Querida Manuela,
Tu no sabes lo que son micros, ómnibus, combis, custers; el Metropolitano y tren eléctrico; los colectivos, taxis, taxis por aplicativos, mototaxis, taximotos, bicicletas, scooters. Todos, estimada Manuela, son medios de transporte que tenemos los limeños para desplazarnos por la ciudad de Lima. La de los Reyes, como tú la conocías, que se ha expandido hasta el Callao por el oeste, al norte hasta Ancón, al sur hasta Pachacamac y al este pasando Amancaes hasta Chosica. Es una ciudad inmensa, con más de 13 millones de habitantes.
Puedes creer que no tenemos un sistema de transporte integral que nos lleve de manera cómoda por la ciudad. Somos la capital de la República y nuestros ciudadanos no pueden transitar de manera cómoda, eficiente, segura y limpia. Son grandes negocios que no quieren invertir en mejorar. El transporte es un servicio público, pero aquí lo manejan los privados y por ello vivimos secuestrados por sus gremios. Por cierto, la semana pasada, el ministro del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva Villegas en una reunión con transportistas informales, ofreció la cabeza de las jefas de las instituciones reguladoras y fiscalizadoras que están llevando acabo la reforma del transporte en el país: la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) y la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU). En el primer caso, Patricia Cama fue retirada de su puesto sin previa notificación mediante Resolución Suprema 010-2021-MTC.
Es una practica bastante común que las resoluciones ministeriales o supremas de cese de cargo de alto nivel no sean previamente comunicadas y que uno se entere por El Peruano, que es el diario oficial del país. He sido testigo del hecho de primera mano. Es una pésima práctica, no solo por la falta de consideración hacia el o la alta funcionaria del Estado, sino porque se pierde la continuidad del trabajo y de las metas de avance. Imagínate, cada dos o tres meses cambiar de titulares del sector y sus directores. No hay gestión que pueda soportar eso y peor si se trata de la reforma de un servicio público tan importante como el transporte. Es por este tipo de maltratos y accionares que hace 20 años se trata de reformar la Policía Nacional del Perú y no se logra. El último intento fallido fue hace un años luego de las muerte de Inti Sotelo Camargo y Jack Bryan Pintado en las manifestaciones contra el golpista Manuel Merino. Parece que las prioridades de gestión del Gobierno no somos ni los ciudadanos ni su bienestar.
Estas altas funcionarias forman parte del 47% de los servidores públicos mujeres y, cabe resaltar, que solo cuatro de cada 10 funcionarios o directivos del Estado son mujeres. El Estado es una fuente de trabajo para las mujeres, como te he mencionado previamente en una de mis cartas, pero no tienen puestos de alto nivel en el escalafón público. Los trabajos en los que se desempeñan, sobre todo, son en carreras especiales, como enfermería o docencia inicial o primaria. Estos datos son de marzo de este año publicados por la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir) en el documento La Mujer en el Servicio Civil Peruano 2021.
Este estudio también resaltó que la mayoría de las mujeres que trabajan en el Estado tiene entre 45 y 65 años de edad ( 42%) y que ha hubo una reducción de la participación de servidoras menores de 44 años. Bueno, Manuela, tu conoces bien el comportamiento masculino en el poder, no es complicado deducir el porqué de esa data.
El 25 de noviembre es el Día de la No Violencia Hacia la Mujer, falta poco y este tipo de comportamientos califica como violencia. Qué clase de Gobierno tenemos donde los y las altos funcionarios no tienen claro cuál es su rol y no conocen la realidad de la mujer. El 25 de noviembre nos debe llevar a analizar las diferencias y desventajas, así como los retos de las mujeres en la política y en la gestión pública. La Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Anahí Durand, debe informarse y entender que la violencia no es solo física, sino que nace por la desigualdad latente que existe y los paradigmas de género.