Entrevistas

El jueves pasado Rafael López Aliaga  anunció una alianza con los reservistas de Virgilio Acuña, ¿qué dicen este tipo de acciones de él?

Inicialmente pensaría que se trata de un movimiento desesperado por ampliar su base electoral, que tal vez podría responder a un cálculo político, pero un cálculo político sin ningún fin ideológico más que el de ganar las elecciones y después deshacerse de ellos. Lo que estamos conociendo de López Aliaga es que utiliza a la gente y los medios que sean necesarios para conseguir los objetivos que se propone. También pienso que este señor tiene un problema psicológico, porque es una persona que miente con mucha facilidad, es un tipo que desvaría. Sacó eso, luego se arrepintió e intentó aclararlo. Tiene una especie de campaña permanente de fake news todo el tiempo y uno ya no sabe qué creerle.

 

Contenido solo para Suscriptores

Suscríbete en uno de nuestros planes

SUSCRIBIRME

Tags:

David Rivera, Rafael Lopez Aliaga

Yonhy Lescano parece ser el favorito para ocupar el sillón presidencial, ¿qué nos esperaría de un candidato que no tiene un plan de gobierno claro, que solo tiene “lineamientos”, como él mismo confesó en RPP?

Llama la atención que el candidato que está primero en las encuestas sea un candidato que no ha desarrollado tantas propuestas en el plan de gobierno. Recordemos que en el caso de Acción Popular hubo unas elecciones primarias. Seguramente esperaron a tener los resultados de quién iba a ser el candidato presidencial para ponerse a trabajar en el plan de gobierno, lo que refleja poca organización institucional, sin embargo creo que es importante que el partido reconozca que el plan de gobierno que presentó al JNE no es el completo y que se encuentran trabajando en ello. Lo ideal hubiese sido que lo presentaran en el momento correcto, según el cronograma electoral.

En ese caso, ¿es un partido improvisado?

Claro. Lo que pasa es que esta situación refleja el poco fortalecimiento institucional que tienen los partidos políticos en general. En este caso particular, pese a que es el partido más antiguo, es interesante ver que el tiempo de vida del partido no importa, sino la solidez institucional que puedan tener.

 

Solidez que parecen no tener. Hoy Acción Popular tiene una bancada con agenda propia y cuyo rostro más visible es Manuel Merino, con quien Lescano ha deslindado en público. ¿Podemos tener un presidente a quien su bancada le dé la espalda en los próximos cinco años?

Sí. Es complicado si es que Lescano es elegido presidente porque, por un lado, es muy probable que no gobierne con mayoría en el Congreso y, además, tenemos que identificar que existen ciertos problemas internos en el partido de Acción Popular. Esto podría generar que algunos candidatos actuales al congreso no necesariamente avalen o apoyen a Lescano de ser elegido presidente.

 

Acción Popular tiene las preferencias congresales, ¿por qué cree que la crisis política de la que fueron protagonistas no los ha afectado?

Pese a que acabo de decir que es un partido que no tiene solidez institucional, lo cierto es que sí están bien organizados en regiones. Esto hace que la ciudadanía los identifique, con el tiempo, como un partido serio. La gente todavía recuerda las acciones de Belaúnde. La marca de Acción Popular está muy presente a nivel nacional, por eso es que suele tener una intención de voto mayor.

 

Pasemos a otro candidato. Según las últimas encuestas, las posibilidades de que Rafael López Aliaga pase a segunda vuelta aumentan. ¿Qué cosas considera usted que se ponen en riesgo con esta candidatura?

Su discurso ha estado ligado a un electorado bastante conservador. Se ha visto públicamente cómo algunas de sus candidatas han denigrado a la mujer o al rol que la mujer debe tener en la sociedad, lo cual preocupa porque estamos en un tiempo donde justamente lo que se trata es de cerrar las desigualdades entre hombres y mujeres. A esto se le suman algunas actitudes que no respetan la libertad de las personas pese a que ellos mismos se autodenominan como un partido liberal. Al final, Renovación Popular termina siendo bastante conservador y se contradice con los principios liberales que ellos sostienen.

 

De llegar a ser presidente, ¿el retorno a la edad media sería inminente o qué fuerzas se esperaría que pudiesen detenerlo?

No sé si estoy siendo optimista, pero no creo que vayamos a regresar a la edad media -como quizás alguna vez yo misma lo comenté en el podcast “Debate” de Sudaca- porque tenemos una ciudadanía cada vez más organizada que tiene una mayor incidencia pública. Sí creo que va a haber un retroceso en políticas vinculadas a la identidad de género y al acceso a salud sexual y reproductiva, pero también creo que va a haber un posicionamiento de las organizaciones sociales, quienes van a tener un rol bastante protagónico para contrarrestar estos vacíos en la agenda pública en un eventual gobierno de López Aliaga.

 

Últimamente se le ha cuestionado aspectos de su vida privada, ¿esto podría aumentar sus votaciones entre el sector más conservador o, por el contrario, podría hacerlo caer en las encuestas?

Estos temas privados que ha comentado, como el castigo al cuerpo que realiza para controlar ciertos deseos sexuales, lejos de indignar al electorado, creo que más bien lo que hacen es ponerlo como…

 

¿Como un santo?

Sí. López Aliaga identifica quién es su público objetivo y lo que hace es fortalecer la conexión con ellos. Al sostener que es una persona que castiga su cuerpo y su decisión de ser célibe se posiciona como una persona santa desde la perspectiva conservadora. Algo propio de lo que hicieron muchos santos en la edad media y en la edad moderna. Esto podría identificarlo falsamente como una persona honesta, íntegra, cuando en realidad la fe no tiene nada que ver con la capacidad de ser corrupto o no.

 

Un candidato que ha sorprendido es George Forsyth, quien parece haber detenido su caída en las encuestas, ¿a qué se debe esto?

El freno de su caída podría indicar que cierto electorado ubicado más al centro, centro derecha, estaría optando por este candidato, en vez de otros que estarían representando esa misma posición política. Es el gran espectro centro, centro derecha, como Julio Guzmán, Keiko Fujimori o Hernando de Soto.

 

¿El freno de su caída tiene que ver con su cambio de estrategia? Antes optaba por no dar entrevistas y ahora se ha vuelto más confrontacional…

No creo que sea por eso, porque yo siempre lo he visto en medios. Creo que simplemente los electores lo están empezando a ver como una opción porque la campaña se prende recién. En realidad, la campaña suele empezar un mes antes de las elecciones, recién estamos empezando a ver datos que podrían darnos ciertas luces.

 

A pesar de ser el rostro más visible de la izquierda, Mendoza parece que va en picada. ¿La considera una candidata radical? 

Verónika no ha sido consciente de la situación en la que estamos. Ella ha insistido mucho en una agenda que pegó muchísimo en la época de las marchas de noviembre cuando se pedía una nueva Constitución, pero luego esto se ha ido bajando y las demandas ahora son otras. Debería conectar con esas demandas actuales que tiene la ciudadanía y tratar, sobre todo, de concertar con ciertos aliados. Creo que su partido ha golpeado muchísimo a otros partidos políticos que, en un escenario de segunda vuelta, la podrían apoyar. Ha buscado mucha confrontación, ha tratado de ser radical en muchas cosas, pero no ha escogido estratégicamente a sus enemigos.

 

Hablando de sus enemigos, el que asoma en las encuestas es Pedro Castillo, un ala de la izquierda que ve con recelo la figura de Verónika. ¿Cómo podría ella convencer al bolsón de electores que están apoyando a Castillo? 

Mendoza no debería mirar para ese lado porque es un bolsón de electores bastante radical que hoy estaría disputándose con Yonhy Lescano. Creo que más bien debería apostar por conquistar, por ejemplo, a aquellas personas que estaban con Julio Guzmán y que, al ver que hoy está con una baja intención de voto, buscan otra elección. Tiene que conquistar también a ese gran bolsón de casi 30% de electores que no sabe por quién votar y que aún no han definido su voto.

 

Al que parece habérsele apagado la llama es a Julio Guzmán, quien baja cada vez más en las encuestas hasta casi desaparecer. ¿Le parece una buena estrategia que haya desplegado su artillería contra Rafael López Aliaga?

Es importante que se le vea más activo y que con un mayor ímpetu que antes. Antes parecía ser un candidato que quería caer bien a todos pero que no terminaba de cuajar con nadie. Al enfrentarse a López Aliaga y señalar las discrepancias que tiene con él, ya tenemos a un Julio Guzmán que está empezando a marcar posición, que es lo que le gusta más a los electores: un candidato que marque postura, que no es lo mismo que un candidato radical.

 

¿Cree que Guzmán tenga chance de llegar a segunda vuelta o el Partido Morado debería ir pensando en el 2026?

Si nos limitamos en las proyecciones estadísticas, creo que Guzmán no tiene posibilidad. Sin embargo, el análisis político no necesariamente va de la mano con una probabilidad estadística, sino que hay otras variables que, en un plazo de dos semanas o inclusive una semana antes de las elecciones, harán que el escenario cambie de manera radical. Recordemos a Lourdes Flores Nano con su frase de “métanse la alcaldia al poto», lo que hizo que bajara muchísimo en las encuestas en el último tramo. O a un Jorge Muñoz que en las últimas semanas no pasaba del 5% de la intención de voto y que después del debate empezó a crecer. Estamos en el país donde cualquier cosa puede pasar.

 

Por último, ¿qué nos espera los próximos cinco años? ¿La esperanza o la resignación?

Creo que lo último que debemos perder los peruanos es la esperanza, y en realidad es lo último que perdemos. Sin embargo, a veces tenemos un exceso de esperanza y eso hace que terminemos confiando demasiado en los políticos que ponemos en el cargo. Hoy más que nunca debemos tener cuidado con quienes elegimos, no solo como presidente, sino también dentro de los sillones congresales. Debemos de tomar en cuenta que estas personas que tienen una linda sonrisa o hacen un baile simpático en Tik Tok, deben tener, primero, propuestas serias y, segundo, que sean personas que no estén vinculadas a algún «anticucho».

 

*Créditos de la foto: Perú21

Tags:

Julio Guzmán, Rafael Lopez Aliaga, Verónika Mendoza, Yonhy Lescano

Antes de empezar, voy a permitirme una aclaración. El candidato y el autor de esta entrevista no tienen ningún parentesco. Dicho esto, empecemos.

Hace apenas un par de años usted declaró en algunas entrevistas que Keiko Fujimori no tenía ninguna posibilidad de ganar las elecciones, ¿cree que su pronóstico se cumpla?

No. La campaña de demolición que organizó el gobierno de Martín Vizcarra y los fiscales a su servicio fue muy fuerte, muy violenta y hasta cierto punto hizo creer falsamente que Keiko Fujimori había cometido delitos en la campaña del 2011 cuando recibió aportes privados, cosa que no era delito. Eso también lo he dicho yo desde el principio. No obstante, ha habido algunos cambios. Primero, que el jefe de la campaña de difamación y mentiras [se refiere a Martín Vizcarra] ha quedado desenmascarado como un corrupto y como un manipulador del sistema judicial. En segundo lugar, los operadores de esa campaña, empezando por el fiscal politizado y prevaricador José Domingo Pérez están también muy desacreditados, lo que hicieron fue usar la fiscalía para atacar a los enemigos de Vizcarra. No era delito el 2011 recibir aportes privados y menos aún estas cosas absurdas de organización criminal y lavado de activos.

 

Pero ese dinero era sucio, venía de la “Caja 2” de Odebrecht.

Eso es mentira, el dinero que recibió Keiko Fujimori del Banco de Crédito no era sucio…

Pero el dinero de Odebrecht…

En el caso de Odebrecht, Keiko Fujimori niega haber recibido el dinero y la fiscalía no ha podido demostrar que haya sido así. En todo caso, no es dinero sucio, no es dinero como el del narcotráfico o de la minería ilegal. Un asunto es que Odebrecht soborne a funcionarios públicos para recibir obras, cosa que ocurrió en los gobiernos de Humala y Toledo, y otra cosa son aportes de campaña que, según Odebrecht, [también] recibieron Ollanta Humala y Nadine Heredia, Pedro Pablo Kuczynski, Alejandro Toledo. Ninguno de ellos está acusado de organización criminal.

Están siendo investigados. Y por el mismo equipo fiscal al que usted critica.

