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[ENTREVISTAS] Desde hace miles de años, tantos como las civilizaciones que han ocupado este territorio que hoy llamamos Perú, la sabiduría de sus habitantes primigenios y de todos los que se han sucedido en la siembra, cosecha y consumo de los productos existentes en los diferentes pisos ecológicos ha hecho coincidir las bondades de la agricultura con las de la minería dedicada durante milenios a la orfebrería y el cultivo y el usufructo de los árboles de maderas finas. Como relata José María Arguedas en la mayoría de sus ficciones, es posible la coexistencia de la gran minería y la agricultura cuando ambas actividades se complementan en beneficio del hombre.

Conversamos con Juan Manuel Benites, experto en temas de inversión pública y desarrollo rural, ex ministro de Desarrollo Agrario y Riego y economista especializado en temas de inversión pública y desarrollo rural.  Quien además está convencido que el diálogo con sustento puede lograr consensos como en el caso de la modificación a la ley de deforestación y fauna silvestre.

¿Qué decía la Ley Forestal y de Fauna Silvestre y qué es lo que se ha modificado? ¿Por qué algunos grupos ambientalistas están llamando a la violencia contra ella?

  • Creo que esos grupos son parte importante de los que están incentivando la caída del Gobierno; ellos están completamente fuera de lugar, pues no es correcto llamar mafias y narcotraficantes a los firmantes de un comunicado suscrito por la Sociedad de Industrias, por Adex, por la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú, por la Asociación Peruana de Agricultura, por la Junta Nacional del Café y por la Asociación de Pequeños Cafetaleros de 17 regiones. No es una mafia la que está moviendo esto, sino un clamor de toda la agricultura del Perú, y ahora que lo explique van a entender el porqué: la Ley Forestal prohíbe hacer agricultura sobre suelos que no son aptos para la agricultura y cómo se determina eso. Entonces se dice que hay que hacer un estudio de clasificación de tierras por su capacidad de uso mayor. ¿Qué es eso? Pues lo hace un experto en suelos que toma una muestra del terreno, la lleva al laboratorio y los técnicos determinan si el suelo tiene o no aptitudes agrarias. Detengámonos ahí para recordar que desde los años setenta las leyes prohibían hacer agricultura sobre los suelos forestales, pero la ley le dijo al Estado, es decir, al Ministerio de Agricultura: “Preocúpate en definir cuáles son los suelos que sí se pueden usar y cuáles no se pueden usar, entonces titula a los que sí se pueden usar y cuáles no se pueden usar; eso es lo correcto”. Eso se ha repetido en las subsiguientes leyes forestales: la del año 1975, la del año 2000, y, luego, la de 2011. Por lo tanto, el Ministerio debió haber hecho esa clasificación, pero no la hizo; sin embargo, ha titulado y ha entregado constancias de posesión, porque desde la época del gobierno militar (1968-1980) hubo una política de ampliación de frontera agrícola no solamente en la Amazonía, sino también en la costa con los grandes proyectos de irrigación y en la sierra, mediante la edificación de grandes obras de infraestructura. El Perú es un país agrario, fundamentalmente minero, pero también agrario: el 25 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) está en la agricultura, y, además, el Perú satisface el 60 por ciento de su dieta con productos peruanos. Entiéndase bien: el 60 por ciento de los alimentos que consumimos los peruanos se producen en el Perú. Pero qué sucede con las políticas ambientalistas que quieren relacionar todo a las leyes forestales, las cuales dicen que “todas las propiedades, todas las unidades agropecuarias deben tener una certificación ambiental, así como la tienen la minería y la industria; como parte de su expediente le van a exigir al privado que traiga la clasificación de suelos de uso mayor, es decir, le van a pedir al privado que haga el trabajo del Gobierno; entonces, como el Ministerio no hizo la clasificación y no es seguro que me dé el título y de que este suelo sea agrario, entonces yo tengo que demostrar que el suelo es agrario. Pero, ¿cómo así, si estoy trabajando la tierra hace medio siglo o sembrando y cosechando café desde hace 20 años”. Las nuevas exigencias de clasificación van a costar mucho dinero, más aún si en todo el país no hay más de 60 o 70 ingenieros registrados y solamente 4 o 5 laboratorios para todo el país. Todo eso me parece más un negocio teledirigido que otra cosa. Entonces, si yo soy un agricultor que viene haciendo maíz en la costa, papa en la sierra, café en la selva central o cualquier siembra en los distintos pisos ecológicos del país, no tengo la posibilidad de poder continuar con mi actividad productiva, porque primero voy a tener que hacer un estudio y rezar para que los técnicos digan que el suelo es agrario, y si esos señores dicen que el suelo que me ha dado café, mandarinas, arándanos o uvas durante décadas no es agrario, entonces no voy a poder continuar, porque me van a multar, me van a cerrar y, en el colmo de los colmos, me van a exigir que reponga bosques en la Amazonía o en Olmos, porque si no me van a mandar a la cárcel. Y qué hacemos con ellos, porque la verdad es que los ambientalistas están felices con eso, ya que muchos de ellos han sido cocaleros y no queremos que regresen a la coca. De la Amazonía tenemos unas 500 mil unidades agropecuarias, cerca de 2 millones de personas trabajan en el agro, 70 productos salen de esa Amazonía, 6 millones de peruanos comen de esos productos, 5 mil millones de soles del valor bruto de la producción sale de la mencionada Amazonía y 1300 millones de dólares de exportaciones, entre café, cacao y palma aceitera, proceden de ahí. ¿Qué hacemos con eso, nos olvidamos acaso? Es un atentado ideológico, se está tratando -de alguna manera- de disfrazar de una preocupación fidedigna que todos compartimos del cambio climático para atacar a la agricultura, especialmente a las empresas formales en la costa, en la sierra y en la selva, y so pretexto de eso no importa llevarse por delante a los pequeños productores porque para ellos son invasores que están destruyendo el suelo forestal, pero ya no existe bosque; le digo una cosa más: la ley europea que es la que ha levantado todo este tema dice que va a importar sólo de lugares que hayan deforestado máximo hasta el 31 de diciembre del año 2020. Eso quiere decir que sí hubo deforestación, pero no la va a considerar así por una decisión política para no perder su cadena de suministros, políticamente dicen que no hay deforestación para atrás; entonces salen los ambientalistas a decir que no hay criterio técnico, yo les digo que esto es un tema de realidad: nos ha ganado la realidad, tenemos agricultura donde no debería estar, pero ahí está dándonos de comer no sólo a los que compramos, sino a ellos y a sus familias, que tiene 5 hectáreas, 10 hectáreas. La Amazonía está ocupada en un 97 por ciento por unidades de menos de 50 hectáreas, es decir, no son los grandes conglomerados agroindustriales como ellos nos quieren hacer creer, porque la palma aceitera, por ejemplo, no llega ni a 100 mil hectáreas y tenemos 10 millones de hectáreas deforestadas, vale decir, la palma no es la que ha deforestado porque mucha de la palma se ha hecho sobre terrenos que antes eran sembríos de hoja de coca, porque es un cultivo alternativo y no producto de un lobby, como los grupos ambientalistas dicen por todos lados. Y el tema no es sólo de los suelos amazónicos, porque en Paracas, por ejemplo, hay una gran cantidad de empresas productoras de arándanos y de paltas que usan los suelos más degradados del Perú.

