familia

El tema del emprendedurismo requiere obligadamente de un concienzudo análisis económico y social, pues se siguen presentando temas de vital importancia que entiendo necesitan una mirada seria. Las movilidades sociales continúan, los péndulos económicos “de hecho” están existiendo con más fuerza en todas las capitales del pais, las redes sociales humanas se fortalecen cada vez más y no solo dependen del mundo digital, sino que se siguen transmitiendo a nivel de lo presencial, se convierten en un instrumento, la interculturalidad trae consigo nuevos temas por descubrir, nuevas sociedades, muchos cambios sociales también, lo competitivo abre paso a la búsqueda de estrategias a nivel social y claro está a nivel de estado. Ya pasó el tiempo de jugar a ser emprendedor y acuñar esa palabra a toda apuesta momentánea de necesidad, ya es tiempo creo yo, que los emprendedores apuesten por la seriedad que una oportunidad económica de crecimiento y desarrollo les llega, esa empresa debe pasar la barrera del tiempo mínimo establecido por las experiencias vividas en la brega de subsistencia. 

Me parece, que no estamos teniendo la lectura fina de entender que, en esta coyuntura global y mundial, cada vez estamos más motivados a las libertades laborales, a la independencia horaria, o mejor dicho a la empresa hecha a la medida. El emprendimiento es considerado en muchos países como activos económicos que deben ser trabajados, apoyados y seguidos de manera adecuada, pues comienzan a generar pequeños espacios que singularizan la forma en que vivimos y trabajamos. Con éxito, muchas innovaciones pueden variar los niveles de vida, además de crear riqueza, también crean puestos de trabajo y sientan bases modernas para construir una sociedad más prospera. 

En el artículo anterior, mencionamos al campesinado como la unidad productiva por excelencia que soporta todos los cambios económicos y que es vital para la construcción de un gran cambio dirigido por el estado, para ello es muy importante poder integrar los conceptos del emprendimiento con la educación, con la sostenibilidad que brinda el fortalecer capacidades innatas del poblador rural, afianzar las familias para que desde sus conocimientos empíricos y tradiciones culturales de trabajo colectivo puedan generar grandes empresas, donde la asociatividad, venza los egoísmos individuales. Las familias campesinas deben asociarse y con el apoyo del estado, comenzar a hacer frente a los obstáculos cotidianos que los monopolios generan. Los “trucheros”, los “alpaqueros”, los lecheros” y todos aquellos pobladores que busquen obviar los intermediarios tienen la posibilidad de emprender a nivel de sus familias y sus comunidades.

 El ideal de una cultura emprendedora es innovar, es liderar con inteligencia, crear siempre condiciones positivas para la acción y el éxito, es cultivar una mirada consciente y real frente al crecimiento y a la riqueza, así como las habilidades para tomar riesgos, adaptarse y transformar lo pensado en realidad. Para ello las familias rurales constituyen una buena base de apoyo.

Los emprendedores rompen con las ofertas tradicionales existentes, presentan nuevos o renovados productos o afinan los servicios, dando lugar a la creación de nuevos puestos de trabajo y que en ocasiones produce un efecto de cascada o círculo virtuoso en la economía al desarrollar nuevos negocios satisfacen las necesidades de la población y por ende del pais, generando gran incremento en la productividad. Así es como se genera más y mejor empleo que contribuye a un mayor valor agregado de la economía. El empleo y el trabajo también se puede quedar en el sector rural.

Me reafirmo en pensar que los emprendimientos individuales y colectivos son definitivamente un motor para el crecimiento de un pais. Tanto así que ya han sido incluido en la agenda política de muchos países, con políticas públicas, con programas con normativas que garantizan el buen desarrollo de esta actividad, en consecuencia, el pais debe considerar este fenómeno económico y social y hacerlo parte de una estrategia para el crecimiento. Y el sector rural es clave. Repito.

