En casi todas las civilizaciones existen eventos semilegendarios donde alrededor de un acontecimiento histórico surgen aspectos místicos y se envuelven en creencias. Por ejemplo, las historias de Ragnar Lothbrok en los vikingos, o, sin ir muy lejos, la historia de Jesús. En Japón existe la leyenda nacional de los 47 Ronin, samuráis que se quedaron sin señor feudal. Esta historia ejemplifica a la perfección el código de honor de los samuráis, el Bushido. Desde niño, cuando jugaba a ser un guerrero samurái, el concepto de honor me cautivó, no lo entendía del todo, pero me parecía una cualidad admirable. Es una mezcla de características morales y virtudes respecto al comportamiento firme sobre códigos únicos del individuo y su propia dignidad. En la historia japonesa esto fue y es de gran importancia para el desarrollo de la sociedad. Esta historia está relatada en el libro Hagakure, que recopila comentarios de un funcionario japones llamado Yamamoto Tsunemoto. 

A inicios del siglo XVIII, durante una reunión en el antiguo castillo Edo, el señor feudal Asano Naganori blandió su katana y atacó a un alto funcionario del gobierno llamado Kira Yoshihisa. Al deshonrar lo que era la mansión del Shogun Tokugawa, emperador, fue obligado a cometer seppuku, rito de suicidio, pero más que obligación, es un acto voluntario dentro de la visión samurái. Los vasallos de este señor, ahora siendo ronin, idearon un plan de venganza teniendo total conocimiento de lo que implicaba. Al terminar su acto de honor, todos iban a someterse al rito de suicidio ya comentado. Solo 47 de ellos fueron los que cometieron la venganza, decapitaron al funcionario Kira y llevaron su cabeza al templo Sengaku. 

Luego de un par de días de mi llegada a Tokio, caminé aproximadamente 1 hora hasta el templo Sengaku, el mismo donde dejaron la cabeza del funcionario. Es un templo budista zen no muy ostentoso, tiene una arquitectura hermosa pero simple. El templo original fue destruido por un incendio y en 1641 fue reconstruido por orden del emperador. Mi visita fue casi poética, al entrar me dirigí por un sendero mientras los pétalos de sakura caían sobre mi cabeza, no podía creer lo que estaba viviendo ya que desde que tengo memoria ir a ese lugar había sido solo un sueño. Estaba vacío, pero es costumbre que todos los años, el 14 de diciembre, se realice un festival en honor a los 47 guerreros. Al llegar al andén donde se encuentran las tumbas podía sentir cómo mi espíritu se llenaba de coraje para vivir una vida plena. El momento fue tan inmersivo que hice una reverencia en cada una de las tumbas y en cada una de ellas me hice una promesa distinta que no tengo por qué contar acá. Al salir no miré atrás, ya que luego de ese momento casi de epifanía decidí mirar sólo hacia adelante. Afuera del templo había una tienda de katanas y pedí prestada una. Me agarró por sorpresa que me permitieran sostenerla y desenvainarla, en tan solo unas horas cumplí dos de mis sueños. 

Una tarde, luego de visitar el museo de Tokio, donde vi la legendaria espada de Masamune, creada por uno de los mejores herreros del mismo nombre, y de ver los rollos ancestrales de las enseñanzas budistas, tomé el metro hacia el templo Tennoji. Antes de partir pasé un buen rato en el parque Ueno que se encuentra al frente del museo. Había una feria. Disfruté de carne wagyu, gyozas y de ver las costumbres japonesas de entretenimiento. Este es uno de los templos más antiguos de la gran ciudad fundado en 1274. Es el último refugio de la secta budista Tendai, una rama de esa religión. En el centro del distrito Yanaka, se encuentra este recinto espiritual que alberga un buda enorme de cobre. También, es conocido por ser la casa de uno de los siete dioses de la fortuna, Bishamonten. 

Mostré mis respetos al templo y caminé por un enorme cementerio que rodea el recinto budista. Este pertenecía inicialmente a Tennoji, pero actualmente es de propiedad pública. Caminar entre las tumbas en silencio, sobre todo en la temporada de los árboles de cerezo, es surreal. Los gatos locales pasean por ahí y ves a familias visitando las tumbas, probablemente de sus ancestros. Por respeto, cada vez que me cruzaba a alguna hacia una reverencia. La muerte no es una burla ni trae consigo alegría alguna, el único comportamiento aceptable en estos lugares es el respeto y el silencio espiritual que amerita. Nunca falta uno que otro turista que se ríe en voz alta y conversa como si se tratara de una broma. Este lugar fúnebre alberga las tumbas de guerreros y figuras famosas de la era Meiji. Este periodo, también conocido como Bakumatsu se dio cuando Japón le abrió las puertas a la influencia occidental. El periodo Edo o Meiji terminó en el año 1912 y se le considera el fin de la época de los samuráis. Igual, actualmente los descendientes de familias samuráis de renombre siguen con sus prácticas rindiéndole honor a su linaje. Durante esta era, el país entró en un proceso de modernización acelerado. 

En mis últimos días, antes de partir a Hiroshima, pensé que ya me había quedado sin cosas por ver. Claramente estaba equivocado, siendo la ciudad más grande del mundo podrías estar un año entero y seguir sorprendiéndote con actividades nuevas. Sin darme cuenta, me iba a perder el que es proclamado como el santuario más bello de Tokio y una de las escenas más espectaculares de la primavera, el santuario Nezu. Efectivamente, apenas entras te conmociona la belleza del lugar, me quedé literalmente dos horas rotándome entre bancas con distintas vistas. El pasado parece desaparecer y el futuro deja de importar. Una sensación pacifica invade cada célula de tu cuerpo y entras en un trance poético. Escribí un Haiku en cada banca, intentando describir la hermosura y sensación, pero es una práctica que aún no domino.  

