Crisis política

Dina Boluarte y su ministro de Economía le van a regalar el país a la izquierda el 2026. La recesión, que por fin se admitió que transitamos, genera más pobres, más malestar, más indignación con el statu quo, abono para los antisistema, cuya expresión ya notamos en todas las encuestas que se realizan y que reflejan la voluntad masiva de que se vayan todos.

La coalición derechista del Congreso nunca debió permitir que aborte el adelanto de elecciones que ya había sido aprobado en primera instancia y que, luego, por puro interés crematístico, se dejó diluirse y hoy, por ello, nos vemos obligados a soportar un gobierno mediocre, sin brújula y sin idea de lo que se tiene que hacer para salir de la crisis económica, política y social que nos signa.

Los electores van a castigar duramente a los voceros del establishment y eso va a afectar más a la derecha que a la izquierda, porque ésta última, en su versión radical, ha sabido mantener distancia del régimen, mientras que la derecha, en el fondo de su corazoncito, agradece que Boluarte haya proporcionado, así sea a costa de casi 300 muertos, paz social relativa. Y por ello callan en siete idiomas cuando se trata de acogotar políticamente a una administración que no merece, por su fallida gestión, el menor aval.

La recesión económica golpea a los más necesitados, destruye la generación de empleo formal, disminuye los ingresos, saca de la clase media y torna pobres a millones de peruanos, aumenta la desigualdad social. Pero el incompetente ministro de Economía parece creer que es solo un problema de definiciones teóricas.

Mientras los nuevos líderes del centro y de la derecha -y junto con ellos, los silentes y acomedidos líderes empresariales- no se despercudan de sus escrúpulos formalistas y no agiten el avispero, como corresponde, frente al desastre que este gobierno nos ofrece, las perspectivas electorales de este sector del espectro ideológico no son nada halagüeñas.

La cama está tendida para los Antauro, los Bellido o cualquier otro radical izquierdista que surja en los poco más de dos años que restan para que los peruanos vayamos nuevamente a las urnas a elegir quién nos gobernará del 2026 al 2031.

Tags:

Crisis política, elecciones 2026, Impacto social, Izquierda Radical, recesión

[PIE DERECHO]  Uno de los pilares de la reforma política emprendida a medias en años anteriores, consistía en el financiamiento público a los partidos que hayan conseguido mantener la inscripción electoral, con el objeto de tornarlos menos dependientes del financiamiento privado, por lo general irregular y dado a pactos no santos entre intereses mercantilistas y poder político.

Lamentablemente, según lo acaba de demostrar la asociación civil Vigilancia Ciudadana, los partidos que reciben esos fondos malversan los mismos en usos irregulares y cuestionables.

La supervisión del uso de tales fondos corresponde a la ONPE, pero este organismo electoral no está cumpliendo con su labor, la misma que dado el caso debería escalar, inclusive, a instancias penales. Es más grave que se malempleen fondos públicos, de todos los peruanos, a que se maquille el ingreso de recursos privados. Lo segundo es perseguido de modo tan implacable como desmedido por el Ministerio Público. Lo primero, ni siquiera es tocado con el pétalo de una rosa.

Una de las razones por las que el Perú transita por una severa crisis política corresponde a la precariedad de los partidos. La democracia se debe sostener en la existencia de partidos sólidos, cada vez más flexibles de acuerdo a los tiempos desideologizados que vivimos, pero transparentes y dinámicos. Si hoy los organismos responsables pasan por alto las trapacerías que se cometen en los inicios de la reforma política, lo más probable es que la terminen por desacreditar y pervertir.

Esos dineros deberían derivar en capacitaciones, instalación de locales descentralizados, conferencias ideológicas, instancias de participación ciudadana, no en pago de sueldos a las autoridades partidarias o contrataciones irregulares (en un caso, se ha disfrazado el pago por aparecer en televisión como contratación del productor del espacio televisivo, en otro, un prófugo de la justicia, como Vladimir Cerrón, sigue cobrando).

