Un hecho relevante, que suma, es la reciente aprobación en la Comisión de Constitución de la bicameralidad y de la posibilidad de reelección inmediata. Ambos hechos, de terminar aprobándose en el Pleno, crearían incentivos favorables a que los actuales congresistas voten a favor de un recorte de mandato, ya que no los alejaría de la posibilidad de volver a postular y tentar seguir en el cargo.
Lo ideal -insistimos- es la vacancia de un gobernante que ya ha probado incapacidad moral permanente, pero a menos que aparezca un audio o video demoledor, con él como protagonista, va a seguir manteniendo su blindaje en los 44 votos izquierdistas que impiden el proceso. El plan alternativo de recortar el mandato tiene el costo de tener que soportar la ingobernabilidad hasta el próximo año, pero igual es infinitamente preferible a tener que hacerlo hasta el 2026.