En redes sociales del Perú se ha generado una narrativa extraña que podemos sintetizar así: una gran conspiración, cuyo cerebro principal es “el comunista” Martín Vizcarra, ha logrado reunir al Foro de Sao Paulo (el “comunismo internacional”), Maduro, Evo Morales, los “curas rojos”, Hezbollah, y Sendero Luminoso, con el financiamiento de Rusia y de Irán, para tomar el control del Perú, donde ya tiene entre sus garras al Jurado Nacional de Elecciones, y a la Oficina Nacional de Procesos Electorales.
Por lo demás, cualquiera que se atreva a negar algo sobre esta conspiración en marcha debe ser, sin dudas, un aliado del terrorismo.
Como se sabe, dicen, esta alianza ha consumado un gran fraude en las recientes elecciones generales, ante la vista y paciencia de observadores de la OEA, Transparencia Internacional, la Unión Interamericana de Organismos Electorales, y muchos más observadores, que son una asamblea de tontos ante quienes pasa de todo sin que se den cuenta.
Un ejército de operadores en las redes sociales (trolls), una cantidad considerable de bots (robots que automáticamente replican mensajes por centenas de miles), vídeos trucados, y el apoyo de las portadas de los medios de comunicación escrita que, en el Perú, están en un 80% en manos de una sola empresa propietaria, además de la totalidad de los canales de televisión abierta, son una maquinaria poderosa capaz de convencer a mucha de la población urbana, incapaz de responder críticamente a tal avasallamiento.
Ecuador, Bolivia [1]
Pero esta maquinaria es muy antigua y frecuente, solo que se ha ido perfeccionando con el tiempo. Así, durante la campaña reciente en Ecuador, hubo la misma intervención masiva de los medios de comunicación en contra del candidato correísta,
Un medio digital llamado 4Pelagatos, creó un instrumento de burla al ex presidente Rafael Correa llamado MashiMachine, que se difundió mucho, y mediante el cual se podía insertar frases de Correa de distinto origen, de manera que se construían oraciones que podían decir cualquier cosa.
Lo ocurrido con Facebook, en ese asunto, fue notable. En plena campaña, Facebook decidió premiar a ese instrumento de burla, lo que se difundió mucho. Ocurre que el responsable de Facebook es un caballero llamado Diego Bassante, que antes había servido como personal de la embajada de Ecuador en Washington, al servicio del ex presidente Lenin Moreno, enemigo jurado de Correa.
Y como en el Perú, varios medios se dedicaron a usar fake news (noticias falsas) que nunca aparecían en sus fact checkings. Un ejemplo es el del periodista Fernando Villavicencio del portal MilHoja, que manipuló un vídeo acusando a Arauz de apoyar la desdolarización del país, cuando en realidad este defendía lo contrario. El resto de medios difundió el bulo y Guillermo Lasso lanzó una campaña en redes con el HashTag #DesDolArauz, que se repitió mucho. Aunque ocurrió que el 80% de las cuentas que más tuits replicaron, tiene menos de 5 seguidores, es decir que, claramente, se trataba de bots, de robots.
Como anécdota ilustrativa, cabe señalar que, a Lenin Moreno, ex presidente de Ecuador, se le acabó el servicio de bots el mismo día que dejó de ser presidente. Ha pasado de no menos de mil setecientos retuits diarios, a no pasar de 30 retuits.
Lo anecdótico es que, luego, en medio del conteo de votos para la segunda vuelta, los correístas y aliados iniciaron acoso contra la candidatura indígena de Yaku Pérez, al que acusaron de ser candidatura producto de laboratorio, financiado desde afuera, llamándolo “candidato falso”, negando su origen indígena y sus convicciones ambientalistas. Los correístas habían aprendido de sus propios objetores.
En Bolivia, para preparar el golpe de Estado contra Evo Morales – con ocasión de su, sin dudas, reprobable decisión de volver a postular a la presidencia contra la constitución y contra un referéndum por el mismo convocado – se agilizó una maquinaria similar a lo que conocemos.
Antes de la autoproclamación de Jeanine Añez como presidenta, se lanzó propaganda falsa contra Evo Morales desde cuentas como la de un diputado venezolano Henrique Salar Romer, implicado en los Panama Papers. Y a partir del día 10 de noviembre se empezó a usar varios HashTags en Twitter, coordinados con miles de cuentas recién creadas, para hacer crecer de manera acelerada los retuits y los seguidores del golpista Camacho, y de la futura presidenta interina.
