poesía

Esta casita de cartón abre sus puertas despidiéndose de dos grandes amigos al que la vida puso en su camino y tuvo la suerte de conocerlos en mis años en la ‘Ciudad de la furia’, haciendo arte y cultura en una de las capitales justamente del arte de nuestro continente. Cada uno desde sus trincheras como la poesía, la narrativa, la pintura o la radio, pero siempre enalteciendo orgullosamente la bandera de dónde vinimos. Hablo de Germán Martínez Lizarzaburu y Juan Manuel Corbera.
Del primero, Germán, o ‘Yo Germán’ como se hacía llamar en su programa de Radio en la emisora Frecuencia Latina, es oriundo de la calurosa y afable ciudad de Pucallpa. Tuve la oportunidad de conocerlo por esas casualidades de la vida en la Feria del Libro de Buenos Aires, donde publiqué mi libro y tuve una participación sobre Narrativa Peruana contemporánea, entre uno de esos entrañables días fue que nos presentaron y a partir de allí mantuvimos una amistad sincera hasta hoy. Participando de dos entrevistas en su programa radial, entre ellas una conmevodora y grata, que fue la última de su programación. Según me contaría en nuestras largas caminatas por Once ( un distrito como ‘La rica Vicky’ en Perú), desde muy joven ya incursionaba entre el pantanoso y hermoso mundo de las artes donde decidiría estudiarlo a profundidad, obteniendo un título en esta área, a su vez en educación y periodismo, del cual tendría una maestría en Cuba y un doctorado en Perú. Amigo y compadre de otros ‘bravos’ de las letras como Domingo de Ramos u Oswaldo Reynoso, y de una especial admiración por el excelso pintor, Víctor Humareda. ‘Siempre fui también un fiel admirador de Marilyn Monroe, como Humareda. Y mírame, ahora vivo como él, por esas raras pero lindas coincidencias de la vida’. Y era así, viviría en un cuartito en Once, como el aclamado pintor ( aduciendo que está Marilyn a su lado) en La Victoria, en uno muy sencillo, con cuadros rodeándolo y dos camas y con una tv en blanco y negro, fiel estilo bohemio.
En el tiempo que estuvo, pudo tener su espacio radial, donde hablaría de la sociedad, actualidad, las artes, etc. Y estaría en diversos culturales, recitando sus atrapantes y arquitectuales poemas. Ahora se va dejando un poemario que retrata rincón a rincón esta ciudad de vientos tangueros, nacido por y para estas latitudes, ‘Old City’, una descripción poética de esta misteriosa ciudad. Y así dibuja en uno de sus versos: ‘la ciudad que tienen un río de plata / donde los barcos son libros con puertos de viejas bibliotecas/ las calles están llenas de árboles milenarios,/ y la gente quiere ser buena./ Hay un lugar donde los perros son felices,/ menos sus dueños / Hay un lugar de colectivos /menos de pasajeros / Hay un lugar que se bebe mate y se fuma/ menos se alimenta / Hay un lugar con nuevo soñador menos mal que aún no se dan cuenta.
Con ‘Juanma’, como así le dicen los amigos de Juan Manuel Corbera, también fue otro encuentro del destino. El vate, quien nació entre la sinérgica unión de la metrópoli y las playas limeñas, como señala, es también narrador y gestor cultural, a quien llegué a conocer en una de mis visitas a la inmensa Feria del libro de Buenos Aires, al cual cada año asistía religiosamente como miles de argentinos y turistas (siendo de la región de las más visitadas), donde trabajaba en un stand, vendiendo ‘joyitas’ literarias. Y del cual, ni bien no saludamos no paramos de hablar de arte, historia y literatura por horas. Como también de su gran proyecto conocido en Perú, como el ‘Anti fil’ con otras mentes brillantes de la cultura, como una respuesta sonora y ‘under’ a la podredumbre que muchas veces se viste de gala en los mainstream, y que es infaltable para muchos amantes del arte. A raiz de eso, teníamos conocidos en común. De otro lado, tuve la dicha de compartir escenario en algún que otro evento cultural con él, porque si de algo sobresalía tanto como su poesía, era en su gestión cultural. Sobre todo en ‘Ganesha’ (Paraguay 5519, CABA) epicentro y cuna de grandes artistas locales y extranjeros en Buenos Aires y donde se prepara de las más apetitosas pizzas, y donde pude ver en más de una ocasión sus puestas en escena de su poesía electrizante y frenética, vanguardista, no apto para pulsaciones suaves. Y gratamente, ante de decir adiós a esta ciudad, acaba de publicar la segunda edición de su ópera prima, ‘Reconfiguraciones’. De este, parte del poema que desnuda a muchos de los extranjeros que emigramos en busca de otros vientos, y que mejor de los ‘bueno aires’ que latían en esta ciudad y que fue parte naturalmente de nuestro crecimiento. He aquí a esta obra de arte: ‘Exige de la espera,/ viento fuerte/ y un camino pídele al destino/ que te sorprenda/ que a veces te evada/ que así te enseñe/ guarda silencio en cada cruz que te salude/ y algún pan para cuando nadie conteste la puerta / cree en los signos que desaparecen/ esos que solo tú ves, / recuerda que los dioses dibujan con arena y espuma / y a veces fallan con las estrellas/ hoy tu casa puede ser el cielo y el techo, las piedras de un altar; solo aquel que corta sus raíces es libre’.
Esta casita de cartón cierra sus puertas triste por sus idas pero a su vez esperanzado porque sabe que estos dos genios solo han puesto tres puntos sobre las tierras de esta ciudad, porque alguna vez inevitablemente tendrán que regresar. Porque todos los que vivimos alguna vez en Buenos Aires, siempre lo llevamos a cualquier parte del mundo que vayamos. Y para entonces, sin duda los ‘buenos aires’ les estará esperando. ¡Hasta la próxima, vates!

