Si a los problemas cotidianos del trabajo se le suma una desilusión amorosa, las ganas de sacar adelante un proyecto o lanzar una iniciativa de negocio se ven afectadas. En el caso de las parejas casadas, el divorcio combina el estrés con problemas legales y financieros.
Según Elizabeth Taylor, directora de recursos humanos de una empresa de marketing digital con sede en Hertfordshire, pocas personas pueden manejar todas estas preocupaciones y seguir adelante con sus trabajos.
En el blog Motivation Actions señala algunos de los problemas que pueden surgir por este motivo en el ámbito laboral: se cometen nuevos e inusuales errores, frustración (que puede ser dirigida hacia los compañeros de trabajo), se reduce la producción, incapacidad para centrarse en el trabajo, menor confianza en uno mismo.
“Las empresas pueden ayudar a que vuelvan a ser personas productivas y pueden tener la seguridad de que el apoyo que han prestado habrá contribuido en gran medida a crear la confianza y el respeto mutuo presente en la relación empleador-empleado”, precisa. En estos casos, el empleador podría apoyar con asesoría legal o dando algunas facilidades de horario.
¿Cómo sobrellevarlo?
En el aspecto actitudinal, una publicación de la Revista Semana recomienda aprovechar las actividades laborales para concentrarse en un tema distinto al sentimental. Sin embargo, también aconsejan centrarse solo en pequeñas tareas hasta alcanzar un potencial pleno.
Durante los primeros días en los que el choque emocional es más fuerte, el portal The Muse señala que lo importante es concentrarse en uno mismo y no en las redes sociales, los correos electrónicos o los servicios de mensajería para saber si la expareja quiso comunicarse. Recomiendan madrugar para poder tener un ritmo un poco más lento al habitual, mientras sobrelleva la situación.
Al inicio no podrá resolver todo tal y como lo hacía antes, pero con el paso del tiempo, las cosas del trabajo empezarán a ocupar más puntos de su mente. Una vez que esté listo, aconsejan establecer una agenda y un horario para organizar sus responsabilidades. No es bueno presionar a trabajar en todo momento ni a toda hora.
También es importante confiar en algún compañero con el que pueda hablar y desahogarse y pueda ser su resguardo cuando se sienta muy mal o necesite excusarse de una reunión.
Para gestionar mejor las emociones, el portal Lifehacker propone programar interrupciones emocionales, en los cuales pueda darse la libertad de desahogarse porque si ignora estos sentimientos todo el tiempo, lo más probable es que lleguen con más fuerza en el momento que menos espere.