De acuerdo a Enrique Rodríguez, socio director de Investa, uno de los errores más grandes de los emprendedores al momento de contratar un especialista contable es pensar que solamente lo necesita para calcular el pago de los impuestos.

Por María Claudia Medina

En un intento por organizar mejor las finanzas de su negocio, los emprendedores suelen contratar a algún especialista contable o tercerizan la contabilidad para evitarse los problemas tributarios. Sin embargo, Enrique Rodríguez, socio director de Investa, precisa que esta es solo una de las funciones que pueden realizar los contadores. El principal beneficio de la parte financiera y contable es dar señales oportunas sobre algún cambio en el negocio.

“Si el conductor de un automóvil no sabe leer la velocidad o el control de cambios, puede irse al precipicio. El kilometraje o la velocidad son todas herramientas para llegar al destino. La misma función cumple la contabilidad y la idea es que el emprendedor pueda ir revisándolas y si ve algún error, pueda corregir el rumbo”, explica.

Por lo general, las empresas pequeñas y medianas tercerizan este servicio, pero Rodríguez aconseja no quedarse solo con el pago de impuestos y pedirle al especialista que explique con claridad los estados financieros. En su opinión, los principales aspectos a conocer de la parte contable son los siguientes:

El capital de trabajo. Es la cantidad de dinero que se necesitará para asumir el tiempo en que el negocio podría estar sin ventas. Por ejemplo, se emplea cuando se concretan las ventas, pero el cliente lo paga a consignación muchos días después. “Si te quedas sin capital de trabajo, el emprendimiento se cae. Cuando se inicia un negocio, se debe contar con un capital de trabajo de seis meses por lo menos, que es el peor escenario”, asegura.

El flujo de caja. Es una herramienta sencilla para saber cuánto de ingresos se tiene en efectivo y cuánto está quedando en las cuentas. Eso genera un saldo mensual. “Uno de los problemas que tenemos a veces es no tener un flujo de caja proyectado. Eso me va a permitir saber qué problemas tendré en el futuro y tomar decisiones para corregir”, precisa.

Los resultados. Cuando se habla de resultados, el emprendedor piensa –por lo general- solamente en las utilidades o las pérdidas, pero hay otros indicadores importantes para medir el rendimiento como los márgenes. “Se debe ver, por ejemplo, cuánto se está invirtiendo y cuál es el margen. Normalmente, sí lo observan, pero no lo relacionan con el estado financiero”, advierte.

Tiempo para revisar. La elaboración de la contabilidad se puede tercerizar, pero siempre se debe separar tiempo para revisar los números y si no puede interpretarlos bien, capacitarse. “Hay que ver los números de la empresa de manera recurrente”, agrega.

Dos libros de reciente aparición nos recuerdan que en el Perú la crítica de cine tiene una tradición interesante y, aunque sus hitos puedan parecer o sean dispersos –e incluso discontinuos–, en actividades como la investigación y el rescate es cuando se cosechan los mejores frutos. Mónica Delgado, gracias a una paciente y ardua lectura, nos devuelve a una pionera de la crítica cinematográfica en el Perú: María Wiesse (1894-1964), quien, con todas sus contradicciones, supo discutir asuntos vinculados a la especificidad estética del cine, la autonomía de su lenguaje y su valor como herramienta pedagógica.

Que su perspectiva en relación con el género fuera más bien singular (ella, recuerda Delgado, defendía la idea de un feminismo enmarcado en las “ciencias domésticas” y vinculado sobre todo a la labor educadora) no le impidió incorporarse a Amauta, la gran revista de Mariátegui, faro de la vanguardia regional.

Resulta igualmente interesante que para Wiesse la actividad crítica adquiriera un perfil profesional, que pensara en una escritura dirigida especialmente al público femenino y que su examen de la cinematografía no se limitara únicamente a la tensión entre el arte y el entretenimiento.

