Mucho rollo se dirá, muchas definiciones, que parecería que sólo los científicos sociales podrían ser buenos emprendedores, pues no, no es cierto. El verdadero fin de este articulo como el de muchos otros que me atrevo a escribir, es el de considerar y valorar el verdadero significado del emprendedurismo en el Perú. No todo es emprendimiento, ojo con eso. Para ser un buen emprendedor debemos tener real conciencia no solo de nuestro entorno inmediato y comercial sino estar informados de las características de nuestra sociedad y de términos diferenciados como los que hemos tratado. Referidos esos términos deberíamos concluir, que se puede crecer económicamente mucho pero no nos desarrollamos ni como humanos ni económicamente. Guardo que significa eso como país.

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crecimiento económico, Desarrollo Humano, Hans Behr

El nuevo cambio social se ha dado y se da constantemente con fuerza y es el emprendedor el que se convierte en casi su máximo representante. No volteemos la mirada y consideremos la oportunidad de un cambio, nuestro cambio como país. Ahí está el secreto. Mucho se aliviaría si consideramos esta coyuntura y aprovechamos nuestra realidad, las poblaciones extremas periféricas y atendidas socialmente no reclamarían, la ecología nos agradecería y más aun sin fortalecemos con sensibilizaciones y capacitaciones este cambio a construir, otro sería el tema.

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Emprendedores, Hans Behr

Un tema en donde las ciencias sociales y en especial la antropología toma especial interés y se demuestra en muchas investigaciones, es el componente etario. En muchas etnografías sobre sociedades llamadas primitivas o en sociedades campesinas, muchos investigadores antropólogos prestaron mucha atención a la estratificación por edades, pues permitía dar cuenta de cómo era el funcionamiento de las mismas. Sin embargo, identificada la importancia y la coyuntura actual, el análisis llega al mundo urbano también, pues los constructos culturales también han considerado que, si bien la mayoría de las personas o individuos desarrollan a lo largo de su existencia un desarrollo fisiológico y mental de forma natural, sin embargo, en casi todas las culturas, la edad está asociada a propiedades únicas que categorizan a las personas y pautan determinados comportamientos.

Existe mucha teoría dentro de la ciencia antropológica que busca explicar el carácter relativo de una división etaria, pues en el tratamiento del tema es condición considerar temas de espacio, de tiempo y de estructura social.

Podemos decir que la edad como condición natural no siempre es igual con la edad como condición social. Repito, es mucha teoría, sin embargo, el argumento principal pasa por plantearnos una construcción diferencial en las edades y de los sujetos a partir de las dinámicas sociales que los originan. Encontrando que existe una edad cronológica, y una edad que está condicionada por la época. Generación. En constructo social: Llegada a la luna, caída del muro de Berlín, la alta tecnología, etc. Cada una de estas etapas forman parte en cadena cual influencia al desarrollo etario de los individuos, dejando el conteo solamente cronológico sino fortaleciendo el crecimiento social y por qué no cultural.

En la actualidad y en el caso peruano en especial deberíamos considerar como alternativa de análisis lo expresado líneas arriba, pues no escapa al interés que podría tener un emprendedor o empresario popular para fortalecer su apuesta, como proveedor que satisface a sus clientes. La edad es la misma en todo sitio o lugar cronológicamente hablando, pero no es igual vista de manera social y culturalmente. Pues, como ejemplo y como ayuda comprensiva recordaré que, en un viaje a Cajamarca, pude ver a muchos jóvenes veinteañeros antes de la pandemia bailar con infinita alegría y estilo sus carnavales, en Tarapoto el bailar pandilla no es privilegio de los “viejos”, es culturalmente la sazón de las fiestas, etc., en la ciudad, creo y digo creo, sin temor a equivocarme, los jóvenes urbanos a los cuales les diré son “químicamente puros” el zapateo de un huayno no es su fuerte. (ojo es un ejemplo, no están obligados a saber). ¿Qué quiero expresar con estos recuerdos o ejemplos? Pues fortalecer el argumento, de considerar importante también el darle un espacio al análisis profundo del tema etario como construcción social. Creo que ayudaría mucho a optimizar los proyectos futuros de empresa. Con esto no estoy haciendo una división urbana rural a nivel de jóvenes, ojo, sólo estoy considerando como ejemplo, de que todos los jóvenes de la misma edad no son generación estándar y eso en términos emprendedores es una posibilidad de atención dirigida con promesa de éxito.