El santuario de 1701, con un estilo arquitectónico se llama Honden consiste en que el salón de ofrendas, de plegarias y demás están interconectadas bajo el mismo techo. Encuentras dos estatuas Zuishin que representan a dioses guerreros que cuidan del recinto sagrado. Todo está rodeado por 200 metros de paredes sukubei, que significa pared con ventanas. Es una locura. Lo que más me impactó fue el sinfín de puertas torii, puedes caminar debajo de ellas y forman un camino digno de cualquier anime. Por mi tamaño casi me chocó la cabeza unas cuantas veces así que pasé agachado. Acá las personas no son muy altas, pero tienen espíritu monumental. Las puertas torii que se encuentran desperdigadas por todo Japón son puertas tradicionales que suelen hallarse en la entrada de los templos sintoístas, pero también se encuentran dentro. Simbólicamente representan una marca de transición entre lo mundano y terrenal hacia lo sagrado y divino. Son tan bonitas que pasé por debajo de ellas como 20 veces y en todas me emocioné. En los caracteres o kanjis se puede traducir la palabra como: percha de pájaro. 

No puedo dejar de lado el Palacio Imperial, el actual recinto del emperador. No se puede entrar, obviamente, pero sus jardines y alrededores valen la pena sin lugar a dudas. Como casi todos los castillos, al tener una historia de incontables guerras y sangre, está rodeado por murallas y canales de agua que te dejan hipnotizado. Los jardines tienen una extensión de alrededor de 150 hectáreas. Caminas entre las ruinas del antiguo castillo Edo que fue destruido por terremotos e incendios, la mayoría de las estructuras eran de madera así que los desastres naturales las derrumbaban con facilidad. En la actual serie en emisión: Shogun, comentan que las estructuras en Japón son construidas para ser reconstruidas fácilmente, claramente esto es del antiguo Japón. Los terremotos son muy comunes en el país así que todos están preparados para ellos. Yo ruego que no me toque uno en mi estadía de un mes y medio. El actual castillo imperial tiene como acceso principal el puente Nijubashi, que al tener arcos y encontrarse sobre el agua crea una imagen de película debido al reflejo en el canal. No se puede cruzar, pero puedes verlo de cerca y admirarlo. 

La penúltima noche, fui al Golden Gai, un laberinto de callejones repleto de pequeños bares en pleno Shinjuku, uno de los distritos más conocidos de la ciudad. Hay aproximadamente 200 bares y cada uno tiene su propia particularidad, en cada uno entran entre 6 y 8 personas. Lo curioso es que fueron los Yakuza, mafia japonesa, que revalorizaron esta zona en 1980 y la salvaron de su destrucción. Me tomé una botella entera de sake y varias cervezas Sapporo en diferentes bares. Me quedé hasta las 4 de la madrugada y el metro había cerrado. Tuve que regresar en taxi, que son realmente caros. Aun así, no me arrepiento por lo divertida que fue esa noche. Al día siguiente, casi no podía moverme, ya he perdido la costumbre de tomar en exceso. Así me despedí de esta ciudad sacada de otro mundo y continué mi aventura yéndome en tren bala, mientras veía el impactante Monte Fuji. Espero regresar pronto y quedarme más tiempo. Definitivamente la megaciudad que más me ha gustado. Arigato Gozaimazu. 

El escándalo de los Rolex ha paralizado al gobierno, que no halla rumbo fijo, que deambula sin norte, y que ha imbuido de la misma inopia a todo el gabinete ministerial y la principal burocracia pública (veámos lo que pasa en Indecopi, en Proinversión, etc.).

Atrapado, además, en las garras de un Congreso mediocre y corrupto, que responde a intereses subalternos (en pocos días ha destrozado la carrera pública magisterial, ha favorecido a las mafias mineras ilegales, augura hacer lo propio con el transporte público), no ata ni desata respecto de cómo enfrentarlo sin poner en riesgo su propia estabilidad, ya de por sí precaria, con los bajísimos niveles de aprobación con los que se maneja y, adicionalmente a ello, sin bancada congresal propia.

Hay decisiones importantes que tomar. En el aspecto legislativo falta reglamentar correctamente, por ejemplo, la bicameralidad. Sin una correcta definición de las circunscripciones electorales, de poco o nada servirá haber aprobado las dos cámaras. Lo mismo sucede con la eliminación del voto preferencial, piedra de toque de una buena elección. Corresponde ello al Legislativo, pero el Ejecutivo tiene voz, y potente, para hacerse sentir en la materia, pero no lo hace porque anda enredado en su propio laberinto sin saber cómo escapar.

Justamente, una de las maneras de salir del atolladero en que se encuentra pasa por tomar iniciativas políticas importantes. Liderar la reforma política, acometer la reforma de la descentralización, hoy tan urgente, conocidos los enormes casos de despilfarro, ineficiencia y corrupción que anidan en ese ámbito, disponer una estrategia integral, ejecutiva y célere sobre el lacerante problema de la inseguridad ciudadana, acometer un potente impulso a la inversión privada, en base a la estabilidad macroeconómica de la que aún gozamos, a pesar de todo, etc.

