Migración

Querida Manuela,

Creo que no te he comentado que en Bogotá conseguí varios libros sobre tu vida y la del Libertador. Si bien no hay mucha literatura sobre ti, en los bicentenarios del continente tu nombre ha comenzado a sonar más. Estoy leyendo mucho sobre sus estrategias de combate y el claro su sueño bolivariano.

En mi última carta hablé sobre tu Quinta, pero se me pasó contarte sobre un espacio especial que hay en tu hermoso jardín.  Además de encontrar tu huerto, con las plantas medicinales que cultivabas para sanar y curar los dolores del Libertador, vi escondido entre los coposos árboles y arbustos típicos del Cerro Monserrate, un pequeño descanso con bancas y banderas diversas.

Me llamó la atención así que caminé hasta la zona y me senté en las bancas. Ahí estaban las banderas de Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Panamá y, en el centro, el busto de tu amado Simón Bolívar. Ahí se encuentra el Árbol de la Fraternidad Americana que fue sembrado en 1949 con tierras de todos los países bolivarianos y de Cuba, Brasil, Costa Rica, Haití, Estados Unidos, Nicaragua, Honduras, Chile, Santo Domingo, México y Puerto Rico. Esto me llevó al sueño de Bolívar de tener un continente libre. Creo que ni el Libertador ni tu saben la importancia de la hazaña que lograron. 

Mañana, sábado 18 de diciembre, es el Día Internacional del Migrante. Actualmente hay estudios sobre la movilidad de las poblaciones a detalle. Los movimientos van desde voluntarios a forzosos, por desastres, crisis económicas y situaciones de pobreza extrema o conflicto, esto último cada vez ocurre más en el mundo. Según data de las Naciones Unidades, en 2020 había unos 281 millones migrantes internacionales, lo que corresponde al 3.6% de la población mundial.

Cuando estudiaba en Austin tuve la oportuniad de ser voluntaria en la casa Refugio Casa Marianela, donde trabajaba ayudando a aquellas personas que cruzaban la frontera de manera irregular. Se les hacía una inducción a sus derechos en Estados Unidos, además de darles un espacio donde pudisen dormir y comer. La mayoría de era varones de Centro América y México. En este caso, cruzan la frontera y arriesgan sus vidas para ingresar a suelo estadunidense.

Tu eras de Quito, pero siendo muy joven viajaste a Panamá con tu padre, luego al casarte viniste a Lima y posteriormente fuiste a crear Bolivia y Colombia con el Libertador. Terminaste exiliada en Jamaica y asilada por el gobierno peruano en Paita, Piura. Te movías libremente por el continente. En esa época recién se formaban nuestras fronteras. Ahora, luego de 200 años, están cada vez más marcadas y generan diferencias donde debería haber unión.

La migración desde Venezuela, ocasionada por malos manejos de su gobierno, ha hecho que el Perú reciba 1.29 millones de hermanos y hermanas venezolano/as. ¿Cómo se integra esta población con la peruana? Este número ha sido identificado por el Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM), coliderado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), donde además encuentran que hay deficiencias, especialmente por la pandemia, de servicios sociales adecuados para esta población. Es correcto, pero este problema lo viven los nacionales, así como los extranjeros en el Perú. Las diferencias no son muy claras, en realidad las poblaciones se integran bastante bien, todos tratan de sobrevivir con lo poco que el Estado puede hacer.  Por ello es que cuando se buscan sacar políticas o mejoras para migrantes, es complicado cuando los servicios para los peruanos son pésimos. ¿Cómo podemos atender a una población migrante internacional si nuestra población migrante interna no esta atendida?

A diferencia del hemisferio norte, la población no rechaza o abusa de la migrante internacional, son los políticos que usan el discurso. Cuando me despedí de mis amigos migrantes de la Casa Marianela, había un peruano de Chiclayo (cerca a Paita, donde tu viviste), que me preguntó porqué regresaba a Perú, si tenía permiso de trabajo en Estados Unidos. Le comenté que había conseguido un buen trabajo en el Ministerio del Interior y me di cuenta la diferencia entre el y yo. Él había vendido todo los que tenía en Chiclayo para tomarse un vuelo a Guatemala para cruzar la frontera de México, pagar a los coyotes y llegar a donde estaba cruzando en la madrugada, rampeando, a Texas. Solo tenía el nombre de unos peruanos en Nueva Jersey. Regresé a Lima y me contaron que el emprendió su camino hacia el norte.

Cada vez se cierran más los países, los miedos se profundizan, pero la amistad de los pueblos perdura. La historia de América es como la del árbol que está en tu jardín en la Quinta del Libertador cumpliendo lo que tu alguna vez dijiste: “Mi país es el continente de la América, aunque nací bajo la línea del Ecuador.”