Si con la misma laxitud se controla el ingreso de dineros de las economías delictivas a la política partidaria (narcotráfico, minería ilegal, tráfico de tierras, etc.), se entenderá por qué la degradación sostenida de la vida política peruana, la misma que, a contrapelo del crecimiento económico de las últimas décadas, ha ido cuesta abajo. La institucionalidad política no ha marchado a la par del desarrollo socioeconómico del país y allí anida una de las fracturas institucionales más graves por resolver.

La del estribo: ya viene La doctora en el Teatro La Plaza, para arrancar la temporada teatral del año. Entre tanto, continuamos la maratón cinematográfica. Recomendadas: Los delincuentes (Argentina), Trenque Lauquen (Argentina), The holdlovers (EEUU), Rustin (EEUU), Amerikatsi (Armenia), Blanquita (Chile), El sueño de la sultana (España), Saben aquell (España), Monster (Japón) y Bastarden (Dinamarca).

Tags:

Crisis política, Fondos públicos, ONPE, reforma política

[ENTRE BRUJAS] En el umbral de un nuevo año, reflexionamos sobre los acontecimientos que marcaron el 2023, un periodo plagado de retrocesos y resistencias en materia de derechos humanos e igualdad.

La crisis política que lo definió fue determinante para el auge de actores autoritarios que buscaron socavar toda propuesta en favor de la libertad y la igualdad.

Estos actores usaron la categoría “democracia”, para destruirla. Haciendo uso de métodos como la amenaza, la calumnia, compra de conciencias y medios de prensa; fueron preparando el terreno para asirse del poder.

Con indignación, hemos observado cómo se ha vulnerado la libertad de expresión y de prensa, así como el derecho a la protesta. En esta misma línea, la igualdad de género y el enfoque de derechos en las políticas públicas han sufrido fuertes ataques. ¿Quiénes son los ganadores del viejo año? La corrupción, la impunidad, la injusticia, la ambición de poder, la violencia de género, la inseguridad ciudadana, la xenofobia y el racismo estructural.

Fotografía: Connie France

El ser humano, presa de sus creencias, necesita pensar que, inaugurado un nuevo año, se pueden dar nuevos comienzos. Aunque la esperanza nunca debe perderse, es difícil pensar en nuevas rutas con los mismos actores políticos y sociales.

Este 2024, quienes defendemos derechos vamos a tener que contribuir a que el miedo cese y exigir un cambio real, siempre siguiendo la legalidad y el Estado de Derecho.

Habrá que iniciar por exigir nuevas elecciones, pero con eso no basta.

La sociedad civil organizada, las feministas, los/as defensores/as de derechos, los gremios, los/as estudiantes, deberán tomar el liderazgo de procesos más largos. Se tendrá que vencer el miedo a protestar y exigir justicia para las masacres. Se tendrá que superar algunas diferencias ideológicas y centrarse en la importancia de defender garantías mínimas para construir una democracia real.

El 2024 es un año de desafíos, en donde tocará seguir resistiendo a posturas autoritarias y narcisistas de las y los políticos. El 2023 ha sido un año intenso, en donde muchos escenarios se definieron. Ahora ya sabemos frente a quiénes estamos y lo que está en riesgo: la paz, la democracia y la justicia.

Que sigan avanzando ya no es una opción. Nuevas elecciones sí, pero necesitamos renovar la clase política también, sino será más de lo mismo.  La esperanza de un país mejor no se pierde.

Tags:

Análisis 2023, Crisis política, derechos humanos, Resistencia 2024

[AGENDA PAÍS]  Si estuviéramos a fines de los 90’s, 2024 podría ser el título de un libro o de una película de ciencia ficción anunciando la aparición de extraterrestres, la llegada de un cometa que acabará con la humanidad o una nueva era de hielo donde solamente sobrevivirán los que puedan llegar a refugios subterráneos construidos para que la especie humana subsista en la tierra.

Hoy, la llegada del 2024 está a unos pocos días y para los peruanos, es otro año que tiene más de incertidumbres que de esperanzas.

Los peruanos estamos viviendo tiempos marcados por escándalos políticos que vienen desde todos los poderes del Estado, ya no se sabe quién es el bueno o quién es el malo, hasta nos preguntamos si todavía hay buenos en este laberinto.