Si el gobierno no se mueve, mejor será rogar que pronto estalle todo, porque lo peor que le podría pasar al país es que ese estallido social contenidoen la indignación popular creciente, lo haga en las elecciones del 2026. El mediocre gobierno de Dina Boluarte está sembrando las semillas de la disrupción radical en el venidero proceso electoral y la clase política sana -no la que está en el Congreso, obviamente-, tiene que ejercer presión para que se mueva y actúe en consecuencia.

La del estribo: dos buenas lecturas esta semana. Tanta vida yo te di, de Fernando Ampuero, y La lealtad de los caníbales, de Diego Trelles Paz. Y esta noche a ver F*ck Cáncer, con la dramaturgia de Anahí de Cárdenas y Josué Méndez y la dirección de este último. Va hasta el 28 de abril en el Teatro La Plaza. Entradas en Joinnus. ¡Promete!

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Me parece bien que no se le haya inhabilitado al exPremier, Aníbal Torres. La moción consideraba tan solo sus expresiones beligerantes como razón para dicha inhabilitación, lo cual hubiera constituido un despropósito democrático tremendo.

Otra cosa sería si el Poder Judicial finalmente determina que tuvo efectiva participación -como todo lo hace pensar- en el fallido golpe de Estado perpetrado por Pedro Castillo. En tal caso, la inhabilitación caería por su propio peso, pero en tanto ello no suceda, solo estamos, claramente, ante un intento antidemocrático de excluir candidatos que se considera riesgosos (una última encuesta de Ipsos lo coloca en lugar expectante).

Lo mismo sucede con el manido afán de algunos congresistas de reformar la Constitución para impedir que Antauro Humala pueda postular el 2026. También es claramente antidemocrático. La razón -señalan- es que su mensaje no se condice con los valores democráticos y que la democracia se debe defender. Pregunto: ¿deben prohibirse entonces todos los partidos comunistas? Eso no ocurre en ningún país desarrollado del mundo, a pesar de que claramente dichos partidos trastocarían el orden político vigente.

O, para medir con la misma vara, entonces que el fujimorismo también sea excluido de cualquier contienda electoral ya que tiene probada solera antidemocrática y riesgo latente de reeditar el autoritarismo de los 90.

Lo peor de todo es que semejantes actos de exclusión no tendrían ningún efecto práctico, como el que desean sus promotores. ¿Creen realmente que si excluyesen a personajes como Aníbal Torres o Antauro Humala, la izquierda radical desaparecerá del escenario electoral venidero? Claramente eso no va a ocurrir. Surgirán otros en su reemplazo. Hay una pulsión antiestablishment radical en el país, asentada sobre todo en el sur andino, que se va a expresar por los mencionados o por cualquiera que asome el rostro el 2026, por más exclusiones que la derecha congresal perpetre.

A la izquierda radical se le debe desterrar del país. Es un peligro para la economía de mercado y la institucionalidad democrática, pero se la debe derrotar en las calles y las urnas, no mediante leguleyadas que, además, fácilmente podrían ser revertidas en instancias legales, nacionales o supranacionales.

Se asoma un horizonte electoral de alto riesgo, pero por culpa, sobre todo, de la irresponsabilidad política del centro y la derecha. Que no pretendan zafar responsabilidades excluyendo adversarios inconstitucionalmente y destruyendo los parámetros electorales democráticos.

Hace algunas semanas, diversas páginas web musicales lanzaron, a través de sus redes sociales, una noticia que ha generado gran expectativa entre los amantes del rock clásico en general -y del progresivo en particular-, que se viene viralizando y actualizando constantemente. Se trata de la conformación de un supergrupo integrado por cuatro extraordinarios instrumentistas para traer al siglo XXI unos discos que, entre 1981 y 1984, representaron la vuelta al ruedo de una de las bandas más respetadas e influyentes de los setenta, después de siete años de ausencia.  

Adrian Belew (74), Tony Levin (77), Danny Carey (62) y Steve Vai (63) son músicos consagrados, de largas trayectorias impulsadas por la creatividad y la innovación, de innegable vocación vanguardista pero sin alejarse de manera radical del mainstream y de uno que otro coqueteo con los gustos populares. Cruzando géneros y expandiendo las posibilidades de sus respectivos instrumentos, esos cuatro nombres se consolidaron como garantía de autenticidad, talento y mucho virtuosismo, ubicándose por encima del espectro común y corriente de lo que consideramos pop-rock para, desde allí, contribuir individualmente a su evolución y permanencia en el espectro sonoro, ajenos a las tendencias y modas masivas. A estas alturas, sin nada qué demostrarle a nadie, estos señores pueden hacer lo que quieran.

Y lo que han decidido hacer es rendirle tributo al periodo 1981-1984 de King Crimson, reinterpretando las canciones de la trilogía Discipline (1981), Beat (1982) y Three of a perfect pair (1984), un retorno que consiguió unir las brillantes sonoridades del pop ochentero más arriesgado y experimental con las características que los hicieron mundialmente famosos durante la década anterior, sin perder prestigio ni generar división entre sus seguidores más fieles, algo que sí ocurrió con varios de sus contemporáneos como por ejemplo Yes, Genesis o Pink Floyd y sus intentos por adaptarse a las tendencias sonoras de esa década, dominadas por la new wave y el pop-rock de estadios. 