 

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Reporte Mensual de Fondos Mutuos Mayo 2021, de la Asociación de Administradoras de Fondos Mutuos del Perú. Infografía: Leyla López

El reporte de la asociación indica que el desempeño de mayo estuvo marcado por la coyuntura local y las expectativas de los inversionistas respecto al posible ganador de la elección presidencial. 

“Gran parte de ese dinero, según las divisiones de los bancos, que son los administradores más grandes, se cambió de soles a dólares y muchos de estos se enviaron afuera. En mayo [el retiro de fondos mutuos] se ha acentuado y lo vemos en el tipo de cambio. Hubo días en que el Banco Central de Reserva [BCR] tuvo que vender muchos dólares o intervenir con ‘forwards’ [operaciones de política monetaria para aliviar la subida del tipo de cambio]. Eso es bastante demanda, y no solo de compañías, sino también de inversionistas chiquitos”, explica Rojas. 

Movimientos como estos parecen haber asustado a los directivos de bancos como el BBVA Perú, que ayer cubrió con paneles protectores las fachadas de 35 oficinas a nivel nacional. El mensaje de temor se concentró principalmente en el centro y sur del país: las ciudades con agencias que colocaron la protección son Lima, Arequipa, Madre de Dios, Puno, Juliaca, Tacna, Ayacucho, Pasco y Moquegua, según detalló a Sudaca la oficina de prensa del banco. 

“Se trata de una medida preventiva de protección a nuestros empleados y clientes en algunas zonas sensibles donde en otras ocasiones las oficinas bancarias se han visto afectadas por hechos relacionados a protestas o manifestaciones. Son 35 oficinas de 320 a nivel nacional. Las oficinas atenderán con normalidad el lunes, pero se debe dar seguridad a los empleados o clientes por si se presenta algún disturbio. Más de 280 oficinas bancarias no tienen esa protección. Con disturbios, nos referimos a marchas”, explicaron. 

Refugiados en el dólar

También ha habido un claro movimiento hacia la divisa de refugio por excelencia. De acuerdo a las cifras del Banco Central de Reserva (BCR), entre marzo y abril de este año, los depósitos en soles del sistema financiero peruano han caído entre 1.5% (depósitos a plazos) y 6.4% (dinero de libre disponibilidad), y las cuentas en dólares se incrementaron entre 5.5% y 5.8%, respectivamente frente a marzo. Pero aún más: S/4.709 millones -su equivalente en moneda nacional o extranjera- han sido retirados del sistema. 

Hugo Perea, economista jefe para el Perú del BBVA Research, explica que lo usual en un proceso electoral es que personas y empresas opten por dolarizar sus portafolios de manera preventiva, pero que la incertidumbre ahora ha sido más alta de lo común. “Mi impresión es que en este proceso electoral la dolarización ha sido más acentuada. Creo que es básicamente una demanda vinculada a un factor precautorio”, comenta. 

Perea segura que las cifras de mayo -que aún no han sido publicadas- reflejarán la misma tendencia, sobre todo por el lado de las personas naturales, ya que las empresas se han movido primero porque suelen ser más rápidas. Por el lado de las personas, recordó que esta vez algunos han podido acceder al 100% de sus cuentas CTS, que tradicionalmente han estado en soles. y podrían haber hecho la conversión a dólares.  

Si la tendencia se acentúa después de las elecciones, el economista consideró que el sistema financiero tiene suficiente liquidez para afrontarlo. “Ante la eventualidad de que las cosas sean más complicadas, el BCR también tiene herramientas para proporcionar apoyo transitorio de liquidez en dólares. Tiene disponibilidad de reservas internacionales, más de US$7 mil millones, por ese lado creo que hay un cierto “colchón” que va a permitir enfrentar episodios de volatilidad intensos”, afirmó.

Para Rojas, existe un segmento de la población que siempre confía más en el dólar y ante la incertidumbre hay un efecto de contagio. “La gente se desespera pensando que ya perdió su oportunidad y creo que hay esa sensación de contagio donde lo poco que tengo lo mando a dólares. Hay un tema de emoción en este momento en el que todos estamos muy sensibles y que te incentiva a tomar decisiones emocionales”, afirma. 

De momento, el nerviosismo ha servido para multiplicar las operaciones en las casas de cambio digitales. Según Matías Maciel, Co-Founder & CFO de Rextie, entre abril y mayo su ritmo de captación de nuevos clientes se duplicó. 

