Si este gobierno mediocre e ineficaz quisiera hacer algún aporte a la viabilidad democrática del país después del 2026, debería acometer una intensiva tarea de construcción de infraestructura y provisión de servicios básicos de calidad en el sur andino, matriz geográfica de los movimientos antisistema que se alistan a reverdecer laureles el 2026.
Tiene dos años por delante para lograr ese cometido. Ya es sabido que es incapaz de hacerle frente a la arremetida antidemocrática del Congreso y se allana a los exabruptos que allí se perpetran, sin chistar, porque requiere sus votos para mantenerse en el poder. Pedirle que se convierta en un baluarte de resistencia democrática resulta un exceso (ni siquiera en materia económica, el MEF es capaz de contener los arrestos populistas del Legislativo).
Miremos para otro lado respecto de las responsabilidades del régimen y en ese sentido, si de verdad quiere dejar una herencia positiva que haga que el próximo periodo gubernativo no sea una pesadilla, podría tranquilamente establecer un programa de nivelación social con la región más olvidada del país.
El gran sur andino representa casi el 20% del electorado nacional. Si vota, como es previsible, en la primera vuelta del 2026 como lo hizo en la segunda del 2021 (80% a favor de los radicales), la izquierda extrema tendrá asegurado un cupo y quizás hasta dos para la jornada definitoria de dicho proceso electoral.
Es tarea patriótica evitar que ello ocurra. Y eso sí se le puede exigir a la actual administración. Conminar al gobierno de Dina Boluarte a que rompa la inercia mediocre en la que se halla atrapado y exigirle que, al menos, haga algo respecto del tema que mencionamos.
Se impone una suerte de Plan Marshall para el sur andino. Los niveles de inequidad allí existentesson de escándalo y generan una dinámica política contraria a la del resto del país y constituye el basamento de los discursos antiestablishment en el que, con astucia, ya se hallan embarcados varios candidatos de la izquierda, que no va a brillar precisamente por su moderación en la jornada electoral venidera.
–La del estribo: conmovedor y a la vez inspirador el último libro de Salman Rushdie, Cuchillo,Meditaciones tras un intento de asesinato, en el que narra las peripecias del atentado que sufriera, que casi le costó la vida, y las consecuencias y perspectivas que ello le ha generado para su existencia futura. Con enorme resiliencia, Rushdie ha sabido procesar el traumático incidente. De venta en todas las librerías.