Arte

[LA TANA ZURDA] Esta vez celebran su décimo aniversario con el XI Festival de Arte y Cultura, enfatizando su interés multiartístico y multimedial, pues no se trata de un simple festival de poesía –como hay tantos– en que los poetas se paran a leer sus versos en una maratón interminable. La Huaca es Poesía combina distintos lenguajes (música, teatro, danza, artes plásticas y arqueología) para brindar al público una imagen integral de lo que está pasando en distintas disciplinas y sus interesantes combinaciones.

Como se recordará, esta valiosa iniciativa surgió del encuentro feliz de un poeta, Rafael Hidalgo, y un arqueólogo, Santiago Morales que tuvieron la idea de llamar la atención sobre el Complejo Arqueológico Mateo Salado, en el límite del cercado de Lima con el distrito de Pueblo Libre, a media cuadra de la Plaza de la Bandera. Desde aquel ya lejano 2013 han convocado a decenas de artistas no solo en sus festivales previos, sino también en diversas actividades como conferencias académicas, entrevistas en línea, participación en eventos nacionales e internacionales y una larga lista de muestras de su vitalidad imparable.

El núcleo de La Huaca es Poesía lo conforman hoy los dos dos fundadores, Rafael Hidalgo y Santiago Morales, junto con los otros miembros de su Comité Central: Valeria Chauvel Moscoso, Brenda Vallejo Mezarina, Francesca Federico, Sandra Luna, Lesley Costello, Santiago Morales Erroch, Rafael Hidalgo Osorio, José Antonio Mazzotti y Raúl Bueno Chávez, a los que se han aunado recientemente el novelista Eduardo González Viaña y los músicos Yazmín Cuadros y Rudy Rivera. Todos ellos se organizan para cumplir diversas funciones, entre otras su primera publicación impresa, como fue la antología que compuse con sus textos este año y que dio a conocer en algunos casos la producción inédita de los más jóvenes del grupo. Y digo los más jóvenes porque algunos de los miembros de La Huaca son poetas mayores y consagrados como Raúl Bueno y José Antonio Mazzotti, que aportan una amplia experiencia internacional.

El XI Festival de La Huaca se realizará este sábado 25 y domingo 26 de noviembre en el ya mencionado recinto de Mateo Salado. Hay una multitud de poetas participantes, como José Aguirre, Úrsula Alvarado, Dina Ananco, Daysy Arévalo, Dalgys Bautista Sánchez, Alberto Benavides, Virginia Benavides, Chonon Bensho, Andrea Cabel, José Gabriel Cabrera Alva, Lesley Costello, Valeria Chauvel, Yazmín Cuadros, Rosa María Díaz, Pedro Favarón, Gabriel Gargurevich, Rafael Hidalgo, Milagritos Huertas, Manuel Kentore, Carlos López Degregori, Manuel Liendo, Sandra Luna, José Antonio Mazzotti, Alejandra Monterroso, Santiago Morales Erroch, Edián Novoa, Domingo de Ramos, Piero Ramos Rasmussen, Mercedes Tinoco, Rubén Quiroz Ávila, Enrique Sánchez Hernani, José Guillermo Saravia, Sixto Sarmiento, Becky Urbina y Brenda Vallejo.

Asimismo, se cuenta con la participación del artista plástico Alberto Huapaya y se rendirá un sentido homenaje-conversatorio al recientemente fallecido Luis Guillermo Lumbreras, extraordinario arqueólogo e historiador cuyo hijo, también arqueólogo y del mismo nombre, contribuirá con una semblanza de su padre.

La danza de las tijeras estará a cargo de los grupos Warmi Danzaq Killari y Puka Kichka de Andamarca; la danza folclórica correrá por cuenta del Club Provincial Canchis; el rock lo pone la Banda LSM; y los conciertos la Agrupación Pacha Wakay Munan, los cantautores e intérpretes Piero Bustos, Dante Ayala, Yazmín Cuadros, Rudy Rivera, Mauricio Moquillaza y MUKURA blues y cajón.

Como se ve, La Huaca es Poesía abarca una gran variedad de producciones culturales de diversas partes del Perú a través de sus increíbles manifestaciones verbales, musicales, plásticas y performáticas. Y todo esto lo hacen sin recibir un centavo del estado ni de instituciones privadas.