Los ambientalistas no quieren que se les dé título de propiedad quieren darle lo que llaman ellos contrato de sesión en uso y ya con eso solucionaron y de qué trata, un contrato que máximo son 100 hectáreas que tienen que mantener 80% del bosque que había y si no había tendrán que reponerlo que tiene además que renovarse cada 40 años a discrecionalidad de un funcionario público eso si le da la gana renovarle y que además, no son embargables ni pueden ser garantía de nada porque es terreno del Estado, entonces de nuevo están en una posición ideológica no quieren propiedad privada quieren que sea propiedad del Estado y así las tierras en todo el país tendrían que ser tierras del Estado, desde mi punto de vista es un ataque ideológico y queda cada vez más claro para mí que es ideología disfrazada de cuidado del medio ambiente y habría que preguntar quién los financia, porque claro ellos ahora dicen que el Perú va a incumplir compromisos internacionales  de deforestación pero con la ley que ellos están defendiendo y se han perdido 2 millones de hectáreas en 12 años, todos los años se van 165 mil hectáreas, han crecido las hectáreas de coca en 100 mil, la minería ilegal está destruyendo la Amazonía y ahí no dicen nada, es más han dicho que ellos son los que están detrás de la norma porque eso los va a legalizar.  Iris Olivera está diciendo que la Unión Europea no está pidiendo título de propiedad no ha leído la norma entonces porque la norma dice que, así como no va a importar de zonas que ya no tienen bosques también se tiene que cumplir la ley local, de lo que acabamos de hablar vamos a cumplir la ley local, no, porque estamos haciendo agricultura donde no se debe, pero que más dice la ley europea que cumplir con las normas locales el primer punto es derecho de uso de suelo ¿qué es eso? Son títulos de propiedad. Los primero que quiere él que va a exportar a Europa es saber que tienes derecho de uso de ese suelo, que tienes certificaciones medio ambientales que con la modificación si se va a poder lograr, entonces, eso es lo que les duelo y eso es lo que están tratando de generar ya hora dicen que esta norma va a permitir titular tierras de colonos que están superpuestas sobre áreas de los nativos es falso esta ley no otorga títulos de propiedad si leen el artículo de la ley que tanto cuestionan, el artículo en ninguna parte otorga derechos de propiedad, el articulo dice a los que tiene título de propiedad o tienen constancia de posesión emitidos por autoridad competente antes de la entrada en vigencia de la ley que modifica y que no tengan masa boscosa y que estén haciendo agricultura se les exonera como dar un área de uso ya agrario, no se cuestiona el uso agrario lo cual tiene sentido si usted está haciendo agricultura ya 30 años aceptaría que le digan que no va hacer agricultura. No hacer nada es un atentado contra la agricultura en todo el país no solamente en la Amazonía, la modificación es una salida y dice al día de hoy que se publica la ley todo lo que ya tenga agricultura y donde ya no haya bosque ya no hay discusión, pero si tienes bosque en pie no me puedes tocar la ley no autoriza a tocar bosque en pie esa es otra mentira que están diciendo.