La idea de ver al incontenible Steve Vai, considerado uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos, replicando los crispados, arácnidos y complejos solos de Robert Fripp y a Danny Carey, dinámico y explosivo baterista de Tool, traducir la polirritmia electroacústica de Bill Bruford, pone a los fans del Rey Carmesí al borde del delirio, de solo imaginar cómo sonará eso. Por otro lado, será ocasión de ver en concierto, otra vez juntos, a Adrian Belew y Tony Levin, quienes junto a otro integrante de King Crimson, el baterista Pat Mastelotto, crearon en 2013 el campamento musical Three Of A Perfect Pair, un evento anual de cuatro días en el que interactúan con sus fans de una manera más cercana y personal. Pero verlos sobre el escenario, tocando de nuevo el material que construyeron junto a Fripp y Bruford hace cuatro décadas, simplemente no tendrá pierde. 

La noticia está tan fresca que, como es común en esta era del tráfico de información en tiempo real, a diario aparecen nuevos datos sobre cómo y desde cuándo surgió la idea, qué expectativas tiene el público, los músicos y demás detalles. De hecho, se acaba de confirmar hace poco que el cuarteto hará una gira de 44 fechas por Estados Unidos y Canadá, que arrancará el 12 de septiembre en San José, California y terminará el 8 de noviembre, en Las Vegas, Nevada. La semana pasada, los cuatro se reunieron con el reconocido YouTuber, productor musical y guitarrista Rick Beato, en Los Angeles, para una conversa exclusiva de una hora que ya superó las 350 mil reproducciones. 

Fripp, conocido por su férrea manera de proteger todo lo relacionado a la emblemática banda que fundó en 1969, aprobó el proyecto -fue Belew quien se lo planteó, hace algunos años, antes de pandemia- e incluso ha declarado que Vai es el único guitarrista capaz de tocar sus partes. El líder absoluto de King Crimson hasta le puso nombre a la nueva creatura. El supergrupo se llama Beat, como el segundo volumen de aquel alucinante tríptico de símbolos arcanos y carátulas monocromáticas. 

Entre 1969 y 1974, King Crimson produjo siete álbumes en estudio y dos en vivo, con Robert Fripp como único miembro estable y un total de dieciséis músicos que entraron y salieron, en ese quinquenio, de acuerdo con las decisiones estrictas del capitán de aquel buque sonoro experto en mellotrónicas atmósferas oscuras, entre lo sublime y lo tétrico, cargadas de patrones armónicos difíciles de digerir a la primera, en los que coincidían jazz, rock, fusiones étnicas, música concreta y proto heavy metal. 

Ese último año, 1974, el guitarrista británico de gesto imperturbable y gustos eclécticos -lo inspiran por igual Jimi Hendrix (1942-1970) y Béla Bartók (1881-1945)- decidió dar fin a esta primera etapa de la banda para tomarse un año sabático. En 1976 retomó sus actividades musicales y se involucró con varios artistas destacados, entre ellos Peter Gabriel, con quien trabajó como músico y productor en sus primeros álbumes en solitario tras separarse de Genesis.

Para cuando estaba por llegar la década de los ochenta, Fripp ya se había reinsertado plenamente en su mundo: en 1977 grabó, a instancias de su buen amigo Brian Eno, el icónico riff de “Heroes”, tema central del décimo segundo álbum de David Bowie del mismo nombre; en 1979 lanzó su debut como solista, Exposure, resultado de diversas exploraciones previas; y, en 1980, armó The League Of Gentlemen, un breve e interesante intento de orientarse hacia la estética sonora de la new wave, un aprendizaje que sería fundamental para su siguiente paso.

En ese momento se embarcó en la formación de un nuevo conjunto que sirviera de vehículo para algunas de sus nuevas composiciones. Para ello llamó a su compatriota Bill Bruford, baterista que estuvo en la última encarnación de King Crimson (1973-1974) y a dos músicos norteamericanos: el guitarrista y cantante Adrian Belew -que venía de trabajar con Frank Zappa, David Bowie y Talking Heads- y el bajista Tony Levin, a quien conoció durante las sesiones de los dos primeros álbumes de Peter Gabriel. 

King Crimson ingresó así, con todo el peso de su bien ganado estatus, a la década de los ochenta. Era la primera vez que Fripp interactuaba con otro guitarrista y, para aprovechar al máximo el toque afilado, poco convencional y lleno de extraños efectos de Belew, lo entrenó durante seis semanas para implementar un estilo fluido de arpegios, en tiempos extraños como 5/4 o 17/8 que se repiten de manera cíclica, se entrelazan y contraponen, creando un sonido continuo de resultados hipnóticos, basado en la música tradicional de Indonesia que, por entonces, interesaba profundamente a Fripp para desarrollar su arquetípico estilo en la guitarra eléctrica. 

Levin, bajista de enorme versatilidad y recursos técnicos, trajo consigo el Chapman Stick, instrumento de diez cuerdas que es bajo/guitarra a la vez y se toca con ambas manos aplicando la técnica del tapping, inventado por el músico norteamericano Emmett Chapman (1936-2021) en la década de los setenta. Con ese instrumento se integró, casi como un tercer guitarrista en la sombra mientras que, a la vez, mantenía las notas graves de su bajo para cimentar, en combinación con Bruford, una sección rítmica impredecible y asincopada, ideal para las cascadas de notas, efectos sonoros y riffs cargados de distorsión que disparaban Fripp y Belew. 

