El teletrabajo continuará en muchas empresas y eso obliga a las organizaciones a adaptarse a estos nuevos tiempos

Con la segunda ola, las empresas y trabajadores deberán adaptarse a cambios propios de su actividad y lidiar con transformaciones claves. Dos de ellas: la manera de trabajar y la de comunicarse. Por lo que es imprescindible conocer las tendencias tecnológicas que se avizoran en el panorama y saber cómo aprovecharlas.

Jorge Lay, director Comercial & Marketing de Sumtec, aseguró que la pandemia aceleró algunas tendencias tecnológicas y en el 2021 seremos testigos de cómo las organizaciones integrarán el uso de estas para intentar salir de la crisis. Entre las tendencias que marcarán la pauta del sector tecnológico en el 2021 destacan:

Infraestructura en la nube. Crecería en 26.7% en América Latina, acompañada de soluciones de almacenamiento on-premise local a nivel de respaldo. La implementación de infraestructura tecnológica es un elemento clave para que las empresas puedan salir de la crisis generada por la pandemia, pero esta deberá adecuarse a las demandas del negocio, clientes y mercado peruano.

Dimensionando el espacio de trabajo y procesos. El teletrabajo fue el método laboral más empleado en el 2020. Este concepto se está generalizando de modo que las empresas puedan diseñar modelos TI (Tecnología de la información) aptos para el acceso a servicios y herramientas que les permitan a sus empleados desarrollar sus actividades desde cualquier lugar.

Por ello, uno de los desafíos que enfrentan las empresas en este 2021 es el reducir el porcentaje de participación laboral física en todas las áreas, al tiempo que mejoran los entornos digitales para favorecer el trabajo colaborativo a distancia a través de equipamientos tecnológicos eficaces.

De la seguridad a la ciberseguridad. El teletrabajo resaltó la dificultad de algunas empresas para proteger su información.

Muchas de las plataformas de teletrabajo se han llevado o se están llevando a la nube desde configuraciones on premise. Todo ello hace que las políticas de seguridad tengan que llevarse desde las organizaciones a los propios usuarios y a sus equipos y dispositivos empleados para conectarse remotamente o a los servicios en la nube.

Con la adopción del modelo telemático de trabajo, muchas empresas han desplegado soluciones frágiles y vulnerables, expuestas a ciberataques y vulnerabilidades que es necesario eliminar de cara a hacer que los costes asociados con la seguridad no aumenten por encima de los beneficios que aportan.

Automatización robótica de procesos. El aumento de la transformación digital de las empresas, la automatización de procesos o Robotic Process Automation (RPA) se ha erigido como una de las áreas de mayor crecimiento dentro del sector TI.

Se trata de automatizar aquellas tareas repetitivas y sistemáticas que se llevan a cabo de forma habitual como parte de una actividad laboral frente a una o varias herramientas de software. Además, los procesos automatizados no tienen horarios y funcionan 24×7.

Transformación digital en la educación. Si algo ha tenido de nuevo el 2020 ha sido el impulso que, por necesidad, ha otorgado a las plataformas educativas digitales.

La posibilidad de seguir recibiendo una educación de calidad sin necesidad de acudir presencialmente a ninguna institución ahorra tiempo a profesores y alumnos y, además, pone en relevancia el amplio abanico de posibilidades que estas plataformas ofrecen en cuanto a aprendizaje interactivo.

Entre las tendencias que harán seguir creciendo este tipo de se encuentran el e-learning, la inteligencia artificial y el aprendizaje inmersivo.

Durante los cuatro años que los Estados Unidos padecieron a Donald Trump como su presidente (vergüenza de la cual se liberaron la semana pasada), varios fanáticos de Frank Zappa alrededor del mundo se preguntaron qué habría dicho/hecho el sarcástico compositor y guitarrista, para hacer notar su desagrado por la llegada de este lunático e ignorante empresario al trono del país más poderoso del mundo.

Y la respuesta para este ejercicio de ucronía –Zappa falleció hace casi 30 años- es una canción demoledoramente ácida titulada Dickie’s such an asshole (Dickie es un tremendo idiota) que el músico dedicó nada menos que al presidente Richard Nixon -el “Dickie” del título-, durante su gira 1973-1974, en medio de la tormenta desatada por el escándalo de Watergate, que terminó con la renuncia del republicano, a la mitad de su segundo período gubernamental.

Zappa, cuyas agudas críticas al sistema norteamericano -político, educativo, social y cultural- no dejaban, literalmente, títere con cabeza, dirigió este blues sofisticado y arrabalero al malogrado mandatario, en el momento en que más quemaban las papas. Casi como una crónica periodística mordaz y malcriada, FZ le dice sus verdades a Nixon y sus más cercanos colaboradores, entre ellos Charles “Bebe” Rebozo. Para que se hagan una idea, Rebozo fue a Nixon lo que Luis Nava a Alan García: su amigo, su asesor, su testaferro.

A pesar de haber sido uno de los temas permanentes de esa gira de The Mothers Of Invention, Dickie’s such anasshole no fue incluida en el extraordinario LP que resumió aquellos conciertos, Roxy & elsewhere (1974), uno de los títulos fundamentales de su amplísimo catálogo, cargado de referencias a la situación política norteamericana.

En Son of Orange County, otra de las canciones del álbum grabado en el Roxie, uno de los teatros emblemáticos del Sunset Strip californiano, Zappa usa la famosa frase “I am not a crook” que Nixon soltó durante una conferencia de prensa televisada, tras las históricas revelaciones de Bob Woodward y Carl Bernstein, los periodistas de The Washington Post que sacaron a la luz el escándalo de espionaje y traiciones que remeció al país del Tío Sam en los años setenta. Las versiones originales de Dickie’s… se lanzaron en los álbumes póstumos You can’t do that onstage anymore Vol. 3 (1994), The Roxy Movie (2014) y The Roxy Performances (2018), un boxset de 7 CD con los cuatro conciertos completos que Zappa y su extraordinaria banda ofrecieron los días 9 y 10 de diciembre de 1973.

