Perfil

En Lima Norte nació Misipa Wasin, un negocio que lleva un nombre quechua y que traducido al castellano se llama: “Casas de Gatos”.

«En Misipa Wasin existimos para darles la mejor vida que se merecen tus gatitos», afirma Malena Jara, impulsora de este emprendimiento dedicado a los felinos.

Misipa Wasin es un negocio en donde se diseñan y venden casitas para gatos, valga la redundancia. Son hechas de triplay fenólico y vienen en dos presentaciones: en forma de cubo, cuyas dimensiones son 40 de largo por 40 de alto y 40 de ancho. También los hay en forma de contenedor, que además puede colocarse como mesa de centro en una sala, mientras los gatos -ronroneo de por medio- descansan casi todo el día: ¡vida de gatos!

La dimensión de esta presentación es de 30 de alto por 30 de ancho y 50 de largo.

“Nuestros productos duran siete vidas”, bromea Malena, en conversación vía Zoom con Sudaca, y que pueden ver en nuestro portal.

¿Pero cómo nace la idea de Malena Jara para crear casita para gatos? Pues la respuesta es la siguiente: desde la necesidad y el instinto de emprender.

 

Contenedor
Casita para gato tipo contenedor. También puede servir como mesa de noche.

 

“Soy arquitecta y culminó el contrato en mi trabajo en diciembre del 2020. Los primeros meses del 2021, mandé mis CVs a varias empresas y llamé a mis contactos, pero no conseguí empleo. Así que comencé a trabajar como independiente”, cuenta sobre esos primeros meses del año.

Previo a este acontecimiento por el que han pasado miles de peruanos, en la familia de Malena adoptaron dos gatitos hermanos de 3 meses. Los llamaron Inti y Killa. Les habían comprado su árbol para gato alfombrado de color beige que -cuenta la emprendedora- no fueron un gran diseño para su hogar. Pronto le quedó chico a sus mininos. Entonces pensó: “Por qué no le hago yo sus casitas”. Por ese entonces, venía trabajando en el diseño y creación de unos closets con un carpintero que pronto se convertiría en su aliado: el señor Elmer Julca. Ella le comentó su idea de hacer casitas para gatos. Él la oyó y comenzaron con el emprendimiento.

“Hice planos, tomé medidas de mis gatitos para crear las casitas que luego se venderían. Con las dimensiones adecuadas, las pasé al Autocad, y junto a Elmer se materializó el emprendimiento”, cuenta.

Misipa Wasin - CUBO
Casita para gato tipo cubo y con balcón.

El poder de las redes

Su emprendimiento lo lanzó por Twitter, pues era la red social que usaba con frecuencia para mantenerse informada. Luego vino Instagram. Pero fue en Twitter donde encontró el nicho para su negocio.

“Mi primer cliente fue el dramaturgo Eduardo Adrianzén. Le gustó mi emprendimiento, me escribió por DM (mensaje directo) del Twitter y materializamos. A él le estoy agradecida”. Pero no quedó allí, Adrianzén la etiquetó y su tuit fue observado por sus más de 300 mil seguidores.

Entendió, Malena, que para salir adelante debía apoyarse y apoyar a otros emprendedores, crear una red de contactos que se ayuden en comunidad. Fue que se unió a #LaNacionEmprendedora, una legión de emprendedores que se apoyan en Twitter. Quienes le dieron su respaldo fueron Don Rancherito, Gloren y la actriz Laly Goyzueta con MufFit. Ellos retuitearon a Misipa Wasin. Pero no solo eso, posteriormente le dieron consejos. Malena debía crear mensajes cortos y potentes y lanzarlos como publicidad en sus redes, jugar con los memes y adaptarlos a su emprendimiento, “arrobar” a otros emprendedores y retuitear las ideas de negocios de otros empresarios. “Siempre, en el camino, encontrarás personas que te ayudarán, que te harán crecer en comunidad”, reflexiona.

¿Qué lecciones le dejó emprender? Le preguntamos.

“Nosotros empezamos con el carpintero Elmer Julca y entendimos que cuando uno tiene productos de calidad y una buena marca, tu producto se venderá. Así se pasan la voz. A nosotros nos adoptó la comunidad de cat lover”, cuenta.

Pero también superó dificultades, como cuando subido el Dólar y pasó la barrera de los cuatro soles. En aquel entonces el precio de los materiales se fue al alza. “Eso nos afectó”, señala. Pero también entendió que para que sus casitas para gatos se vendan debían de llegar a todo lado: “Hacemos delivery y llegamos a todo Lima y a las regiones que nos soliciten”.

Y ¿qué les recomendaría a los emprendedores?

“Si tienen una idea, láncense. Yo hasta el año pasado trabajé para alguien. Imagino que, si hubiera seguido trabajando en obras de lunes a sábado, quizás no hubiera podido emprender. Les digo: no pierdan el tiempo. Busquen y encuentren la oportunidad. Siempre encontrarán quién los ayude. En mi caso fueron los ‘cat lover’”, dice sobre este emprendimiento que hoy, como nos dijo líneas arriba: tiene más de siete vidas.

Dato:

Para comunicarse con Misipa Wasin pueden hacerlo al WhatsApp o Telegram: 972 221 078. También pueden seguirlos en TwitterInstagram.

