Querida Manuela,

Tu no sabes lo que son micros, ómnibus, combis, custers; el Metropolitano y tren eléctrico; los colectivos, taxis, taxis por aplicativos, mototaxis, taximotos, bicicletas, scooters. Todos, estimada Manuela, son medios de transporte que tenemos los limeños para desplazarnos por la ciudad de Lima. La de los Reyes, como tú la conocías, que se ha expandido hasta el Callao por el oeste, al norte hasta Ancón, al sur hasta Pachacamac y al este pasando Amancaes hasta Chosica. Es una ciudad inmensa, con más de 13 millones de habitantes.

Puedes creer que no tenemos un sistema de transporte integral que nos lleve de manera cómoda por la ciudad. Somos la capital de la República y nuestros ciudadanos no pueden transitar de manera cómoda, eficiente, segura y limpia. Son grandes negocios que no quieren invertir en mejorar. El transporte es un servicio público, pero aquí lo manejan los privados y por ello vivimos secuestrados por sus gremios. Por cierto, la semana pasada, el ministro del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva Villegas en una reunión con transportistas informales, ofreció la cabeza de las jefas de las instituciones reguladoras y fiscalizadoras que están llevando acabo la reforma del transporte en el país: la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) y la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU). En el primer caso, Patricia Cama fue retirada de su puesto sin previa notificación mediante Resolución Suprema 010-2021-MTC.

Es una practica bastante común que las resoluciones ministeriales o supremas de cese de cargo de alto nivel no sean previamente comunicadas y que uno se entere por El Peruano, que es el diario oficial del país. He sido testigo del hecho de primera mano. Es una pésima práctica, no solo por la falta de consideración hacia el o la alta funcionaria del Estado, sino porque se pierde la continuidad del trabajo y de las metas de avance. Imagínate, cada dos o tres meses cambiar de titulares del sector y sus directores. No hay gestión que pueda soportar eso y peor si se trata de la reforma de un servicio público tan importante como el transporte. Es por este tipo de maltratos y accionares que hace 20 años se trata de reformar la Policía Nacional del Perú y no se logra. El último intento fallido fue hace un años luego de las muerte de Inti Sotelo Camargo y Jack Bryan Pintado en las manifestaciones contra el golpista Manuel Merino. Parece que las prioridades de gestión del Gobierno no somos ni los ciudadanos ni su bienestar.

Estas altas funcionarias forman parte del 47% de los servidores públicos mujeres y, cabe resaltar, que solo cuatro de cada 10 funcionarios o directivos del Estado son mujeres. El Estado es una fuente de trabajo para las mujeres, como te he mencionado previamente en una de mis cartas, pero no tienen puestos de alto nivel en el escalafón público. Los trabajos en los que se desempeñan, sobre todo, son en carreras especiales, como enfermería o docencia inicial o primaria. Estos datos son de marzo de este año publicados por la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir) en el documento La Mujer en el Servicio Civil Peruano 2021. 

Este estudio también resaltó que la mayoría de las mujeres que trabajan en el Estado tiene entre 45 y 65 años de edad ( 42%) y que ha hubo una reducción de la participación de servidoras menores de 44 años. Bueno, Manuela, tu conoces bien el comportamiento masculino en el poder, no es complicado deducir el porqué de esa data. 

El 25 de noviembre es el Día de la No Violencia Hacia la Mujer, falta poco y este tipo de comportamientos califica como violencia. Qué clase de Gobierno tenemos donde los y las altos funcionarios no tienen claro cuál es su rol y no conocen la realidad de la mujer. El 25 de noviembre nos debe llevar a analizar las diferencias y desventajas, así como los retos de las mujeres en la política y en la gestión pública. La Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Anahí Durand, debe informarse y entender que la violencia no es solo física, sino que nace por la desigualdad latente que existe y los paradigmas de género.

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25 de noviembre, gestión pública, mujeres en la política

Continuando con tu preocupación por los niños, niñas y adolescentes peruanos en el bicentenario, quería contarte en esta carta cómo se encuentra la educación hoy en la República. Hace 600 días que los niños, niñas y adolescentes no van al colegio ni los jóvenes a las universidades. La salida fue educar a la distancia mediante el uso de la tecnología y  la conexión de internet.