Pero Dickie’s such an asshole recién vio la luz, quince años después, en otro disco en vivo, Broadway the hardway (1988), esta vez dirigida al presidente de turno, Ronald Reagan. En esta versión combina la letra original, acerca de Nixon y Watergate, con irónicas menciones a la inhumana medida implantada por la administración Reagan para subalimentar a presos peligrosos con raciones de pésima calidad -incluso en su momento se llegó a decir que contenían pequeñas cantidades de “tranquilizantes”- conocidas como “confinement loaf” (comida de encierro). No es difícil imaginar una versión actualizada de Dickie’s such an asshole con Donald Trump (¿Donnie?) como protagonista de esta canción cuya última estrofa es: “The man in the White House… oooh! He’s got a conscience black as sin! There’s just one thing I wanna know: How’d that asshole ever manage to get in?” (El tipo en la Casa Blanca… uhhh, ese tiene la conciencia negra como el pecado. Solo quiero saber una cosa: ¿Cómo se las arregló este idiota para entrar?)

Frank Zappa (1940-1993) siempre dio en el blanco cuando se trataba de decir incómodas verdades al establishment. Desde sus duras críticas a la cultura hippie de fines de los sesenta hasta su participación en las sesiones del Congreso, en 1985, oponiéndose a la censura que la PMRC, grupo liderado por la esposa de Al Gore, Tipper Gore, impuso a las letras de diversos músicos de pop-rock y heavy metal; sus lúcidas y afiladas argumentaciones molestaban tanto a demócratas como a republicanos.

Por ello y, a pesar de su importancia artística, Zappa fue borrado del imaginario colectivo tras su muerte, un hecho que viene siendo corregido por recientes documentales como Eat that question (Thorsten Schütte, 2016) y Zappa (Alex Winter, 2020), que permiten, tanto a los conocedores de su trayectoria como a quienes desean enterarse de quién fue y qué hizo para ser tan temido por los medios y los gobiernos de EE.UU., conocer a fondo a este irreverente músico y pensador norteamericano.

Pero, en lugar de imaginar qué habría dicho Zappa sobre Donald Trump, revisemos qué opinaba acerca de este odioso personaje. En una entrevista de 1989 concedida a la revista High Times, el periodista y crítico de rock Elin Wilder le comenta al compositor una encuesta según la cual el mayor anhelo de los jóvenes norteamericanos al salir del High School (es decir, la Secundaria) era “hacer dinero” y que veían a Donald Trump como “su héroe”. A esto, Zappa comentó: “… ese dato es una muestra de lo que es la vida en Norteamérica. Es un buen indicador del fracaso de la educación estadounidense. Si Donald Trump es el ídolo de los adolescentes americanos y esos adolescentes no pueden leer, escribir, ni siquiera sumar ni restar ¿Qué podemos esperar de eso?” La respuesta la vivió y sufrió Estados Unidos entre 2017 y 2021.

No te mira a los ojos. El presidente indolente lee un teleprompter sin pestañear. El presidente indolente se concentra en lo que te quiere decir, aunque no lo logra completamente, pero por el hecho de hacerlo bajo el título de mensaje a la Nación ya tiene tu atención. Muy correctito, él se preocupa por seguir la estructura del guion seguramente listo con varios días, tal vez semanas, de anticipación. Y elige qué día es propicio para pronunciarlo. ¿Por qué?

Martes 26 de enero. Una mujer que se sometió al experimento de la vacuna china en el Perú ha muerto. Es la noticia que se da a conocer en la mañana. Las redes sociales se inundan de miedo. La prensa peruana parece ya tener la portada del día siguiente y hasta la prensa extranjera aborda el tema: «Mujer muere de neumonía tras participar en ensayo de vacuna de Sinopharm en Perú», titula El Universal de México, y continúa: «La hermana de la fallecida dijo que la víctima recibió las dos dosis el 7 y 29 de octubre de 2020; pero dio positivo a covid-19 el 11 de enero». Otro periódico foráneo en su versión web dice: «Una peruana que recibió la vacuna experimental contra el nuevo coronavirus de la gigante china Sinopharm murió a causa de una “neumonía por covid-19”, denunció la familia». La familia había soltado la información. Horas después, cerca de las 3 de la tarde, aparece un extenso comunicado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, la que coordina los ensayos en tercera fase de la vacuna de Sinopharm en el país. Dice que no conoce si la voluntaria fallecida recibió vacuna o placebo (sustancia inocua que, en cristiano, puede ser agua y se usa con algunos en el experimento para saber si mienten). De inmediato más miedo a Sinopharm. Varias horas más tarde, ya de noche, 8 y 14, otro extenso comunicado de la Cayetano. Una versión más conveniente, claro: «La voluntaria había recibido placebo». ¡Oh! No pasó nada. No anuncian la suspensión del experimento. Pero la gente sigue mirando feo a Sinopharm, aunque más feo a un folleto virtual circulado por WhatsApp que anunciaba confinamiento obligatorio en casi la mitad del país incluida la capital. Llevaba el sello de la Presidencia, pero a través de Twitter el Gobierno de algún modo negó su autenticidad.

Hasta el momento, todo fluía por su cauce. El titular de la prensa peruana para el día miércoles 27 —obvio, la muerte de la voluntaria de la vacuna china— se desarrollaba durante el martes, hasta que, ese mismo día, a las 9 de la noche todo se paraliza. Habla el presidente. Se dirige a la Nación. Y las cosas cambian.

