sociedad

¿Y los puentes? 

He señalado en otras reflexiones que hoy la universidad, inclusive la privada, es un espacio de encuentro de todas las sangres y he invitado a los estudiantes a conocerse: a la “pituca” que veranea en Asia a convidar a sus compañeros provincianos a su casa de playa, tanto como a la estudiante de la sierra, que vive en una estancia rural en Ayacucho o Cajamarca, llevar a la “pituca” y a los demás a disfrutar de su tierra, vivir sus costumbres, para así conocerse, comprenderse y compartir las diferentes realidades del Perú. Les he dicho que está en ellos construir la nación que no somos porque están todos juntos y es la primera vez que estamos todos juntos. Entonces alternemos, en lugar de adoptar posiciones los unos en contra de los otros.

Tal vez esta propuesta será fustigada con indignación o tildada de ingenua, porque nada es más fácil que destruir o desarmar, y es desconcertante constatar la reiterada adopción de posturas sin mayores matices, y, lo más alarmante, sin propuestas para la solución de una problemática que es real. ¿Qué hacer para que un día en el Perú baste con llamarnos peruanos para vernos, tenernos y reconocernos como iguales, y en una sociedad en el que la diversidad cultural se conciba como una ventaja y no como una línea divisoria? 

Criticar es muy fácil, si somos científicos sociales es para pensar estos temas en profundidad y ofrecer alternativas de solución, esto es tender puentes. El país lo necesita a gritos. 

 

 

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Cultura, sociedad

Fue a partir de la década de los noventa que el estilo de José Luis Perales comenzó su camino hacia el baúl de los recuerdos, a medida que la música latina inició su propio proceso de encanallamiento que hoy goza de tanta popularidad. Sus álbumes durante los años 2000 y más allá encuentran a un Perales ligeramente más abierto a ritmos pop, aunque sin dejar por supuesto las tonalidades románticas. Convertido en referente de las baladas en nuestro idioma, don José Luis llenó teatros y realizó múltiples giras, siempre con esa actitud sencilla y cercana, brindando su música a quien quisiera escucharla. En el 2012 tuvo una aclamada actuación en el Festival de Viña del Mar -la cuarta vez que dominó al monstruo de la Quinta Vergara-, donde recibió todos los premios posibles. 

Perales lanzó, en noviembre del 2019, un álbum titulado Mirándote a los ojos -primera línea de la famosa ¿Y cómo es él?-, con versiones nuevas de 35 canciones de su amplio repertorio, divididas en tres discos: Recuerdos -las más conocidas-, Retratos -composiciones para otros artistas, cantadas por él- y Melodías perdidas -una selección especial de temas que no tuvieron tanta difusión en su momento. La producción estuvo a cargo de su hijo, Pablo. El boxset incluye un DVD con una amplia entrevista sobre su trayectoria artística. Este lanzamiento fue el prólogo de la gira Balada para una despedida -título de una de sus composiciones de 1981- la misma que fue suspendida por el coronavirus y que lo trajo a Lima, por última vez, la semana pasada. 

Ahora que están tan de moda los “Patrones del Mal” –una bola de narcos, proxenetas y asesinos elevados a la categoría de héroes en sintonizadas series de Netflix- y que el mundo como lo conocimos se cae a pedazos ante nuestros ojos, no nos vendría mal tener un “Patrón de la Ternura”. Propongo a José Luis Perales para tan importante cargo.

 

 

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Cultura, Música, sociedad

Y ocurrió lo de Barrios Altos. 

Mucha gente, que conozco, lo justifica: “era el precio a pagar”. Claro, que la cosa cambia si esto sucedía en Jesús María, por ejemplo. Si hubiera ocurrido en Comas, Villa El Salvador, José Gálvez, etc. tampoco hubiera importado, ¿no? Total, si eras sospechado o familiar de terruco, merecías morir. Mataron a una criatura de 8 años. Eso no importó. ¿Y si uno de tus familiares o conocidos hubiera sido víctima?

La Historia enseña que todo Autócrata se convierte en un Monstruo. Sucedió con Stalin, Hitler, Trujillo, Pinochet, tenemos el caso de Ortega en Nicaragua. ¿Y Putin?

