En un artículo anterior ensayamos un análisis de lo que significaba el cambio social tratando de explicar aquellos procesos que alteraban los componentes de una determinada y a veces estática estructura social de un país y dentro de las categorías trabajadas en las ciencias sociales consideramos directamente aquella que es originada por una crisis para poder avistar los cambios derivados de ella y que motivan lentamente el mismo cambio, no sin antes mencionar que las pugnas sociales, las revoluciones y las propias actualizaciones son agentes también a considerar.
Pues, conocer las causas de los cambios sociales es la misión académica desde un inicio en las ciencias sociales cuando regularmente se plasma en determinados agentes la responsabilidad de estos cambios: los políticos, los altos sectores económicos o la clase obrera misma, o cuando se recurre también a ubicar fuerzas o poderes inmediatos como los medios de comunicación y el mercado. Todos estos tratamientos teóricos se basan muchas veces en la contraposición natural como decir “sector obrero” – “gran empresa”, mercado inversor – “cultura”, y otras más, y esto se da justamente tratando de definir al sujeto de cambio.
Sin embargo, los conceptos van cambiando y por ende van generando otro tipo de agentes del cambio, los llamados think tanks, las redes sociales del internet, la cooperación internacional, los organismos no gubernamentales, muchos activistas cuyas identidades son colectivas, y los emprendedores, en estos tiempos son llamados a considerarse los responsables del desarrollo. La sociedad manejada y dirigida por la sociedad misma.
Son los emprendedores, los que se han convertido en los protagonistas claves para impulsar los nuevos procesos de cambio social. La mirada hacia el emprendedurismo, se da en la actualidad desde el ámbito científico, político, económico. Existen tengo entendido miles de artículos académicos sobre emprendimiento en la plataforma Google, en muchas instituciones se convocan a concursos para emprendedores, agencias de cooperación que fomentan el desarrollo de iniciativas emprendedoras, las universidades convocan concursos y otorgan premios para emprendedores, existen centros de investigación e incubadoras de empresas, etc., es decir, el emprendedor como figura de sujeto de cambio ya comienza a ser parte de la investigación misma desde muchos campos del conocimiento y desde diversas perspectivas lo que aún no permite tener un concepto común de emprender y el trato del termino mismo.
Cómo se define el emprendedor y cómo se lo percibe realmente es el punto de la investigación actual en muchos lados. Es el emprendedor el reflejo de una sociedad mundial cambiante que lo convierte en el máximo representante del cambio social, es aquel sujeto económico que va a generar nuevos mercados y va a generar nuevos espacios. En una sociedad post industrial, se impone una suerte de flexibilidad que obviamente la impone el mercado con sus demandas generando la aparición y el fomento del emprendimiento. Pues en una sociedad de mercado, y sin analizar mucha teoría, ésta flexibilidad del sistema, individualiza, permitiendo nuevas posibilidades para el desarrollo del individuo y por ende motivando el despegue individual pensado en clara alusión a las posibilidades que brinda un mercado permisible.
Viendo a la sociedad actual como una sociedad de riesgo, en donde los individuos pierden la seguridad que las instituciones tradicionales brindaban, donde se debilitan las identidades culturales y/o étnicas, la religión, entre otros, por la globalización y la movilidad social mundial, es que se percibe al emprendedor como el representante de la modernidad en la flexibilidad y el riesgo, y eso se convierte en parte de su personalidad. Desde la incertidumbre el individuo crea su propia biografía, su emprendimiento.
Sin embargo, esta representatividad del emprendedor no solo debe verse como aquel sujeto de mercado que es flexible, individual y valiente, si nos quedamos en esa definición, entonces el juego de mercado nacional quedaría muy reducido y solo los amigos constituirían la masa de la demanda del emprendedor. En el Perú, existen muchos elementos de reflexión que tienen historia y forman parte de la particularidad que tiene el país al contar con muchas culturas que forman parte de la experiencia social, ecológica y propiamente cultural.
El nuevo cambio social se ha dado y se da constantemente con fuerza y es el emprendedor el que se convierte en casi su máximo representante. No volteemos la mirada y consideremos la oportunidad de un cambio, nuestro cambio como país. Ahí está el secreto. Mucho se aliviaría si consideramos esta coyuntura y aprovechamos nuestra realidad, las poblaciones extremas periféricas y atendidas socialmente no reclamarían, la ecología nos agradecería y más aun sin fortalecemos con sensibilizaciones y capacitaciones este cambio a construir, otro sería el tema.