Diez minutos. Saluda. Parece que no quiere salirse del guion, esta vez no quiere arruinar su presentación en televisión. Ordena, sin vueltas, encerrar a todos en sus casas. El folleto virtual que horas antes su gobierno negó resultó ser auténtico. Negocios, cerrados. Solo operarán supermercados, mercados, bodegas y farmacias, pero al 40 % de su capacidad. Él, sigue leyendo el teleprompter. De inicio a fin. Termina. Se despide. Y de la mujer fallecida tras someterse al experimento de la vacuna china que su gobierno ha comprado, ni una palabra. No hay pésame a la familia ni un poema para agradecer el sacrificio. Nada. Diez minutos para decir que nos encierra, pero ni uno dedicado a la mujer que confió en un ensayo avalado por su gobierno, cuyo resultado, el que sea, es de interés nacional. El presidente indolente ha cumplido por hoy. La voluntaria mártir de Sinopharm ya no estará en las portadas del miércoles. Y la compra millonaria de las vacunas chinas todavía en fase experimental que hizo el Gobierno sigue su camino. Pero no solo eso; también dos contratos más.

 

Con las nuevas medidas restrictivas y un 2021 que nos ha traído la incertidumbre de nuevas cepas del Coronavirus. Emprendedores, gremio de centros comerciales y más de 400 mil familias bodegueras miran con preocupación este nuevo año. ¿Qué harán?

Por David Gavidia

Desde el viernes 15 de enero los centros comerciales redujeron su aforo al 40%. Durante las fiestas de fin de año lo tuvieron al 60%. Los restaurantes, del mismo modo, ahora atienden al 50% de su capacidad y; las Micro y Pequeñas Empresas (Mypes) han manifestado su preocupación por la ampliación del toque de queda (desde las 9pm hasta las 4am en el caso de Lima) y, también, por el próximo incremento al Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) Específico, que el Ministerio de Economía estaría ejecutando en los próximos días. Ante las nuevas medidas impuestas por la segunda ola del COVID-19 ¿Cómo reaccionarán estos sectores que mueven millones en nuestra economía?

Esperanza Tafur, presidenta de MYPES Unidas del Perú, responde: “Estamos muy preocupados. La crisis económica y sanitaria nos ha golpeado muy fuerte a los pequeños negocios. Un ejemplo claro, son las bodegas, que, a pesar de todos los esfuerzos, aún no logran recuperarse, debido a que las ventas disminuyeron durante la pandemia, tan solo en los primeros meses, bajaron en un 50%”, explica.

Las restricciones del Gobierno -explica Tafur- impactaron durante el 2020 a sus negocios, al cerrar más temprano por el horario de inamovilidad, el toque de queda dificultó el abastecimiento de productos y a esto se sumó el miedo al contagio que ahuyentó a los clientes. “En el caso de las bodegas, por ejemplo, hacia finales del 2020 solo lograron recuperarse en un 70%”, señaló.

“Y en esta coyuntura tan difícil, solo le pedimos al gobierno que piense en los micro y pequeños empresarios – como las bodegas y restaurantes – y no ejecute la norma que le permite al Ministerio de Economía y Finanzas, subir el monto del Impuesto Selectivo al Consumo, durante el mes de enero, de productos, como cigarrillos y cerveza, que representan el 40% de los ingresos de las bodegas, por ejemplo”, dijo Tafur.

Según MYPES Unidas del Perú, son más de 400 mil familias bodegueras que viven de sus ingresos como comerciantes, que luchan por no cerrar, que quieren ser parte de la reactivación económica del país. “El aumento del ISC generaría la quiebra de negocios familiares, provocaría más informalidad”, señaló.

¿Qué medidas están haciendo para enfrentar la segunda ola de COVID-19?, le preguntamos. “Las Mypes estamos acelerando nuestros procesos para convertir los canales de venta tradicionales a virtual y tratando de implementar el servicio delivery”.

En plena cuarentena -señala la representante de las Mypes- cientos de bodegas, verdulerías y servicios de alimentos se vieron obligados a ser creativos, para enfrentar la crisis, e implementaron, de alguna forma, un servicio de entrega para seguir vendiendo e intentar frenar la caída de sus ventas.

Otros negocios -apunta- se reinventaron y convirtieron en mini markets; todo ello generó un incremento del 30% de los negocios en este rubro, impactando en los ingresos de miles de empresas.

De otro lado -señala Tafur- las confecciones también tratan de realizar cambios que mejoren sus niveles de ventas y tratar de competir con los productos importados. Lamentablemente es un sector que ha perdido mucho empleo y esta impactado por la poca demanda que hay en estos momentos.

“Para enfrentar esta situación de manera general, estamos pidiendo al Gobierno tener una tregua tributaria que involucre que no suban los impuestos, que la SUNAT pueda tener una política de fraccionamiento de deuda razonable para que las Mypes puedan levantarse y tener predictibilidad por lo menos dos años para iniciar un proceso de recuperación”, señala.

Por su parte, indica que las Mypes de manufactura están solicitando al gobierno que de todas las compras que realiza el sector público, un porcentaje lo haga a las Mypes, ya que el Estado es el mayor comprador.

“Eso ayudaría a reactivar los empleos perdidos y la economía de este sector que cada día son muchos más”, indicó, al señalar que las pérdidas económicas que tuvieron durante el 2020 son incalculables. Sin embargo, en el conglomerado de Gamarra -calculó- la perdida el año pasado fue de casi 5 mil millones de soles, miles de empleos y también varios miles de empresas que se pasaron al sector informal.

“Antes de la pandemia éramos el 25% del PBI, hoy seguro no llegamos ni al 17%, lo que significa el gran deterioro económico y perdida de capital de miles de empresas. Y sumando al sector servicios sobre todo el turismo seguramente las cifras son mayores”.

