elecciones presidenciales

Parece que la entrevista dominical de Carlos Álvarez marca el inicio de su carrera a la presidencia de la república. Parece que la búsqueda de un candidato de centro derecha con posibilidades electorales ha culminado. Parece que será un rival que complique las aspiraciones electorales de Keiko Fujimori.

La incursión de actores cómicos en la política como candidatos presidenciales es un fenómeno revelador de cambios significativos en la forma en que la sociedad percibe y participa en la política contemporánea. Tanto en el ámbito político como en el cultural, este fenómeno ilustra transformaciones notables que afectan la relación entre los ciudadanos y sus líderes políticos.

Desde una perspectiva política, la presencia de actores cómicos puede interpretarse como una expresión palpable de la insatisfacción generalizada con la clase política tradicional. El desencanto de la ciudadanía con políticos percibidos como corruptos y desconectados de las preocupaciones cotidianas impulsa la búsqueda de alternativas novedosas. Los comediantes, al no estar vinculados a partidos políticos tradicionales, pueden presentarse como figuras no contaminadas por la corrupción y capaces de expresar las inquietudes de la ciudadanía de manera directa y sin restricciones.

En el ámbito cultural, la incursión de actores cómicos también refleja la creciente despolitización de la sociedad contemporánea. En un contexto donde la política ha asumido características de entretenimiento y espectáculo, la ciudadanía muestra un interés decreciente en la política convencional. La capacidad de los comediantes para hacer reír se convierte en una forma de atraer la atención del público, ofreciendo una alternativa a la política tradicional y sus representantes.

La singularidad de estos candidatos radica en su enfoque diferenciado y su habilidad para conectar con el público de maneras no convencionales. Desafían las normas establecidas y presentan ideas diferentes. Su conexión con la audiencia, a menudo basada en el humor y la autenticidad percibida, les otorga una ventaja en la era de la desconfianza hacia la política tradicional.

A pesar de estos aspectos positivos, la incursión de actores cómicos en la política plantea cuestionamientos legítimos sobre su idoneidad y seriedad para asumir roles de liderazgo a nivel presidencial. La percepción de falta de seriedad y la preocupación sobre la capacidad para gobernar son desafíos evidentes que estos candidatos enfrentan. La falta de experiencia política y conocimientos específicos para ocupar cargos de alta responsabilidad puede generar inquietudes sobre su capacidad para abordar los desafíos complejos de la gobernabilidad.

En conclusión, mientras que la presencia de actores cómicos en la política puede ser un reflejo de la búsqueda de alternativas y la desilusión con la política convencional, también plantea interrogantes sobre la preparación y la seriedad necesarias para liderar un país. La intersección entre la comedia y la política ofrece una dinámica compleja que desafía las percepciones tradicionales y exige un análisis cuidadoso de los pros y contras asociados con esta tendencia emergente.

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[REFLEXIONEMOS PERÚ]  Saludos estimados lectores, es grato nuevamente escribir para compartir ideas, desde este espacio de análisis, frente los nuevos escenarios políticos. Se abren nuevas ilusiones y esperanzas, para una Argentina “karmáticamente empobrecida en su economía”, por la casta política peronista. Después de 40 años de Democracia, y lucha contra el socialismo, Milei ganó la presidencia. ¡Ganó la libertad!

El economista liberal, libertario, más conocido como el “León”, se enfrentó al elefante Massa en el debate presidencial, y dejó claro un aprendizaje: No hay que tener miedo a decir la verdad. No hay que tener miedo a liberar la verdad y hacerle frente a la mentira. Atacar la mentira es un deber democrático sin embargo se enfrenta a una batalla que podría dejarlo solo sin respaldo.

Sin libertad no hay crecimiento ni desarrollo. Terminar con la pobreza, con la indigencia y con el cáncer de la inflación fueron sus banderas en su discurso final. Al mismo tiempo, responsabiliza a la gestión de esos funcionarios públicos del Estado que no ha sabido solucionar los problemas de la gente. Se enfrentó frontalmente a Massa al decirle: ¡Deja de mentirle a la gente!

