Isla Uros

Es marzo del 2020 y la noticia del inicio de la cuarentena la escucha Rita Suaña, con preocupación. “¿Ahora qué vamos a hacer?”, se pregunta. Como gran porcentaje de peruanos ella vive del día a día, de las ventas que logra hacer gracias al turismo. Rita -madre de tres hijos- vende artesanías en las afueras de su hogar, en las Isla de Los Uros, en el Lago Titicaca, a 3810 metros sobre el nivel del mar.

Entonces pasó lo evidente. Se cerró el puerto del Lago Titicaca, desde donde los turistas toman los botes para llegar a Los Uros y la Marina de Guerra del Perú- cuenta Rita- impedía que salieran o entraran personas a estas islas flotantes hechas de totora y esteras. Entonces, al temor del virus que comenzaba a matar peruanos llegaban preocupaciones más cotidianas e igual de aterradoras que morir de Covid-19: Sin turistas ¿Qué venderemos? Sin dinero ¿Qué comeremos? Temible binomio que los hacía pensar en lo difícil que es subsistir con la necesidad al acecho.

“Ya no podíamos resistir, no teníamos alimentos”, cuenta Rita. “Las familias practicábamos el trueque para no quedarnos sin comida. Cambiábamos pescados con papa, chuño o cereales para alimentarnos. Teníamos que hacer algo”, dice, al recordar estos primeros días de cautiverio.

Tejidos       Tejidos Flor del Lago

En la Isla de Uros viven unas 2500 personas y su principal actividad económica es la elaboración de tejidos de tapices de lana, la pesca y la caza. Rita entendió que debían enfrentarse a este terrible momento y ponerse a trabajar. Diseñó mascarillas con flores tejidas a mano y los paisajes andinos del Lago Titicaca. Entonces le comentó a 10, 20, 30 mujeres de las islas que podían hacer más y venderlas. Las medidas de cuarentena comenzaron a flexibilizarse y ya podían ir a los mercados o ferias de Puno a vender sus productos.

Comenzaron a ofertar sus mascarillas, a ganar algo de plata y con ese dinero pudieron comprar alimento. “Entonces más mujeres nos pusimos contentas de llevar dinero a casa. Se sumaron más e hicimos fuerza”, recuerda Rita. Así nació la Asociación Mujeres Emprendedoras Qot Tika – Flor de Lago, organización que ahora reúne a 200 mujeres artesanas  de las Islas de Los Uros que venden barbijos, mantas, cojines y telares bordados a mano.

“Esta organización nació por necesidad en la pandemia. Las familias en Los Uros vivíamos en una situación difícil. No llevábamos un sol a casa. Teníamos que subsistir”, explica, quien enseñó y capacitó a las mujeres de Los Uros a emprender este negocio.

Flor del Lago busca empoderar mujeres. «Acá hay mucho machismo», dice Rita. «Es raro para ellos que haya organización de mujeres. Antes nos prohibían reunirnos o capacitarnos, pero eso ya cambió», agrega. «Como líder y profesora y presidenta de la Asociación estoy feliz de que me haya nacido esta fuerza y he luchado para que esto se haga realidad. Veo que todos ponen empeño. Nos valoran como mujeres», enfatiza. “Toda nuestra vida hemos trabajado como artesanas. La mujer ha cumplido un rol importante en este tiempo. Hemos subsistido gracias al arte y a la energía que poníamos las mujeres. Nos hemos empoderado. Valoramos más nuestro trabajo como mujeres artesanas”.

Conquistaron el mundo digital

Al no llegar turistas a las Islas y la posibilidad de salir a los mercados de Puno a vender todavía era limitada, tuvieron que ingeniárselas para vender. Entonces crearon una cuenta de Facebook, donde exhiben sus productos. Abrieron un WhatsApp para atender a todo aquel que les haga pedidos. Entendieron que debían cobrar a través de transferencias con aplicativos, como Yape. Y los pedidos comenzaron a llegar de Puno, Arequipa, Cusco y Lima. Luego a Estados Unidos y España.

Y los resultados no tardaron en llegar. La Asociación Mujeres Emprendedoras Qot Tika – Flor de Lago ganó, hace unos, el Premio ConectaRSE para Crecer 2021 de Movistar, en la categoría Mujer Emprendedora. Recibirán 10 mil soles que deberán destinar a insumos y equipamiento para hacer crecer su proyecto. Además, obtuvieron una membresía Kunan+, que les permitirá conectarse con otros emprendimientos. También accederán a asesoría legal.

Rita entonces, nos muestra sus productos a través del Zoom. Están llenos de colores y tienen un sello especial: la reafirmación de su identidad a través de su arte. “Nosotras hemos nacido artesanas y resistentes. Valientes y luchadoras”, dice, orgullosa de lo alcanzado: el haber logrado alimentar a sus familias con ingenio, esfuerzo y arte.

Su emprendimiento, en el corazón del Lago Titicaca, así lo demuestra.

Dato:

Pueden contactar a la Asociación Mujeres Emprendedoras Qot Tika – Flor de Lago a través de su cuenta de Facebook e Instagram  o a través del WhatsApp: 995544874.

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