Las medidas y sus impactos

Pese al panorama negativo, el economista y Gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), Diego Macera, señaló que las primeras medidas del gobierno de Francisco Sagasti tendrán un impacto limitado en la economía del país. “Para más de la mitad de la población, las medidas, no son demasiado distintas de lo que tenían hasta la semana pasada”, señaló. “El impacto va a ser más focalizado en el sector servicios donde, por ejemplo, un toque de queda a las 7pm o 9pm te impide atender el turno de cena en los restaurantes”.

¿Cómo deberán enfrentar los emprendedores esta segunda ola ante las nuevas medidas restrictivas? “Todos los que puedan van a tener que reinventarse”, señala. Se deberá -dice- implementar medidas como delivery de ropa, de comida, de espectáculos vía online. “Para algunas será ajustar un poco su negocio, abrir nuevos giros, para otros, casi volver a empezar de cero. Es importante reconocer con realismo dónde estamos parados. Todavía nos quedan varios meses entre idas y vueltas porque no parece que lleguemos a una masificación pronta de la vacuna”, señaló Macera.

¿Y los centros comerciales?

Ante la reducción del aforo del 60% al 40% a los centros comerciales, buscamos a Carlos Neuhaus, presidente ejecutivo de la Asociación de Centros Comerciales y Entretenimiento del Perú (ACCEP), a quien le consultamos ¿Cómo cerró su sector, en términos económicos, el 2020?

“Aún no tenemos la cifra exacta sobre las pérdidas que han sufrido los centros comerciales, debido a la pandemia, pero estimamos que se ha vendido un 30% menos que en el 2019”, señaló.

Neuhaus remarcó lo importante de que su industria se recupere. “Generamos más de medio millón de empleos y diferentes ingresos al país, como impuestos, que pueden ser utilizados para reforzar las acciones que el Estado hace en la potenciación del sistema sanitario”, explicó, y señaló que los clientes pueden visitar los centros comerciales con la seguridad de que se están tomando todas las medidas necesarias, pero también invocó a la ciudadanía a cumplir estrictamente con las disposiciones y protocolos: usar mascarilla en todo momento, respetar el distanciamiento social y asumir responsablemente el compromiso de luchar para conseguir niveles mínimos de contagio.

¿Cómo les afectará a los centros comerciales la reducción del aforo al 40% y el toque de queda que iniciará a las 9pm (para Lima) y 7pm para otras ciudades?

Estas nuevas medidas que reducen horarios, aforos y días de atención, traerán una mayor concentración de visitantes durante las horas permitidas para recibir al público en los centros comerciales. Por experiencia, en meses anteriores, esto también traerá aglomeraciones en las áreas externas. Creemos que lo mejor es ampliar el horario de atención con la finalidad de evitar la congestión de personas.

En provincias ¿Cuál es el panorama que vislumbran para este año?

Similar al de Lima. Algunas provincias tienen mayores restricciones lo que agrava más estas aglomeraciones y generan informalidad. Al mismo tiempo, muchos locatarios se están viendo fuertemente afectados, esto desacelera la reactivación económica del país.

Por primera vez, una iniciativa plural de organizaciones periodísticas independientes de todo el ámbito nacional unirá esfuerzos para contrarrestar la desinformación que se difunda camino a las elecciones generales para el Congreso y la presidencia del Perú.

La cobertura de la campaña electoral se refuerza ahora con el lanzamiento de la primera iniciativa periodística de verificación colaborativa que expondrá las versiones falsas o imprecisas que circulen en el contexto de los comicios para la presidencia de la República y el Congreso: se trata de Ama Llulla (No Mentirás), una red de medios independientes de todo el país que realizará un esfuerzo inédito para contrarrestar la desinformación en la contienda política que culminará el próximo 11 de abril.

Ama Llulla –iniciativa impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)– producirá verificaciones basadas en criterios y estándares de rigor y precisión unificados para determinar el grado de veracidad de las versiones emitidas por los principales actores de la campaña o los mensajes que se difundan en redes sociales.

Con ese objetivo, los medios participantes se adhieren a un código de principios éticos orientado a ofrecer confianza a la audiencia y que -de acuerdo con experiencias internacionales- contempla la imparcialidad en la selección de personajes y contenido a verificar, transparencia de fuentes, respeto a una metodología estándar y buena fe en la aplicación de una política de correcciones.

Este esfuerzo colaborativo se implementará a través de una redacción virtual facilitada por el medio digital OjoPúblico y que cuenta como miembros a los medios IDL-Reporteros, Ideeleradio, Útero.pe, LaMula.pe, El Búho, Sudaca, Convoca, El Filtro y una red de radioemisoras en ocho regiones de la zona andina y amazónica.

A esta iniciativa podrán sumarse medios locales, regionales o nacionales interesados en generar o difundir información confiable para contrarrestar los efectos de la infodemia, es decir, la profusa circulación de versiones engañosas o falsas.

Este proceso colaborativo irá acompañado por una estrategia de capacitación a periodistas, universitarios y participantes del Programa de Juventudes del proyecto de Innovación para la Participación Política Ciudadana del PNUD, en la metodología de verificación, una práctica que en el ámbito internacional se suele fomentar como una vía para estimular el pensamiento crítico y la capacidad argumentativa de estudiantes escolares y universitarios.

A lo largo de la campaña, se realizarán diversos talleres virtuales de factchecking de acceso libre para profesionales y voluntarios de distintas regiones del país.

Ama Llulla también hará un énfasis en la cobertura y difusión de información confiable en las regiones, a través de una red de medios locales que generarán contenido y emitirán versiones resumidas de los chequeos en formato podcast traducidos al menos a dos lenguas originarias, quechua y asháninka. El objetivo es asegurar el derecho de acceder a la información para poblaciones vulnerables a lo largo del país.