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[CASITA DE CARTÓN]  Esta casita de cartón abre sus puertas un nuevo año, viendo el amanecer en Santiago de Chile, con su sol fulguroso traspasando las ventanas y provocando emociones encontradas. Este año que se fue, probablemente sea el año más difícil que haya transitado, donde entendí que la ‘vida solo vale un segundo’. Y con esto que se entienda con lo singular y caprichoso que tiende ser. Y al perderme por lugares recónditas, como suelo hacer en cada ciudad que voy,  veo en pleno corazón de esta capital, un mural del inmenso cantautor, Víctor Jara,  con la frase de una de sus memorables piezas musicales, ‘El derecho de vivir en paz’. Y que va muy en consonancia con el año que ha pasado, que viene acarreando miserables guerras y derramamientos de sangres, donde los grandes perdedores como siempre somos nosotros, la población. Pero también se me viene a la mente, ‘Te recuerdo Amanda’, canción del cual en parte adopté el, Manuel, para mi álter ego en mi novela Generación Equivocada, ‘Manuel Esponja’. Me quedo perplejo ante su mirada del vate al cielo, lugar donde debe estar, en el parnaso sagrado de las letras. De pronto me pregunto, ¿cuándo volverá Manuel? En referencia a la canción. Y lo pongo en el celular, y me reencuentro por un momento con aquella persona retratada y su sentir, con la sencilla osadía de percibir sus sensaciones, y como años atrás, profundamente me conmueve, al punto de botar lagrimitas, en aquellas épocas cuando suspiraba sobre la esperanza de un mundo mejor o cuando dedicaba canciones de amor a mi compañera de vida por aquel entonces, de otros extraordinarios hermosos locos como Silvio Rodríguez o Joaquín Sabina. Qué serán de esas canciones como de ella, y como de aquel joven soñador, Manuel Esponja. Eran buenos tiempos más allá de toda tristeza, porque al final quedaba la frase de Miguel Abuelo: ‘Más allá de toda pena, siento que la vida es buena’. Y eso fue, aquellos tiempos de ensueño en un cambio social y en el amor. Con eso cumplí, así que tranquilamente ya puedo caminar por los círculos dantescos en el infierno. Y cada año que pasa, es un año menos de vida, como apuntalara el genio argentino, Charly García, o un año nuevo, un nuevo amanecer, como normalmente la gente profesa, dentro de la esperanza de que cambiarán su vida para mejor. Y ahora estoy en ese timón, por más que el surco de la cotidianidad muchas veces sea agobiante o desesperanzada, o ‘la luna una explosión’ ante la trágica y reiterativa historia del hombre y las guerras.

