Después de 16 meses, la mayoría del pueblo peruano ha estado confinada por una pandemia criminal y globalizada. Pero menos mal que no hay mal que dure cien años y se calcula que la disminución efectiva de contagios y que la “inmunidad de rebaño” se lograrán el 2023, en buena medida gracias al proceso de vacunación.

Adelantándose a esa victoria, poco a poco empiezan a organizarse eventos presenciales con la tranquilidad de estar vacunados y de seguir manteniendo los protocolos de rigor, como el uso de mascarillas y el respeto a la distancia física. Esto sin duda, se debe a que el riesgo de contagio es menor así y porque ya estamos todos más que hartos de llevar una vida por Zoom u otra plataforma, con el consiguiente cansancio visual y el estrés que eso conlleva. Simplemente queremos salir de nuestras casas, ver gente y respirar algo de aire libre.

En ese sentido, la Cámara Peruana del Libro ha organizado en formato mayormente presencial la Feria de Libro de Miraflores “Comparte la tradición” del 23 de julio al 4 de agosto. El evento se realiza en un lugar emblemático, el céntrico Parque Kennedy, y tiene como país invitado a Colombia.

En celebración al Bicentenario de nuestra República habrá una presencia importante de autores peruanos y convivios y conversatorios sobre figuras y temas actuales. Por ejemplo, destacan las presentaciones honrosas como la que se hará en homenaje al gran escritor Miguel Gutiérrez de Aníbal Meza Borja (editor), titulado Miguel Gutiérrez (1940-2016). En este caso los comentarios estarán a cargo de Maynor Freyre y Jorge Valenzuela.

Otra actividad que estará a la altura de una mega celebración Bicentenaria es la presentación del libro El zorro y la luna del poeta José Antonio Mazzotti. Los comentarios los harán la poeta y crítica Andrea Cabel y el narrador del Bicentenario y de la migración a los Estados Unidos, el profesor Eduardo González Viaña.

Asimismo, para seguir con el género lírico, tenemos la presencia de Miguel Idelfonso quien comparte la publicación de su nuevo libro, los Comentarios irreales, en clara alusión paródica al Inca Garcilaso. En esta actividad, serán los poetas Paolo de Lima y Paul Forsyth quienes presentarán la obra de Idelfonso.

Esta inspiradora feria también cuenta con invitados especiales de Colombia, como los poetas Jotamario Arbeláez, Andrea Cote Botero, Amparo Osorio, José Luis y Federico Díaz-Granados y Ramón Cote Baraibar.

Será una buena ocasión para ir pulseando el ambiente y disfrutar de novedades editoriales en carne y hueso, o en papel y tinta. Después de casi año y medio de virtualidad, bien nos merecemos un descanso.

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Feria de Libro de Miraflores, Pandemia

La última entrega del prolífico narrador Eduardo González Viaña está construida entre la ficción y la historia de un personaje sumamente importante para nosotros los peruanos, sobre todo en este contexto que vivimos, nuestro Bicentenario de la Independencia y la fundación de la república. En esta ocasión, la novela se centra en la gran figura del primer mestizo, el Inca Garcilaso de la Vega.

Mencionar lo que representa el Inca es afirmar nuestra condición de mestizos y migrantes, una situación que a él le pudo traer muchos problemas en la época en que vivió, pero por el gran apoyo y sabiduría de su madre incaica y una herencia monetaria que le deja su padre español, opta por dejar Cuzco e irse a buscar su futuro en el Viejo Mundo como se lo había dispuesto su padre.

Kutimuy, Garcilaso es la obra donde González Viaña (el gran novelista de la migración latina a los EEUU) plasma la vida del Inca, usando magistralmente una voz narrativa en tercera persona. El relato empieza in medias res…. para girar hacia la posible tragedia en medio de una tormenta cerca de Lisboa, lo que le permite al personaje evocar su pasado inca, la grandeza de su señorío, su propia niñez cuzqueña cuando era llamado Gomes Suárez de Figueroa. Al no ser una narración lineal, la novela utiliza giros en el tiempo para enaltecer la niñez del Inca y darnos un bagaje entre ficticio e histórico de lo que fue “el ombligo del mundo” en esos días. Asimismo, el relato narra las aventuras, anécdotas, reflexiones y travesías que le acontecen al Inca en su trayectoria hacia el Viejo Mundo y durante su larga estancia en España (56 años, la mayor parte de su vida) desde 1560.