El libro, pulcramente editado, incluye un apéndice con la reproducción facsimilar de algunos textos de Wiesse en Amauta. De allí extraigo esta cita: “El film bien realizado ha de tener argumento propio. Así lo comprenden Abel Gance, Griffith, Ince, Fritz Lang (¿cuándo veremos su “Metrópolis” en Lima?) y Chaplin, que escribe y dirige sus películas. El argumento propio puede desarrollarse con libertad, además es cinematográfico; la novela y la pieza teatral tienen forzosamente que restar amplitud y vigor a un film” (p.173).

Por otro lado, Emilio Bustamante ha seleccionado meticulosamente los escritos que Armando Robles Godoy (1923-2010) dedicara al cine entre los años 1961 y 1963, tanto en el diario La Prensa como en el suplemento 7 Días del Perú y del Mundo. El volumen lleva como título La batalla por el buen cine, y refleja fielmente lo que el cine significó para uno de nuestros cineastas más representativos: una forma de arte por sobre todas las cosas.

Recordemos que películas de Robles Godoy como En la selva no hay estrellas (1967), La muralla verde(1970) y Espejismo (1972) obtuvieron reconocimientos internacionales, que en ellas se puede reconocer el lenguaje original, audaz y sugerente de un innovador; recordemos también que Robles Godoy fue fundador de una escuela de cine, la primera en su género en nuestro país, que fue un entusiasta de los cine-clubes y un promotor de leyes que favorecieran la actividad cinematográfica.

Bustamante, en el estudio que antecede a los textos del cineasta, ensaya un esbozo histórico de la crítica cinematográfica en el Perú (donde aparece en sus inicios María Wiesse) y en ese horizonte ubica a Robles Godoy como uno de los fundadores de la etapa moderna de esta actividad, marcada por la influencia de Cahiers du Cinéma, la influyente revista francesa fundada en 1951. Señala Bustamante que Robles Godoy ofrece “una visión muy coherente del cine como arte y lenguaje” y representa el “paso de una crítica impresionista centrada en el tema y el argumento a otra que busca afirmarse en el lenguaje, la técnica, el estilo y el autor” (p.39). Basta revisar la lista de filmes comentados por Robles Godoy para dar cuerpo a la idea de distinguir, como decía él en sus propias palabras, “el cine y lo demás” (p.265).

María Wiesse y Armando Robles Godoy, dos pioneros dialogando en sus textos, en su visión del cine, en su defensa apasionada de un arte mayor.

Mónica Delgado: María Wiesse en Amauta. Los orígenes de la crítica cinematográfica en el Perú. Lima: Editorial Gafas Moradas, 2020.

Armando Robles Godoy. La batalla por el buen cine. Textos críticos 1961-1963. Selección e introducción de Emilio Bustamante. Lima: Fondo Editorial de la Universidad de Lima, 2020.

Experto recomienda no ceder rápido porque nadie valora lo que no le cuesta. Añade que las condiciones económicas se negocian al final.

Los emprendedores, los empresarios y las personas dedicadas a la venta están siempre negociando con potenciales clientes o distribuidores, y pueden salir frustrados si es que los resultados no se dan como ellos lo esperan. Por tanto, es necesario prepararse para negociar de una manera exitosa, recordando que: tan importante como saber qué se va a ofrecer y qué se quiere obtener, es saber con quién se va a negociar, ya que las necesidades y motivaciones varían según los interlocutores.

Ante esto, Alfredo Torero, docente del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CIDE-PUCP), brinda tres consejos que se deben considerar a la hora de negociar.

1. Conoce las necesidades de tu cliente:  Recuerda que cada persona es diferente, por tanto sus necesidades y sus motivaciones también son distintas; por ello, no se puede desarrollar la misma estrategia negociadora con todos. A cada uno se le tiene que brindar una oferta de beneficios diferenciada, que logre satisfacerlo. Muchas veces, lo primero que suelen hacer los negociadores cuando recién se inician, en su afán de llegar rápido a un acuerdo, es hacer un pacto de corte económico, ofreciendo descuentos, promociones, etc. Sin embargo, el precio en la mayoría de los casos es lo que menos le interesa al cliente y una concesión en este ámbito no asegura una negociación exitosa.

