Política

[Agenda País] Las elecciones presidenciales y parlamentarias del Ecuador que se realizaron el pasado 9 de febrero en su primera vuelta, arrojaron resultados sorpresivos que muy bien podrían aplicarse a las futuras elecciones en el Perú del 2026.

Con una diáspora de 16 candidatos, se esperaba que, en primera vuelta, el elector ecuatoriano dirigiera su voto por aquel candidato con el cual sentía una mayor identificación. Normalmente, el voto en la primera vuelta se caracteriza por su dispersión justamente porque se vota por la auténtica preferencia política y ya en segunda vuelta, la mayoría vota por el mal menor.

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales del Perú en el 2021, Pedro Castillo salió victorioso con apenas 15.38% de los votos emitidos, seguido por Keiko Fujimori con 10.9%, Rafael Lopez-Aliaga con 9.55%, Hernando de Soto con 9.45%, Johnny Lescano con 7.37% y varios como Verónica Mendoza, Forsyth, Acuña y Urresti entre 4.6% y 6.4%. Es decir, un voto muy dividido.

En el Ecuador, los ciudadanos cambiaron su forma de votar. En vez de dirigir su voto a aquel candidato de su verdadera preferencia, optó por el voto estratégico dirigiéndose principalmente a dos candidatos : el actual presidente Daniel Noboa ( 44.16%) y la candidata del correísmo, Luisa Gonzales ( 43.99% ) configurando un empate técnico donde ambos candidatos agruparon más del 88% de los votos. Muy lejos quedó Leonidas Iza con poco más de 5% y luego Andrea Gonzales con un escaso 2.69%. 

¿Para qué votar por mi candidato en primera vuelta si no va a salir?, habrá reflexionado el elector ecuatoriano.

Esta característica también se reflejó en el voto parlamentario donde la asamblea está compuesta por 151 asambleístas, dejando al partido de gobierno con 66 escaños y a la oposición correísta con 67. Aunque ninguno obtuvo la mayoría absoluta de 76, ambos tendrán que coquetear con Leandro Iza que obtuvo 9 y/o el Partido Social Cristiano con 5 para obtener una mayoría para gobernar, y hasta probablemente aglutinar también, a las otras 3 agrupaciones que poseen 4 escaños.

El Perú se enfrenta en el 2026 a una elección presidencial con un potencial de 50 candidatos, 3 veces más de los que compitieron en las recientes elecciones ecuatorianas. ¿Se podría dar el mismo efecto del voto útil o voto estratégico?

Recordemos que en el Perú se pueden publicar encuestas hasta una semana antes de las elecciones y es muy posible, que, en el desarrollo de las mismas, veamos una dispersión del voto 3 o 4 meses antes de las elecciones y a medida que nos acerquemos al 12 de abril de 2026, ese mismo voto vaya dirigiéndose al candidato útil. Sí, aquel que puede representar mejor a la derecha conservadora, aquella que se erige como la líder de la izquierda y/o aquel que pueda encarnar el amplio espectro de la derecha liberal.

Aunque no vislumbro un escenario bipartidista como el ecuatoriano, es altamente posible que más del 80% de los votos se concentre en 3 o 4 candidatos y que de esta manera tengamos un parlamento con no más de 6 bancadas. Así, de 50 partidos políticos solo quedarían 6, salvo que hayan tenido la inteligencia y el desprendimiento de ir en alianzas electorales para evitar la defenestración de sus inscripciones como organizaciones políticas.

Esperemos que esta experiencia ecuatoriana haga reflexionar a nuestros dirigentes políticos y precandidatos presidenciales en la necesidad de formar consensos que lleven a alianzas electorales, no solamente para la elección presidencial sino también para la parlamentaria. 

Un escenario sin alianzas o lo que puede ser peor, alianzas para el voto presidencial y cada partido independiente para el voto parlamentario, sería un desastre para el futuro de nuestro país.

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[Agenda País]  Como era de esperarse, y a pesar del entusiasmo contagioso de María Corina Machado, se consumó el nauseabundo fraude de la dictadura de Nicolás Maduro avalado por sus colegas y también dictadores de Cuba, Nicaragua, Corea del Norte y de los autócratas de China y Rusia. ¡Qué bonita familia!