El discurso entonces se configura a través de un lenguaje común, regional y actual, pero echando mano de fragmentos de los Comentarios reales del propio Inca Garcilaso de la Vega, de concilios y de documentos de archivo para abrir un diálogo con estos textos y afinar la verosimilitud del relato. Asimismo, notamos la presencia del quechua en ciertos términos y apelativos, pero también en cantos que se producen en fiestas como la del Taqui Onqoy en la década de 1560. El Inca Garcilaso recuerda su pasado constantemente porque esas imágenes siempre son duraderas, sobre todo si están ligadas a alguna historia de amor. Las descripciones son totalmente puntuales y en detalle, lo que permite al lector transportarse a nuestra sierra peruana, al Océano Pacífico y el Atlántico y también al Viejo Continente.

La relación de Garcilaso con su padre al principio de la novela es fundamental para entender por qué el Inca va a España, pero también para mostrar la relación y una situación tan compleja. Esa relación genera en Garcilaso una gran fortaleza y le brinda profundidad a su propia condición de mestizo, ya que además de ser letrado, también frecuenta ámbitos y acciones propias de los colonos, pero siempre arraigándose a sus raíces incas. Por ejemplo, Garcilaso aprende a montar a caballo desde muy joven y es por medio de la compañía de “Salinillas”, su rocín, que Garcilaso empieza a dar vislumbres de una personalidad imbricada entre la inca y la española, ya que llega a preguntarse si el caballo tenía alma. Es realmente un acierto configurar a nuestro Inca tan humano, tan pegado a sus raíces y tan tenaz en sus determinaciones.

Kutimuy, Garcilaso nos brinda una visión esperanzadora de nuestro país a través de la imaginación del pasado, al marcar un regreso al mestizaje, a Garcilaso propiamente tal. Volver a una nación que, aunque fragmentada, está viva en un mejor ambiente de confraternidad para así crecer como comunidad y celebrar un Bicentenario donde todos nuestros valores y nuestras raíces indígenas sean nuevamente evaluados bajo una luz más fresca y democrática.

Kutimuy, Garcilaso es un viaje y un regreso, pero no al Tahuantinsuyo, aunque sí al legado de nuestra más grande e importante figura literaria, el primer mestizo de nuestro suelo y el primero en ir a reclamar y a dejar muy en alto el nombre de lo que ahora conocemos como nuestro Perú. Y todo contado con una prosa deliciosa que captura de arranque al lector.

Vale la pena leer esta novela, ya en las prensas del Fondo Editorial de la Universidad César Vallejo. Y que regrese Garcilaso, que buena falta nos hace.

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Eduardo González Viaña, Inca Garcilaso de la Vega, Kutimuy

Nuestra literatura en castellano es una de las más ricas del continente y de la lengua en general, pero es, por gloriosa añadidura, una literatura que está acompañada de por lo menos otras 48 tradiciones en lenguas originarias, lo que hace del Perú un país de una lite-diversidad verdaderamente envidiable.

Esta semana se realiza el Simposio Internacional “La Literatura peruana hacia el Bicentenario” los días lunes 12 y martes 13 de julio, confirmando que nuestros mejores críticos y gestores culturales tienen en cuenta el principio básico de la lite-diversidad y lo llevan a las más altas esferas académicas para irradiarlo desde allí a todo el mundo.

El evento está organizado por la Asociación Internacional de Peruanistas, la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Tufts University y el Consulado del Perú en Boston. Asimismo, el vigoroso proyecto de “La Huaca es Poesía”, presidido por el poeta Rafael Hidalgo, estará auspiciando el evento para que así pueda tener mayor difusión.

Definitivamente, una de las grandes posibilidades que ha fomentado la pandemia es el don de la ubicuidad a través de la comunicación virtual. Por eso, escritores y estudiosos de temas peruanos se reunirán en esta gran fiesta literaria para comentar sobre algunos de los puntos claves en las distintas tradiciones de nuestro país. Resulta muy emocionante tener a intelectuales tan importantes comentando sus propias obras o haciendo análisis de proyectos que se han dado recientemente.

