Negocio

En la historia de la humanidad, siempre es recurrente encontrar vestigios sorprendentes de adaptación al entorno, condición que genera y fortalece la caracterización de las culturas a nivel mundial. Regiones llanas, boscosas o áridas, motivan un especial tratamiento y conducta de los pobladores para palear su subsistencia y luego de ello enmarcarse en un desarrollo natural y después programado de un crecimiento sostenido. Las condiciones geográficas y climáticas permiten desarrollar particularidades que al final se reflejan en cuestiones muy culturales.

La capacidad que tienen los hombres para adaptarse en diferentes circunstancias en general y de forma diaria es realmente sorprendente, en el Perú, es un tema diario, pues hacer frente a las adversidades es una tarea que ya se convierte en una actividad constante y muchas veces se ven condicionados a aceptar que es una supervivencia diaria. Existen análisis muy profundos, que buscan entender a las poblaciones inmersas con esas características y los enfoques sobre todo académicos nos presentan puntos de vista desde una percepción económica, social, cultural o en general bajo distintas perspectivas científicas, pero que al final, el tema de adaptabilidad es base para comprender los diversos escenarios que devienen de esta acepción. Es una particularidad muy humana.

Considerando lo dicho líneas arriba, no se puede obviar los estudios precisos y actuales hasta estos días del gran sabio peruano Javier Pulgar Vidal, quien con su análisis certero sobre las ocho regiones naturales en el Perú, permite encontrar elementos, no solo para la investigación sino para la obtención de respuestas y retos para  el fortalecimiento de oportunidades en el ansiado desarrollo autosostenido, sobre todo para nuestras comunidades andinas y amazónicas y también para las que se encuentran en el litoral peruano. Desarrollo social y crecimiento económico significarían un cambio sustantivo y generaría una nueva mirada de los espacios geográficos a nivel comercial y de mercado.

La necesidad de adaptarse en un entorno geográfico es una característica que se ha dado a través de la historia, donde es permitido encontrar posibilidades de cambio al generar particularidades en las poblaciones, estas particularidades son definidas muchas veces como la cultura misma. Y esta cultura misma, bien desarrollada es una tremenda fortaleza para la generación de emprendimientos, de empresas que toman como base la experiencia de su adaptabilidad generada por el conocimiento adquirido y ese conocimiento es un elemento para poder desarrollar empresa y diferenciarse de lo cotidiano y urbano.  En el mundo andino y amazónico y por qué no en el urbano (espacio de conquista migrante), esta experiencia de adaptación genera un plus en las apuestas, sobre todo comerciales, de los pobladores peruanos demostrando la resiliencia emprendedora.

Cada región en particular cuenta con una gran diversidad ecológica, la geografía es variada, los climas son muchos y todo esto genera una vasta gama de oportunidades, que el hombre asume y domina, convirtiendo desde ya su supervivencia en un elemento a considerar como fortaleza para muchos sentidos y apuestas a futuro. Una de ellas el inicio de la oportunidad de generar empresa, con la idea de superar toda afrenta que trae la naturaleza y en estos tiempos también el mercado. Si esta realidad es tomada en cuenta y aprovechada a nivel de la población involucrada y se consideran las vastas diferencias existentes a nivel de las ocho regiones naturales, o de las doce ecorregiones, los sistemas de adaptabilidad realizadas por el poblador van a lograr el fortalecimiento de un mercado nacional muy diferenciado, y los emprendimientos comunales van a cobrar relevancia.

Es realmente importante no perder de vista los emprendimientos comunales, que tienen innata la experiencia de afrontar obstáculos de todo calibre, esta situación los curte para mayores retos. Afianzar y renovar el sentido de una asociatividad histórica del ande peruano, marcaría el comienzo de un desarrollo conjunto y particular de las regiones. Gran tema por considerar como base para políticas de apoyo a los emprendimientos con estas características, las mismas que nos permiten apreciar en las ciudades, sobre todo en Lima capital la temporalidad comercial existente, muchos emprendimientos se adaptan a los tiempos comerciales, tiempos de colegios, tiempos de carnavales, tiempos de Halloween, tiempos navideños, en fin, los emprendimientos también se adaptan a la necesidad que se genera por determinadas fiestas en el año.  Los diversos rubros comerciales que disfrazados de temporadas describen el empuje de las empresas populares. Un mismo comerciante se adapta a las circunstancias del tiempo y de lo establecido por el mercado. ¿Encuentran la lógica? Pues acá tratamos de darle una respuesta.