Esto no es una guerra de discurso, esto es real. Recuperar la economía del Argentina no será tarea sencilla. ¿Cómo va privatizar las acciones del Estado? Por primera vez en la historia este triunfo de la libertad y de la democracia del siglo xxi ha sido una respuesta contra el “Kishneranismo”. El enojo mató al miedo. El enojo de Milei despertó a la ciudadanía y venció al miedo, y a la mentira.

El peronismo ¿qué reformas ha hecho? – Más que miseria. ¿Qué reformas o políticas de Estado haría Massa? Si lo único que ha hecho durante su ejercicio como Ministro de Economía es reventar los bolsillos de los argentinos con la mega inflación que altera los precios y la vida, día a día. Tampoco es verdad ni justo, mejorar la economía de un país, incrementando impuestos a los que más ganan. Tampoco es cierto que las reformas de las cuales hablaba Massa hubieran sido reales. Por otro lado, Massa en aras de ensalzar la política exterior, pidió abrir los brazos a los países de Latinoamérica para que den trabajo a los argentinos. ¿Acaso eximió al Estado su responsabilidad de generar empleo y competitividad? La política exterior se entiende mejor desde el impulso del libre mercado. No desde la generación del trabajo o esa educación pública – que expresó.

¿Qué hacemos con buenos profesionales competentes si la economía de un país vive de manera inflacionaria? De vuelta, mensajes tramposos, que dejan responsabilidad al gobierno de turno y que Milei supo leer muy bien.

Sergio Massa y toda la casta política de esa generación “kishnerismo” han quedado como traidores a la patria.

Los discursos socialistas o populistas con Milei han sido desenmascarados. Tanto así que Massa ya se dio de baja como político, a pesar de no haber culminado su período como Ministro. Lo que deja esta transición es una irresponsabilidad evidente. Tan descarada es la mentira encarnada de falsos políticos que evidencian lo que nunca les importa: la economía. Si queremos cambios, tenemos que cambiar la manera de cómo miramos la política y de esa forma de políticos que roban. Porque ¡es indignante! Latinoamérica y Argentina en especial, está harta y enojada de esos políticos que mienten para robarles a la población su futuro. – ¡Y yo también! – De esos políticos que abonan miedo para pegarle al contrincante. De esos políticos que no son políticos, ni líderes verdaderos.

Nueva etapa política, nuevas formas de ser políticos se abren para Latinoamérica.

“El fin de la decadencia argentina”- Javier Milei, discurso como presidente electo. No es más que el grito liberador de una democracia que debe evolucionar y liberarse de los discursos engañosos del socialismo – de esa izquierda popular que empobrece las economías de los países de Latinoamérica. Hoy, se abre una evolución de la democracia participativa, con la corriente libertaria, donde el papito Estado, o las Instituciones públicas no pueden ser los únicos garantes absolutos del desarrollo de los países. Porque la concentración del poder genera ambición, privilegios, botines “de amigos, grupos de interés”. Hoy, se encamina una esperanza hacia un nuevo modelo económico basado en la libertad, que busca democratizar los derechos de todos, para “ser un modelo de potencia mundial”.

En definitiva, necesitamos ciudadanías con más conscientes de sus derechos y libertades; que ordenen lo que la política a veces no puede ordenar. Necesitamos nuevos líderes, con vocación pública, que tengan valentía, y compromiso real de resolver los problemas sociales del que padecen los países de Latinoamérica. No pueden ser los mismos de siempre. Necesitamos desarrollar políticas de Estado y reformas orientadas al Bien Común.

La manera de hacer política desde el “buen discurso” caducó. Con Milei se inicia una nueva era de ser políticos viscerales, que pueden venir del sector privado o de la academia, para devolverle a la democracia institucional esa credibilidad que no tiene y que desde la participación de los ciudadanos en los medios digitales se puede lograr. Pero de nuevo, hay que tener coherencia de vida, integridad e interés –real- en la humanidad y en el desarrollo económico, social político con Visión País.  Por primera vez en la historia el triunfo de la libertad encarnada en Milei es la muerte de la mentira del peronismo. Realmente hay que ser valientes y no tener miedo a la verdad para liberar a la gente de ese lado oscuro tramposo del socialismo. Argentina hoy es libre y esto, se celebra desde Lima – Perú.  ¡Ganó la Libertad y la Verdad!