Como te mencioné en la carta anterior, entiendo tus consultas o preocupaciones por los más pequeños de la República. Tú estuviste con Don José de San Martín cuando llegó a Lima, ayudaste a la causa independista y eras una mujer mestiza educada. Tú sabes lo importante que es saber leer, escribir, conocer sobre historia y filosofía.  Fuiste una mujer educada, una excepción de la época y eso te ayudó o muchísimo para tomar las decisiones políticas, estrategias de guerra y ser persona de confianza de los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar.

En nuestra primera constitución republicana, el libertador plasmó su interés por la educación, universal y democrática – Constitución de 1823. Sé que tú tuviste algo que ver con esta iniciativa. Ahí, como bien recuerdas, el Congreso debía dar  «todo lo necesario para la instrucción pública por medio de planes fijos, e instituciones convenientes a la conservación y progreso de la fuerza intelectual y estímulo de los que se dedicaren a la carrera de las letras»; además establecía que  «la instrucción es una necesidad común, y la República la debe igualmente a todos sus individuos». A partir de ese documento, las normas educativas tomaron una clara orientación democrática al otorgarle al Estado a la responsabilidad de garantizar: «La Instrucción Primaria gratuita a todos los ciudadanos, la de los establecimientos en que se enseñan las ciencias, literatura y artes; la inviolabilidad de las propiedades intelectuales y los establecimientos de piedad y beneficiencia».

El reto de la educación viene dándose hace 200 años y aún no terminamos. La implementación de una educación de calidad para todos y todas aún está lejos de llegar. Con la pandemia y el encierro creo que se ha empeorado a pesar de los derechos de los niños reconocidos en nuestra constitución y el derecho internacional. Tenemos aún un sistema colonial, donde los colegios públicos gratuitos para todos los niños, niñas y adolescentes carecen de servicios públicos adecuados, infraestructura, con un capital docente desgastado por el tiempo y falta de claras políticas de educación. A esto se suma las brechas entre niños y niñas así como las de la zona urbana y rural. No hemos logrado una equidad en los derechos de educación por múltiples excusas como geografía, políticas laborales, género y principalmente carencia de capacidades y compromiso político. Hace más de un año que los niños, niñas y adolescentes no pueden ir a sus colegios debido a la pandemia. Lo irónico, Manuela, es que sí están abiertos los casinos, los teatros, los viajes, cines y los restaurantes. 

Todos los espacios de recreación para los adultos están abiertos., Según Our World in Data, a nivel regional, Sudamérica tiene una tasa promedio de vacunación parcial de 67,09% y el Perú 56.84% que nos deja bastante bien. Entonces, tú me preguntarás, por qué no se permite a los niños, niñas y adolescentes volver a sus clases presenciales y por qué en los primeros 100 días, el actual presidente, siendo maestro de profesión, no ha tenido un plan claro de retorno a clases. Por qué los últimos dos presidentes que hemos tenido durante la pandemia con sus respectivos ministros no han podido invertir en infraestructura, en regular los lineamientos laborales de los maestros en forma presencial ni han supervisado que las regiones y los municipios se involucren en facilitar el regreso presencial al colegio. No tengo las respuestas. Solo se deduce de esta dejadez que la infancia, niñez y adolescencia no son del interés de la sociedad peruana. 

Te comenté que los niños, niñas y adolescentes están estudiando a la distancia y a través de la tecnología. Esta modalidad a la distancia afecta la socialización y pone en especial riesgo a las adolescentes, como bien ha advertido el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables hace unas semanas,  ya que ellas junto con jóvenes mujeres de 12 a 29 años han sido las más afectadas (67%) por situaciones de acoso virtual, como ha informado el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). Esa misma semana el Ministerio de Salud con el apoyo técnico de UNICEF publicaron el documento ‘La salud mental de niñas, niños y adolescentes en el contexto de la covid-19’ donde se establece que durante el primer año de la pandemia, 1 de cada 3 niñas, niños y adolescentes presentaron problemas conductuales o emocionales, lo que da indicios de posibles enfermedades mentales. La exposición al encierro y la tecnología no solo los lleva a riesgos de sufrir violencia sexual, cyber-delito, sino que su salud mental está en juego. Es urgente no solo que se regrese a asistir a las escuelas, sino que el Estado garantice una navegación segura en internet para los niños, niñas y adolescentes, que haya un plan de asistencia segura en las escuelas así como un plan de salud mental.