Pensar en poner una empresa o fortalecer un emprendimiento tiene como base fundamental el tener un estudio o análisis muy detallado del público objetivo al cual apuntar, dentro de todo eso es lógico. Pues bien, tenemos varias alternativas y separamos varias aristas: espacio en el cual ponemos nuestro negocio, ya sea en el campo o en la ciudad, edad hacia donde apuntamos el servicio, jóvenes urbanos químicamente “puros” o jóvenes con ascendencia fuerte del campo, gran alternativa, eso para comenzar. Cada generación tiene o tuvo expectativas, condicionamientos desde la cultura formada o en formación, influencias territoriales o internacionales, jóvenes globalizados, mundializados o jóvenes herméticamente territoriales, existen un sinfín de maneras de considerar con el tema de las edades.

Lo cierto es que mirar un negocio, privilegiando esta característica, tiene mucho de real, pues los públicos objetivos son identificables y la lealtad del consumista se da a prueba de balas. En todas las edades.

La otra alternativa es pensar que esta vez escribí una falacia y considerar que todo público para un negocio es bueno, y para adelante. Pero igual pienso que eso no es lo recomendable. Gracias.

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edad, grupo etario, Hans Behr

En el presente, la crisis sanitaria que ha generado la pandemia de la COVID-19 con sus consecuencias, que aún nos afectan, pone sobre la mesa del gobierno la obligación de destinar más recursos a sus programas sociales. Considerando que no solo en nuestro país, sino que en todo Latinoamérica los niveles de pobreza se han incrementado y seguirá haciéndolo.

Los recursos que el Estado destina para la lucha contra esta pobreza, o para ayudar a las poblaciones llamadas vulnerables o para desarrollar una mejor infraestructura para mejorar condiciones de vidas cotidianas, se ven reflejados en los programas sociales que existen en el Perú.

Sin embargo, un gran porcentaje de estos programas van tomando de forma constante y perenne, una marcada línea asistencialista y con rasgos paternalistas que frenan y limitan, creo yo, el verdadero sentido de lucha contra la pobreza y no se aproximan en nada a ser generadores de desarrollo y progreso en las comunidades atendidas. Y digo un alto porcentaje, al referirme a los liderados por los programas sociales estrellas y más conocidos, los otros son ensayos que para mi modesta opinión deberían ser fortalecidos. El lector sabrá sacar conclusiones de aquellos y no aquellos programas.

Lo que se busca en los programas sociales es encontrar eficiencia y eficacia al ser desarrollados y si bien, es importante la asistencia a las poblaciones que más lo necesitan, es también muy importante considerar qué tipo de asistencia se está dando en la actualidad.

En todos estos artículos que preceden y que tienen que ver con el tema del emprendedurismo, se están tocando temas que desde la perspectiva social y cultural abren caminos de análisis y consideración para conseguir un mejor desarrollo y crecimiento a niveles poblacionales y comunales. Es tratar de darnos cuenta de la importancia de involucrar a la misma población no solo en las decisiones propias de las comunidades sino de las decisiones propias para su autogestión. Y para eso, es importante anexar a todos los programas una coordinación, un programa o una oficina que se encargue de capacitar y fortalecer capacidades, habilidades, por un lado, o hurgar un poco en la historia y en la cultura de estas poblaciones, buscando potenciar sus recursos y darles la capacidad de crecimiento auto sostenido.