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Cat Lover, Malena Jara, Misipa Wasin

Un amigurumi es un lindo muñequito tejido con una técnica japonesa que usa como herramienta al crochet. Los hay de todos los tamaños, formas y colores, e incluso algunos pueden personalizarse para asemejarse a un ser querido. Este es el tipo de arte al que se dedica Janice Villanueva, joven emprendedora de 24 años, en Ohvillos.

Hay personas a las que el emprendimiento les corre por las venas, y Janice es una de ellas, que desde los 16 años se involucró en el mundo de la animación infantil al punto de crear su propia productora: Sonrisitas Miyani. Estuvo más de cinco años liderando con éxito su emprendimiento, hasta que se convirtió en madre y tuvo que parar de manera momentánea.

Los descansos la tenían en la inactividad, e ilusionada por preparar el cuarto de su bebé, empezó a interesarse por el tejido. “Yo no sabía tejer. Entré a Youtube y encontré clases a crochet para principiantes y conforme iban pasando los días notaba que tenía una habilidad”, cuenta Janice. El primer amigurumi que creó fue una conejita para su hija. Emocionada, lo compartió en redes sociales y al empezar a recibir pedidos de sus contactos, se dio cuenta que allí había una oportunidad de negocio.

“Me compré todos los hilos, todos los colores. Encontré un nombre, trabajé el logo con mi diseñador, y Ohvillos nació un 26 de agosto de 2020, en plena pandemia. Fue una manera de reinventarme para emprender”, recuerda Janice, que ahora estudia Administración y Marketing Digital para tener aún más herramientas para potenciar lo que ha logrado.

Ohvillos

Trabajar y sanar

Para Janice, Ohvillos ha sido no solo una gran forma de independizarse, sino también de sanar heridas emocionales, pues durante su embarazo se separó del padre de su bebé. “Fue bastante doloroso y para mí el tejer fue psicoterapéutico, se lo recomiendo a todo el mundo. Para mí eso fue una motivación, una especie de sanación”, cuenta Janice.

Tras esta experiencia de empoderamiento, Janice busca empoderar a más mujeres mediante el tejido. Actualmente, son tres las mujeres que forman parte de Ohvillos. “Para mí el tiempo en familia es muy especial y me gustaría darle la oportunidad a otras mujeres de pertenecer a nosotros y tener esa experiencia”, explica la emprendedora.

“Yo me imagino a Ohvillos teniendo una tienda física y abriéndole las puertas, no solo a mujeres tejedoras, sino también a mujeres emprendedoras que tengan negocios pequeños y quieran vender sus productos ahí. El poder independizarse en una ciudad tan machista, es una forma muy importante de empoderarnos”, añade Janice.

Ohvillos

Antes de contar con un equipo consolidado, Janice recibió una propuesta laboral para realizar tejidos a bajo costo. “Querían que teja durante ocho horas por 20 soles, iban a explotarme”, cuenta. Frente a ello, contactó a otras mujeres interesadas en tejer, y les ofreció mejores condiciones de trabajo y pago.

“A mí me encanta cuando mis chicas me dicen ‘Janice, muchas gracias porque me gusta que el equipo sea bueno y tranquilo, en un ambiente agradable, y se me remunera como debe ser. Ya somos un grupo de amigas”, cuenta.

El impulso por redes sociales ha sido determinante para el éxito de Ohvillos. Janice Villanueva es una de las fundadoras de #LaNaciónEmprendedora, iniciativa en Twiter que le ayudó a potenciar su negocio y ayudar a otros compañeros emprendedores a dinamizar sus ventas. Al mes, Ohvillos elabora más de 90 amigurumis a pedido, y al momento cuentan con un tiempo de espera de un mes.

Finalmente, Janice busca invitar a más mujeres al emprendimiento. “Yo creo que no hay nada más que retarse a una misma. Siempre he creído que si tú no crees en ti y en tu negocio, nadie más lo va a hacer. A veces nosotras tenemos esa idea suelta, pero no debemos quedarnos en la intención, hay que arriesgarse a probarlo. Tal vez, así como yo, encuentren una vida que jamás había experimentado. Hay que arriesgarse”, recomienda.

 

Dato:

Para hacer un pedido en Ohvillos, pueden contactarse a su cuenta de Facebook, Instagram o Twitter.

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crochet, Janice Villanueva, Ohvillos

Al igual que muchos peruanos que crearon pequeños negocios durante la pandemia, la actriz Laly Goyzueta y su esposo el actor Mariano Sabato decidieron lanzar al mercado unos muffins saludables que habían estado vendiendo entre amigos y asistentes a los gimnasios en los que daban clases.

A través de redes sociales, los “MufFit” empezaron a llegar a distintas partes de Lima y ahora también pueden encontrarse en algunas tiendas. En conversación con Sudaca, la actriz convertida en emprendedora confiesa que le costó un poco empezar a vender, pero esta aventura también le ha permitido conocer a muchos otros emprendedores.

“Para mí ha sido un reto aprender a vender, aparte de hacer todo. Estamos todos involucrados en esto. Estamos entusiasmados y tratando de aprender cada día, llevo cursos de marketing y formo parte de la Nación Emprendedora, que es un grupo de tuiteros unidos que creemos que juntos somos más fuertes y nos apoyamos”, comenta.

MufFit

Una receta saludable

Al inicio, Laly recuerda que su esposo trajo una receta de muffins que fueron adaptando para que sea más saludable. El primero que hicieron fue de manzana con arándanos y después llegó el “chocobanana”. Asegura que lo que más les costó fue encontrar el balance de dulce de procedencia natural, ya que no le colocaron ningún tipo de azúcar ni edulcorantes, haciendo que el producto esté libre de octógonos.

