Andrea Tsugawa y Nicolás Oyague. Ella es comunicadora de la Universidad de Lima y él es economista graduado en la Universidad el Pacífico. Ambos tienen menos de 30 años, son enamorados y hoy son emprendedores. Durante la pandemia crearon un negocio que busca llevar detalle, alegría y color: La Chiquilustra, un emprendimiento que ofrece productos utilitarios como libretas, tazas, macetas y hasta dibujos enmarcados, pero con un agregado especial: todas las piezas llevan ilustraciones hechas por Andrea. “Son piecitas de arte para sorprender”, señalan en su cuenta de Instagram.
¿Cómo nació La Chiquilustra?
Era el primer aniversario como pareja de Andrea y Nicolás. Ella pensaba en qué regalarle. Se le ocurrió que podía ser una ilustración hecha por ella. Lo hizo. En el dibujo se le ve a ambos felices. Enmarcó la ilustración y se la entregó a Nicolás. A él le encantó el regalo: De una manera lúdica a la pareja se les veía dibujados y unidos. La ilustración tenía el tiempo, la dedicación y el ingenio que Andrea le había dedicado.
Pasó un tiempo y en la cabeza de Andrea se dibujaba una oportunidad: por qué no usar su talento con el dibujo para crear un negocio donde sus ilustraciones se muestren en plataformas como tazas, libretas o macetas. Y así fue. En diciembre del 2020, Andrea y Nicolás fundaron la Chiquilustra.
“Me lancé a la Piscina”, cuenta Andrea y agrega: “Luego Nicolás se sumó para definir la estrategia del negocio, diversificar la gama de nuestros productos, crear una dinámica de trabajo con el fin de hacer crecer sus ventas y por lo tanto, su negocio. La pareja, comenzó a trabajar juntos y los primeros pedidos comenzaron a llegar.
Por ejemplo: Una pareja se comunicaba con ellos y les pedía sean dibujados pero con la vestimenta de Star Wars; otra pidió ser dibujados como personajes de El Chavo.
La Chiquilustra tiene productos con ilustraciones semipersonalizadas (como las libretas o macetas) que puedes ver en sus canales de venta: Instagram y página web; y otras son trabajadas a pedido. En ese caso el proceso es el siguiente: el cliente se comunica con La Chiquilustra, les mandan una fotografía que sirve como referencia para crear el dibujo. Luego, Andrea hace un boceto que es enviado al cliente y este da su aprobación final. El trabajo lo hacen en conjunto.
¿Cómo lograron el equilibrio entre su relación y emprender?
Además de tener una relación sólida, Andrea y Nicolás viven juntos. Eso nos lleva a preguntarles ¿Cómo hallar el equilibrio entre la relación de pareja, la convivencia, la crianza de su mascota, el trabajo y la vida de emprendedores sin que eso se convierta en un estrés cotidiano?
“Puede sonar trillado pero la comunicación es necesaria”, dice Andrea. “Cuando empecé (el emprendimiento) sola, y necesitaba hacerlo crecer, vino Nico y me dijo: ‘vamos a meterle punche’. Yo le respondí: “si lo vamos a hacer, tenemos que hacerlo bien”. Entonces se dividieron las funciones: Andrea hace las ilustraciones y Nicolás ve todo lo relacionado al área comercial y a la estrategia de negocio.
“Establecimos acuerdos claros. Por ejemplo, si quedamos en una fecha y hora para una reunión de La Chiquilistra, se cumple. Hay que tener mucho profesionalismo para no mezclar las cosas y seguir siendo felices”, cuenta Andrea.
Por su parte, Nicolás, señala: “Hay que tener tiempo para todo. Para trabajar, para descansar, para pasear al perro. También hay que entender que no siempre te va a ir bien. Puede que no vendas, y comience la ansiedad y la presión. Eso también se debe manejar en equipo. Hay que aprender a superar el estrés”, explica Nicolás. Aunque aceptan que, con las obligaciones laborales de ambos, a veces es complicado hallar un tiempo. “Pero siempre lo encontramos”, enfatiza Andrea.
Tanto Nicolás como Andrea entienden que el camino del emprendimiento es una tarea compleja. Desde encontrar a los proveedores adecuados hasta crear un estándar de marca y calidad, como lo vienen haciendo desde el 2020 con La Chiquilustra. ¿Dónde los encuentran?
Pueden visitar su Instagram, ver su página web o contactarlos por WhatsApp y encontrarán bonitos detalles que -como aquel primer dibujo que le regaló Andrea a Nicolás- les pueden encantar.