Haciendo un rapidísimo recuento de como en el Perú se trabajan las políticas sociales, podemos partir en primera instancia que no se consideran los emprendimientos como un tema social y mucho menos laboral. Los programas sociales en el Perú siguen siendo asistenciales, temporales y a veces eternos por un lado y en otros un tanto desfasados cuando de capacitación para el trabajo se habla. Falta una gran mirada social, cultural, de afinamiento en estrategias consensuadas y avaladas por el mismo actor involucrado. Es por eso que para plantear un desarrollo económico el reto es sensibilizar a la política, a las instituciones, a los empresarios, para que todos ellos consideren como agentes de cambio a aquellos grupos que suman en recursos primarios y transformables, las familias campesinas, en este caso específico. De esa forma la economía y a la sociedad tendrán un impacto positivo. 

Por otro lado, es muy importante también, que los programas sociales consideren los escalones que la economía construye día a día entre la población, se fije en la verdadera necesidad de la población en general, la rural y la urbana también, (no quiero olvidarme de lo urbano), los autoempleos deben tomar forma de emprendimientos monitoreados y estratégicamente útiles para un crecimiento pais. 

Dar la alternativa de cambio a un poblador o una familia rural, que necesita ayuda es darle un instrumento para construir su desarrollo. No todo es asistir, el acompañamiento de las capacidades y fortalezas en el poblador peruano permite ver éxitos empresariales en todos los niveles, como ya se ha escrito, desde las empresas comunales hasta las innovaciones que la cultura te permite. Los andes y la amazonia saben emprender también, las familias saben emprender, solo es cuestión de captar la idea de desarrollo y escucharlos.

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[MIGRANTE DE PASO] Yo vi a Papa Noel, el recuerdo es tan vívido que es difícil creer que fue producto de mi imaginación. Claramente lo fue. La mente de un niño es capaz de todo. No sólo lo vi a él. Lo vi en su trineo volando y soltando una camiseta de la U. Lo que pasó en verdad es que en las bolsas de regalos, una mía y otra de mi hermano, siempre ponían lo mismo, pero se olvidaron de la camiseta en la mía. Mi padre se subió al techo y tiró la camiseta de fútbol hacia el jardín. Me dijeron que Papa Noel estaba tirándome el polo porque se había olvidado. Si no supiera que todo fue un invento para llenar el mundo de un poco de magia, estaría convencido hasta el día de hoy que lo vi. Está en mi memoria. 

Fue unos cinco o seis años después que descubrí que no existía. Por una conversación de mi padre con el vendedor del playstation 1 que nos regalaron. Me parece necesario este engaño juguetón por lo menos una vez al año. Entre tanta tragedia y disputas absurdas un poco de magia no cae mal. Queda claro que no todos la pueden gozar. No todos los niños tienen la suerte de contar con una familia o una situación que les permita disfrutar de este momento de goce compartido. Se podría decir que todos jugamos un poco en estas épocas navideñas. O somos engañados o somos de los que engañan. Todo para seguir con el hechizo regalón.

En mi caso nunca se trató del nacimiento de Jesús. Era una celebración de familia, comida y regalos. Mi familia nuclear siempre fue pequeña. Éramos mi hermano y yo, mis padres, mi abuela y mis dos tíos. Escribiendo esto desde el avión voy acompañado de mi prima y mi sobrina de 10 años que sigue teniendo la ilusión navideña; la familia creció un poco. Mi hermano ya está casado y su esposa es parte de la familia desde antes de su matrimonio. Cada vez aumenta más.

Esta semana que culminará entre chancho, pavo, risas, envolturas y un poco de champán coincidió con un cambio radical en mi vida. Después de dos años regresé a mi país, cumplí 30 años y una despedida para siempre se juntaron en pocos días. Aún es muy cercano ese adiós como para ponerlo en palabras. Sólo puedo decir que, por motivos incontrolables, uno de los guías que iluminaba la exploración de mi propio ser se vio obligado a apagar la antorcha. Nunca había querido que exista algo como el cielo o reencarnación. Lo que sea, algo más que la nada misma en la que creo. En algún momento, después de compartir un cigarro con su recuerdo, donde sea que honren su vida, sentiré lo que es una pérdida.