2. Las condiciones económicas se negocian al final: Al iniciar una negociación el Ejecutivo Comercial debe argumentar y ofrecer primero los beneficios que el producto y/o servicio le interesan al cliente (independientemente del precio); asimismo, debe abordar los beneficios que ofrece la empresa o la marca como tal, la asesoría que le puede brindar al ejecutivo, el servicio post-venta, entre muchos otros aspectos. Una vez señalados los beneficios que satisfacen las motivaciones de esa persona, recién entonces se puede tocar –de ser necesario– el tema del precio porque ya se habrán desarrollado un cúmulo de argumentos que permitan defender la cantidad solicitada. Pero si este punto se negocia al inicio, el ejecutivo comercial no tendrá ningún argumento práctico para justificarlo, ni podrá diferenciar su oferta de la competencia y, entonces, el comprador puede inclinarse por otra opción con un precio más bajo.

3. No ceda rápido: Muchas veces por querer cerrar la venta, los ejecutivos comerciales ceden rápidamente ante una solicitud manifestada por el cliente y que está dentro de las posibilidades contempladas en la negociación. Por ejemplo, si la persona solicita un mayor plazo de pago, o una fecha de entrega más cercana o un pequeño descuento, el ejecutivo se lo concede rápidamente porque está dentro de sus facultades y quiere cerrar ¡YA!. Sin embargo existe una afirmación en la negociación: “Nadie valora lo que no le cuesta”; recuerda que mientras más rápido ceda el vendedor menor valor le asignará el cliente a la concesión obtenida y seguirá pidiendo cada vez más beneficios. Por ese motivo, cuando el potencial comprador le solicite un “plus”, demórense en darlo, aún a sabiendas que lo puede brindar. Que la persona sienta que la empresa verdaderamente valora la concesión que está realizando, así el cliente también sabrá valorarla.

Recuerda tomar en cuenta las tres recomendaciones dadas para que puedas realizar una negociación estratégica en la que puedas salir beneficiado tú y la otra parte.

Muchas veces, los emprendedores se encuentran en la disyuntiva de dejar su empleo para iniciar el sueño del negocio propio. Pero ¿Es necesario dejar todo para ir por la meta del propio emprendimiento?

El sueño del negocio propio, la creación de una empresa emergente, la idea de emprender, pasan por la cabeza de muchos peruanos. Según una encuesta de Activa Perú, el 35,9% de peruanos consultados, tenían en mente iniciar un emprendimiento. Esto ante la falta de empleo e ingresos provocados por la llegada de la pandemia.

Sin embargo, dejar el trabajo en oficina para iniciar el negocio propio no siempre es una opción, sobre todo en tiempos de pandemia, donde el trabajo formal permite sostener los gastos del hogar y puede ofrecerte cierta tranquilidad económica. Salvo que el emprendimiento nazca de la necesidad ante la falta de empleo, y la creatividad aparezca para enfrentar una situación crítica.

Suponiendo que estamos en el primer caso, debemos preguntarnos ¿Debo renunciar a mi empleo para dedicarme al 100% a mi idea de negocio? Para la coaching Grace Bluerock, en Entrepreneur, el mantener tu motivación durante el paso de empleado a emprendedor es crucial. ¿Cómo hacer para continuar con tu emprendimiento sin dejar tu trabajo formal?

Sé muy claro en tus razones para empezar un negocio. Preguntarte ¿Por qué renunciar? Tal vez necesitas ser tu propio jefe, independencia financiera, libertad de horarios, expresión creativa, estar en casa con tus hijos o ayudar más al prójimo. Cualquiera que sea tu razón, saber qué te motiva e impulsa es lo que te mantendrá enfocado y comprometido con tu sueño cuando las cosas se compliquen.

Comprométete con tu sueño. Todas las mañanas lee en voz alta tu visión, enfocándote en el resultado final: un negocio floreciente propio. Al enfocarte en esta meta, podrás hacer elecciones diarias que te acerquen a tu objetivo.