Ya es hora de que las autoridades reconozcan el valioso aporte y el esfuerzo de estos escritores y artistas y que tomen cartas en el asunto. Ya estuvo bueno, pues.

Vamos a La Huaca este fin de semana.

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Arte, Complejo Arqueológico Mateo Salado, Cultura, festival, poesía, teatro

[CASITA DE CARTÓN] Este columnista no puede dejar de estar atento y a su vez entristecido ante la lamentable situación social que atravesamos, con un congreso y ejecutivo cada vez más desprestigiados y aferrados a la mamadera del estado, y con un repudio cada vez más grande y abrumador que el sol que aún acompañan por las tardes en este invierno triste y raro. Pero no solo eso me aqueja, sino también el penoso conflicto social que yace entre nosotros, los mismos peruanos, cada vez más divididos y sectorizados, como enemistados a muerte. Y justamente de esto, toma parte la exposición de Mary Ann Agurto, gestora cultural, cronista y poeta, entre otras facetas relacionadas al mundo del arte, y que viene de ganar merecidamente por su contenido e innovación en su trabajo, Estímulos Económicos otorgados por el Ministerio de Cultura.

Esta obra que, como su título lo señala, busca la trascendencia de nuestra memoria, es decir, trasladar del pasado al presente y a las siguientes generaciones el patrimonio cultural que vive en cada uno de los peruanos. La memoria de nuestra cultura, que mucho obviamos o lo dejamos al margen al estar ensimismados en nuestros quehaceres, engullidos en nuestra monotonía, pero que está presente hasta con el saludo o el “pe” clásico, entre otros distintivos que nos diferencia como sociedad y que nos acompañarán para todos lados, sea el país o vientos en que nos encontremos. De esto también refiere esta exposición que está dividida en tres partes.

Callao: Comienza con el barrio de la alegría y la salsa. Ya que ella es chalaca y de pura cepa, ya que nació por las arenas de nuestra ciudad portuaria. La autora ve este pasaje desde los lentes de una arqueóloga, que es lo que estudia en la Decana de América, aplicando el método transfer, y vemos la geografía en donde se dan los primeros pasos en su lugar en el mundo, que puede ser como el de cualquiera otro, el lugar donde naciste y que vas forjando, inevitablemente, tu identidad, con la familia, el barrio, los amigos, las calles, las tienditas y los vecinos, todo lo que comprende el cimiento de nuestro árbol social.

2016: Es la segunda etapa y se manifiesta dentro del derrotero de la artista en la sociedad, ya dejado su nidito y su familia y volando por otras latitudes. Estos números en mención son del año en que se murieron muchas personas cercanas a ellas, entre ellos artistas de la talla de Javier Salazar o Rodolfo Hinostroza (de los que decide hacerles un homenaje), grandes amigos de la fotógrafa. “Cada semana o mes presenciaba un funeral, no tenía fin”, cuenta. De la misma manera, es en aquel año donde decide romper con la vorágine cotidiana que llevaba para encaminarse de lleno en el arduo y duro oficio del arte, que es a donde pertenece y del lugar del que nunca se irá. Es allí que su identidad es sucumbida por esa nueva gente que conoce y que forma parte de su nueva obra, su nueva vida, y ese descubrimiento al ejercer día a día lo que lo apasiona.

¿Realmente quieres hacerme daño?: La tercera y no por eso menos atrapante. Acá ya es donde se interioriza en la sociedad dentro de la labor del artista y con una semblanza profunda, basado en la memoria y en relación a dos fenómenos que nos involucran como sociedad. Con una gráfica interesante de fotos, llegamos al capítulo más reflexivo: el conflicto armado interno y el feminicidio.  De aquel periodo aciago, trae una experiencia vivencial con el gran poeta Domingo de Ramos, en Ayacucho, y en relación a un residente de allá, que le “dolía recordar ese pasado”, mostrando el grado en el que aún hoy está vigente aquella herida social y que muchas veces no queremos hablar, o si se hace es con fines políticos como sucede en la política actual. Y en torno al feminicidio y la complejidad de la mujer en una sociedad violenta en la que estamos, con una estructura social donde las injusticias priman. Es aquí donde percibimos claramente que la violencia está dentro de la memoria colectiva y la identidad de uno, lastimosamente forjado por una sociedad enferma.