Tras dos años en el extranjero experimenté lo que es la soledad. Te carcome y corroe la cordura, que de por sí la tengo un poco desfasada. Mis propios engaños me redujeron a un ser diminuto que estaba solo y sin rumbo en un mundo desconocido. Me sentía desintegrado. Mi hermano y María Angela, mi amiga y su esposa, viven en Nueva York juntos. Mis padres en Lima juntos; y, mi abuela con mi tío en Miami. Yo estaba solo, había momentos que hablaba en voz alta sólo para escuchar mi voz. En fin, fueron dos años donde puse a prueba mi mente y autocontrol. No eran más que engaños que invadían mis pensamientos. Lo que aprendí es que no quiero estar solo nunca más. Mi hogar será donde está mi hermano. Tal vez en algún momento yo tenga pareja e hijos, nadie sabe. Pero por ahora daría mi vida para tener una Navidad más con mi familia.

He tomado pésimas decisiones y no sé qué consecuencias habrán tenido en la gente que quiero. Mis veintes estuvieron marcados por drogas, caos, una decepción amorosa que fue bastante fuerte para mí, peleas en la calle y furia incontrolable. Trataba de mantenerme calmado, pero bastaba una chispa para incendiarme. Situaciones de las que no estoy seguro cómo sigo vivo. Sin embargo, es fácil fijarse en lo negativo, hasta cierto punto, pero también tuve muchos logros que aprendí a celebrarlos después. Darle vueltas a mi última década genera pensamientos que no valen la pena. A veces se incrustan en mí, incógnitas como ¿merezco este momento feliz? La verdad es que sí, aunque sea unas cuantas veces al año le agradezco a la vida misma poder permitirme disfrutar de la gente que quiero, mi familia. Eso es lo importante de la Navidad, a quién le importa el nacimiento de Cristo en el fondo. Mientras escribo esto me río. Quién me creo intentando esparcir una sabiduría que no tengo. Como me dicen mis padres: “Aun te quedan 50 años de vida, por lo menos”. Supongo que en estas épocas la melancolía se escurre entre las conductas y me hace pensar cosas así.

Antes no podía calcular la suerte de que mi teléfono suene y sean mis padres llamando o mi abuela, de 89 años. No todos tienen esa suerte. Es verdad que acabó una etapa. Antes de volar, rompí todos mis apuntes y dibujos que había acumulado en los últimos años. Pensé en guardarlos en algún lado, pero no habría significado lo mismo.  Mientras lo hacía recordé la primera vez que escribí algo por mi propia cuenta y convicción. Tenía algo que ver con un amor infantil y también con la sombra de mi excelsa familia. Lo terminé de escribir y a las horas le robé un encendedor a mi hermano para quemarlo. Nunca recordaré exactamente lo que contenía ese papel.

¿Por qué lo hice? Los años que vienen me voy a dedicar a viajar, escribir y leer. Navegaré como un pirata buscando los tesoros que esconde el mundo, mi intuición me lo susurra desde niño y ahora es el momento. Nada me amarra para no hacerlo. Creo que lo hice por eso, en esta nueva travesía mi valija emocional tiene que estar ligera y con espacio para cosas nuevas. Lo hice ahora que voy a ver a todos mis seres queridos reunidos. Una Navidad sin árbol en casa. Me equivocaba pensando que no tengo nada cuando lo tengo todo. Incluido personas que quiero proteger más allá de la obligación. Eso me hace más fuerte. En este divagar de palabras escritas les muestro todo lo que me genera esta época del año. Solo puedo finalizar diciéndoles: ¡Feliz Navidad!

