrepentimiento y sumisión a la justicia he tenido, tengo y tendré”, se victimizó en una de las audiencias del caso Cuellos Blancos.
En uno de esos testimonios, Walter Ríos empeoró la situación judicial de Chirinos Cumpa: lo acusó de presuntamente favorecer a Vladimir Dimchev Kasarski, ciudadano búlgaro preso por drogas en Ancón y pedido en extradición por su país. Dijo que Chirinos ayudó al narcotraficante a cambio de US$10.000. También lo echó por beneficiar con un habeas corpus a la empresa Lopesa Industrial, en coordinación con César Hinostroza.
Según Ríos, el propio Chirinos Cumpa le amenazó cuando se encontraron en la celda 105, que sirve como cocina en la zona de prevención. “Esto se paga”, contó que le dijo, de acuerdo a una resolución judicial. El documento no consigna la fecha de aquella amenaza.
La bronca ha afectado la convivencia entre los seis internos que están en esa área de la cárcel. Ríos no interactúa con sus “compañeros” en los espacios comunes de esa zona por temor a ser agredido. “El interno Walter Ríos Montalvo se aísla permanentemente por su cuenta dentro de su celda, saliendo excepcionalmente sólo cuando es llamado por las autoridades, recojo de alimentos, recepción de documentos, notificaciones fiscales y judiciales y audiencias en la sala del Poder Judicial”, dice un informe de la subdirección de Seguridad del penal Ancón 1.
El director de ese establecimiento penitenciario, Juan Rivera Gonzales, habla abiertamente de dos grupos marcados. “Existen dos grupos. Uno formado por Walter Ríos y (el senderista) Osmán Morote y el otro grupo conformado por Antauro Humala, Chirinos Cumpa, Cornejo Chinguel y Arroyo, estando latente la situación que afecta la convivencia”, dice en un informe interno redactado el 26 de agosto.
Ríos ya no va a la cocina, la celda 105, para evitar encontrarse con sus rivales. Por esta razón solicitó que le permitan tener dos hervidores eléctricos para prepararse sus alimentos en su celda, la 107. El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) sólo le permitió tener uno, de acuerdo a un memorando interno de agosto.
En medio de este clima de confrontación, el 1 de septiembre pasado el preso de la celda 109, Antauro Humala Tasso, fue al calabozo de Ríos, el 107. Era mediodía. Según la denuncia, el etnocacerista lo visitó para increparle por haber denunciado las amenazas. Humala habría hecho espíritu de cuerpo con el delatado Chirinos Cumpa, quien es de su bando en la prisión. En el código carcelario, el señalamiento a otro preso es considerado una traición.
“Me he enterado, a través de mi abogado, que en la región [la oficina regional del INPE] le han dicho que tú, a través de tu abogado, has presentado una denuncia contra mí. Retráctate”, le dijo Humala a Ríos, según contó éste último al fiscal Jesús Fernández.
De acuerdo al relato, Humala lo empujó y siguió con los insultos. “Retráctate, huevón de mierda. Conmigo nadie se mete. Te vas a joder conmigo”, habría dicho el etnocacerista, siempre en la versión de Ríos, recogida en un acta fiscal.
“Luego, al ver que yo no contestaba, y tener una actitud sumisa, tranquila y prudente, dicha persona [Antauro Humala], vociferando lisuras irrepetibles, procedió a retirarse. Y cuando yo cogí la puerta de mi celda para cerrarla, dicho interno empujó violentamente la puerta de mi celda, Nro. 107, a tal extremo que casi me da la puerta en mi mano, dañándome los dedos”, contó Ríos. “Me hacen la vida imposible. Mi vida corre peligro”, añadió el compungido exmagistrado.
Al ser consultada por este incidente, Carmen Huidobro, abogada de Antauro Humala, dijo no saber nada. “A mí no me han dicho nada al respecto. No me han contado que el mayor [se refiere a Humala] tenga problemas con Walter Ríos. Cualquier problema de conducta me hubieran notificado”, dice Huidobro.
Humala fue trasladado del penal Ancón II a Ancón I en octubre del 2020 por realizar actividades proselitistas. Es el mismo personaje por el que el exprimer ministro Guido Bellido pidió el indulto hace unos días, recordando que fue una promesa de campaña del presidente Pedro Castillo.
Por su parte, Julio Eucástegui, quien fue abogado de Carlos Chirinos Cumpa hasta hace dos semanas, dijo a Sudaca que “tenía conocimiento de que ha habido algunos inconvenientes, pero no de agresiones verbales o físicas”.
Ante la denuncia de Ríos, el fiscal del caso Cuellos Blancos, Jesús Fernández Alarcón, pidió al juez de investigación preparatoria Hugo Nuñez Julca, que lo trasladen a otro penal “de ser necesario” para garantizar su integridad. Nuñez, en una resolución firmada el 21 de septiembre, rechazó ese pedido y le exigió solamente al INPE que asegure “la integridad del interno”.
Lo llamativo del asunto es que Ríos y Chirinos Chumpa, enemigos declarados, tienen una cosa en común. En el 2019 se autorizó el rastreo de los teléfonos de ambos, a pedido del fiscal Jesús Fernández. Sin embargo, dos años después, en agosto pasado, el representante del Ministerio Público pidió dejar sin efecto el rastreo de sus celulares y 13 teléfonos más “por error material involuntario”. Es decir, una supuesta equivocación de redacción que más parece un nuevo caso de rastreo irregular.
Sudaca ya había reportado, el 16 de septiembre pasado, sobre el seguimiento a otros 20 teléfonos autorizado por el Poder Judicial, ante un pedido de Fernández, que luego también se canceló por un “error en la redacción”. Las idas y vueltas con los rastreos en las pesquisas han desatado una tormenta en la investigación.
“Acá no ha habido una equivocación. Se está observando una práctica sistemática. No violen el derecho de la intimidad. No violen el secreto de las llamadas. Eso es lo que espera cualquier ciudadano”, dice el abogado Fernando Ugaz, quien defiende a Pablo Morales Vásquez, uno de los investigados en el caso Cuellos Blancos.
Mientras tanto, según allegados a Walter Ríos, el exjuez contó a las autoridades que el hostigamiento continúa. Dijo que Antauro Humala y compañía lo quieren sacar del área de prevención. Y que el líder etnocacerista ha dicho a terceros: “lo voy a gomear [pegar]”. La bronca no tiene cuando acabar.
*Fotoportada: Darlen Leonardo