Que se le haya restituido el Indulto por parte del Tribunal Supremo (Ferrero, Sardón y Blume) ha dividido al país. Dícese que está muy enfermo, otros indican que hace años que se está muriendo de lo mismo. Es un indulto humanitario, que le dio PPK, como jugada política. 

Lo peor de todo, es que los fujimoristas, con Keiko a la cabeza, nunca aprenden. Ni siquiera piden perdón por los asesinatos acaecidos, sino que terminan terruqueando a los familiares de las víctimas.  Ergo, te denigran. 

El horizonte no pinta bien. Hay que aceptar que no tenemos los políticos necesarios, que generen un cambio y sean creíbles. O una generación de jóvenes, como en Chile.

Eso también es herencia del Fujimorismo. Acabó con los partidos políticos. Han pasado más de 32 años y aún persiste como una sombra, nefasta, sobre la República.

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Gobierno, sociedad, TC

A pesar de importantes estudios feministas sobre la economía del cuidado, avances con programas públicos dados por el actual gobierno peruano, así como la aprobación de la nueva Ley del Trabajo del Hogar en el Congreso, el capitalismo racial y el silencio cómplice de las empleadoras son las principales barreras para un completo reconocimiento de este sector.

Mientras la lucha por los derechos de la mujer avanza, el movimiento feminista sigue siendo dominado por una agenda que representa esencialmente los intereses de las mujeres de clase media y sectores acomodados. Muchas feministas privilegiadas aún no rompen su silencio cuando se trata de confrontar las dinámicas de poder en su rol de empleadoras de trabajadoras del hogar. Confrontar esas prácticas en el ámbito privado sigue siendo un tabú entre muchas mujeres progresistas cuando debería ser parte de la lucha feminista.

Se debe crear espacios para que las trabajadoras del hogar compartan sus historias y politizar sus experiencias para la construcción de una agenda feminista de la mujer trabajadora. Tenemos mucho que aprender de ellas. Vivamos nuestra interdependencia reconociendo y desafiando nuestros privilegios para eliminar el capitalismo colonial y patriarcal. Nuestros hogares también son espacios para la acción política.

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feminismo, mujer, sociedad

La posibilidad de que unas nuevas elecciones puedan traer esperanza, nos encuentra con grupos políticos divididos, venidos a menos, con acusados de corrupción envalentonados. Si realmente queremos rescatar nuestro país y si hay un tema que sí debiera unirnos, que debiera ser el primer gran acuerdo que tomemos todos juntos es proteger a nuestra actual generación de escolares. Son nuestro futuro, merecen ser acogidos con cariño y respeto, debemos cuidarlos como nunca antes se ha hecho, y en lugar de ofrecerles módulos prefabricados, que gane las siguientes elecciones un gobierno que los escuche, los respete y haga de ellos los mejores profesionales que hayan podido soñar ser cuando sean grandes. 

23 de marzo de 2022

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Educación, sociedad

A doscientos años, el Perú se encuentra frente a una oportunidad perdida si es que se mantiene la situación en la que nos encontramos políticamente. La oposición al respecto tiene el deber de no solo cuestionar lo que a todas luces se ve: la corrupción gubernamental y el copamiento de personas sin calificación alguna para cargos de alta dirección. Como escribí hace unas semanas por este espacio, la oposición tiene también el deber de generar a la opinión pública y al gobierno una agenda económico-social que nos permita como país tener un crecimiento económico que cree riqueza, genere empleo, reduzca la pobreza y desigualdad social. Es lo que corresponde. 

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Gobierno, Pedro Castillo, sociedad

La pureza: ¿puedo, o no, concebir que individuos y personas que hacen las cosas de la vida de manera muy diferente a la mía y la de los míos —desde lo que comen hasta cómo y con quién hacen el amor, pasando por la manera en que entierran a sus muertos y elevan sus plegarias al cielo— son en esencia como yo?

¿Les conviene o no a quienes me “saben” bien o mal — en función de las anteriores dimensiones— o están vinculados con ellos?, es lo que determina hacia qué lado de la presente tragedia me inclino, quién quiero que gane o quién quiero que pierda, quién no quiero que gane o quién no quiero que pierda.

Los relatos, los discursos racionales y las sustentaciones argumentativas —interesantes y valiosas— son las maneras en que la corteza cerebral explica y justifica lo que viene de más abajo.

 

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Política, sociedad
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