 

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[PIE DERECHO]  La Navidad, para un ateo contumaz como el que escribe, no es una festividad religiosa. Además, me cuesta entender cómo así para los cristianos es la fiesta más relevante, cuando debería serlo la Semana Santa, cuando se conmemora la resurrección de Cristo, la esencia del cristianismo (sin ella, no habría fundamento para esta religión monoteísta). Pero, en fin, son devenires de la conjunción de lo sagrado y lo profano que escapan a mi potestad ejercida desde los extramuros de este cuerpo de creencias.

La Navidad es para mí una fiesta familiar, gastronómica, alegre. Nunca he dejado de celebrarla en casa, tratando de reunir, en casa abierta para quien quisiera acudir, a la mayor cantidad de miembros de la familia. A sabiendas de que es un objetivo cada vez más difícil, ya que mi familia no ha sido ajena a la diáspora que hoy afecta a muchas familias en el país. Mis hijos viven fuera, uno de ellos recién ha vuelto para embarcarse en nuevos rumbos, el otro ya radica permanentemente en el extranjero, mi familia política también tiene un pie fuera y otro dentro, pero aún así nos arreglamos para tratar de celebrarlo juntos.

La familia es importante. Lo familiar es lo siniestro, decía Freud. Es verdad. Siempre aconsejo no escarbar mucho, salvo que uno lo haga en una sesión de psicoanálisis. Apenas se rasguña la superficie aparece el vómito negro que toda familia, aún la más feliz, tiene bajo la epidermis. No hay necesidad de ahondar. Basta con disfrutar los cientos de motivos que existen para celebrar su vigencia unida.

Duele que esta Navidad muchos peruanos no la pasen bien. Con deudos recientes que recordar -por la pandemia o por la represión violenta de principios de año-, con los efectos de la crisis económica debida a la impericia de un gobierno que ha empleado todas sus energías en sobrevivir políticamente y ha descuidado las tareas esenciales del ejercicio público, con una cifra impresionante de víctimas por culpa de la desbordada inseguridad ciudadana.

Pero a pesar de todo, los peruanos podemos darnos maña para celebrar, porque somos un pueblo resiliente, marcado por la adversidad, pero capaz de sobreponerse, y donde la mayoría -estoy convencido de ello- son personas de bien, que actúan con honestidad, que ayudan al prójimo, que quieren a sus familias, que trabajan más de la cuenta para llevar el pan a sus casas. Ya llegará un buen gobierno que extirpará los tres grandes males del país: la corrupción, la violencia y el mal manejo económico del Estado.

Por ello, no puedo dejar de escribir esta columna sin desearle a mis lectores que pasen una feliz Navidad con los suyos y que sigan sacando fuerzas de flaqueza para resistir y prepararse para un mejor porvenir, que nos merecemos.

La del estribo: si aún no han comprado el regalo navideño que necesitan, vayan a una librería -de las tantas que resisten heroicamente en el país- y compren y regalen un libro. Cuestan menos que un juguete o un artefacto electrónico y dejarán una huella imperecedera en quienes lo reciban.

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Las graduaciones en Estados Unidos ofrecen no solamente esa visión de reflexión, sino muchas veces la esperanza de un futuro mejor para la familia y para el graduado en sí. Es emocionante ver a tantos chicos graduarse y cumplir con los fundamentos básicos educativos.

Realmente, felicito a cada uno de esos graduados de este año académico 2023 ya que es el año que mi hija nacida, en el 2004, le corresponde graduarse. Quiero celebrar a cada uno de los integrantes de esa PROMO porque han sobrepasado muchas cosas, especialmente la pandemia. Pero también un gran abrazo a sus padres.

Miremos y tratemos siempre con comprensión y generosidad en casa a nuestros hijos, no esperando que solamente el maestro cargue con las responsabilidades fundamentales como son el respeto, la solidaridad, la compasión y la empatía. La formación de ciudadanos comienza mucho antes de la escuela.

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¿Por qué nuestro país está tan desfasado en cuanto a la salud sexual y reproductiva? No solo es necesario que el Estado peruano cuente con una legislación específica sobre las técnicas de reproducción humana asistida y se incluyan como prestaciones básicas, sino también generar conciencia sobre la infertilidad y las acciones preventivas que se pueden tomar. Muchas parejas hoy en día deciden tener su primer hijo pasados los 30 años, y es recién en ese momento que algunas se enteran de las dificultades que tendrán para lograrlo.