Es el mismo equipo politizado y prevaricador que solamente ha perseguido y acusado por ese supuesto delito a Keiko Fujimori. Pero en el caso que tú mencionas de Odebrecht, nadie ha podido demostrar, y Odebrecht jamás ha admitido, que el dinero que utilizó para financiar campañas electorales de muchos candidatos sea dinero sucio. Es dinero legítimo. Y, además, lavado de activos implica que el que recibe dinero sabe que es un dinero producto de un delito. En el año 2011, nadie acusaba a Odebrecht de ser una empresa corrupta. Los fiscales están presentado kilos de papel, están haciendo un show mediático.

Candidato, la fiscalía tiene colaboradores eficaces y testimonios de gente muy cercana a Keiko en este proceso. El mismo Rolando Reátegui…

Desde que yo tengo conocimiento, todas las campañas, 100%, han recibido dinero que no se declaraba. Y ese dinero lo han introducido en sus campañas. Siempre.

¿Y usted cree que fuera gratuito, por ejemplo, el aporte del BCP? ¿No cree que Keiko Fujimori iba a pagar los favores siendo presidenta?

Esas son suposiciones que no tienen ningún asidero dentro de la realidad. Yo puedo suponer, tú puedes suponer, todos pueden suponer.

Lo he escuchado en entrevistas recientes mencionar que una de las cualidades del fujimorismo es la institucionalidad. ¿Históricamente, el fujimorismo no representa todo lo contrario?

Tú estás fijado en el pasado, yo estoy fijado en el presente y en el futuro. El presente es el de la última década y es que Keiko Fujimori está haciendo algo que casi nadie hace en el Perú, que es construir un partido político. La única manera de fortalecer la democracia. Y eso lo he visto yo personalmente, por lo menos, desde el año 2011, cuando la apoyé en la segunda vuelta contra Ollanta Humala. A partir de ahí, en varias oportunidades, me han invitado a participar en eventos de Fuerza Popular.

Me voy a coger de sus declaraciones del pasado reciente. Cuando el fujimorismo fue por la cabeza del entonces fiscal de la nación Pablo Sánchez, usted dijo en una entrevista a TV Perú que la bancada “estaba actuando como una aplanadora, pasando por encima de la institucionalidad y no respetando ninguna regla política”. ¿No es una contradicción con su actual discurso?

No, para nada. Eso no tiene que ver. Una cosa es construir la institucionalidad política con un partido con errores que, sin duda, cometió la bancada y que ellos mismos han reconocido…

¿Pero no fueron digitados por Keiko?

No, no sé, de repente tú estabas dentro de la bancada y escuchabas eso [ríe].

¿Y los chats [del grupo de Telegram “La Botica”]?

Yo no sé. Sin duda, no es fácil manejar una bancada y, menos aún, una bancada de 73 personas, que es una cosa grande. Sin duda ahí ha habido de todo. Pero ese es el pasado, pues. Si seguimos centrados en eso…

Pero es el pasado reciente. Eso es lo que preocupa.

Sí, ellos lo han reconocido. Y tú puedes creerles o no. Ese es otro tema. Pero el punto es que estamos ahora en una crisis política, económica y de salud, y necesitamos superarla. Y yo creo que la mejor opción es, sin duda alguna, Fuerza Popular. No sólo porque es un partido organizado, sino porque tiene un equipo y tiene propuestas que son las adecuadas para salir adelante. Si tú te vas a quedar pegado al pasado, puedes estar ahí toda tu vida, pero no creo que puedas avanzar mucho.

Candidato, cuando ve a Keiko en un spot junto a la figura de su padre, Alberto Fujimori, ¿no le da escalofríos? Usted que luchó contra esa dictadura.

No, no. No pues, porque es muy obvio que ellos se pelearon el 2017 y 2018, dentro de Fuerza Popular y dentro de la propia familia, y una parte de su esfuerzo ha sido recomponer eso.

Pero yo me refiero a la figura de Alberto Fujimori como dictador, como el dictador contra el que usted se enfrentó.

Mira, como te digo, este es un esfuerzo de Fuerza Popular y de la familia por cerrar heridas y recomponer una relación. Punto. Lo que hay que hacer es mirar hacia adelante.

El 2019, en una entrevista con el semanario “Hildebrandt en sus Trece”, se le preguntó por la cartera de clientes de su consultora “FRC Consultores”, pero no quiso dar detalles. Ahora que es candidato es pertinente insistir con la pregunta: ¿quiénes son los clientes de su consultora?

No, por supuesto, no vas a insistir en esa pregunta. Y si insistes no te voy a responder. No tiene ninguna relevancia.

¿No cree que, a modo de transparencia, por la gente que quiere votar por usted, sería bueno revelar quiénes son sus clientes?

No, para nada. Para nada.

¿No lo diría tampoco de llegar al Congreso? Previendo posibles conflictos de intereses, digo.

No tengo ningún conflicto de interés. Yo he desarrollado mi vida en la actividad privada. Tanto en el periodismo, como en la vida académica, como en las consultorías… Yo no vivo del Estado.

Lo digo previendo posibles conflictos de interés cuando esté en el Parlamento.

No hay ninguno.

¿Y lo habrá?

No hay ningún conflicto de interés, a menos que yo, en la eventualidad de salir elegido, siguiera desarrollando la actividad privada… Eso está prohibido.

Pasemos al plan de gobierno. Si usted tuvo que ver con el capítulo de seguridad ciudadana, asumo que usted va a querer ejecutarlo. Es decir, aceptaría ser ministro del Interior de Keiko.

Mira, por favor, eso nadie lo sabe. Primero hay que participar en la primera vuelta, luego en la segunda y después armar un gabinete. Eso está fuera de la discusión ahora. Ahora de lo que se trata es de explicar cuáles son las propuestas.

Vamos con una de ellas. Para acabar con la corrupción policial, se propone crear una oficina de asuntos internos. ¿Ya no existe la Inspectoría General de la PNP?

La Inspectoría existe claro, pero el problema es que ahí hay policías que tienen compañeros, amigos, subordinados y entonces, en mi experiencia, eso no funciona adecuadamente. La oficina de asuntos internos es algo que yo hice el año 2002 [Rospigliosi fue ministro del Interior durante el gobierno de Alejandro Toledo], con la asesoría de un equipo del FBI. Creé la oficina, pero requería modificaciones legales que no alcancé a hacer. Era dirigida por un civil y policías investigadores para detectar casos de corrupción, pero yendo a las cabezas, a los generales. Pero no tenía capacidad sancionadora, lamentablemente. Como no hubo continuidad, eso fue liquidado.

Sobre la lucha contra el narcotráfico, usted propone la erradicación de cultivos en el Vraem y el desarrollo alternativo. Es una fórmula que se viene proponiendo hace años, pero no se logra nada. ¿Por qué ahora sería diferente?

En la década del 2000 la principal producción de drogas en el Perú estaba en el Alto Huallaga. Esa combinación, de erradicación forzosa, lucha contra el narcotráfico y programas de desarrollo alternativo fue muy exitosa. Al punto de que prácticamente desaparecieron los cultivos de drogas, o la mayor parte, de toda esa región. Funcionó bien y tiene que ir todo junto.

Pero en el Vraem hay otro problema, porque hace tiempo se anuncia que se va a entrar y no pasa nada.

Es que no ha habido erradicación y no va a haber mientras estén estos remanentes terroristas. Y ahí también hay una alternativa, que ya se ensayó en el Alto Huallaga, entre el 2006 y el 2012, cuando la Policía liquidó a la banda terrorista de Artemio, que trabajaba estrechamente vinculada al narcotráfico. Eso fue indispensable para hacer la erradicación y la liquidación de cultivos de hoja de coca. Se hizo con inteligencia y golpes de mano. Se averiguaba, se infiltraba y se descubría dónde estaban los terroristas, y se les capturaba o se les abatía. Eso se empezó a hacer en el Vraem, el 2012 y 2013 se hizo eso y se liquidó a varios cabecillas del grupo terrorista. Después, no sé por qué, nunca más se llevó a cabo esa estrategia.

En un eventual gobierno de Keiko Fujimori, ¿regresarían a sus puestos los oficiales defenestrados por Sagasti?

Inmediatamente, si es que antes el Poder Judicial no los ha repuesto.

Pero justamente varios de ellos tienen investigaciones por corrupción.

Se les retornaría y las investigaciones que tengan que hacerse, se tendrán que hacer. Lo que no puede hacerse es violar la ley, la Constitución, y maltratar a la institución. La ley es clarísima. El presidente puede nombrar al jefe de la policía entre los tres primeros. No al número 18. Esto está clarísimo y Sagasti va a tener que responder eso a partir del 29 de julio.

En el plan de gobierno se señala que las movilizaciones de noviembre contra Merino fueron violentas. ¿Únicamente violentas de parte de los manifestantes? ¿Qué opina de la actuación policial?

Los policías responden una agresión. Está clarísimo y demostrado con videos. Por ejemplo, en el Jirón de la Unión y Emancipación son atacados a pedradas, con gente que llevaba piedras en la mochila para atacarlos. Y lo mismo ocurre en las avenidas Abancay y Colmena. Está clarísimo que hubo grupos organizados y violentos que atacaron a la Policía con objetos contundentes y pirotécnicos. Nadie va a una manifestación pacífica con pirotécnicos. La Policía no atacó a manifestantes pacíficos…

Pero hay testimonios que van en contra de lo que usted dice. Y no testimonios de manifestantes, sino de los mismos periodistas que sufrieron agresiones de la policía. ¿No cree que se les pasó la mano o cree que las canicas salieron disparadas por obra y gracia de quién sabe quién?

Para nada, la Policía respondió una agresión violenta e hizo bien. Y evitó, por ejemplo, lo que ocurrió en Guatemala, donde una turba atacó el Congreso y le prendió fuego. O lo que sucedió en Estados Unidos, donde una turba ingresó al Congreso y causó destrozos. Acá no ocurrió eso, porque la policía lo evitó. Hubo claramente una provocación de parte de manifestantes violentos, que lo que estaban buscando eran muertos y heridos. Lamentablemente murieron estos dos muchachos, estos dos delincuentes juveniles que estaban ahí no precisamente para defender la democracia. Hay que ser muy idiota o muy ingenuo o muy canalla para inventar historias como esas. (**)

Pero uno de esos chicos al que usted llama “delincuente juvenil” sólo estaba desactivando los gases lacrimógenos. O sea, no hubo un ataque de él…

Yo no digo que son delincuentes juveniles. Eso lo dice el Poder Judicial y la Policía. Antes de esas manifestaciones, uno de ellos fue sentenciado por robo agravado y el otro fue detenido por microcomercialización de drogas.

Pero usted sabe cómo funciona la Policía y los casos de microcomercialización. Cualquiera puede haber sido detenido…

Ah ya, ya, ya. Claro, claro, cualquiera puede ser detenido. ¡Hazme el favor! ¡Lee el atestado! Ahora, ese no es un delito mayor y no justifica que ese muchacho haya muerto, ¡pero no me vengan a inventar héroes de la democracia! ¡No me vengan, pues! ¡No me cuenten cuentos! Este gobierno, que denigra y ataca a la Policía ha emitido un inmundo informe responsabilizando a la Policía y no responsabilizando a los que atacaron a la Policía. Sin ninguna evidencia. ¿Sabes cuál es la pena por atacar a la Policía? 12 años de prisión. ¿Cuántos detenidos hay por atacarla? ¿O también vas a negar que atacaron a la Policía?

Yo no estoy negando eso. Yo le hablo de la circunstancia particular de estos dos jóvenes…

¿Cuántos detenidos hay? ¿Cuántos procesados? ¿Cuántos sentenciados por atacar a la Policía? Y ahí el informe del ministerio del interior del gobierno morado de Sagasti no responsabiliza a nadie por atacar a la Policía. Los únicos culpables son los que defienden el orden público. Se trata de una campaña sistemática para desmoralizar y destruir a la Policía.

Me sorprende que no haya un matiz en sus respuestas anteriores. Usted mismo, en el plan de gobierno señala que “la formación policial no solamente es deficiente”. ¿Esa deficiencia no ha llevado, por ejemplo, a las detenciones arbitrarias que se realizaron en noviembre?

Claro, los 70 desaparecidos que inventaron, ¿no? ¿Dónde están los desaparecidos? [ríe]

No, yo hablo de las detenciones arbitrarias que sí ocurrieron.

Es verdad que, desgraciadamente se ha hecho populismo, se ha llegado a crear 29 escuelas policiales en todo el país que la Policía no puede manejar adecuadamente. Hay que reducir significativamente el número y concentrar las escuelas policiales. Lo más importante es la calidad. Pero eso no tiene nada que ver con lo que ocurrió en esas supuestas 70 desapariciones, no hubo una sola desaparición.