“La avena es uno de los cereales más importantes, que aporta más a la salud, frutas, leche y huevo, que dan proteínas, tiene harta fibra. Es un producto pensado y concebido para alimentar, para nutrir”, explica.

Una vez que llegaron a la fórmula que querían, vieron que el producto tenía potencial y tramitaron el registro sanitario y su registro ante Indecopi. Con la pandemia y el cierre de los gimnasios, que había sido su principal punto de venta, empezaron a ofrecerlo por Whatsapp y Twitter. Decidieron crear páginas de Facebook e Instagram y toda la familia se avocó a realizar las entregas. Actualmente, han crecido en producción y trabajan con una empresa de delivery.

“Aportar con un producto diferente que hemos creado nosotros -porque de la receta con la que empezamos no quedó nada- y tratar que las familias peruanas se alimenten mejor, comiendo algo rico, pero que sabes que te hace bien sin azúcares añadidos, es importante. Es dar algo bueno y también sentirme orgullosa de lo que estoy haciendo”, señaló.

 

MufFit

Crecimiento y planes de expansión

Desde que empezaron a recibir los pedidos en redes sociales, se dieron cuenta que el producto funciona bien para personas que hacen deporte, jóvenes que viven solos y familias porque resulta una alternativa saludable a los dulces.

“El de chocobanana, que es el que más me gusta, lo hacemos con cacao al 100%. Son ingredientes que aportan. No les ponemos ningún tipo de azúcar y ni siquiera stevia porque el sabor no nos gustaba. Por eso nos costó trabajo hacerlo porque había que equilibrar cuánto de fruta ponerle para que sea dulcecito. No es un postre tampoco, es un snack para ese momento de hambre”, precisa. Aunque dice que a varios clientes les gusta combinarlo con distintos aperitivos como frutas.

Por ahora, además del delivery, sus productos pueden encontrarse en las tiendas Thika Thani de Miraflores y San Borja, y en Kaypi de La Molina. Sin embargo, a futuro le gustaría contar con más puntos de venta.

“Cuando empezamos el proyecto con Mariano -y estoy segura que lo voy a lograr- le dije que mi sueño es tener los MufFit en los grifos. Antes de la pandemia salíamos a la calle y si se nos hacía tarde, parábamos en el grifo para comer algo. Al entrar encontrábamos puras galletas, chucherías y no encuentras nada que pase tu hambre. Mi sueño es llegar a los grifos y encontrar algo saludable que esté al alcance de tu mano. Tratamos de ofrecerlo también a un precio no tan alto para que no sea un lujo”, refiere.

Confía en que, a pesar de la situación de constantes crisis políticas que también afectan a los emprendedores, la situación económica les permita seguir creciendo como tienen pensado.

“El camino del emprendedor es bien intenso. De muchas alegrías y esfuerzo. Esperamos poco a poco salir adelante y que se reactive la economía. Es una cadena; si tienes trabajo con ese dinero puedes comprar y hacer que otras familias tengan trabajo. Ahorita somos nosotros, pero más adelante sí nos gustaría dar trabajo a otras personas, ir creciendo”, indica.

Dato:

Puedes contactar a “MufFit”  a través de su cuenta de Facebook e Instagram.

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Emprendedora, Laly Goyzueta, MufFit

Durante el 2020, el primer año de la pandemia, se crearon un total de 235.447 empresas, según el INEI. Estas se han convertido, a todas luces, en sinónimo de resiliencia, pero ¿qué sucede con aquellas que nacieron solo días antes del inicio del confinamiento?

Una de ella fue Roots Foods, emprendimiento de papas nativas cocidas, prensadas y congeladas creada por Augusto Gereda, emprendedor que durante 25 años se dedicó al comercio, industria, minería, energía e hidrocarburos y retail.

Debido a esta experiencia, la marca de Gereda estaba lista para ingresar a supermercados e iniciar con degustaciones para impulsar su producto, tres días antes del cierre total de nuestro país, producto de las medidas preventivas frente al COVID–19.

“Nos cambió todo el esquema”, cuenta Gereda, al recordar el primer golpe que nos dio la pandemia: los primeros contagiados y fallecidos y un duro confinamiento que provocó el cierre de negocios. “Tan pronto nos dieron las licencias y habíamos pasado de las certificaciones de planta, estábamos listos para empezar, pero de pronto con la pandemia ya no ingresaban proveedores. Se nos cerró ese canal. También el de los restaurantes. Pero vimos que la gente empezó a cocinar mucho en casa”, recuerda Augusto, al encontrar la manera de continuar impulsando su producto. Hallaron el problema, buscaron la oportunidad.

Roots Foods empezó así con una venta directa, el efectivo boca a boca. Se sumó además la difusión en redes, esperando la reapertura del sector retail. “Una vez que abrieron sus puertas, si bien entramos, ya no había la posibilidad de hacer degustaciones, lo cual es un tema primordial para nosotros, tratándose de un producto nuevo. Ha sido un camino un poco difícil, recién vamos a empezar con el impulso después de año y medio”, indica Augusto.

papas

Perfeccionar la papa Tumbay

Perú es un país productor de papa y tiene 3000 mil variedades. Sin embargo importa 50 mil toneladas anuales. La idea de Gereda, entonces, es hacerle recordar a los peruanos la riqueza de nuestro producto a través de Roots Foods, unas papas -del tipo Tumbay- 100% naturales, cocidas al vapor, prensadas y congeladas que llegan a casa -convertidas en pulpa- envasada al vacío y listas para preparar un puré, una causa limeña, papa rellena, hamburguesa de papa, entre otras. 