Reflexionemos entonces sobre la importancia de encontrar una explicación de tinte cultural al tema de los emprendimientos, donde existe toda una línea que abre un camino de investigación y de planteamientos para la innovación y/o el fortalecimiento de estas empresas populares que están pugnando por salir adelante. Muchos de ellos son autoempleos, cuyas necesidades se miden como oportunidades para luego convertirse en empresas en potencia, las redes sociales, económicas y culturales tienen un lado interesante a considerar, la versatilidad para adaptarse a los entornos son la base para buenos resultados en el mercado y así, se comienza a abrir una gama de temas, que la práctica pone sobre el tapete y la teoría se puede comenzar a construir. El Perú es un país de emprendedores, y las fortalezas que se tiene como país están por descubrirse.

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[CIUDADANO DE A PIE] Un problema regional

América Latina es hoy por hoy la región más violenta del mundo, en la que se producen algo menos del 40% del total de asesinatos registrados a nivel internacional, a pesar de representar únicamente el 13% de la población mundial. Los hechos ocurridos en Ecuador la semana pasada no hacen sino confirmar esta realidad. Presentamos aquí algunos importantes hallazgos de las investigaciones que, sobre el fenómeno delictivo en Latinoamérica, ha publicado el reconocido especialista Marcelo Bergman en su libro “El negocio del crimen: El crecimiento del delito, los mercados ilegales y la violencia en América Latina.”

La tesis “disruptiva” de Bergman, como él mismo la califica, trasciende las tradicionales explicaciones legales (códigos penales inadecuados) y sociológicas (pobreza, marginación, desempleo) sobre el delito y su expansión. Según el autor, básicamente vivimos las consecuencias de la expansión de un “negocio rentable”, que encontró un hábitat ideal en los tiempos de fuerte crecimiento económico de la región, y cuya rentabilidad es, en última instancia, el resultado de una demanda sostenida de bienes de origen ilícito, acompañada del incumplimiento sistemático de las leyes y de la impunidad resultante de los delincuentes.

Cuestión de equilibrios

Uno de los planteamientos más interesantes del libro, es el análisis la delincuencia sirviéndose de lo que se denomina un “modelo de equilibrio general”, esto es, un conjunto de interacciones entre factores que incentivan, y otros que imponen límites a las actividades criminales. De acuerdo con este modelo, la actividad delictiva en un determinado tiempo y país, alcanzará uno de dos tipos de equilibrio:  el equilibrio de baja criminalidad (EBC), o el equilibrio de alta criminalidad (EAC), aunque siempre es posible el pasaje entre uno y otro.

Un país con EBC se caracteriza por la existencia extendida de mercados secundarios, abastecidos por redes de contrabando y robo, como consecuencia directa de la demanda ciudadana constante de una variedad de productos ilícitos (drogas, autopartes, celulares etc.). Las actividades de estos mercados se realizan prácticamente sin ningún tipo de interferencia por parte de las autoridades. Esta tolerancia se explica generalmente por la recepción de sobornos, aunque también existen razones políticas, tales como asegurar un cierto nivel de satisfacción consumista a sectores sociales, cuyos escasos recursos, no les permitirían adquirir estos bienes por la vía legal. En todo caso, la actividad criminal permanece controlada, restringida y subordinada a los poderes públicos, siempre capaces de ejercer, según las circunstancias y conveniencias, una disuasión efectiva mediante la aplicación de leyes y sanciones. En lo que respecta a la violencia en países EBC (Chile, Uruguay, Paraguay, Argentina) Bergman señala: “cuando la policía y otras agencias controlan el crimen para su propio beneficio, los niveles de violencia permanecen relativamente bajos.”, y esto debido a que el Estado es capaz de evitar la aparición de poderosos grupos criminales susceptibles de entrar en conflicto entre sí.

En un país con EAC, en cambio, el Estado se presenta como totalmente incapaz de regular y sancionar el negocio criminal, debido a la existencia de bandas con altos niveles de organización y concentración de poder, que cuentan además con eficientes redes de complicidad al interior de las fuerzas del orden, entidades estatales, empresas y la política -sustentadas en el pago de sobornos, financiación de campañas, amenazas y coerción-, o mediante la infiltración directa de sus miembros en estas instancias. Estas bandas no solo se dedican a los lucrativos negocios del contrabando y el narcotráfico, sino que han diversificado sus actividades hacia otros ámbitos más depredadores, como el tráfico de personas, la extorsión, el secuestro, la tala y minería ilegales, los mismos que, dada su altísima rentabilidad, son la causa de constantes luchas por el poder entre bandas rivales. Violencia, corrupción e impunidad caracterizan estos EAC en países tales como México, Colombia, Honduras, Guatemala y ciertas regiones del Brasil, los cuales exhiben, como parámetro distintivo, tasas de homicidios superiores a 20 asesinatos por cada cien mil habitantes.