Con el apoyo del cerebro político y de la inteligencia de Cuba, cuya dictadura ya tiene nada menos que 65 años, Venezuela es un eje geopolítico importantísimo para el balance de China y Rusia frente a los Estados Unidos de América, además de contar con ingentes reservas petroleras de cuya explotación, se financian regímenes criminales.

La situación actual por la que atraviesa el mundo es convulsionada pero vislumbra, a través del liderazgo de Trump, un horizonte de pragmatismo político que ya empezó con el acuerdo de cese del fuego entre Israel y Hamás que conlleva a la liberación de 33 rehenes aún privados de su libertad desde el 7 de octubre de 2023.

El ejemplo de Siria, donde Rusia tuvo que retirarse para concentrar sus fuerzas en Ucrania, debilitó tanto al régimen de Bashar al-Assad, que los insurgentes derrocaron al dictador y se orientan ahora ante un nuevo pero incierto futuro.

Donald Trump, como parte de sus negociaciones o más bien, imposiciones, para terminar con la invasión de Putin a Ucrania, podría demandar también un retiro ruso de Venezuela que abriría un frente a una rebelión interna, con parte de las fuerzas armadas venezolanas, y restablecer la democracia permitiendo la asunción del presidente electo Edmundo Gonzales y su vicepresidenta María Corina Machado.

A esta posibilidad, Trump tiene 4 años para cortar de una vez la exportación ideológica criminal que emana de Cuba, seguramente endureciendo el embargo y volviéndola a poner en la lista de países que auspician el terrorismo y el narcotráfico, algo que Biden acaba de liberar, de manera incomprensible y desafiante.

Maduro no es un presidente. Es un dictador que maneja una mafia de narcotráfico por la cual el departamento de estado de los Estados Unidos ofrece una recompensa por su captura cuya suma ha aumentado a US$ 25 millones.

La salida de la dictadura venezolana y el inicio de una nueva era democrática tiene que pasar por todas estas aristas, la geopolítica, el abastecimiento de petróleo y el debilitamiento político de Cuba para que las fuerzas democráticas venezolanas encuentren el camino de la victoria.

¡Viva Venezuela Libre!

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[Agenda País] La perspectiva mundial y la peruana son, ahora, diferentes a las que teníamos un año atrás.

En el contexto internacional, Rusia continuaba su avance en tierras ucranianas, Joe Biden se perfilaba como el candidato demócrata a la reelección presidencial, Emmanuel Macron lucía fuerte y real en la siempre convulsionada Francia e Israel era vapuleado por una gran parte del planeta, incluida la misma ONU, por su respuesta estratégica y militar frente a los terroristas que perpetraron la vil masacre del fatídico 7 de octubre de 2023.

También, Bashar al-Assad dictador de Siria, se veía muy seguro en su puesto que contaba con el apoyo ruso, mientras que Xi Jinpingcontinuaba la expansión china consolidándose como la mayor fuente de manufactura del mundo.

Un año después, errores y aciertos de los políticos que lideran las principales potencias mundiales han hecho cambiar el panorama casi en 180 grados.

El primero en cometer un gran error fue Emmanuel Macron, que, con un pecado de soberbia, disolvió el parlamento francés ante la estrepitosa derrota de su partido en las elecciones del parlamento europeo y el sideral triunfo de la derechista Marine Le Pen. ¿Qué tenía que ver una cosa con la otra? Un exceso de confianza que ha llevado a Francia a tener dos nuevos primeros ministros en 5 meses y con la posibilidad que el nuevo parlamento no avale el reciente gobierno formado por François Bayrou, un viejo conocido de la centro-derecha. Incluso, un Macron nervioso pidiendo, entre líneas, disculpas por tan arriesgada apuesta al disolver el parlamento, podría no terminar su segundo mandato ante tanta inestabilidad política.

