gobierno del peru

TRES

Yo no he corrompido a nadie, ellos ya eran corruptos cuando los conocí.
Marcelo Odebrecht

Sus declaraciones provocaron una eclosión en el universo político. Aseguró que los propios políticos le proponían darle obras, a cambio de un monto que ellos decidían.

  • Toledo me pidió 35 millones de dólares por la Interoceánica y Camisea.
  • Humala se quería hacer el difícil, pero al final aceptó, con las manos abiertas, por la amable sugerencia de su mujer.
  • AG era un hombre honesto, de principios, que jamás se vendería por migajas, solo por millones.
  • La señora K, a cada rato, pedía que le aumenten 500 mil.

Y pensar que el Arq. Fernando Belaunde Terry, a finales de los ochenta, fue a una entrevista a la revista Caretas. Luego de finalizada la misma, salió a la calle. Entonces, la gente lo reconoció y lo comenzaron a saludar con respeto y por el cariño que se había ganado.

  • Esto no ha vuelto a suceder más. Increíble.

Recordemos lo que escribió el respetado periodista Cesar Hildebrandt acerca del ex Presidente.

  • Belaunde no tocó un centavo del tesoro público, no se hizo rico en la presidencia de la República, no se ensució en contabilidades invisibles ni firmó declaraciones juradas plagadas de mentira. Y hoy que la política peruana consagra la impunidad y azuza el saqueo. Hoy es preciso decirles a los jóvenes que la política de este país supo también de gente decente que llegó al poder sin dinero y salió del poder sin dinero. Sin dinero, pero con honor. Y es bueno que lo escriba un periodista que fue implacable con Fernando Belaunde. Un periodista que hoy extraña a rabiar esa perseverancia en el decoro que hoy agiganta su figura.

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Lo cierto es que si Castillo no alborotaba el gallinero de la forma que lo ha hecho, tenía asegurada su presencia en el poder hasta el 2026. No lo iban a sacar nunca. Hoy, que ha puesto al Congreso contra las cuerdas, ha activado a la vez el mecanismo por el que podría llevar a dicho poder del Estado a tomar decisiones tan radicales como las que el Ejecutivo pretende. Una jugada política de una torpeza inconmensurable.

Es incierto el camino de salida de la crisis a la que el Ejecutivo ha conducido, de propia mano, al país. Pero queda meridianamente claro, que no hay inteligencia ni sensatez detrás de la mano que conduce los destinos del Perú.

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