Únete a una comunidad de apoyo. Estos grupos de emprendedores se comunican con frecuencia para compartir anécdotas, consejos y herramientas. Son maravillosos para mantener el enfoque y permanecer motivado. Una buena forma de encontrar una comunidad cercana a es a través de LinkedIn y Meetup. Y si no conoces alguna, ¿por qué no crear una propia en Facebook?

Aprende todo lo que puedas. Investigar y estudiar todo lo que puedas es muy importante para tu negocio. El internet ofrece una variedad incalculable de fuentes de información para formar un negocio propio. Toma cursos, contrata un coach o encuentra un mentor. Escucha podcasts y audiolibros cuando vayas a la oficina. Cuanto más aprendas y te conviertas en un experto en tu área, más seguro de ti mismo y motivado estarás.

No odies tu trabajo. Todos los días date la tarea de apreciar algo de tu empleo. Tal vez disfrutas a tus colegas o tener vacaciones. Tal vez solo sea el café que venden afuera de la oficina. El punto es que debes buscar las cosas buenas de tu trabajo. Entre más te enfoques en el lado positivo de tu situación actual, más éxito tendrás en todas las situaciones, incluyendo a tu negocio.

Los pensamientos negativos “chupan” la energía, dificultando lograr tus sueños.

Fíjate metas diarias. Da pasos pequeños y medibles todos los días para impulsar tu negocio, entendiendo que habrá días en los que sentirás que no estás haciendo progresos. Mucho del trabajo al principio será tedioso, pero es parte de la base de tu negocio. Al dar “pasitos” diarios – que incluyen las acciones mundanas – empezarás a ver resultados. Con cada progreso que des, por muy leve que sea, aumentará tu confianza y determinación.

Al incluir estas acciones en tu agenda diaria mientras tienes un trabajo de oficina, permanecerás comprometido con tu negocio propio. Y hará que el tiempo que pases siendo empleado pase más rápido.

Cuántas veces nos hemos topado con esa respuesta. ¿Es beneficiosa o espanta a los clientes?. Si bien esta estrategia genera mayor interacción , muchas veces produce incomodidad en potenciales compradores.

Por Samanta Alva

Se estima que 6.6 millones de personas son compradoras en línea, según el último reporte al respecto de Ipsos. Esto representa al 44% de la población conectada a Internet. Durante el confinamiento por la pandemia, esta cifra creció: el 73% de personas realizó compras online. Las categorías de productos más requeridos fueron alimentos, moda y equipamiento del hogar.

Si bien los emprendedores han sabido encontrar en este contexto, un momento positivo para las ventas, es importante que dominen sus estrategias para alcanzar a más posibles clientes y fidelizar a los actuales.

“Precio al inbox”

Una de las técnicas de venta en redes sociales más cuestionadas en los últimos años es la de comunicar el precio de los productos mediante “inbox” o mensaje directo. Jorge Marruffo, consultor senior de la Agencia de Marketing Digital SEO Perú S.A.C. explica que cuando no se responde de manera directa las consultas de los potenciales clientes es posible que se cree un efecto adverso, ya que se genera una suerte de desconfianza.

Si bien esta estrategia genera mayor interacción mediante comentarios que solicitan el precio y detalles del producto, muchas veces se genera en los clientes la sensación de que se les está ocultando cierta información.

En caso desees recurrir a esta estrategia, ya sea por cuidar tus precios frente a la competencia o atraer las interacciones a tus publicaciones, procura hacerle saber a tus clientes que esto llevará a un trato personalizado y que se ajuste a sus necesidades. Procura que tu negocio proyecte la transparencia necesaria para que los potenciales clientes puedan confiar y recomendarlo.

Otra herramienta útil es crear una lista de precios para productos o servicios estándar o más requeridos y ponerla a disposición de tus potenciales clientes. Así tendrán una idea de cuán accesibles son tus precios en general y esto puede animarlos a consultar por otros productos en stock. Evita dañar la imagen de tu marca reteniendo o guardando en secreto los precios, y vende tus productos de la manera más eficiente que puedas. Finalmente el objetivo de tu negocio es crecer y generarte rentabilidad.