Yo me refiero no a los 70, sino a personas identificadas, con nombre y apellidos.

Bueno, si había gente manifestando y atacando a la Policía, esta tiene el derecho de detenerlos. Si hubo algún error, no sé. Lo que sí hubo fue, al contrario, una falta de detenciones y de procesamientos a los responsables de los ataques a la policía.

En su plan se habla de un marco normativo que proteja a la Policía, ¿ya no se aprobó la ley Del Castillo de protección policial?

Claro, un grupo de personas colaboramos con el congresista Del Castillo en un paquete de leyes que él presentó. Uno de esos proyectos fue aprobado el año 2019. Vizcarra disolvió el Congreso y se negó a promulgar la ley. Pero Manuel Merino, cuando fue presidente del Congreso, la promulgó por insistencia. Pero hay otras propuestas, como la doctrina Del Castillo, que no tienen nada que ver con el excongresista. Implican que, si alguien invade mi casa, yo tengo derecho a defenderme. Y si en el curso de esa agresión, el delincuente termina abatido, el habitante de la vivienda no tiene ninguna responsabilidad penal ni civil. Yo espero que eso sea aprobado en el siguiente Congreso.

(**) Carlos Rivera, abogado de la familia de Inti Sotelo, niega que este registre antecedentes penales o judiciales.

Tags:

Fernando Rospigliosi, Keiko Fujimori, Lavajato, Manuel Merino

El candidato de Juntos por el Perú minimiza los líos al interior de la alianza a la que pertenece, habla del aún fracasado intento por unir a la izquierda y reafirma su esperanza en que Verónika Mendoza no le dé la espalda como hizo Susana Villarán. “Creemos que hay un empresariado sano, no aquel que le llevaba maletines de billetes a Keiko”, afirma.

Empecemos con un tuit. Ayer (miércoles 17 de marzo), el señor Yehude Simon lanzó una acusación. Dijo que les han arrebatado el partido que él fundó, el Partido Humanista. Lo cito: “Juntos por el Perú fue un esfuerzo que hizo el partido humanista para unir a la izquierda peruana y como pago nos arrebataron el partido. No he abierto la boca para no darle gusto a la derecha, los problemas los resolveremos luego del proceso”. La autora del arrebato, según dirigentes del partido, es Verónika Mendoza. ¿Qué responde?

 

Efectivamente, el Partido Humanista jugó un papel fundamental en abrir Juntos por el Perú (JP). En una primera etapa, formamos JP entre varios partidos a partir, justamente, del Partido Humanista, y luego se abrió hacia Nuevo Perú en una alianza. No es la primera vez. Lo que haya pasado dentro del Partido Humanista, donde han tenido diferencias, donde Yehude ha dado un paso al costado y tiene licencia desde que se le vinculó con el tema de Odebrecht, no es algo que corresponda a la izquierda ni a Verónika. Es un problema dentro del Partido Humanista y nosotros no nos podemos meter.

 

No es sólo el señor Yehude Simon. En enero pasado, el semanario de “Hildebrandt en sus Trece” citó a algunos dirigentes del Partido Humanista, entre ellos a Leonel Falcón, que dijo en la misma línea: “Nos han robado el partido, nos duele cómo Juntos por el Perú se ha convertido en un vientre de alquiler”. Otro dato: de los 34 congresistas por Lima, sólo 7 pertenecen a Juntos por el Perú. El resto son militantes de Nuevo Perú e invitados por Mendoza. ¿Todo eso no demuestra el acaparamiento que ha despertado los celos internos de sus aliados?

 

El señor Falcón es parte de esta minoría que, digamos, no ha tenido la conducción y que luego se ha retirado y ahora está apoyando la candidatura de Pedro Castillo. Los partidos tienen mayorías y minorías, y las mayorías definen los caminos de los partidos. Yo no entiendo cuál es la queja. Si yo pierdo un comité nacional, obviamente no se va a hacer mi voluntad. Si soy minoría, y soy constantemente minoría, y decido irme y no lucharla, también va a pasar. No veo mayor problema. Los partidos no deben tener dueños. Se reconoce el papel del Partido Humanista, pero lo que ha venido después es un tema democrático y parece que no les ha gustado ese devenir. Nuestra apuesta siempre fue la unidad. Lo acordado en el congreso del 2017, que funda a JP, es la unidad de las izquierdas…

 

Pero el objetivo de la unidad ha fracasado. Vladimir Cerrón es otro de los que apunta su artillería hacia ustedes. Por ejemplo, en setiembre pasado, en el diario Correo, dijo que Verónica Mendoza era una “banquera” por su alianza con Patria Roja [el candidato Ayala es miembro de Patria Roja], en referencia a su control de la derrama magisterial. Declaró, y parece que el tiempo le dio la razón: “Perú Libre le va a demostrar realmente quién es el que tiene la simpatía magisterial. Todo ese torrente va a ir con Perú Libre y va a crear un forado enorme en Juntos por el Perú”.

 

Mira, yo creo que la unidad de JP y Nuevo Perú es un avance, un avance porque incluye otros movimientos regionales. Y si no se pudo ir más allá en la unidad, somos autocríticos. Nosotros siempre hemos apostado por la unidad de la izquierda. Ahora, la derecha está yendo con 20 partidos. A nosotros se nos pide algo que ni siquiera la derecha hace. Si nosotros tenemos dos o tres divisiones, ya es un avance. Antes teníamos más y seguramente mañana podremos ser un poco más unidos.

 

El año pasado, durante una entrevista en el portal UCI, usted hacía una anotación sobre los votos que les robó Gregorio Santos (en las elecciones del 2016). Este año el que les va a robar votos es, justamente, Pedro Castillo.

 

Evidentemente hay distintos enfoques de la izquierda y eso es algo que no se entiende acá. Hay una izquierda regional, que es un poco más conservadora, que tiene más limitaciones. Y tú tienes dos caminos: o los incluyes y debates entre mayorías y minorías, como pasa en cualquier partido, o simplemente no les haces caso y que ellos sigan su camino. Y eso es un error. A lo que está apuntando la izquierda es a una gran unidad con todas las diferencias y problemas que tengamos. Tenemos objetivos en conjunto: cambiar la Constitución, somos críticos del modelo, apostamos fuerte por la salud y la educación pública…

 

El pasado 17 de marzo, Yehude Simon, fundador del Partido Humanista, lanzó esta acusación en Twitter que confirma líos internos en Juntos por el Perú.

 

Candidato, ¿por qué Verónika Mendoza sería una buena presidenta si ni siquiera ha podido inscribir su movimiento?

 

Nuevo Perú pudo haberse inscrito. Frenaron un poco eso para que vayamos en alianza con JP. No es que haya sido incapaz de tener un partido. Si vas al Jurado Nacional de Elecciones, ellos tienen casi todo hecho.

 

Hablemos de su perfil. Milita usted desde los 15 años en Patria Roja, ¿cómo se hace militante?

 

Yo soy hijo de militantes. Mi padre falleció hace seis meses por la pandemia, él era trabajador del sector salud. Salió a reclamar cuando los trabajadores de salud se protegían con bolsas y ni siquiera tenían mascarilla. Y vengo de una familia comunista. Me gusta esa tradición, la reconozco, la reproduzco, y somos una alternativa vigente y válida.

 

En 2010 usted postuló para regidor de Miraflores con Fuerza Social.

 

Como parte de Patria Roja, que iba en alianza con Susana Villarán. Susana Villarán luego mandó una carta desde Madrid diciendo que no quería saber nada con Patria Roja. No fuimos parte del gobierno de Villarán, pero fuimos parte del triunfo electoral.

 

¿Y qué siente por ella ahora, que está investigada?

 

Lo que sentí en esa carta. Creo que fue una traición que hizo a la izquierda. Porque, bacán ganar con nosotros, pero a la hora de gobernar quiso tener un partido propio. Y ese camino propio la ha llevado a donde está.

 

¿Esta vez no hay posibilidades de que Verónika Mendoza les dé la espalda?

 

Verónika Mendoza es una apuesta mucho más política. Ella corta con el nacionalismo no porque no le dieran un ministerio, sino por la lucha de Espinar. Y si ella tenía tanta influencia y poder sobre la pareja presidencial, se hubiese quedado. De arranque, no es una persona que priorice el poder por encima de los principios. Eso me da una buena espina. Cuando yo era estudiante sanmarquino, ella nos atendía. Cuando ocurrió lo de la “Ley pulpín”, nos recibía. Yo valoro a las personas con las que luchamos. Eso nos lleva a confiar.

 

No ha sido muy difícil encontrar una denuncia pública contra usted por acoso. La denuncia es de marzo del 2018, pero la misma presunta víctima la ha vuelto a viralizar en enero de este año…

 

Y es una denuncia que trata del año 2016, trata desde la ruptura [de un sector de la izquierda] del 2016. Eso es justamente lo que pasó con el sector que se mantiene con el “goyismo” [partidarios de Gregorio Santos], que luego empezó a construir un relato en torno al tema de acoso. Pero no existe ni un mensaje, ni un audio, nada…

 

Es la palabra de la joven que dice que usted intentó besarla, que le decía constantemente que le gustaba y que aprovechaba su cargo dentro del partido para hacer lo mismo con otras compañeras.

 

Yo no era dirigente del partido en esa época, era dirigente del espacio juvenil. Y éramos de la misma promoción, pero de esa promoción la mayoría se fue con Goyo. Yo fui el que me quedé. Creo que por eso hay una reconstrucción en torno a mi persona con golpes y años después empiezan a construir un relato en torno a eso…

 

Usted dice que es mentira y que es un relato con motivación política entonces.

 

Creo que es un relato político. Y creo que cualquier denuncia debe ser investigada, toda la vida he apoyado eso.

 

¿Y Verónika Mendoza está enterada de eso, le ha comentado algo al respecto?

 

No. Es que en realidad no hay nada que evidencie esto, nunca se ha comentado tampoco. Pero es parte de lo que ocurre mucho en la política. Yo, por eso, he estado abierto [a cualquier investigación]: que lean, que investiguen, que revisen…

 

Lo digo porque el discurso del progresismo, y de parte de la izquierda, es que hay que creerle a la víctima primero.

 

Claro que sí. Pero también, imagino, hay contextos, un mínimo de valoración del tema. Yo estoy de acuerdo con que cualquier denuncia debe ser investigada y que las prácticas de acoso deben ser combatidas.

 

¿No cree que, si este caso hubiese involucrado a un personaje de la derecha, sus colegas hubiesen puesto el grito en el cielo?

 

Hay un contexto en el cual hay cuentas falsas, hay segmentación, hay un contexto político… No es que sea algo simplemente en el marco de una denuncia de acoso. Y eso es evidente. Estamos hablando de una promoción que se retira y que activa cuentas falsas para hacer denuncias.

 

Pero esta no es una cuenta falsa. Es una joven con nombre y apellido.

 

No, pero cada año sueltan esto desde cuentas falsas.

 

Recientemente Verónika Mendoza se cuida mucho de decir a qué presidentes admira. Usted en cambio sí ha reafirmado su admiración por Hugo Chávez, ¿qué aspectos cree que Mendoza debería imitar de él?

 

No creo que deba imitar nada, porque son liderazgos totalmente distintos. Tú vas a Turquía, que era un gobierno de derecha con Atatürk, y no puedes dejar de reconocer que construyera la Turquía de la actualidad. Hay una confusión entre el reconocimiento del liderazgo que pudiera tener en un momento histórico una persona y eso es achatar el debate político. Para mí lo importante, más que a quien lean, a quién sigan, es cómo aplican eso en el país.

 

Le formulo la siguiente pregunta: ¿no le parece Hugo Chávez un violador de derechos humanos?

 

No recuerdo algún caso al respecto.

 

Chávez inició un proceso para salirse del pacto de San José el año 2013 y para entonces había sentencias de la CIDH que no había cumplido. Además, hay informes de Human Right Watch que dicen que Chávez “en vez de promover las libertades públicas y sus mecanismos de protección, su gobierno ha sacrificado garantías fundamentales en función de sus intereses políticos”. ¿No le parece estas instituciones lo suficientemente serias para decir que sí ha violado derechos humanos? Son las mismas instituciones que condenaron el accionar de Fujimori.

