Aun así, con presidentes de izquierda, algunos progresistas y otros marxistas, continúa la desconfianza y el desaliento por la alta expectativa que se tenía sobre ellos. En Chile, Boric tiene la más alta desaprobación de un presidente desde el 2014, y en Perú, Castillo también bate récords de desaprobación, ambos a menos de un año de gestión, lo que puede llevar a un rebote pendular hacia la derecha en una próxima elección. Pero sin políticas públicas efectivas, sin transparencia e integridad, más cerca estaremos al caos de la anarquía y hundiremos a nuestros conciudadanos en el hambre y la miseria.
Debemos entender que hay una nueva dinámica entre los ciudadanos, más jóvenes y mujeres empoderados, con información, con redes para expresarse, con la inquietud de ingresar de alguna manera en política en una democracia más participativa que representativa y con el ojo puesto en el funcionario público para que no solamente cumpla con sus labores, sino que lo haga con integridad y sentido social.
Dentro de esta América Latina convulsionada está el Perú, enfrentado por extremos, sufriendo de una flagrante corrupción institucional que ya ni sorprende, donde los intereses individuales o de camarillas priman al bienestar social y donde el péndulo hacia la derecha no servirá de nada si no hay una propuesta de consenso.
La participación de toda la sociedad civil tiene que ser escrupulosa en la radiografía de integridad de sus actores políticos y con un nuevo gobierno que priorice las políticas públicas para reducir las desigualdades, porque es el Estado, a través de sus gobernantes, quien tiene la responsabilidad de redistribuir los ingresos proveyendo servicios públicos de calidad en educación, salud, seguridad y justicia, asistiendo a los más necesitados y apoyando el emprendimiento privado para generar más empleo.
Nuestro país no merece ser un fraude social ni una sociedad inviable donde prima la desconfianza y la corrupción. Depende de cada uno de nosotros el unirnos, buscar consensos y ser efectivos en crear riqueza, reducir desigualdades y generar mayor bienestar para todos los peruanos.