Medidas restrictivas, que van desde el 31 de enero hasta el 14 de febrero, tendrán un duro impacto en nuestra economía, aseguran expertos.

El presidente Francisco Sagasti anunció anoche que Lima y nueves regiones más tendrán inmovilización social obligatoria total, desde el 31 de enero hasta el 14 de febrero. Esto provocará que negocios como Centros comerciales, galerías y conglomerados. Restaurantes, casinos, gimnasios, cines y súper mercados cierren, reduzcan su aforo o solo funcionen haciendo entregas por delivery. ¿Cómo impactará esta nueva cuarentena en la economía del país?

El economista Jorge Gonzáles Izquierdo, aseguró que los impactos serán drásticos pues la pobreza se elevará y habrá millones en pérdidas económicas. Recordó que un día de cuarentena genera pérdidas diarias de 550 millones de dólares y que durante la primera cuarentena se perdieron 7 millones de empleos.

“Cerramos el 2020 con 30% de pobreza. Con una segunda cuarentena fuerte, iríamos a 32% y la informalidad pasaría a 76%”, dijo el docente de la Universidad del Pacífico. Los más afectados serían las personas que tienen un empleo informal, trabajadores del sector servicios y comercio.

¿Crecimiento con cuarentena?

El pasado 11 de enero, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), estimó que el PBI crecería 10% este 2021. Pero hizo una salvedad. El crecimiento sería si es que no hay una cuarentena.

Uno de los sectores más golpeados durante este nuevo encierro debido al incremento de contagios de COVID-19, será el rubro gastronómico. Al respecto, Blanca Chávez, presidenta de Asociación Peruana de Restaurantes y Afines, señaló han recibido un duro golpe con estas nuevas restricciones.

“¿Por qué tienen que cerrar los restaurantes si no son foco de infección?”, se preguntó. “Una gran cantidad de empleados se quedarán sin empleo por quince días. ¡Si es que serán quince días!”; dijo. Y añadió: “Trabajaremos haciendo delivery, pero la mayoría de nuestras ventas son en el mismo local. Que nos bajen el aforo, ¡bueno! (Pero sin atención en el local) ¿Qué harán los mozos, por ejemplo? No trabajarán. El país no resistirá esa medida”, indicó y pidió al Ejecutivo ayuda a su sector a través de Reactiva Perú.

De similar opinión fue José Luis Silva Martinot, presidente de la Unión de Gremios y Restaurantes del Perú. “Se están tomando medidas extremas”, indicó al recordar que 70 mil restaurantes quebraron durante la primera ola de COVID-19. “Se requiere ahora de un rescate financiero para que las empresas puedan salir adelante”, señaló. Es necesario recordar que antes de la pandemia había 200 mil restaurantes en el Perú, de los cuales, 70 mil quebraron.

Por su parte, Esperanza Tafur, presidenta de MYPES Unidas del Perú recordó que la crisis económica y sanitaria ha golpeado muy fuerte a los pequeños negocios. “Un ejemplo claro son las bodegas que, a pesar de todos los esfuerzos, aún no logran recuperarse, debido a que las ventas disminuyeron durante la pandemia. Tan solo en los primeros meses, bajaron en un 50%”. Insistió que las restricciones del Gobierno impactarán en sus negocios, al cerrar más temprano por el horario de inamovilidad. Añadió que el toque de queda dificultó el abastecimiento de productos y que el miedo al contagio ahuyentó a los clientes. “En el caso de las bodegas, por ejemplo, hacia finales del 2020 solo lograron recuperarse en un 70%”, dijo.

En tanto, Leslie Passalacqua, presidenta del Gremio Retail de la Cámara de Comercio de Lima indicó que, antes del anuncio del presidente Sagasti, el gremio estimaba que las ventas del primer trimestre del año iban a representar un 55% de los alcanzado en el mismo periodo de 2019, pero si solo se les permitiera despachar por delivery, la nueva proyección sería del 40%.

Gamarra – señaló Passalacqua- cerró el 2020 con pérdidas mayores a los 3000 millones de soles, lo que representa una caída del 50% a comparación de lo que factura cada año previo a la pandemia. “La nueva cuarentena nos golpearán aún más”, dijo.

Comercio electrónico, una posibilidad

Uno de los refugios donde los negocios encontrarán un nicho es en el e-commerce. Las ventas antes de la pandemia representaban entre el 2% y el 5%, mientras que en la campaña navideña del 2020 creció al 18%.

Los emprendedores deberán adaptar sus negocios a esta nueva normalidad.

Por Juan Carlos Tafur

La llegada al poder del demócrata Joe Biden y el final del mandato del impresentable Donald Trump, es, sin lugar a dudas, una buena noticia geopolítica global. Trump, contrariamente al espíritu republicano que lo cobijó, hizo del cierre de fronteras, la antiglobalización y el proteccionismo comercial sus banderas. Fue un antiliberal, en el sentido clásico del término.

Por supuesto, no se le puede extender un cheque en blanco político a Biden. Normalmente, a América Latina le ha ido peor cuando ha habido gobiernos demócratas en la Casa Blanca. Y en materia bélica internacional, aunque sean los republicanos los que se han ganado fama de halcones, han sido los demócratas los guerreristas y conflictivos.

En lo que concierne al Perú, hay tres temas claves en agenda: la continuidad de la apertura comercial, que contra lo que pronosticaban los agoreros del pesimismo de la izquierda local, claramente ha beneficiado más al Perú que a los Estados Unidos; la flexibilización de la política migratoria para con los peruanos ilegales en la potencia del Norte. Es hora de que en Washington se entienda, primero, que el flujo migratorio es indetenible y, segundo, que les conviene que los millones de ilegales se formalicen y tributen; y la política antidrogas, que en vista de que parece aún utópico lograr una despenalización mundial -la única forma de acabar con el narcotráfico-, al menos es esperable que EEUU colabore con nuestro país en la detección de operaciones de lavado de dinero, aportando tecnología financiera capaz de detectarlas.