 

Claro que sí. No hay que endiosar a las personas. Mi admiración por Chávez no es por la gestión de su país, es por la geopolítica, por el papel que cumplió a nivel internacional. No hay que creer que se quiere copiar algo, imitar algo. Los comunistas en Venezuela son críticos ahora de Maduro, pero no lo llaman dictador.

 

Claro. Yo pregunto sobre el tema de derechos humanos porque es la bandera con la que se ha reconocido a la izquierda.

 

Y nosotros luchamos por la defensa de los derechos humanos. Y vamos a luchar contra cualquiera por esa defensa.

 

Pasemos a las propuestas. Una nueva Constitución, un impuesto a la riqueza, la lucha contra los monopolios y los oligopolios… Ustedes van a espantar a la Confiep.

 

Bueno, la Confiep hace tiempo está en una crisis tremenda. Hay una recomposición en los poderes fácticos y en las fuerzas de derecha también. La irrupción de López Aliaga ha producido un pequeño sismo entre ellos. Nosotros lo que queremos es ser una propuesta del pueblo, de las mayorías, y tampoco somos loquitos. Lo que creemos es que hay un empresariado sano, honesto, no aquel que le llevaba maletines de billetes a Keiko.

 

El tema es que el empresariado seguramente está convencido de que ustedes son loquitos. Y recuerde lo que hicieron con Ollanta Humala, que fue alinearlo.

 

Sí, lo hizo, lo alineó. Ollanta les creyó. No pasó un año desde su gobierno y terminó en prisión.

 

En el plan de gobierno hay propuestas como “respetar la jornada máxima de trabajo de manera diaria” y “el reconocimiento efectivo de descansos remunerados”, cosas que ya están en la ley y que no se complementan con, por ejemplo, una propuesta seria de reforzamiento de la Sunafil. ¿Tiene usted alguna idea del cómo?

 

Lo que nosotros hemos señalado es que el Estado no puede precarizar el empleo, que a veces sale más caro que tener todo en regla. Por ejemplo, tienes services en seguridad y limpieza. El Estado le paga al service más del doble de lo que termina ganando el trabajador ¿Por qué lo mantendrías? Es más barato incluso. En cuanto a los privados, a través de beneficios tributarios proponemos impulsarlos a la formalización. 

 

¿Qué otra propuesta lleva al Parlamento?

 

Lo otro a lo que hemos apuntado con fuerza es el tema educativo. Yo creo que la educación es una herramienta poderosa. El plan de gobierno, como tú habrás visto, duplica la tasa de matrícula en universidades públicas al final de su mandato. Desde el Parlamento, podemos reformar la Ley Universitaria en algunas cosas que necesiten avanzarse. Yo estoy en contra, por ejemplo, del decreto ley 882, porque la educación no puede tener fines de lucro. Se ha demostrado en esta pandemia que, con la lógica del mercado, perdimos 300,000 estudiantes escolares. Bueno [dirán]: el mercado no funcionó. No pues, no es esa lógica. Tienes que dar una opción estatal, pública, para recuperar a esos estudiantes.

 

Viendo las encuestas, sin embargo, habría muchos partidos políticos con números relativamente pequeños de parlamentarios. ¿No sienten que van a estar, hasta cierto punto, marginados y que sus propuestas van a quedar congeladas por no llegar a acuerdos con otras bancadas?

 

Creo que al final van a haber coincidencias. No me asusta ello. Vamos a trabajar por lo que nos diferencie de aquellos que han llevado la administración del Estado y el ejercicio del poder hasta ahora. Cada espacio representa un sector distinto. Yo no quiero representar a los Romero o a los López Aliaga. Yo quiero representar a los trabajadores, a la gente que está exponiendo su vida en el sector salud, a los estudiantes, a la gente que lucha por la educación pública. Y si se coincide con otros, bien.

 

Tags:

Arturo Ayala

Jorge Nieto Montesinos nos atiende desde su casa en Punta Hermosa, el balneario donde registra cinco inmuebles a su nombre. Con su justificación de estas adquisiciones empezamos.

Al revisar su declaración al Jurado Nacional de Elecciones me llamó la atención la cantidad de inmuebles que usted tiene. Cinco de ellos en el balneario de Punta Hermosa. ¿Vive en Punta Hermosa?

Vivo en Punta Hermosa.

¿Tiene algún negocio inmobiliario en ese balneario?

No, no hay ningún negocio inmobiliario. Soy una persona que ha trabajado cuarenta años de su vida, ha ahorrado en el extranjero, ha regresado a su país y, para tener cierta seguridad económica, ha tenido compra de bienes inmuebles. Es tan simple como eso. Todos los bienes están declarados en el 2016, cuando fui ministro. Todos los que había comprado hasta entonces. Todas las transferencias están bancarizadas. No hay ningún motivo de desazón.

Otro detalle de su hoja de vida es que no declaró sus ingresos, ¿por qué?

No es que no haya declarado, es que no he tenido ingresos. Tengo un sistema de vida que me permite, de los ahorros que tengo, poder seguir viviendo.

¿En todo el año 2019 no ha tenido ningún ingreso?

No, ningún ingreso. Todo lo que está declarado en mi hoja de vida es exactamente la verdad.

Se abre la posibilidad de gobernar sin bancada mayoritaria, ¿cómo gobernar sin bancada mayoritaria?

Quien gane las elecciones va a estar obligado a construir una coalición parlamentaria de gobierno. No es una coalición de apoyo en el Congreso para el gobierno. Es una coalición parlamentaria que sea gobierno. No es fácil.

¿Eso significa que si Victoria Nacional llega al gobierno va a convocar a otros partidos para participar en el gabinete?

Yo pienso que debería ser así.

¿A qué partidos preferiría usted convocar?

Eso se verá cuando se vea la composición del Congreso. Uno no puede anticipar correlaciones. Dependerá de la votación quiénes están en la situación de construir mayorías estables en el Congreso y, según eso, resolver las cosas [con] una agenda de temas muy clara.

Revisé declaraciones suyas a otros medios. Deja clara cierta distancia entre Victoria Nacional y el Partido del Buen Gobierno, el partido que usted lidera. ¿Cuál es el acuerdo entre estas agrupaciones? 

Más que clara distancia, somos entidades distintas. Y somos aliados leales. Estamos haciendo la campaña, colaborando con las ofertas y propuestas del plan de gobierno. ¿Cuáles son las bases de nuestro acuerdo? Primero, recuperar el Estado para el interés público. El Estado está capturado por intereses privados a través de la corrupción. Segundo, introducir políticas contra las desigualdades. Somos un país con abismos sociales profundos. Necesitamos recuperar en la agenda pública nacional la necesidad de introducir políticas contra la desigualdad.

¿El acuerdo incluye otorgarle ministerios al Partido del Buen Gobierno? 

No nos hemos planteado el tema.

¿Hay alguna diferencia entre estas dos organizaciones?

Hasta ahora no las hemos encontrado, pero me imagino que ellos son un poco más conservadores en materia cultural. Debo suponer, pero hasta ahora no hemos encontrado grandes diferencias.

Usted es candidato designado, ¿por qué decidió no militar en Victoria Nacional?

Porque soy militante del Partido del Buen Gobierno y me parece que militar en un partido solamente para ser candidato es una impostura a la que no estoy dispuesto. Creo que nadie debería estar dispuesto. De hecho, una vez que yo no pude registrar el partido para ser candidato presidencial, se acercaron otros para ofrecerme que me inscribiese en sus partidos y yo fuera candidato presidencial. Agradecí el gesto, pero me parecía una impostura que solo por ser candidato yo firmara como militante cuando en realidad no lo era.

En setiembre, antes de establecer el vínculo, declaró que no estaba de acuerdo con los “partidos taxi”. Así los llamó. ¿Victoria Nacional no es un ‘partido taxi’?

Nosotros tenemos un acuerdo político. Quienquiera que esté en contra de los acuerdos políticos no entiende políticamente el Perú. 22 partidos, 22 candidatos en el proceso electoral es una barbaridad. Necesitamos articular acuerdos. Una cosa es un acuerdo político y otra cosa es registrarse como militante ficticio de un partido para ser candidato.

No está negando que Victoria Nacional sea un ‘partido taxi’.

No, no. Por supuesto que no lo es. Es un partido político con el cual nosotros tenemos acuerdos.

También declaró que no haría alianzas con los partidos inscritos. En noviembre, dos meses después, anunciaron el acuerdo entre Victoria Nacional y el Partido del Buen Gobierno. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?

Que no haría alianzas con los partidos inscritos en condiciones en las cuales nosotros tuviéramos que fingir una militancia que no era, eso fue exactamente lo que declaré.

LA IZQUIERDA, PPK Y SU PARTIDO

Jorge Nieto militó en el Partido Comunista Revolucionario y en la Unidad Democrático Popular (UDP). En 1980 postuló a la cámara de diputados por esta última agrupación. Renunció antes de las elecciones. “Estaba en desacuerdo con la enésima división de la izquierda”, dice. En el libro Izquierda y Democracia (1983), de su autoría, dejó sus razones: “La primera es que conocimos en los hechos, en la práctica, a la democracia. Y yo pensé que el horizonte utópico de la revolución había caducado y que se abría el horizonte utópico de la democracia, y que teníamos que transitar por esa vía”. ¿La segunda razón? “Tiene que ver con la comprensión del país. Yo sentía que, como militantes de izquierda, conocíamos mucho las historias políticas de otras realidades: la revolución rusa, la china, la cubana, pero conocíamos muy poco de las tradiciones y la historia política del Perú”, cuenta.

 

Está dando a entender que no tiene mucha confianza en que haya una izquierda democrática. ¿Es así?

Yo espero que haya una izquierda democrática. Creo que necesitan construir eso. A mí me da un poco de tristeza cuando veo, por ejemplo, sobre la situación en Venezuela, una gran tartamudez para explicar el fenómeno. O, simplemente, adhesiones que no toman en cuenta lo que está pasando en ese país y que los resultados, tanto políticos como económicos, han sido desastrosos. Espero que, progresivamente, la izquierda se afirme en una mirada democrática del país.

 

¿Por qué hizo ese tránsito desde la izquierda hasta llegar, podríamos decir, al extremo derecho de ser ministro de PPK y ahora postular con George Forsyth?

Yo no diría que he terminado en la extrema derecha. Al contrario, creo que fui parte de un gobierno de centro derecha en donde yo era un hombre que estaba ubicado más al centro.

Usted asesoró la gestión de Susana Villarán. En julio del año pasado el señor José Miguel Castro (exgerente de la municipalidad de Lima) declaró que usted había recibido 60 mil dólares de OAS y se le abrió una investigación. Usted dijo que era una calumnia y que lo iba a denunciar por difamación. ¿Cuál es el estado de esa investigación? 

La investigación preliminar está en curso. Yo estoy a disposición de la fiscalía. Ese tema está tratándose en la instancia que corresponde.

¿Hizo la denuncia por difamación? 

No, yo he dejado el tema en manos de mis abogados. Ellos son los que deciden las instancias jurídicas que hay que tomar.

Usted tiene una experiencia importante en el Ejecutivo y además es un académico. ¿Realmente tiene confianza en el liderazgo y en la capacidad de un candidato sin estudios superiores, como Forsyth?

Mire, en América Latina está el caso de Lula, un político que tampoco tiene estudios superiores. Un gran líder y, sin embargo, sin ningún estudio superior. Y en el Perú tenemos miles de dirigentes populares que, sin pisar siquiera la primaria, fueron excelentes dirigentes de sus comunidades y lograron conquistas formidables. Por tanto, creo que apelar al tema formativo me parece que es un argumento que no cuenta con peso. Lo importante es que el líder político tenga la capacidad para mirar los problemas, tomar decisiones, encontrar soluciones y salidas, y construir equipos. Hay muchos políticos con grandes títulos que han tenido comportamientos deleznables.

¿Cree que es el caso del expresidente Kuczynski? 

No, no he pensado en él. Por Pedro Pablo Kuczynski solo tengo gratitud. Él me ofreció ser ministro de Cultura prácticamente sin conocerme. Confió en mí.

Usted renunció al Ministerio de Defensa después del indulto a Fujimori. Además, ha declarado que Keiko Fujimori es una de las responsables de la actual crisis política. En su cuenta de Twitter criticó a Fujimori por politizar la vacunación. ¿Es usted antifujimorista?

No, para nada. En absoluto soy antifujimorista. Al contrario, creo que debe haber un diálogo con todas las fuerzas políticas. Pero hay cosas que no me parece que estén bien. Por tanto, uno tiene que señalarlas. Precisamente para eso es la democracia y el diálogo político, para expresar puntos de vista y, eventualmente, contrastarlos y ver de qué manera eso se encausa en una salida colectiva.