El congreso, cuna por excelencia del clientelismo y de la impunidad, brilla por sus desatinos, leyes a última hora, photoshops para justificar la semana de representación y una última lavada de manos, propia de los tiempos navideños, en la que el presidente del Congreso decidió aplazar hasta marzo de 2024 el pleno, para ver la suspensión de los miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ).

El manejo económico del gobierno no ha dado frutos y seguir justificando que el PBI no va a crecer por las manifestaciones de principio de año y por el Yaku, ya parece una muestra de no saber qué hacer. El mismo ministro Contreras, desafiando las reglas fiscales, se enfrenta al mismo Consejo Fiscal, organismo puramente técnico que alerta y recomienda, más no dicta.

Por eso y muchas cosas más, como dice la canción navideña, el ministro Contreras tiene como regalo una moción de interpelación conseguida con esfuerzo por el congresista Carlos Anderson, pero al haber terminado la legislatura, también será vista en marzo del 2024, como si el pueblo con hambre, pudiera esperar 3 meses.

Impávidos, los peruanos observamos una pelea sin cuartel por el control de la Fiscalía, atacada sistemáticamente por un sector político y sus aliados mediáticos, mientras que, por el otro, la Fiscal Benavides, suspendida de sus funciones, busca defenderse también con sus propios aliados políticos y mediáticos. Guerra de Tronos.

Secuestros, robos, violaciones, asesinatos, delincuentes liberados por jueces, algunos inescrupulosos otros por estar atados de manos ante plazos que se vencen, y nosotros, los ciudadanos, saliendo a la calle con miedo, como cuando fuimos atacados en nuestras calles por Sendero Luminoso a fines de los 80’s y principios de los 90’s. ¿Y ahora quién podrá defendernos?

¡Yo! Gritan más de 30 precandidatos presidenciales que aspiran a tener un 10% en las próximas elecciones y así acceder a la segunda vuelta presidencial. No habrá depuración previa de partidos políticos en las primarias (otro regalito navideño de nuestros congresistas) por lo que los votantes tendremos que enfrentarnos a una sábana llamada también cédula de sufragio, que en el caso de Lima tendría no solamente a 30 candidatos presidenciales sino, a 990 candidatos al congreso para escoger. De tin marín de do pingüé

El panorama del 2024 es oscuro. La presidenta Boluarte debe darse cuenta que su gobierno tiene que dar un shock de confianza interno, refrescando su gabinete con profesionales cuya trayectoria pueda generar confianza inmediatamente en el empresariado. Si ya hay una interpelación al ministro Contreras, seriamente cuestionado por el resultado económico, ¿por qué esperar la interpelación y posible censura en vez de agradecerle por sus servicios y poner una cara nueva, quizá algún exministro exitoso que nos devuelva la esperanza?

No sabemos si en el 2024 nos llegará un cataclismo, la nueva era del hielo o un encuentro cercano de tercer tipo, pero si nada cambiamos, nos podemos enfrentar, nuevamente, a una insurgencia ciudadana de consecuencias impredecibles.

 

Tags:

2024, Cambios Urgentes, Crisis política, desafíos, Escándalos

[PIE DERECHO] Es cuestión de tiempo para que la ciudadanía, harta de los estropicios de nuestra clase política, tanto del Ejecutivo como del Congreso, asfixiada por la crisis económica, sofocada por la incontrolable inseguridad ciudadana, testigo del colapso moral de las principales instituciones, horrorizada por la corrupción rampante en prácticamente todas las entidades estatales, rompa su inercia y decida salir a protestar.

Ya lo ha hecho antes, cuando ciertos hechos detonaron su indignación. Los casos más recientes fueron las protestas de diciembre y enero últimos, la marcha espontánea por la imposición de un toque de queda absurdo, la reacción por la asunción de mando del inefable Manuel Merino, solo para citar las últimas acontecidas.