A los 25 años la mujer tiene un índice de fertilidad óptimo, por lo que, según especialistas, lo ideal sería empezar a congelar los óvulos a partir de esa edad. Por desgracia, actualmente no se genera conciencia sobre ello, y muchas veces puede llegar a ser muy tarde cuando la mujer decide hacerlo, además de que es un tratamiento bastante costoso y accesible para un porcentaje bastante reducido de la población.

La infertilidad no debería ser un tema tabú y sus tratamientos tampoco deberían ser un bien de lujo. Toda mujer y/o pareja deberían estar informadas sobre esto desde jóvenes, y deberían poder acceder a los tratamientos necesarios de ser el caso. Que el 20% de parejas en nuestro país tengan problemas de fertilidad no es poca cosa, y el Estado debería ponerlo en agenda para que no solo los privilegiados puedan tener una solución a su alcance.

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Mientras me acercaba a la puerta del hermoso edificio sanisidrino pude escuchar parte del diálogo que sostenía el portero con un señor que cargaba dos pesadas bolsas de tierra y parecía estar esperando a que lo dejaran pasar.

  • Lo siento amigo, nadie me ha dejado dicho nada no lo puedo dejar pasar
  • ¿No te han avisado? Pero hermano, yo trabajo acá hace ocho años, me ves todas las semanas, si no entro las plantas de la señora se van a morir…
  • Lo siento amigo, son las reglas….. ¡Buenos días caballero pase usted! – Me dijo el mismo portero mientras me indicaba el camino hacia el ascensor con su mano derecha.
  • Voy donde la Señora Madeleine, no sé qué piso es… – Le respondí
  • No se preocupe, ahora mismo aviso para qué lo jalen, ¿su nombre?
  • Jaime
  • Perfecto don Jaime, pase no más

Subí al ascensor y mientras esperaba que me jalen continué oyendo la conversación entre el portero y aquel jardinero socialmente desubicado que intentaba entrar al edificio.

  • ¿Y cómo a ese señor lo dejas pasar?
  • Es que él es residente
  • Pero si no vive aquí, yo conozco a todos los residentes
  • No, residente de San Isidro, es de la zona…

Unos segundos después se abrió la puerta del ascensor y me encontré frente a una sala muy grande, con un ventanal de fondo con una hermosa vista al Lima Golf.

  • Hello Sir, I’m Norka, this way please – Me dijo la sirvienta que me recibió mientras me llevaba por la sala.
  • Hi Norka, thanks, ¿habla usted español?
  • Sí, pero también en inglés sí prefiere, la Señora nos ha preparado para recibir a todo tipo de visitas… un momento – Dijo la sirvienta mientras se señalaba el oido derecho en el que llevaba un solo airpod. – Yes Madame, el joven está acá conmigo, si señora ya le expliqué lo de los idiomas, parece que prefiere en castellano, si, la chica de Don Hernando está esperándonos en el living de servicio… si, no se preocupe, usted quedará regia, like a lady señora.
  • ¿Ha venido también la señora que trabaja con Hernando?
  • Si, María, es que don Hernando pensó que ya que yo le hablaré de las virtudes de la señora Maddie, pues sería mejor aprovechar para que María también le mencione las de él, que según comenta María son bastantes, las tiene todas anotadas.

Unos segundos después de atravesar una gran cocina entramos a una pequeña sala en la que estaba María, quien al verme se puso de pie de inmediato, casi que con culpa.