De fondo, los Frippertronics, ráfagas de ruido electrónico que Robert Fripp estrenó en el disco que hizo en 1973 con Brian Eno, el pionero (No pussyfooting), en combinación con los experimentos que él y Belew hicieron con un nuevo sintetizador para guitarras eléctricas, el Roland GR-300; reemplazaron al omnipresente mellotron de lanzamientos clásicos como In the court of the Crimson King (1969), In the wake of Poseidon (1970) o Red (1974). Todos estos elementos, más el arsenal de percusiones electrónicas Simmons de Bruford y la pureza vocal de Belew, fueron la base de esta nueva etapa.

La trilogía se inicia con Discipline (1981), el disco de la portada roja. Del caos controlado de Indiscipline -que alguna vez fuera usado por Canal N como cortina para uno de sus noticieros- al plácido arrullo cósmico de Matte kudasai -«espérame, por favor» en japonés-; del funk enfermizo de Thela Hun Ginjeet -anagrama de Heat in the jungle, en referencia a las peligrosas calles de New York- a la enigmática calma del instrumental The sheltering sky; el debut del nuevo cuarteto fue reluciente y, a la vez, recogió el sonido de King Crimson del lugar en que había quedado encapsulado desde 1974. Discipline -otro instrumental- y Frame by frame son buenos ejemplos de las secuencias circulares de arpegios que Fripp y Belew llevaron a un nivel magistral, sobre todo en vivo. Y Elephant talk, con ese inicio de Levin en el Chapman Stick y la guitarra de Belew simulando el barritar de un elefante, es un modelo de cómo ser sarcástico sin decir nada concreto.

Beat (1982) es un homenaje a la literatura norteamericana de los cincuenta y sesenta, base ideológica e intelectual del hippismo. Belew, quien escribe todas las letras en los tres discos, ha contado que durante esos primeros años en King Crimson, sus escritores de cabecera fueron Jack Kerouac, Neal Cassady y Allen Ginsberg. Precisamente, el tema que abre el disco azul se llama Neal and Jack and me, en clara referencia a Cassady y Keroauc. El instrumental Sartori in Tangier, por ejemplo, toma parte del título de una obra de Ginsberg -Satori in Paris (1966)- y menciona a la ciudad marroquí donde la Generación Beat solía reunirse. Neurotica -uno de los temas más robustos del álbum- toma el nombre de una revista asociada al movimiento Beat. Y Heartbeat, brillante tema pop que tuvo incluso un videoclip que muchos recordarán haber visto en Disco Club, está inspirado en el libro del mismo nombre escrito por la esposa de Neal Cassady. Por otro lado, el misterio de The howler y la suavidad de Two hands son prueba de la versatilidad del cuarteto. Musicalmente, Beat incorpora ritmos africanos a todo el aquelarre crimsoniano, que le permiten brillar a Bill Bruford -las muestras más claras de ello son Waiting man y Sartori in Tangier-, que aportan frescura a los arrebatos disonantes de Robert Fripp y los conecta con otros artistas interesados en estas fusiones, como Peter Gabriel y Talking Heads.

Cierra el tríptico Three of a perfect pair (1984), el de portada amarilla, con canciones como el tema-título, Man with an open heart y Model man, piezas de creativo pop-rock progresivo que suenan accesibles si las comparamos con temas más desafiantes, guiados por la improvisación, como las instrumentales Industry, Nuages (That which passes, passes like clouds) o Larks tongues in aspic III, vínculo conceptual con el King Crimson clásico -las dos primeras partes están en el quinto disco de 1973, del mismo título- que son, junto a los convulsos requiebros de Requiem, del álbum anterior, los extremos de una banda que no conoce límites cuando se trata de innovar y sorprender al oyente. En Sleepless, Levin ataca su bajo de cuatro cuerdas con solvencia, algunos años antes de que hiciera lo mismo, para públicos más grandes, en el recordado éxito de Peter Gabriel, Sledgehammer (álbum So, 1986). Mención aparte para Dig me, canción que en solo tres minutos combina la oscura experimentación con un intermedio rockero luminoso.

Después de una gira que los llevó hasta Japón, la banda se separó, de acuerdo con los planes originales de Fripp -tres años, tres giras, tres discos-, cerrando un ciclo brillante en la trayectoria del grupo. En 1998 apareció el doble en vivo Absent lovers: Live in Montreal, que recoge un concierto de 1984 y, años más tarde, en el 2016, Fripp lanzó al mercado una gigantesca joya para coleccionistas, en edición limitada. Se trata de On (and off) The Road (1981–1984), una caja que contiene 11 CDs, 2 DVDs y 5 discos Blue-Ray de audio y video, con prácticamente todo lo que hizo el cuarteto, desde versiones remasterizadas de los álbumes originales hasta conciertos, tomas alternas y un largo etcétera de grabaciones inéditas (aquí un video del “unboxing” del masivo compendio). 

Este legado adquirió vida propia en la trayectoria artística de King Crimson, a pesar de la densa sombra que le hacia su propio pasado. De hecho, Discipline iba a ser el nombre original para el cuarteto y, luego, en los noventa, Fripp usó nuevamente el término para bautizar su primer sello discográfico, Discipline Global Mobile Records, desde donde se han realizado todas las producciones de King Crimson desde el inicio de su tercera etapa, en 1995.

