La caída de Mirtha Vásquez empezó a gestarse a mediados de diciembre. En aquel momento, los asesores del presidente Pedro Castillo le declararon la guerra y dejaron de coordinar con ella. “En esa fecha nos avisaron que los asesores habían llamado a gente ofreciendo cargos de ministros a nuestras espaldas”, dice una fuente cercana a la exprimera ministra.
En el entorno de Vásquez apuntan los dardos a Biberto Castillo, exasesor presidencial cercano a Perú Libre, que fue despedido ayer en medio del caos. Él organizó, por ejemplo, el encuentro entre el mandatario y cuatro exministros de Economía sin la presencia del actual titular de la cartera, Pedro Francke. La reunión se dió el 16 de diciembre pasado. El encuentro fue interpretado como un puñal para Francke, aliado de Vásquez en el Gabinete, y como una señal más del clima de caos y anarquía que se respira en Palacio.

Biberto Castillo era parte del llamado “Gabinete en la sombra” del jefe de Estado. Este grupo está formado, además, por Beder Camacho y los cajamarquinos Rodolfo Idrogo (prensa), Wilson Pretel (jefe de gabinete técnico), Eder Vitón Burga (asesor técnico), Franco Pomalaya (prensa) y José Fernández La Torre. Este último es jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia. Al ‘petit comité’ se ha sumado recientemente Roberto Sánchez, el ministro de Comercio Exterior y Turismo, un aliado incondicional del presidente.
El “Gabinete en la sombra” le hizo la vida de cuadritos a Mirtha Vásquez, marginándola de las decisiones importantes y no haciendo caso a sus recomendaciones. Por ejemplo, de acuerdo a fuentes próximas a la exprimera ministra, los asesores demoraron la promulgación en El Peruano de la ley sobre el referéndum, aprobada por insistencia en el Congreso. El texto, que bloquea una consulta para una Asamblea Constituyente, fue promulgado recién el 30 de enero, cuando había sido enviada el 25 de ese mes. Vásquez había recomendado una promulgación inmediata, como manda la ley.
Por eso no sorprende lo que pasó la tarde de ayer, cuando la expremier le entregó a Eder Vitón, asesor del gabinete técnico del Despacho Presidencial, su carta de renuncia para que la ingrese a mesa de partes. Minutos después de entregarle el documento, el presidente Castillo lanzó un tuit dando la idea de que él despidió a Vásquez y no que ella había renunciado.

“Yo le he entregado [la carta de renuncia] a uno de sus asesores y este asesor se llevó el documento y no regresó más. Nuevamente quiero expresar mi preocupación por el entorno de asesores que tiene [el presidente], que muchas veces hacen que él cometa este tipo de errores”, dijo Vásquez en el programa “Nada está dicho”, de RPP.
Vásquez, en su carta, dijo que renunció por la crisis desatada en el Ministerio del Interior, que terminó con la salida de Avelino Guillén. El exfiscal supremo había sido propuesto por ella como titular de esa cartera.
Lo cierto es que Vásquez no fue capaz de lograr un Gabinete cohesionado. La ahora expremier pidió la cabeza del ministro de Energía y Minas, Eduardo González Toro, una carta de Perú Libre, y no pudo imponerse.
Además, tuvo roces con el ministro de Salud, Hernando Cevallos, por el asunto de la Asamblea Constituyente. Cevallos estaba a favor de promover el tema, ella no. “Ella se vio debilitada cuando anunció que no extendería los contratos de cuatro minas en Ayacucho y luego retrocedió rápidamente. No se le vio muñeca política. Ahí perdió fuerza al interior del gobierno”, dice una fuente palaciega.
EL CERRONISMO EN PALACIO
La guerra de los asesores presidenciales con Mirtha Vásquez coincidió con el acercamiento de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón. El jefe de Estado llamó ayer al líder del lápiz para conversar sobre la crisis política, de acuerdo a una fuente de Perú Libre. Cerrón, al no estar en Lima por sus restricciones legales, envió a Palacio una comitiva perulibrista encabezada por su hermano, el congresista Waldemar Cerrón. Este anunció en Twitter que sería el nuevo primer ministro y luego borró la publicación.
“Hemos hablado de la coyuntura política, pero no de propuestas para el Gabinete. Nos preguntó cuál era la mirada que teníamos. Le hemos dado nuestro punto de vista”, dice a Sudaca el legislador de Perú Libre y exprimer ministro Guido Bellido.
El lápiz busca retomar el protagonismo perdido en el gobierno. Y Castillo ha dado muestras de acercamiento con la llamada a Cerrón en plena escalada. Aun así, Roger Nájar, integrante del buró político, descartó en la interna asumir el premierato.
Eso sí: los perulibristas están con la sangre en el ojo. Según una fuente del partido del lápiz, han planteado al presidente Castillo una cirugía mayor: cambiar el 70% del Consejo de Ministros. De acuerdo a un asesor de Cerrón, este le ha sugerido al presidente restarle poder a Verónika Mendoza, su eterna rival. También ha pedido sacar del juego a la vicepresidenta y ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte, recientemente expulsada de Perú Libre.
Mendoza, en este momento, ha marcado distancia con el presidente por la renuncia de Guillén. “Lamento profundamente la renuncia de Avelino Guillén, un hombre honesto y valiente que se enfrentó siempre a la corrupción y al autoritarismo. Presidente, el país merece una explicación por lo ocurrido y acciones firmes que precisen el rumbo de su gobierno”, escribió el 30 de enero. El titular del MEF, Pedro Francke, también expresó su solidaridad con Guillén en las redes sociales, en lo que será una de sus últimas acciones como ministro.
La ministra de la Mujer, Anahí Durand, no siguió el mismo camino que sus correligionarios Francke y Mendoza. Durand, quien ha sido elegida como nueva presidenta del Nuevo Perú, estuvo en desacuerdo con los pronunciamientos que debilitan la alianza con Pedro Castillo, de acuerdo a fuentes de la organización izquierdista.

Lo cierto es que, en estas horas, los puñales están a la orden del día. El desgobierno es tal que hasta los asesores del presidente Castillo andan enfrentados entre sí. Los integrantes del llamado “Gabinete en la sombra” libran una batalla con el secretario general Carlos Jaico Carranza.
Beder Camacho, el subsecretario general, pidió a Contraloría investigar a Jaico por usar un auto Grand Cherokee Overland, que pertenece a la Dirección Nacional de Inteligencia, cuando estaba de licencia. Jaico ha contragolpeado acusando a Camacho de reunirse de manera clandestina con el jefe de la Policía, Javier Gallardo, manzana de la discordia en el conflicto con Avelino Guillén. A Biberto Castillo, Jaico lo despidió con un memorando.
Pedro Castillo se reunió esta mañana con congresistas del ala magisterial, como Edgar Tello, Óscar Zea y Katy Ugarte. El tiempo apremia y el presidente no tiene mucho por donde escoger.