¿La falta de habilidades políticas del presidente Kuczynski gatilló la crisis política que sucedió después de su gobierno?

Creo que cometimos errores de tipo político, sin duda.

¿Cómo cuáles?

Señaladamente, el que me llevó a la renuncia: el indulto del señor Fujimori. Lo advertí en su momento, la tarde del día en el cual, antes de anunciar públicamente la decisión, el presidente Kuczynski me señaló que iba a tomar esa decisión. Yo hice el esfuerzo por convencerlo de que era una decisión incorrecta. Le advertí que eso abriría nuevamente un proceso de vacancia. Revisé el expediente y me pareció que no era suficientemente sólido y le dije que, meses después, esa decisión sería tirada atrás por un juez porque no había consistencia en lo que se había hecho, pero lamentablemente no me escuchó. Le presenté, en ese momento, mi renuncia. Él me pidió que no la hiciera pública y yo le dije que la haría pública cuando él me lo dijera porque no tenía interés en complicarle la vida o en generar un conflicto con alguien que había tenido una actitud muy abierta y muy generosa conmigo.

¿Qué otros errores cree que cometió el gobierno del presidente Kuczynski? 

No tuvimos la capacidad para construir una coalición fuerte en el Congreso para hacer lo necesario para enfrentar, con la sociedad, una mayoría que era muy hostigadora. La señora Fujimori, en el primer discurso importante que da después de no haber saludado y reconocido la victoria del candidato Kuczynski, dice que va a gobernar desde el Congreso. Ahí estaba inscrito el curso de los próximos años. No se le había elegido para que gobernase desde el Congreso. No tuvimos la habilidad para producir un mejor manejo de esta situación en particular.

Si Victoria Nacional llega al Ejecutivo y usted llega al Congreso, ¿cuál sería la prioridad legislativa y cuál sería el punto del plan de gobierno que priorizarían? 

Las prioridades son dos. La primera: controlar la pandemia y desarrollar una exitosa campaña de vacunación. La otra prioridad también es la reactivación económica y la generación de empleo. El Estado va a tener que ser mucho más eficiente en el manejo de la inversión pública. En cuanto a mí, como candidato al Congreso por Lima, hay dos o tres temas que me son muy relevantes. El primero: el Perú necesita una nueva ley de gestión de riesgos y desastres. Lo experimenté durante mi acción con el Niño costero. El otro [tema] tiene que ver con el acceso al internet. La pandemia nos ha empujado al uso de estas redes y solamente el 38% de hogares en el país tiene acceso al internet. Necesitamos que el acceso al internet sea de calidad y barato. Hay otros temas, por ejemplo, el costo de la energía eléctrica. Necesitamos abrir un espacio de competencia para que haya un mejor flujo y un sinceramiento de precios en el mercado, de modo que la energía sea mucho más barata de lo que hoy día es.

La última pregunta: ¿independientemente del resultado electoral, la inscripción del Partido del Buen Gobierno va a continuar en marcha? 

Nosotros estamos trabajando eso muy intensamente. Mientras desarrollamos la campaña electoral estamos en el esfuerzo de construcción de comités y de recolección de firmas. Necesitamos estructurar instituciones políticas reales, partidos con militancia, con líderes políticos, con programas, con iniciativas permanentes, con vida partidaria permanente. Estamos en ese esfuerzo permanentemente y espero que lo logremos.

** Esta entrevista se realizó antes de la publicación de la última encuesta del IEP.

 

[Publicado el 7 de marzo de 2021]

Candidato, ¿cuál es su relación con Ollanta Humala?

Lo he conocido el año 2002 porque me tocó recibirlo en la Defensoría del Pueblo cuando tuvo la asonada de Locumba y una comitiva lo traía a Lima para ser entregado a la justicia militar. Yo era funcionario de la Defensoría del Pueblo. Lo recibí, lo llevé a la justicia militar, lo entregué y luego lo vi un par de veces detenido en el Real Felipe. Después, un par de contactos ocasionales. Cuando el expremier Juan Jiménez me invitó a ser ministro del Interior, lo volví a ver y desde entonces hemos cultivado una relación profesional que luego fue también amical.

También pasó a ser su abogado y el de su esposa. 

En efecto. Fui ministro entre el 2012 al 2013, luego fui su consejero en materia de seguridad hasta julio de 2016. Luego, en el verano del 2017, fui convocado para sumarme al equipo de Defensa.

Se le inició a usted una investigación por obstrucción a la justicia, al supuestamente haberle pedido al exministro Jorge Merino que dé información falsa en uno de los casos de Nadine Heredia. ¿Cuál es el estado de esa investigación?

El señor Merino dice que yo le habría pedido que mienta respecto a la participación de Nadine en algunas reuniones. Si eso fuera así, sería irrelevante desde el punto de vista del derecho penal, porque el delito de obstrucción supone amenazar al testigo, ofrecerle una dádiva, coactarlo, y el señor Merino lo que ha dicho a la fiscalía es que yo le habría pedido. Entonces, uno evalúa y concluye que el pedido, aun fuera así, que no ocurrió, no tiene relevancia penal. Por tanto, me parece que es una investigación arbitraria. Me siento atropellado por la fiscalía.

Según lo que usted ha declarado al Jurado Nacional de Elecciones (JNE), en el año 2019 ganó menos de S/50 mil. ¿No le cobró a Humala y a Heredia por defenderlos?

Es verdad, son ingresos bajos. El año pasado [2019] reduje bastante mi actividad laboral porque me dediqué a terminar mi tesis de la maestría y mi tesis del doctorado. Yo tengo un contrato de trabajo con ellos, que tiene una forma diferente de pago y que el 2019 no incluía ningún pago.

¿Es la primera vez que milita en un partido político?

Tuve actividad en la Democracia Cristiana cuando comenzaba mi actividad universitaria en 1979, 1980. No me inscribí formalmente. Puedo decir que soy socialcristiano de formación, no del ala del PPC sino del ala ‘cornejista’ [de Héctor Cornejo Chávez]. Esa es mi formación ideológica, pero ahora recién hago militancia con el Partido Nacionalista Peruano.

¿Cómo llegó a militar en el Partido Nacionalista?

Fui invitado por Ollanta a participar en estas elecciones. Durante largas conversas habíamos hablado de política. Lo había visto ejercer con mucha responsabilidad el cargo de presidente, preocupado por temas que a mí también me interesan: los pobres, servicios básicos, etcétera. El año pasado me planteó la posibilidad de participar en la plancha y postular para el Congreso. Finalmente, quedamos que participaba en el parlamento y, ante una situación así, en tanto iba a ser el número 1, preferí inscribirme.

¿Rechazó la invitación para conformar la plancha?

Hicimos una evaluación. Estaba Alberto Otárola, también exministro, militante. La verdad es que tengo interés en política, pero no tengo el típico interés de los políticos de abarcar todo aquello que se pueda, así que cedimos ese espacio a Alberto.

Algunos exintegrantes del Partido Nacionalista, por ejemplo Daniel Abugattás y Ana Jara, han abandonado el partido, ¿por qué usted siguió la ruta inversa?

Cada uno toma su destino. Yo he sido ministro y he hecho inversión gigante en el ministerio del Interior, y tengo reuniones ocasionales con exministros que también han hecho gasto público intenso, como Pedro Cateriano. Nunca nadie ha señalado que Ollanta se habría interesado por un contrato, por una adenda. Ni Nadine. Nadie ha tenido una evidencia de tener disposición por el mal uso de los recursos públicos. Como abogado he analizado con profundidad toda la información y puedo asumir que hubo mucho desorden en la campaña 2011, que hubo malas declaraciones de rendiciones de cuentas ante la ONPE, pero no encuentro manejo irregular del dinero público, que sí me hubiesen generado distancia. La decisión de Ana Jara la respeto. La de Abugattás creo que es penosa porque es como otros tantos que han usado el nacionalismo para ser congresistas. Fue presidente del Congreso. No lo hubiera hecho nunca en otra circunstancia y hoy denuesta. Me parece una traición.

Además de Abugattás, otros personajes estuvieron vinculados al nacionalismo y ahora son candidatos de otros partidos, como Daniel Urresti y Verónika Mendoza. ¿Qué pasó en el Partido Nacionalista para que estas personas se vayan y candidateen en otras tiendas?

Creo que [eso] demuestra que el nacionalismo ha sido una cuna de políticos. Veamos el escenario político. Hoy candidato a presidente: Verónika. [Tuvo] sus inicios en el nacionalismo. Urresti nació en la gestión del presidente Humala. Pedro Cateriano, que siempre fue público, ha tenido cada vez más una notoria participación en la política como consecuencia de un eficiente premierato, y podemos seguir nombrando muchas personas. ¿Por qué se van? En parte, seguramente, por los cuestionamientos que el presidente ha tenido, pero también por opciones personales. Yo creo en la lealtad mientras no tenga evidencia de un tema que tenga que condenar.

Usted se mantiene leal a Ollanta Humala y Nadine Heredia. Ha sido su consejero, es su abogado, ahora es el número 1 en la lista. ¿Se considera un escudero de Humala y Heredia?

Para nada. Creo que la lealtad hay que cultivarla siempre. Yo diría que soy un abogado defensor que intenta hacer su trabajo correctamente. No soy un lavador ni encubridor de nadie. Creo que lo que hago es aquello que la consciencia me permite.

Se criticó a Ollanta Humala por dejarse guiar por su esposa y por cambiar su propuesta política. ¿Usted siente que Humala es realmente un líder?  

Sin duda es un líder. El aprismo, básicamente, generó esa versión y la prensa contra Humala infló el empoderamiento de Nadine, cosa que se contradice con la realidad. [Entre] quienes hemos trabajado con él, muchos dirán que con quien han despachado es con Ollanta. Dirán que es un hombre con mucha energía, con gran temperamento, un tractor para empujar proyectos. Es un buen líder que tiene una visión social del país y una visión responsable de la economía hoy globalizada. Muestra de ello [es] que su gobierno ha ofrecido al país estabilidad. Lo demás, respecto a Nadine, es básicamente una fábula. Ciertamente, Nadine es una líder política, ha estado presente en la campaña 2006, en la campaña 2011. Con gran temperamento, también, cosa que no me parece malo. Puede haber habido, en ocasiones, un exceso de protagonismo, pero más que eso, francamente, no. Yo prefiero una primera dama que sea activista de políticas sociales que una primera dama que no exista.

¿Por qué Nadine no está participando en la campaña actual? ¿Es una estrategia?

No. La prisión preventiva abusiva que tuvo ha generado un enorme impacto en sus hijos menores. Ellos todavía continúan tratamiento. Ella está dedicada, por tanto, a recuperar plenamente a sus niños y, obviamente, a resolver los temas legales que tiene.

Le mencionaba que hubo un giro de la propuesta política. ¿El nacionalismo de hoy se parece más al del 2006, al del 2011, o al que terminó el gobierno en el 2016? Son tres nacionalismos distintos.

En la política uno evoluciona. Lo que Ollanta siempre dice es que en la campaña 2011, cuando escribe ese documento que le permite gobernabilidad y mayor apertura con otras fuerzas políticas, lo que hace es entrar a la realidad y cumplir la mayoría de esas propuestas. ¿Hay un cambio político? No. Lo que hay es un ajuste en la visión del Estado porque en una economía abierta, globalizada, como la de hoy, las lógicas ideológicas de derechas e izquierdas, de oriente y occidente, son cosas del pasado. El mundo y el Perú no están para eso. Él siempre dice, también, que hay que hacer comercio con quienes quieran: la Unión Europea, China, Rusia, Estados Unidos. ¿Hay que promover inversión privada? Por supuesto, y protegerla, además. Pero también se necesita un Estado fuerte, que dé servicios básicos. Yo diría que el nacionalismo de ahora se parece mucho más al de 2011 y [cuenta] con la experiencia de haber gobernado cinco años con bastante éxito.

En una entrevista a depolitika.pe mencionó que hoy el nacionalismo está lejos de la “izquierda ochentera”. Así la definió. Con esa izquierda ustedes corrieron juntos en el 2011. ¿Qué pasó con el vínculo que alguna vez hubo con la izquierda?