“Lo que nosotros hicimos fue desarrollar un producto que al momento de usarlo tenga las mismas propiedades organolépticas que el producto recién hecho, y que además se pueda almacenar por un periodo largo”, cuenta Augusto.

Para lograrlo, en compañía de su equipo realizó, durante seis meses, ensayos, pruebas, análisis, estudios de vida útil del producto y lograron uno que se mantiene fresco hasta por 8 meses. “Puedes preparar un puré que no tiene ningún añadido, ningún aditivo. Es 100% papa. Se puede usar en 5 minutos. Simplifica mucho el proceso de hacer cosas ricas y nutritivas en casa”, comenta el creador de Roots Foods, producto que llegó a supermercados como Wong o Metro y que también llega a través de delivery.

Para Augusto, la parte más complicada de emprender, quitando las complicaciones de la pandemia, fueron los impuestos aplicados a su producto. “Las papas son vegetales y están liberadas del pago del IGV, por ejemplo. Entonces yo compro papas y no puedo deducir por ningún lado ese gasto. En cambio, al transformar mi producto, que sigue siendo 100% papa, pero prensada sí se me aplica el IGV, entonces a ello se suma el costo de empaques, envases y demás, y eso de entrada te pega”, comenta.

Respecto de la pandemia, pese a ya haberse formado como empresa a solo días del confinamiento, no tenían facturación previa, por lo que acceder a créditos se hizo más complejo. “Nosotros no pudimos acceder a ningún Reactiva porque no teníamos historial anterior. Pasamos de todo un poco, pero seguimos vivos, que es lo importante”, comenta.

Ahora Roots Foods se encuentra encaminado hacia la exportación. “Hemos estado participando en algunas ferias como la Expo Alimentaria y estamos desarrollando la forma de ingresar a otros países. Por ejemplo, en Estados Unidos puedes comprar papas amarillas enteras congeladas. Definitivamente a la hora que las descongelas no te quedan iguales que una papa amarilla recién hecha. Roots Foods, si tiene esa cualidad. Creo que podríamos tener una ventaja importante”, finaliza.

 

Dato:

Puedes seguir a Roots Foods en su cuenta de Facebook, Instagram y en su página web.

 

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Augusto Gereda, papa Tumbay, Roots Foods

“Nuestra idea es generar una cultura de consumo del cacao y del chocolate. Dar a conocer el trabajo de los productores de nuestra región, Ucayali”, dice Gianina Flores Cavero Egusquiza, emprendedora de 29 años, nacida en la provincia de Atalaya, con una década de experiencia trabajando en chocolatería y que hace poco abrió Ukaw, una boutique chocolatería ubicada en Miraflores.

Venden, por citar solo algunos de sus productos: barras de chocolate y bombonería fina con sabores de cocona, camu camu, mango, maracuyá, aguaje, cocona o café tostado. Todos los sabores de la selva que se puedan imaginar.

Abrimos Ukaw un primero de octubre porque es el Día del Cacao y Chocolate peruano. Además, elegimos esa fecha porque era luna llena, y tú sabes que, en luna llena, se hace la cosecha”, cuenta sobre su local ubicado en la calle Alcanfores 432.

Por su trabajo como promotora del cacao y por ser considerada emprendedora de éxito, el Gobierno Regional de Ucayali le brindó -hace una semana- un premio por su trabajo como mujer empresaria, difusora de su cultura y de los productos del oriente peruano. Su homenaje fue también un reconocimiento a la labor de la mujer trabajadora.

“Yo creo que el alma del chocolate es el de una mujer fuerte, que toma decisiones, pese a los miedos que pueda tener. Y lo hace por amor a sus hijos, a su familia y porque quiere un cambio en la sociedad. Porque quiere sacar adelante a sus seres queridos y lo hacen”, señala.

mujeres y cacao

Cultivos alternativos

Lo que menciona Gianina es contundente. Hace diez años ella conoció el mundo de los productores que cambiaron sus sembríos de hoja de coca por cultivos alternativos, como el cacao. Entendió que en ese cambio las mujeres, en su región, habían jugado un rol importante: habían convencido a sus familias para sembrar yucas, papayas o cacao como medio de vida y “así estar más tranquilos”. Que, si bien era un trabajo duro, podían sacarlo adelante a través de alianzas con organismos internacionales o vendiendo sus productos a chocolateros y empresarios como Gianina Flores.

“Cuando comencé a trabajar con los productores de cacao me contaron sus historias y entendí la labor de las mujeres en este rubro. Fue cuando me enamoré aún más del cacao y del chocolate. Por eso Ukaw es un homenaje a la mujer, pero en especial a la mujer ucayalina, quien es el eje fundamental para tomar decisiones en una familia para sacarlos adelante”, cuenta Gianina.

