reforma universitaria

Sorprende, en ese sentido, que la presidenta Boluarte y el premier Otárola, soslayen sus propias promesas y permitan que el titular de Educación destruya lo avanzado en ese ámbito. Ojalá haya urgente reconvención. No se puede permitir que la reforma universitaria sea tirada abajo por motivaciones ideológicas inconducentes y, hay que decirlo, manejos económicos mafiosos que se mueven debajo de la mesa para lograr su cometido.

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DEFENSA DE SUNEDU

La desobediencia del Congreso era predecible para algunos de los demandantes, como el grupo de profesores de Derecho de la PUCP que se adhirieron a la demanda de amparo en mayo. De hecho, Luciano López, parte de este grupo, presentó dos solicitudes a la jueza Grajeda horas después de que fallara a favor de la Sunedu. López le pedía agregar en la sentencia que, en caso el Congreso insistiera con promulgar la ley -como terminó ocurriendo- esta no pueda surtir efecto. Anoche, esta solicitud fue aprobada por la jueza.

“Sabíamos que era una amenaza potencial que el Congreso pueda promulgar la ley [a pesar del fallo]. Si eso sucedía, debíamos buscar que no sea aplicable a la Sunedu. Al aprobarse nuestro pedido, la entidad no está obligada a aceptar ningún nombramiento de representantes ni cumplir ninguna de las normas modificadas», relata López. Dicha solicitud también había sido hecha por la Sunedu al momento de presentar el recurso.

Arriba: parte del petitorio de febrero donde el procurador de la Sunedu pide la inaplicación de la norma. Abajo: pedido de inaplicación que hizo Luciano López horas después de la sentencia.

Desde las curules que defienden la reforma, además, anuncian algunas acciones. Flor Pablo (Partido Morado) asegura, por ejemplo, que en el Pleno de la siguiente semana -donde se instalará la nueva Mesa Directiva- empezarán con la recolección de firmas para presentar una acción de inconstitucionalidad contra la ley. Esta medida ya estaba en los planes del Bloque Parlamentario Pro Reforma Universitaria desde mayo, pero recién se va a concretar debido a su promulgación. Necesitan 33 firmas del hemiciclo para que proceda esta acción. Pablo espera contar con, al menos, los 25 miembros del Bloque.

La decisión judicial de este caso no tenía precedentes, de acuerdo a los abogados consultados por Sudaca, pues lograba frenar un proyecto de ley por atentar contra derechos fundamentales. Pero si el fallo era inédito, no lo es la actitud del Congreso de arremeter contra lo que signifique un obstáculo a sus intereses. Esto es visto como un atentado al equilibrio de poderes.

“El proyecto de ley era una coartada. Lo de ‘restablecer la autonomía’ era una frase que suena bien en algunos sectores, pero la discusión de la autonomía ya se zanjó en el 2015; no con la opinión de alguien, sino con una sentencia del Tribunal Constitucional”, considera Jorge Mori, director del Centro para el Análisis de Políticas Públicas de Educación Superior, una organización sin fines de lucro. 

“Esto nos muestra la clase de congresistas que tenemos: gente que no cree en el estado constitucional, que no cree en el equilibrio de poderes”, detalla Luciano López.

Paralelamente a esta desobediencia, el Congreso también ha optado por la vía legal para revertir el fallo de la jueza: anoche la parte demandada presentó un recurso de apelación, según la consulta de expedientes del Poder Judicial.

Intentamos comunicarnos con Lady Camones, vicepresidenta del Congreso que firmó la promulgación de la ley. También con Esdras Medina, Martha Moyano y Patricia Juárez, congresistas que apoyaron el proyecto pese a los reparos del Poder Judicial. Al cierre de este informe, no obtuvimos respuesta por parte de ninguno de ellos. De lo que no hay duda es que la vieja ANR vuelve a sonreír.

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Congreso, reforma universitaria, SUNEDU

Las buenas instituciones del Estado en general, están siendo devastadas por la incompetencia del gobierno central y la particular mediocridad del presidente, que no sabe ni dónde está parado. Ahora se suma a esa labor de destrucción institucional nuestro Congreso, plagado lamentablemente de personajes que no responden a los intereses nacionales sino a las mafias informales que, al parecer, ayudaron a colocarlos donde están arrellanados.

La del estribo: veremos Cavando en la arena, obra de Alonso Alegría, que, sesenta años después de haber sido escrita en su versión original, llega reescrita al local del Centro Cultural Ricardo Palma, con la actuación de Leonardo Torres, Ricardo Velásquez, Stephanie Orué y Carlos Mesta, en una producción de Carolina Silva Santisteban. ¡Promete!

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reforma universitaria, SUNEDU

El presidente de la comisión de Educación, Esdras Medina, indicó que los dictámenes sobre la reforma universitaria no se están saltando una valla al ir directo al Pleno del Congreso porque no están afectando la constitución. Además, aseguró que con lo planteado se busca fortalecer y dar libertad y autonomía a la Sunedu ante los gobiernos de turno.

También conversamos con el politólogo Carlos León Moya sobre el papel de la izquierda y la derecha en la política nacional, además de las alianzas ante las elecciones municipales.