Con la izquierda organizada se rompió ese vínculo porque muchos de ellos tuvieron ocasión de hacer gobierno y no entendieron cómo es imprescindible asumir una realidad. Un país no se maneja por ideologías. No se puede hoy cerrar la economía en perspectivas de derechas o izquierdas. [En] el Partido Nacionalista asumimos la economía como una economía abierta, globalizada. Promovemos inversión privada, pero estamos muy atentos también a las necesidades de las mayorías. Quizás una diferencia con los grupos de izquierda ideológica ahora va a ser la mirada del Estado. A nosotros sí nos interesa un Estado fuerte, pero no un Estado que haga empresa.

¿Traicionó el Partido Nacionalista a la izquierda durante su gobierno?

No, en absoluto. Hubo un proceso de acompañamiento bastante importante, una sinergia, pero luego hay que seguir el camino. Ollanta no es un hombre de izquierda por ideología, es un hombre de izquierda porque le interesa resolver la pobreza, generar salud, educación, a los sectores más desposeídos. No porque la ideología marxista así lo señala, sino por su mirada, por su convicción, por su sentimiento. Sentimiento que, por supuesto, yo comparto.

Algunos puntos de la propuesta del Partido Nacionalista son el cambio de Constitución, transformar la salud pública y la inmunidad parlamentaria. ¿Por qué esas propuestas no se hicieron durante el gobierno nacionalista?

El desarrollo de la política ha ido aterrizando en la necesidad de que no exista inmunidad. Creo que no se hizo antes porque no hubo consenso. Igual, las medidas anteriores que usted ha señalado. Creo que en el tiempo esta situación es más dura y ahora toca hacerlas.

Le planteo la pregunta de la siguiente forma: ¿por qué los electores deben pensar que el Partido Nacionalista hará esta vez aquello que no hizo cuando estuvo en el gobierno?

Yo creo que, más bien, el elector va a optar por un partido que ha mostrado una enorme responsabilidad en el manejo de la macroeconomía. Grandes reformas en educación, en seguridad, en salud. Con múltiples problemas, porque es un país complejo, pobre. Con todos los defectos, el gobierno del presidente Humala ha mostrado y demostrado ser capaz de gobernar con estabilidad, respetando las líneas matrices de una economía abierta, preocupándose muchísimo por los pobres. Los programas sociales han sido el soporte de miles de personas en esta pandemia. La gran inversión que el presidente Humala hizo en equipamiento en las Fuerzas Armadas es la principal logística para llevar alimentos, agua, lo que fuera, a todo el país. La gran logística que la policía tiene hoy: patrulleros, ambulancias, helicópteros, la compramos en ese gobierno. Sería atroz no tener eso. Ha habido múltiples problemas y muchas deficiencias, pero en las sumas y restas, el país que el presidente Humala nos dejó fue un país absolutamente diferente al de ahora. Estoy seguro de que, si el presidente Humala hubiese estado en este contexto, otra fuera la situación.

El discurso de campaña y el plan de gobierno se sostienen en los logros del gobierno nacionalista. ¿Hacen alguna autocrítica o encuentran alguna lección aprendida?

Sí, de hecho hay varios temas. Quizás el principal es no haber terminado de implementar esta propuesta que tanto se le criticó al presidente Humala del gas barato. En sentido literal nunca un balón de gas iba a costar 14 soles, o 16, porque los precios los maneja el mercado. Pero lo que sí se hizo fue que millones de personas hoy tengan gas a 16 soles por el programa FISE, que es una forma de subsidiar a las clases más necesitadas. No se le puso energía suficiente para que las mayorías podamos disfrutar de un gas mucho más económico.

Esa es una promesa que no se cumplió, pero, ¿hay errores específicos de los que el partido se arrepienta? Por ejemplo, le suelto dos ideas: la repartija y la ‘Ley Pulpín’.

¿Qué repartija, que no la veo?

El problema que hubo en el Congreso con la elección del defensor del pueblo y otros cargos.

Nunca pudimos elegir defensor del pueblo porque no hubo consenso. Sí se eligió a miembros del Tribunal Constitucional. Era inevitable pactar con los demás grupos para hacer posible esa designación. Mal, no nos fue.

¿Sobre la ‘Ley Pulpín’ hay alguna autocrítica?

Quienes hemos tenido la ocasión de contratar a muchas personas, buscamos personas que tengan conocimientos, que tengan experiencia. Y el drama es que nuestra juventud tiene poco conocimiento y cero experiencia. La discusión era: ¿generamos o no generamos espacio en favor de los jóvenes para que asuman experiencia? Quizás la propuesta no fue lo suficientemente cautelosa para que la respuesta social en favor del practicante sea suficiente. Nos parece imprescindible para mejorar la oferta laboral del joven. Como nos parece importante consolidar lo que hace Sunedu para que las universidades boten jóvenes con mayor capacidad. Si a eso le sumamos experiencia, creo que la empleabilidad del joven será mejor. Entonces, vamos a insistir con una ley en favor de la promoción del empleo juvenil, ajustando aspectos de la ‘Ley Pulpín’.

El candidato Humala salió a marchar en noviembre. ¿Usted también?

Claro, estuve con él en la marcha. Me parece una decisión correcta.

Cuando usted fue ministro, en julio de 2013, hubo marchas contra la ‘repartija’. Usted estuvo del otro lado, ordenando la acción policial. Ha estado en ambos lados. ¿Cuál es su posición y la del partido sobre las manifestaciones juveniles, teniendo en cuenta ese antecedente?

Uno tiene que jugar un rol que toca en ese momento. Como ministro, me tocaba cumplir la ley en mi función de preservar el orden interno, pero sobre la base de aquello que para mí es fundamental: respetar las libertades, los derechos humanos y el derecho a la protesta. Me preocupé en instruir a la policía al no uso de armas de fuego, al uso razonable de la fuerza y me preocupé, además, de monitorear, junto con el comandante general, las marchas desde ese centro de control que tiene la policía. Hemos estado ahí en todo ese momento, vigilando la acción policial. No hubiese permitido jamás aquello que ocurrió hace unos meses con la muerte de dos jóvenes. El ministro no ordena si interviene o no la policía, no se mete en el diseño del plan operativo, pero, como responsable político, sí tiene injerencia en decisiones.

Daniel Urresti, hoy candidato presidencial, también fue ministro del Interior en el gobierno de Humala. ¿Cuál es su posición sobre la candidatura de Urresti y qué lo diferencia de él?

(Ríe) Daniel Urresti jugó un papel importante en el gobierno. [Fue] un ministro muy mediático, muy operativo, pero mi mirada de ministro es diferente. Yo asumo que un ministro tiene que planificar, mirar la macropolítica, el país, diseñar políticas, orientar inversiones, gerenciar las inversiones, porque solo de esa manera un país desarrolla. Yo, sin ser tan mediático, hice el trabajo que debía hacer un ministro del Interior. En mi gestión se diseñaron los grandes proyectos, se compraron los equipos más importantes para la policía. O juegas a la política, mostrando ser eficiente, o eres eficiente realmente en términos de gestión, y yo opté por lo último. Aunque eso tiene un costo político, no pareces eficiente a ojos de muchos, en términos de país me parece absolutamente imprescindible. Si solo nos dedicamos a mostrar figuritas, el país no camina. Creo que mi diferencia está ahí con Urresti.

¿Qué va a pasar con el Partido Nacionalista si no supera la valla electoral?

Esa hipótesis no la planteamos, porque estamos absolutamente seguros que vamos a pasar la valla. Ahora vamos a volver con mucha fuerza, puerta por puerta, grupo social por grupo social. Los viajes del presidente Humala se van a acentuar. Estamos absolutamente seguros que vamos a pelear entrar a la segunda vuelta.

[Publicado el 28 de febrero de 2021]

Por Luisa García y Paolo Benza

En conversación con Sudaca, el médico Fernando Carbone, presidente de la Comisión del Ministerio de Salud encargada de investigar el escándalo del #VacunaGate, explica su negativa a investigar el rol de la Embajada china, dice que los funcionarios de Digemid vacunados irregularmente ya concurrieron al ministerio y que se ha inhibido de participar en las entrevistas a ex colegas suyos de la cartera.

En cuanto a las listas que están manejando, queríamos hacer un recuento para tener la mayor claridad posible. Entendemos que el Instituto Nacional de Salud (INS) le solicitó una primera lista a la Universidad Cayetano Heredia (UPCH) y esa es la que les llegó en un sobre lacrado, ¿fue así?

Esa lista llegó en un sobre lacrado al Ministerio de Salud el día quince [de febrero] e igualmente llegó al Presidente de la República y a la jefa del gabinete ministerial. Lamentablemente, esa lista, no sabemos quién [la filtró], y es la que luego aparece en los distintos medios. La que todos conocemos por la forma cómo se ha difundido.

A parte de las listas del INS, de la Cayetano, de la UNMSM y del Minsa, ¿hay ahora otra lista que estén cruzando?

En este momento no.

¿Van a pedir a la Embajada de China que les envíe la lista de lo que hizo con las seiscientas vacunas que recibió?

No, ese es un tema extraterritorial al Perú y diplomático. Ahí nosotros no podemos intervenir. Ni debemos.

Cuando usted dice que es un tema extraterritorial y diplomático, ¿significa que a través de Cancillería se podría solicitar o que no se puede solicitar?

No, es que el territorio de otro país lo tienes que respetar. No cabe. Si gustan, lo que pueden hacer es una consulta en términos formales a Cancillería sobre la posición desde la diplomacia en esta materia, pero desde ya nosotros hemos hecho una consulta breve y, claro, ese es un tema de otro país. No podemos intervenir en los asuntos internos de otro país.

¿Qué respondió Cancillería en esa ‘consulta breve’?

Lo mismo que ya pensábamos, que era tema que tiene que ver con otro país y no corresponde que nosotros hagamos absolutamente ninguna indagación en ese caso.

Entonces, para tenerlo claro, ¿la embajada China puede hacer lo que quiera con esas vacunas, incluso utilizarlas de forma irregular o ilegal, y el Perú no puede preguntar ni siquiera qué se hace con ellas?

Discúlpame, eso lo has dicho tú, eso no lo digo yo. La Embajada china recibió esas vacunas en fase experimental y ellos, por lo tanto, disponen su uso. Nosotros no tenemos más que decir al respecto. Acuérdense que la embajada de un país es territorio del país al que representa. O sea, no tenemos nada que pedir o preguntar o indagar al respecto, no corresponde.

Al respecto, Sudaca consultó con Oscar Schiappa-Pietra, magíster en Derecho Internacional y Comparado por la George Washington University. Él sostuvo: “Discrepo radicalmente de esas declaraciones. […] No se trata de propiciar un conflicto con el gobierno de China, que está ayudando al Perú a enfrentar la pandemia, pero sí de, en el marco de relaciones de amistad, poner las cosas en su justo punto”.

Explicó (textualmente):

  • La Embajada no es un territorio extranjero. La sede de la embajada goza de prerrogativas legales, lo que se llama inmunidad jurisdiccional, pero de ninguna manera constituye un pedazo de otro país dentro del nuestro.
  • Las autoridades chinas y los funcionarios diplomáticos tienen ciertamente un conjunto de privilegios e inmunidades, pero ello no significa que tengan licencia para violar las normas peruanas.
  • La aplicación de un producto del que no se tenía la certeza de que fuera completamente beneficioso para la salud en ese momento, sino que más bien podía generar eventualmente efectos perniciosos, es algo que podía tener efectos más allá de la Embajada china. Inmediatamente podía haber tenido efectos negativos sobre el conjunto de la población peruana. […] Ciertamente, la inmunidad diplomática de ninguna manera justifica ni permite que otro país aplique productos que pueden ser dañinos para la salud pública del país anfitrión.
  • Las 1.200 dosis no llegaron por valija diplomática a la Embajada china, en cuyo caso habría tenido un régimen de protección oficial. Llegaron dentro del paquete de las vacunas que fueron liberadas por la autoridad aduanera peruana.

Sobre las vacunas que están en stock, ¿les han confirmado que hay vacunas que todavía no se utilizan de ese grupo de 3.200 dosis?

Sí, sí, el término es que están inmovilizadas. Se han inmovilizado vacunas que hasta ahora no han sido utilizadas y están inmovilizadas en las dos universidades.

¿Y tienen un número?

No lo puedo decir.

¿Cómo se organizan para realizar las entrevistas agendadas como parte de la investigaciòn?

Depende, en algunos casos, sobre todo con actores institucionales o responsables de equipos, la entrevista es conjunta [con toda la comisión]. Pero cuando se trata de usuarios que han recibido la vacuna, por el número de personas nos hemos dividido en tres grupos. Y cada grupo entrevista a un determinado número de personas, siempre de a dos.

