Antauro Humala

Solo el narcisismo exacerbado de sus protagonistas explica la inutilidad bajo la que se conducen hasta ahora los esfuerzos tímidos para producir un gran frente de centroderecha, que sea capaz de pasar a la segunda vuelta y allí derrotar o a Keiko Fujimori o al representante de la izquierda radical que termine por descollar.

El “síndrome Castillo” se ha apoderado de las mentes de sus líderes, que creen que la ruleta política, el sube y baja habitual de los tramos finales de las elecciones en el Perú hará que a alguno de ellos le sonría la fortuna y logre el triunfo anhelado (se recuerda que una semana antes de la primera vuelta, quien pasaba a la segunda vuelta por la izquierda no era Castillo sino Lescano).

En ese trance, resulta casi imposible hallar una salida, porque nadie quiere dar su brazo a torcer o si lo hace es imponiendo condiciones máximas, como asegurarse para sí la candidatura presidencial, cuestión que, obviamente, el resto no acepta planteada tan arbitrariamente.

Dificulta el proceso el hecho de que se agregue un punto porcentual de la votación por cada agrupación aliada, a las alianzas electorales, para que sus integrantes no pierdan la inscripción. Ello debería ser modificado por el Congreso y,además, permitir eventualmente que haya alianzas congresales y no presidenciales, que podría ayudar a evitar esta disputa de egos (al final las elecciones en primera vuelta serían una suerte de primarias presidenciales).

Es de vida o muerte que el Perú no se conduzca al escenario final de una disputa entre Antauro Humala y Keiko Fujimori (y tener, de mi lado, que volver a votar por Fuerza Popular ante la alternativa del desastre mayúsculo y desquiciado del etnocacerismo). Una opción así no asegurará que el quinquenio que se estrene el 2026 sea uno de refundación liberal y republicana, que con tanta urgencia necesitamos como país bicentenario.

 

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[Agenda País] Antauro Igor Humala Tasso, conocido como Antauro, tomó notoriedad en el año 2000 cuando junto con su hermano Ollanta y al frente de 69 reservistas, se sublevaron contra el moribundo régimen de Alberto Fujimori, más por un tema mediático con visos presidencialistas que por una razón de conciencia. Los hermanos Humala lograron tener cierta notoriedad y fueron amnistiados por el presidente transitorio Valentín Paniagua.

A los pocos años, en el 2005, Antauro, esta vez solo, lideró otro grupo de reservistas que se amotinaron y tomaron violentamente la comisaría de Andahuaylas, donde, a balazo limpio y sin piedad, asesinaron a cuatro valientes policías, algunos de ellos desarmados.

Esta incursión contra el estado, que fácilmente pudo enmarcarse en terrorismo, le valió una condena inicial de 25 años, reducida graciosamente por el poder judicial a 19 y de los cuales solo cumplió 17 al otorgársele generosos beneficios penitenciarios por su habilidad manual en preparar proyectos con el personaje de Hello Kitty. Pero si son tan tiernos en el poder judicial…

Ya dentro de la cárcel, Antauro continuó con el objetivo marcado por su padre Issac, el de ser presidente del Perú, usando a los ingenuos o interesados medios de comunicación para propagar ideas de un nacional socialismo a la peruana, clamando virtudes a la superioridad de la raza cobriza, vomitando odio a los homosexuales y exacerbando un racismo clasista envuelto en humo marihuanero de cosecha incierta.

Ya libre, Antauro ha seguido por la ruta de la violencia verbal, confirmando su homofobia y racismo, un nacionalismo absolutista y expropiador de la inversión extranjera, pero lo que es peor, con un desprecio a la vida humana proliferando amenazas de fusilamiento a cuanto corrupto y rosquete encuentre por ahí, siempre y cuando su aventura presidencial tenga, Dios y la Constitución nos salven, éxito.

Antauro Igor Humala Tasso, conocido como Igor, era alumno del colegio Franco-Peruano junto con varios de sus hermanos. Sí, lo conocíamos como Igor, nombre que, de saque, causaba cierto temor ya que nos recordaba a personajes de ficción siempre identificados con el mal.

Igor era un abusivo, de aquellos que golpeaba, te jodía, te pateaba la pelota cuando estabas tranquilo jugando con tus patas. Lo que hoy llamamos bullying era encarnado perfectamente por Igor en la década del 70’.

Pero la actitud violenta de Igor no solamente se concentraba con otros alumnos, no. Igor quería más, siempre más.

En un partido de vóley, deporte que se practicaba con mucha pasión en el colegio Franco-Peruano, surgió desde una tribuna, una hermosa naranja madura que en vez de encontrar un boca que la saboree, terminó en la cabeza de una profesora de educación física, explotando de manera pirotécnica y volviéndola refresco de IQ.