Creo que este año me ha acercado a definirme, de alguna manera, en lo esencial, por más que el dandi de la poesía, el vino y la elegancia, Oscar Wilde, señalara que ‘definirse es limitarse’. Pero es que hay cosas con las que uno nace y  que no se podrán diluir, por más que la corriente de los hechos traten de endurecernos o hasta fulminarnos, y es que no podemos ir contra natura, y sí, soy trágicamente sensible, pero eso no me imposibilita de ver la vida con los ojos de la neutralidad, o por lo menos lo intento. Y ahora, en esta etapa, después de quemar las cortinas de la noche, aceptando mis sombras. Y es que como señalaría Nietzsche: ‘Debes estar preparado para arder en tú propio fuego: ¿Cómo podrías renacer sin haberte convertido en cenizas? Y aquí seguimos, la historia del loco y el suicida todavía escribe su historia de vida en este año en qué aprendió a vivir. Para cuando me lleve la parca, me iré tranquilo, ya viví lo suficiente. O como cantaría al viento, el encantador de los lirios y los versos, Pablo Neruda, ‘Confieso que he vivido’. Ya no es ‘Me olvidé de vivir’, de Julio Iglesias, ya no. Así que la función debe continuar, hasta que el destino diga basta.

Esta casita de cartón cierra sus puertas agradeciendo a los que se toman el tiempo de leer estas líneas. Y a los que me escriben por eso. Buen año para todos esos hermosos locos lectores.

 

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Aceptación, Música, poesía, Vivencias

[LA TANA ZURDA] La razón de las diversas celebraciones en los Estados Unidos de América es que dos de sus miembros residen, trabajan y se dedican a la actividad creativa y de gestión cultural en universidades de ese país. Me refiero a Enrique Bernales Albites y a Chrystian Zegarra Benítez. Ellos forman parte de la gran diáspora peruana que se ha incrementado en proporciones geométricas desde la década del 80 y que hoy constituye una de las más interesantes manifestaciones de la creatividad de nuestra literatura, que añade el matiz de la migrancia externa a una ya múltiple y multilingüe tradición.

Los tres miembros sobrevivientes de Inmanencia (Enrique Bernales, Chrystian Zegarra y Florentino Díaz) se reunieron por primera vez en el extranjero en junio del año 2000 en México DF.   Más tarde y después de más de dos décadas se volvieron a reencontrar este último octubre del 2023 para seguir creando y compartiendo la poesía y el saber, la literatura y el sentir. La ocasión se presentó por una invitación de la Feria Internacional del Libro de Lawrence, Massachusetts, a la poeta Marilú Herrera Arone, para presentar su libro Secrets of Love in the Night junto a Florentino Díaz, editor de dicha publicación.

Aprovechando la estancia en Massachusetts, el poeta e investigador Chrystian Zegarra, en colaboración con la docente y gestora cultural Wendy Llorente, extendieron una invitación  a través de la Universidad de Colgate a Enrique Bernales, Marilú Herrera y Florentino Díaz para un encuentro de diálogo entre los actuales integrantes de Inmanencia y una presentación performática por parte de Marilú Herrera y Florentino Diaz en dicho espacio académico en la ciudad de Hamilton, en el estado de Nueva York.