La cuenta de Luis Fernando Camacho, el golpista asociado, pasó en efecto, en tan solo unos días, de 2 mil seguidores a casi 130 mil, de los cuales más de 50 mil fueron cuentas creadas durante los últimos 15 días de noviembre de 2019. Jeanine Añez pasó de 8 mil seguidores a 150 mil, y el número de cuentas creadas en los 15 días previos al golpe, fueron más de 41 mil.
El resultado final fue de más de 68 mil cuentas falsas diferentes, que podrían ser más. Todas con interacción y comentarios para crear Trending Topics (noticias más vistas) favorables a los chismes y bulos requeridos por los golpistas, donde ya se anunciaba, antes de las elecciones, que iba a haber fraude.
Todo esto, como en Ecuador y en el Perú, coordinado con los medios televisivos, la gran prensa escrita, que refrendaba la veracidad de los bulos y el pre-anuncio del fraude que, como se supo luego, nunca hubo.
Colombia
El caso de Colombia merece trato aparte. País azotado por guerrillas y por destacamentos informales llamados “de autodefensa”, fue objeto del caso de fake news más horrible posible, que provenía directamente del Estado. Durante el mandato de Álvaro Uribe (2002 –2010) se creó un sistema de lucha contra el terrorismo, al que se llamó de Seguridad Democrática- Este consistía en promover la represión estimulando los logros individuales, con dinero ofrecido a quienes mataran o tomaran prisionero, a miembros de la guerrilla.
Mediante este mecanismo, se creó una dinámica de bajas por recompensa que tuvo como consecuencia la muerte – confirmada, pueden ser más – de alrededor de 6 mil personas. La mecánica diabólica creada, hizo que militares se unieran a civiles armados para asesinar a personas, sobre todo de origen modesto, a las que vestían con ropa de la guerrilla, ponían un arma, le cambiaban el nombre y los presentaban como terroristas muertos en combate.
Estas acciones, bautizadas como la de los falsos positivos, fueron avaladas permanentemente por el mismo presidente Uribe, que se dedicó a perseguir e involucrar con el terrorismo a las organizaciones de derechos humanos que denunciaban el horror.
El uso de los medios, de la prensa televisiva y escrita, para disfrazar los muchos casos de falsos positivos, acusando a las organizaciones de derechos humanos y los medios minoritarios de ser organismos de fachada de la guerrilla, y sostener que las acusaciones de asesinatos promovían la destrucción de la imagen de las fuerzas armadas, tesis que sostenía Uribe, avasallaron a buena parte de la población.
Sabemos hoy, de las grandes movilizaciones que tienen en vilo a la sociedad colombiana, disgustada primero por medidas de impuestos a las mayorías tomadas por Iván Duque. La reacción del gobierno ante las protestas ha sido reprimir violentamente con la policía, que muchas veces esconde sus acciones al usar armas que no son de reglamento, pero también con el apoyo de civiles, e infiltrados.
Hay un caso de infiltración para vandalizar que nos trae amargos recuerdos a los peruanos. Cuando elementos infiltrados quemaron el Palacio de Justicia en la ciudad de Tulúa, ciudad situada a casi 100 kilómetros de Cali, en medio de enfrentamientos entre manifestantes y la policía.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha confirmado las denuncias sobre 132 personas que permanecen desaparecidas a la fecha, y resalta la gravedad del hecho porque en 276 casos anteriores de denuncias por desaparición de personas, estas habrían sido reportadas muertas posteriormente. La CIDH menciona 87 casos comprobados de violencia sexual contra mujeres manifestantes, cometidos por agentes policiales, habría 979 casos de civiles heridos, de los cuales 33 con heridas en los ojos por los agentes policiales.
Estas denuncias de agresión a los ojos, que también ocurrieron en Chile, motivaron una respuesta que nadie olvida de parte de la senadora uribista, Paola Holguín, que negando lo evidente ante las declaraciones de la personas afectadas, lanzó una frase que nadie olvida: “¡Dejen de estar llorando con un solo ojo!”, les dijo.
El despliegue de mentiras, bulos, desmentidos, falsos fact checkings en redes sociales, y el ocultamiento en varios medios importantes de los hechos reales transformados en pura vandalización en los informes oficiales, permiten conformar el respaldo desinformado de muchas personas a los actos represivos del gobierno.
La Carta de Madrid y la “Iberósfera”
La Carta de Madrid, es un documento que reúne a varios protagonistas de los sucesos narrados aquí. Es promovido por el partido político español de extrema derecha, Vox, gran aliado de grupos similares en el mundo, mediante su Fundación Disenso. Plantea la existencia de algo que denominan Iberósfera, como “una comunidad de naciones libres y soberanas que comparten una arraigada herencia cultural y cuentan con un gran potencial económico y geopolítico para abordar el futuro”.