Furibunda y al borde de la histeria, la profesora trata de ubicar al atacante que hábilmente se escabulle entre la masa del alumnado, con tanta astucia que le empiezan a echar la culpa a un compañero que era más bueno que el pan.

Pero todos habían visto a Igor y se identificó al culpable. Y si bien la nebulosa de las décadas no asegura el recuerdo si fue expulsado del colegio por ello, pues de sobra que se lo merecía.

Antauro Igor Humala Tasso no es un violento de ahora. Es un violento de siempre. 

Y continúa siendo un peligro para la sociedad, esta vez disfrazado de candidato presidencial y apoyado por esa izquierda vomitiva, la de Vero y compañía, que no le importa juntarse con el diablo con tal de quedarse, ya no con la mamadera del estado, sino con toda la vaca.

Que ese Naranjazo escolar y la indignación del Andahuaylazo nos prevengan de una larga noche de insania violenta de un tirano nacional socialista que, aprovechándose de la democracia, de la complicidad de algunos y de la inocencia de muchos, pueda llegar al poder. 

Si este relato nos recuerda a Adolfo Hitler, su pasado sicópata, la noche de los cristales, su asunción democrática al poder para luego violarla y las millones de vidas que se perdieron por una insania, es pura coincidencia… 

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[Agenda País] Al día de hoy, ya son 31 organizaciones políticas oficialmente inscritas para participar en las elecciones presidenciales del 2026, más otras 19 que están en el proceso y que podrían sumarse a esta lid electoral.

Con el vencimiento el último viernes 12 de julio del plazo para afiliarse a los partidos para poder integrar las planchas presidenciales y ser candidato a una de las cámaras del parlamento, se ha iniciado el proceso electoral.

No ha sido sorpresa alguna la cantidad de movidas políticas con renuncias, afiliaciones, transfuguismo en el congreso, acomodos y renacimientos de políticos olvidados que han confirmado la informalidad y la poca ética de quienes manejan y manejarán los destinos del Perú.

Es una vergüenza que se permita a los congresistas cambiarse de bancada como si fuera ropa interior y una falta de respeto a los electores que votaron por cada uno de ellos dentro de un partido político. Dentro de la inconclusa reforma electoral falta una que prohíba el transfuguismo y que la renuncia a una bancada signifique el desafuero del congresista y su reemplazo por el accesitario. Pero las leyes las hacen los congresistas…

Luego de este reacomodo, lo que debería esperarse de los verdaderos líderes políticos es, por un lado, trabajar a la interna de sus organizaciones para canalizar las demandas de la población en planes de gobierno humanos y factibles, así como en la formación de cuadros que puedan implementar esos planes en políticas públicas efectivas. 

Por el otro lado, y si los egos pueden ceder a la visión de un Perú mejor, sería saludable para la democracia el encontrar consensos entre varias fuerzas políticas para realmente ser una opción viable, con mayoría relativa en el parlamento y no estar al filo de la navaja de la censura o incluso, de la vacancia.

¿Será mucho pedir?

Si tomamos en cuenta la historia política reciente pareciera un imposible que dos partidos o más se puedan unir para crear un frente político con miras a las elecciones del 2026. De hecho, para las elecciones del 2021, la única alianza PPC-APP se cayó por las infames declaraciones que Marisol Perez-Tello hizo de César Acuña, y cuyo audio fue convenientemente filtrado por sabe Dios quien.

Aun con nuestro historial caudillista, la multiplicidad de cacicazgos llamados partidos políticos y la polarización de los argumentos, se encuentran ciertos signos de esperanza en que algunas fuerzas políticas puedan encontrar puntos en común y formar alianzas con acuerdos pragmáticos.

Un ejemplo de ello son las constantes declaraciones de Carlos Añaños haciendo un llamado a la unión de los lideres políticos, otro es Rafael López-Aliaga quien también está buscando aliados, también el nuevo PPC con Carlos Neuhaus a la cabeza está abierto a confluencias e incluso hasta Keiko Fujimori, que, habiendo lanzado a su padre de candidato presidencial, no descarta ir en alianza.

También, por el lado oscuro, ya hay una alianza del mal entre Antuaro Humala y Veronika Mendoza, a la cual habrá que enfrentarse en las urnas para que no aprovechen de la democracia para luego destruirla.

Parece que falta mucho para el 2026, pero el tiempo pasa volando. Más temprano que tarde veremos quienes son los verdaderos lideres en los cuales la población debería confiar su voto, que más que una cédula electoral, es una entrega de esperanza a quienes manejarán los destinos de nuestro país. Tremenda responsabilidad.