Ahí se dieron tres días de reflexión, lecturas y compartir poético sobre cómo se formó Inmanencia y sobre las expectativas y sentires del grupo en la actualidad.  Asimismo, Marilú Herrera y Florentino Díaz presentaron la performance «Blue and Orange» sobre el libro Secrets of Love in the Night en la Universidad de Colgate.

Entre los días 26 y 28 de octubre se fue desarrollando la conversación e ideas en torno a Inmanencia en sus 25 años desde la publicación de su primer libro colectivo en octubre de 1998. Estas ideas vertidas en esos diálogos se pueden sintetizar del siguiente modo:

La situación de la humanidad se presenta en un contexto de crisis aún mayor que la de 1998. La crisis de lo humano y las amenazas transhumanistas y de violencia global se han agravado y actualizado en los últimos años.

La advertencia que precisó Inmanencia sobre la creciente deshumanización (desde su primera publicación en 1998 y en los distintos recitales performáticos realizados desde aquellos años) y su preocupación y búsqueda del mito –en la propuesta de retorno a una raíz originaria y espiritual de la creación en todas sus formas– es hoy en día una propuesta ya no sólo poética sino pedagógica y que se aúna a un «zeitgeist» global en cuanto a la urgencia de un cambio de paradigma de existencia en la comunidad humana.

La propuesta de Inmanencia se actualiza hoy en día en la amplificación del ámbito de creación poética como origen y fuente de una visión pedagógica. Es decir, no solamente es necesario expresar y manifestar creaciones poéticas, sino que la propia manera de transmitir formas de leer la realidad y maneras de concebir lo valioso de esta constituye también una necesidad a realizar. La creación es también pedagógica, formativa y lo formativo, lo educativo se convierte en una forma de creación.

La reflexión actual de Inmanencia se centra en la conceptualización de los elementos fundacionales de nuestra humanidad:

  1. La relación con la dimensión sagrada (su reconocimiento, su ejercicio, su operatividad transformadora).
  2. La recuperación de los valores de la amistad, la comunidad y el pensamiento creativo como aspectos necesarios para una convivencia evolutiva entre los seres humanos.
  3. El reconocimiento y profunda valoración de nuestra relación con el entorno viviente y dinámico expresado en la presencia del paisaje, de los árboles, de la naturaleza de los seres vivientes, de la tierra.

Según los tres integrantes de este gran grupo Inmanencia, en los próximos meses se irán definiendo acciones concretas que correspondan a la manifestación de estas ideas. ¡Mucha vida!

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Crisis global, Encuentro literario, Inmanencia, poesía, Reflexiones

[LA TANA ZURDA] Esta vez celebran su décimo aniversario con el XI Festival de Arte y Cultura, enfatizando su interés multiartístico y multimedial, pues no se trata de un simple festival de poesía –como hay tantos– en que los poetas se paran a leer sus versos en una maratón interminable. La Huaca es Poesía combina distintos lenguajes (música, teatro, danza, artes plásticas y arqueología) para brindar al público una imagen integral de lo que está pasando en distintas disciplinas y sus interesantes combinaciones.

Como se recordará, esta valiosa iniciativa surgió del encuentro feliz de un poeta, Rafael Hidalgo, y un arqueólogo, Santiago Morales que tuvieron la idea de llamar la atención sobre el Complejo Arqueológico Mateo Salado, en el límite del cercado de Lima con el distrito de Pueblo Libre, a media cuadra de la Plaza de la Bandera. Desde aquel ya lejano 2013 han convocado a decenas de artistas no solo en sus festivales previos, sino también en diversas actividades como conferencias académicas, entrevistas en línea, participación en eventos nacionales e internacionales y una larga lista de muestras de su vitalidad imparable.