  • Hola María buenos días, espero que no les moleste si grabo la reunión, es para tener registro. – Maria se tocó el oído, donde cargaba ella también un airpod y luego me respondió.
  • Dice que no hay problema joven.
  • Not a problem. – Dijo también Norka – está todo autorizado.
  • Bueno, entonces empezamos, a ver chicas, además del trabajo que les han dado, ¿Cuál creen que ha sido el impacto que han tenido sus patrones en sus vidas?
  • Me first! – Dijo Norka – La señora Madeleine… disculpe un momento – Se llevó la mano al oído, para oír bien y luego continuó – Si señora perdón… Bueno Miss Maddie para mi ha sido una verdadera bendición, de verdad que ha sido un blessing, no solo me ha enseñado para qué sirve cada cubierto, cosa que puedo poner la mesa en cualquier lugar del mundo, sino que además ella se preocupa de verdad por mi, hasta políticamente.
  • ¿Políticamente?
  • ¡Si! Ella por ejemplo se encargó de protestar cuando sacaron esa ley terrible del servicio doméstico…
  • ¿No estaba de acuerdo con la ley usted Norka?
  • No joven James, porque esa ley nos quería dar más dinero sin trabajar más, y eso es injusto para las patronas.
  • Es cierto, el Sr Hernando también me defendió contra esa ley, él protestó con su twitter – agregó María mientras prestaba atención a su audífono. – … Y dice que su tweet tuvo muchísimos likes y de gente super importante.
  • ¿Entonces ninguna de ustedes dos está de acuerdo con que les paguen más?
  • Es que hay formas joven James, así con envidias y comunismo no vamos a salir adelante. Hay varias amigas de Miss Maddie que están viendo si despiden a sus empleadas, porque la economía ya no es la misma, incluso Miss Maddie me dijo que ganando Castillo capaz me iba a tener que botar también, y yo la entiendo.
  • Felizmente eso no ha pasado, sería terrible.
  • Un momento Joven James, Miss Maddie me aclara por interno que eso último ella lo dijo como una broma, que no me iba a botar y que su economía está más fuerte que nunca, que no es en serio…
  • Ok…
  • Sí, dice que just kidding, que ella siempre hace bromas conmigo, es porque tenemos mucha confianza y a mí sus bromas me hacen reír muchísimo.
  • Don Hernando dice que él también hace muchas bromas y que todos siempre se ríen.
  • Bueno, me alegro de que la pasen bien trabajando, espero que hayan podido ahorrar también con lo que les pagan.
  • Si, yo todos mis ahorros le he dado a Miss Maddie para que los mueva en la bolsa, casi siempre va bien, solo una vez perdí todo, pero dice la señora que de a poquitos me lo va recuperando, ella sabe mucho de dinero.
  • Perdón Joven Jaime – Me dijo María – Me comenta el Sr Hernando que si vamos a hablar de manejar portafolios y de economía me dé la palabra, porque él es experto en eso y yo soy su representante.
  • Ok claro, no hay problema, ¿Don Hernando también le ayuda con su dinero?
  • no… Pero me dice que le comente que él siempre me ha dado copias de sus libros, hasta con dedicatoria, pero que yo no los he leído porque prefiero ver programas de espectáculos.
  • Ah ok, ¿Es usted fan de los programas de espectáculos?
  • No, nunca los veo, pero si el Sr Hernando lo dice debe ser por algo, él es un hombre muy educado, sabe mucho, así que él sabrá.
  • Joven Jaime, Miss Maddie me dice que le diga que ella también es super educada, en el extranjero también.
  • ok… Miren, ¿Qué les parece si se quitan esos audífonos y así yo puedo conversar directamente sobre ustedes, Maria y Norka, sin que ellos les digan que decir? – Hubo unos segundos de silencio. Luego Norka empezó a hablar
  • La señora Miss Maddie me dice que mejor no, que ella prefiere que estemos conectadas por si hay alguna emergencia y yo tenga que ir a atenderla.
  • Sí, y Don Hernando me dice que no hay problema con el audífono, que todas lo que tengo para decir lo hemos revisado juntos, incluso con su abogado y que estamos de acuerdo en todo.
  • Miss Maddie es abogada, ella misma ha revisado todo, no ha tenido que llamar a nadie para que se lo haga… – agregó Norka mirando a María con desprecio.
  • Pero es que así no tiene sentido – Dije – Si los que van a hablar son ellos entonces no tiene sentido que me reúna con ustedes, mejor lo hago con ellos directamente y así me dicen cuales son sus propias virtudes con exactitud…
  • Dice Don Hernando que excelente idea, que entonces mejor la próxima semana se toman un traguito los tres y así él le cuenta todo lo que ha hecho por mí.
  • La señora Miss Maddie está de acuerdo, dice que será mejor así todo, sin intermediarios que confundan las cosas, y dice que no es que nosotras siempre vayamos a confundir las cosas, pero que como no tenemos educación universitaria pues tampoco se puede esperar mucho de lo que podamos decir.
  • ¿Entonces la próxima semana me reúno con ellos para que ellos me digan lo que ustedes sienten sobre ellos?
  • Eso mismo – Dijo María
  • Le acompañó al ascensor entonces…

