Lo que la ciudadanía espera del Parlamento no es colaboracionismo obsecuente, sino fiscalización recia, capaz de refrenar en alguna medida el desastre al que nos va a conducir inexorablemente la gestión de Castillo. La única forma de que las fuerzas democráticas sobrevivan políticamente con alguna posibilidad de recambio electoral el 2026, pasa porque ejerzan un papel vigilante e intransigente frente a las trapacerías rochosas del Ejecutivo, para quien el diálogo entre poderes significa impunidad o patente de corso que le permitan saquear el Estado y destruirlo, sin cortapisas.
Congreso más beligerante
Por:
Juan Carlos Tafur
16.09.2022