Alemania le ha seguido los pasos y a fines de febrero, nuevas elecciones parlamentarias podrían poner un gobierno de derecha de nuevo en el poder del país germánico. Si le agregamos a Italia y a otros países que han optado un giro a la derecha, Europa entra pues, a un período de reconfiguración política.

La Rusia neoimperial con Putin como nuevo Zar, ha entrado en dificultades en su incursión en Ucrania y perdido el control de Siria dejando en el abandono a Bassar al-Assad quien ha tenido que salir corriendo para asilarse en Moscú. Siria va rumbo al desmembramiento e Israel ha aprovechado para invadir la franjaterritorial neutral que la separaba de Siria y ha bombardeado objetivos militares sirios. Una victoria israelí que debilita indirectamente a Irán y sus afanes por desaparecer del mapa a Israel.

Con un Biden senil y desconcertado en el debate presidencial con Trump, los demócratas optaron por la vicepresidenta Harris como sucesora en la carrera por la oficina oval de la Casa Blanca, pero vanos fueron las risas forzadas o los discursos woke de la candidata porque el pueblo americano lo que quería era mayor seguridad y mejor economía, así como dejar los temas de género para los estados. Trump se los dio y barrió, tanto así que controla ambas cámaras, la de representantes y la de senadores.

Trump ha marcado ya varias líneas de gobierno. Le dice a Ucrania que acepte pérdida de territorio mientras que le reducirá el apoyo militar y a Rusia que pare la mano, por lo que no va a quedar otra cosa que un acuerdo entre ambos rivales, probablemente este mismo 2025.

A China y a México, los grandes proveedores manufactureros de USA, los tiene en la mira, pero sobre todo el primero, con quien no quiere una guerra comercial, pero tampoco, que lo invada con productos baratos que afecten la propia manufactura norteamericana. Europa también se está alineando en ese sentido.

Si a todo ello le agregamos los vientos liberales que ya sonaron en Argentina con Milei, que se vienen en Venezuela con el triunfo de Edmundo Gonzáles y Maria Corina Machado, el fracaso del cambio de constitución chileno y el evidente deterioro de lo que queda de Bolivia, está claro que el mundo está virando hacia la sensatez y hacia un reacomodo de las fuerzas políticas con preponderancia de la derecha, tanto liberal como conservadora.

El Perú no escapa a esta realidad, más aún que en el 2025 entramos a un año preelectoral donde sabremos, hacia finales del mismo, quienes serán los candidatos para presidente, diputados y senadores. También sabremos si “Dios es peruano” como reza el dicho popular, y alumbra a los políticos para que consoliden alianzas, y podamos tener una competencia de menos de 15 partidos y no la sábana electoral de más de 50 si es que los egos se sobreponen a la búsqueda del bien común.

El 2025 puede ser un muy buen año para el Perú. Los precios de las materias primas siguen altos, el contexto internacional va a favorecer el comercio y el turismo, las inversiones mineras comienzan con más fuerza en el país, el puerto de Chancay ya está en operaciones y el ampliado aeropuerto internacional Jorge Chavez estrenará pronto el nuevo terminal y las dos pistas.

En todo este contexto, la presidenta Boluarte debería ya simplificar las líneas estratégicas de su gobierno con miras a la transición democrática del 2026, y concentrarse en devolver la seguridad a los ciudadanos (indispensable para un clima de paz en las elecciones generales) y a reforzar la lucha contra la pobreza teniendo como objetivo la reducción del índice de la pobreza multidimensional.

Seguir enfrascados en la pelea diminuta, en la palabra mal dicha o en el peinado fuera de moda, solo nos hunde en la política farandulera y no nos permite darle la importancia y el foco en lo sustancial, que es llegar a la transición presidencial del 2026 con una mejora de la economía y con mayor seguridad ciudadana. Depende también de nosotros.

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[Agenda País]  Los sucesos en las últimas semanas como la elección, por segundo mandato no consecutivo, de Donald Trump en los Estados Unidos de Norteamérica (USA) y la reciente cumbre de la APEC, eficientemente organizada por el Perú en Lima, nos pueden dar una perspectiva de cómo podrían desarrollarse las relaciones comerciales del Perú, tanto como con los miembros de APEC como con los USA.