Estarán el novelista Eduardo González Viaña, quien dará la charla inaugural y presentará su nueva novela ¡Kutimuy, Garcilaso!; sobre nuestro paradigmático Inca Garcilaso de la Vega; también estudiosos como Eva Valero, Ethel Barja y esta servidora, que hablaremos del aporte de las mujeres a nuestra literatura desde la Independencia en adelante. Del mismo modo, el poeta y antropólogo Pedro Favarón se referirá a las tradiciones andinas y amazónicas, mientras que Mónica Carrillo, directora de LUNDU, nos ilustrará sobre la tradición literaria afroperuana, y el destacado crítico Juan Zevallos Aguilar abordará el nutrido espectro de los narradores peruanos en los Estados Unidos, en lo que se ha llamado “el Quinto Suyo” de nuestra literatura. Basta recordar que ya son cientos de escritores peruanos en el extranjero, principalmente en los Estados Unidos, lo cual refleja que nuestras fronteras culturales se han ampliado enormemente en las últimas décadas y terminan cambiando el rostro de nuestra producción, haciéndola más interesante.

Otros aportes son los de José Antonio Mazzotti, quien preside una mesa redonda sobre José María Arguedas con Luis Millones y Carmen María Pinilla, dos de las autoridades sobre el gran autor de Los ríos profundos; y Paolo de Lima, que comentará sobre su reciente colección de ensayos Golpe, furia Perú. Poesía y nación, junto con la crítica marroquí Amal Ait Nani y la estudiosa chilena Andrea Echeverría.

Desde ya los invitamos a disfrutar de estos dos días cargados de mucha información y energía que los animarán a releer a nuestros autores y a reflexionar sobre temas importantes en nuestra vida en camino al Bicentenario.

El enlace al programa completo puede encontrarse aquí:

https://asociacioninternacionaldeperuanistas.blogspot.com/2021/06/simposio-internacional-la-literatura.html

¡Viva el Perú! ¡Y viva su lite-diversidad!

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lite-diversidad, Literatura peruana

Este martes 6 de julio celebramos el Día de los Maestros en recuerdo de la Escuela Normal de Varones creada esa fecha de 1822 por el Libertador José de San Martín. Fue un día clarividente por parte del “Santo de la Espada”, pues entendió claramente que un nuevo país no podía fundarse sin sólidas bases culturales y sin conciencia de los valores que sostienen la verdadera independencia. Formar maestros es formar ciudadanos, pues los primeros transmitirán a los segundos los principios de la cultura y esto asegurará la continuidad del país como tal, su identidad y la defensa de sus derechos.

Fue el general Odría quien oficializó el feriado en 1953 y desde entonces los maestros y maestras nos congratulamos de nuestro sacrificado evangelio profesional: educar, por encima de todas las cosas.

Sin embargo, sabemos que la profesión docente es una de las peor pagadas en el Perú y que la infraestructura y los programas escolares han decaído dramáticamente en estos treinta años de economía neoliberal. En cifras del Banco Mundial, el Perú invierte apenas un 3,9% de su PBI en el sector de Educación, mientras que otros países latinoamericanos como Cuba (12,8%), Costa Rica (7,4%), Bolivia (7,3%), Venezuela (6,9%), Brasil (6,2%), Argentina (5,5%) y Chile (5,4%) nos superan, en algunos casos ampliamente. Con nuestro paupérrimo 3,9% apenas estamos por encima de El Salvador (3,8%) Paraguay (3,4%), Guatemala (2,8%) y Haití (2,4%).

La educación es la base de la libertad, pues un pueblo con conciencia de sus derechos y de su tradición, así como de sus problemas sociales, se orientará hacia la solución de esos problemas y podrá salir poco a poco de la pobreza y el subdesarrollo.

He sido maestra escolar y universitaria por todos estos años y he podido comprobar el bajón que los alumnos peruanos han sufrido ante el debilitamiento de materias esenciales y sobre todo de motivación. Nuestros niños y adolescentes son los más afectados y eso solo significa que las futuras generaciones estarán menos equipadas que antes para enfrentarse informada y creativamente a las crisis que se les avecinan.

A eso se suma un descontrol descarado de los medios impresos y audiovisuales (sobre todo la televisión) por exaltar la chabacanería, el sexismo y el racismo, lo que en nada contribuye a la construcción de una ciudadanía igualitaria y respetuosa de las diferencias que son propias de un país tan heterogéneo como el nuestro.

Nuestro colonialismo interno solo se acrecienta con el debilitamiento de nuestra educación. Ojalá que el nuevo gobierno que asume el mando este 28 de julio mantenga sus promesas de mejorar sustancialmente nuestro sistema educativo, convirtiéndolo en un derecho fundamental y no es un simple servicio, como ha sido hasta ahora.