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Ganó la derecha las elecciones presidenciales en Argentina y eso es algo para celebrar. La república sudamericana ha roto con el funesto peronismo que la había postrado en la mayor crisis económica de su historia reciente y cuyo representante era justamente el candidato presentado, Sergio Massa.

Con Javier Milei volverá la racionalidad económica, la sensatez fiscal y monetaria, la apertura de los mercados, la libertad de cambios, la agenda proinversión, el fin de la barbarie económica que había llevado al 40% de argentinos a la pobreza. Votar por Massa se explica solo por la ciega lealtad peronista, porque el nivel de irracionalidad de sus seguidores era equivalente al de quienes votaron por Luis Alva Castro, en 1990, en el Perú, luego del apocalipsis económico que desplegó el primer alanismo.

Se ha votado por un loco outsider para salir de la locura económica peronista. Los millones de argentinos que han votado por Milei no son, claro está, libertarios, pero el hartazgo de la crisis que se incuba desde hace años en Argentina los ha llevado a patear el tablero y votar por un candidato excéntrico y radical que prometía incendiar la pradera.

Es menester sin embargo, estar atentos a que la ideología conservadora de Milei en asuntos sociales y morales, no termine de desmontar las indudables conquistas que al respecto ha logrado Argentina (políticas de género, derecho al aborto, salud y educación públicas: la UBA es la mejor universidad hispanoamericana del planeta).

Un liberal pleno no se puede comprar el combo completo de Milei, porque el mismo, de prosperar (cuestión difícil, porque no tiene mayoría en el Congreso), haría retroceder a Argentina en los temas referidos, que deberían ser caros a cualquiera que propugne las ideas de la libertad no solo en el ámbito económico sino también político y social.

Pero en el tema económico, que es esencial y quizás el más importante en estos momentos en Argentina, el triunfo de La Libertad Avanza, es una noticia que debe celebrarse por todo lo alto. Y hacer votos para que sirva de ejemplo continental que revierta la ola colorada que ya se ha visto en Brasil, Colombia y Chile en particular y que, de no desalinearse los astros, amenaza el futuro peruano.A

Milei asume el 10 de diciembre. Ojalá no cometa el error gradualista que llevó a Mauricio Macri al fracaso y al posterior regreso del peronismo por todo lo alto. Para romper con el populismo hay que ser radical, porque aquél es una plaga que se infiltra silenciosamente. Veamos nomás cómo en nuestro país se ha desmontado inadvertidamente gran parte del modelo de los 90 y hoy ya pagamos las consecuencias de ello. Aviso para los candidatos de la derecha peruana: nada de remilgos, las cosas claras y la toma de decisiones sin ambages.

 

 

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Argentina, elecciones presidenciales, Javier Milei, políticas sociales, Populismo

No solo la derecha, con su fragmentación e inopia, está contribuyendo a que en las próximas elecciones presidenciales sea la izquierda radical, disruptiva y antisistema, la que capture el protagonismo (no sorprendería una segunda vuelta entre dos candidatos de ese perfil), sino que también pone de su parte la llamada izquierda “moderna”, que brilla por su silencio.

Verónika Mendoza, la lideresa de este sector ideológico del país, ha decidido administrar su opacidad y aparecer solo en contadas ocasiones, dejándole la cancha servida a sus rivales políticos (porque la izquierda radical, sobre evidencia, aborrece a los llamados “caviares”).

Y sus principales figuras casi no aparecen. Muy de vez en cuando lo hace Sigrid Bazán, pero, sobre todo, para alentar proyectos laborales antiempresariales. No se le ha visto nunca protagonizar algún acalorado debate con sus vecinos de bancada, los fragmentos de Perú Libre, hoy asociados al fujimorismo y al acuñismo, con desparpajo.

Entre los grandes problemas que las encuestas refieren que preocupan en mayor medida a la ciudadanía, figura, de modo particular, la creciente crisis económica. ¿Alguien ha visto a Humberto Campodónico, Pedro Francke, Oscar Dancourt, Kurt Burneo o algunos de los muchos economistas de izquierda, prodigarse en los medios para plantear alternativas de solución? No aparecen.