APEC es un foro de cooperación entre 21 economías de Asia-Pacífico cuya razón de ser es la promoción del crecimiento económico y el bienestar a partir de la liberalización del comercio y la inversión en esta región. No es pues, un tratado de libre comercio como mal informan algunos medios y políticos con, creo yo, alguna mala intención más que ignorancia.

En este importante evento se acordaron diversos manifiestos, no vinculantes, que son una especie de guía u hoja de ruta que las 21 economías deberían tener como base de sus políticas públicas, destacándose temas como la transición a la formalidad, la economía digital y el enfoque de los crecimientos económicos de una manera sostenible, resiliente e inclusiva. 

Los temas tocados en este foro coinciden también con la agenda que tiene la OCDE ( Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ), organismo de intercambio de buenas prácticas que propugna, como su lema lo dice, mejores políticas para una vida mejor. 

Sin duda que la excelente organización de APEC en Lima por parte del gobierno del Perú y coordinado por la Cancillería, las múltiples reuniones preparatorias y las conclusiones del pleno, serán de mucha ayuda en el camino que aún le queda a nuestro país en la ruta de ser miembro pleno de esta prestigiosa institución.

APEC representa para el Perú la posibilidad de seguir incrementando el intercambio comercial con esta región que para el 2023 significó exportaciones por más de US$ 44 mil millones e importaciones por cerca de US$ 32 mil millones. Adicionalmente, el Perú, con la decisiva participación del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), ha firmado un acuerdo comercial con Hong Kong, puerta logística importantísima en esta región, así como finalizado del acuerdo de optimización del actual TLC con China que incluye temas como el comercio electrónico. Continúan también las negociaciones de un TLC con Indonesia y aunque no esté en APEC, es bueno mencionar que se están retomando las negociaciones con la India para finiquitar un TLC que viene siendo ya conversado desde hace varios años.

Sigue pues el Perú, a pesar de sus vaivenes políticos, con una política de estado firme de ampliar nuestros horizontes comerciales y aprovechar las bondades de la apertura de mercados internacionales. De allí la imperativa necesidad de reforzar el equipo de Promperú y en especial el de sus Oficinas Comerciales en el Exterior (OCEX), varias de las cuales se encuentran sin Consejeros Económico-Comerciales que son, justamente, los responsables de implementar los acuerdos en acciones específicas de promoción comercial, turística y de atraer inversión extranjera directa (IED).

La victoria de Donald Trump en las pasadas elecciones de los USA ha renovado los miedos que este gran país empiece a implementar medidas restrictivas a sus importaciones, como incremento de aranceles y tarifas. En su primer mandato, Trump renegoció el NAFTA, tratado entre los USA, Canadá y México, y fue duro con el supuesto dumping de productos chinos, a los cuales estableció tarifas diferenciadas.

Si bien Trump ha amenazado con implementar mayores tarifas, tanto por dumping como por razones de migración ilegal aludiendo complicidad de algunos gobiernos, lo cierto es que el Perú está muy lejos de esa problemática y a las balbuceadas de algún asesor trasnochado Trumpista que adelantó posibles tarifas a embarques desde puertos majeados por empresas chinas, como el flamante y recién inaugurado puerto de Chancay, lo cierto es que sería una medida incoherente y antitécnica.

Ya Donald Trump en el 2017, en el mismo ambiente de APEC, manifestó que su país, Estados Unidos de Norteamérica, estaba preparado a trabajar con los líderes presentes para lograr un beneficio mutuo a través del comercio internacional. Y así serán los próximos cuatro años de Trump.

Se vienen tiempos buenos para nuestras exportaciones. Mincetur sigue trabajando en la apertura de más mercados y en las optimizaciones de tratados, el puerto de Chancay como el resto de puertos de nuestro litoral son una garantía en el proceso logístico de exportación e importación, el nuevo aeropuerto de Lima permitirá mayor conectividad y, por ende, mayor flujo de turistas extranjeros y la implementación de las Zonas Económicas Especiales junto a nuestro marco jurídico y tributario, alentarán a empresas extranjeras a instalarse en el Perú.