En el Perú no hay costumbre de movilizaciones. No hay antecedentes de que dos millones de personas salgan a las calles a protestar como ocurrió el 2019 en Chile o como sucede permanentemente en Argentina. Dentro de las muchas explicaciones que se enarbolan para ello, la más potable es la de la informalidad, que de por sí genera inactivismo y desaprensión de la política, pero, además, en términos prácticos, dificulta que la gente dedique horas a la protesta cuando apenas le alcanza al tiempo para cubrir una jornada laboral infrahumana.

Pero la coalición tácita del Ejecutivo y el Congreso está llenando el vaso de la indignación con sus estropicios democráticos (felizmente, una maniobra de Alianza para el Progreso impidió que se cometiera el legicidio de destituir a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia). La semana que culmina, se destruyó la reforma política, se continuó desbaratando la mejor reforma de la las últimas décadas, la universitaria, se favoreció a las mafias al acotar el mecanismo de la colaboración eficaz, se atendió intereses delictivos, como los de los explotadores ilegales de los bosques, y todo ello con el silencio cómplice de un Ejecutivo rehén de la coalición gobernante en el Legislativo.

Hacemos votos para que la ebullición lenta del malestar que este trasiego inmoral de la clase política peruana genera, lleve pronto a las calles a manifestarse y eso conduzca a lo que desde un comienzo debió ser la salida más inteligente de la crisis política: el adelanto de las elecciones. La paciencia tiene límites que hace tiempo han sido desbordados por la desvergüenza de los principales poderes del Estado.

La del estribo: dos lecturas reconfortantes de la última sesión del Club del Libro de Alonso Cueto (mi mejor decisión del año inscribirme en él). Dos cuentos de Jorge Luis Borges, El milagro secreto y La forma de la espada. El teatro, el cine, la ópera y la literatura han hecho más llevaderos estos tiempos horribles que nos ha tocado vivir en los ámbitos político, social y económico.

Tags:

Adelanto de elecciones, corrupción, Crisis política, Protestas Ciudadanas

[AGENDA PAÍS] Hoy, 7 de diciembre de 2023, celebramos, sí, celebramos, le gesta ciudadana que impidió que el entonces presidente Pedro Castillo, ejecute el golpe de estado anunciado en su mensaje a la nación. Esa emocionante y espontánea proeza impidió que el golpista y su familia se asilen en la Embajada de México, lugar al cual se dirigía la hasta entonces, comitiva presidencial; acción que finalmente llevó a su destitución y apresamiento.

Si bien la vicepresidenta Dina Boluarte formaba la plancha presidencial con Pedro Castillo, esta asunción constitucional al poder de la flamante presidenta Dina Boluarte fue tomada como una nueva luz en el oscuro horizonte que el país divisaba.

Pero pronto, las fuerzas radicales azuzadas por mensajes de subversión del círculo más cercano de Castillo y otros que se adelantaron a este acontecimiento, como Aníbal Torres y su ya famoso “correrán ríos de sangre” ante una eventual destitución presidencial, condujeron a violentas protestas ciudadanas que terminaron con un trágico saldo de más de 60 compatriotas muertos incluyendo miembros de las fuerzas del orden.

Así empezaba el gobierno de Boluarte, con un gabinete integrado por profesionales de calidad, pero con una mochila pesada de llevar.

Los primeros meses transcurrieron en relativa calma, poco a poco se vio a la presidenta Boluarte con más seguridad y aplomo, sin embargo (en paralelo) un aire de desconfianza, no solamente al gobierno, sino a las instituciones en general, comenzaba a germinar.

Actualmente la inversión privada está en sus niveles más bajos, el PBI alrededor del 0% cuando países vecinos están entre 2% y 3%, y todo esto aunado a un deterioro de las principales instituciones del estado como el Congreso (8% de aprobación), un Poder Judicial siempre cuestionado por corrupción, la JNJ y su eterno conflicto de interés y ahora, el último eslabón que sostenía la cadena de la institucionalidad, el Ministerio Público.

Los peruanos nos estamos autodestruyendo. No estamos viendo el bien común sino los intereses particulares de grupos afines (económicos o políticos) e incluso intereses individuales en detrimento de la población.

Así, enfrentados los unos a los otros, en lo que más parece una guerra entre mafias, ¿Es posible tener una visión de país?