“En estos contextos de volatilidad el precio es como un llamado a operar porque el que cree que está caro, vende, el que cree que va a seguir subiendo, compra. Las personas, normalmente, operaban un monto promedio de US$1.000 a US$1.200 dólares por operación y ahora [desde abril] el promedio subió a US$1.500. Los volúmenes claramente aumentaron”, detalla. 

Servicios migratorios con alta demanda

Y así como el dinero se puso en marcha en los últimos días, algunas personas han retomado planes de viaje, incrementando la demanda de pasaportes. La Superintendente Nacional de Migraciones, Roxana Del Águila Tuesta, explicó que antes de la pandemia se entregaban 800 pasaportes por día. Cuando se empezaron a reanudar los viajes, se repartían 300. Actualmente, en cambio, se entregan 2.000 diarios a nivel nacional.

“Dada la inmensa cantidad de solicitudes se han cubierto las citas hasta septiembre. Vamos a trabajar en Breña de lunes a sábado y así vamos a poder entregar 4.000 pasaportes por día a nivel nacional. En Tumbes antes entregábamos 10 pasaportes por día, ahora son 150 por día”, indicó a Sudaca durante la inauguración de una nueva oficina en el Jockey Plaza.

Del Águila se excusó de pronunciarse sobre temas políticos, pero precisó que este incremento de la demanda se registra desde marzo, antes incluso de la primera vuelta, por lo que lo vincula más al aumento de las frecuencias aéreas o a la posibilidad de vacunarse en Estados Unidos. No hay, sin embargo, una medición formal de los motivos detrás del fenómeno de la renovación de pasaportes. 

“El 2020 nadie viajaba y por eso, de pronto, no se dieron cuenta que sus pasaportes vencieron. Podemos apreciar que son grupos familiares. Con esta apertura y estas decisiones esperamos que las citas lleguen solo hasta julio y podamos atender a los que ya sacaron cita”, agregó. Según los vuelos directos que han contabilizado, unos 117,000 peruanos han viajado a Estados Unidos desde febrero hasta los primeros días de junio. Allí muchos buscan una dosis del antídoto contra la Covid-19. 

*Fotoportada: Leyla López

 

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Ahorros, BBVA, Dólar, Dólares, Elecciones 2021, Migración

Por Luisa García y Alejandro Guzmán

M.C. llegó a Lima, desde Bogotá, el 11 de enero en la aerolínea Viva Air. Viajó con su novio y asegura que ninguno de los dos ha recibido llamadas de seguimiento del Ministerio de Salud (Minsa) para verificar que están cumpliendo con su cuarentena. Hoy miércoles es su noveno día de confinamiento. Le quedan, teóricamente, cinco más.

Con Y.D. tampoco se ha comunicado aún el personal del Minsa. Ella arribó a Lima un día antes que M.C. desde La Florida, un estado que reportó más de 30.000 infectados el segundo día del año, según informó el New York Times. La segunda ola en Estados Unidos es gigantesca: solo dos días antes de su viaje, se contabilizaron más de 300.000 nuevos contagiados en ese país.

En un intento por dimensionar cuánto puede afectar al Perú el aumento de casos en el extranjero, Sudaca pidió a la Superintendencia Nacional de Migraciones el número de pasajeros que ingresaron al país vía aérea en lo que va de enero, así como las ciudades de origen de sus vuelos. La información, sin embargo, fue negada por la oficina de prensa. ¿La excusa? Que los datos −que normalmente sí son proporcionados como información periodística− son considerados sensibles en el contexto de la pandemia.

Pero la data ya publicada es, de todos modos, reveladora: según una nota de prensa del Minsa, 121.455 viajeros arribaron al país entre el 5 de octubre −cuando se reabrieron las fronteras aéreas para vuelos comerciales− y el 9 de diciembre. En ese periodo estuvo vigente un protocolo sanitario que estipulaba que el Minsa debía monitorear la aparición de síntomas que pudieran indicar casos positivos.

De ese monitoreo, apenas tres casos de Covid-19 fueron identificados por el Centro de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC), organismo del Minsa encargado de hacer el seguimiento a la cuarentena de los pasajeros internacionales. Tres entre más de 120.000 equivale a un insignificante 0.0024%. Ese resultado es engañoso.

Los números detrás de los números

Según el Minsa, de octubre a diciembre se realizaron 186.807 llamadas al grupo de 121.455 viajeros mencionado líneas arriba. Con una división simple, eso implicaría menos de dos llamadas por pasajero a lo largo de su cuarentena, cuando el monitoreo debería ser diario. Este medio solicitó una entrevista con un vocero del Minsa sobre el tema, pero tras varios intentos no obtuvo respuesta. También pidió en numerosas oportunidades una entrevista con el director del Centro de Epidemiología (CDC), sin éxito.