¿Está modificación garantiza que no se siga deforestando?

  • Eso es una buena pregunta y voy yo a partir la pregunta en dos. La primera hoy día se está perdiendo 165 mil hectáreas sin la modificación o sea el que haya deforestación no es un problema de que la modificación la va a hacer ya existe y algunos dicen que se va a incumplir tratados internacionales de cero deforestación, eso ya se está incumpliendo, todos los años perdemos 165 mil hectáreas desde que empezó está ley hemos perdido 2 millones, tenemos 10 millones de hectáreas deforestadas. La segunda parte de la respuesta se está poniendo línea de corte, está diciendo sólo lo que tiene agricultura no lo nuevo en la reglamentación que se haga de la ley ahí tiene que establecer una línea fija, ya Agricultura tiene los mapas, las imágenes satelitales, solo esas áreas se pueden usar no las otras, es como ha hecho Colombia que ha marcado la frontera agropecuaria, entonces ha creado una zona donde se puede hacer agricultura, pero fuera de eso no se puede hacer, igual estamos haciendo acá con eso reconocemos el uso actual lo mapeamos lo identificamos satelitalmente y no se puede tocar más.

¿Cuánta es la cantidad de terreno de estas zonas deforestadas que se está utilizando actualmente en agricultura, tendrían la posibilidad de crecer?

  • 2 millones de hectáreas y podría crecer sin cortar árboles porque tenemos 10 millones de hectáreas deforestadas, pero solo dos estamos usando en este momento, quiere decir que hay 8 que están disponibles, no necesitamos cortar más bosque, podríamos ampliar la frontera agrícola y no creo que necesitemos 8 millones de hectáreas o sea que podríamos también recuperar naturaleza, entonces podríamos vender como país un espacio donde recuperemos bosque y hagamos una agricultura inteligente una agricultura combinada con agroforestería  trayendo recursos para sacar a la gente de la pobreza porque ese el principal problema por la cual hay deforestación. Nuestro caso es muy distinto a Brasil a Indonesia o a Malasia donde eran grandes corporaciones tumbando bosques para hacer soya o palma aceitera, aquí no, aquí son los pequeñitos que huyen de la pobreza de los andes de la costa y llegan allá y cortan bosques y van sembrando lo que puede durante el poco tiempo que soporta ese suelo porque son pobres y como no tienen dinero y no tienen título se van a otro lado y siguen cortando bosque, hay que romper ese círculo de la pobreza. Entonces a mí me causa mucha gracia cuando está gente dice que esto está promovido por mafias ilegales al contrario la formalización va a ahuyentar a las mafias porque a los ilegales les conviene que no haya Estado, más bien les conviene todo este desorden y todas estas invasiones y toda esta informalidad y además quieren legislar por la excepción y no por la generalidad no por la norma porque hay unos cuantos que seguramente deforestan para hacer coca  entonces hay que perjudicar a toda la agricultura del Perú que está hace 50 años ahí. Tenemos un año y medio peleando con este tema, Fabiola Muñoz en algún momento hizo un intento de convocar algunas personas, pero luego comenzaron que yo no me siento con fulano o mengano que representa a las empresas, entonces así no se puede trabajar, finalmente no les gusto la norma porque no se acomodaba a lo que ellos pedían y se fueron y lo único que han hecho es criticar, todo lo que pone se critica porque para ellos todo está mal y crean campañas apocalípticas que se va a perder la Amazonía.

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LA TANA ZURDA] En la escuela nos enseñaron que el Imperio Incaico o Tahuantinsuyo era una amplia extensión longitudinal que cubría sobre todo la parte central de los Andes y la costa sudamericana, desde el sur de la actual Colombia hasta el río Maule en Chile, pasando por las zonas montañosas de Bolivia y el norte de Argentina. Es decir, los mapas tradicionales del imperio lo identificaban como un territorio fundamentalmente serrano y costeño, con muy poca incidencia en la Amazonía debido a las difíciles condiciones que la inmensa llanura verde ofrecía y aún ofrece (calor, humedad, mosquitos, enfermedades, falta de rutas de penetración –salvo los ríos–, hostilidad de sus habitantes, etc.).

Pero en los últimos años han venido revelándose nuevos conocimientos a partir de evidencias arqueológicas hechas por equipos que utilizan técnicas de punta como ubicación por rayos infrarrojos, tecnología láser, carbono 14 y otros que nos confirman que los incas llegaron a tener un buen conocimiento del territorio amazónico, lograron construir diversos asentamientos tan dentro de la selva como el actual estado brasileño de Acre y que incluso incorporaron como parte de su universo mental la idea del océano Atlántico, al cual habrían llegado por el camino de Peabirú, que cruza el Chaco y llega hasta las costas del Brasil. En suma, la comunicación y el comercio con numerosos pueblos al este del Cuzco fue algo bastante más frecuente de lo que se pensaba.