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Carlos León Moya, Esdras Medina, reforma universitaria

Al tercer día de la designación del Ministro de Educación, un asesor diligente le alcanzó un informe sobre la situación de las universidades públicas y privadas en los rankings internacionales, una de las metodologías usadas para medir la calidad de las universidades, durante el 2020 y el 2021. El Ministro se detuvo en los debates acerca de la pertinencia y el objetivo de llevar a cabo tal medición, en los indicadores seleccionados para la misma y en los sesgos predecibles. Es más, puso particular atención a los resultados de dos reconocidos rankings: Times Higher Education y QS Latin America University Rankings. 

En el Times Higher Education, a julio del 2021, figuraban ocho universidades nacionales en el ranking de las mejores universidades de América Latina y el Caribe. Dos más que en el 2020. Entre las 100 primeras, de un total de 177, se encontraban dos universidades privadas: la Pontificia Universidad Católica del Perú (puesto 36) y la Universidad Cayetano Heredia (puesto 51); y dos universidades públicas: la Universidad Nacional Agraria La Molina (puesto 76) y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (puesto 81). Las otras cuatro, ubicadas a partir del puesto 151, eran las siguientes: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Universidad San Ignacio de Loyola, Universidad San Martín de Porres y Universidad Científica del Sur. 

En tanto, en el QS Latin America University Rankings 2020, entre las 100 primeras, se ubicaban la Pontificia Universidad Católica del Perú (puesto 18), la Universidad Cayetano Heredia (puesto 73) y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (puesto 68). Al año siguiente, a las tres universidades señaladas, se sumó la Universidad del Pacífico (puesto 95). Entre uno y otro año,  con la excepción de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, mejoraron su ubicación en el ranking. De igual modo, el Ministro revisó con detenimiento los 16 indicadores que utiliza QS para formular sus rankings, algunos de los cuales los asoció con los estándares mínimos o Condiciones Básicas de Calidad que las universidades deberían contar para licenciarse tales como las de disponibilidad de docentes calificados, producción académica y mecanismos de inserción laboral para sus egresados. 

Asimismo, recordó algunas de las conclusiones del II Informe Bienal sobre la realidad universitaria en el Perú elaborado por la Superintendencia de Educación Superior Universitaria (Sunedu) en cuanto a los resultados de la investigación y su publicación en revistas indexadas. Así, entre el 2014 y el 2020, su número se triplicó pasando de 1770 a 5823; y el Ranking nacional de universidades según investigación. El cual se elaboró para que se contara con un indicador de la producción científica de la investigación universitaria según estándares internacionales de calidad. 

En su formulación se empleó la información de los documentos de todas las disciplinas publicados en revistas indexadas por Web of Science (WoS) y Scopus por separado, dos bases de datos reconocidas por sus rigurosos estándares editoriales y científicos. Así en el Ranking general – Wos la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad de Ingeniería y Tecnología y Universidad Nacional Agraria La Molina ocuparon los cinco primeros puestos. Mientras que en el Ranking general – Scopus, en las cinco primeras ubicaciones, figuraban la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional Agraria La Molina y Universidad Científica del Sur. 

El posicionamiento e incremento de las universidades en los rankings internacionales; el aumento de publicaciones en revistas indexadas producto de las investigaciones llevadas a cabo;  y la elaboración de un ranking de universidades según su producción científica e impacto confirmaron al Ministro que la reforma universitaria había encaminado a las universidades licenciadas por la ruta de la mejora continua y la prestación de una educación de calidad en beneficio de sus comunidades académicas y el país. Por eso mismo, reafirmó su decisión de defenderla y profundizarla. Esta ficción sobre el Ministro y su postura favorable a la reforma universitaria ojalá se haga realidad. 

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Hoy el Congreso de la República deberá mostrar al pueblo peruano de qué está hecho. Deberá decidir si aprueba o no una de las embestidas más fuertes y funestas en contra de la universidad en los últimos 20 años. Los congresistas deberán decidir si se colocan del lado del país que necesita de una adecuada educación superior o si se coloca del lado de los mercaderes de la educación que con intereses mafiosos se han dedicado hacer fortuna estafando a los más necesitados.

La universidad es la madre del alma de una nación. Si una se envilece arrastra a la otra. Por ello, no nos debe sorprender que la peor crisis de nuestro sistema universitario surgiera bajo el régimen más envilecido de nuestra historia, la dictadura fujimorista. La universidad es la encargada de formar a la élite dirigente, a los científicos, humanistas, profesionales que deberán cargar en sus hombros el desarrollo material y espiritual del país. La defensa de la universidad es la defensa del destino de todos nosotros como sociedad.