En los temas de seguridad sí tienen presencia, pero es a título personal, no hay una postura partidaria que proponga alternativas de salida a este gravísimo problema social. Frente al llamado “plan Boluarte” o ante el pedido de facultades delegadas, esta izquierda no dice nada relevante.

Si la idea es guardar combustible para las elecciones están cometiendo un grave error. Porque no es que tengan un capital político que deban atesorar. Al contrario, no tienen esos activos, y, más bien, deben buscar tenerlos a punta de hacer política, lo que incluye alcanzar algún protagonismo mediático, cosa que no están haciendo.

Entre la centroderecha torpe y fragmentada y la izquierda moderada, ausente y vacua, le están dejando la pista libre a los aventureros radicales, que cosecharán el inmenso descontento existente y el hartazgo ciudadano con el statu quo.

 

 

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Si el Congreso no se percata de su descrédito y que es inadmisible, política y socialmente, que haya solo elecciones presidenciales y ellos quedarse hasta el 2026, será el primer y gran responsable de que la crisis social escale al punto de que la demanda principal ya no sea solo que se cierre el Legislativo sino que se convierta en protagónica una demanda que hoy aún es marginal, como es el pedido de una Asamblea Constituyente.

En momentos como éste, las reacciones deben ser rápidas. Corresponde que esta semana el Parlamento tome cartas en el asunto y apruebe la iniciativa presidencial, sumando esfuerzos para que se aplaque la protesta social y dejar sin piso a los azuzadores radicales que quieren ganar espacio político en esta crisis para capitalizar luego electoralmente la situación. Un Congreso miope y terco solo hará que la perspectiva del país se vaya en picada.

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Lo sucedido en las últimas elecciones que acaba de suceder hace unos siete meses merece una lectura en perspectiva. A la luz de los datos presentados por la ONPE, la situación política del país pasa por una representación social y política con limitaciones, aún sin proyección real a largo plazo. Sobre todo, después de dos décadas y media de crecimiento económico, el cual generó nuevas clases medias, nuevos sectores ricos del país y una dinámica popular ligada a la creación de riqueza sin canalización de demandas por parte de un Estado ineficiente en medio de una descentralización que necesita un segundo reimpulso. 

Carlos Meléndez escribió en su columna para El Comercio (16/05/2015), el cual nos puede servir como referente para explicar mi argumento lo siguiente: “los canales de intermediación política y social en el Perú están rotos”, y que “los dirigentes sociales ven reducidas a las de simples operadores políticos […] sin capacidad real de control, ascendencia y dirección del movimiento social”. Detengámonos aquí que tengo mis observaciones. 

Estando en un sistema postcolapso del sistema de partidos a nivel nacional, ¿aún seguimos con los canales de intermediación política y social rotos como sostiene Meléndez? Hace unos años realicé un estudio sobre formación partidaria a nivel subnacional para mi maestría, y los resultados que encontré son que, después de dos décadas y media de intensa actividad minera en el Perú, se está configurando el escenario político en algunas regiones del país (como Cajamarca la parte sur del país) que pueden tener repercusión a nivel nacional. 

En ese sentido, no se puede seguir sosteniendo que los canales de intermediación están rotos, sino que están reconfigurándose en un contexto político que gira en torno al resquebrajamiento y la organización mínima, en donde las minorías activas cobran fuerza que la situación de crisis de toda índole lo permite para polarizar escenarios electorales. Así llegó -por ejemplo- Pedro Castillo al gobierno. 

El pésimo manejo de las empresas mineras en casos emblemáticos como Conga y Tía María y –ahora- Las Bambas formaron un cúmulo de descontento social de décadas, que ha devenido en división política, que están aprovechando algunas minorías activas que cuentan con organización mínima.

Recalco: tengamos en cuenta cómo de ciertas coyunturas se están formando representación política y social aún con limitaciones que es aprovechada por minorías activas en ciertas coyunturas críticas que nos presenta el escenario político peruano. 

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