Más allá de lo económico, el compromiso con la sociedad y los valores éticos son algunos de los factores que le ayudarán a tu negocio a sostenerse en el mercado, respaldado por los consumidores.

No existen fórmulas mágicas para lograr que una empresa pueda trascender en el tiempo. Sin embargo, existen herramientas -que van más allá de lo económico- que ayudan a lograr organizaciones sólidas al representar principios éticos que comprometen a la empresa, a su entorno con la sociedad y a sus colaboradores, como, por ejemplo: todas las empresas deben operar con integridad, responsabilizándose por los derechos humanos, laborales, ambientales y la lucha contra la corrupción, tanto en su propia operación como en la cadena de abastecimiento.

Para David Lao, socio de Lao y consultores, las empresas que logran ser sostenibles en el tiempo, son compañías que ven más allá del riesgo, encontrando valor real en ser pro-activos en todos los temas internos y con sus stakholders. Estas son algunas herramientas que el experto destaca para lograr que una organización trascienda.

Fortalecimiento de la sociedad: Aportar al desarrollo de la sociedad y el país en donde se interrelaciona. Esto se convierte en un factor clave para el éxito y la viabilidad de las compañías, pues no podrían tener un crecimiento sostenible mientras el mundo a su alrededor se deteriora.

Compromiso de la plana superior: El cambio efectivo comienza con el apoyo del gerente y el dueño, así como los líderes de la compañía, enviando mensajes a toda la organización sobre la importancia de la sostenibilidad en sus empresas.

Reportes de progreso: Las empresas deben de hacer públicos sus progresos o cuanto menos transparentar su contabilidad y documentación legal para medir la sostenibilidad, realizando comunicación sobre su progreso y gestión en los temas referentes a la sostenibilidad. Estos por lo general son incluidos dentro del reporte anual de gestión y se convierten en muestra de transparencia con los inversionistas, grupos de interés y sociedad en general.

Acciones locales: Las empresas deben desarrollar sus gestiones de manera local de acuerdo a las legislaciones de cada Estado o ciudad, y trabajar por las prioridades de la sociedad a la que impacta directamente.

Esto denota que, en la medida en que una empresa actúe con ética y moral en lo económico, lo social y lo ambiental, tendrá más posibilidades de perdurar en el tiempo generando valor compartido para los diferentes públicos de interés y mejorando la vida de las personas.

Empresas deben ser inclusivas. De acuerdo con el Banco Mundial (BM), “el desarrollo sostenible reconoce que el crecimiento debe ser inclusivo y al mismo tiempo ambientalmente racional para poder reducir la pobreza y generar prosperidad, tanto para quienes viven en el planeta en el presente como para las futuras generaciones”.

Se trata de un tipo de organización jurídica con un máximo de 20 socios, y la que más crecimiento ha tenido en el último periodo.

Por Samanta Alva

Según el último informe técnico “Demografía empresarial en el Perú” por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), al 30 de septiembre de 2020, más de 78 mil empresas fueron constituidas. Estas son ahora parte del universo de más de 2,7 millones de empresas en el Perú.

Las organizaciones jurídicas que presentaron mayor número de altas fueron las personas naturales (60,3%), seguido de las sociedades anónimas (18,8%). Esta última organización jurídica fue la que presentó mayor variación positiva respecto del periodo similar del año anterior. Es decir, ahora más personas están apostando por constituir sus empresas como sociedad anónima.

¿Qué es una Sociedad Anónima?

Como explica el INEI, se trata de una “sociedad mercantil, con personería jurídica de derecho privado en la cual el capital está representado por acciones y se integra por aportes de los socios, quienes no responden personalmente por las deudas sociales”. Dentro de este tipo de organización jurídica existen dos sociedades:

  1. Sociedad Anónima Abierta: Este tipo de empresa suele tener un solo administrador, una junta directiva y un administrador socioeconómico. El número de socios mínimo es de 2 y máximo de 750.
  2. Sociedad Anónima Cerrada: Esta suele ser adoptada por los pequeños negocios en los que no existirá mayor complejidad en sus órganos administrativos. Este tipo de empresa estará conformada con un mínimo de dos y un máximo de 20 socios. Sus acciones no están inscritas en el Registro Público. Una Sociedad Anónima Cerrada cuenta con un directorio, junta de accionistas, gerencia y sub gerencia.