Yo en este último caso me he inhibido de participar y han sido los demás miembros de la comisión los que han participado.

¿En qué casos se ha inhibido de participar?

En entrevistas a personas que han recibido la vacuna experimental. Han sido equipos de dos personas de la comisión que han estado entrevistando a los que han venido.

¿Y cuál ha sido la razón por la que se inhibió de estar en esas entrevistas?

Porque correspondía hacerlo. Es decir, yo me guío por un código de ética, hemos firmado una declaración sobre conflicto de intereses. Para que todo sea más transparente, no solo por la imposibilidad física de partirme en tres, sino porque como son personas a las que conozco en algunos casos, con las que he trabajado, con las que he estudiado, lo correcto era inhibirme y no participar.

Ha pedido que no mezclemos el tema del ensayo clínico y sus resultados, pero también surge la pregunta de ¿por qué tendríamos que confiar en las conclusiones de un ensayo si este depende en gran parte de la ética de quienes lo conducen?

En primer lugar, no es el único ensayo que se ha hecho. Hay ensayos que se han ido desarrollando en otras partes del mundo y que han demostrado esta alta eficacia de más del 79% que tiene la vacuna para impedir que hagas una forma grave de la enfermedad. Eso es muy importante.

Lo segundo es que hay que tener mucho cuidado en distinguir a todos los que han tenido acceso a esta vacuna experimental en este grupo de 3.200 dosis. Por ejemplo, está el personal que desarrolla la investigación, que tenía derecho a recibir la vacuna y es altamente calificado. Quién ha dirigido el trabajo de los equipos, esa es otra persona. Quién ha fungido como cabeza patrocinadora del estudio, quiénes son funcionarios del Ministerio de Salud. Son otras personas. Entonces, por favor, no mezclemos. Algunas expresiones están afectando el honor y la vida de personas a quienes sí correspondía recibir las dosis en el contexto en que fue enviada. Y estas personas [pueden] enjuiciar al Estado o al periodismo o a quien sea. Y le van a ganar.

El doctor [Alfredo] Guerreros de la Clínica Internacional, que lleva el estudio de otra vacuna, dijo que no es práctica [usual] que los investigadores y el personal vinculado se inoculen la vacuna con la que están experimentando. ¿Cuál de los dos está en lo correcto, usted o él? ¿Sí se debe vacunar a los investigadores o no?

No es práctica, no es práctica que eso ocurra en los ensayos. Por ejemplo, tú haces ensayo de un medicamento para la tuberculosis y no necesariamente el fármaco lo utilizas para proteger a la persona que está haciendo la investigación. Y la tuberculosis es súper contagiosa. En este caso, es un contexto de pandemia, esto ha sido inusual, se han tomado decisiones. Estamos recibiendo, analizando y sobre eso sacaremos conclusiones o recomendaciones.

¿Ustedes ya han podido determinar si esas vacunas ingresaron al país con el permiso para ser inoculadas fuera del espectro clínico?

Esas vacunas entraron al país con la indicación de ser utilizadas para las personas que participaban de los equipos del ensayo clínico y personas relacionadas. Ese debió ser su uso y eso es muy claro. Está establecido en el protocolo con el cual les fue dada la autorización de ingreso. Estas vacunas [experimentales] no tenían registro sanitario, pero sí permiso de ingreso para uso de carácter experimental en las personas.

En cuanto a los funcionarios de la Digemid que accedieron a estas vacunas irregularmente, ¿los han entrevistado?

Sí, sí. Y hasta ahí llego.

Respecto al INS, que también tiene un rol importante en la inspección de los ensayos clínicos, ¿cómo ha sido la dinámica de investigación en su caso?

Hemos entrevistado a su director, al responsable de los equipos de ensayos clínicos, al del comité de ética, y a otra funcionaria más.

Entiendo que hay un comité de monitoreo de datos (Data Safety Monitoring Board) que se encarga de determinar, por ejemplo, en caso una persona del ensayo se muere, si fue por el ensayo o por otra cosa. Si alguien de ese comité se hubiera vacunado, ¿los resultados quedarían inválidos dado que ellos tienen que ser sí o sí imparciales?

Lo primero que hay que decir es que no ha sucedido. La única persona que en el ensayo tuvo una reacción adversa [murió], fue alguien que luego, se reveló, había recibido placebo. Y en este caso no ha habido nada.

¿Qué va a contener exactamente el informe que van a entregar?

Explicará antecedentes, en qué condición llegó [el lote de vacunas experimentales], quién lo recibe, quién lo almacena, quién lo gestiona, quién lo distribuye, quién lo administra, cuánto queda, qué se ha hecho con él, y a partir de eso: conclusiones y recomendaciones.

En las recomendaciones, ¿va a incluir usted, por ejemplo, denunciar a tal funcionario?

Lo que recomendamos, de ser necesario, es que haya acciones. El Congreso ha tomado ya la decisión de hacer tal o cual cosa, y no es que nosotros vayamos a llegar tardíamente, sino que esa es la conclusión a la que se llega. Pero el Congreso tiene sus mecanismos. Nosotros no cuestionamos nada. Por ejemplo, tienes Ministerio Público, la Contraloría General de la República, la Procuraduría del Estado que han decidido desarrollar X, Y, Z. Si nosotros llegamos a la conclusión de que eso [también] es pertinente, lo expresaremos así. Lo digo para que no se interprete después: «Pero han dicho lo mismo que… [esas otras entidades]». Es que esa es la conclusión a la que llegas a partir de los hechos.

¿Siente que el Congreso está superponiendo funciones con su comisión?

No, en absoluto. Y no creo que el Congreso no sienta lo mismo. El ámbito de la jurisdicción de la Comisión que estoy presidiendo es el Ministerio de Salud, y del Congreso de la República es el Congreso. Este puede decidir lo que considere pertinente.

¿Espera que su informe llegue a las mismas conclusiones del Congreso o está pendiente de que eso pueda ser un riesgo?

No, no, no. Cada institución tiene un foro distinto, una finalidad distinta, una forma de trabajar, de analizar la información. Eso no es algo que quepa esperar, es el tema de la diferencia de cada uno.

 

Fue el Congreso, ciertamente, el que cuestionó ayer a la premier Violeta Bermúdez el haber dicho días atrás: “el Gobierno chino no tiene que explicar nada”. En respuesta, Bermúdez repuso ante la Comisión investigadora del #VacunaGate: “Sobre las dosis solicitadas por la embajada china, creo que se les puede solicitar que compartan la información [la lista de inoculados] y me imagino que no van a tener ningún problema en hacerlo por transparencia y por la relación de cooperación que tenemos”.

Por su parte, Contraloría respondió a Sudaca que su facultad investigativa solo abarca entidades públicas, y que “las delegaciones diplomáticas están fuera de nuestro ámbito legal”.

Lo primero que quiero abordar es el problema de salud que atravesó hace poco. ¿Cuántos días estuvo internado en la Villa Panamericana?

Diez días. Tuve un shock muy fuerte porque me puse muy grave en Huancayo y me tuvieron que traer de urgencia con oxígeno a Lima.

¿Por qué estaba en Huancayo?

Estaba promoviendo la llegada de Rafael López Aliaga a la ciudad de Huancayo. Me habían encargado hacer la campaña de recibimiento. Y, entonces, caí con la enfermedad.

A pesar de que usted es candidato por Lima, estaba haciendo campaña en Huancayo.

Así es. Cuando uno participa en un partido político, no lo hace por intereses particulares. Participa por el interés general, para que el pueblo conozca el plan de trabajo nacional. Por lo menos así funciona nuestro partido. El hecho de que yo sea candidato en Lima no me exime de que pueda ir a otros departamentos a organizar las recepciones.

¿Usted cree que se contagió haciendo esas actividades en Huancayo?

No, yo me contagié en Lima, definitivamente. Y no solo yo. No voy a mencionar los nombres porque sería antiético, pero se enfermaron cerca de seis personas.

¿Del partido?

Del partido. Pero de los que se enfermaron, el que había viajado era yo. El resto tuvo que atenderse y hacer su cuarentena en Lima. Gracias a Dios la libramos bien, pero hasta ahora estoy rogando a Dios y estoy orando todos los días por la salud de Gustavo Pacheco. Es un alto dirigente del partido y su situación es bastante delicada.

¿Estas seis personas también se contagiaron haciendo campaña?

No lo sabemos, quizás en diferentes sitios. Algunos tenían otras labores: las conferencias de prensa, estar al lado de las personas que pegan carteles, etcétera. Uno nunca sabe cómo adquiere el virus. Nosotros somos parte del pueblo, no somos inmunes, salvo que seas, pues, amigo de las personas de la Cayetano Heredia.

Usted es un defensor del consumo de ivermectina.

Sí.

¿Después de haberse enfermado sigue confiando y recomendando la ivermectina?

Yo había tomado ivermectina cuestión de 25 días [antes de enfermar]. Y dos o tres días antes [también de enfermar], tomé mi segunda dosis. A pesar de todo eso, me dio. Cuando conversé con los médicos, le pregunté: “doctor, yo he estado tomando ivermectina”. Y él me dijo: “eso te salvó la vida”. Entonces, le digo: “me toca una próxima dosis dentro de diez, once días, ¿puedo tomarla?”. “Por supuesto, si es inocuo, no te ha hecho daño y te ha ayudado, tómala”. La tomo cada veinte días. Y no la recomiendo porque no soy médico, pero con recomendación médica, yo pienso que, si bien no cura, por lo menos te defiende. No está recomendado no sé por qué razones, pero la práctica, la realidad, como la he experimentado yo, me da la razón en el sentido que la ivermectina es bastante positiva.

[El laboratorio Merck, productor de ivermectina, publicó un comunicado en sus canales institucionales en el que indica que no hay base científica para un potencial efecto terapéutico ni evidencia de eficacia clínica del componente contra la Covid-19].

Esa tercera dosis, ¿usted la tomó en la Villa Panamericana?

Claro.

¿Se la administraron los mismos médicos?

No. Yo llevé mi ivermectina. Los doctores me trataron de maravilla. Su trato con los enfermos, no solo conmigo, es de primerísimo nivel, no tiene que envidiarle a la mejor clínica del país.

Acaba de halagar al sistema de salud público. ¿Cree que la coyuntura actual reclama una mayor presencia del Estado en los servicios públicos, como por ejemplo la salud?

Definitivamente, sí. Toda labor en favor de la salud necesita de mayor apoyo. En la situación de emergencia se han puesto las pilas, pero no hay derecho que, sobre la pandemia, encima de la tragedia, recién se comiencen a preocupar por conseguir oxígeno, por acelerar las vacunas. Lo gravísimo: haber eliminado [suspendido] las postas médicas, que son la primera etapa donde el pueblo debe ir. Haber casi desecho los hospitales de solidaridad, que son otro elemento de contención. Todo el país debería tener su hospital de solidaridad, no esperar el último momento para llegar a los hospitales y exigir cama UCI. Puede haber otras desgracias que tienen que encontrarnos preparados: un terremoto, un huaico. Vivimos en un país que tiene estas desgracias de cuando en cuando y siempre estamos comentando la deficiencia de los hospitales, de los servicios de salud, etcétera.

Entonces, ¿usted cree que el Estado debe hacerse más fuerte…

No me trates de usted, trátame de tú. Yo soy Efraín. Me haces sentir viejo (ríe).

De acuerdo. Entonces, ¿tú crees que el Estado debe ser más fuerte y más grande para atender mejor los servicios públicos?

Yo estoy en contra de que el Estado acapare todo. Lo que sí me parece es que el Estado tiene obligaciones para con el pueblo, con la masa. Entonces, si ve que hay deficiencia en las regiones, tiene que obligar a los gobernadores a fijarse en esos problemas. No hay derecho para que los gobernadores, algunos, hayan devuelto el 65% del presupuesto. Con eso se construyen tres hospitales.

[Según el portal de Consulta Amigable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en el año 2020 la región con menor ejecución de presupuesto fue Lima Metropolitana, con 71.3% de ejecución. Es decir, le sobró el 28,7% del presupuesto, porcentaje lejano al que da Aguilar].

¿El partido Renovación Popular está de acuerdo con tener un Estado más fuerte, más presente?