Finalmente, el trabajo armonioso público-privado es también una garantía que vamos en el camino correcto, pero también existe una demanda para que, desde el estado, se agilicen procesos, se reduzcan trabas burocráticas y se complete el equipo de Promperú, tanto en Lima como en sus sedes en el exterior, para así maximizar los esfuerzos y lograr mejores resultados en los plazos más breves.

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[EN EL PUNTO DE MIRA] Reflexionar sobre la herencia fujimorista es importante para el conocimiento público. Hasta la fecha tenemos estudios sobre lo que pasó en el régimen autoritario, así como la gran corrupción sistemática que hubo. También existen investigaciones (y videos que salieron a la luz pública) sobre la compra, por parte del gobierno autoritario de Fujimori, de medios de comunicación. Además, existen estudios sobre la liberalización del mercado y las reformas del consenso de Washington que permitieron el crecimiento económico del país. 

De todo este proceso en mención ¿qué nos dejó como herencia política y social el fujimorismo? En términos políticos, nos legó la compra de conciencias, como si fuera un producto más del stock de una tienda. Si actualmente estamos presenciando los ‘jales’ políticos como algo normal, es porque durante el fujimorismo se impulsó, de manera perversa, la compra de operadores políticos con el fin de debilitar a los partidos. Siempre hubo mercantilismo político, pero durante los noventa se volvió la regla.

En términos sociales, producto del sistemático desprestigio por parte del gobierno autoritario hacia los partidos políticos y de la compra de medios de comunicación, el fujimorismo nos dejó como herencia una sociedad desconfiada. El peruano desconfía de todo. ‘Después de mí, el diluvio’ se volvió la regla. La ciudadanía en general desconfían de los políticos. Y la gran mayoría de la clase política (y del periodismo) desconfían de otorgar dinero para la ejecución de una obra a los ciudadanos. De arriba hacia abajo, y viceversa, existe la desconfianza.

¿Qué hacer frente a ello? Propuestas y acciones que contribuyan a reconstruir al Perú como sociedad. En la sociedad, el Estado y el mercado son de suma importancia para la confianza, que es vital para la ciudadanía. La clase política tiene la urgente necesidad de dar propuestas y acciones que generen confianza ciudadana para fortalecer el Estado y para que se genere un nuevo pacto entre el capital y el trabajo. La herencia política y social del fujimorismo golpista hizo mucho daño al país.

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Antipolítica, Fujimorismo, Política

[EN EL PUNTO DE MIRA] Hoy por hoy en el Perú, la política ha dejado de atraer a las grandes mayorías de peruanos. Para ser más precisos, hoy por hoy la política partidaria ha dejado de atraer a miles de ciudadanos peruanos por diversas razones. Una de ellas es -creo yo una de las principales- por lo anticuado de las formas de comunicar el mensaje.

En una época de tecnologías de la información, y donde el medio es el mensaje, las formas cobran vital importancia para decirnos algo. Cómo lo dices y con qué etiqueta lo dices cobran mayor relevancia. Pablo Iglesias -líder de Podemos- sostuvo alguna vez en una conferencia que su agrupación política atrae porque es sexy. Vale decir, porque apela –aparte de la razón- a la pasión. Y agregaba que ser del Real Madrid o del Barcelona no tiene nada que ver con la razón, sino con la pasión o con una emoción que difícilmente puede ser explicada, pero que moviliza conciencias y corazones.

Pues, bueno, eso ha perdido –hoy por hoy- la política partidaria en el Perú. El APRA fue eso en el siglo XX. Fue la entrada del Perú a la modernidad, porque atrajo a las grandes mayorías, tanto racional como pasionalmente. En pleno siglo XXI, la pasión va a favor de los antis. Ser antiaprista o antifujimorista aglutina más conciencias y corazones.

Si bien –a finales de los noventa- el gobierno autoritario de Fujimori cumplió su objetivo de generar una política despartidirizada, la globalización –más las tecnologías de la información como soporte- pulverizaron las grandes ideas, que daban sostén a los partidos realmente existentes.