La inestabilidad delictiva

En ciertas condiciones, que Bergman ha denominado de “inestabilidad delictiva”, es posible una ruptura de estos equilibrios, y el pasaje resultante de un EBC hacia un EAC y viceversa. Un ejemplo de esta última situación es El Salvador, país que ha pasado de ostentar la tasa de asesinatos más elevada del planeta en 2015 (106 por 100 000 habitantes), a la más baja de su historia en 2023 (2.4 por 100 000 habitantes), como resultado de una serie de duras medidas adoptadas -algunas de ellas bastante controversiales- por el gobierno de Nayib Bukele. El paso contrario (de un EBC a un EAC) lo está viviendo dramáticamente Ecuador, que después de haber sido considerado, bajo el gobierno de Rafael Correa, como el segundo país más seguro de Latinoamérica, con una tasa de homicidios de 6.7 por 100 mil habitantes, se ha convertido en el país más violento de la región, con una tasa de asesinatos siete veces superior. La explicación de este fenómeno es doble: por una parte, el desmantelamiento de los entes públicos encargados de la lucha contra el crimen y la rehabilitación de los delincuentes -llevado a cabo por los presidentes Moreno y Lasso-, y por otra, los cambios que han tenido lugar en las organizaciones criminales y los circuitos del tráfico mundial de la cocaína, como consecuencia de las acciones represivas de otros países, que han convertido a Ecuador en un territorio estratégico para el narcotráfico (efecto globo).

¿Y el Perú?                                                      

La afirmación de que en el Perú se encuentran presentes todos los elementos característicos de una situación de alta criminalidad (con la excepción, por el momento, de una mayor tasa de asesinatos), resulta de una experiencia social tan omnipresente, que solo genera una abrumadora sensación colectiva de estar atrapados sin salida, en un país que, como señala Juan Carlos Tafur, se está convirtiendo en el mejor destino de las mafias. Un día sí, y otro también, los medios de comunicación y las redes sociales, nos inundan de noticias de corrupción en todos los niveles de la sociedad, de una delincuencia depredadora con apoyos políticos, y de una desvergonzada impunidad. Todas las últimas encuestas, nacionales y regionales, arrojan resultados similares: la mayoría de peruanos identifica la delincuencia como el problema que más les afecta, y señalan como responsables de esta situación al gobierno central, el sistema de justicia, los congresistas y la Policía Nacional, autoridades que, por otra parte, son identificadas como las más corruptas del país. El evidente fracaso gubernamental de un supuesto “Plan Boluarte por la seguridad ciudadana”, cuya existencia misma ha sido luego desmentida por la propia supuesta autora, no hacen sino incrementar el enojo y la desazón de una ciudadanía cada vez más propensa a demandar “soluciones radicales”, de la mano de algún “Bukele” local. Incluso un personaje de derechas tan sopesado como Jaime de Althaus, reflexionando sobre el tipo de outsider que convendría al Perú, llegaba a la conclusión de que “un Bukele más que un Milei” sería el apropiado. ¿Es realmente esto así? Aunque la situación salvadoreña es muy distinta a la nuestra, el Perú podría sufrir pronto de un “efecto globo”, similar al ocurrido en Ecuador (Farid Kahhat), lo que podría llevarnos a niveles de violencia asesina característicos de los países con EAC. Si esto no ha sido así hasta ahora, y en ello concordamos con Augusto Álvarez Rodrich, es porque “los políticos se llevan bien con las mafias. No hay campañas fuertes contra el crimen organizado y varios congresistas están a su servicio. Ningún político se ha comprado el pleito. Cuando eso ocurra, recién todo cambiará.” ¿Ocurrirá alguna vez?

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Calcular el monto de ventas

Estimar los costos variables de la campaña: Siempre habrá un imprevisto como un error en un artículo, mala ambientación del local, entre otros.

Verificar si se necesita capital de trabajo o financiamiento

Se debe tener en cuenta si se necesitan más productos de los que ya se tiene, o si se necesita contratar empleados. Si se requiere financiamiento, se puede evaluar distintos tipos, como negociar un crédito directo del proveedor, acceder a un crédito bancario o utilizar los ahorros.

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4.-Validación: Cuando ya se tiene claro el negocio y la estrategia se encuentra en borrador, lo siguiente será aterrizar las acciones a tomar. “Voy a tomar fotografías de mi producto, voy a invertir en un community manager, voy a invertir en pauta digital, voy a invertir en una web. Entonces se empieza a dibujar todo en un plan final que plantea fechas. Este plan brinda la claridad de una hoja de ruta”, finaliza Solano.

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