Esas 24 canciones y, probablemente algunas otras sorpresas del catálogo anterior y posterior de King Crimson, formarán parte del repertorio de Beat, como viene deslizándose en redes sociales. Las conjeturas van desde las más serias -¿estarán registrando en video los ensayos? ¿insertarán fragmentos de 21st Century schizoid man en medio de Indiscipline, Dinosaur a la mitad de Elephant talk?- hasta las bromas que alucinan a Steve Vai tocando sentado, como Fripp, o a Danny Carey negándose a tocar de espaldas al público los paneles hexagonales de la batería electrónica de Bruford. Pero una cosa sí es segura: Beat será el acontecimiento musical del año. Faltan solo unos cuantos meses para comprobarlo. 

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Se filtra un nuevo audio que compromete a la Municipalidad de La Molina en lo que parecería ser un caso de cobro de “donaciones” a cambio de una licencia de funcionamiento.

Nuevamente la municipalidad bajo el mando de Diego Uceda se vuelve a ver involucrada en un escándalo. Luego de los numerosos escándalos de maltratos y usurpación de cargo por parte de la esposa del burgomaestre, una nueva grabación pone al descubierto los extraños manejos que se vienen produciendo en este distrito.

En esta oportunidad, Sudaca accedió en exclusiva a un audio que expone las extrañas negociaciones que existían detrás del trámite para obtener la licencia de funcionamiento para comercios y las donaciones que se exigían en medio de estos trámites.

“POR ESO ESTAMOS PIDIENDO TU DONACIÓN”

En este audio que obtuvo Sudaca de manera exclusiva, se puede escuchar a Milagros del Rocío Boggiano Ybarburu, quien ha estado al frente de varias gerencias y subgerencias de la Municipalidad de La Molina desde la llegada del alcalde de Renovación Popular al cargo en enero del 2023.

Durante el año y tres meses que Boggiano ha prestado servicios a la municipalidad de este distrito ha ocupado los cargos de subgerente de promoción empresarial y autorizaciones, gerente de desarrollo económico e inversión privad y subgerente de fiscalización administrativa.

En el momento que se registró este audio, Boggiano habría estado ocupando el cargo de subgerente de desarrollo económico e inversión privada. En esta grabación se le puede escuchar durante una reunión con un comerciante que buscaba una licencia de funcionamiento y al que le decía “por eso te estamos pidiendo tu donación”.

En este mismo audio, Boggiano le indica este comerciante en qué se utilizarían las donaciones que le está exigiendo y le explica “porque se necesita, por ejemplo, para cumplir con show infantil. Para cubrir el tema del almuerzo para el equipo que estamos en cuenta. Bueno, yo no, pero los que van a estar en la organización”.

En la parte final de la reunión, Milagros Boggiano y el comerciante conversan sobre un expediente que tendrían observaciones pendientes por lo que la propia Boggiano le indica que “está bien complicada” y como sugerencia para que se pueda solucionar le dice “arréglalo”.

¿CASTIGO O ENCUBRIMIENTO?

Sudaca se comunicó con una fuente confiable de la Municipalidad de La Molina que ha señalado que, tal como figura en una resolución de gerencia municipal del 15 de marzo de este año, Milagros Boggiano presentó su renuncia.

Cristian Rebosio

Sin embargo, esto se debería a que las autoridades de La Molina se enteraron de la existencia del audio que podría exponer estas negociaciones a la opinión pública. Por ello, tal como se observa en la imagen, Boggiano no fue despedida sino que presentó su renuncia voluntaria a la subgerencia de promoción empresarial y autorizaciones.

Además, esta fuente ha señalado que, pese a la gravedad del caso y que en la Municipalidad de La Molina estaban al tanto de este cobro de coimas disfrazadas de donaciones, no se realizó ningún tipo de investigación ni denuncia al respecto y que el órgano de control interno ha permanecido indiferente a esta situación. 

Si bien el alcalde Uceda ha señalado que los anteriores casos en los que se difundieron audios que comprometían a su gestión eran un intento de desestabilizarlo y hasta negó que los audios fuesen verdaderos, el Ministerio Público sí tomó en serio estas denuncias periodísticas y dispuso el inicio de una investigación preliminar por el delito de usurpación de funciones.

Cristian Rebosio

Aunque son varias las municipalidades con alcaldes que integran las filas de Renovación Popular y que se han visto involucradas en situaciones irregulares, la Municipalidad de La Molina con Diego Uceda como su máxima autoridad ha logrado, en menos de un año y medio en el cargo, consolidarse como la gestión más cuestionada.

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Diego Uceda, La Molina, Renovación popular