¿Qué tan eficiente fue el seguimiento para afirmar que la “Reanudación de vuelos internacionales no tuvo impacto en incremento de casos COVID-19 en el país”, como tituló el Minsa la nota de prensa donde publicaba estos números? De las mencionadas 186.807 llamadas realizadas por personal del CDC del Minsa, solo el 55.37% fueron efectivas (es decir, contestadas). Así, solo se logró establecer comunicación con el 63% de los pasajeros.

Con ese porcentaje de efectividad, se identificaron apenas 610 casos sospechosos. Sin embargo, solo al 22,39% −menos de un cuarto− de ellos se le tomó alguna prueba, ya sea la molecular o la de antígenos. Al 68.36% no se le tomó muestra por “diversos motivos”. El 8.85% de los casos sospechosos no respondió el teléfono tras varios intentos. Y no hubo mucho más que hacer con ellos.

Quizá lo más preocupante son las conclusiones erróneas −como la del titular de la nota de prensa del Minsa− a las que puede llevar una metodología mal diseñada, que no contempla una recopilación diaria de los síntomas. La médico epidemióloga de la Cayetano Heredia Larissa Otero afirma que solo luego de tener a los viajeros en constante vigilancia se podría concluir que no están siendo una fuente importante de transmisión, si es que muy pocos o ninguno desarrolló la Covid-19.

Diseño: Leyla López.

¿Sigue la coladera?

Desde el 4 de enero, el gobierno peruano exige una cuarentena obligatoria de 14 días para todos los viajeros que ingresen al país. ¿Cómo se le hace seguimiento? A través de escasas llamadas telefónicas con un bajo nivel de efectividad. Lo escaso e ineficiente de este proceso puede cotejarse con los testimonios de viajeros a los que ha entrevistado Sudaca, quienes arribaron pasada esa fecha. Algunos no han recibido ninguna llamada y, los que sí, aseguran que se trató de una o −en el mejor de los casos− dos.

El 4 de enero, el director del CDC del Minsa Luis Rodríguez actualizó el dato del porcentaje de llamadas efectivas: el 50% de los viajeros entrantes “no responden las llamadas o dan números telefónicos falsos”, mencionó. Un porcentaje aún peor que el reportado en diciembre.

“Eso es muy grave. Si efectivamente eso es real, es crítico, porque otra vez volvemos al tema de la responsabilidad individual”, opina Theresa Ochoa, médica infectóloga y profesora asociada de Epidemiología en la Universidad de Texas en Houston. “De nada nos sirven estas normas [cuarentena obligatoria para los viajeros] si el individuo no va a ser consciente de que sus acciones pueden tener una repercusión en general, para infectar a otras personas”, agrega.

“Creo que monitorizar los síntomas a diario es importantísimo”, dice Larissa Otero. También apunta que, por eficiencia de recursos, eso se podría hacer a través de una web o app a la que los viajeros estén obligados a reportar sus síntomas. Luego solo se llamaría a los que no cumplen con el monitoreo o que sí presentan algún síntoma y, como refuerzo, podría haber un contacto telefónico aleatorio con parte de los que cumplen con su reporte diario. “Esto debería usarse para viajeros y para contactos cercanos”, agrega. En el protocolo de octubre se estipulaba que los pasajeros deberían realizar un ‘autotriaje’ a través de un aplicativo del Minsa. Ninguno de los viajeros consultados por Sudaca fue informado de dicho aplicativo.

Este lunes, L.L. y su familia acabaron su confinamiento. Llegaron a Lima el mismo 4 de enero, cuando empezaba a regir la cuarentena obligatoria por dos semanas para los viajeros internacionales. Ella dice simplemente no entender cómo controlan la cuarentena, pues en su casa son tres los que viajaron y solo llamaron a su esposo y a su hijo en una oportunidad a cada uno. A ella, en ninguna.

Aunque las comparaciones son odiosas, en este caso pueden ayudar. Al igual que Perú, Chile también ha normado que los viajeros que ingresen al país deben realizar una cuarentena obligatoria. La diferencia es que el seguimiento chileno sí es diario: según estipula la normativa local, los viajeros reciben cada día un correo con una encuesta sobre su estado de salud y su ubicación, a la par de tres recordatorios de que deben llenarla como parte de su declaración jurada. Sudaca pudo confirmar, de acuerdo a experiencias de viajeros chilenos, que dichos mensajes y recordatorios llegan diariamente.

Diseño: Leyla López.