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[PIE DERECHO] Está a punto de inscribirse el partido de Antauro Humala y reaparecen las naturales inquietudes de un sector importante de la sociedad respecto de qué reales posibilidades de alcanzar el poder tenga un sujeto tan disruptivo y díscolo como el líder etnocacerista.

En un reciente discurso a sus seguidores ofreció cumplir dos grandes objetivos de llegar al poder: recuperar Arica y Tarapacá, y enviar un comando de etnocaceristas a secuestrar al rey de España y utilizarlo para desagraviar los saqueos de la Conquista (¿?). Ese es el estándar narrativo del excéntrico potencial candidato.

Tuvo un traspiés cuando apoyó la asunción de Dina Boluarte, al amparo de la realpolitik, pero que fue malentendido por sus propias bases socioelectorales que repudiaron ese hecho y que, más bien, no respaldara al vacado Castillo (hasta ahora un sector el sur andino no lo ve con buenos ojos por esa razón).

Pero el ánimo predominante antiestablishment en la sociedad peruana -expresado en sinfín de encuestas respecto del malestar por la democracia, el modelo económico, la propia idea del país, los grupos sociales dominantes, etc.-, llevan a pensar que la izquierda radical ha recuperado presencia en el país, luego de haberse casi suicidado por su labor de comparsa del nefasto régimen de Castillo.

Antauro Humala, Guido Bellido y hasta el propio Aníbal Torres -según una conocida encuestadora- asoman en el horizonte. Los aventaja Humala porque es más disruptivo y antiestablishment, tiene una épica propia (entre el locumbazo y el andahuaylazo le suman, por más que el primero haya tenido mucho de sainete, y lo segundo haya sido un delito que fue el que lo llevó a prisión tantos años).

Es un personaje inteligente, elocuente, políticamente culto, exmilitar, combatió a Sendero, astuto, por más desenfocado o desencajado que se muestre, con regularidad que ya parece premeditada. Cometerían un grave error el centro y la derecha si lo subestiman por su excentricidad. Despejado el camino, en la izquierda, de la centroizquierda o de líderes como Verónika Mendoza, absolutamente desprestigiada, reaparecerán con fuerza sucedáneos de Pedro Castillo, en cuanto a su carácter de outsider.

Antauro Humala es un viejo conocido en el proscenio político peruano, pero la virulencia de sus opiniones y la narrativa fuera de la caja que exhibe, lo colocan en lugar expectante para recoger la furia popular que la crisis política, social y económica vienen labrando.

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5. Mayor Antauro Humala, ¿usted es consciente que su nombre está asociado desde los días finales del gobierno de Alberto Fujimori a levantamientos en armas y a furibundos ataques verbales contra enemigos políticos. No cree que esas actuaciones han escondido y casi sepultado su velasquismo escrito en negro sobre blanco en varios libros?

No creo. Sucede que el velasquismo de los 70’s, así como el nasserismo de los 60’s o el peronismo de los 50’s, si bien es cierto fueron caudillistas, se caracterizaron por ser de soberana ruptura contra el viejo orden, por ende progresistas y/o revolucionarios. Acá el “viejo orden”, corruptocrático (fujiconstitucional y lavajatista, generador de “presidelincuentes”) y pro-extranjero, vigente desde hace un tercio de siglo, lo visualizo como “globoneoliberal”, sin necesidad de guiarme por coordenadas de izquierda o derecha, sino desde perspectiva (etno)nacional definidora de la identidad, pues sin ello (identidad nacional) no puede existir proyecto nacional soberano.

6. Mayor Humala, ¿sigue manteniendo en pie las partes más polémicas de su discurso reinvindicativo de las grandes mayorías pobres y cobrizas de nuestro país?

Me cuido de preservar coherencia entre discurso y praxis. La perspectiva etnonacional (del cual el etnocacerismo es versión castrense) conceptúa que la ecuación social en países ”de color humilde”, como Perú (también Bolivia, Ecuador, México, Guatemala y otros), marcados por un mestizaje histórico de “todas las sangres”, en que el aporte local cobrizo, aunque demográficamente mayoritario, carente de hegemonía política, contempla -esa ecuación sociológica- que desde el choque de civilizaciones personificado con Atahualpa y Pizarro en Cajamarca de 1532, el motor de nuestra historia sea dual: Factor Etnocultural y Factor Clasista (FEC + FC), a diferencia del marxismo (colonialismo ideológico de izquierda) que exclusivamente contempla el FC.