El núcleo de La Huaca es Poesía lo conforman hoy los dos dos fundadores, Rafael Hidalgo y Santiago Morales, junto con los otros miembros de su Comité Central: Valeria Chauvel Moscoso, Brenda Vallejo Mezarina, Francesca Federico, Sandra Luna, Lesley Costello, Santiago Morales Erroch, Rafael Hidalgo Osorio, José Antonio Mazzotti y Raúl Bueno Chávez, a los que se han aunado recientemente el novelista Eduardo González Viaña y los músicos Yazmín Cuadros y Rudy Rivera. Todos ellos se organizan para cumplir diversas funciones, entre otras su primera publicación impresa, como fue la antología que compuse con sus textos este año y que dio a conocer en algunos casos la producción inédita de los más jóvenes del grupo. Y digo los más jóvenes porque algunos de los miembros de La Huaca son poetas mayores y consagrados como Raúl Bueno y José Antonio Mazzotti, que aportan una amplia experiencia internacional.

El XI Festival de La Huaca se realizará este sábado 25 y domingo 26 de noviembre en el ya mencionado recinto de Mateo Salado. Hay una multitud de poetas participantes, como José Aguirre, Úrsula Alvarado, Dina Ananco, Daysy Arévalo, Dalgys Bautista Sánchez, Alberto Benavides, Virginia Benavides, Chonon Bensho, Andrea Cabel, José Gabriel Cabrera Alva, Lesley Costello, Valeria Chauvel, Yazmín Cuadros, Rosa María Díaz, Pedro Favarón, Gabriel Gargurevich, Rafael Hidalgo, Milagritos Huertas, Manuel Kentore, Carlos López Degregori, Manuel Liendo, Sandra Luna, José Antonio Mazzotti, Alejandra Monterroso, Santiago Morales Erroch, Edián Novoa, Domingo de Ramos, Piero Ramos Rasmussen, Mercedes Tinoco, Rubén Quiroz Ávila, Enrique Sánchez Hernani, José Guillermo Saravia, Sixto Sarmiento, Becky Urbina y Brenda Vallejo.

Asimismo, se cuenta con la participación del artista plástico Alberto Huapaya y se rendirá un sentido homenaje-conversatorio al recientemente fallecido Luis Guillermo Lumbreras, extraordinario arqueólogo e historiador cuyo hijo, también arqueólogo y del mismo nombre, contribuirá con una semblanza de su padre.

La danza de las tijeras estará a cargo de los grupos Warmi Danzaq Killari y Puka Kichka de Andamarca; la danza folclórica correrá por cuenta del Club Provincial Canchis; el rock lo pone la Banda LSM; y los conciertos la Agrupación Pacha Wakay Munan, los cantautores e intérpretes Piero Bustos, Dante Ayala, Yazmín Cuadros, Rudy Rivera, Mauricio Moquillaza y MUKURA blues y cajón.

Como se ve, La Huaca es Poesía abarca una gran variedad de producciones culturales de diversas partes del Perú a través de sus increíbles manifestaciones verbales, musicales, plásticas y performáticas. Y todo esto lo hacen sin recibir un centavo del estado ni de instituciones privadas.

Ya es hora de que las autoridades reconozcan el valioso aporte y el esfuerzo de estos escritores y artistas y que tomen cartas en el asunto. Ya estuvo bueno, pues.

Vamos a La Huaca este fin de semana.

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Arte, Complejo Arqueológico Mateo Salado, Cultura, festival, poesía, teatro

[LA TANA ZURDA] En mi columna del 17 de  julio del 2022 dije sobre este autor y su último libro de entonces: «Edián Novoa fue conocido durante mucho tiempo como narrador. Publicó un cuentario titulado Tampoco tan poco en 1990 y terminó la novela La muerte lenta, que aún permanece inédita. Pero sorprendió a la afición al pasarse a la poesía con dos libros en plena pandemia el 2020: S/il/vana en tiempos del desamor y No hay tela para tanto muerto. Ambos eran el resultado de años de trabajo que se vieron colapsados por el shock que causó la crisis sanitaria mundial. Por eso Novoa decidió publicarlos el mismo año, pues entonces se temía que la vida en su conjunto no prosperara y había necesidad de airear la escritura. Los libros nos revelaron a un poeta con mucha fuerza y ritmo galopante, cualidades que vuelve a demostrar en su tercera entrega, País milhojas, publicado en Lima. Novoa desde el título nos presenta una visión descarnada del Perú, apelando a la descomposición social agravada por la crisis de la pandemia y a la vez la ineptitud de la clase política en su conjunto…»