¿Por qué  no nos interesa tener una sociedad educada? Manuela, no sabría contestarte nuevamente. Solo puedo recordar a mi abuelo Alejandro Bazán Maríñez, su pasión por la enseñanza de la química y física en colegios públicos y privados, y su lucha por no mejorar el sistema. Pensar en el futuro es difícil, pero confío en los profesores(as) como mi abuelo, que dan todo por sus alumnos y más aún en estos tiempos de pandemia y que es por ellos que sobrevive la patria y la República. 

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Clases virtuales, colegiales, Colegios, escuelas, niños y niñas

Querida Manuela,

¿Cómo estás? Quería agradecerte por la respuesta a mis cartas, no esperaba que me contestaras. Entiendo tu preocupación ante la situación de las mujeres y niños en el Perú del bicentenario. Entiendo que te preocupe que seguimos con patrones y taras que arrastramos desde la colonia. Entiendo también tu preocupación por la situación política, de inestabilidad, cosa que nunca imaginó el Libertador para los 200 años de independencia.

Entiendo que este tema te toca profundamente porque a los 14 años tu padre te obligó a casarte con doctor inglés, mucho mayor de edad, que te trajo a Lima y a quien túu no amabas.

Entendamos que el rol de la mujer peruana ha ido cambiando a lo largo de la historia, como te he venido contando, pero aún hay mucho que trabajar.

¿Sabes?, justo llegó tu carta el 11 de octubre, día de la niña. Para contestar a tu pregunta, comparto algunos datos importantes.

  • En los últimos 6 años, 6402 niñas y adolescentes menores de 14 años se convirtieron en “madres”.  En promedio son 4 casos diarios. Ellas tenían derecho a acceder al Protocolo de Actuación Conjunta (Minsa 2016 -2020).
  • La tasa de embarazo adolescente en el Perú (13%) no ha disminuido en los últimos 30 años y el acceso a la salud sexual y reproductiva es la política que más interrupciones ha sufrido entre el 2006 y 2014.
  • En el 2020 se registraron 1.178 nacimientos de madres menores de 18 años de laos cuales 23 fueron en niñas de 10 años (Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo (CNV)).
  • En el 2020 se triplicó el número de niñas menores de 10 años forzadas a ser madres. Datos realmente alarmantes, sobre todo si tenemos en cuenta que un 12,5 % de niñas y mujeres peruanas de 0 a 14 años no cuentan con seguro de salud (CNV).
  • Actualmente hay una deficiente política de salud reproductiva, ya que solo el 77.4 % de mujeres en edad reproductiva (de 15 a 49 años) usan métodos anticonceptivos (INEI 2021).
  • 11 601 niñas, adolescentes y mujeres, fueron reportadas desaparecidas (MIMP – marzo 2020 a febrero 2021).
  • El 14.1% de las mujeres entre 20 y 24 años se casaron o conviven con sus parejas antes de los 18, según la Encuesta Nacional Demografía y de Salud Familiar (ENDES) 2021.

El embarazo adolescente o de niñas no solo deja daños psicológicos, sino que también puede llegar a causar la muerte de la madre. Te comento, que todo embarazo de niñas menores de 14 años será siempre una violación sexual según nuestro Código Penal.

Pese a ello, sin importar la persecución del delito, que como bien sabemos el derecho penal no puede arreglar los problemas sociales, vemos en la data, que cada vez hay más niñas que son obligadas a ser madres tras sufrir violaciones sexuales  ellas son madres- un hecho calificado como tortura por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (Informe del Relator Especial desde el 5 de enero de 2016).

Actualmente, la crisis sanitaria y la indiferencia del Estado han generado que los casos de violación sexual a niñas se mantengan en el país. Por otro lado, nuestro Código Civil – tras otra gran idea de nuestros legisladores en el 2018- los adolescentes entre 14 y 18 años puedan casarse. Forzar a las niñas y/o adolescentes mujeres embrazadas a que se casen o a convivir con los padres de sus hijos es una salida social bastante común que solo lleva a las mujeres a sufrir injusticia y tortura.

El bicentenario nos encuentra en esta situación querida, las mujeres seguimos sin la posibilidad de decidir sobre nuestra sexualidad en este país y sobre nuestro destino. Tú fuiste perseguida y vetada de tus derechos por haber abandonar a un hombre con el que te obligaron a casar. Sabes por lo que pasan muchas niñas y adolescentes forzadas al matrimonios o embarazos no deseados.