Y agrega: “Ese acercamiento con los productores y agricultores hizo que entendiera que una barra de chocolate no solo es eso, sino que representa un cambio en la Amazonía peruana. A mí me cambió la vida conocer sus historias. Un chocolate viene con una carga energética de cariño, de amor, de pasión hacia todas las personas que trabajan el cacao, que no es fácil. Todo eso me hizo pensar en impulsar el cacao de mi región”, afirma esta joven administradora de empresas, cuyos chocolates han ganados premios internacionales: en octubre obtuvo una medalla de bronce en el concurso Internacional Chocolate Awards 2020-21 de Nueva York; y en junio ganó el Gourmet Plata en el primer Concurso Internacional de Chocolates organizado por la Agencia para la Valorización de Productos Agrícolas (AVPA) de París.

barra de chocolate

Alimento nutritivo

Gianina quiere romper mitos. Uno de ellos, chocolate es malo para la salud: “El cacao es un súper alimento y debemos consumirlo todos los días. Debería estar incluida en la dieta diaria. El chocolate de cacao no engorda, nos nutre. Tiene antioxidantes, te da energía, puede ser consumido por personas con diabetes, colesterol, por ejemplo”, dice.

¿Cuál fue su principal reto a superar para crear su emprendimiento?

“El principal reto ha sido ser jóvenes para poder concretar nuestras ideas pues no tienes un respaldo financiero. El no acceder con facilidad a los créditos es muy difícil. Hay que recurrir a ahorros, tener socios. Invertir y reinvertir. Otro reto fue el tema de género. Yo he visto el machismo cuando trabajaba con las productoras de cacao, pero hoy -debido al protagonismo que hemos tomado en la región- eso está quedando atrás”.

Añade: “Es fundamental el cariño que tú le tengas a tu trabajo. Debe apasionarte. Hay un momento en el proceso donde habrá bajas, que no te comprarán porque no te conocen y quieres tirar la toalla. Es muy fácil tirar la toalla cuando se trabaja con un enfoque económico, pero cuando lo haces con un propósito, avanzarás y lograrás tu objetivo”.

Ukaw -que significa Ucayali Cacao y que cuenta con una fábrica en Yarinacocha- ahora tiene como proyecto llegar al mercado norteamericano. Todo indica que el próximo año arribarán a Manhattan (Estados Unidos) y, luego, aspiran a llegar a París. “Seguiremos tocando puertas.  A nosotros nos mueve el cariño, el amor por el trabajo. Yo ofrezco chocolates y al hacerlo ofrezco mi cultura, mi identidad, la historia de miles de mujeres ucayalinas”, sentencia.

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cacao peruano, chocolate peruano, Gianina Flores, Ucayali, Ukaw

La crisis económica provocada por la pandemia enfrentó a los peruanos a reinventarse y diversificar sus ingresos. Esto queda evidenciado en el estudio realizado por Activa Perú, que reveló que el 36% de peruanos decidió iniciar un emprendimiento durante la pandemia.

Este es el caso de Alan Rodríguez, creador de Don Rancherito, un emprendimiento familiar de pollo a la brasa que nació por la necesidad de buscar la manera de salir adelante. La propuesta fue bien recibida en redes sociales, y para acercar a su comunidad creó la Nación Ranchera, de forma que sus clientes se sientan parte de Don Rancherito.

Sin embargo, al poco tiempo, Alan decidió dar la milla extra y a partir de esa Nación Ranchera, crear #LaNaciónEmprendedora una iniciativa que busca unir fuerzas entre diversos emprendimientos. “Es un concepto un poco revolucionario y contestatario, en el sentido de que quienes integramos La Nación Emprendedora tenemos por concepto ayudar sin pedir nada a cambio”, explica.

Nación en crecimiento

Son 14 los negocios que forman parte de #LaNaciónEmprendedora, y van desde odontología, pasando por indumentaria, hasta comida saludable. Esta iniciativa nació en Twitter, aprovechando los Spaces, un espacio de transmisión de voz en vivo en dicha red social. “Teníamos la necesidad de crear comunidad entre emprendedores, de buscar en mayor difusión a través de nosotros. Nos ha dado unos resultados realmente sorprendentes a nivel de ventas, apoyo y contención”, cuenta Alan.

“No somos marcas grandes ni franquicias. Somos gente que quiere hacer las cosas bien para los que ama y quiere tener un canal de ventas constante, poderoso e impactante”, comenta el emprendedor que cree que la solidaridad y el trabajo en equipo genera grandes cosas.

Este grupo de emprendedores, entre los que se encuentran la actriz Laly Goyzueta con MufFit, marca de snacks saludables, se reúnen cada domingo a las diez de la noche por Spaces de Twitter para conversar y brindar consejos a emprendedores, así como pasar un buen rato con su fiel audiencia y clientes.

Como todo negocio, que requiere no solo de la difusión, sino también de un planeamiento estratégico de ventas, los integrantes de #LaNaciónEmprendedora se reúnen los lunes para determinar quién llevará la “camiseta emprendedora” durante la semana. “A quien le toca, le decimos: prepárate, haz tus mejores memes, estate atento y nos avisas qué quieres que te likeemos y vamos interactuando lo más orgánico posible. La idea es que la empresa o el emprendimiento hablen”, comparte el dueño de Don Rancherito.

Además, estos emprendedores cuentan con un organizado grupo de WhatsApp en el que van apoyándose para difundir las diversas promociones que vayan proponiendo. “Nos damos apoyo, contención, un poco de disciplina y compromiso, así como capacitaciones. La idea es, y eso lo repetimos siempre, ayudar sin pedir nada a cambio, porque al final es un efecto bumerán. Mientras más solidario seas, más semillas vas sembrando en cada corazón y tu público lo siente, se engancha”, indica Alan. Estas capacitaciones mencionadas por el vocero de La Nación Emprendedora son brindadas por integrantes de dicha iniciativa, como Johnnathan Vásquez, experto en Dirección y Finanzas, y Miguel Fernandez dedicado a la capacitación y formación de emprendedores.