Pues bien, esa potente trayectoria se ahonda con Exhumaciones del colibrí, un libro que vuelve al tema de la violencia y la muerte, parte esencial de la historia peruana reciente. El libro se inicia con una dedicatoria muy reveladora: «A las víctimas de la guerra fratricida de mi país». De este modo, muerte y violencia quedan procesadas por la memoria, que es la única tabla de salvación que le puede dar sentido a una existencia adolorida.

En el primer texto del libro, una especie de prólogo a manera de reflexión, Novoa expresa: «Han pasado más de 40 años desde q la guerra inició en Chuschi (Cangallo, Ayacucho). Hasta hace muy poco, para que el dolor no me alcanzara, viví aquella época con una racionalidad esquizoide. Me rebelé contra el dolor. Investigué e hice mi trabajo de campo con respeto hacia los otros y honestidad conmigo mismo. Mis preguntas se multiplicaron y apareció una certeza. Una única certeza: escribir es mi rebeldía. Estos poemas exhumaron mi alma y la liberaron del cangrejo q la atenazaba. El poder sanador del colibrí hará renacer la esperanza. He aquí “Exhumaciones del colibrí”».

La poesía se revela así como rito de salvación personal y colectiva, pues reconstruye la memoria del trauma histórico de la violencia buscando la sanación, no la venganza o el simple lamento, pero mucho menos el olvido, como quisieran los popes del neoliberalismo amnésico y sus poetas de moda.

Nuestro país aún tiene heridas por cerrar, e incluso cerrándose, quedarán para siempre las cicatrices. Llagas y marcas le dan identidad a un cuerpo simbólico y vuelven a sangrar cada vez que hay nuevas víctimas de la violencia, como los más de 70 muertos del actual régimen.

Novoa ha sido fiel a sus principios kloakescos, en que ese grupo formado en setiembre de 1982 denunciaba una y otra vez las injusticias de una sociedad que era ya abiertamente una cloaca, con su podredumbre a flote y la infección moral por todos lados (¿les suena conocido o actual?).

Un poema del libro, escogido casi al azar, nos puede dar la medida de la valiosa voz de Novoa:

III. PRÓXIMAS PREGUNTAS

«si los 6 millones de judíos del holocausto hablaran

¿escucharíamos sus historias?

si las 69 mil víctimas del conflicto renacieran

¿pediríamos perdón?

si los 22 mil desaparecidos volvieran

¿reconciliaríamos las discrepancias?»

las osamentas recordarán sus guerras

la de ser soldado en lucha fratricida

la de ser víctima en engranaje afinado

la de seguir banderas como perros tras los huesos

si el hombre mata al hombre

¿para q entonces exhumar mi cadáver inconcluso?

 

son 206 huesos q compiten entre las fauces

el cráneo se resiste a ser repositorio

a ser embudo

a ser calavera que salvaguarde el regreso

los 32 dientes muerden al unísono el pan

la quijada se planta en carcajadas

el tórax anhela el aire q lo henchía de emoción

¿no es la moneda la q decide?

 

somos el reverso y el anverso

somos menos las manos q las arrojan al cielo

somos más las prendas q hallaremos en las fosas

deja en paz mi osamenta

 

descuelga el libro cada mañana

sé la araña en sus hilos

q el veneno no muera contigo

descuelga el libro cada tarde

sé la mujer q desentierra la memoria

q florece con su aliento la tierra

descuelga el libro cada noche

sé el pueblo q muerde su rabia

libera el alma para el retorno del C O L I B R Í

Edián Novoa nos entrega un libro que nos recuerda que el Perú no podrá ser una isla feliz mientras los cadáveres de miles y miles de compatriotas no encuentren explicación.