Las niñas y adolescentes del bicentenario, que son el futuro de nuestra República. Tú abriste un camino como libertadora del libertador, fuiste olvidada por la historia por ser considerada “una amante”, pero luchaste por una República libre y soberana para todos (as). Nos queda claro que no lo hemos logrado aún.

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adolescentes, código penal, embarazo, violación sexual

Querida Manuela,

Te cuento que nuevamente hubo cambios ministeriales. En solo dos meses, este gobierno en dos meses, ya va por su segundo gabinete ministerial. Lo que me preocupa es que no hemos aprendido que con tanto cambio no vamos a avanzar. Estamos como el perro que se muerde la cola en círculos. 

Tu lucha estaba comprometida en dar un futuro mejor a nuestro continente. Como libertadora del libertador soñaste en un país libre y una república consolidada. Tú conoces bien la volatilidad de la política y del poder.

¿Con tanto cambio,  ¿a dónde crees que vamos como país? El bicentenario no nos llevó a reflexionar. Nosotros, los ciudadanos consideramos importante cambiar de gabinete, así como cambiar a ministros cuando sentimos que las cosas no andan bien. Nos guiamos por las emociones contra un personaje determinado. 

En base a mi experiencia, considero que la situación actual de falta de protección de derechos, de desarrollo social y de inclusión no se debe al modelo económico, se debe a las terribles gestiones por parte del Estado en estos últimos años, en especial en el último quinquenio. Que los colegios no tengan infraestructura adecuada, que los hospitales hayan colapsado y que la violencia hacia la mujer y los grupos vulnerables se incremente es porque no existe una clara propuesta de gestión y no viene por una política económica neoliberal. El Estado ha  estado cambiando tantos gabinetes y presidentes que no hay una visión de gestión, de cumplimiento de metas y de supervisión eficaz y eficiente de la gestión pública.  Como ciudadanos nos hemos enfocado en descartar jefes de Estado y ministros pero no en fiscalizar de manera correcta la ejecución de gasto, así como exigir los perfiles adecuados para los puestos de gobierno y el buen funcionamiento de los servicios públicos.  

Para sustentar lo que te comento, usaré mi experiencia en el último cargo en gestión pública en plena pandemia Covid 19 como directora ejecutiva (junio-noviembre 2020) del Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la violencia hacia la Mujer e Integrantes del Grupo Familiar- Aurora. En esos 6 meses estuve bajo la dirección de cuatro ministras y cinco viceministras. Cada una con una visión y entendimiento de la problemática particular sin tener en consideración necesariamente  el Plan de Gobierno que iba del 2016 al 2021. Un ejemplo es el compromiso de i implementar 225 centros de emergencia mujer (CEM) dentro de comisarías donde solo se logró tener 170  a pesar que se tenían los recursos económicos. El programa ha recibido en el año 2019 el monto de S/. 438,793,450 millones de soles; en el 2020 el monto de S/. 416,984735 millones de soles y en el 2021 tenían proyectado S//. 394,681,992 millones de soles, un 5.3% menos por la pandemia Covid 19. Hemos llegado al bicentenario con recursos, de los cuales donde se asignaron interesantes presupuestos a los programas sociales. 

¿Manuela, ¿en qué fallamos? ¿Por qué ahora en la pandemia las desigualdades e injusticias aparecen? Creo que estamos equivocándonos en la fiscalización. Debemos pedir resultados según los compromisos de gobiernos y no pedir cambios constantes, ya que, no vamos a avanzar. 

La nueva Primera Ministra ayer ante el mandatario juramentó “Por Dios, por este país de mujeres y hombres que todos los días luchan por vivir con dignidad, sin discriminación y que promueven reales cambios, sí juro”. Le deseo lo mejor, que se mantenga por años en el cargo, que ejecute los presupuestos de desarrollo y bienestar social de manera eficiente y que supervise los servicios públicos para que nuestro bicentenario marque una pauta en la Historia del Perú. 