¿Cómo pertenecer a La Nación Emprendedora?

Alan Rodríguez comenta que las puertas de #LaNaciónEmprendedora están abiertas para quienes deseen hacer crecer sus negocios, bajo una condición: que tengan alma. “La idea no es solo vender, pues hay un compromiso de salir adelante todos juntos”, comenta.

Para ser parte de esta iniciativa, lo primero será atender el espacio de #LaNaciónEmprendedora en Spaces de Twitter los domingos por la noche para conocer a los integrantes y estar seguros de querer pertenecer a ese equipo. Es necesario que el emprendedor interesado y su negocio sean activos en Twitter, plataforma principal de esta iniciativa.

Finalmente, los emprendedores pueden contactarse vía Twitter con los coadministradores del space Alan Rodríguez de Don Rancherito, Carolina Ríos de Kimsa, y Miguel Fernandez.

Para conocer los 14 negocios que forman parte de La Nación Emprendedora, puedes visitar a Cynthia Espinoza en Dentistachevere; Don Rancherito; Carlos Cuadros de Gloren; Carolina Ríos de Kimsa; Donde Tavo Burger; Janice de OHvillos; Johnnathan Vásquez; Lucca Papelitos y Cartones; Misipa Wasin; Camelia, Miguel Fernandez; Laly Goyzueta de MufFit; Panifiesto, y Mrs. Ollivanders.

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#LaNaciónEmprendedora, Alan Rodríguez, Don Rancherito, La Nación Emprendedora

Debido a su cercanía con el mercado inmobiliario, el estudiante de ingeniería, Martín Velasco, se propuso crear soluciones tecnológicas para este rubro, y así fue que nació Coproyecta, una startup tecnológica incubada por Nexum, incubadora de empresas de la PUCP. Al inicio, se había centrado en la venta de gafas de realidad virtual que pudieran utilizarse en las casetas de ventas de los proyectos inmobiliarios. Sin embargo, la pandemia acabó con esta idea.

“Cuando vino la pandemia nos golpeó durísimo. Los lentes de realidad virtual se usaban en las casetas de venta y las casetas de venta cerraron. No teníamos dónde vender. Se cerró todo, pero felizmente nos pudimos adaptar. Comenzamos vendiendo lentes de realidad virtual, pero luego incorporamos esta sección de videollamada que nos permitió inclusive volvernos proveedores de OLX para Latinoamérica, lo que nos permitió trabajar en varios países”, recuerda.

Pasar del robot al humano

A raíz de la pandemia, la cantidad de vendedores en los proyectos inmobiliarios también se redujo, en un momento en el que las consultas eran casi exclusivamente virtuales y esto los llevó a pensar en crear un ‘chatbot’, un programa automatizado para resolver algunas dudas, pero sobre todo para enganchar al cliente.

“El problema real por el que creamos el chatbot es por la poca capacidad de respuesta y el ‘engagement’ que tienen los ‘chatbot’ porque la capacidad de un vendedor es de 10 leads (o atenciones) al día, pero los fines de semana se puede llegar fácilmente a 60 por día y se acumulan las atenciones”, comenta.

A diferencia de un ‘chatbot’ de atención al cliente que solo resuelve consultas básicas, “Romi”, el chatbot que implementaron, filtra a los interesados, se queda con potenciales compradores y agenda llamadas con asesores de ventas de carne y hueso. Después de todo, Martín está convencido de que el trabajo del asesor inmobiliario es irremplazable, en particular, en una compra tan importante para la vida de las personas como una casa.

“Nuestro objetivo no es reemplazar a los vendedores, pero sí incrementar su productividad para que estos realmente atiendan a los clientes interesados. Lo que hacemos es filtrar solamente a aquellas personas que estén interesadas. Hay personas que preguntan por buscar información, pero no por interés. ‘Romi’ siempre agenda una llamada o busca que la persona llegue a un vendedor. Somos un primer filtro y si la persona quiere hablar con un humano, lo derivamos directamente”, explica.

Asegura que, los proyectos inmobiliarios que han incorporado a ‘Romi’ han logrado incrementar la productividad de la fuerza de ventas entre un 40% a 50%. “Si antes podían procesar 10 (atenciones) al día, ahora están en 15 a 20 al día”, agrega.

Tendencias en el mercado inmobiliario

A diferencia del chatbot, Martín considera que el próximo año los recorridos virtuales ya no tendrán tanta importancia como la que obtuvieron durante la pandemia. En su opinión, el recorrido virtual permite, por ejemplo, ahorrar tiempo para no ir hasta otro distrito. “Es un plus valioso, pero ya no es esencial”, precisa.

El chatbot, en cambio, se mantendrá por el ahorro que genera en productividad y por la labor de seguimiento que permite hacer para encontrar futuros compradores. Una labor minuciosa para las características del mercado después de la pandemia.

“Entre 2020 y mediados de 2021, la gente no compró porque no sabían si iban a poder pagar o no. Este mercado preocupado que estaba sin hacer nada, está volviendo a salir de nuevo. Entonces hay una recesión de un mercado que siempre estuvo presente pero que no se ejecutó. De este año hasta medianos del otro año, políticamente, todo va bien, va muy amarrado con estos temas, pero va a crecer, las ventas se van a dar”, confió.