He sostenido en reiteradas ocasiones que el país pasa por dos tipos de divisiones que es necesario saber interpretarlos y decirlos. La primera transita por una división que generan las corporaciones nacionales como transnacionales con respecto a la vulneración de los derechos del consumidor en el ámbito urbano. El otro pasa por los límites que está teniendo la forma de hacer minería y de extraer petróleo en el ámbito rural.

Quien dé un mensaje racional, pero -a la vez- pasional sobre lo que implica defender estos temas, dará el gran salto en el país. Asimismo, quien capte la revolución de la horizontalidad en el trato, en el que cuestione las jerarquías sociales y culturales, tendrá el corazón y las mentes de los peruanos y peruanas.

¡Ya tú sabes!

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Antipolítica, pasión, Política

[Agenda País] Antauro Igor Humala Tasso, conocido como Antauro, tomó notoriedad en el año 2000 cuando junto con su hermano Ollanta y al frente de 69 reservistas, se sublevaron contra el moribundo régimen de Alberto Fujimori, más por un tema mediático con visos presidencialistas que por una razón de conciencia. Los hermanos Humala lograron tener cierta notoriedad y fueron amnistiados por el presidente transitorio Valentín Paniagua.

A los pocos años, en el 2005, Antauro, esta vez solo, lideró otro grupo de reservistas que se amotinaron y tomaron violentamente la comisaría de Andahuaylas, donde, a balazo limpio y sin piedad, asesinaron a cuatro valientes policías, algunos de ellos desarmados.

Esta incursión contra el estado, que fácilmente pudo enmarcarse en terrorismo, le valió una condena inicial de 25 años, reducida graciosamente por el poder judicial a 19 y de los cuales solo cumplió 17 al otorgársele generosos beneficios penitenciarios por su habilidad manual en preparar proyectos con el personaje de Hello Kitty. Pero si son tan tiernos en el poder judicial…

Ya dentro de la cárcel, Antauro continuó con el objetivo marcado por su padre Issac, el de ser presidente del Perú, usando a los ingenuos o interesados medios de comunicación para propagar ideas de un nacional socialismo a la peruana, clamando virtudes a la superioridad de la raza cobriza, vomitando odio a los homosexuales y exacerbando un racismo clasista envuelto en humo marihuanero de cosecha incierta.

Ya libre, Antauro ha seguido por la ruta de la violencia verbal, confirmando su homofobia y racismo, un nacionalismo absolutista y expropiador de la inversión extranjera, pero lo que es peor, con un desprecio a la vida humana proliferando amenazas de fusilamiento a cuanto corrupto y rosquete encuentre por ahí, siempre y cuando su aventura presidencial tenga, Dios y la Constitución nos salven, éxito.

Antauro Igor Humala Tasso, conocido como Igor, era alumno del colegio Franco-Peruano junto con varios de sus hermanos. Sí, lo conocíamos como Igor, nombre que, de saque, causaba cierto temor ya que nos recordaba a personajes de ficción siempre identificados con el mal.

Igor era un abusivo, de aquellos que golpeaba, te jodía, te pateaba la pelota cuando estabas tranquilo jugando con tus patas. Lo que hoy llamamos bullying era encarnado perfectamente por Igor en la década del 70’.

Pero la actitud violenta de Igor no solamente se concentraba con otros alumnos, no. Igor quería más, siempre más.

En un partido de vóley, deporte que se practicaba con mucha pasión en el colegio Franco-Peruano, surgió desde una tribuna, una hermosa naranja madura que en vez de encontrar un boca que la saboree, terminó en la cabeza de una profesora de educación física, explotando de manera pirotécnica y volviéndola refresco de IQ.

Furibunda y al borde de la histeria, la profesora trata de ubicar al atacante que hábilmente se escabulle entre la masa del alumnado, con tanta astucia que le empiezan a echar la culpa a un compañero que era más bueno que el pan.

Pero todos habían visto a Igor y se identificó al culpable. Y si bien la nebulosa de las décadas no asegura el recuerdo si fue expulsado del colegio por ello, pues de sobra que se lo merecía.