Es un papel importante del Estado, generar empleo y crecimiento económico, y para ello existen muchos mecanismos, y las posibilidades de lograr ese crecimiento está, aunque no lo creamos, en la sociedad misma como puntal. Una sociedad que tiene a nivel nacional muchas particularidades que deberíamos comenzar a aprovechar, y que en la mirada del desarrollo que buscan los programas sociales, seria de mucha utilidad, solo es importante generar en las personas atendidas y beneficiarias la idea de que la ayuda del estado tiene un cierre y este va a llegar en cualquier momento y para cuando se dé, existen los instrumentos necesarios para paliar esa falta dejada.

Ante programas que brindan alimentos, a los que cuidan niños, o a los que brindan asistencia a las comunidades para infraestructura, no sería interesante pensar en buscar que no solo recaigamos en esa asistencia, ¿sino en la que menciono líneas arriba? Es decir, fortalecer o brindar asesoría voluntaria para que aquellas madres que reciben atención con sus hijos puedan generar comedores propios de auto sostenimiento, generen en las necesidades propias la formación de sus propios proveedores formales, o que la infraestructura no vaya en los caprichos de cualquier alcalde entusiasta y se ponga relevancia a infraestructura que beneficie a la población misma en lo que se refiere a algún producto estrella: quesos, truchas, taras o cacao. Si el estado promueve integralmente este desarrollo, fortalecimiento de capacidades, aprovechamiento de recursos naturales, se estaría muy cerca de ver hecho realidad en principio de unos muy estructurados micro corredores económicos a través de todo nuestro país. Tema de otro artículo.

A esto me refiero con la importancia de darle una nueva mirada a los programas sociales, no solo la asistencia ortodoxa, ongista, sino una asistencia integral de un estado comunicante y coordinante, convocante. Y de esta manera podremos apuntar a seguir en una etapa de reactivación económica, es decir, camino a alcanzar mejores niveles productivos y de empleo antes de la pandemia.

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Hans Behr, Programas sociales

Ayer se conmemoró un año más de la existencia de Lima, nuestra capital, 487 años de su fundación. Pensar en la capital es hacer un recuento de historia republicana, criolla y muy urbana, pero también pensar en la capital es darse cuenta de un espacio que es crisol de culturas y manifestaciones muy particulares. Este detalle es la realidad misma de la nueva Lima.

Pensar en Lima es también darse cuenta que es el resultado de un encuentro cultural que muchos investigadores sociales lo han trabajado hasta el cansancio, y que es motivado por las conocidas migraciones internas que se dieron del campo a la ciudad el siglo pasado, aquellas que motivaron ese “desborde popular” que generó la construcción de hecho y no planeado de un singular territorio cuyas características pueden observarse y analizarse desde diversos enfoques o teorías, la economía, la sociología, la antropología y otras tantas ciencias que toman como eje singular el fenómeno de las migraciones.

Conviniendo que aquellas causas y también por qué no consecuencias de la migración “se dan por situaciones políticas, sociales, económicas o culturales que impulsan la salida del lugar de origen o la llegada al lugar de destino. Por lo general, se trata de factores que restan calidad de vida y que el migrante trata de solucionar desplazándose de su ciudad o país”. Teoría pura y que calza muy bien en el caso limeño, con una sola discrepancia, en Lima, las muchas culturas que existen, podrían marcar la pauta para construir una gran cultura y convertir la capital como piloto natural de este planteamiento.

Quizás también en algún momento esta situación generó problemas de integración, de adaptación, de aceptación, de discriminación y quizás hasta de xenofobia, y puso el marco para la discusión de los detalles de la interculturalidad. Sin embargo, lo cierto es que la Lima migrante, andina, campesina se instaló en Lima, conquistó Lima, y cambió Lima. Le dio un tinte nacional, general y de convivencia cultural, que comienza a vencer desde hace unas décadas los embates de la disociación y construye esa nueva ciudad, que ya muy poco tiene de migrante en tiempo real, sino que es de nuevos limeños o reales limeños, condensados en varias culturas que de hecho se han convertido en una sola. Las diferencias culturales se acortan en la capital, se mezclan y van generando una nueva cultura. El mundo urbano es rural y el mundo rural es urbano. Es un ida y vuelta mental y recae construyendo una nueva cultura.