Con esa misma confianza, han decidido expandirse, en el futuro, al mercado mexicano, para lo cual se encuentran estableciendo contactos, y están viendo soluciones similares que pueden servirle al sector educación o automotriz.

Haciendo un balance de lo obtenido, Martín considera que el lanzamiento del ‘chatbot’ terminó siendo un trabajo de perseverancia frente al escepticismo que recibía.

“Un montón de gente me decía que ya había un chatbot, me dijeron que no lo haga, que no valía la pena, pero cuando lo vieron después, todo el mundo se quedaba sorprendido diciendo que sí es diferente y novedoso”, refiere.

 

Foto de portada: Departamento Académico de Ingeniería-PUCP

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Chatbot, Martín Velasco, Romi

Es marzo del 2020 y la noticia del inicio de la cuarentena la escucha Rita Suaña, con preocupación. “¿Ahora qué vamos a hacer?”, se pregunta. Como gran porcentaje de peruanos ella vive del día a día, de las ventas que logra hacer gracias al turismo. Rita -madre de tres hijos- vende artesanías en las afueras de su hogar, en las Isla de Los Uros, en el Lago Titicaca, a 3810 metros sobre el nivel del mar.

Entonces pasó lo evidente. Se cerró el puerto del Lago Titicaca, desde donde los turistas toman los botes para llegar a Los Uros y la Marina de Guerra del Perú- cuenta Rita- impedía que salieran o entraran personas a estas islas flotantes hechas de totora y esteras. Entonces, al temor del virus que comenzaba a matar peruanos llegaban preocupaciones más cotidianas e igual de aterradoras que morir de Covid-19: Sin turistas ¿Qué venderemos? Sin dinero ¿Qué comeremos? Temible binomio que los hacía pensar en lo difícil que es subsistir con la necesidad al acecho.

“Ya no podíamos resistir, no teníamos alimentos”, cuenta Rita. “Las familias practicábamos el trueque para no quedarnos sin comida. Cambiábamos pescados con papa, chuño o cereales para alimentarnos. Teníamos que hacer algo”, dice, al recordar estos primeros días de cautiverio.

Tejidos       Tejidos Flor del Lago

En la Isla de Uros viven unas 2500 personas y su principal actividad económica es la elaboración de tejidos de tapices de lana, la pesca y la caza. Rita entendió que debían enfrentarse a este terrible momento y ponerse a trabajar. Diseñó mascarillas con flores tejidas a mano y los paisajes andinos del Lago Titicaca. Entonces le comentó a 10, 20, 30 mujeres de las islas que podían hacer más y venderlas. Las medidas de cuarentena comenzaron a flexibilizarse y ya podían ir a los mercados o ferias de Puno a vender sus productos.

Comenzaron a ofertar sus mascarillas, a ganar algo de plata y con ese dinero pudieron comprar alimento. “Entonces más mujeres nos pusimos contentas de llevar dinero a casa. Se sumaron más e hicimos fuerza”, recuerda Rita. Así nació la Asociación Mujeres Emprendedoras Qot Tika – Flor de Lago, organización que ahora reúne a 200 mujeres artesanas  de las Islas de Los Uros que venden barbijos, mantas, cojines y telares bordados a mano.

“Esta organización nació por necesidad en la pandemia. Las familias en Los Uros vivíamos en una situación difícil. No llevábamos un sol a casa. Teníamos que subsistir”, explica, quien enseñó y capacitó a las mujeres de Los Uros a emprender este negocio.

Flor del Lago busca empoderar mujeres. «Acá hay mucho machismo», dice Rita. «Es raro para ellos que haya organización de mujeres. Antes nos prohibían reunirnos o capacitarnos, pero eso ya cambió», agrega. «Como líder y profesora y presidenta de la Asociación estoy feliz de que me haya nacido esta fuerza y he luchado para que esto se haga realidad. Veo que todos ponen empeño. Nos valoran como mujeres», enfatiza. “Toda nuestra vida hemos trabajado como artesanas. La mujer ha cumplido un rol importante en este tiempo. Hemos subsistido gracias al arte y a la energía que poníamos las mujeres. Nos hemos empoderado. Valoramos más nuestro trabajo como mujeres artesanas”.

Conquistaron el mundo digital

Al no llegar turistas a las Islas y la posibilidad de salir a los mercados de Puno a vender todavía era limitada, tuvieron que ingeniárselas para vender. Entonces crearon una cuenta de Facebook, donde exhiben sus productos. Abrieron un WhatsApp para atender a todo aquel que les haga pedidos. Entendieron que debían cobrar a través de transferencias con aplicativos, como Yape. Y los pedidos comenzaron a llegar de Puno, Arequipa, Cusco y Lima. Luego a Estados Unidos y España.

Y los resultados no tardaron en llegar. La Asociación Mujeres Emprendedoras Qot Tika – Flor de Lago ganó, hace unos, el Premio ConectaRSE para Crecer 2021 de Movistar, en la categoría Mujer Emprendedora. Recibirán 10 mil soles que deberán destinar a insumos y equipamiento para hacer crecer su proyecto. Además, obtuvieron una membresía Kunan+, que les permitirá conectarse con otros emprendimientos. También accederán a asesoría legal.

Rita entonces, nos muestra sus productos a través del Zoom. Están llenos de colores y tienen un sello especial: la reafirmación de su identidad a través de su arte. “Nosotras hemos nacido artesanas y resistentes. Valientes y luchadoras”, dice, orgullosa de lo alcanzado: el haber logrado alimentar a sus familias con ingenio, esfuerzo y arte.