Antauro Igor Humala Tasso no es un violento de ahora. Es un violento de siempre. 

Y continúa siendo un peligro para la sociedad, esta vez disfrazado de candidato presidencial y apoyado por esa izquierda vomitiva, la de Vero y compañía, que no le importa juntarse con el diablo con tal de quedarse, ya no con la mamadera del estado, sino con toda la vaca.

Que ese Naranjazo escolar y la indignación del Andahuaylazo nos prevengan de una larga noche de insania violenta de un tirano nacional socialista que, aprovechándose de la democracia, de la complicidad de algunos y de la inocencia de muchos, pueda llegar al poder. 

Si este relato nos recuerda a Adolfo Hitler, su pasado sicópata, la noche de los cristales, su asunción democrática al poder para luego violarla y las millones de vidas que se perdieron por una insania, es pura coincidencia… 

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“andahuaylazo”, Antauro Humala, Democracia, Dictador, Elecciones, Perú, Poder Judicial, Política, Tiranía

Al cierre de esta columna, son 28 partidos políticos los que están formalmente inscritos para participar en los comicios presidenciales del 2026. Adicionalmente, existen otras 17 agrupaciones que están apresurando el paso para lograr su inscripción ya que el 16 de julio de este 2024, es el último día para que los ciudadanos que deseen postular a cargos públicos en el 2026, se inscriban en el partido de su preferencia.

En las elecciones presidenciales del 2021, tuvimos los peruanos en nuestra sábana, mal llamada cédula de votación, a 21 partidos políticos, así que preparémonos para una nueva sábana, esta vez para cama King, con al menos 40 logos para escoger. Para los votantes de Lima, donde se insiste en un solo distrito electoral con 33 congresistas, la sabanota, que debería postular a Record Guiness, tendría la friolera suma de 1,320 candidatos al congreso para escoger, más lo que se considere para el Senado.

Una tremenda estupidez aupada por este inefable congreso que más se preocupa en blindar mochasueldos que pensar en una reforma electoral que simplifique el voto ciudadano pasando el mapa a distritos uninominales y que otorgue a los ciudadanos el derecho de elegir nuevos representantes en un menor tiempo. Pero no, más se interesan en viajar con el/la amante o usar su semana de representación para hacer proselitismo político, algo no muy “lo justo” que digamos.

La diáspora galáctica de precandidatos presidenciales es enorme. Entre los radicales de izquierda tenemos a Aníbal Torres y su “ correrán ríos de sangre, Guido Bellido leyendo hojas de coca para hacer políticas públicas, el asiduo visitante del VRAEM Guillermo Bermejo, la secretaría de Nadine, Veronika Mendoza y el orate asesino, homofóbico y racista de Antauro Humala. Tremendo ramillete que hace extrañar aquella izquierda, firme pero democrática, con la cual se podía conversar como la de Alfonso Barrantes, Genaro Ledesma y los menos radicales como Cucho Haya de la Torre y Enrique Bernales.

Hacia la derecha conservadora, alguna más achorada que la otra, tenemos a partidos más organizados como Fuerza Popular y su sempiterna candidata Keiko Fujimori, Renovación Popular, Avanza País y también el PPC, recientemente reincorporado a las lides electorales. 

Mientras que en la centro-izquierda aparecen amarillos y morados, la centro derecha se confunde entre discursos populistas y tibios, que poco impacto tienen, por ahora, en la población. Mientras que la derecha liberal, con algunos buenos prospectos, podría ser la sorpresa siempre y cuando los egos se guarden en los bolsillos, y el amor por el Perú prime para formar una alianza electoral desde la primera vuelta.

Pero como están las cosas, el panorama se inclina hacia los discursos radicales y disruptivos. Un sector de la población, como el sur andino y sectores más pobres del país, podría ver a Antauro como su nuevo Velasco, coincidiendo con sus planes de nacionalización, fusilamiento de corruptos, sus discursos en contra de la inversión extranjera y el advenimiento de la supremacía de la raza cobriza. Nazismo a la peruana.