Esta casita de cartón abre sus puertas despidiéndose de dos grandes amigos al que la vida puso en su camino y tuvo la suerte de conocerlos en mis años en la ‘Ciudad de la furia’, haciendo arte y cultura en una de las capitales justamente del arte de nuestro continente. Cada uno desde sus trincheras como la poesía, la narrativa, la pintura o la radio, pero siempre enalteciendo orgullosamente la bandera de dónde vinimos. Hablo de Germán Martínez Lizarzaburu y Juan Manuel Corbera.
Del primero, Germán, o ‘Yo Germán’ como se hacía llamar en su programa de Radio en la emisora Frecuencia Latina, es oriundo de la calurosa y afable ciudad de Pucallpa. Tuve la oportunidad de conocerlo por esas casualidades de la vida en la Feria del Libro de Buenos Aires, donde publiqué mi libro y tuve una participación sobre Narrativa Peruana contemporánea, entre uno de esos entrañables días fue que nos presentaron y a partir de allí mantuvimos una amistad sincera hasta hoy. Participando de dos entrevistas en su programa radial, entre ellas una conmevodora y grata, que fue la última de su programación. Según me contaría en nuestras largas caminatas por Once ( un distrito como ‘La rica Vicky’ en Perú), desde muy joven ya incursionaba entre el pantanoso y hermoso mundo de las artes donde decidiría estudiarlo a profundidad, obteniendo un título en esta área, a su vez en educación y periodismo, del cual tendría una maestría en Cuba y un doctorado en Perú. Amigo y compadre de otros ‘bravos’ de las letras como Domingo de Ramos u Oswaldo Reynoso, y de una especial admiración por el excelso pintor, Víctor Humareda. ‘Siempre fui también un fiel admirador de Marilyn Monroe, como Humareda. Y mírame, ahora vivo como él, por esas raras pero lindas coincidencias de la vida’. Y era así, viviría en un cuartito en Once, como el aclamado pintor ( aduciendo que está Marilyn a su lado) en La Victoria, en uno muy sencillo, con cuadros rodeándolo y dos camas y con una tv en blanco y negro, fiel estilo bohemio.
En el tiempo que estuvo, pudo tener su espacio radial, donde hablaría de la sociedad, actualidad, las artes, etc. Y estaría en diversos culturales, recitando sus atrapantes y arquitectuales poemas. Ahora se va dejando un poemario que retrata rincón a rincón esta ciudad de vientos tangueros, nacido por y para estas latitudes, ‘Old City’, una descripción poética de esta misteriosa ciudad. Y así dibuja en uno de sus versos: ‘la ciudad que tienen un río de plata / donde los barcos son libros con puertos de viejas bibliotecas/ las calles están llenas de árboles milenarios,/ y la gente quiere ser buena./ Hay un lugar donde los perros son felices,/ menos sus dueños / Hay un lugar de colectivos /menos de pasajeros / Hay un lugar que se bebe mate y se fuma/ menos se alimenta / Hay un lugar con nuevo soñador menos mal que aún no se dan cuenta.
Con ‘Juanma’, como así le dicen los amigos de Juan Manuel Corbera, también fue otro encuentro del destino. El vate, quien nació entre la sinérgica unión de la metrópoli y las playas limeñas, como señala, es también narrador y gestor cultural, a quien llegué a conocer en una de mis visitas a la inmensa Feria del libro de Buenos Aires, al cual cada año asistía religiosamente como miles de argentinos y turistas (siendo de la región de las más visitadas), donde trabajaba en un stand, vendiendo ‘joyitas’ literarias. Y del cual, ni bien no saludamos no paramos de hablar de arte, historia y literatura por horas. Como también de su gran proyecto conocido en Perú, como el ‘Anti fil’ con otras mentes brillantes de la cultura, como una respuesta sonora y ‘under’ a la podredumbre que muchas veces se viste de gala en los mainstream, y que es infaltable para muchos amantes del arte. A raiz de eso, teníamos conocidos en común. De otro lado, tuve la dicha de compartir escenario en algún que otro evento cultural con él, porque si de algo sobresalía tanto como su poesía, era en su gestión cultural. Sobre todo en ‘Ganesha’ (Paraguay 5519, CABA) epicentro y cuna de grandes artistas locales y extranjeros en Buenos Aires y donde se prepara de las más apetitosas pizzas, y donde pude ver en más de una ocasión sus puestas en escena de su poesía electrizante y frenética, vanguardista, no apto para pulsaciones suaves. Y gratamente, ante de decir adiós a esta ciudad, acaba de publicar la segunda edición de su ópera prima, ‘Reconfiguraciones’. De este, parte del poema que desnuda a muchos de los extranjeros que emigramos en busca de otros vientos, y que mejor de los ‘bueno aires’ que latían en esta ciudad y que fue parte naturalmente de nuestro crecimiento. He aquí a esta obra de arte: ‘Exige de la espera,/ viento fuerte/ y un camino pídele al destino/ que te sorprenda/ que a veces te evada/ que así te enseñe/ guarda silencio en cada cruz que te salude/ y algún pan para cuando nadie conteste la puerta / cree en los signos que desaparecen/ esos que solo tú ves, / recuerda que los dioses dibujan con arena y espuma / y a veces fallan con las estrellas/ hoy tu casa puede ser el cielo y el techo, las piedras de un altar; solo aquel que corta sus raíces es libre’.
Esta casita de cartón cierra sus puertas triste por sus idas pero a su vez esperanzado porque sabe que estos dos genios solo han puesto tres puntos sobre las tierras de esta ciudad, porque alguna vez inevitablemente tendrán que regresar. Porque todos los que vivimos alguna vez en Buenos Aires, siempre lo llevamos a cualquier parte del mundo que vayamos. Y para entonces, sin duda los ‘buenos aires’ les estará esperando. ¡Hasta la próxima, vates!

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Tomo conocimiento de una más reciente encuesta de Ipsos sobre identidades ideológicas de la población. Fue realizada a pedido de IDEA Internacional entre el 18 de enero y el 5 de febrero de este año.

Allí los resultados son los siguientes: 10% se define de izquierda, 37% de centro y 12% de derecha, corroborando de alguna manera el perfil ideológico que otras encuestas señalaban. Pero lo más relevante es el dato de que un enorme 42% no precisa ninguna identificación.

Razón adicional para confirmar el temor de que el 2026 aflore un candidato radical antiestablishment, sea de izquierda o de derecha, que rompa la inercia de los partidos ya tradicionales e, inclusive, de los nuevos que se asoman al horizonte, pero que no se caracterizan precisamente por ser disruptivos.