Su emprendimiento, en el corazón del Lago Titicaca, así lo demuestra.

Dato:

Pueden contactar a la Asociación Mujeres Emprendedoras Qot Tika – Flor de Lago a través de su cuenta de Facebook e Instagram  o a través del WhatsApp: 995544874.

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Flor del Lago, Isla Uros, Lago Titicaca

La incertidumbre producida por la llegada de la pandemia despertó en los emprendedores, mayores ganas de crear y marcar la diferencia. Milena Warthon, cantautora de 21 años, fue una de esas personas que no pudo quedarse quieta y encontró la oportunidad de crecer y, a la par, revalorizar su herencia cultural a través su voz y la moda mediante el Pop Andino.

La joven artista inició su carrera musical en 2018 pero, tras el despegue de Tik Tok, plataforma en la que ya cuenta con más de 1.5 millones de seguidores, y su aparición en La Voz Perú, ha logrado consolidar una audiencia fiel que sigue incluso las tendencias que propone, como el #AndaNomasChallenge o el mashup de temas como: Cholo Soy, de Luis Abanto Morales o Cariñito de Ángel Aníbal. Sin contar su conmovedora versión de Chiquitita, con la que deslumbró en La Voz Perú.

Hace dos meses se animó a lanzar su propia marca de ropa, bajo el mismo nombre del género musical que impulsa: Pop Andino. Usa como elemento central la lliclla, tela tejida muy característica de diversas regiones andinas, con diversos colores, motivos, y patrones. Esto con el fin de fomentar la cultura andina a través de la moda y llevarla a las nuevas generaciones a través de pantalones y faldas; tops y poleras; así como accesorios como mascarillas, sombreros y aretes. “La idea es que la ropa sea cool, algo que yo misma, una chica de veintiún años, quiera usar. Pero no es solo ello, sino que también refleje nuestra identidad”, comenta Milena.

“El pop andino ha sido una manera de encontrar una parte mía que no estaba conectada. Esa parte de Milena que conectó con sus raíces. ¿Cuál es la historia de mis padres? ¿Cómo es que mis padres llegaron aquí? ¿Cómo era su infancia? ¿Cuáles eran sus referencias? Fue reconectarme con mis antepasados y la música me ha permitido eso. Esta es mi identidad”, cuenta la cantante y hoy emprendedora.

Su madre ancashina y padre apurimeño fueron sus primeros fans y también inversionistas, tanto en la música como en la ropa. “La música ha sido mi primer emprendimiento, porque implica un montón de inversión y no sabes si realmente va a funcionar. Además es un concepto diferente, tanto musicalmente como en el caso de la moda. No es que haya un mercado fuerte de ropa pop andino”, explica la artista.

 

pollerita ancashina para niña
Pollerita ancashina para niña. Foto: Pop Andino.

Un emprendimiento familiar

Milena es la primera en su familia en dedicarse a la música y a la moda, por lo que ambos mundos resultaron nuevos para los Warthon Tamariz. Si bien sus padres son ingenieros, y su hermano Renzo estudia gestión empresarial, han sabido todos entrar en sinergia para impulsar los dos negocios del pop andino, que se complementan. “Mi hermano está muy involucrado, ve los procesos que debe haber en la empresa. Mi mamá también está involucrada, con los números, y yo soy más la que se encarga de la creación que ellos me ayudan a aterrizar. Es más un emprendimiento familiar”, cuenta.

Cuando Milena empezó a consolidar su proyecto musical, vio que era necesario aterrizar también su propuesta visual. “La imagen de un artista dice mucho. ¿Cómo debería vestirse una artista de pop andino? Al inicio me sugerían vestuarios tradicionales andinos, pero sentía que me estaba disfrazando, y con ropa común tampoco representaba mi identidad”, cuenta la cantante. Durante la pandemia empezó a experimentar con su propia ropa y la lliclla. Su primera pieza fue un jean con parches coloridos, que actualmente se encuentra a la venta en diversas tallas.

“Tenemos un objetivo súper claro con la marca, que es muy similar al que yo tengo con mi música, que es acercar la cultura andina mediante el arte. Es valorar y celebrar nuestra identidad con esta forma de expresión”, indica Milena. Ahora Pop Andino está en etapa de creación de nuevos modelos para la temporada de verano, y si bien el deseo de la cantante es que la marca esté presente en el extranjero, es algo que logró desde un inicio.

“Realmente nos sorprendió bastante tener muchos pedidos del extranjero. Está en uno de los primeros puestos de los lugares donde hacen las compras. Hemos mandado prendas a Europa, a Canadá, Estados Unidos y también a nuestros países hermanos, como Argentina, Chile y Ecuador. Sin duda eso es lo que más deseamos,  revalorar la cultura andina y llevarla al oído o a la prenda de todos.

“Estoy segura de que si algún día estos sueños súper lejanos que yo tengo se cumplen y puedo dar un granito de arena para que eso sea posible, todos nos veremos beneficiados. Porque somos de aquí, tenemos estas raíces y el mundo podrá ver el lindo trabajo y la linda cultura que tenemos”, finaliza.

Dato: Pueden ver los productos de Pop Andino en su web e Instagram.

Foto de portada: Tomada del Instagram de Pop Andino.

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Emprendedora, Milena Wharton, Pop Andino
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