Lo escalofriante no es solamente que la Corte Suprema haya decidido que el gobierno federal no debe regular este tema peliagudo (con lo cual la mitad de los estados del país –gobernados por republicanos– van a pasar a criminalizar el aborto en cualquiera de sus formas), sino que algunos de los jueces, particularmente el controvertido Clarence Thomas (el mismo acusado de acoso sexual hace tres décadas por la abogada Anita Hill), ya están anunciando que otras leyes conquistadas, como el matrimonio entre personas del mismo sexo y el derecho a cambiarse de identidad sexual, deben ser derogadas.
Aquí quiero manifestar mi posición frente a esos temas y mi apoyo total a la comunidad LGBTQ+, porque no seré gay, pero sí soy una aliada que peleará y defenderá sus derechos como los de cualquier ser humano.
Así como se celebra este junio el Mes del Orgullo Gay y la inclusión en todas sus modalidades, pienso que debemos mostrar solidaridad por todas aquellas personas que se han visto discriminadas por su manera de ser y de sentir.
Después de haber sido maestra y profesora universitaria por muchos años, agradezco el aprendizaje que he obtenido de mis estudiantes escolares y jóvenes adultos. El mundo ya no se mide en blanco y negro; hay muchas más manifestaciones que podríamos tratar de entender en nuestros hijos, estudiantes, alumnos y aprendices.
En este Mes del Orgullo Gay debemos instar a los congresistas de todos los países (incluido el Perú, por supuesto) a que empiecen a implementar leyes para que los integrantes de la comunidad gay, lesbiana y trans se vean aceptados y protegidos con todos los derechos de cualquier ciudadano. Estamos viviendo una época diferente; ya no se puede hablar solamente del sexo tradicional o binario entre hombre y mujer. Ahora también vemos otras manifestaciones, y la mejor postura para una convivencia armónica es aceptar efectivamente otras maneras de ser y apoyarlas.
El cambio social lo empezamos por casa, con el amor al prójimo. Lo empezamos con nosotros mismos siguiendo el camino de la empatía, volviéndonos seres comprensivos y solidarios. Hasta el papa Francisco ha dicho «quién soy yo para juzgar las opciones de otros». Dios nos creó a todos con características especiales y, finalmente, el amor es el amor (salvo cuando se trata, claro, de abuso infantil o pedofilia). Pero estas son palabras muy grandes todavía para muchas de nuestras autoridades.
Tags:
Derechos de las mujeres,
LGTBQ+