El prestigioso historiador y antropólogo José Carlos Vilcapoma reúne todos estos datos y muchos más en su reciente libro Los incas en la ruta del Antisuyo y el Atlántico, publicado en Lima a mediados de este año por el Instituto de Investigaciones y Desarrollo Andino (IIDA). En él nos da una gran cantidad de detalles a través de mapas y una profunda revisión de las fuentes documentales, incluyendo crónicas coloniales.

Por ejemplo, rescata el dato del portugués Aleixo García, que habría llegado al imperio incaico en 1525 (antes que Pizarro) por la ruta del este, es decir, utilizando ese camino que cruza el continente sudamericano de lado a lado, orientado por los guaraníes del Paraguay. Este y otros pueblos alimentaban el mito de una «Tierra Sin Mal» en el oeste, es decir, en la zona andina, un reino sin enfermedades ni hambre con un gobierno justo. ¡A tanto llegaba el prestigio de los incas! A su vez, estos habrían recorrido tal camino e intercambiado objetos con aquellos pueblos que no llegaron a incorporar formalmente a su territorio, pero que les facilitaron información sobre la gran masa de agua en el oriente, donde nace el Sol, ese océano que los españoles llamaron Mar del Norte y hoy conocemos como océano Atlántico.

Examinando la información sobre los incas Túpac Yupanqui y Huayna Cápac, que gobernaron entre los siglos XV y XVI, Vilcapoma nos traza un cuadro amplio y preciso del conocimiento geográfico y político que los incas tuvieron de los inmensos territorios orientales y también en el oeste, considerando la gran expedición que comandó Túpac Yupanqui a la Polinesia. Esto es coherente con la visión del mundo de la civilización andina, que concebía al Sol como una entidad que se sumergía en las aguas del Pacífico o Mamacocha en occidente, pero que luego de nadar por la noche bajo la gran isla del kay pacha (Sudamérica) renacía en la vasta masa acuífera del Atlántico en el oriente.

José Carlos Vilcapoma tiene numerosos libros en su haber relacionados con la historia y el folclor andinos y amazónicos, a los que ha dedicado décadas de estudio y difusión. Fue el primer viceministro de interculturalidad cuando se inauguró el Ministerio de Cultura el 2009 y ejerce cátedra en la Universidad Nacional Agraria La Molina, además de ser un activista cultural de talla internacional. Los incas en la ruta del Antisuyo y el Atlántico es un libro sobriamente escrito y bellamente editado, que contiene mapas e ilustraciones poco conocidas, además de fotografías inéditas sobre los asentamientos incaicos que los equipos de investigadores brasileños y de otros países vienen descubriendo en la Amazonía.

El libro bien vale un Perú o, por menos, un buen Paititi. Lo recomiendo con orgullo de peruana.

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[CARTAS A MANUELA SÁENZ] Querida Manuela,

Te cuento que actualmente estoy en la región Loreto, en la quebrada del río Tamshiyacu, donde actualmente hay 127 caseríos. Alberga cerca de 10 mil personas, siendo el pueblo de Tamshiyacu uno de los que tiene mayor población en la zona. Para que logres ubicarme, estoy en el distrito de Fernando Lores, cerca de Iquitos, a la margen derecha del río Amazonas, aproximadamente a una hora de viaje en bote fuera de borda. Tamshiyacu es la capital de la piña, el humai y el cacao. Un pequeño detalle: solo accesible por río. Estoy aquí, escribiéndote mientras veo el río Amazonas desde mi ventana porque estoy trabajando en un proyecto de conservación en la zona. No soy especialista en medio ambiente, pero estoy interesa aprender.

Los días en el bosque han permitido conectarme con los cantos de miles de aves, pero en especial con la garza gris, el martín pescador, el bien te vi y el águila mama vieja. Además, observar al oso perezo y a los monos traviesos que bailan sobre las copas de los arboles y se bañan en el agua al atardecer. Los espío a todos. El calor es insoportable, esta semana parece que llega a 36o C y, por las pocas lluvias, los ríos están pequeños. Inclusive ha bajado el caudal del Amazonas y se ha vuelto casi innavegable, cuando en abril de este año estaba por desbordarse. Así es la naturaleza, creo que hoy más que nunca en el calentamiento global y el riesgo del planeta. Al observar el bosque, vemos un sistema perfecto de colaboración entre especies y elementos donde lo humanos debemos sumar y no restar. Estos cambios tan dramáticos deben de tomarse como alertas.

En la Amazonía los problemas urbanos pierden sentido, se sienten lejanos. Escuchar o leer noticias de Lima es como escuchar de un universo paralelo. Esta semana han declarado Estado de Emergencia en dos distritos de Lima. Manuela, Lima no es la ciudad que tu conociste. Ahora esta compuesta por 43 distritos y tiene 13 millones de habitantes. A ti nunca te gustó mucho vivir en la capital, a diferencia de tu amado libertador. Hace 200 años (20 de setiembre de 1823), en una carta a quien en ese momento era su hombre de confianza en Colombia, Francisco de Paula Santander, comentaba que el Congreso Constituyente del Perú le había entregado la suprema autoridad militar bajo la denominación de libertador y comenta “Yo cada día más contento en Lima porque hasta ahora voy bien con todo el mundo; los hombres me estiman y las damas me quieren; esto es muy agradable para los que pueden pagarlos. Todos nuestros colombianos se han quejado mucho de Lima, mientras que yo estoy encantado… la mesa es excelente, el teatro regular muy adornado de lindos ojos y un porte hechicero; coches, caballos, paseos, toros, te deums, nada falta”. A ti nunca te gustó Lima porque las mujeres vivían escondidas, ya sea tapadas o mirando por las ventanas o balcones, y los padres o esposos tenían el derecho de castigar o juzgar el comportamiento de “sus mujeres”. No podíamos caminar solas por la ciudad porque se ponía en riesgo la reputación. Pero tú no solo caminabas libremente, sino cabalgabas vestida de húsar causando terror entre los y las limeñas.