Una cultura que trae nuevas particularidades, y que genera, considerando la lectura emprendedora la construcción de nuevas estrategias, el fortalecimiento de redes sociales, la optimización de una nueva interculturalidad, nuevos aires de competencia, es decir, esta nueva Lima es la fuerza de la creación y fortalecimiento de las nuevas empresas populares, emprendedoras, generadoras de empleo, el surgimiento de un sui generis mercado interno a veces llamado informal, de necesidades, fuerte y original y de innovación constante, de lucha ante la crisis, de afrenta contra la pandemia, es decir, esta es la nueva Lima.

Lima ya no es una ciudad de migrantes, Lima es una ciudad que sale adelante, una ciudad original, donde las culturas se encontraron y van construyendo sin darse cuenta esa gran cultura popular. Esa es la nueva mirada que hay que tener de Lima, como ciudad, como capital.

No es que se obvie las culturas matrices en todas sus expresiones, es importante mantenerlas vivas, norte, centro y sur, eso es innegable, sin embargo, si seguimos pensando que la capital es un lugar de llegada solamente, y de manera egoísta se piensa que es solo un espacio de salida de crisis, estamos contribuyendo a la disociación, a la falta de identidad, y como dije en artículos anteriores, estamos empezando a perder las batallas, si actuamos así, ante las culturas consolidadas que están entrando nuestro mercado.

Entonces, la intención de este artículo es iniciar una nueva lectura de Lima, quebrar la imagen egoísta de una Lima criolla o desterrar la imagen de una Lima migrante, eso ya pasó, mucho se trabajó sobre eso, ahora ya no, nuestra capital, es un territorio en el que se comienzan a construir semejanzas y se están venciendo las diferencias, aquellas diferencias culturales que alejaban y disociaban, ahora se construyen en base a las semejanzas culturales. La coyuntura ha individualizado a las poblaciones y la cultura es una base para el cambio muy fuerte. Construyamos o para los debatientes, fortalezcamos esa nueva cultura limeña. Ahí va mi homenaje a esta ciudad.

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capital del Perú, Lima, Lima multicultural

En el tema de mercado, para ser parte de la interculturalidad,
debemos ser fuertes en identidad”


Comienzo este nuevo año, esperando que sea diferente, que las condiciones estén dadas para el crecimiento y desarrollo de nuestras potencialidades en todo sentido, y sobre todo para enfrentar los retos que se presentan al momento de emprender algo.

Y en ese sentido es recurrente, nuevamente para las ciencias sociales, considerar para el debate el concepto de interculturalidad, un modelo social en construcción y que atañe mucho también para el análisis, cuando lo enfocamos desde el punto de vista de mercado y de empresa, donde los empresarios populares o los ahora llamados emprendedores, tienen que darse cuenta que, al definir este concepto, tienen una herramienta más que les permita encontrar una alternativa más de éxito.

Siempre se ha dicho, que hay dos formas de interculturalidad, una que es la interculturalidad deseada, o sea, aquella que es construida desde la academia y que adorna muy bien la definición donde destaca la tolerancia, la interacción entre culturas, de una forma respetuosa, donde se concibe que ningún grupo cultural esté por encima del otro, y que favorezca  la integración y convivencia entre culturas, propiciando al mismo tiempo el fortalecimiento de las identidades culturales, la autoestima como punta de lanza del crecimiento personal, el respeto y la comprensión de culturas distintas y  por otro lado la interculturalidad de hecho, que es aquella que se da cotidianamente en la sociedad y que los procesos migratorios de décadas en el Perú han permitido su multiplicación cultural y los encuentros entre culturas han propiciado algo nuevo y popular y sui generis que será motivo de otro análisis, pero que en la realidad esa interacción social se da todos los días, y más aún, cuando tenemos culturas nuevas que están introduciendo su presencia y fortaleciendo cada vez más rápido sus redes sociales, culturales y económicas en nuestro país, no es un secreto ver restaurantes o tiendas importadoras que son dirigidas por nativos de otros países, ahí la importancia de considerar este concepto para fortalecernos desde la cultura nuestra, la popular urbana, o la nueva cultura llamada peruana (que se debe construir).