Exhumaciones del colibrí es un poemario intenso, con un ritmo vertiginoso que nos convoca en el dolor compartido y en la rabia, pero también en la esperanza a través de la palabra. Se presentó con gran éxito el pasado viernes 6 de octubre en el LUM (Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social). El espacio no podía haber sido más propicio. Salud al poeta.

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Edián Novoa, Memoria Histórica, poesía, Sanación

[LA TANA ZURDA] Ya sabemos que nunca volvió a su Perú natal y menos a su materno Santiago de Chuco. Quizá por eso en su poesía y en sus crónicas el Perú y el terruño liberteño aparecen con frecuencia y son la fuente de una nostalgia conmovedora que infaliblemente nos araña las pupilas.

Por eso hay que saludar la gran iniciativa de la investigadora vallejista Gladys Flores Heredia de organizar el congreso internacional «Vallejo en el siglo XXI» con motivo del centenario de las primeras dos obras de narrativa del portentoso César, Escalas y Fabla salvaje, y, por supuesto, el centenario de su viaje definitivo.

Y lo hace nada menos que en el contexto y como parte del programa de la Feria Internacional del Libro de Lima que se inaugura mañana, viernes 21 de julio, en el ya habitual Parque de Los Próceres de la Independencia en el distrito de Jesús María, antes conocido como Parque Matamula.

¿Por qué es peculiar la celebración de este congreso en la FIL? Pues porque le da un toque de dignidad y por supuesto le eleva el nivel intelectual a la programación de un evento que año tras año se ha distinguido por exaltar «piononos de vitrina» o figuras de la farándula que dan vergüenza ajena en lo que se supone es una fiesta de la cultura en el mejor sentido de la palabra.

Ocurre que con el deterioro de las relaciones diplomáticas con el hermano país de México, que iba a ser este año el invitado de honor de la FIL, el país azteca decidió dejar «tirando cintura» al Perú y su feria más importante, lo que obligó a la Cámara Peruana del Libro a buscar una solución que le salvara el paso. Y ninguna mejor idea que dedicarle la feria al gran César Vallejo, tratándose no solo de los centenarios que se cumplen este 2023, sino también de la enorme producción bibliográfica que ha surgido desde el 2022 con motivo del centenario de esa obra cumbre de la vanguardia mundial que es Trilce.

Al congreso llegan notables vallejólogos como Antonio Merino, desde España, Mara García y José Antonio Mazzotti, desde Estados Unidos, Valentino Gianuzzi, desde Inglaterra, Ricardo González Vigil y Miguel Pachas Almeyda, gran biógrafo de Vallejo, desde la propia Lima, así como numerosos investigadores que completan una programación sumamente interesante.

Desde su mismo nombre de «feria» el evento general parece destinado a cumplir su mera finalidad comercial. Pero gracias a Vallejo y al desplante de México el efecto paradójico de una mejor calidad en la programación se hace palpable y convoca así a gente que se dedica con rigor y profundidad a la investigación sobre nuestro poeta bandera.

Hay cerca de 600 actividades de todos los calibres en esta FIL, pero albergamos la esperanza de que la inclusión de un evento académico como el congreso vallejiano siente un precedente que pone a la FIL-Lima a la altura de otras grandes ferias internacionales, como la de Guadalajara o la de Frankfurt, que siempre le dan un lugar importante a los cónclaves de investigadores, lo cual conecta esa producción especializada con el gran público fuera de los campus universitarios.

El congreso «Vallejo en el siglo XXI» es organizado por la Universidad Ricardo Pama y la Cámara Peruana del Libro, con el auspicio de la Universidad de Tufts, en Estados Unidos, la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina, y la Asociación Internacional de Peruanistas. El programa completo puede verse AQUÍ.

Dése una vuelta por la FIL de este año y báñese de Vallejo, que no solo es saludable, sino, sobre todo, placentero. Sin duda descubrirá muchas cosas que Ud. no sabía.