La violencia contra la mujer y, en especial, contra las niñas, niños y adolescentes, se mantiene en todo el Perú, pero Lima concentra las estadísticas más altas tanto de violencia psicológica, física, sexual, así como de femicidio y desapariciones. Es más, durante el Estado de Emergencia sanitaria de 2020-2022 nos limitaron nuestros derechos, las mujeres quedamos encerradas con nuestros agresores. Las estadísticas incrementaron no solo en Perú sino en el mundo. Ayer empezó a regir la declaratoria del Estado de Emergencia en los distritos de San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres (Lima), así como en la localidad de Sullana (Piura), ante el preocupante avance de la criminalidad en el Perú. El detonante ha sido la explosión de dos granadas de guerra en menos de 72 horas al este de la capital por extorsionadores, así como los altos índices de delito en esas jurisdicciones. Tras su anuncio, expertos recordaron que la medida ya fue aplicada con el presidente Pedro Castillo, pero sin resultados realmente valiosos. Es más, la actual presidenta también dispuso el Estado de Emergencia en Lima y Callao, pero con fines políticos, para frenar las protestas ciudadanas que, entre otras cosas, exigían su renuncia. Lima es la región que registra la mayor cantidad de feminicidios en todo el Perú. ¿Cuál es el plan del gobierno para proteger a las mujeres de los distritos con Estado de Emergencia? San Martín de Porres, San Juan de Lurigancho y Sullana. ¿Cómo va a intervenir la PNP y las FFAA en casos de violencia contra la mujer en los horarios de inamovilidad? ¿Los(as) miembros de las FFAA están capacitados para atender estos casos? ¿Conocen los procedimientos de la Ley No 30364? ¿Van a patrullar por las casas de la víctimas de violencia en el distrito según el mapa georeferencial que se menciona en la Ley No 30364? ¿Van a apoyar a los policías en cautelar las medidas de protección a las mujeres víctimas de violencia en los distritos?

En Loreto y en Ucayali el miedo generalizado es contra el “pelacara o pishtaco’. Ha habido varias denuncias, inclusive en Tamshiyacu, todas de jóvenes con lesiones y con traumas severos. Se dice que son ‘seres’ extraños, vestidos de negro, con porte militar, luces que vuelan y que los visitan inesperadamente. Coordinando con la policía, parece que son mineros ilegales que están entrando en las noches con drones, pero los pobladores afirman que son “seres” extraños. Cabe precisar que a la fecha la minería ilegal en Loreto ha aumentado llegando a comprometer hasta 7 ríos, como el río Nanay, lugar donde coincidentemente se dio la primera denuncia contra el “pelacara”.

Se han organizado las rondas y yo estoy elaborando el plan de seguridad con el guardaparque del Área de Conservación Privada Ni Meraya, donde trabajo. Queda claro aquí que los rifles o armas no son la solución, que deben patrullar los varones, cuidar de sus hijos e hijas, salir siempre en grupo, comunicarnos entre los vecinos, así como estar en cercana comunicación con la comisaría del distrito. Enfrentarse a esta amenaza es más real aquí que cualquier robo, por ello tenemos que evitar el bosque en las noches y estar unidos: el pelacara no perdona. Siento que la respuesta de esta comunidad es más coherente que la salida del Ejecutivo. Pensándolo bien, entre el pelacara o los mineros ilegales no sé quién es más peligroso para la humanidad.

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PERÚPETRO ha señalado que los lotes 39 y 67 operan bajo Contratos de Licencia suscritos por el Estado peruano, es decir, tienen derechos otorgados preexistentes a la solicitud de creación de la reserva indígena; además, se trata de una zona estudiada ampliamente para la ubicación de recursos de hidrocarburos, conforme obra de la información de la sísmica publicada en el portal institucional de PERÚPETRO. Así mismo, PERÚPETRO expresó su preocupación sobre que estos aspectos tan importantes para el desarrollo energético del país no fueran considerados en este caso específico y que no haya sido invitado a participar de la Comisión Multisectorial durante la fase del procedimiento de reconocimiento de pueblos indígenas en el área propuesta para la creación de esta reserva.

¿Existe certeza absoluta que existen PIACI en este territorio propuesto como nueva reserva indígena? El detalle de las pruebas de esta existencia no puede conocerse pues la propia Ley de Transparencia ha restringido el acceso al contenido completo y detallado del Estudio Previo de Reconocimiento elaborado por el Instituto del Bien Común entre los años 2021-2022. Sin embargo, conforme a lo manifestado por las comunidades nativas asentadas hace varias décadas en este territorio, no existe presencia de  PIACI.