Palabra de maestra.

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Día de los Maestros

Cuando todos pensábamos que el laberinto de las elecciones al fin encontraría salida al esclarecerse los reclamos infundados del fujimorismo estas últimas semanas después del 6 de junio, nos llega la noticia de los Vladi-audios, que nos retrocede treinta años en la historia nacional y vuelve a hundirnos en la vergüenza histórica.

El “Doc” se las había ingeniado todo este tiempo para manejar sus redes desde la cárcel dorada de la Base Naval del Callao y manipular el futuro político del Perú. Y, de paso, la salvación de su fortuna mal habida y el destino del clan Fujimori.

¿Hasta qué niveles de abyección debe llegar la clase política peruana para que el pueblo se levante enardecido?

La pregunta cae por su propio peso, pues el desenmascaramiento de los partidarios de “la chica” Keiko ya es demasiado evidente. Apoyarla a estas alturas es coquetear con el golpe de estado, sea rápido (mediante un alzamiento militar) o lento (a través de leguleyadas congresales). Esta última opción es la que se ha practicado en Honduras, Paraguay y Brasil y se ha puesto de moda entre las Derechas Brutas y Achoradas de nuestros sufridos países.

Sin embargo, debemos recordar que no hay nada nuevo bajo el sol. El Perú adolece de una historia en que siempre se impuso por la fuerza la “república de españoles”, como se le llamaba durante la colonia a la minoría europea y neoeuropea que dominaba sobre la inmensa “república de indios”. La versión actualizada de esa “república de españoles” es nuestra endeble república criolla, que en doscientos años ha sido parásita de las masas indígenas y mestizas, con el cuento de formar todos parte integral de una gaseosa identidad peruana.

Pero en el caso de los sectores radicales y racistas de la criollada política ya no se puede hablar de conciencia nacional ni nada por el estilo. Aquí simplemente van por la suya, prefiriendo el crimen y el narcotráfico a que suba el profesor Castillo, quien según todas las instancias de observadores internacionales y hasta el mismo Departamento de Estado norteamericano ha ganado limpiamente las elecciones.

Los gritos y rezos públicos de “la chica” Fujimori me hacen recordar la tristemente célebre anécdota de los oligarcas limeños que pedían el ingreso de las tropas chilenas a sus haciendas antes que permitir que los trabajadores negros, indios y chinos tomaran sus propiedades.

Vladimiro Montesinos encarna esa miasma moral que hunde al país mediante el soborno, el asesinato y la prepotencia. El simple hecho de que pueda darse el lujo de hacer decenas de llamadas para arreglar desde su celda los resultados de las elecciones nos pone sobre el tapete la fragilidad de nuestro sistema legal y electoral.

Ya no se trata aquí de simple criollada. Esto bien merece llamarse traición a la patria. Y el castigo lo conocemos todos.

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Vladimiro Montesinos

Hoy se celebra el Día de los Padres en reconocimiento al esfuerzo, el cariño y la entrega de estos hombres que nos ofrecen y brindan a diario amor, sacrificio y protección. Los que me conocen saben que mi relación con mi padre fue muy constante y mágica. Para mí, él siempre fue esa figura que me hizo creer que todo lo podía hacer, que todo lo podía alcanzar, que todo era factible porque él prácticamente encarnaba las características de un Súper Héroe.

Perdí a mi padre hace veinte años. Era un ser maravilloso que en todo momento buscó y rescató lo mejor de cada uno de sus hijos; un ser generoso, bondadoso y justo que siempre destacó que la libertad era el mejor potencial y virtud de cualquier persona.

Mientras intentamos festejar a los hombres que todavía proyectan ese potencial, muchos con el corazón estrujado y apretado lloramos la partida de esos seres queridos. Por eso hoy quiero homenajear también al padre de mi hija, Filomeno Ballumbrosio Guadalupe: un hombre amable, amoroso, carismático que nos dejó una música maravillosa, llena de la riqueza de su tradición afroperuana. Su legado tendrá que esparcirse por todo el universo.