Es cierto, como anota Nicolás Linch, que la Contrarreforma universitaria se inició en el momento mismo en que la tecnocracia neoliberal, liderada por el ex ministro de educación Jaime Saavedra, logra introducir un elemento extraño a la universidad como la SUNEDU: “Saavedra y su grupo obtienen lo que querían tomando por asalto una ley en cuya elaboración no habían participado hasta el momento final y usan esta oportunidad para desarrollar un proyecto mayor: la segunda fase de la privatización universitaria, hoy en curso en el Perú. Han tenido la audacia de poner las cosas al revés y tener éxito, por el apoyo mediático que ostentan, llamando “reforma” a lo que en el fondo es una “contrarreforma” de la educación universitaria” (La universidad y el poder en el Perú: Los último cien años). En todos los proyectos de ley anteriores a este se hablaba de un Consejo Nacional de Universidades que reemplazaba a la funesta Asamblea Nacional de Rectores (ANR). Se trataba de un organismo surgido del seno mismo de la universidad, pues se entiende que ésta siendo el reino de la inteligencia no puede aceptar ninguna entidad extraña a ella que la controle.

Lo que se ha logrado con la tergiversación de la mal llamada reforma universitaria es acentuar el modelo de una universidad para el mercado dejando de lado los ideales que la inspiran y guían. La SUNEDU actúa como una suerte de comisario de la educación superior atreviéndose a ir más allá de sus funciones, como la de otorgar autorizaciones de funcionamiento, sino que los burócratas también revisan los programas académicos y hasta pretenden supervisar el modo en que un profesor debe dictar su curso con odiosos formatos, carpetas, escritorios, y un largo etcétera de instrumentos que sólo ha logrado burocratizar aún más la función de los profesores.

Lo que sucede es que el debate sobre la autonomía y la excelencia de la educación universitaria (nos negamos a usar el concepto de “calidad” importado de la administración) se encuentra mal planteado. No se puede colocar en los términos en los que ahora se entiende como si se está a favor o en contra de la SUNEDU. Es cierto que ha habido algunos avances en cuanto a la investigación, pero los términos de la discusión deben ser mucho más amplios que eso. La autonomía tiene que ver con la libertad en el gobierno universitario para poder decidir sobre sus propios programas académicos, los cuales no pueden estar sujetos a la lógica del mercado pues, de lo contrario, prácticamente no habría cabida para las humanidades o las ciencias básicas, por ejemplo.

La universidad y en especial la universidad pública no podrá tener autonomía mientras el Estado le siga otorgando menos de la mitad del presupuesto que necesita para subsistir. Es una vergüenza que la universidad pública tenga que financiarse de sus “recursos propios” mientras que la tecnocracia neoliberal ha tergiversado el programa de Beca 18 que hoy sirve para financiar a las universidades privadas. La universidad pública no puede ser la última opción para sólo para los pobres, en un país que se quiera a sí mismo, la universidad pública debería ser la primera opción para todos.

Con todo esto, lo que pretende hacer el Congreso es nefasto pues significaría un retorno a una situación aún peor a la que vivimos hoy. La mafia y el oscurantismo se han juntado para pergeñar un atentado contra la universidad y sus fueros. Ya lo hicieron permitiendo una moratoria en la que se premia a la mediocridad de algunos profesores que ni una maestría ha podido obtener en tantos años y aun así tienen la osadía de seguir enseñando. Ponernos del lado de la defensa de la universidad en esta coyuntura significa estar en contra de este atentado al alma misma de la nación.

Hace casi cien años Don José Ortega y Gasset nos legó su inmortal texto sobre la Misión de la Universidad, en el que señalaba que ésta tiene tres funciones básicas: la transmisión de la cultura (la más importante), la profesionalización y la investigación. No se cansaba de abogar por que la universidad dejara de ser una fábrica de “bárbaros profesionales”. Ahora que los padecemos podemos entender la importancia de tener universidades de excelencia y con un profundo compromiso con la inteligencia y el desarrollo espiritual del pueblo.

El tema de la universidad es demasiado importante para dejarlo en manos de los políticos y menos aún de los que tenemos. Incluso para dejarlo en manos de algunas autoridades universitarias que no tienen idea de lo que sea una universidad. Ha sido lamentable ver el espectáculo de la ignorancia de balbuceantes gentes tratando de defender lo que a todas luces es el negocio de una mafia que no ha escatimado en degradar a la universidad y al país. 

En este sentido, y hablo como un profesor sanmarquino que ha dedicado su vida a la universidad pública, que las autoridades de San Marcos, la universidad que prefiguró a nuestro continente, se hayan coludido con los intereses subalternos de quienes quieren perpetuar a los pobres en la ignorancia, resulta escandaloso y decepcionante. Nos toca a sus profesores y estudiantes hacer realidad la misión que nos legó el querido siempre recordado maestro sanmarquino Juan Abugattás: “Yo estoy convencido que toca una vez más a San Marcos asumir un real liderazgo en esta difícil tarea. Su peso histórico, su prestigio secular, el hecho que no haya permitido que criterios de ventaja inmediatista o crematísticos la afecten esencialmente, la coloca en un lugar privilegiado. Tal vez haya llegado la hora de convocarnos todos a una movilización permanente para sentar las bases de una renovación profunda de nuestra vieja casa, una renovación enérgica y contagiosa que pueda ser luego emulada por el conjunto de las universidades del país y que se haga orgullosamente, con esperanza, a paso de vencedores y con la mirada puesta en el gran destino que, si así se lo propone, puede tener el Perú”. 

 

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