 

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política peruana, Presidente Castillo

Querida Manuela,

Sabes, mis últimas cartas han sido dedicadas a contarte lo mal que vamos en relación a la violencia en contra de las mujeres y me quedé pensando: hace ocho meses que investigamos, junto con mi equipo, la violencia sexual en línea contra los niños, niñas y adolescentes. Los casos de niños y adolescentes varones son sumamente violentos y muy pocos. Desde el año pasado, cuando tuve la oportunidad de trabajar en el Programa Nacional Contra la Violencia Hacia la Mujer e Integrantes del Grupo Familiar (PN Aurora) del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, identificamos la poca data que existe sobre la violencia ejercida contra los niños y adolescentes varones. Estas categorías se pierden ante la gran cantidad de casos de niñas y mujeres adolescentes.

Hace unas semanas, el escritor peruano Mario Vargas Llosa, confesó en una entrevista en la Feria Virtual del Libro de Cajamarca que de niño fue víctima de acoso sexual. Él recuerda que a los 12 años un hermano del colegio La Salle de Arequipa quiso tocar sus genitales. Era pequeño, preadolescente; y mantuvo ese secreto por más de 60 años. Qué extraño que al compartirlo no hubo mayor reflexión al respecto.  

En la entrevista señala: “Les cuento esto porque curiosamente a partir de entonces, yo que había sido un niño muy creyente y que cumplía con comulgar cada primer viernes, me fui desinteresando de la religión. Recuerdo que estando en el colegio La Salle, antes de entrar al Leoncio Prado, haberme dicho: ‘No creo, no creo en nada de esto, no creo ni en las ceremonias religiosas, ni en las misas a las que vamos. Cuando rezo no creo nada en las palabras que digo’”.

Leí La ciudad y los perros cuando estaba en secundaria, una novela impresionante, donde mi profesora de español, la señora Raez, nos llevaba a entender la vida de jóvenes muchachos estudiantes del colegio militar. Sin querer, fue mi primera incursión en estudios de género. Al analizar a los personajes y sus relaciones entramos a lo que hoy, Luis Bonino, define como la masculinidad: “una arbitraria construcción social resultante de la organización patriarcal y de dominio masculino en las relaciones de género (…) compuesta por un conjunto de valores, definiciones, creencias y significados sobre el ser, deber ser y no ser varón, pero sobre todo, de su estatus en relación a las mujeres”. Ya que la novela te lleva a entender las dinámicas dentro de la escuela militar de varones, yo, que estudiaba en un colegio mixto, entendía algunas de las cosas que se narraban.

Actualmente, la violencia basada en género ha comenzado a poner en agenda la educación de los niños y adolescentes varones para que dejen de ser agresores. ¿Pero qué sucede cuando ellos son víctimas? No tenemos cifras claras a nivel nacional, ya que siempre se diluyen con aquellas de las niñas y mujeres adolescentes porque son muy bajos los casos reportados. Considero importante identificar políticas públicas que rompan con las masculinidades, estudiar a detalle los casos de violencia contra los niños y adolescentes varones, ya que en la realidad dudo que la casuística sea tan baja. Los niños y adolescentes varones no denuncian por miedo, ya sea por ser de la comunidad LGTBQ o porque han sido violentados y como buenos machos no deben llorar, ni quejarse, ni pedir ayuda y solos deben superar cualquier obstáculo. No tenemos servicios adecuados para niños y su diversidad para la atención como víctimas de la violencia sexual. Esto solo demuestra nuevamente que la visión patriarcal del Estado nos lleva a invisibilizar a los niños víctimas de violencia en todas sus formas. Deberíamos escandalizarnos y poner el tema en la agenda pública. La frase del “Coronel” en La ciudad y los perros, Manuela, puede hoy resumir la sociedad en la que vivimos: “Pero no olvide tampoco que lo primero que se aprende en el Ejército es a ser hombres. Los hombres fuman, se emborrachan, tiran contra, culean. Los cadetes saben que, si son descubiertos, se les expulsa. Ya han salido varios. Para hacerse hombre hay que correr riesgo, hay que ser audaz. Eso es el Ejército, Gamboa, no solo la disciplina”, Mario Vargas Llosa, libro La ciudad y los perros. Fuente: https://citas.in/obras/la-ciudad-y-los-perros-10168/

 

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Acoso sexual, Mario Vargas, violencia

Querida Manuela,

Estoy recordando que:

52.7% de encuestados está de acuerdo con que las mujeres deben cumplir el rol de madre y esposa después de sus sueños.

33.2% de encuestados está de acuerdo con que las mujeres infieles deben tener alguna forma de castigo por parte de su pareja.