Empezamos a caminar hacia el ascensor y yo me encontraba completamente desconcertado, esta visita había sido un completo fiasco, no entendía como esto iba a ayudar a mejorar la imagen de los pitucos. Estaba perdiendo la esperanza cuando recibí una alerta en mi celular, era mi banco avisando que había recibido un gran depósito acompañado de un mensaje que decía. “Enjoy Çjimmy! See you next week! Hernando”. Debo admitir que me quedé mucho más tranquilo.

To be continued

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El pasado 21 de junio el Tribunal Constitucional emitió la sentencia 641/2021, la cual abre la puerta para traer abajo una de las instituciones patriarcales más naturalizadas que tenemos: la obligatoriedad de poner el apellido paterno en primer lugar.

La máxima instancia judicial del país, a través del análisis de un caso concreto, establece que, cuando el artículo 20 del Código Civil señala “que al hijo le corresponde el primer apellido del padre y el primer apellido de la madre”, no puede interpretarse una jerarquía, por lo tanto, no debe obligarse a las personas a usar como primer apellido el paterno.

Es interesante notar como el TC, en su argumentación, reconoce que existe un contexto histórico de discriminación hacia las mujeres; por lo que la práctica de generar un orden de prelación entre los apellidos responde a lógicas de exclusión que el Estado debe enfrentar para garantizar el derecho a la igualdad en el ámbito familiar y el derecho a la identidad.

En concreto, el TC señala que los padres y las madres deben ponerse de acuerdo en el orden de los apellidos, por lo que exhorta al Congreso a modificar el artículo 20 del Código Civil, estableciendo los mecanismos para la resolución de discrepancias entre los progenitores.

Con estas definiciones se abre una gran oportunidad para que las y los congresistas se comprometan con la igualdad y recuperen los proyectos legislativos que se encuentran en el Congreso – desde el 2017-  sobre esta materia.

Recordemos que, la primera legisladora que plantea esta iniciativa fue la ex congresista Marisa Glave, quién advirtió lo discriminatorio de la norma y su impacto sobre la vida de miles de personas. A su proyecto de ley le siguieron otros que acumulados lograron un dictamen aprobado en la Comisión de la Mujer y opiniones favorables de diversos sectores.  A la luz de la actual sentencia del TC se requiere exonerar de dictamen en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, para que la propuesta sea priorizada y pase directamente al pleno, sea debatida y – esperemos-  aprobada; garantizando que el contenido y los mecanismos para la solución de discrepancias entre las partes, respondan a criterios de no discriminación.

A pocos días del bicentenario este Congreso tiene una última pero gran oportunidad para contribuir con la igualdad, modificando una norma patriarcal y que ha perpetuado relaciones desiguales en las familias, así como limitado el derecho a la identidad. Muchas madres, padres, hijos e hijas, lo agradecerán.

Es tiempo de garantizar  #ApellidosEnIgualdad.