En lo que se refiere a la región, claramente los casos de Cuba y Venezuela atraerán la atención de la diplomacia norteamericana, pero los países de la región deberían tener algo que decir al respecto. Y en ese sentido, si bien no se ve claridad democrática en el horizonte de ambos países, lo que sí está demostrado es que el bloqueo económico total o relativo que la administración Trump acentuó, lejos de ayudar a erradicar a las dictaduras que asolan ambos países han terminado por reforzarlas. Con el bloqueo no se castiga a los dictadores -quienes gozan de dineros corruptos- sino al pueblo ya sufriente.

A pesar de su crisis sistémica, los Estados Unidos siguen siendo la primera potencia mundial, muy arriba de China o Europa. Si al capitalismo democrático le va bien allí, su capacidad de irradiación nos favorecerá. Por eso hay que estar atentos a lo que sucede en el epicentro económico y político del planeta.

El candidato del partido por el que postula [Hernando de Soto] tiene un discurso muy marcado sobre la titulación y, por ende, sobre la informalidad. ¿Qué puede hacer usted desde el Congreso por la formalización?

Desde el Legislativo podemos contribuir en hacer nuestra regulación más simple y menos cargada. Tenemos en el Perú un problema de hiperregulación muy grave. Más de medio millón de normas vigentes.

Es una agenda que tenía el expresidente del Congreso Pedro Olaechea, de quien usted fue asesora, ¿correcto?

Así es. Hay muchísimas leyes que han sido derogadas tácitamente por otras, pero siguen vigentes porque una ley tiene que ser derogada expresamente. Por eso, una de mis propuestas es plantear un 2×1 regulatorio: por cada nueva regulación o trámite que se emita, que se haga una revisión de las regulaciones que ya están vigentes, ver cuál ha sido su impacto, si han servido para algo, para nada, y obligarnos a eliminar dos. Tenemos que hacer un esfuerzo por racionalizar la regulación y simplificarla. Eso genera predictibilidad para los peruanos.

¿Me puede dar tres ejemplos de normas que usted eliminaría inmediatamente porque le parecen inútiles?

¿Normas que yo eliminaría inmediatamente? Bueno, creo que muchísimos de los trámites frente al Estado te exigen llevar una copia de tu DNI. ¿Por qué tendrías que llevar una copia de tu DNI si una agencia pública debería tener toda la información ya sistematizada? [Nota de edición: las entidades de la administración pública ya están prohibidas de pedir una copia del DNI desde el 2016. Lo dice expresamente el artículo 5 del DL 1246, firmado por Fernando Zavala]. Luego, cuando ocurrió la tragedia en las Galerías Nicolini, desde el Congreso se sacó una ley que indicaba que las licencias de Defensa Civil ya no iban a ser a plazo indeterminado sino que se tenían que renovar cada dos años. Esa renovación es carísima, cada vez hay nuevos requisitos. Lo que tenemos que hacer ahí es trasladar ese costo al Estado, no al privado. El Estado tiene que cumplir su rol fiscalizador.

Dado que el Estado ineficiente no está en capacidad de darle una fiscalización apropiada y continua a estos locales para que la gente no se incendie viva, ¿no vale la pena que un privado asuma ese costo para evitar tragedias?

El problema es que las Galerías Nicolini ni siquiera eran informales, sino criminales. Ellos no estaban cumpliendo con la ley. Lo que estamos haciendo con regulaciones de ese tipo es castigar a todas las personas que sí cumplen con la ley.

¿Todas las empresas formales cumplen con la ley?

Si uno quiere obtener una licencia de funcionamiento de Defensa Civil, tiene que cumplir con la ley. Las personas que van a sufrir el costo de renovar esta licencia cada dos años son las que cumplen con la ley.

¿No hay privados que incumplen la normativa de Defensa Civil e igual obtienen sus licencias? ¿No hay corrupción en el sector privado?

Por supuesto que sí. Así como hay funcionarios públicos corruptos, también hay empresas y ciudadanos corruptos. Pero no podemos hacer una generalización y que todo el mundo pague el precio de eso. Porque alguien cometió un delito, estamos imponiendo una carga muy costosa encima de todas las personas. No todas incumplen la ley. Y sí, tenemos un Estado muy ineficiente, pero lo que tenemos que hacer es trabajar para hacerlo más eficiente. No resignarnos a que sea ineficiente y que cada vez sea más costoso hacer empresa.

¿Hacer al Estado más eficiente implica hacerlo más chico?

En algunos casos sí. Cuando el Estado es muy grande, tiene muchas dependencias, genera cada vez más regulación y hay más requisitos por cumplir a la hora de tomar una decisión muy simple. Eso lo hemos visto de manera muy clara durante la pandemia. Cosas tan simples como comprar mascarillas han tomado muchísimo tiempo. La vacuna tampoco la hemos comprado a tiempo. Todo eso va en relación al tamaño del Estado y a la cantidad de peajes que el Estado mismo se va creando para poder tomar decisiones.

¿Un Estado que no llega a la gente con servicios completos no es la receta perfecta para la informalidad? 

Exactamente, esa es una de las grandes causas de la informalidad. No solamente se trata de que sea muy costoso ser formal. Muchas veces se cree que ese es el único problema, y no: el problema está, primero, en el costo de la formalidad; pero segundo en que ser formal no nos trae ningún beneficio, porque el Estado no logra darle a los ciudadanos servicios públicos de calidad. En tercer lugar, también hay un tema de desconfianza: la informalidad encuentra también un factor de mucha desconfianza hacia el Estado

¿Y cómo puede dar servicios de calidad a la ciudadanía un Estado más chico, que se sale de los sectores en los que debe proveer esos servicios [por ejemplo, de la salud]? 