La situación que vive el Perú es tan enredada, que muchos congresistas consideran que no tienen legitimidad para hacer reformas y así llegar a las comicios del 2026 con reglas que nos permitan una mejor elección de nuestras autoridades como por ejemplo: bicameralidad, distritos uninominales en la cámara de diputados, renovación por tercios de congresistas, implementar las PASO o algún sistema que filtre el número de partidos políticos en las elecciones generales y que resguarde a la ciudadanía de candidaturas de delincuentes, etc.

En estos tiempos se vuelve a tocar la alarma del adelanto de elecciones, ya sea por iniciativa del Congreso o por una desprendida renuncia de la presidenta. Pero esto, en vez de arreglar el problema, lo agrava, porque seguimos con los mismos vicios de siempre y peor aún, con una reforma política obtusa que desincentiva las candidaturas congresales al proponer listas rígidas, olvidar los distritos uninominales y fomentar la discriminación al forzar la paridad en vez de privilegiar el voto popular.

Este congreso es el que todos hemos elegido, nos guste o no. Le corresponde hacer las reformas políticas necesarias para llegar al 2026 con una mejor base que nos permita una elección decorosa y representantes no solamente con capacidades, sino también, con probidad.

Es momento de que los distintos movimientos ciudadanos democráticos insistamos en las reformas políticas necesarias para que esta nación en formación llamada Perú no sucumba ante la tentación de liderazgos populistas, de izquierda o de derecha, que nos hundirían aún más en el caos y la desesperanza.

Tags:

Crisis política, Dina Boluarte, gestión de gobierno, Visión de país

[REFLEXIONEMOS PERÚ] Saludos estimados lectores, es grato nuevamente escribir para compartir ideas, desde este espacio de análisis, ante la situación política que atraviesa el País con el escándalo que acontece en el Ministerio Público, contra la Fiscal de la Nación Patricia Benavides.

A pocos días de conmemorarse el cumplimiento del año de Pedro Castillo en Cárcel, el juego del poder, por el cáncer caviar, sigue socavando la débil democracia del Perú. Y es que a los caviares no les interesa nada. Solo buscan su propia conveniencia. Estos perfiles pseudo-profesionales, son altamente peligrosos. Deshacen con facilidad conceptos vitales, tergiversando la esencia del Estado de Derecho y los Derechos humanos, creando un juego manipulador para que el Estado sea el único responsable del problema que ellos mismo crean. Ellos alteran el orden público y ellos mismos condenan a otros, en el marco constitucional, para que el Estado sea el responsable. Gente perversa.

Hasta hace unas pocas semanas, la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides es presa de su propia creación.

En julio de este año, la Fiscal de la Nación creó el equipo especial de Fiscales contra la corrupción del poder (EFICCOP). Nunca pensó que podría ser devorada – después de un año de la presión de Pedro Castillo – por su propia creación.

La Fiscal atraviesa ahora un momento crítico. De perseguir el delito pasa a ser perseguida. El próximo miércoles el JND definirá el futuro de la Fiscal. De la misma manera, Pedro Castillo va cumplir un año en la cárcel y ahora no se sabe la verdad. Para mayoría de ciudadanos a los que me sumo en esta lista, ocurrió lo mejor que pudo pasar. Que Castillo deje de gobernar el Perú. Para otros, están todavía expectantes de la continuidad o vacancia de Dina Boluarte, quien recuerdan claramente, que cambió su discurso, cuando tuvo que asumir la presidencia.

Pedro Castillo no estaba capacitado para ser presidente de la República. Eso está clarísimo. Aunque su frase: “No más pobres en un país rico” sigue siendo bandera de responsabilidad, para todos los militantes del partido Perú Libre, incluyéndola a la presidenta, Dina Boluarte.

¿Por qué justo ahora – de cumplirse un año de Pedro Castillo en la cárcel- la ola caviar está contra la Fiscal de la Nación?

El equipo especial que la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, formó, para estar detrás de las personas de poder y luchar contra la corrupción. No fue contra Pedro Castillo. Y según manifiesta, Patricia Benavides, inició investigaciones contra Pedro Castillo, tras las denuncias que llegaron. Pero no fue contra él, principalmente.