Hacia el otro lado, con una Keiko rejuvenecida y empoderada por el apoyo de su padre, Alberto Fujimori, quien tiene, además, mayor simpatía del pueblo que ella misma, tiene el potencial de llegar a segunda vuelta sin mayor problema, siendo su principal paradigma, los 40,000 votos que, en dos ocasiones, le impidieron de vestir la banda presidencial. No sería de extrañar, que, entre la derecha conservadora, se trate de formar un frente que asegure una bancada mayoritaria y que luego tienda puentes con sectores más centristas para una “hoja de ruta” hacia la segunda vuelta.

Parece entonces que el 2026 se encamina a tener 4 grupos ideológicos en la contienda electoral. La izquierda radial con Antauro a la cabeza, el centro donde podrían confluir políticos de izquierda y derecha con gustos de champagne y caviar, la derecha liberal, siempre que tenga un discurso simple y disruptivo, y la derecha conservadora cuya candidata natural sería Keiko.

Sería ideal ver que estas tendencias ideológicas pudieran desprenderse del espejo del ego y la vanidad para formar alianzas desde la primera vuelta. Por la historia, esto es poco probable. Por el deseo de ver a nuestro Perú de regreso a la tolerancia, a la solidaridad y a un manejo profesional y honesto del Estado, es un mandato ético y moral.

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Si hay una frase que recordamos de Manuel Gonzales Prada, escritor y político anarquista del siglo XX, es la famosa : ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!

Hoy, ya entrando al segundo cuarto del siglo XXI y ante el implacable avance de las tecnologías, la expresión de Gonzáles Prada podría tener más vigencia que nunca y aplicarse al pie de la letra en medios políticos, empresariales y hasta sociales.

Sin embargo, la toma de conciencia por mantener un modo de vida saludable y el avance de la medicina, ha hecho que la esperanza de vida se alargue en promedio a cerca de los 80 años, y que adultos de 50’s, 60’s e incluso más allá, gozan de excelente salud física y mental, y un envidiable deseo de seguir contribuyendo a la sociedad.

En el Perú, si tomamos en cuenta la pirámide poblacional desde los 20 años hasta los 70 años, vemos que un 57.7% se encuentra en el rango de 20-40 años, un 36.7% entre 40 y 59 años, y 10.6% entre 60 y 70 años. Es decir, casi un 50% de la población en ese rango, es mayor a los 40 años lo que necesariamente implica, y quizá hasta encamina, a una natural confluencia generacional.

Actualmente, las instituciones están dando mayor énfasis en el intercambio de conocimiento y experiencias intergeneracionales, para generar mayor y bienestar, reduciendo el riesgo de cometer errores que quizá la experiencia, y algunas canas, puedan evitar. 

La confluencia generacional tiene, por supuesto, retos importantes. Uno de ellos es la formación y, en ciertos casos, la reconversión de los adultos para poder adaptarse a un nuevo entorno laboral que les va a demandar un esfuerzo diferente y una apertura honesta para que su adaptación sea rápida y efectiva.

De allí que quien lidere estos equipos multigeneracionales debe comprender que su gestión humana no puede ser horizontal, sino que debe de tener en cuenta las características de cada generación y buscar los puentes (o túneles del tiempo) que generen procesos donde cada uno aporte valor en base a sus competencias, habilidades y experiencia.

Consultoras de talla mundial como KPMG ha publicado un documento titulado “El desafío de retener a distintas generaciones “ (https://assets.kpmg.com/content/dam/kpmg/pa/delineandoestrategias/DE-El-desafio-de-retener-generaciones.pdf) donde recomiendan a las organizaciones a manejar activamente el talento intergeneracional haciendo énfasis en temas como la formación, la motivación, incentivos diferenciados y flexibles, que permitan que la diversidad de generaciones sea provechosa para las personas, las empresas y la sociedad. 

Así como nos hemos acostumbrado a tener equipos multidisciplinarios, multirraciales y con diversidad de género, toca ahora integrar una nueva variable que es la generación de los colaboradores, aquella que entrega juventud y modernidad, como también la que ofrece experiencia y conocimiento. Como en las familias.

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