Pues este modelo social que se basa en el respeto a la diversidad cultural y promueve una convivencia entre las culturas presentes en un determinado contexto, implica también que estas relaciones se den de manera horizontal y equitativa. El hecho de poder relacionarse de manera simétrica con otras personas cuyas culturas son distintas, con saberes distintos y practicas distintas, requiere de un muy logrado autoconocimiento de uno mismo, de una fuerte identidad que sepa destacar lo propio de lo diferente. Por eso es innegable, que el sentido de identidad este muy asociado al concepto de interculturalidad.

Para la UNESCO, la interculturalidad “se refiere a la presencia e interacción equitativa de diversas culturas y a la posibilidad de generar expresiones culturales compartidas, a través del diálogo y del respeto mutuo”.

Para ser equitativo en el Perú es muy necesario considerar la construcción o fortalecimiento de una cultura nueva que propicie la nueva identidad, solo así, nuestras relaciones podrían ser horizontales y equitativas, y cuando nos referimos a la empresa o a las empresas populares, esta falta de sentido de pertenencia o de identidad a una cultura propia, nos resta o nos podría restar puntos en nuestro recorrido por el mercado interno en construcción.

En el tema de emprendedores se habla mucho de innovación, de estrategias, de formas de pago, de delivery, pero no nos ponemos a pensar que existen bloques culturales que se ven fortalecidos por sus redes y que no generan equidad, sino que su potencial es su identidad, y poco a poco escalan y se posicionan en nuestro mercado. No es malo, ojo, es parte del juego de mercado y es válido, pero otra sería la historia si comenzamos a darnos cuenta que nuestro mercado interno, que es intercultural de hecho, necesita estar más cohesionado y con características más firmes, categorizando una suerte de marca Perú en todos los rubros. Es un trabajo arduo, les toca a las asociaciones de comerciantes, a los mercados itinerantes, a los mercados de emprendedores y a los emprendedores establecidos, ir fortaleciendo esta posible nueva mirada, que parte de la Interculturalidad, que siendo cotidiana, necesita fortalecerse desde la base territorial que es nuestro país, no puede haber una interacción cultural que ayude a la inserción del mercado, cuando la cultura receptora, cual crisol de culturas no define una identidad y pretende horizontalizar las relaciones sin una base identitaria, que si tienen muchas poblaciones de otras partes  que nos acompañan en el Perú y que saben que su fuerza esta en su red cultural.

En resumen, también en el tema de mercado, para ser parte de la interculturalidad, debemos ser fuertes en identidad, construir, fortalecer y solo de esa forma, se puede equilibrar la interacción que desea la academia cuando define.

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Hans Behr, Interculturalidad, mercado popular

“Si lo formal cae en la informalidad por necesidad
o por presión exógena, entonces revisemos las causas”

No es mi intención en este artículo entrar a las definiciones o tecnicismos teóricos acerca de la Caología o la llamada “teoría del caos”, sin embargo, considero oportuno intentar un análisis tomándola como base y así lograr aproximarnos y poder entender, lo que se está viviendo en nuestro país, echando un vistazo a nuestra coyuntura comercial, sobretodo en estas fiestas que se dicen navideñas pero que a la larga son fiestas de recurseo, ventas y mil estrategias de venta, sobre todo  para aquellas empresas populares o emprendedores iniciales o antiguos con respecto al día a día.

Según esta teoría, no existe un orden definitivo en los sistemas sociales de cualquier parte, muy por el contrario, existe un desorden que es inherente al orden y amenaza permanente a su desarrollo. Debemos identificar las causas por las cuales el orden deviene en un desorden. Y eso es un tema a desarrollar por parte de los investigadores. De plano cuando se estudia el desorden y se explican los procesos del cambio, se identifican también los procesos que estructuran y desestructuran el mundo y en este caso los espacios generados, por eso que este enfoque nos abre una mirada distinta, creo que ese es el objetivo.  El desorden crea un nuevo orden.