Pero así como a él, también quiero reconocer a mis padres intelectuales, profesores y escritores que han sido para mí una guía y una luz. Entre ellos, tengo que nombrar a dos: mi tayta Arguedas y mi flaco Ribeyro. En contraste, recuerdo que en muchas de las clases graduadas en EEUU se leía más al emblemático Mario Vargas Llosa, pero gracias a la percepción de generaciones perspicaces el Marqués se cayó de los cánones literarios ya que sus obras de las décadas recientes dejaron de ser aquellas de su etapa inicial. Y ni hablemos de su postura poco ética políticamente, demostrada recientemente por su apoyo a la banda criminal de los Fujimori.

José María Arguedas y Julio Ramón Ribeyro, en cambio, son mis padres intelectuales, los autores a los que siempre vuelvo, los autores que admiro. En este país de todas las sangres, sigamos con la postura de Arguedas y el humor de Ribeyro, esos dos padres que para muchos escritores y personas son gente moralmente perfilada.

Soy consciente de que he tenido una suerte inmensa al contar con hombres que fueron capaces de poner por encima de todo los intereses de sus hijos e hijas, sacándolos adelante, o de ejemplos de intelectuales que me hacen recuperar la fe en este oficio y en el Perú. Por desgracia, muchos niños y jóvenes no han gozado de ese privilegio porque han tenido padres abusivos, negligentes o simplemente ausentes, o porque sus referentes modélicos dejan mucho que desear. Sin embargo, no hay que perder la fe y siempre alentar a quienes cumplen la función paterna a que asuman su responsabilidad y prodiguen cariño y protección a nuestros niños y niñas. Ser padre hace a un hombre doblemente grande.

Feliz día a los papis personales e intelectuales, a los papis campesinos, profesionales, industriales, docentes y, en general, a todos los papis. ¡Ah! Y, por supuesto, feliz día al profesor Pedro Castillo, padre y hombre decente, a diferencia de todos los presidentes anteriores.

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Día del padre, José María Arguedas, Julio Ramón Ribeyro

Empiezo esta columna con una frase que para muchos pasará como normal: “Se los dije”. Me refiero al triunfo del profesor Castillo, cuya candidatura he apoyado tratando de despejar prejuicios desde antes de la primera vuelta.

¿Pero por qué “se los dije” pasa como normal y no lo es? Porque el “lo” se refiere al objeto directo singular (“les dije que ganaría Castillo”). Cuando usamos dos pronombres, uno para el objeto directo y otro para el indirecto, ambos mantienen su condición plural o singular. Pero en Lima se habla de cualquier manera y pluralizamos el objeto directo para enfatizar que el público es el plural, aunque el “lo” no se refiera a ellos. Muchos limeños siguen diciendo “se los dije” (a ustedes, el triunfo de Castillo), o “se los traje” (el pan) o cualquier otra forma semejante. La forma correcta, en este caso, es “se lo dije”. A secas.

Lima, pese a su autocomplaciente prejuicio, no es el lugar donde se habla el mejor castellano. Este resabio colonial viene sin duda de haber sido por dos siglos la capital política y cultural de Sudamérica hasta que se fundaron los virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata en el siglo XVIII. Entonces empezó la “decadencia” de Lima como trono de la cultura europea en América del Sur.

Pero los hábitos mentales son difíciles de desarraigar. Los limeños fueron creciendo en número gracias a la migración interna y externa; sin embargo, el estamento original de los criollos hijos y nietos de conquistadores y comerciantes españoles mantuvo una rivalidad de intereses con los peninsulares y poco a poco logró un férreo control de las instituciones, sobre todo a partir de la independencia.

Este criollismo es el que critica el gran Sebastián Salazar Bondy en su clásico ensayo Lima la horrible, de 1964. Allí nos pinta con lujo de detalles cómo Lima después de 143 años de la independencia seguía siendo la urbe racista y clasista que discriminaba a los habitantes del Ande y a los mestizos que “se atrevían” a vivir en la ciudad.

Más cercanamente, el 2016, otro gran ensayista y poeta, José Antonio Mazzotti, publicó un libro fundamental para entender el criollismo peruano: Lima fundida: épica y nación criolla en el Perú. La novedad de Mazzotti está en plantear que en Lima se fue forjando desde el siglo XVI un sentido de nacionalidad étnica que se mantuvo diferenciable del resto de naciones que habitaban y habitan el territorio peruano. Y pese a su elitista exclusivismo, los criollos siempre estuvieron y a veces adoptaron hábitos y símbolos del interior para validar su supuesta representatividad. Mazzotti acuña el título de libro (Lima fundida) a partir del célebre poema de Pedro Peralta Barnuevo, Lima fundada, de 1732, en que el sabio limeño glorifica las hazañas de Pizarro y los conquistadores.