33.1% esta de acuerdo con que una mujer que viste provocativamente busca la acosen

27.7% de encuestados está de acuerdo con que si una mujer le falta el respeto a su esposo o pareja merece castigo.

26.6% de encuestados está de acuerdo con que la mujer esté dispuesta a tener relaciones sexuales cuando el esposo o la pareja desee.

Esta data fue el resultado de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (Enares) 2019 y la leí en un evento que organizamos cuando trabajé como Directora Ejecutiva del Programa Nacional Contra la Violencia Hacia la Mujer e Integrantes del Grupo Familiar- PN Aurora en julio de 2020 . En ese evento estuvo la Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, las viceministras del sector, el Jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática y más de 500 personas vinculadas al mundo de la academia y del Estado. 

¿Te parece conocida esa forma de pensar? Te condenaron por dejar a tu marido, uno al que fuiste forzada a aceptar. Tuviste que vivir sin pensión por el acoso político de los enemigos de Simón Bolivar por haber sido su consejera y pareja. No sé si alguna vez imaginaste el Perú de 2019, pero parece que sigue siendo casi igual al de tu época: mujeres condenadas por “normas” sociales patriarcales.  

¿Para qué se gastaron miles de soles en realizar esta encuesta? ¿Para que sirven estas encuestas? ¿Por qué seguimos pensando de esta manera? ¿Alguien ha tomado esta data en cuenta? ¿Qué acciones concretas se tienen para revertir esta data desde el Ejecutivo, las regiones, las provincias, los distritos? 

Cada cierto tiempo se ocurren escándalos relacionados a congresistas, ministros, viceministros, funcionarios de alto nivel que han tenido un comportamiento basado en este tipo de pensamiento. ¿La solución es llevar un curso? Esto propone la Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerable y no creo que así funcione la cosa. El caudillaje se acabó, hoy el Estado cuenta con documentos de gestión que dan los lineamientos de acción y marcan una etica para procesar este tipo de acciones. Me queda claro que este gabinete no cuenta con esa información. ¿Tú qué dices Manuela? ¿En tu época llevaban cursos los grandes caudilllos para respetarte? ¿Hubiera funcionado? 

Tomo una pausa, sabes, no tengo solución, miro por mi ventana, vivo frente a un parque, y veo cómo niñas y niños del colegio vecino se están tomando sus fotos de graduación. Vestidos color pastel, tules y bordados, deben tener entre seis y ocho años. Las niñas complementan sus galas con flores de tela en el pelo. Los pequeños en ternos azules, camisas blancas y corbatitas color vino tinto haciendo cola para retratarse. Todos igualitos. Todos con mascarillas por la pandemia. Los padres los ven orgullosos y felices mientras ellos posan con soltura. Sus “príncipes y princesas” que terminan el año escolar. Todos iguales, pero todos distintos, con mentes abiertas a cientos de posibilidades. A pesar de la estandarización, existe la oportunidad de diferenciarse si desde temprana edad se les inculca la importancia del enfoque de género. Me pregunto si los dejarán ser ellos. Los veo y pienso, ¿qué futuro les espera?.

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Enfoque de género, INEI, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerable, mujer

Querida Manuela,

¿Cómo vas? Espero que bien. Yo sigo sin muchos ánimos. Esta realidad está cada vez más caótica, entre la pandemia y los políticos, a quienes más les interesa pelearse por dichos que por hechos. He estado pensando mucho en tu vida porque tenemos varias cosas en común. La historiadora Jenny Londoño te describe como «Una luchadora por la constitución de nuestra primera República, una librepensadora que detestaba el fanatismo religioso». Quería reflexionar contigo sobre la libertad.

Tu padre, cuando eras niña, te regaló dos esclavas negras, Jotanás y Nathan, para que siempre te acompañasen. Ellas eran primas y un poco mayores que tú. Vaya si te acompañaron. De niñas jugaban y de adultas te conseguían información por medio de los sirvientes y esclavos de los españoles y/o de los propios independentistas. Ellas murieron después que tu en Paita. Siempre estuvieron contigo, porque eran tuyas. Tus eras su amita Manuelita. Ellas venían del Valle del Juncal, de una hacienda que era un criadero de esclavos.