Pronunciamiento AIDESEP by Alessandro Azurín Astorga

En conclusión, de acuerdo con la ley y regulación vigente para PIACI y los antecedentes de casos similares, lo señalado por Perúpetro tiene un sólido fundamento  y no es una afirmación falsa como señala AIDESEP.

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En el último año y medio, cuatro indígenas kakataibo, asentados en la frontera de Huánuco y Ucayali, han sido asesinados a balazos. Mayor es el número de los que están amenazados. Herlin Odicio (35), cabeza de la Federación Nativa de Comunidades Kakataibo (Fenacoka), responsabiliza a forasteros y falsos líderes indígenas de ser los responsables. Según Odicio, han venido tomando posesión de sus tierras para instalar cultivos ilegales de hoja de coca, plantas de maceración y pistas de aterrizaje clandestinas. Le ha pedido a la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, que no se frene la erradicación. 

Señor Odicio, vive usted en la clandestinidad. ¿Cómo llegó a eso?

El 5 febrero [de este año] asesinaron a Yenser Ríos, de la comunidad de Puerto Nuevo, en Ucayali. El 23 de febrero, asesinaron a Herasmo García. Luego recibí un mensaje de texto que decía que vivo o muerto me iban a encontrar, que me iban a sacar de donde esté. En ese momento, me sentí preocupado y, sin pensar, llamé a un abogado de Amazon Watch. Le dije: ‘doctor, esto me está pasando, qué hago ahora, quiero salir’. Me llevaron en un auto a Pucallpa y después en un vuelo directo a Lima. Luego empecé a denunciar todo en los medios. Salí en los periódicos, en la televisión, ahí ya me complicó más. Ya regresar a mi comunidad es difícil. En realidad siempre estoy oculto.

Pero tiene usted medidas de protección, ¿cuenta con resguardo policial?

Después de eso, me dieron garantías [para mi vida]. Y este año, en julio, me dieron la resolución directorial [del Ministerio de Justicia]. Estoy reconocido como defensor de derechos humanos, como líder indígena, pero yo veo que es lo mismo. No tengo ninguna protección.

¿Y ha recibido otras amenazas?

Cuando regresé a Aguaytía (Ucayali), en abril de este año, estaba en la oficina de la federación. Cuando salí, encontré una camioneta cuatro por cuatro con lunas polarizadas, que estaba al frente. Cada vez que yo miraba, bajaban la luna. Eran tres personas que estaban ahí. Pensé que era mi último día. En ese momento, pensé que ya no existía. Hasta que llegó mi compañero y justo se cuadró con su motocar al frente. Llamé a la Policía, identificaron al vehículo y me dijeron que lo habían usado para actividades ilegales. Tuve que regresar nuevamente a Lima. Ha sido difícil vivir acá en plena pandemia y alejado de mi familia.

A fines de setiembre pasado denunció además que le cortaron la oreja a su tío y que los amenazaron por permitir que se erradiquen los cultivos ilegales.

Le dijeron que él era uno de los que había firmado el convenio para la erradicación. Él es monitor comunal, es decir, vigila y hace patrullaje para cuidar las tierras. Ya es conocido, por eso van a él. Pero hay más líderes.

oreja odicio tio
A fines de setiembre, atacaron a Merino Odicio Huayta, tío de Herlin. Lo culpaban de haber permitido la erradicación de hoja de coca en el sector.

¿Desde cuándo viven esta situación?

El problema empieza desde que yo era vicepresidente de mi comunidad, de Yamino, en 2017. Ahí empezaron las amenazas, porque yo veía todo lo que pasaba en las comunidades y empezamos a proteger nuestro territorio ante la invasión de nuestras tierras. El 2018, asumí la presidencia de Fenacoka para dirigir las ocho comunidades [kakataibos] y ahí nosotros empezamos a ver que el tema de nuestro territorio estaba muy olvidado y empecé a denunciar también. Escuché por medio de otras personas que decían que me iban a matar, pero eran amenazas indirectas. También había comuneros que ya se enfrentaban a los cocaleros. En febrero del 2020, el jefe de la comunidad de Unipacuyacu, Arbilio Meléndez, denunció que recibió amenazas. El 12 de abril, en plena pandemia, lo asesinaron. 

¿Qué pasó con el caso de Meléndez?

Fue identificado el asesino por nosotros, por la Policía y por la Fiscalía. Lo detuvieron unos días y luego fue liberado. Él supuestamente trabajó para los cocaleros, tiene antecedentes penales. Yo me pregunto, ¿por qué si se le ha identificado, si tiene antecedentes, denuncias por otros delitos, por qué el Poder Judicial lo soltó y ahora está libre? Y luego, el mes de julio, asesinan a Santiago Vega Chota, un comunero de Sinchi Roca (Ucayali).

Vega es uno de los cuatro indígenas kakataibo asesinados durante la pandemia. Además del narcotráfico, usted reclama por la impunidad, ¿han recibido alcances de las investigaciones de esos casos?