Mazzotti le da vuelta al título de Peralta y nos explica las limitaciones y prejuicios de muchos limeños, sin darse cuenta de que a veces caen en el ridículo histórico con sus hábitos mentales coloniales. Y encima hablando mal.

“Se los dije”. Lima está fundida.

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Elecciones 2021, José Antonio Mazzotti, Lima

Gratifica y motiva ver proyectos culturales apoyados por centros estatales culturales. Es el caso de Petroperú y su editorial Copé, con el libro 21. Relatos sobre mujeres que lucharon por la Independencia del Perú, con selección y prólogo de José Donayre Hoefken. Tuve el placer de presentarlo esta semana.

La originalidad de la propuesta se encuentra en la gran creatividad de diversas narradoras contemporáneas que dan voz a muchas heroínas que se manifestaron en contra de las injusticias y apoyaron la causa noble de la libertad.

El número en el título del libro se refiere a la “Colección Siglo 21” de la editorial y recoge 22 textos de escritoras contemporáneas con personajes femeninos de bagaje histórico. Estos personajes se ficcionalizan a partir de tres referentes históricos: la rebelión organizada por José Gabriel Condorcanqui y Micaela Bastidas (1780), las insurgencias ocurridas entre el grito de Tacna con las acciones de los hermanos Angulo (1814-15) y, por último, la Independencia propiamente dicha, desde el desembarco de Paracas por el general San Martín (1820) hasta las batallas de Junín y Ayacucho (1824).

Las veintidós escritoras desarrollan a sus personajes desde cuentos que tienen que ver con prendas íntimas de vestir hasta alusiones a referencias públicas e históricas, pasando por ficcionalizaciones de entrevistas que muestran la vitalidad de los personajes, su astucia y sobre todo su convicción moral, emocional y libertaria. 21. Relatos sobre mujeres que lucharon por la Independencia del Perú celebra en este Bicentenario a quienes ocuparon un rol fundamental en nuestra emancipación. Asimismo, cabe destacar que el orden de los relatos es según el suceso histórico que se evoca.

El libro incluye textos de Carolina Cisneros, Jessica Rodríguez, Rossana Sala, Andrea Rivera, Bethsabé Huamán, Yeniva Fernández, Rocío Qespi, Micky Bolaño, Alejandra P. Demarini, Marissa Bazán, Rosalí Leon-Ciliotta, Victoria Vargas, Lucía Noboa, Karen Luy de Aliaga, Marie Linares, Lucy Fernández, Sophie Canal, Ángela Luna, Leslie Guevara, Claudia Salazar, Kathy Serrano y Angelita Velásquez.

Cada uno de los relatos nos lleva por distintas esferas, diálogos entre personajes históricos y ficcionalizados y constituye la voz de muchas de estas mujeres que han sido de alguna u otra manera silenciadas, calladas y ninguneadas. 

 Conocemos así a estas heroínas mediante la creatividad de las autoras, al desplegar mundos imaginarios en los cuales las mujeres ocupan un rol protagónico y son las pioneras, las guerreras y las forjadoras de una nueva visión de mundo donde la libertad y la emancipación son el motor y motivo de la existencia.

 Juana Moreno, Micaela Bastidas, Tomasa Tito Condemayta, Gregoria Apaza, Cecilia Túpac Amaru, Marcela Castro Puyucahua, Margarita Condori y Manuela Tito Condori, Manuela Sáenz, entre otras, lideran una causa a fin de mejorar nuestra calidad de vida. Estas heroínas ayudan en la independencia de nuestro país; desde sus espacios remotos encaran el objetivo de liberarse de la colonización.

 Gracias a publicaciones como esta podemos conocer más de lo nuestro y acercarnos a la historia depurando visiones y mostrando de manera más humana y reivindicadora la situación de las mujeres. Cada uno de estos relatos nos abre una realidad poderosa, donde las protagonistas son mujeres valientes y rebeldes, pero también trabajadoras humildes. Además de celebrar a cada una de estas autoras en el libro, quiero reconocer el aporte del crítico José Donayre Hoefken.

 Ojalá que el destino político de nuestro país que se juega hoy siga apoyando este tipo de publicaciones y que se continúen visibilizando los aportes que nos enriquecen como nación en camino al Bicentenario.

