ia y parlamento peruano

La Inteligencia Artificial y el Parlamento peruano

"La Comisión de ciencia, innovación y tecnología del Congreso aprobó recientemente el dictamen de un proyecto de ley que busca promover el uso de la IA en el país sin tomar en cuenta los peligros que corren nuestros derechos. De aprobarse la ley nos estaríamos disparando a los pies."

[EN LA ARENA] Por las redes sociales circulan cada vez más opiniones a favor o en contra de la Inteligencia Artificial (IA), despertando miedos y suspicacias en un país donde la educación científica y tecnológica no es uno de sus fuertes, aunque siempre haya honrosas excepciones individuales que destacan en centros de investigación mundial. Un posible origen de tales emociones, para mi generación y mayores, radica en que la IA la asociamos a HAL 9000, una supercomputadora que aparece en la película 2001: Una Odisea espacial (1968) de Stanley Kubrick y de Arthur C. Clarke, quien le dio vida en su cuento “El centinela” (1951). HAL, programada para no recibir respuestas que tengan dudas, a pesar de razonar de manera similar a la inteligencia humana eliminaba a los que dudaban o eran escépticos, considerándolos “mecanismos fallidos”. Como paliativo para no temer a la tecnología asociada a un futuro relativamente lejano poblado de robots autónomos gracias a la IA, se contaba con las Leyes de la Robótica de Isaac Asimov, las cuales se pueden sintetizar estableciendo en la programación del robot que no puede dañar a la humanidad, ni siquiera permitir que la humanidad sufra daños. El miedo fue luego reemplazado por una empatía humana sin precedentes con la IA en Blade Runner de Ridley Scott (1982) y renació con Matrix (1999) de las hermanas Wachowski.

Hoy la IA ya no emerge de la ficción, sino de una aplicación, un chat bot llamado ChatGPT capaz de hablar, aprender y responder a todas nuestras preguntas. No habíamos notado que en realidad, ya nos encontrábamos íntima y públicamente vinculados a la IA con las compras por internet, las búsquedas en la web, los asistentes virtuales, la aspiradora robot, los drones, los algoritmos de las redes. Pero no sentíamos miedo. Lo que ha ocurrido en esta ocasión es que ha llegado el momento de percibir que tanta autonomía e inteligencia antes que amenazarnos puede llegar a reemplazarnos y entonces, qué será de nosotros. Al respecto, la Unesco, dos años atrás ha dejado en claro algunos de los riesgos que acarrea la IA. Por ejemplo, en el mundo científico, como van a surgir o necesitarse capacidades distintas y nuevos enfoques de investigación que tarde o temprano van a influir en nuestra concepción de ciencia, crecerán las brechas y se crearán nuevos criterios para la toma de decisiones a nivel poblacional. Aquellas instituciones públicas y privadas vinculadas al conocimiento tendrán que ser rediseñadas, tema muy controvertido en el caso peruano, en el que nuestras universidades y centros de investigación se encuentran tomadas por mafias que a través del Congreso se han apoderado de la institución que las supervisó y las dejó al descubierto.

Otro tema que preocupa mucho a las Naciones Unidas es el rol que cumple la IA en el procesamiento, estructuración y suministro de la información; en las redes podemos observar cómo los algoritmos permiten la desinformación, el discurso de odio, la discriminación. Aquello considerado libertad de expresión se encuentra desbordado tanto en la agresión como en la represión. Mientras tanto surgen nuevas narrativas políticas y sociales, otras formas de privacidad y consentimiento, que requieren una alfabetización mediática e informacional que ni los medios ni las instituciones educativas están incorporando a su repertorio pedagógico. Enfrentar este proceso demanda no sólo nuevas prácticas educativas e inversiones tecnológicas, sino una formación ética acompañada de un fino desarrollo del pensamiento crítico, y todas las nuevas competencias que demanden los rápidos cambios en el mercado laboral profesional, la crisis climática y la necesaria participación ciudadana.

Mientras tanto, la Comisión de ciencia, innovación y tecnología del Congreso aprobó recientemente el dictamen de un proyecto de ley que busca promover el uso de la IA en el país sin tomar en cuenta los peligros que corren nuestros derechos. De aprobarse la ley nos estaríamos disparando a los pies. Pero qué hacer, cuando en la comisión sólo hay congresistas vinculados a empresas del sector salud, un par de abogados de universidades de bajos estándares, una periodista de farándula, dos marinos retirados. Él único científico es un biólogo molecular tan anticomunista que cuando fue jefe del Instituto Nacional de Salud, mintió sobre la calidad de las vacunas chinas.

Quizá sería bueno, pensaría HAL, que ha llegado la hora de hacerse cargo del Congreso peruano.

Tags:

ChatGPT, Congreso del Perú, HAL9000, IA, Inteligencia Artificial, Parlamento peruano

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