No podemos olvidar que gracias a Patricia Benavides el Perú se salvó – por audacia y firmeza – de caer en un abismo. Pareciera que todo esto ha sido tramado con alevosía y mucha organización, tras su interés de hacer lucha contra la corrupción de altos mandos. Hacernos creer ahora, que la Fiscal es una “delincuente” o “mentirosa” siempre es la misma lucha de los espíritus mediocres y oscuros contra las personas justas y correctas.

No olvidemos que la mentira está tan enquistada en las Instituciones Públicas, convirtiéndose en una corrupción moral.

Pedro Castillo se disparó en el pie y fue lo mejor que pudo habernos pasado.

Sin saber o no las consecuencias, lo hizo para “salvarse” del Congreso – manifestó Anibal Torres. “En menos de dos años, Castillo acumuló una cadena de investigaciones referidas a supuestas presiones de jefes del Ejército y de la Fuerza Aérea para favorecer a algunos oficiales en el proceso anual de ascensos, por presuntas irregularidades en el puente Tarata. Por tráfico de influencias en el caso Petroperú, por el plagio de su tesis y por los sobornos de la empresaria Sara Goday, que admitió haber entregado al ex asesor Salatiel Marrufo”. (Infobae)

Cuando se destapó el caso del Ministerio de Vivienda, con Sada Goday, Salatiel Marrufo se presentó ante la Comisión de la Fiscalía para dar sus declaraciones. A medida que avanzaron con las investigaciones se dio a conocer que este asesor recibió 4 millones de soles durante la gestión de Pedro Castillo, para beneficiarse del Fondo Mivivienda. Varias personas de confianza del ex presidente Castillo han cometido actos de ocultamiento que fueron descubiertos durante la investigación.

Es lamentable todo este complot contra la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, quien ejerció un rol determinante en la captura de Pedro Castillo y quien, además, denunció a los niños de Acción Popular, y se haya posicionado como defensora de los derechos ciudadanos y de la democracia, y que un grupo oscuro como los caviares y medios caviares, hayan creado este enredo de juego del poder.

¿Qué se está pasando ahora en el Congreso contra la Fiscal?

Estas fuerzas oscuras que operan en silencio y con astucia, cuestionan que Patricia Benavides no haya asistido a la Comisión de Fiscalización del Congreso. Sin duda, ha debido ir. La presunta sospecha sobre si la Fiscal está “liderando una organización “criminal” tras la creación de la operación Valkiria, ha generado más de una sospecha. Falta verificar que los chats sean verídicos, que los bouchers que se han encontrado en las oficinas de los asesores tenga el correlato con la denuncia que ha puesto Marita Barreto. Se espera que se demuestre la instrucción del intercambio de favores direccionados por la Fiscal. La verdad tiene que salir. Pero pareciera también que la justicia se ha vuelto un arma de doble filo peligrosa.

La ciudanía pide a gritos trabajo. Todos necesitamos que el País salga adelante. Todos anhelamos que la economía del País mejore. La democracia está moralmente dañada con representantes políticos que han politizado la justicia y carecen de absoluto respeto a valores humanos y/o morales. Nunca antes el Ministerio Público se había visto entre tanto escándalo. En resumen, la Institucionalidad del País si se siguen desmoronando como castillo de naipes, que no nos sorprenda que el siguiente gobierno sea totalitario o anarquista.

Tags:

Consecuencias, Corrupción institucional, Crisis política, Ministerio público, Pedro Castillo

Es una lástima -y tendrá graves consecuencias políticas- que la Fiscal de la Nación, cuyo proceder permitió que el nefasto Pedro Castillo dejara el poder (si no se hubiera visto acorralado por las investigaciones fiscales probablemente no hubiera precipitado el sainete de golpe que perpetró y seguiría hasta hoy cometiendo latrocinios en Palacio), esté involucrada hoy en el escándalo por todos conocido.