Esa es nuestra lucha. Contra la impunidad. Ahora hay niños huérfanos. A esa niña que sufre, a ese niño que no tiene cuándo vuelva su padre, ¿quién les da de comer?

Algunos fiscales han mencionado que se ven imposibilitados porque ustedes no colaboran, ya que tienen miedo a represalias.

Nosotros siempre vamos a colaborar, pero lamentablemente ellos no hacen un trabajo articulado. Si el fiscal me dice: ‘mire, señor, hay que hacer un trabajo, voy a ir a la comunidad, conversa con el jefe de la comunidad’, nosotros los ayudamos. Pero ellos esperan en su oficina. ¿Cómo crees que de esa forma vamos a avanzar? Son excusas que buscan los fiscales. Hemos visto claramente cómo el asesino de Arbildo Meléndez lo liberaron. 

Usted ha admitido que hay indígenas de su comunidad que se prestan al servicio de la mafia. ¿En quién confía Herlin Odicio?

No podemos tapar el sol con un dedo. Tenemos malos líderes, que nos han hecho quedar mal. Entonces, nosotros pedimos que no se dejen engañar por falsos dirigentes que nos han traicionado. Hay muchos líderes que han falsificado documentos, que extorsionan a los madereros, a las pequeñas empresas, pidiendo dinero para su beneficio personal. Hay hermanos que se han metido en esos trabajos ilegales, pero no son [la mayor] cantidad. Y a veces es la culpa de nuestro gobierno. Hay una comunidad llamada Puerto Nuevo, abandonada, adonde llegas luego de viajar de 9 a 10 horas. Entonces, solo el que tiene su bote se va de esa comunidad a trabajar. ¿Quién tiene la culpa?

¿Y el interés de esos líderes falsos es apoyar las economías ilegales?

Exactamente ese es su trabajo. Hay líderes, dos o tres, que se oponen ahorita a la erradicación, que no quieren que se erradique, sino que legalicen la hoja de coca. Y ahorita se ha detenido en la zona la erradicación, es lo que me han escrito mis hermanos.

Ha contado que alguna vez le ofrecieron S/500.000 para dejar trabajar a los narcotraficantes. ¿Se ha ganado problemas por rechazar el dinero?

El 6 de setiembre del 2020 me buscó un narcotraficante y me ofreció S/500.000 por cada vuelo. Era colombiano. Su intención era que yo deje de denunciar. Agarró su teléfono y me dijo: ‘mira, solo para ti’ y me mostró cómo cargaban la pasta básica a las avionetas. Era una pista y se veía cómo volaban. Me dijo que cada vuelo no duraba ni 5 minutos [en despegar]. ‘Tú dirás’, me dice y me comenta que me iba a dar S/500.000 como jefe de las comunidades. Me explica que los vuelos saldrían cada 15 días. Me dio unos días para darle una respuesta. Yo no dormí esa noche. No quise comer, no salí hasta dos días más. Y era muy difícil hablar. Pasó una semana. Luego pensé que si yo hacía esa cosa [aceptar], estaría perjudicando a mi pueblo. Dije: ‘yo voy a morir con mi ley, no voy a aceptar ninguna propuesta’. Luego de eso vino el asesinato de dos líderes más y las cosas fueron muy difíciles.

¿No volvió a ver al colombiano?

Nunca más lo identifiqué, pero sí me preocupa.

Señor Odicio, ha venido a Lima por enésima vez buscando ayuda, ¿cuáles son sus demandas?

Nuestra demanda son que se titulen los territorios que no lo están y que tienen varios años de solicitud; el segundo, es la protección de los defensores; y el tercero, que se continué con la erradicación de hoja de coca.

foto reclamos
12 de octubre. Un delegación de indígenas kakataibos reclama por la impunidad en la que han quedado las muertes de sus hermanos y las amenazas que viven. (Foto: IDL)

Ya se ha reunido con funcionarios del Ministerio de Justicia, de Cultura y la Defensoría del Pueblo, ¿llegaron a compromisos?

Ayer nos reunimos con el viceministro de Justicia y llegamos a un acuerdo para que hagan seguimiento a las denuncias que hemos realizado. Con la ministra de Cultura hemos quedado, aunque no es su competencia, en que coordine con los otros ministerios una sola estrategia contra las pistas, contra los cultivos ilegales. Y también tuvimos una reunión con la premier Mirtha Vásquez. Hemos hablado sobre la paralización de la erradicación de hoja de coca que ha anunciado el ministro del Interior. Nosotros estamos en contra. No vamos a permitir que se legalice, porque sea legal o ilegal, el 80% se va al narcotráfico. Nos preocupa. Por esa plantación ilegal nos están matando. Nos están atando. Nosotros sembramos plátano, yuca, eso es nuestro. Por eso nosotros repudiamos esa planta, nunca hemos sembrado eso.

¿Qué le respondió la primera ministra?

Respondió que va a hacerle presente a todas las bancadas para reforzar la política de erradicación.

Ahora, ustedes ya se habían reunido antes con el gobierno anterior.