¿Cómo siendo una creadora de la libertad nunca liberaste a Jotanas y Nathan? Desde los 14 años creíste en la Independencia de América. En la libertad según la Revolución Francesa, entiendo que fuiste producto de tu época. Una época en la que no se cuestionaba que la venta de seres humanos, a quienes se trataba como objetos o cosas. Sabes mejor que yo que durante la Independencia, San Martín decreta la libertad de vientres, es decir que ya nadie nacía esclavo en el Perú, pero no fue sino hasta el 3 de diciembre de 1854 que la esclavitud fue abolida en el Perú por el presidente Ramón Castilla. ¿Se abolió realmente?

El Perú establece en la Constitución de 1993 la libertad como un derecho fundamental. Le pregunto a los legisladores y servidores públicos, ¿qué han hecho para garantizar este derecho a nuestras mujeres, niñas, niños y adolescentes? Así como Jonatas y Nathan hay muchas mujeres que son esclavas de sus maridos, de sus proxenetas, de sus padres, de sus convivientes, de los jueces, policías, fiscales, profesores y a nadie la importa. A diferencia de hace 200 años, existen leyes que protegen a las mujeres y los integrantes del grupo familiar (Ley 30364), políticas y planes nacionales. No se cumplen. ¿Alguien fiscaliza la eficiencia del Estado? ¿A alguien le importa?

Es fácil decir qué hacer, lo difícil es ejecutarlo. Te cuento que participé en la creación de la Ley 28950, Ley Contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes de 2007, que es lo que vendría a ser la esclavitud moderna. Luego fui parte de la preparación del Plan Nacional de Acción contra la Trata de Personas 2016-2021, así como de la ejecución de un mega operativo en la zona de La Pampa (Madre de Dios) en 2014. Conozco el tema y, desde la promulgación de la norma, solo ha habido modificaciones, se han creado oficinas, publicado políticas y planes pero no hay resultados concretos. Acaban de publicar la Política Nacional Contra la Trata de Personas en la que  no se innova en nada.

Ayer, en el evento “Protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes víctimas de la trata de personas”, la jueza suprema Janet Tello reveló que en 2020 solo hubo 394 denuncias policiales registradas por el delito de trata de personas: 342 (73.4%) de los casos tenían como víctimas a mujeres y el 50.6% estaba entre los 18 y 29 años, el 40.9% era menor de 18 años y el 8.5% tenía de 30 años a más. Hace años que las cifras nos muestran que las víctimas son mujeres jóvenes. Si ya tenemos la información, conocemos lo lugares, formas y modalidades. ¿Por qué a nadie la importa?

Sé que tu amabas a tus esclavas, al igual que mucha gente quiere a sus empleadas domésticas en la actualidad, pero creo que debemos de evolucionar y dejar de lado este tipo de relaciones que incluso, sin quererlo, muchas veces se vuelven tóxicas y codependientes. Ya pasaron 200 años y nadie debe ser explotado o ser servil, menos sexualmente.

Te cuento el caso de J.E.G.M., comienza en 2019. Ella era una adolescente de 15 años cuando fue rescatada por las autoridades por ser víctima de explotación sexual en el bar en El Bajo Pukiri Delta1 en Madre de Dios. Como víctima adolescente, se debieron activar los protocolos. Fue llevada a la Unidad de Protección Especial (UPE) de Madre de Dios donde le otorgaron medidas de cuidado y fue internada en el recientemente inaugurado Centro de Acogida Residencial (CAR). En abril de 2020, por la pandemia, cesan las medidas de protección y es entregada a su madre. El 24 de abril de 2021 se encontró su cuerpo de 16 años tirado en el Km 108, zona conocida como La Pampa, con un embarazo de dos meses, signos de violencia sexual y estrangulamiento. Semanas antes sus amigas habían denunciado su desaparición y por eso la buscaba la policía. Dejó una niña de dos años. Este es uno de los tantos casos que ocurren a diario en todo el país. Este es el cotidiano. Pero, ¿qué pasa Manuela? ¿Por qué a nadie le importa?

 

Esta realidad está cada vez más caótica, entre la pandemia y los políticos, a quienes más les interesa pelearse por dichos que por hechos.