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Historia, Literatura

No me cansaré de repetir lo importante que es, en todo sentido y no solamente dentro del mundo académico, la difusión de una imagen del Perú en el extranjero acorde a la gran riqueza cultural de nuestro país, pero sin intentar ocultar nuestras carencias, sobre todo en el plano de la desigualdad económica y social.

Con motivo del Bicentenario, se han multiplicado las actividades de la Cancillería peruana, promoviendo eventos en distintas partes del mundo donde hay algún consulado o embajada de nuestro país. Esto tiene una doble finalidad: consolidar las relaciones entre el Estado y la población peruana en el extranjero (más de dos millones) y llegar al público oriundo de los respectivos países a fin de que la imagen del Perú sea asequible y apetecible con miras a posibles inversiones y promoción del turismo.

Es así como algunos consulados están actuando de manera decidida en este camino, más allá de publicitar el cebiche y Machu Picchu, como solía hacerse hace años casi de manera exclusiva. Por eso mismo, debe recordarse que el Ministerio de Relaciones Exteriores no es el Ministerio de Cultura ni PromPerú, de modo que esa labor de diplomacia cultural requiere de asesoramientos de expertos peruanistas residentes en el extranjero, ya que conocen mejor el mundo académico y cultural de sus respectivos países de recepción.

En esa línea, la Asociación Internacional de Peruanistas (AIP), fundada en 1995 en los Estados Unidos, ha venido desplegando una valiosa y nutrida labor desde las exigencias de la producción académica, es decir, con base en investigaciones rigurosas y sobreponiéndose a los avatares de la política del momento, entendiendo que la nación está por encima de los gobiernos y del mismo Estado. La AIP ya lleva organizados diez Congresos Internacionales de Peruanistas (el próximo será en Florencia, Italia, del 22 al 24 de setiembre) y numerosos simposios de temas específicos en países como Francia, Japón, Canadá, Perú y los Estados Unidos, con sus respectivas publicaciones.

Justamente y a propósito de la efemérides de julio se anuncia el Simposio Internacional “La literatura peruana hacia el Bicentenario”, que tendrá lugar el lunes 12 y martes 13 del mencionado mes. Se transmitirá a través del canal de Youtube y de la página de Facebook Live

De la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, que dirige el mismo presidente de la AIP, el poeta y catedrático José Antonio Mazzotti, en colaboración con el Consulado General del Perú en Boston y el auspicio de la Comisión Bicentenario Perú 2021.

El nutrido programa incluye las palabras de Carla Stella Maris Chirinos Llerena (Cónsul General del Perú en Boston), nuestro novelista del Bicentenario Eduardo González Viaña, la estudiosa española Eva Valero (de la Universidad de Alicante), la poeta peruana Ethel Barja Cuyutupa (de Brown University), Giancarla Di Laura (de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; hablaré sobre “Las mujeres en la narrativa peruana”), el antropólogo y poeta Pedro Favarón, la poeta y especialista en literatura afroperuana Mónica Carrillo y el crítico Ulises Juan Zevallos-Aguilar (de Ohio State University), quien presentará “Desde el quinto suyo. Narradores peruanos en los EEUU (1976-2020)”.

El simposio también incluirá mesas redondas y presentaciones de los flamantes libros Golpe, furia, Perú. Poesía y nación, editado por Paolo de Lima (Lima: Editorial Horizonte, 2021), con la participación del editor Paolo de Lima, Juan Damonte, Juan Carlos Ubilluz y Andrea Echeverría; también la nueva novela Kutimuy, Garcilaso, de Eduardo González Viaña (Lima: Fondo Editorial de la Universidad César Vallejo, 2021), con el autor, Joel Acuña, José Antonio Mazzotti e Irene Silverblatt; y finalmente el libro Arguedas global: indigenismo en el nuevo milenio, editado por José Antonio Mazzotti (Lima: AIP, RCLL y Fondo Editorial de la Universidad César Vallejo) con Luis Millones Santa Gadea y Carmen María Pinilla.

Como se ve, este ejemplo de diplomacia cultural es de gran nivel y altamente encomiable, y por lo tanto merece difundirse.

No así, por desgracia, el apoyo de la Cancillería a figuras de la derecha venezolana como Guaidó, Leopoldo López y Capriles, en clara violación del principio de no injerencia de extranjeros en nuestro proceso democrático. Ojalá que esto se rectifique.

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Cultura, Diplomacia, Perú
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