[PAPELES VIRTUALES]
UNO
En los peores momentos de la II Guerra Mundial, unos asesores económicos propusieron a Winston Churchill que suprimiera el dinero destinado a la cultura para emplearlo en la compra de armamento. Él respondió.
- ¿Quitarle el presupuesto a la cultura? ¿Entonces para qué luchamos?
En estos días, una polémica congresista ha elaborado un proyecto de ley para limitar el presupuesto asignado a la golpeada, de por sí, industria del cine. Perjudicando, no solo los proyectos existentes de la capital, sino el de las regiones. Por quienes, la blonda no tiene mucha consideración. Pareciera que le jode las producciones, en quechua o aimara. Incluido, los documentales del tipo Rojo Profundo o La Revolución y la Tierra. Piensa, cojudamente, que estas producciones tienen un sesgo político. Por ende, son inadmisibles. Quieren controlar todo. No solo el Ejecutivo, el Jurado Nacional de Elecciones; sino también, lo que vemos y consumimos.
Mucha gente opinó en las redes sociales; especialmente, en contra de malgastar el dinero público. Un tema muy sensible, en estos tiempos. Otros, los entendidos, defenestraban el proyecto. En resumidas cuentas, se polarizaba la discusión. Lo cual no ayuda en absoluto. El Perú, como país, está enredado en una dicotomía sempiterna, desde que Keiko perdió en 2016. No tenemos políticos creíbles, que nos saquen de ese bucle maniqueísta.
DOS
En primer lugar, excepto Hollywood y Bollywood, en todos los demás países, el cine está subvencionado. Incluido, Gran Bretaña, Francia y España, que cuentan con las entregas de premios más importantes, amén del Oscar. Por estos lares, tenemos la importante producción cinematográfica de Argentina. El INCAA, es el organismo a cargo de la promoción, regulación y fomento de las producciones, hechas en el país vecino. Merece una mención especial, la indudable madurez que han alcanzado sus realizaciones. Buena parte de ellas, tiene un cariz personal, reflexivo y critico a la vez. Si bien, hay del tipo que produce Tondero; esto es, meramente cojudas o livianas.
En segundo término, las subvenciones no alcanzan el 100% del presupuesto de los proyectos, ni en pedo. Hay un jurado especializado que designa a los ganadores de los subsidios. Todo está presupuestado. Dichos proyectos demoran años en poder realizarse. Incluso, buscan financiación en el exterior. Luego viene el vía crucis para la exhibición en salas. Desde hace más de 50 años, que cuesta, un ojo de la cara, hacer películas. Uno de los primeros cineastas fue Armando Robles Godoy. Su incesante trabajo dio frutos. En 1972, la película El Espejismo fue nominada a Mejor Película Extranjera, en los Globos de Oro.
En tercer lugar, los directores y actores no viven de esto. Es un argumento risible, el pensar que ganan millonadas dirigiendo o actuando. Ellos cubren sus necesidades gracias a una segunda profesión. Generalmente enseñan en universidades, dirigen talleres de actuación o, simplemente, de su propio peculio. No más. Ser artista está infravalorado en un país como el nuestro. Donde la mayoría no lee novelas, tampoco le interesa el teatro, los museos y menos el cine local.
En cuarto lugar, pensar que el cine, como industria es igual o parecida a la industria láctea – por ejemplo – es desconocer la naturaleza del cine. Ni siquiera hay punto de comparación. En un espejismo creer que, al producir una película, ipso facto se generará una cuantiosa ganancia. Puede ser una buena película y recaudar poco o generar pérdidas. Ni Hollywood tiene la receta mágica, para tal efecto.
Para terminar, muchos hablan de la sorprendente industria coreana y se preguntan cómo hicieron para expandir su cultura (K-Pop, cine y series). Ha sido un proceso largo y el gobierno ha invertido millones de dólares (en 2020, destinó 80 millones de dólares). He ahí el resultado. Otro ejemplo, es el cine mexicano, en plena Segunda Guerra Mundial –aprovechando que USA estaba en pleno conflicto armado– aumentó considerablemente sus producciones. Mis padres crecieron viendo películas mexicanas. Como aditamento, a dichas pelis, nos endilgaron su música, comidas y modismos. En los setenta, la televisión nos introdujo dos paradigmas inconmensurables.
- El Chavo del Ocho y las telenovelas.
Así quedó establecida la cultura mexicana en Sudamérica.
TRES
Yo he suscrito el proyecto. (…) No veo una sola película que haya ganado absolutamente nada. Son muy malas estas películas, nadie las va a ver al cine. Y finalmente se lo reparte la misma argolla de siempre.
El congresista Cavero.
La viñeta del genial Carlín – sábado 30 -pone en relieve los dislates del congresista- meme. No es de extrañar que el dúo dinámico –Tudela y Cavero– esté detrás del funesto proyecto. Lo que si me asombra es que ambos egresaran de la U de Lima y la PUCP.
- ¿Acaso, en ambos centros de estudios, no les enseñaron la materia de Antropología Cultural, o reprobaron?
Ni siquiera consultaron con los cineastas más renombrados para elaborar su borrador.
- ¿Cómo es posible que prepares un proyecto y no hables con los interesados?
La caricatura, ahondando en sus nimios conocimientos, piensa que las películas solo sirven si ganan algo. El cine es memoria, en el mejor de los casos. No solamente sirve para entretener. Es arte y belleza. Combinando los fotogramas, el guion, vestuarios, paisajes y música. Dando lugar al lenguaje cinematográfico.
Por ejemplo, Canción sin nombre, esta filmada en blanco y negro. Su fotografía es de lo más exquisita. Un guion impecable y actuaciones medidas. La acción se desarrolla en los, posiblemente, peores años del país, finales de los ochenta. Es la ópera prima de Melina León.
- Un país sin cine, es un país sin memoria.
La Boca del Lobo es posiblemente una de las mejores obras, sino la que mejor retrata los horrores de la violencia senderista y la insania militar.
- ¿Se hubiera podido hacer en estos tiempos?
Recordemos que el Arte es, posiblemente, lo que nos mantiene cuerdos en este mundo tan acelerado y deshumanizado, por momentos.
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