En las calles que son las representativas en ventas ambulatorias y están llenas de comercios, muy conocidas y visitadas, se dan permanentemente cambios en las condiciones iniciales, una formalidad lograda seguro con sacrificios y sensibilidades de muchos emprendedores conscientes de lo correcto, pero la necesidad va creando grandes diferencias respecto a lo esperado al final, y la competencia obliga a generar sucesos comerciales en franca competencia. Otro punto tratado por la teoría del caos, claro que a niveles macro, pero es un indicador que va gestándose en este ejemplo. Pues se convierte en una cadena de cambios que no solo va a lo económico, sino a lo cultural, social y quizás hasta político, porque se comienza a condicionar una nueva mirada a lo que ocurre cotidianamente. Si lo formal cae en la informalidad por necesidad o por presión exógena, vale decir, por las personas compradoras, entonces algo está mal y quizás todo está mal, desde la sociedad cuya percepción es condicionante muy fuerte para los cambios y a veces para la generación del caos. Pero ahora nos abocaremos al tema de empresas populares.

No es predecible en un primer instante, saber que muchos comerciantes, empresarios populares repito, formales ven la necesidad de salir a las calles a competir con la informalidad y contribuyen a la generación del caos y la inseguridad, creando el desorden y auto aniquilando su progreso formal. No lo es, porque es difícil imaginar que algún comercio compita consigo mismo, sin embargo, se da en la práctica, el juego de mercado y las condiciones de oferta y demanda es controlado por el llamado pueblo, las personas informales por naturaleza y en una situación de incoherencia económica, entra al juego económico y condiciona las compras, manipulando el sistema de venta. Es decir, compro lo que quiero y no solamente lo que puedo. ¿Acá me hago una pregunta, quién genera el cambio?, quien genera el desorden? ¿los informales?, ¿los ilegales?, los auto empleados que venden en las calles a destajo? O la misma población que condiciona y se aprovecha del desorden que se crea y que crea un orden legitimado y aceptado por casi todos.

Lo expresé en anteriores artículos, los negocios individuales ven la necesidad de crecimiento y de ubicación, en un espacio que la gran empresa por historia siempre ha dominado, pero que, esta nueva convivencia, le permite tener estas oportunidades y no las están desaprovechando, están abarcando cada vez más espacios comerciales a punta de esfuerzo. La percepción frente a los nuevos emprendedores va cambiando, los negocios van cambiando, sin embargo, hay que considerar, que todos dependen del que compra y hacia ellos hay que apuntar. Generar y fortalecer un orden que cual sistema involucre a la sociedad en su conjunto, motivando un buen flujo.

El emprendedor debe valorar su servicio, su innovación, sus estrategias y no condicionarse a la presión de la necesidad. Trabajo difícil pero no imposible, sino siempre tendremos un rezago de informalidad en nuestro esperado crecimiento de nuestro mercado interno. Juego fuerte que necesita de mucha ayuda del Estado. El caos puede identificarse latente desde este enfoque también.

La conclusión que podemos sacar de todo esto es que si aplicamos esta teoría en las ciencias sociales podríamos explicar por qué los cambios cuantitativos, vale decir, el crecimiento de oferta en el mercado, puede generar resultados cualitativamente distintos. Tenemos la posibilidad de explicarnos los cambios abruptos y las discontinuidades que el mercado peruano genera. ¿Interesante no?

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Formalidad, Hans Behr, Informalidad

“El quiebre del sistema productivo o financiero, está motivando una reconfiguración social y económica

En las Ciencias Sociales y mayormente en la sociología, se utiliza el concepto de Cambio Social, para tratar de entender y luego poder explicar aquellos procesos que alteran los componentes de una determinada y a veces estática estructura social de un país o nación o comunidad urbana o rural. Cambios que son significativos y notorios en la simbología cultural, en el sistema de valores, en la misma organización social con sus reglas de conducta, y también y no menos importantes las reglas que un nuevo juego de mercado emprendedor y una nueva convivencia social obliga.