Es perfectamente posible tener un Estado más chico, pero mucho más eficiente y que sí logra dar servicios básicos de calidad. Lo importante es que sea eficiente y que dé resultados, más que el tamaño que tenga. Si simplificamos el sistema de compras estatales, por ejemplo, podríamos lograr mucha más eficiencia.

Entiendo que en el eje económico se sitúa a la derecha. ¿Dónde se sitúa en el eje liberal-conservador?

Tengo algunas posturas más liberales, algunas más conservadoras.

¿Está a favor de la legalización del aborto, por lo menos en casos de violación?

Estoy en contra del aborto. Considero que el concebido es una persona. Desde que existe el cuerpo humano, existe una persona. No son categorías separables. En el caso de las violaciones tengo una postura también pro-vida. Al tenerla no quiero decir que las mujeres que han sido violadas no están atravesando por una situación sumamente difícil. No me puedo imaginar lo que debe ser pasar por una situación así, es una tragedia, pero los esfuerzos deberían estar enfocados en atender a estas mujeres desde el Ministerio de la Mujer, darles toda la asistencia psicológica y económica que sea posible. Permitir el aborto en casos de violación implicaría decir que la vida humana solo tiene valor en función a si es deseada o no, y eso para mí es moralmente inadmisible.

¿Si una amiga cercana le dijera que está embarazada, la apoyaría en esa decisión y la acompañaría a abortar?

La verdad es que trataría de convencerla de que no. Yo considero que lo que lleva dentro de su vientre es una persona y no es correcto. Pero si decidiese hacerlo de todas formas, no me pondría en posición de juzgarla ni condenarla. Es una decisión que ella ha tomado y, por más que esté en desacuerdo, no soy nadie para ponerme en una posición de superioridad moral por encima de ella.

¿Y si le dijera que no tiene cómo mantener al futuro hijo?

Sí eso es un problema. Hay muchísimas madres que tienen a sus hijos sin tener los medios para mantenerlos, pero igual logran sacarlos adelante. Desde mi punto de vista, terminar con una vida porque uno piensa que no va a ser buena implica dejar en nuestras manos la decisión de cuál vida vale la pena ser vivida y cuál no. Definitivamente es un dilema bastante complicado, no es que lo quiera pasar por agua tibia. Pero considero que toda vida vale la pena ser vivida.

¿Y qué opina sobre el matrimonio igualitario?

Estoy a favor de la unión civil. Las parejas del mismo sexo enfrentan muchísimas limitaciones legales para sacar adelante su proyecto de vida y la unión civil es la vía más adecuada para solucionar este problema. Es la figura alrededor de la cual hay más consenso.

¿Le parece que el matrimonio es una institución únicamente religiosa?

Es un tema bastante complejo. Inicialmente sí, era una institución religiosa que fue incorporada a la vida civil. Hay personas que señalan que, al ser una institución religiosa, el matrimonio debería ser sacado del Código Civil y que debería haber allí una figura única para todo el mundo. No me opongo a una cosa así.

¿Se considera una persona religiosa?

No soy particularmente religiosa y no practico el catolicismo. He sido criada en una casa católica, creo en dios y trato de vivir mi vida dentro de los valores católicos, pero no me considero una persona particularmente religiosa.

¿Está a favor de la legalización de la marihuana?

Sí, estoy a favor de la legalización de la marihuana para el uso medicinal. Me inclino también por la legalización de la marihuana para uso recreacional. Creo que no hay ningún fundamento lo suficientemente fuerte para permitir que el alcohol y el tabaco, que también son dañinos para la salud, sean legales pero la marihuana no. Si las personas adultas quieren consumirla, deberían estar en la libertad de hacerlo.

¿Fuma o ha fumado marihuana?

Sí la he probado, pero no soy una consumidora de marihuana de toda la vida como Daniel Olivares.

Se acaba de pronunciar en contra de que la Sunat acceda a la información financiera de ciertos individuos con más de S/10 mil en sus cuentas. ¿Por qué?

Porque tenemos derecho al secreto bancario y hay cierta información a la cual el Estado no puede acceder salvo que tenga una orden judicial o alguna comisión investigadora del Congreso así lo ordene. El Estado no puede pasar por encima de derechos que están garantizados por la Constitución para facilitar su tarea de fiscalización. Esa es información que el Estado no tiene por qué conocer y es muy sensible. Este tipo de políticas, por más que son prácticas de la OCDE, no dejan sin efecto nuestra Constitución ni nuestros derechos fundamentales.

¿El secreto bancario no puede ser afectado [sin vulnerar la esfera íntima de la persona, dado que no se accede a detalles de consumo] frente a la necesidad pública de conocer esquemas de lavado de activos o evitar la evasión tributaria? Ocurre con el ITF.

No, yo creo que los derechos fundamentales no pueden ser atropellados para fiscalizar de mejor manera. Mejor dejemos que la Policía entre de manera sistemática a nuestras casas para revisar si nos hemos robado algo porque hay ladrones.

¿Pero hay gradualidad en las medidas, no? Ese ejemplo es extremo y, por ende, distinto. 

Hagamos la analogía: hay ladrones, hay organizaciones criminales, pero eso no justifica que la Policía tenga carta blanca para revisar las casas de todas las personas. Esa es la figura que se está viendo con la Sunat.

Es común en países desarrollados que el ente recaudador pueda acceder a cierta información para evitar delitos tributarios. 

