[EMPRENDE] La mayoría de los antropólogos resume el concepto de comunidad como aquellas instituciones sociales que se constituyen en unidades básicas, que tienen modos de asociación elementales, grupos humanos cuyos miembros tienen intereses, cultura, prácticas, percepciones, y valores en común, etc. Por esta razón, la comunidad se convierte en un elemento importante de observación para diversas investigaciones que en la actualidad pueden permitir se abra el entendimiento de cómo la cultura a veces se transforma. La comunidad genera condiciones de subsistencia, convivencia y desarrollo de los individuos, y de su socialización, de ahí se presentan redes que crean vínculos que funcionan como base y permiten el acceso a bienes y servicios de necesidad de las personas en el espacio ocupado. Hay actividades que se dan en espacios determinados acondicionados para el desarrollo de la convivencia comunitaria.
El espacio geográfico permite diversas interacciones, que se dan con el medio ambiente, donde el sistema de adaptabilidad de las personas va condicionando la convivencia en diversos aspectos, entre ellos, el económico. Con la generación de expresiones culturales se va construyendo identidades comunitarias. Por otro lado, existen individualidades que van presentando particularidades, como sujetos mismos, como ciudadanos, como habitantes, hasta como lideres. Entonces, la interacción de los individuos genera pensamientos conjuntos. En términos socio económicos, es necesario considerar también este concepto para desarrollar algunas ideas que van siendo utilizadas y que a futuro constituirán en las zonas urbanas, sobre todo, una nueva fuerza de atención y seguimiento. Ya existe, sin embargo, aún están siendo invisibles para muchos. Eso en un espacio emprendedor debería ser considerado.
Las comunidades en todo lugar contribuyen a la formación de las identidades, convirtiéndose en el marco de referencia para el fortalecimiento o quizás debilitamiento de los valores, para las percepciones o también para los comportamientos y actitudes, que pueden ser regionales y/o locales, hasta cierto momento barriales, sin perder de vista, también que se pueden o ya se han generado las comunidades internacionales con el componente digital. La comunidad se generaliza en construcción desde otras perspectivas, pero a su vez se hermetiza por la identidad colectiva que se va generando en espacios independientes y diferentes. De esta forma cada ser humano va a aceptar o se va a enfrentar a un continuo proceso de construcción de su propia identidad, percibiéndose en muchos casos, como parte de un colectivo mayor que lo diferencie de otra comunidad. Las adhesiones a distintos grupos van formando de alguna forma comunidades que afectiva y responsablemente impulsa el respeto a reglas, a la colaboración entre sus miembros, y de esta forma contribuye al desarrollo y crecimiento conjunto. En este lado tiene mucho que ver la construcción de las percepciones.
Teniendo como base, este argumento que intenta redefinir, en estos tiempos algún rasgo del gran concepto tradicional que tenemos de comunidad es que avistamos la generación o formación de un tipo distinto de comunidades que tiene que ver en parte con las percepciones de las nuevas generaciones. Se van gestando las comunidades de marca y también las comunidades de practica entre otras que trataremos en su momento. En las comunidades de marca, por ejemplo, se van creando grupos de personas que comparten un tipo de identidad vinculada a una marca en particular, pero no solo es eso, es todo lo que conlleva transversalmente con las prácticas, usos y creencias sobre determinadas marcas, cohesionando y hermetizando a los individuos frente al “otro”, de esta forma se va generando los sentidos de pertenencia y también de identidad. La cadena de diferenciación comienza ahí, así de sencillo. Por otro lado, también existen las comunidades de práctica, el futbol, el gym, las motos, etc., van generando también intereses particulares, construyendo significados, y creando una suerte de códigos culturales muy simbólicos frente a una marca.
En consecuencia, es muy fácil, percibir que existe una clara afinidad entre las comunidades que se van formando y que permite la interacción segura de éstas una vez identificadas. Para conseguirlo, es muy necesario entender los valores utilizados desde la practica hacia la marca, cuáles son los códigos o símbolos que identifican, cual es el medio de comunicación más adecuado, de qué forma se van involucrando en formar parte de una comunidad nueva, y muchas otras interrogantes que son necesarias hacerse, para que desde un monitoreo de lo cultural que se percibe también aquí, se pueda sobrellevar un mercado veloz, cambiante, competitivo, y que para los nuevos emprendimientos llanos a la construcción de elementos, les permitan optimizar su oportunidad. Siempre es un reto.
Nuestra formación antropológica nos permite avistar (tratando de ubicarnos en estos tiempos), el fenómeno de las comunidades de una manera holística, percibiendo nuevas prácticas, nuevos valores, distintos símbolos, avistando funciones, identificando jerarquías y notando diferencias. Este ejercicio conceptual y analítico que se ha hecho busca contribuir como siempre al debate hacia el descubrimiento de nuevos caminos de superación. Adelante emprendedores, considerar esta opción de reflexión.