Este concepto es muy utilizado también, en los estudios de historia económica, en economía misma y en política, y que están vinculados con los cambios de los “paradigmas” en la sociedad humana que muchas veces están validados con la idea de “progreso”, y los cuales están determinados por factores de diversa naturaleza.

En la actualidad podemos considerarlo como un proceso histórico que puede ser estudiado desde diversas perspectivas. La escuela marxista por mencionar alguna, entendió el cambio social, no como algo pasivo sino como el resultado de una constante lucha por dominar y manejarse dentro de una estructura económica y subsistir, y este tratamiento teórico, abre de plano una nueva mirada para comprender nuestra coyuntura post pandemia en el Perú.

Pues dentro de las categorías de los cambios sociales, entre las pugnas sociales, la evolución o actualización social, las revoluciones, yo prefiero considerar en este artículo aquella categoría de cambio que es originada por una crisis y poder avistar los cambios derivados de ella, que motivan lentamente el mismo cambio. Es una realidad donde se percibe una restructuración económica, la cual motiva un gran cambio coyuntural en la economía, y no desde el Estado, ojo, sino desde la base social misma, el quiebre del sistema productivo o financiero, está motivando una reconfiguración, está abriendo una puerta a los paralelos económicos y sociales, peruanos y extranjeros ayudan al sistema a reacomodarse para enfrentar los nuevos retos. Esta lucha por reacomodarse no es una solución, pero es un paso importante para general el cambio.

Cambios en la percepción social de la población a su entorno, por ejemplo, el market llega a zonas impensadas, los cafés de “conversa” son más y nos son exclusivos de un distrito, las motos delivery son parte de la ciudad, y la mirada comercial desde un enfoque distinto cambia las zonas, la competencia internacional en el tema de mercado ya comenzó, las culturas modernas, tradicionales, están luchando, están compitiendo y eso origina o está originando un gran cambio social. Desde que comenzó el gusto por las arepas o las hallacas, y la venta en los veranos de tisana, ahora tenemos pollo a la brasa no peruano que es distinto al acostumbrado y a veces más barato y con un toque distinto.

Es decir, en un artículo anterior y en otros he mencionado, sobre la importancia de las redes sociales, donde decía que las redes sociales, bien articuladas se convierten en fuertes redes económicas de intercambio y ayuda en el crecimiento y desarrollo de quienes las ponen en funcionamiento, y en el Perú esto es algo muy recurrente y de mucho valer, pero quizás desapercibido, por la mayoría. Como fenómeno social, nos acerca a un desarrollo fructífero en lo económico a mediano plazo. Y sobre todo cuando comienza a verse en paralelo y de gran forma una gran competencia de redes sociales que van caminando en paralelo y motivan cambios en nuestra sociedad.

Se están observando a diario, prácticas comerciales y hasta empresariales peruanas, que se generan tomando bases ancestrales, café, miel de abeja, y productos milenarios que ya entraron a un mercado incluso internacional y ha originado una cascada comunicativa entre estos negocios y es muy importante que se masifiquen. La población nacional debería considerarlo comunalmente, pues repito es el comienzo de un nuevo y diferenciado mercado interno para el Perú. Pero, por otro lado, las redes sociales, económicas, migrantes están haciendo su trabajo, y culturalmente está comenzando otra cascada de negocios que con el halo de “moderno” o “extranjero” está captando mercado. No es malo, es el comienzo de una competencia de mercado, donde curiosamente, el componente cultural tiene un privilegiado lugar de análisis, enfoque y definición para la comprensión futura.

Espero que te haya interesado este articulo Papá, lo seguiremos discutiendo en mis sueños, un abrazo eterno viejo!!!!!

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Cambio social, Emprende, Hans Behr
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