Sí, pero son países que deben tener marcos regulatorios distintos. No creo que en esos países el secreto bancario solo pueda ser levantado por orden judicial. Además, son países donde la mayor parte de la economía es formal y está bancarizada. En el Perú tenemos una incipiente bancarización, solo el 10% de la población paga Impuesto a la Renta. Este tipo de políticas no guardan relación con la realidad nacional.

¿Usted calza en el grupo de personas a las que llegaría la supervisión de la Sunat?

Sí, claro. Pero no es una oposición porque me afecte a mí, sino que todos los peruanos tenemos derecho a la reserva de nuestra información bancaria.

¿Qué opina de las cuotas en política?

Me parece que no tienen mucho impacto en la calidad de nuestros políticos. En política lo que prima es la afinidad ideológica que tiene la ciudadanía con las personas que postulan a algún cargo público. Un Congreso no va a ser mejor o peor por tener más o menos mujeres, ni más o menos hombres. Un político es bueno o malo independientemente del género que tenga.

¿No existe una estructura social que hace que las mujeres tengan más difícil llegar a puestos de representación o de dirección?

Sí, las mujeres definitivamente no participan tanto en política. Sin embargo, no podría decirte si eso se debe a que hay más impedimentos para las mujeres para acceder a la política. Trasladándose al sector privado, las mujeres están cada día más insertadas en el mundo laboral y acceden a cargos directivos. Sí creo que las mujeres enfrentan más dificultades que los hombres, que hay mucho machismo, pero no creo que sea el único factor. También puede haber un tema de inclinaciones o preferencias.

¿Cree que las mujeres, en mayoría, son ‘menos políticas’ que los hombres?

Lo que observo, por lo general, es que hay más hombres interesados en política que mujeres. Eso es un factor que puede influir en que haya menor presencia de mujeres en política. Con eso no quiero decir que no haya un problema de machismo y que no existan más limitaciones para las mujeres. Hay distintos factores que influyen en esta problemática.

¿Y las cuotas para poblaciones originarias?

No, porque somos una [sola] nación. Empezar a crear circunscripciones especiales en función a grupos identitarios tiene como consecuencia dividirnos y eso no es deseable para el país. Creo que nosotros tenemos que considerarnos una nación. Somos todos peruanos y no deberíamos estar creando circunscripciones especiales en función a nuestras diferencias.

¿Somos un país de iguales?

Yo creo que no. En el sentido legal lamentablemente no somos un país de iguales. Tenemos más del 70% de la economía operando en la informalidad. Debemos apuntar a que todos seamos iguales ante la ley, y que todos tengamos cada vez más acceso a oportunidades.

En entrevista con El Comercio dijo que comparte gran parte de las frustraciones de los millones de peruanos que salieron a marchar en noviembre. ¿Pensó en salir a marchar?

Lo que señalé es que comparto muchas de las frustraciones de los jóvenes que salieron a marchar, porque también estoy muy decepcionada de nuestra clase política. Han debilitado nuestras instituciones porque las están entendiendo como meros instrumentos para concentrar poder y no como límites al poder político, que para eso existen. En ese sentido, considero que es legítimo que ellos hayan marchado. Sin embargo, ante la pregunta de si la vacancia de Martín Vizcarra era un golpe de Estado, considero que no. Fue una vacancia inoportuna, pero que estaba dentro del marco constitucional.

¿Hubiera votado a favor, en contra, o en abstención en la última votación de vacancia contra Martín Vizcarra?

La verdad que, viendo todo lo que ocurrió, hubiera votado en contra.

Esta tendencia debe verse como un incentivo para la innovación y la capacidad de adaptación de la empresa

Por Samanta Alva

En los últimos años el concepto de sostenibilidad ha ido posicionándose en el mindset de las empresas con mayor prioridad. El informe de IPSOS, “El imperativo de la sostenibilidad”, revela que el 39% de los consumidores considera que las empresas son responsables de asegurar que sus productos sean social y ambientalmente sostenibles, mientras que el 26% cree que los gobiernos deberían encargarse de ello.

Nos encontramos entonces ante un contexto en que pese a la pandemia mundial, recesión económica y malestar social, la sostenibilidad sigue siendo una prioridad y las empresas deben alinearse a ella. Pero ¿qué significa que una empresa sea sostenible? Para la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas, una empresa con un desarrollo sostenible es aquella que responde a las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de que las futuras generaciones puedan responder a sus propias necesidades. Es decir, una empresa que presenta un crecimiento económico ético, que minimice el impacto ambiental y respete la comunidad.

La guía para la sostenibilidad corporativa del programa Global Compact de la ONU afirma que una empresa debe asegurar cinco aspectos para ser sostenible:

  • Actuar de manera responsable, conforme a los principios universales.
  • Dinamizar acciones que apoyen a la sociedad.
  • Comprometerse con la sostenibilidad de los cimientos de una empresa al nivel más elevado.
  • Alentar una implicación con las comunidades locales de las que forma parte.
  • Publicar informes anuales de tus logros y esfuerzos.

Tipos de sostenibilidad

Existen diversas formas en que las empresas pueden comprometerse con la sostenibilidad:

Sostenibilidad económica: Referente al crecimiento económico que sostiene a una empresa, con respeto por los recursos naturales, reducción de la huella ecológica de sus productos y riqueza distribuida de forma equitativa.

Sostenibilidad ambiental: Reducción de impactos ambientales negativos, para implementar progresivamente impactos positivos. Replantear el ciclo de vida del producto, interiorizando las buenas prácticas a todos los niveles de la estructura interna de la empresa.

Sostenibilidad social: La relación que la empresa debe fomentar en la dimensión humana. Las empresas influyen en lo que sucede a los empleados, a los trabajadores de la cadena de valor, clientes y comunidades locales. Por ello es importante gestionar estos impactos de manera proactiva.

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