Nosotros nos reunimos en Pucallpa con los ministros el 14 de mayo de este año. Hasta el momento no tenemos resultados, seguimos con lo mismo. Nosotros hemos hecho muchos viajes al Congreso de la República, hemos denunciado a medios internacionales, pero no hay resultado. Eso nos preocupa muchísimo.

Señor Odicio, ¿hay algo que le haga pensar que esta vez será distinto?

Pensamos que con este gobierno algo iba a mejorar, pero vemos el tema político… No sabemos si a este Gabinete le van a dar la confianza o no. Es algo preocupante, no sabemos si estamos hablando nuevamente por gusto, si van a ingresar otros ministros. No estamos seguros y eso nos perjudica cada vez más. Mientras nosotros sufrimos eso lo aprovecha el enemigo.

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Ya quedaron atrás los tiempos en que se miraba a la cumbia peruana, en todas sus formas, por encima del hombro. Gesto clasista y vertical que desconocía una tradición emergente y hoy plenamente consolidada, que traía consigo no solo su(s) lenguaje(s) musical(es) sino también el peso de sus relatos sociales, que iban desde la experiencia del migrante hasta la necesidad de construir elementos identitarios (el origen, la tierra, las costumbres).

Dentro del amplio universo que conforma la cumbia peruana, la producida en la región amazónica ocupa un lugar especial. Un primer elemento que puede uno advertir es su sonoridad inconfundible, con ese singular rumor de sicodelia contagiado de trópico. Algunos recordarán a bandas como Los Mirlos, de Moyobamba; o a Juaneco y su Combo, ídolos indiscutibles en Pucallpa. 

La música, que sigue siendo la gran marginada de muchos relatos históricos, tiene felizmente quién le escriba. Y en el caso de la cumbia amazónica, el tesón y la nostalgia de dos periodistas de San Martín, Luis Alberto Vásquez y Alberto Ríos Ramírez (🕆) hizo posible la aparición de Lluvia con sol. Cumbia amazónica, una serie de crónicas que abordan historias y anécdotas de un nutrido grupo de exponentes regionales del género. 

Combinando datos históricos precisos y anécdotas que dan color, Vásquez y Ríos Ramírez tejen, capítulo a capítulo, la biografía de las bandas más destacadas de la región: Siglo XX y Los Triónix, de Rioja; Los Mirlos y Sonido Verde, de Moyobamba; Sonido 2000 y la arrolladora Fresa Juvenil, de Tarapoto; Los Dexters, de Uchiza; Los Yennis, de Sión; Los Invasores, de Progreso, los músicos pioneros de Juaneco y su Combo, de Pucallpa y, finalmente, dos hitos: Los Wemblers y Pax, de Iquitos. 

Un libro gestado en la amistad y en la música; nostalgia y memoria, afirmación de la identidad, tributo a un grupo de artistas que acabaron por forjar una tradición que hoy se ha extendido prácticamente por todo el continente y también un poco más allá. La contratapa del libro tiene código QR, que le permitirá acceder a una lista de canciones mencionadas en los textos a través de Youtube. Mejor imposible. 

Lluvia con sol. Cumbia amazónica. San Martín: Trazos Consultores-Editores, 2021.

 

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Jaime Vásquez, pugnaz editor de Iquitos ha dado vida, en el seno de su editorial Tierra Nueva, a la Serie Río Marañón, colección que tiene como objeto poner en la mesa la obra narrativa de diversos escritores de la región amazónica. La colección, recientemente presentada en la Feria del Libro Ricardo Palma, es una oportunidad para romper el cerco capitalino y mostrar parte de la producción literaria de la región.

La colección lleva ya más de diez títulos, entre ellos algunos muy destacables, como El eterno, volumen de cuentos del poeta pucallpino Jorge Nájar, narraciones exuberantes que dan cuenta de experiencias disímiles: la cotidianidad, la condición migrante, la violencia, la intimidad. Está también Obituario de Melissa Mendieta, una inteligente combinación de elementos provenientes de la crónica y el relato de ficción para abordar el horizonte de la muerte, la pérdida y el proceso del duelo, desde múltiples perspectivas.

Obsesión por Ofelia, del poeta Percy Vílchez, es también parte de esta colección. Se trata de una novela hiperbólica y satírica, llena de personajes desbordados por sus pasiones y marcados por la exageración y ciento tinte melodramático. El fondo de la trama no es menos desopilante: una huelga de espectadores cinematográficos en Iquitos, que terminó con varias salas en llamas. A eso se suma el enamoramiento hasta el delirio de Orestes Bardales, quien convierte a la actriz Ofelia Montesco (nombre artístico de Ofelia Grabowski Edery, loretana radicada en México, donde hizo carrera en el cine) en la primera y última de sus obsesiones.

Hay muchos títulos más, entre ellos Especies secretas, de Gerald Rodríguez Noriega; El escritor infame, de Werner Bartra Padilla¸ Tierra de orates, de Patrick Pareja Flores o Relatos de caucho y oscuridad, del conocido escritor y gestor cultural Paco Bardales. Ojalá otras propuestas editoriales se sumen al esfuerzo de Tierra Nueva y su Serie Río Marañón. Vale la pena. 

 

Vilchez - Melissa

 

Lluvia con el sol

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