Los aeropuertos, focos infecciosos

“Recuerdo el caso de dos chicas: se hicieron pruebas el viernes en Estados Unidos, con resultados negativos. Viajaron el sábado. El martes las dos tenían pruebas positivas. Se infectaron o en el aeropuerto en Estados Unidos o en el avión o al llegar, no se sabe, pero se infectaron”, apunta el médico infectólogo Eduardo Gotuzzo. Aunque es algo que las aerolíneas preferirían no decir, el especialista considera que los aeropuertos sí son focos de contagio para personas que han dado negativo a las pruebas antes de tomar sus vuelos. Por norma, estas deben realizarse hasta 72 horas antes del viaje.

M.C. cuenta, por ejemplo, que cuando partió a Colombia, a fines del año pasado, no le exigieron usar protector facial. A los aeropuertos llegan personas que viajan a diferentes destinos, cada uno con sus propios protocolos. Antes de abordar, los viajeros deben compartir colas, procesos y salas de espera. Pero para M.C. los patios de comida son los lugares más riesgosos. Los viajeros se quitan la protección para comer, cerca de otros pasajeros. No escapa a este párrafo el Jorge Chávez.

Los pacientes demoran en promedio cinco días en manifestar sus síntomas, pero pueden contagiar a otros individuos desde antes, explica la infectóloga Theresa Ochoa. Un viajero podría creer, durante todo su trayecto, que no está infectado. Mientras en realidad está, además, contagiando a otros. Para saber si se estuvo o no frente a un viajero agente de contagio, la calidad del seguimiento de su cuarentena es clave. Es la única forma de conseguir un mapeo más acertado de los posibles infectados que llegan de otros países. Pero ya vimos que la calidad del seguimiento en el Perú no es muy útil.

Geolocalización: ¿real o no?

Al ingresar al país, M.C., Y.D. y L.L. llenaron y firmaron una Declaración Jurada de Salud y Autorización de Geolocalización de su celular. La declaración y la autorización aparecen en la web de Migraciones en un solo formulario. ¿Se realiza o no esa geolocalización para controlar que los pasajeros recién llegados no estén violando su cuarentena?

Fuentes del Minsa dijeron a Sudaca que la geolocalización no se efectúa. Las personas positivas a Covid-19, hayan sido identificadas en el Jorge Chávez o luego, sí tendrían un seguimiento diario, aseguraron las mismas fuentes, que pidieron anonimato por no tratarse de voceros oficiales o autorizados. Recordemos, sin embargo, que de octubre a diciembre solo se identificaron tres positivos entre más de 120.000 viajeros.

“Ahora con los sistemas electrónicos no debería ser tan difícil [implementar una vía de seguimiento a los viajeros]. Uno lo registra con el código de pasaporte o DNI, sus datos deberían entrar a una base [de datos], se registra su celular, lo compruebas en ese momento, y registras otros celulares de back-up“, sostiene Larissa Otero.

Los viajeros entrevistados por Sudaca tampoco recuerdan que el personal sanitario que verificó su declaración jurada al ingresar al país haya comprobado su número de celular. En su cuenta de Twitter, la periodista Alejandra Cruz llamó la atención, además, sobre la obligatoriedad de proporcionar un teléfono fijo, cuando muchos ya no tienen uno. “Creo que coloqué el de mi abuela”, dijo Y.D, por ejemplo.

A la deriva

Sin una recopilación diaria y sistemática de los síntomas de los viajeros internacionales, se deja a la deriva su seguimiento epidemiológico. La necesidad del Minsa de cambiar de metodología, a una que sí sea eficiente, es clara. Pero también hay otra urgencia: “insistir en la educación sanitaria para que seamos conscientes de cómo debemos actuar”, opinó la infectóloga Theresa Ochoa. Ella lo plantea como prioridad frente a la opción de volver a cerrar fronteras, por ejemplo. “Cualquier medida es imperfecta si la gente no cumple bien”, reflexiona su colega Eduardo Gotuzzo.

“Tenemos que apelar a ese sentido de la responsabilidad, es un sentido moral. Uno no quiere contagiar a otras personas. La gente dice: no va a pasar nada, prefiero que ya me dé Covid. ¿Pero de dónde creen que se contagiaron los que han muerto?”, cuestiona Larissa Otero.

El último viernes 8 de enero la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, confirmó la primera detección de una persona portadora de la variante británica del virus. Una persona que reside en Perú. Lo más probable es que la variante haya entrado por el aeropuerto. Con un seguimiento epidemiológico más eficiente de los viajeros internacionales, un mejor rastreo de los contactos portadores de esa variante habría sido posible.

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