Constituir una Sociedad Anónima Cerrada

Para empezar con el proceso, lo recomendable es hacer la reserva de registro del nombre de la empresa.  Elegir a los gerentes generales, directores y representantes legales. Declarar explícitamente que si se desea o no contar con una junta directiva. A partir de ello se elabora la minuta de constitución que deberá ser presentada ante un notario.

En la notaría se debe presentar las actas firmadas por todos los fundadores de la empresa y sus identificaciones. Consignar y realizar los aportes, sean en dinero o bienes inmuebles. En el caso de este último aporte, se deberá insertar la escritura pública del bien. La notaría puede redactar el protocolo correspondiente a su escritura pública, con las correspondientes partes notariales que se presentarán ante la SUNARP.

Finalmente se deberá realizar la inscripción en el Registro Único de Contribuyentes. Para ello se presentan los formularios Nº 2054 y 2119, una copia de recibo de agua o teléfono con no más de dos meses de antigüedad. Luego se realiza la legalización de los libros de la empresa, y en caso cuenten con un local comercial, tramitar la licencia municipal de las instalaciones de la empresa.

Lo primero es preguntarse si vale la pena y si me será útil. No te dejes llevar por la emoción y analiza todas las posibilidades. Aquí te contamos qué hacer.

La imagen es la siguiente. Ingresa una llamada a tu celular. Ves el número mientras el teléfono suena una, dos, tres veces. No reconoces el número y dudas al contestar. Lo haces. Respondes. Y a otro lado del auricular, una voz melodiosa, se presenta y te ofrece un producto. Esta vez es un banco con la posibilidad de ampliar tu línea de crédito. Te invitan a tomar la oferta, promoción. Te dicen que es solo por este mes o por única vez. Te hablan de tu buen historial crediticio y los beneficios de tener una tarjeta de crédito con una amplia línea. Pero ¿Debes aceptar?

Antes debes de saber lo siguiente. Para solicitar o aceptar un aumento en la línea de crédito, es importante hacer una evaluación de la situación actual de tus finanzas personales. Si bien el aumento significa un beneficio, también conlleva mayor responsabilidad. Entonces debes preguntarte: ¿Será necesario ampliar mi línea de crédito o es suficiente con el que tengo?,¿Será útil para mis gastos personales o para invertir en mi negocio? ¿Para qué solicitar uno? ¿Vale la pena?

Ante esta situación, el Head Middle Office de Experian Perú, Marcela Pinzon, describe los principales factores a considerar antes de aceptar este aumento.

¿Es necesario? Antes de aceptar un aumento de línea de crédito, piensa si dicho aumento es realmente necesario para ti. Quizás no gastes mucho mes a mes, y por lo tanto no necesites aumentar tu capacidad de endeudamiento en este momento.

Si aumentó tu fuente de ingresos. Si te concedieron un aumento o conseguiste un ingreso adicional, entonces aumentar tu línea de crédito sería una buena idea, ya que contarás con la capacidad de pagar un monto más alto al que vienes pagando actualmente.

Si decides tener una tarjeta de emergencia. También es posible aumentar nuestra línea de crédito sin necesidad de que se utilice dicha tarjeta, ya que podría estar destinada sólo para casos de emergencia. Contar con una línea de crédito amplia no implica que tengamos que utilizar todo el saldo.

Si cancelaste otras tarjetas. Si te diste cuenta que las otras tarjetas que tenías no te convenían y decidiste quedarte con la que te da los mayores beneficios, aceptar el aumento de la línea no es una mala idea, ya que es la única tarjeta que usarás, y todos los pagos serán destinados a ella.