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Apellidos, familia, Tribunal Constitucional

El cambio de ritmo laboral provocado por el teletrabajo a causa de la pandemia, generó una serie de regulaciones para asegurar el bienestar de los trabajadores que han tenido que convertir parte de sus hogares en oficinas. Una de estas regulaciones es la del derecho a la desconexión digital.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo precisa que esto implica que el trabajador tiene derecho a desconectarse de los medios informáticos, de telecomunicaciones y análogos, como Internet, telefonía, entre otros, utilizados para la prestación de servicios. También se considera tiempo de desconexión digital los días de descanso semanal, días feriados, días de descanso vacacional, y días de licencia.

La psicopedagoga María José Roldán recomienda algunas actividades para desconectarse y disfrutar en familia:

Preparar la cena juntos

El compartir la comida siempre será una actividad que refuerce los lazos de la familia. Elijan algún día de la semana en que estén todos libres para que puedan pasar tiempo de calidad preparando alguna receta para finalmente compartirla. Este se convertirá también en un espacio de conversación para acercarse un poco más.

Hagan planes al aire libre

Puede que los fines de semana sean tu único tiempo libre y no necesariamente desees hacer actividades que requieran energía. Las actividades en familia no tienen que ser demandantes. Pueden dar una caminata por la playa, ir al parque o hacer un picnic en el campo.

Comparte aficiones

Piensa cuáles son los hobbies o aficiones que pueden compartir todos juntos en familia para disfrutar. Puede ser algo tan simple como montar en bicicleta o reunirse en torno a algún juego de mesa. Ejercitar el cuerpo o la mente mientras pasamos tiempo en familia siempre será una buena opción.

Momento de relajarse

Pasar tiempo de relajación en familia también es una gran forma de disfrutar del tiempo de calidad. Pueden poner en práctica técnicas de respiración y relajación, meditar, leer juntos, o pintar libros de arte. Existen muchas formas de disfrutar del tiempo juntos dentro del hogar.

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Descanso laboral, Desconexión digital, familia

La carga laboral y el tiempo que los peruanos dedican al trabajo ha incrementado en el último año debido al teletrabajo, consecuencia de la pandemia.  Un 73% de los trabajadores aseguran que su carga laboral se incrementó entre 1 y 5 horas al día, según el “Barómetro Edenred Perú 2021: La situación laboral a un año de la pandemia”.

Esto puede traer consigo múltiples problemas, como el descuido de la vida familiar. Gabriela Turiano, coach y experta en la gestión de tiempo para maximizar empresas, brinda algunos consejos para encontrar el balance adecuado, sobre todo para quienes son padres de familia:

1.- Elimina lo que te hace perder tiempo

Aprende a dejar de hacer aquello que no te beneficia. Usa la regla de las 3D: delegar, desechar y descontinuar. Descontinúa todo lo que ya no funciona como antes, que no genera resultados y que te quita más tiempo, energía y hasta dinero mantener. Puede ser un producto o servicio, o incluso una estrategia que ya no está dando frutos. Desecha aquello que no te trae un beneficio concreto, delega lo que otra persona puede hacer mejor que tú o de manera más eficiente.

2.- Usa tu tiempo de forma inteligente

Piensa en tu tiempo como si fuese dinero. ¿Estás gastándolo o invirtiéndolo? Plantéate las siguientes preguntas para asegurarte de estar usando de forma correcta tu tiempo: ¿cuánto tiempo voy a invertir en este proyecto? ¿cuánto estoy dejando de ganar por invertir en este proyecto el tiempo que podría invertir en generar clientes o ingresos para mi negocio de otra forma? Si descubro que es una buena inversión, ¿en cuánto tiempo voy a recuperarla?

3.- Enfócate en las tareas prioritarias

 Deja la dispersión y la confusión, pues estas generan que busques hacer muchas cosas a la vez.  Enfócate primero en las actividades urgentes y que permitan un avance sostenido. Cuando se trabaja pocas horas o cuando los días son caóticos, es difícil seguir esta regla, pero procura que el 50% de tu tiempo esté destinado a lo imprescindible, y durante esos momentos, evita las distracciones como revisar redes sociales.

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