Detalle no menor, y es que no es casualidad que Sarita Colonia esté presente en la portada de la obra. “Sarita es mi memoria, mi casa casa, mi familia, mi barrio. Mi patrimonio ante el mundo y las siguientes generaciones”, detalla conmovida. “Y las urnas, como las que en donde depositamos el futuro de nuestro país o las urnas funerarias, como donde reposa mi padre, todo lo que hizo en este mundo, sus sueños, y todo, terminó en una caja”.

Mary Ann nos demuestra que la memoria es parte intrínseca de cada uno, nuestro primordial tesoro, donde están inexorablemente envueltos nuestros recuerdos que son parte de nuestro porvenir. Entendemos en relación al conjunto del taller, la memorable frase del filósofo existencialista Jean Paul Sartre: “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”.  Y de la misma manera aceptar lo ya acaecido. La memoria no debería doler, ya que si sucede buscamos naturalmente negarlo y con eso nos estamos condenándonos a que vuelvan a suceder en algún momento, ya que no hay fin ni comienzo, sino un perecedero andar si no lo asimilamos.

Esta casita de Cartón cierra sus puertas con los versos del eterno poeta, Antonio Machado: “Todo pasa y todo queda, / pero lo nuestro es pasar, /pasar haciendo caminos, / caminos sobre el mar”. Y me pregunto: ¿qué son las memorias sino el legado ante los vientos que dejamos? La rama familiar, mis sueños, mi vida. A su vez, ¿qué son nuestros recuerdos y memorias sino nuestro patrimonio único como personas? Todo esto me ha producido esta solemne obra que tendrá su cierra este Lunes 24 a las 7 pm en la Galería Kapulí, en Barranco. No vendría nada mal para comenzar la semana de manera reflexiva y pensar, algo que necesitamos imperantemente en estos tiempos, sobre nuestra realidad no solo personal sino social, porque si no entendemos las cosas a profundidad que nos conciernen estamos condenándonos a que vuelvan a suceder. No falten.

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Arte, Cultura peruana, Exposición, Memoria, Ministerio de Cultura, Patrimonio, Reflexión

Un año después de que asumió este gobierno, y de ver muchos cambios y posiciones ¿qué temáticas consideras deberían trabajar las artistas?

Antes que nada tiene que ser la de género porque la mujer tiene que contar su historia, y mientras más presencia exista de la historia de la mujer, más presencia va a tener, así nos iremos dando cuenta que somos una comunidad más grande, más fuerte, que tenemos presencia. Pero tiene que hablarse de todo lo que aqueja a toda una comunidad femenina, yendo por las vivencias las faltas, la violencia física, psicológica, el día a día habla de todo lo que le pasa a la mujer.

Yo creo que la artista mujer en el Perú está poniendo su esfuerzo, sí veo el esfuerzo de las artistas mujeres, están empezando a reunirse en organizaciones, como que no necesitan mirar sólo afuera para hacer algo. Además, el internet es como si estuviéramos afuera, lo virtual nos ha demostrado que hay una universalidad, y la maravilla del celular de ver como se está luchando en diversas partes del mundo contra la violencia de la mujer y todo lo que se le está negando, o sea, todas esas noticias refuerzan el donde estemos, el que cada sitio donde estemos, la lucha es universal. Hay gente super capaz. Sin ir muy lejos, la última gran protesta que hubo en el país fue organizada por jóvenes,están armando su propio mundo. Lo único que realmente necesitan es que desaparezcamos todos para ellos poder hacer.

Y los jóvenes, mal llamados generación de cristal, no la están teniendo nada fácil: Vivir una pandemia, crisis política local y economía global dura.

Y su aporte en lo que tiene que ver con el género, esta nueva sociedad que se está formando, la sociedad no binaria, y el crearle identidad al ser humano, en códigos éticos diferenrtes a lo que había antes… Yo me maravillo cuando converso con jóvenes, me dan esperanza.

En tu proyecto de los huacos, donde tres de tus piezas han sido adquiridas por el Arts Institute de Chicago, tomas una postura más radical: no seas ocioso, no seas, ladrón, no seas mentiroso.

Eso sí parece una idea más radical. Siento que el tono tiene que ser más directo, el cuerpo me lo pide. 

¿Lo que vendrá de tu obra va a ser más radical?

Mis respetos por el ICPNA por haberme dejado construir, que apuesten por arte arriesgado. No quiere decir que sea una protesta, pero va a llamar a una reflexión. 

