Aprovechar las métricas: Son diversas las redes sociales las que brindan diferentes estadísticas después de unas semanas. “Por ejemplo, Instagram y Facebook ofrecen datos muy completos. Puedes aprovechar al máximo la información recibida y orientar tu estrategia y contenidos con base en lo entregado”, finaliza la experta.
¿Qué necesidades tienen las empresas familiares hoy en el Perú?
Las empresas familiares en el Perú nacen de un emprendimiento, y si algo tenemos los peruanos es una capacidad de resiliencia impresionante para sobrevivir y adaptarnos a las crisis. Sin embargo, durante este tiempo, las herramientas de las que hoy se habla para una empresa familiar como el protocolo, la Constitución Familiar, el Consejo de Familia, los directores independientes o las asociaciones que dan soporte como la AEF no existían o no eran tan cercanas a las empresas familiares. Hoy Perú ya tiene una serie de herramientas y vemos cada vez más asociaciones, centros de estudio en universidades, e incluso ramas enteras de consultoras destinadas a apoyar a estas empresas en sus procesos de crecimiento. Hoy lo que más necesitan las empresas familiares son herramientas que les permitan gestionarse mejor como familia empresarial para buscar el desarrollo y la trascendencia. Hemos avanzado muchísimo, pero hay todavía un largo camino por recorrer. Yo invito a cualquier familia empresaria, que busque estas herramientas, que contacte a AEF, que contacte a consultoras, busque por distintos medios cómo acceder a estas herramientas.
4.-Validación: Cuando ya se tiene claro el negocio y la estrategia se encuentra en borrador, lo siguiente será aterrizar las acciones a tomar. “Voy a tomar fotografías de mi producto, voy a invertir en un community manager, voy a invertir en pauta digital, voy a invertir en una web. Entonces se empieza a dibujar todo en un plan final que plantea fechas. Este plan brinda la claridad de una hoja de ruta”, finaliza Solano.
6.- La tecnología ayuda a reducir gastos: La implementación de herramientas tecnológicas no solo permite la satisfacción de los clientes, sino también beneficia al emprendimiento en cuanto a su inversión, ya que ayuda a disminuir sus gastos. Por ejemplo, puedes realizar tus ventas a través de canales digitales y hacer las entregas a través de servicios de delivery. Lo importante es darle un uso efectivo a la tecnología y sigas el ritmo de las nuevas tendencias para así adaptarse a esta nueva normalidad donde las compras por internet han llegado para quedarse.
Akemi Bazán tiene 30 años, es administradora de empresas y estudió serigrafía industrial en Senati. Vive en el Centro histórico de Lima, en un edificio del año 1939 que cuenta con un ascensor de rejas y con hermosos balcones. Ahí también es su taller donde diseña y crea una marca que le rinde homenaje a la ciudad: La Plebeya, un emprendimiento que ofrece a través de Instagram y Facebook productos como cojines con los antiguos nombres de las calles de la capital: Calle Gallinazos, Calle Amargura o Calle de la Buena muerte.
Héroes, íconos y la ciudad
Akemi a través de La Plebeya también ofrece prendas estampadas con héroes literarios de la ciudad: por ahí aparece el rostro de la poeta Blanca Varela, en bolsos; fotos del cuentista Julio Ramón Ribeyro en polos o -incluso- un verso de Luis Hernández estampado en un mandil: “Los laureles se emplean en los poetas y en los tallarines»
“La Plebeya es una marca de diseño inspirada en la ciudad de Lima, en sus historias, momentos, arquitectura y en personajes que hicieron de la capital su campo de inspiración como poetas, pintores, fotógrafos”, cuenta Akemi.
Cuenta que comenzó vendiendo cojines bordados con nombres de las antiguas calles de Lima y una pequeña reseña del nombre de aquel jirón. “Mi interés por crear un emprendimiento dedicado al Centro de Lima es que no hay mucha diversidad de souvenirs sobre Lima. Hay de Machupichu o Nazca. Entonces sentía que no había una marca que te puedas llevar a casar y que te haga recordar el centro histórico y sus plazas. Vi ese nicho y empecé a hacerlo”, detalla Akemi.
¿Qué es Lima para ti?, le preguntamos. “Es como mi segunda casa. Yo vivo en el Centro histórico de Lima, porque me atrajo mucho. Lima es parte de mi vida: Me despierto con Lima, almuerzo en Lima. Es mi compañera. Me hace sentir bien, a veces me hace enojar. Es un largo camino de sensaciones y sentimientos que tengo por ella”, cuenta.
Bazán nos cuenta que tiene productos en stock, pero sobre todo trabaja bajo el sistema “estampado bajo demanda”. Eso quiere decir que, si en ese momento no tiene el diseño que un cliente solicitó, ella lo fabrica en el acto, de manera personalizada. “Eso quiere decir que el cliente elije el color, talla y diseño que quiere que tenga su prenda y yo lo hago. Por esa razón, no tengo un stock grande. Me gusta que mi cliente elija su modelo, sea original y que ellos lo hayan elegido”, señala.
Bajo esa modalidad -le preguntamos- ¿Cuánto tiempo demora entre que el cliente hace su pedido y le llega a la puerta de su casa? “Yo cierro pedidos los lunes, domingos y miércoles; y las entregas son entre jueves y sábado. Si me hacen un pedido los primeros días de la semana, te llega tu pedido más o menos el jueves, o si tengo demasiada carga de pedidos, los sábados”.
Finalmente, señala que el nombre de La Plebeya nace en homenaje al vals de Felipe Pinglo, El Plebeyo. “Un Plebeyo pasa desapercibido por las castas sociales y tiene libertad de hacer o deshacer en la ciudad de Lima ya que puede mimetizarse con la ciudad”, detalla.