En las próximas horas se sabrá el desenlace final, si Patricia Benavides se aferra al cargo gracias a una medida cautelar, o si la Junta Nacional de Justicia la suspende, pero más allá de cuál sea el final de esta historia, ya la institucionalidad fiscal está dañada irremediablemente, y en ese proceso mella aún más la imagen del Congreso, y suma a la Defensoría del Pueblo y, quizás, hasta al propio Ejecutivo.

La llamada institucionalidad democrática, que ya estaba sumamente desprestigiada, según todas las encuestas, sufre un duro golpe con lo sucedido esta semana y generará consecuencias políticas claras y perniciosas.

Suma a los factores que desde ya vienen consolidando la pronta irrupción en el escenario político y electoral peruano de un candidato antiestablishment. Por lo pronto, ya el propio Pedro Castillo está queriendo aprovechar políticamente las desventuras de la Fiscal de la Nación, para sumar simpatías a su favor (véase su retahíla de tuits al respecto).

No tiene buen pronóstico la democracia peruana. La crisis política estrenada el 2016, cuando el keikismo decidió, por razones pueriles, destruir la posibilidad de una gobernanza de derecha eficaz y viable, se ha ido ahondando con el paso del tiempo, y no hay país que aguante, incólume, tantos años de crisis institucional.

Las consecuencias son de corto plazo. Por ejemplo, la destrucción de la confianza empresarial se debe, es cierto, a la impericia de un MEF precario, pero, sobre todo, a la crisis política. Pero es en el largo plazo que vamos a sufrir el mayor daño. Como si hubiera una mano diligente moviendo la cuna en ese sentido, los hechos acontecen, uno tras otro, en favor de la construcción de un escenario de imprevisibles efectos no sólo económicos, sino, sobre todo, políticos y sociales.

Tags:

Candidato antiestablishment, Consecuencias políticas, Crisis política, Institucionalidad democrática

[PIE DERECHO] La derecha está actuando muy irresponsablemente respecto de las perspectivas electorales venideras. Egos sobredimensionados, apetitos personalísimos y supina indolencia y miopía respecto de los ánimos populares, la están llevando a cometer un suicidio masivo que solo va a beneficiar a las fuerzas radicales de izquierda, que ya se preparan para tomar por asalto el poder, esta vez, inclusive, con mayoría parlamentaria.

En nuestra columna de ayer hicimos un conglomerado de la situación psicopolítica de la ciudadanía y concluimos, en base a las encuestas detalladas, que se cocina a fuego lento, pero irreversible, un escenario propicio para la aparición de uno o más candidatos radicales disruptivos que podrían, inclusive, ser los protagonistas finales de la definición electoral.

Esta semana, una encuestadora ha revelado, a un auditorio cerrado, que un porcentaje significativo de la población podría inclinarse por una candidatura como la de Aníbal Torres -a quien no teníamos en el radar- y que, inclusive, Pedro Castillo, de postular al Congreso -cosa que sí podría hacer a pesar de su condición penitenciaria- entraría con porcentajes superiores al 20% de la votación (hasta podría ser el parlamentario más votado).

Mientras ello sucede, en tanto la crisis política, económica y social, pone los cimientos del candidato antiestablishment, mientras diversos líderes de la izquierda radical recorren el país, villorrio por villorrio, la derecha se aboca a divagar en canales de cable o en prensa escrita limeña, creyendo que está haciendo alta política.

Ya hemos visto de lo que es capaz la izquierda, con el nefasto gobierno de Castillo, ya lo hemos apreciado, a más largo plazo, con el desmontaje paulatino del modelo económico construido en los 90, lo hemos sufrido con la politización banal de la justicia y su uso persecutorio.

¿Eso queremos para el futuro? ¿Una razzia de toda la derecha, conservadora y liberal, por parte de la izquierda, esta vez con las mañas aprendidas en su corto paso por el poder? Hay que recordar que un improvisado gobernante como Castillo logró controlar el Congreso y casi lo logra con las Fuerzas Armadas (se demoraron horas en tomar una decisión, que debió ser instantánea, respecto del golpe del 7 de diciembre, hay que recordarlo).

Tags:

Candidatos Disruptivos, Crisis política, Izquierda Radical, la derecha
Página 1 de 4 1 2 3 4
x