7. En ese discurso elaborado conjuntamente con su padre y defendido en sus inicios por su hermano, el expresidente Ollanta Humala, usted habla de fusilar a los expresidentes corruptos y someter a drásticos castigos a los miembros de la comunidad LGTB, ¿mantiene en pie esas amenazas?

No he declarado nunca, ni figura en nuestra perspectiva gubernamental, “castigos” contra homosexuales. Considero, mas bien, que la homosexualidad (todas las siglas LGTB… implican eso en diferentes formas) debe mantenerse entre sábanas y punto. No constituye tema político, al igual que la “causa hererosexual” de haberla. El pudor social es tan básico como la seguridad ciudadana. Lo que sucede es que, como movimiento etnonacional, reivindicamos la bandera del arco iris tawantinsuyano o “wifala” milenaria; la cual el colectivo homosexual inaugurado en California de los 60’s,  ignorando este antecedente histórico, se adjudica. Además resulta absurdo que una opción sexual tenga “bandera”, pues el “escudo” tendría que ser, por simbología ad doc, ¿acaso un poto? Y en cuanto a mi discurso de fusilar presidelincuentes por delito de (macro)corrupción en cuanto extensión de la figura jurídico-constitucional de traición a la patria, claro que me ratifico. Refiérase que en la actual Constitución, así como en las 11 anteriores, se contempla la pena capital por traición a la patria. Simplemente quiero que se cumpla.

8. En sus libros usted defiende con un ardor inusitado las grandes acciones anti empresariales tomadas por el general Juan Velasco en los años setenta, ¿sigue creyendo que la gran minería, la pesquería industrial, el agro, la industria, el comercio y el control de los medios de comunicación debe ser una tarea estatal?

Ante la evidencia crítica del hampa extranjera, alias “inversionista”, como es el empresariado privado/transnacional lavajatista, obviamente -acá- se cae el mito del “libre Mercado”, ahora, calateado en libre saqueo. Además, no es el capital lo que crea el trabajo, sino al revés. Tampoco se llega al extremo del lema mussoliniano “todo dentro del Estado; nada fuera de este”. Por otra parte, si bien es cierto el régimen velasquista amnistió guerrilleros y cumplió 5 de los 6 puntos del programa de De la Puente Uceda, empezando por la nacionalización del petróleo y la reforma agraria, aún así, se le describió como “capitalismo de Estado”. El planteamiento nuestro también reivindica al empresariado, empezando por el nativo. O sea el empresariado nacional, pero que principal actúe como nacional. En cuanto a la gran minería, dado el fundamento ambientalista que asumimos, será inadmisible en toda territoriedad que compita con la actividad agropecuaria. Y donde sea admisible, pues -esa gran minería- luego de ponerse al día con todo adeudo al Estado, será replanteada con participación estatal y transferencia tecnológica. Respecto a los medios de comunicación masiva, específicamente la TV de señal abierta, indefectiblemente serán expropiados y entregados a la sociedad popular civil organizada: gremios sindicales y empresariales (Frecuencia Latina); universidades y colegios profesionales (ATV); gremios castrenses y policiales retirados (oficiales, suboficiales y tropas) (América TV); colectivos culturales y artísticos (Panamericana TV), etc; por la razón principista que el verbo social/masivo jamás ha de estar en manos de un privado, sino en el de la colectividad, más aún en el caso de la TV cuyas ondas electromagnéticas de trasmisión usufructúan territorio aéreo nacional.  

9. En concordancia con la pregunta anterior, ¿usted cree en la necesidad de convocar a una Asamblea Constituyente para que elabore una Constitución estatista como las que crearon los Castro y Hugo Chávez en Cuba y Venezuela con consecuencias calamitosas para casi todos los ciudadanos de esos tres países?

Propugnamos, efectivamente, la convocatoria -previo referéndum- de una Asamblea Constituyente (AC) en cuanto paso elemental de refundación republicana. AC, que por las condiciones imperantes en un país cuyas empresas estatales fueron privatizadas/extranjerizadas, y donde el capital es extranjero y el trabajo nativo, deberá tener un componente nacionalizador robusto, el cual, podría manifestarse tanto en versión estatal como privada. Sin intención de ampararme en modelos como el cubano o el venezolano, considero que el componente estatista en una Constitución también lo vemos en países europeos más vinculados a la social-democracia.

10. He dicho “casi todos”, porque en esos dos países los militares asociados a ambas dictaduras se han hecho inmensamente ricos, asociados estrechamente con narcotraficantes de toda América Latina. ¿Es ese el futuro que quiere usted para nuestro país?