“Se sugiere que una línea se amplíe solo hasta ser 50% mayor al ingreso de una persona; asimismo, se recomienda que sólo se utilice hasta un 50% del límite de crédito. La clave para manejar correctamente un aumento crediticio está en elaborar un flujo de caja que te permita visualizar tus gastos y así poder afrontar mejor tus pagos”, comentó Pinzon.

Aumentar tu línea de crédito es una oportunidad que el sistema financiero ofrece para demostrar que vas por buen camino con tu historial de crédito. Sin embargo, es importante recordar en qué circunstancias específicas sería conveniente aceptar este aumento de línea, y en cuáles quizás no.

Dato:

¿Cuándo otorgan las instituciones financieras la ampliación del crédito?

De acuerdo con la Ley para la transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros, “las Entidades Financieras sólo podrán elevar el límite de crédito; en créditos, préstamos o financiamientos revolventes asociados a una tarjeta, a clientes que tengan un comportamiento de cumplimiento en sus compromisos crediticios. En todo caso la entidad deberá formularle una oferta para elevar el límite de su crédito, préstamo o financiamiento, que deberá ser aceptada expresamente por el cliente en forma verbal, escrita o por medios electrónicos en términos de la legislación aplicable.”

Una duda común entre los emprendedores es cuándo empezar a percibir un ingreso personal. Para Karen Montjoy, coordinadora de la incubadora Innova ESAN, depende mucho de la etapa de la empresa. En las fases más iniciales, lo principal es garantizar las operaciones más críticas.

Por María Claudia Medina

Muchos negocios surgen como una forma de tener una nueva fuente de ingresos, por lo que es común que un emprendedor se pregunte desde cuándo pagarse un sueldo y cómo calcularlo. El momento oportuno, según Karen Montjoy, coordinadora de la incubadora Innova ESAN, surge recién cuando la empresa ha alcanzado un punto de equilibrio, en el que las ventas pueden cubrir los gastos fijos para la operación.

“Todos emprendedores empiezan trabajando sin sueldo porque priorizan al personal crítico de su empresa a costa de su sacrificio. Normalmente, los primeros meses es difícil que un emprendedor pueda tener un sueldo porque su empresa va a estar por debajo del punto de equilibrio. Si estás en pérdida, el emprendedor va a tener que financiar al resto de la operación. Hasta que se logre el nivel de ventas o suscriptores”, comentó.

Por ello, consideró que es más apropiado hacer algunas proyecciones y tener un flujo de caja, lo que marcará el momento en que pueda haber ganancias. Es así que el sueldo se convierte en una variable de un buen desempeño de ventas, y esto aplica para el emprendedor, pero también para los socios y sus expectativas de recibir ganancias.

“Si se tiene un socio inversionista, lo primero que va a pedir es que se cubran los costos fijos, la operación y la gente, y después, si queda algo en las ganancias, eso puede llevárselo el dueño. Hay que tener en cuenta que el dinero que se retira del flujo se deja de invertir en otros servicios como marketing, por ejemplo”, explicó.

Fijar el monto más adecuado

En una gran empresa, el líder además de tener habilidades gerenciales, por defecto, es el que más gana en una compañía. Sin embargo, en un negocio que recién inicia, por más preparación técnica que el emprendedor haya acumulado, el salario obedece puramente a los criterios de rentabilidad que alcance el negocio.

“No se trata de establecer lo que se cotiza en el mercado para los estudios que tengo, no funciona así. Al final del día, hay que proyectar el flujo para ver con cuánto uno puede quedarse y cuánto sacrificar. Subiendo los márgenes, se puede ir llegando a un sueldo de mercado”, detalló.

Para Montjoy, la cifra final va a depender del flujo de caja, tanto de los costos fijos como de las ventas, por lo tanto, el ingreso será variable hasta que se alcance un punto mayor de solidez. Por ejemplo, cuando la empresa tenga definido un estatuto, un ingreso consistente en el tiempo y perfiles de los puestos de trabajo más importantes.

“Si me preguntan, al inicio, es un camino de bastante esfuerzo. Cuando hay ganancias, generalmente se reinvierte como capital de la empresa, pero no se van directo para el bolsillo del emprendedor”, precisó.

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