Es una incógnita el pensamiento de ese 42%. Pueden ser peruanos hartos de la política, pueden ser indiferentes anómicos, o simplemente desinformados o desinteresados. Del perfil precedente que tengan dependerá, en gran media, el pronóstico que pueda hacerse respecto de cuál será su inclinación final para las elecciones presidenciales venideras.

Lo que sí queda claro, sin embargo, es que hay mucho terreno por desbrozar de acá al 2026. La mayoría de la ciudadanía no tiene una idea precisa de qué va a hacer el día de la elección y ni siquiera tiene en claro cuál es su preferencia ideológica. Es un público por el momento amorfo, llano a ser conquistado por los candidatos, si se animan, claro está, a salir de su tour mediático formal, que a nada los conduce, y empiezan a recorrer las calles con mayor énfasis.

Hay nuevas tecnologías de campaña, que apuntan a la microsegmentación ciudadana, que trascienden la ya manida fórmula de las radios regionales y las redes sociales, estrategia en base a la que algunos candidatos pretenden basar su campaña, creyendo que lo que fue bueno antaño va a volver a funcionar.

Por allí va a ir el desenlace de una estrategia que debe partir de que un inmenso bolsón ciudadano no anda pendiente de las discusiones ideológicas y lo tiene sin cuidado. Definirse de centro radical, izquierda democrática o derecha liberal, importará poco a la hora de la conquista de las voluntades particulares. Habrá que hilar muy fino para capturar esas mentes hoy no clasificables.

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Tras 50 años y 5 meses de dedicación al Instituto de Radio y Televisión del Perú (IRTP), Gustavo Palacios (70) compartió un desgarrador relato sobre su experiencia en el trato que el IRTP acostumbra tener con sus trabajadores.

«Quiero compartir con ustedes el café más amargo que he recibido en toda mi vida (…), después de haber dedicado más tiempo diariamente a la institución que a mi hogar«, mencionó Gustavo en un mensaje que se publicó con el fin de advertir sobre las formas que se utilizaron para entregarle su carta de cese.

Palacios ha tenido una larga trayectoria dentro del IRTP, sin embargo, la pandemia de la COVID-19 no fue mezquino con él, ya que padeció de esta terrible enfermedad en más de una ocasión. Esto ocasionó que Palacios sufriera de diferentes secuelas que llegaron gravemente hasta el corazón. 

Opresiones en el pecho. Falta de aire. Cansancios frecuentes. Es solo el inicio de los problemas de salud y del giro que tomaría su vida y su situación laboral. Entre todas las revisiones médicas detectaron que tenía, del 100% de funcionalidad del corazón, un 21% que no estaba funcionando adecuadamente. 

Le detectaron angina e isquemia por los problemas cardíacos que venía sufriendo y que una de las arterias se encontraba obstruida. Por lo que, después de tantas intervenciones y encontrándose en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) decidieron reunirse en una junta médica para que deliberaran y finalmente llegar a la conclusión que Gustavo debía ser intervenido en una cirugía abierta de bypass coronario.

“Me encontraba internado en el Hospital Edgardo Rebagliati desde el 26 de marzo hasta el 8 de abril, pasaron 14 días sin que ninguna persona de bienestar social (del IRTP) se preocupara”, mencionó Gustavo recordando la falta de interés de la oficina. 

Sin embargo, la gota que colmó el vaso de su decepción fue el trato recibido el 5 de abril, fecha en la que cumplió 70 años. En lugar de recibir muestras de apoyo o consideración por su estado de salud, la oficina de bienestar social se adelantó a entregarle, a la velocidad de la luz, la carta de cese por jubilación en su domicilio. “(El IRTP) me tenía un «presente», que resultó ser la notificación de mi cese”, mencionó. 

«Lo que no estoy de acuerdo es la forma. No se preocupan por el trabajador pero sí por otras cosas», lamentó Gustavo señalando que la oficina de bienestar social dentro del IRTP debería tener otro nombre, ya que parece más preocupada por organizar ferias de antojitos y productos comerciales que atender los problemas reales de los trabajadores.

Y es que no cabe duda de su afirmación, recordemos la denuncia realizada por la colega Maria de Jesus Gonzales sobre el trato que recibió cuando no le permitieron el ingreso al canal por un tema de feriado y respeto a su contrato y la estabilidad laboral.

«No es que desconozca la ley, es automáticamente«, expresó con amargura.

La respuesta del IRTP

Cuando conversamos con Gustavo nos mencionó que mandó su malestar por medio de un correo electrónico a la Sra. Ninoska Chandia, presidenta del Instituto Nacional de Radio y Televisión, así como también, al gerente general de quien recibió respuesta.

Benjamín Zevallos

Respuesta de Luis Vivanco Aldon, Gerente General del IRTP

Gustavo concluyó su mensaje con un llamado al sindicato para que tome en cuenta lo expuesto y tome acciones al respecto por aquellos trabajadores que aún siguen en funciones y aquellos que están próximos a la jubilación. 

Este testimonio arroja luz sobre las deficiencias en el sistema de bienestar laboral dentro del IRTP y plantea interrogantes sobre la verdadera preocupación de la institución hacia sus empleados. Al cierre de este informe, el caso de Maria de Jesus Gonzales y de otros compañeros siguen en pie de lucha por ser reconocidos para beneficio de su integridad como colaboradores del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú.

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