Esto es como la prolongación del famoso “España una” que enarbolaba Francisco Franco para España, negando las particularidades y diversidad de su propio país donde, como es sabido, se prohibió la enseñanza de todas las lenguas, salvo el castellano (al que se denomina español).
Tiene el texto las consabidas alusiones al ya decadente Foro de Sao Paulo que siempre es útil porque sin espantapájaros no hay proyecto entre la extrema derecha. Los himnos a la democracia y las libertades brotan de firmas bajo el documento, como las que siguen: gente del bando uribista en Colombia, como la senadora Paola Holguín (la misma que pidió a los que habían perdido la vista, no llorar con un solo ojo), y otras figuras del uribismo fieles defensoras de las políticas de Seguridad Democrática de Uribe, y detractoras como él, de los falsos positivos: Margarita Restrepo, María Clara Escobar, y Paloma Valencia.
También firma Antonio Ledezma, el alcalde de Caracas que desató el caracazo, en complicidad con el entonces presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, con miles de víctimas, incluso asediadas hasta en sus domicilios por la represión, a donde se les disparó sin preocuparse por la presencia de niños o inocentes. Y, hay que recordarlo, evento que fuera el punto de partida para la rebelión de Hugo Chávez y su crecimiento como figura pública.
También figura Arturo Murillo, ex ministro de gobierno durante el breve mandato golpista y ultra conservador de Jeanine Áñez, en Bolivia
Han firmado, por Ecuador, Henry Kronfle, del muy conservador partido Social Cristiano, aliado de Lasso en el gobierno. Así como el ex vicepresidente Otto Sonnenholzner.
Por el Perú figuran Aldo Mariátegui, el aristócrata Francisco Tudela, el ex vice ministro del interior Dardo López-Dolz, Rafael López Aliaga, y acaba de adherir el congresista electo y vicealmirante en retiro Jorge Montoya.
Pero, ¿qué es la Iberósfera?
La Cruz de Borgoña
Hay varios artículos informativos en el órgano del ultraderechista Vox, La Gaceta, defendiendo a Fuerza Popular y la candidatura de Keiko Fujimori. Y reseñando sus actividades. Uno de ellos, que describe una de las marchas más importantes de esos colectivos y grupos fujimoristas, se fija expresamente en la importancia que adquiere una bandera que tiene, sobre fondo blanco, rayas en rojo con varias salientes semejando los nudos de un árbol, de esquina a esquina, y que se cruzan al medio, la que se conoce como la Cruz de Borgoña. No es cualquier insignia, es el emblema de la hispanidad, la representación de su pasado imperial.
El artículo [1] se llama “Las Aspas de Borgoña ondean en Lima durante las protestas contra el presunto fraude electoral izquierdista”, y tiene como volada la sugestiva afirmación: “Peruanos rescatan el símbolo del imperio español”.
Los portadores de dicho emblema dijeron que este representa a quienes “no se han dejado seducir por los tópicos de la Patria Grande (expresión creada por el libertador Simón Bolívar, como sabemos) y los estados plurinacionales que prometen los comunistas bolivarianos, continuadores de la revolución que deshizo los reinos españoles americanos en el siglo XIX”. Lo que constituye menudo elogio para aquellos “comunistas” a los que critican, y que serían – según estas declaraciones – los herederos de la independencia.
Asimismo, dicen que “son los mismos jóvenes los que están viendo y sufriendo las consecuencias del fracaso de los proyectos republicanos, directamente, con el deterioro de sus entornos de vivienda, sus bolsillos, calidad de vida, y el imparable crecimiento del crimen.” Es decir, que la alternativa es la monarquía española.
Agregan, entre otras cosas que “la gente de sesenta o setenta años creció bajo la idolatría sanmartiniana y bolivariana, pero los jóvenes son los más críticos con lo que les cuentan sus profesores en la escuela y universidad, críticos con el discurso monolítico que ya no se sostiene materialmente”, es decir que hay que acabar con el discurso de la peruanidad republicana e independiente.
Ya sabemos, entonces, a qué se refieren con la Iberósfera.
[1] Gran parte de la información que sigue en este segmento de la presente nota, y el que sigue sobre Colombia, proviene de la muy informada cuenta en Twitter del periodista español Julián Macías Tovar @JulianMaciasT, y de su canal en Telegram, llamado Pandemia Digital: T.me/PandemiaDigital
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