La corrupción se da en versión civil como militar. Veamos la media docena de presidelincuentes peruanos: cinco de extracción civil y uno de extracción militar. Aparte, quiero mencionar dos hechos contundentes: Cuba, a diferencia de un Perú cuyo rol en la pandemia fue la de proporcionar cobayos humanos en quienes experimentar vacunas, fabricó -Cuba- su propia vacuna; y Venezuela no campeonó -como el Perú globoneoliberal- en muertes por millón de habitantes.

 11. Finalmente, en medio de la peor crisis política del presente siglo, creada por la acción demencial del círculo íntimo de expresidente Pedro Castillo, ¿tiene usted un punto de vista sobre el particular?

El principal responsable de la autodefenestración de Pedro Castillo fue un Aníbal Torres que jamás entendió que la solución del problema republicano actual se circunscribe al artículo último (307) de la C-79 y no en función de una interpretación “auténtica” o absurda de cierto articulado de la C-93. Esa era y sigue siendo la manera correcta jurídico/constitucional de sanear la República vía refundación y escarmiento histórico.

 12. La última, ¿qué piensa -a estas alturas- de Castillo, de Keiko Fujimori y de Ollanta Humala?

– Reitero: Castillo apenas era un ladronzuelo de gallinas en comparación a los cachalotes lavajatistas de Toledo, Cosito, García, PPK, Keiko, Vizcarra y compañía.

Factor principal: 

  • Constitución antinacional e ilegal. 

Factores derivados: 

  • Lavajatismo presidelincuencial (Corruptocracia y Seguridad Nacional). 
  • Invasión lumpen/laboral venezolana. 
  • Subempleo/desempleo nacional (80% de la PEA en informalidad o ilegalidad). 
  • Inseguridad ciudadana / desborde poblacional penitenciario. 
  • Bancarrota del agro nativo y desborde cocalero 

Factor catalizador: 

Pandemia covidiana.

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Lo normal sería que en el Perú la segunda vuelta la definan un candidato de derecha versus uno de centro, o sea entre dos candidatos de derecha, con porcentajes de votación altos en primera vuelta, y que la izquierda (dividida, probablemente entre Antauro Humala, Verónika Mendoza, Guido Bellido y Richard Arce –el único moderno del tándem-), quede en cuarto o quinto lugar. Pero la irresponsable fragmentación del centro y la derecha, sumada a su honda inacción política, seguramente harán que el 2026 se vuelva a repetir lo ocurrido el 2021. Y no habrá razones entonces para la sorpresa o la lamentación.

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Triste desenlace de una izquierda que, de haberse manejado con propiedad, hoy sería oposición robusta y marcaría su propia agenda, con presencia mediática significativa y trazando una estrategia promisoria para las venideras elecciones. Pero no, ha apostado por el corto plazo convenido y el país le va a cobrar la factura, sin duda.

La del estribo: gracias al Club del Libro de Alonso Cueto, he descubierto una joya, el cuento Los muertos de James Joyce. Una prosa inmejorable, un manejo de los tiempos formidable y un estilo que sorprende, sobre todo a quienes tienen la idea fija de que Joyce es solo el Ulises. Siempre hay que volver a los clásicos.

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Si logra ambos propósitos, habrá un actor potente, capaz de hacerle frente a las fuerzas polarizantes que hoy se asoman con fuerza en el escenario: Antauro Humala y Rafael López Aliaga. Hay tiempo para hacerlo, lo que se espera es que haya claridad en los propósitos, valentía en los pasos a dar y audacia programática para romper los moldes tradicionales.

La del estribo: una obra maestra la película Argentina 1985, que increíblemente está en la cartelera nacional -con programación reducida, claro está-, con una actuación soberbia de Ricardo Darín, y que nos muestra el juicio seguido a los militares de la sangrienta dictadura argentina (1976-1983), que culminó en la condena a muchos de ellos gracias a una labor concienzuda y valiente de un equipo de fiscales encabezado por el fiscal Julio César Strassera (Darín). ¡Vaya rápido que pronto la quitan!

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Y en particular, esta tarea para los candidatos del centro y la derecha debe estar centrada en el sur andino, la plaza política y electoral más adversa a propuestas que no sean radicales de izquierda. Por alguna extraña razón, regiones comerciales como Puno, Cusco, Tacna o Moquegua, votan por la izquierda cuando su condición sociológica debiera más bien llevarlas a votar por el centro o la derecha. Mayor razón, pues, para hacer la tarea política de convencerlos.

Si el centro o la derecha pierden el 2026 va a ser exclusivamente por su responsabilidad, su indolencia y su miopía. La están dejando sola la cancha al candidato etnocacerista, el portavoz del rencor.

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