 

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Nada como las cartas para iluminar la fragilidad humana. “Arturo, ¡qué ganas tengo de volver, de sentarme contigo, con Mario, con César, a conversar, a pasear en Platero, a meter escándalos, a reír, a recitar y discutir! (…) No tengo ropa, mis zapatos se han roto, vivir sin plata en Europa es jodido: no puedes ir al cinema, al teatro, a los museos muy poco, no puedes pasear: en la situación en que estoy, yo lo único que hago es estudiar francés, leer, comer, pasear a pie y dormir. Nada más. Escribir no puedo, no sé qué me pasa”, apunta en una carta al poeta Arturo Corcuera fechada en setiembre de 1961 (pp.249).

El epistolario sintetiza un trayecto vital breve, pero da cuenta suficiente de una personalidad creadora y profundamente ética. No es este un espacio para discutir si el proyecto de iniciar una revolución en el Perú, que el poeta hizo suyo, fue un acierto o un error, me interesan más la bondad y la coherencia del personaje, más allá de cuestiones ideológicas y mitologías que mal sirven para entender las profundidades de la persona.

Será siempre grato encontrar noticias sobre el poeta Javier Heraud. Esta vez vienen desde un riquísimo archivo familiar, con toda su luz a cuestas. Tengo la certeza de que los lectores habituales de Heraud y los que no, darán las gracias por igual.

 

Javier Heraud. Enteramente y eternamente. Cartas (1958-1963). Lima: Lumen, 2023.

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A estos se suma ahora De monstruos y cyborgs, un conjunto de breves fragmentos narrativos y a veces ensayísticos, que van recorriendo diversas estancias de su experiencia como paciente cardíaca, a la vez que agudas reflexiones sobre las intervenciones médicas en el cuerpo, su anexión a máquinas que lo mantienen con vida, o el ramplón binarismo con el que a veces pretenden explicarse las relaciones de género.

Monstruo, etimológicamente hablando, significa “prodigio” como nos lo recuerda Saona y ese prodigio es sin duda la sobrevivencia y, además, la capacidad de escribir sobre su doloroso proceso. La idea de Cyborg alude a las “máquinas” insertas en su cuerpo, que hacen posible que el corazón de la autora siga haciendo camino.

No es fácil confrontarse. Se requiere de valentía y coraje. Saberse enfermo, preso de un mal, vivir al borde del abismo, puede encontrar relativo alivio en la escritura confesional y conmovedora de Saona en este brevísimo volumen. Leerlo será la mejor manera de hacer nuestro ese singularísimo horizonte en el que el límite entre el dolor y el arte se hace difuso.

Margarita Saona. De monstruos y cyborgs. Lima: Intermezzo Tropical, 2023.

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La segunda historia a la que me quiero referir es a la del poeta chileno Pablo De Rokha (seudónimo de Carlos Ignacio Díaz de Loyola) y a la mujer que marcó su vida: la poeta Winétt De Rokha (seudónimo de Luisa Anabalón Sanderson). Quisieron las simetrías del destino que nacieran el mismo 1894 y que años más adelante vivieran un amor que osciló entre “la plenitud y la tragedia” (p.259). “A ella –apunta Boccanera– estará dedicada gran parte de los cuarenta libros que escribió De Rokha, donde sucesivas Winétt encarnan la naturaleza, el cosmos, la revolución social” (p,261).

Cito entonces una parte del poema “Círculo”, que le habla a Winétt directamnte: “Tu ilusión se parece a una ciudad antigua,/ a las caobas llenas de aroma entristecido,/ a las piedras eternas y a las niñas heridas;/ un pájaro de agosto se ahoga en tus pupilas,/ y, como un traje obscuro, se te cae el delirio” (p.271).

Hay veinte historias más en cuyas tramas hay algo de aventura, de casualidades necesarias y por supuesto, una cuota enorme de locura y desborde pasional, ingrediente infaltable para que un amor no sea, al menos en la memoria, cualquier amor.

Jorge Boccanera. La pasión de los poetas. Barcelona: Jus/Malpaso. 2022.

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