¿El gobierno ha empezado a perder el respaldo de Lima?
Claramente se ha evidenciado que los errores que va cometiendo el gobierno en su desesperación por afianzarse en el poder lo que va generando es un clima de mayor zozobra, pero además va generando el rechazo de la propia Lima que al inicio se mantenía un poco al margen de las protestas. Ahora vemos cómo en Lima todos los días hay manifestaciones. Los universitarios salieron tras la intervención policial en la Universidad San Marcos que ha sido un hecho escandaloso y simbólico al ver cómo un gobierno vulnera la autonomía universitaria. Creo que son torpezas que el gobierno va cometiendo y a la población en general la pone en una posición de hartazgo. Había gente que al inicio estaba al margen, pero frente a estas situaciones se está preocupando.
¿Ve al Congreso capaz de poner obstáculos para el adelanto de elecciones pese al crítico panorama que afronta el país?
Del Congreso hay que esperar todo. Incluso cuando cae Alberto Fujimori, el Congreso que estaba compuesto por un sector fujimorista duro termina poniéndose a un costado para evitar una crisis mayor. Hasta el congreso que llegué a presidir toma la decisión de ponerme como presidenta de la Mesa Directiva sabiendo que venía de un grupo político minoritario porque entendían la voz de la calle y por lo menos tenían una capacidad mínima de escucha. Pero al actual con más de medio centenar de personas muertas ni siquiera se le ha movido la pestaña. Ellos parece que viven en una realidad paralela y tratan de decir que lo máximo que pueden dar es elecciones 2024. Tenemos congresistas que lindan con una cuestión demencial, como el señor Montoya que sale a decir que no se le hace caso a la calle porque es la voz de los terroristas. Vemos un Congreso que ha sobrepasado los límites de la mínima conexión que debe tener con la población.
En más de una oportunidad Dina Boluarte ha cuestionado que la gente pida su renuncia y preguntó si esto realmente solucionaría la crisis actual. ¿Usted cree que la renuncia de la presidenta cambiaría el panorama del país?
La situación que tenemos es muy crítica. La sola renuncia de la señora Boluarte no va a arreglar mágicamente las cosas, pero sí es un factor indispensable para poder bajar las tensiones y desescalar la crisis. Es lo mínimo que necesitamos en este momento para empezar a tender puentes y buscar entendimientos mínimos entre diversos sectores. Si la señora no se va, eso no va a ocurrir y la crisis seguirá escalando.
Si la presidencia queda en manos de un integrante apoyado por la mayoría de congresistas cuestionados, ¿la población confiaría en su gestión?
Por supuesto que hay personajes muy nefastos dentro del Congreso y es difícil encontrar personas que puedan conducir esta etapa. Pero se puede presionar para que no sea esta la Mesa Directiva que asuma el periodo de transición sino una que no represente los sectores ultra de derecha o izquierda. Lo interesante de que renuncie Boluarte y asuma el Congreso es que quien lo haga va a estar solamente de manera transitoria.
¿Quién podría ser esta persona?
Hay algunas personas valiosas que podrían asumir un rol pegado a la democracia. Flor Pablo o Ruth Luque, por ejemplo. Pero es claro que hay una animadversión contra ellas por los partidos que representan. Ahora, hay personas que han demostrado mínima sensatez y son los que inicialmente propusieron adelanto de elecciones. Ellos podrían ser quienes asuman el liderazgo y son personas no identificadas con la extrema derecha e izquierda.
¿El gobierno está persiguiendo a sus críticos?
Hay un claro giro al autoritarismo y eso es muy peligroso porque no admites ninguna posición diferente a la de quien tiene el poder. Eso está pasando. Todo aquel que tiene una posición diferente es tachado de terrorista, intervenido y detenido. Hemos visto estos días, con mucho espanto, todo lo que está pasando. Gente que por dar ayuda humanitaria a quienes vienen de provincia empiezan a ser detenidos, amenazados y perseguidos. Hay un autoritarismo muy evidente y hay hechos que lo demuestran, como la intervención a la Confederación Campesina o San Marcos. En provincia han ocurrido cosas escandalosas que no se saben acá. Todo eso demuestran el autoritarismo por el que ha optado Dina Boluarte.
¿Es el momento para que se plantee la posibilidad de una Asamblea Constituyente?
Creo que la Asamblea Constituyente es un tema de fondo que sin duda hay que tratarlo, pero me parece que, en este momento de convulsión, plantearlo no es estratégicamente lo adecuado. Con este gobierno y Congreso, que podrían poner las condiciones, podríamos tener una representación sesgada. Hay que ser muy estratégico. En este momento hay que desescalar la crisis y luego plantear una metodología para hablar sobre el tema y plantearlo democráticamente. Porque también me parece un escándalo que el solo hecho de mencionar la posibilidad de una Asamblea Constituyente ya te haga ver como un terrorista que quiere destruir al Estado.