Pueden encontrar el emprendimiento en Facebook como La Plebeya, en Instagram como La Plebeya Storey han implementado una tienda virtual en la plataforma TiendaDa, donde podrán ver sus diseños y hacer sus pedidos. Akemi señala que- previa coordinación- pueden hacer una visita a su taller -ubicado en una casona republicana de finales de la década de 1910- en el Centro histórico y nostálgico de la ciudad.
En el 2014 Brenda Rivera decide darle un regalo a su enamorado: un queque marmoleado. “Mi queque favorito”, cuenta. Al postre lo decoró con dulces y decidió que sería una buena idea publicar las fotos de cómo le había quedado aquel dulce en su cuenta de Facebook. Total, era un regalo hecho con cariño y la alegría -se sabe- debe ser compartida, sobre todo en estos tiempos. Entonces pasó algo. De pronto sus amigos que vieron la publicación la llenaron de elogios, ‘likes’ y preguntas: “¿Vendes los queques?”, era la consulta más frecuente. Lo que había comenzado como un gesto de amor a su novio, se convirtió de pronto en una idea de emprendimiento que hoy la ayuda para su sustento.
Brenda tiene 26 años. Estudió comunicaciones en la Universidad de Lima, y los conocimientos que adquirió en la facultad los aplica en su negocio. El ser comunicadora -y pastelera autodidacta- le ha servido para plantearse estrategias útiles para su negocio. Primero, crear un nombre ingenioso. El primer nombre de este emprendimiento fue Deco Dulce, pero eso fue hasta ayer 31 de diciembre del 2021. Con el amanecer del nuevo año, este 2022, el negocio de Brenda fue rebautizado como De Bren Bakery. Tuvo que cambiarle de nombre a su emprendimiento debido a que uno similar se encontraba registrado en Indecopi. Así que lo rebautizó, pero no la fórmula del sabor ni la alegría con lo que los hace.
“Yo hago postres frescos y tengo una variada carta.Todo lo que hago es a pedido. No tengo pasteles en stock porque al estar guardados, pierden frescura. Y eso no me gusta”, detalla Brenda sobre sus postres como cheesecakes, pies de limón y manzana; carrot cake, brownies, alfajores, cupcakes, blondies, quiches, bowls, trufas, entre otros.
Comunicaciones y pastelería
Brenda asegura que su carrera de Comunicaciones, para este negocio, también la ayudó para editar videos -con los que promociona sus productos- crear diseños que hacen más atractiva su carta, diseñar su logo y enriquecer su capacidad creativa. Además de tener una red de contactos a los que reúne para pedirles una lluvia de ideas para innovar y crear nuevos productos.
“Soy [pastelera] autodidacta. Leo recetas que aprendí en internet. Comencé viendo tutoriales de Youtube, así aprendí”, comenta. “Mi familia y mi enamorado son mis principales degustadores. Así comencé a crecer”, dice quien confiesa que, el año pasado -cuando acabó la universidad- habló con sus padres y les pidió disculpas por haberles hecho pagar una carrera. “Los reuní y les dije que quería dedicarme a la repostería. Mis padres me entendieron”, cuenta con gratitud, por las oportunidades brindadas. Hoy la sala y el comedor de su casa son el taller de su repostería. Su padre la ayuda con el reparto de los pasteles y hasta sus abuelos le prestan su casa para que ella prepare sus pasteles, cuando Brenda en su hogar, no puede cocinar.
¿Qué aspiras para este 2022?, le preguntamos. “Quiero llegar a más personas. Tener un taller propio el próximo año. Y en un lugar más céntrico (Brenda vive en La Molina), como Surquillo, Surco o San Borja, donde está la mayor cantidad de sus clientes”, cuenta. Aunque aclara que sus postres -vía delivery- llegan a todo Lima. Su carta pueden revisarla en su Instagramo hacer pedidos al WhatsApp 999 215 501.
¿Cuáles han sido las principales dificultades que se le presentó al momento de emprender?, le preguntamos. “Acá nada es fácil. Uno quiere formalizarse, pero la verdad que la formalización es muy engorrosa y confusa, pero hay que hacerlo”, dice. Solo el cambiarle el nombre a su emprendimiento ante Indecopi, le tomó un año.
Además- dice- su alegría cotidiana, le resultó un aliciente. “El ser joven me hace tener energías. He dejado de dormir por días para dedicarme a este emprendimiento. Trabajo sola, cumplo con los pedidos con alegría. Soy cero negatividad. Aunque me pasen mil cosas, nunca me verás deprimida. No es que nunca esté triste, pero ¿de qué me sirve ponerme a llorar todo el día?”, afirma y recuerda “Tienes que estar al 100% para que las cosas te salgan bien en el emprendimiento que tengas”, aconseja a los futuros emprendedores del Perú.
¿Y qué pasa cuando viene el tiempo de las vacas flacas? “No todos los días o semanas son buenas”, dice. “Hay días que nadie te responde tus mensajes o nadie te compra, pero hay que seguir. No te rindas. No pares. Sigue ofreciéndole tus productos a tus clientes hasta que se aburran y te compren”, aconseja, con una sonrisa. Y añade: “A veces no tienes una inversión grande. Pero recuerda, al menos en repostería, comienza con lo mínimo y aprende. Hay miles de lugares para aprender, como YouTube. No necesitas meterte a clases caras. De hecho, eso lo puedes hacer más adelante. Tienes que aprender a tratar a la gente. Nunca faltes el respeto y sé compresivo”, aconseja, esta joven que ha hecho de la repostería, un método de vida, una forma de llevar alegría, a través de sus pasteles y que espera, este 2022, sea el año, más dulce de su vida.