Ana de orbegoso
(Foto: Flor Ruiz)

Con tu proyecto de los huacos ha sido una metodología y apuesta en un proceso interdisciplinario, te instalaste en el museo Larco para hacer tu obra. ¿cómo hacer hablar a estos procesos internos para adentrarte?

Mi obra ha sido un colegio para mi, me ha hecho valorarme en la experiencia que día a día necesitaba. Uno necesita sentir pertenencia, sabía que el Perú era mi país, yo vivía aquí, tenía cierta edad, necesitaba conocer más mi país. Para mí es importante ver el país que tenemos, conocerlo, hacerlo mío, no solo porque he vivido fuera un montón de tiempo, mi cordón umbilical ha estado ligado al Perú.

Ese cordón umbilical presente en estas casi tres décadas de idas y venidas.

Me falta tiempo cada vez que vengo, quiero conocerlo más y más, y se refleja en que estoy haciendo obra y tiene que ver con eso, con mirarlo más. 

Para mí la última votación demostró la crisis en la que estaba el país, el límite al que hemos llegado. A pesar de que financieramente el Perú subió su nivel las últimas décadas, obviamente, aparte de eso, seguíamos desfasados. El avance más grande que vi fue el económico, pero, la violencia que se miraba, la violencia a la mujer, cada vez era peor. Si algo nos ha unido más estas últimas décadas, ha sido la comida, el darnos cuenta que nuestra comida de casa, que comíamos tan rico, se podía exportar fuera. 

Hay algo importante en el boom de la comida, que creo va a seguir. Cada vez se incrementa la imagen de nuestra comida afuera , el Perú ya tiene un nombre en eso, y para nosotros eso significa creérnosla. Ahora estamos orgullosos de nuestra comida y es algo que une.

¿Qué nos hace falta para identificarnos como peruanos? 

En mi caso, me identifico con la  gastronomía. He visto también como los europeos antes que los estadounidenses se morían por nuestra cultura: ellos han tenido respeto por nuestras culturas pasadas de una manera increíble, han admirado nuestra cultura más que nosotros mismos, el haber trabajado en turismo una época me permitió ver eso.

Entonces, ¿no nos la hemos creído?

No se la creía todo el mundo. Nosotros no hemos tenido instituciones paralelas que puedan apoyar a la educación, por eso ha sido difícil, hemos demorado tanto en identidad. México nos lleva 40 años por delante. Cuando fui a mis 16 años a México, me quedé asombrada, el país era un festival de culturas. Allí me pregunté: “¿dónde está la mía?”. Tenemos una deuda con nuestro país. Recuerdo que una amiga me decía “ustedes no saben la suerte que tenemos los mexicanos que ustedes no hayan descubierto su cultura todavía”. ¡Imagínate! Es increíble que un mexicano haya dicho eso. México nos lleva ventaja, se la cree. Aquí tenemos zonas que sí se la creen, Cusco, Puno, Arequipa, la parte sureña, es ver la cultura al día cómo  te crea la identidad. Si todos fuésemos igualitos, ¿qué aburrido sería no?. Es maravilloso conocer diversas culturas, te ensancha el mundo.

Pero allí podría haber un diálogo con la industria cultural. El arte y la industria cultural necesitan estar juntos, ser dialogantes.

Necesitamos que el ministro de cultura sea un artista, que hable en su idioma. 

El Ministerio de Educación debería impartir un recorrido de galerías, obligatoriamente. Cada mes los colegios deberían estar recorriendo una cantidad de galerías. Necesitamos hacer un curso atipíco, obligatorio, de utilizar el arte en sus propuestas, necesitamos gestores culturales en el Ministerio de Educación, no solamente en el Ministerio de Cultura. La gestión cultural debería ser obligatoria para toda persona que trabaja con la comunidad. Aquí implica trabajar con los docentes, que muchas veces tienen que dedicar una gran cantidad de horas en temas administrativos.

Volvemos a hablar del tema inicial , Arte y Educación.

Así es, y hablar, y seguir, y no cansarnos de todo los que nos queda por reflexionar, y hacer.

 

(*) Flor Ruiz es fotoperiodista, videasta y viajera. Publica sus reportajes en texto y fotos en medios nacionales, también hace colaboraciones para prensa extranjera. Los temas que aborda en sus reportajes son la amazonia, destinos, naturaleza, conservación, emprendimientos,género y cultura viva. Vive en Lima.

@florruizperu  florfoto26@yahoo.com

 

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