 

Querida Manuela,

Quisiera dedicarle esta carta a Blanca Varela. La verdad querida, ya me cansé de contarte del desastre político en el que nos encontramos. Como mencioné en la primera misiva, nuestra correspondencia nació con el objetivo de que sepas cómo llegamos al Bicentenario y sobre el desarrollo de la mujer en estos 200 años en una sociedad aún machista y patriarcal. Hoy doy un giro de timón para hablar de la gran poetisa contemporánea a la que acudimos en estos momentos para agarrar fuerza e inspiración.

Me sumergí en sus obras cuando estudiaba letras en 1992 en la Pontificia Universidad Católica del Perú, una etapa de mi vida llena de arte y análisis crítico mezclado con el ímpetu de esa juventud sin miedo a las consecuencias, en compañía de grandes amigas con las que bailábamos, leíamos y vivíamos el teatro. Fue la época en la que más me aproximé a las artes. Blanca nació el 10 de agosto de 1926 y estudió en la Universidad de San Marcos para luego trasladarse a París en 1949. Durante sus estudios de Letras y Educación (1943) hizo amistad con los escritores Sebastián Salazar Bondy y Emilio Adolfo Westphalen, y con el pintor Fernando de Szyszlo (con quien luego se casó). Luego, en París, conocería a Henri Michaux, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Fue amante del cine.

Sus poemas me inspiran una feminidad única, un estilo de mujer nuevo. Te aseguro que sentirías lo mismo. Ella es miembro de la generación de 50 y, como alguna vez mencionó el propio Octavio Paz en su frase “en aquellos días todos cantamos”, se refería al canto único de una mujer poeta peruana, publicando en un entorno masculino (que la verdad sigue teniendo las mismas reglas implicitas, pero hay esfuerzos por romperlas) de poetas, escritores y arte como Sabastián Salazar Bondy, Javier Sologuren, Jorge Eduardo Eielson, César Moro, Emilio Adolfo Westphalen, Carlos Germán Belli, Jose María Arguedas, Sérvulo Gutiérrez o Alejandro Romualdo. Ella se hizo un lugar en una tierra ocupada y fue la segunda mujer en ganar el Premio Reina Sofia de Poesía Iberoamericana y la primera en ganar el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca. Como ella le dice a la poeta Rosina Valcárcel en la entrevista realizada en 1996 que se publicó en la revista La Casa de Cartón: “Yo nunca me he sentido inferior a un hombre; jamás. Me he sentido una persona que tiene conciencia de que un ser humano jamás será inferior a nadie. No importa cuál sea su condición”. Sé que hubieras dicho lo mismo.

En 2019 fui a su casa en Mariano Carranza 306, Cercado de Lima, cuando era Subgerenta de Organizaciones Vecinales de la Gerencia de Participación Vecinal de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Es el barrio de Santa Beatriz, en el distrito del Cercado de Lima, cuyas dirigentas vecinales tienen una identidad muy marcada por la historia de sus calles. Ellas estaban muy interesadas en promover la casa de Blanca, lo que me lleva a reflexionar sobre las organizaciones sociales y todo el tema de los ronderos o rondas urbanas que se quiso proponer. Es un sinsentido.

Actualmente, para el caso de Lima Metropolitana, la ciudad más grande de todo el Perú, se tiene por ordenanza municipal organizaciones sociales que se dividen en juntas vecinales comunales, organizaciones deportivas, organizaciones económicas, organizaciones de poblaciones vulnerables, organizaciones sociales de base y organizaciones vecinales. No se deben confundir con las Juntas de Seguridad Ciudadana, que se rigen por Ley y dependen del Ministerio del Interior. El 90% de estas organizaciones sociales son dirigidas por mujeres y en el caso de aquellas de base (comedores populares, clubes de madres, vaso de leche) el 99% tiene dirigentes mujeres.  Entonces, ¿no sería mejor empoderar a este capital humano de mujeres organizadas que crear “rondas” donde no se necesitan? ¿Por qué no visibilizamos el capital femenino que nos rodea en vez de buscar crear modelos rurales que no tienen sustento legal ni lógico en las ciudades? “Las mujeres, en general, somos muy valientes. (…) Tenemos mucho que hacer por los hijos, por la sobrevivencia”, le dijo en la misma entrevista Blanca a Rosina. Tenemos las armas y herramientas esperando.

Strip Tease

Quítate el sombrero

si lo tienes

quítate el pelo

que te abandona

quítate la piel

las tripas los ojos

y ponte un alma

si la encuentras

Blanca Varela

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Blanca Varela, Strip Tease
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