No es exactamente esa la idea del partido. La idea del partido es hacer a la gente más fuerte, a las comunidades más fuertes. El Estado hay que reducirlo. La posición del partido no es tener 18 ministerios, sino 10 ministerios. La idea del partido es integrar a los menos favorecidos que producen, de tal manera que se ponga en valor su trabajo. [Los peruanos] trabajan para comer y no debe ser así, deben trabajar para producir y vivir de ello. Esa es la función que Rafael quiere imponer. Darles facilidades para que se vuelvan entidades autofinancieras.

Te hacía la pregunta porque encuentro cierta contradicción entre hacer un Estado más pequeño y tener mejores servicios públicos.

Es que el reducir los ministerios no quiere decir que se vaya a desmejorar, todo lo contrario. Por ponerte un ejemplo, yo tengo un problema de una mujer, hay que ir al Ministerio de la Mujer, hay que ir al otro ministerio y al otro ministerio, cuando todo debe estar concentrado.

¿Qué ministerios eliminarían? ¿El de Cultura sería uno de ellos?

Yo no soy experto en ese tipo de reducciones, para eso existe un plan de gobierno, un jefe de gobierno, políticos que están enterados. Mal haría yo en dar una opinión.

Pero el plan de gobierno no lo especifica, por eso pregunto.

Por eso mismo te digo, [tengo] una opinión legal al respecto. Me entusiasma la idea en lo general. Creo que es positivo reducir la cantidad porque reduces una serie de gente que está de favor, gente que llegó por el tarjetazo, y te vas quedando con lo seleccionado, con lo mejor.

Hago, entonces, la pregunta a manera personal: ¿tú estarías de acuerdo con eliminar el Ministerio de Cultura?

¿Eliminar? No. Mira, no hay mejor gestión que se ha hecho en Cultura que cuando era Instituto Nacional de Cultura, que dependía del Ministerio de Educación y lo dirigía Martha Hildebrandt, y después el gran César Urueta Alcántara. Fue la mejor gestión. En un gobierno militar.

Entonces, ¿le bajarías el rango y dejaría de ser ministerio para volver a pertenecer al Ministerio de Educación?

Definitivamente.

Quiero hacerte algunas preguntas para definirte mejor. Eres católico.

Católico, apostólico, romano y practicante.

¿Eres también provida y profamilia?

Provida y profamilia. La pregunta lleva un trasfondo. Nuestro partido no es una secta. En nuestro partido hay ateos, hay de diferentes religiones. Nosotros practicamos la selección de meritoriaje. Somos respetuosos de las confesiones ajenas. Somos un partido democrático. Y la prueba está en toda la gente que ha ingresado. No es condición sine qua non ser religioso católico apostólico, es cuestión de tener conceptos democráticos bien definidos en pro y en beneficio de nuestro país.

Pero hay algunas ideas políticas detrás de eso. Por ejemplo, estar en contra del matrimonio igualitario y de la legalización del aborto.

Bueno, eso sí es una política del partido. Somos provida y respetamos la Constitución, que dice que el ser humano es defendido por la Constitución desde que es concebido. Entonces, todo lo que atente contra ello es criminal.

¿Estás de acuerdo con la agenda de ‘Con mis hijos no te metas’?

Por supuesto. Yo soy pedagogo de profesión, egresado del Instituto Pedagógico Nacional, del año 1968. Tengo la escuela antigua. La obligación natural de educar a sus hijos en el aspecto sexual no es del Estado. El Estado no tiene por qué reemplazar al padre y a la madre. En las currículas que nos presenta cierto sector extremista está buscando tergiversar la orientación sexual de mi nieto, de mi hijo. Respeto a rajatabla las opciones sexuales que puedan tener, si es que se llaman opciones. Que puedan ser gays, lesbianas o todas las variantes que hay. Es más, he convivido y sigo conviviendo con muchos gays, lesbianas, etcétera. Yo he sido la primera persona que puso a un travesti en televisión: Coco Marusix. Y fui el primero que trajo un transexual de Brasil al Perú. No los discrimino, los defiendo. Tienen que tener sus derechos: derecho a la herencia, derecho a bienes comunes. Lo que no estoy de acuerdo es que a esa conjunción de derechos se le llame matrimonio. Para mí la unión civil es necesaria e imprescindible, porque no hay derecho que dos personas que se se aman y disfruten de su pareja no estén respaldadas por la ley.

¿Has participado en alguna ‘Marcha por la vida’?

No. Nunca he participado en marchas. Cuando era joven alguna vez participé en una marcha cuando los americanos invadieron Santo Domingo y me costó once días de estar en la prefectura. Desde ahí no he vuelto a participar. He ido a mítines de Belaúnde, de Haya de la Torre. He participado, me han botado, me han apedreado, he sabido aspirar gases lacrimógenos, caballazos, etcétera. Porque la pasión política uno siempre la lleva. Yo desde estudiante he tenido vocación dirigencial. He sido miembro del Centro Federado del Instituto Pedagógico Nacional, después he sido regidor de la Municipalidad, después he pertenecido al Partido Morado. En cuanto entró cierto tipo de gente que no quiero adjetivar, inmediatamente me retiré. Yo con Julio Guzmán era muy amigo. Al extremo que él de vez en cuando [iba] a mi oficina a tomar desayuno conmigo. Pero en las posiciones políticas, hay que ser vertical. Si se desvían ellos, o me desvío yo, digo: “no, hasta aquí nomás. Julito, te agradezco, pero yo no continúo”. A los dos días, fíjate la casualidad, me llama Rafael López Aliaga. Yo me sentaba junto a él en el Consejo de la Municipalidad. Y me dice: “Efraín, te necesito, vente a mi casa que quiero conversar contigo”. Conversamos, nos pusimos de acuerdo y me inscribí en Solidaridad. Yo soy inscrito, no soy invitado.

Fuiste militante de Solidaridad Nacional desde el año 2004 y renunciaste en el 2015. Luego te volviste a inscribir el año pasado.

Sí. Yo renuncié cuando el señor [José] Luna ingresó y me di cuenta que todo eso era una podredumbre. Lucho Castañeda fue candidato a la presidencia. Tuvo la mala suerte de juntarse con gente que no era la ideal para una campaña y la perdió. Y encima ahorita está acusado. Yo soy muy creyente en la honradez de Lucho Castañeda. Yo tengo fe de que es inocente. Y ahora, entre paréntesis, está muy enfermo. Que Dios lo ayude.

Para terminar de definirte, ¿tienes algún vínculo con el Opus Dei?

No, no tengo en absoluto ningún vínculo. Nuestro jefe sí, es agregado al Opus Dei.

¿A qué parroquia vas a escuchar misa?

A la iglesia de San Francisco. A las 7 de la mañana iba a misa, ahora ya no se puede. Tengo muchos amigos que he conocido en la iglesia de San Francisco, en el centro de Lima, frente a la… ¿cómo se llama? La Constitución, ¿cómo se llama? El poder constituyente, ¿no? No.

El Tribunal Constitucional.

El Tribunal Constitucional.

¿Te consideras una persona de derecha?

Soy de derecha popular. De la derecha que todos los días arriesga, pierde, gana y vive de su trabajo. Existe en nuestro país una derecha popular que tiene su principal defecto en que no está organizada, no es legal. El día que se organice, sea legal, va a ser verdaderamente el motor de la economía del país.

Durante años has trabajado con artistas. ¿Consideras que tu posición política es más conservadora que la del común de artistas?

Eso es cierto. Yo soy más conservador. Y debes entenderlo por mi edad: 76 años. Aunque tengo ideas mucho más innovadoras que algunos jóvenes. Pero, ¿dónde está la diferencia? Mi cultura política no es panfletaria. Mi cultura política se ha hecho a través de la lectura, del conocimiento, de la conversación, del enfrentamiento, de la esgrima del diálogo. A mí me molesta que los jóvenes artistas, no te voy a decir nombres, ni el 1% ha leído la Constitución. Entonces, la posición es influenciable, pues. Son gente que se deja llevar por el movimiento, por el famoso… ¿cómo le llaman?, los correos, las redes. Basta que alguna persona en las redes diga: “hay que salir a marchar”, y salen como corderitos. Y después no saben por qué han salido. ¿Quiénes se aprovechan de eso? Ahora sí te voy a decir el adjetivo: toda la caviarada.

Con varias de tus declaraciones te estás distanciando de muchos artistas. ¿Has renunciado al voto de los artistas?

No. Bueno, los artistas están en todo su derecho de estar de acuerdo o no conmigo. Yo no puedo hacerles cambiar de opinión.

Declaraste en una entrevista que tenías la esperanza de que algún mecenas salve al teatro Canout. ¿Esa propuesta se la hiciste a Rafael López Aliaga? Podría ser un mecenas.

Por supuesto, ni que fuera tonto (ríe).

Y te la rechazó, aparentemente.

Hablé con él. Él es muy sensible. Y sé que está haciendo lo posible para ver alguna fórmula de que el teatro no sea derruido y están hablando con los propietarios. Estoy siendo infidente con Rafael, pero ya que me lo preguntas, sí es cierto. Tiene una comisión en su organización particular que está haciendo las gestiones mediante, creo, un fideicomiso y un [contrato de] arras para poderlo comprar. Ojalá sea así. Si se realiza esta operación seré el hombre más feliz de la tierra al comenzar a desempacar y volver a montar el teatro Canout. Ojalá Dios me escuche e ilumine a las personas que están encargadas de eso.

Has dirigido muchas obras de teatro. ¿Estás listo para dirigir un poder del Estado?

No lo sé. ¿Quieres que te diga qué ministerio del Estado me gustaría obtener, o que me nombren? El Ministerio del Interior. Lo primero que haría es empoderar a la policía, hacer que el principio de autoridad en todos los aspectos se implante en nuestro país. Ahí viene el gran defecto de toda esta especie de anarquía que existe en estos momentos en nuestro país.

El jefe del plan de gobierno y candidato al Congreso de Podemos Perú cierra filas junto a Daniel Urresti frente al partido por el que ambos postulan. Desconfía de las AFP, propone una universidad pública abierta y digital, y un RUC universal.

He estado revisando el plan de gobierno que has armado con tu equipo y está bastante ‘marketero’. Lleno de colores, diagramas e “ideas disruptivas”. ¿Por qué?

Desde muy joven he estado en el mundo de las comunicaciones. Trabajé para The Economist. Una cosa que me quedó clara es que las buenas ideas, los intangibles, necesitan hacerse tangibles. Eso se consigue escribiendo bien y haciendo que se vea bien. Fondo y forma. Puedes tener una cosa muy linda, pero que no dice nada. Eso no sirve.

El primer punto del ideario de Podemos Perú es «defender la vida desde su concepción» y el número 12 dice que «la familia es la célula básica de la sociedad» y hay que defenderla. ¿Por qué el énfasis en estos dos puntos? 

Ese es el ideario, una parte declarativa del partido. No hay ningún énfasis. Esa es la visión del partido. Es un partido que busca proteger la vida en todas sus formas.

 

¿Tú compartes esa visión?

Creo que hay que proteger la vida de las personas. ¿Me preguntas “señor Anderson, usted está de acuerdo con el aborto”?. Es una decisión de la mujer que tiene que estar dentro de los márgenes señalados por la ley. Yo no soy miembro del partido Podemos Perú, soy invitado, un técnico. El ideario está ahí porque es un requisito del Jurado Nacional de Elecciones y lo hemos transcrito tal cual.

 

¿Cómo concilias tu visión del mundo con la de Podemos Perú, que parece estar distante de ti en esta y varias otras cosas

¿Te refieres en materia económica?

 

Sí, también, por ejemplo. Porque la bancada se ha mostrado bastante populista con temas como [el retiro de aportes de] la ONP. 

Lo que pasa es que «populismo» es un adjetivo que requiere definición. Algunas de las cosas que ha propuesto Podemos Perú, sin haber tenido parte en ellas, a nivel personal las suscribo. En mis artículos [columnas de opinión], desde el 2006 vengo cuestionando a las AFP. No he encontrado en ninguna parte del mundo un negocio como el de la AFP. No tiene ningún riesgo asociado. El año pasado, con todo lo que ha pasado, las AFP han ganado ‘apenas’ S/414 millones. Un poquito menos, 17%, que el año anterior.

 

Cuando hay pérdidas, pierde el aportante y cuando hay ganancias, gana la AFP. Tenía mapeada esa opinión tuya y la comparto, pero no la de ir por la devolución total de los fondos de la AFP, como dijo Daniel Urresti, y la ONP. ¿Eso no es lo populista?

Devolución total de los fondos de las AFP para aquellas personas que no cotizan y no tienen posibilidad de tener una pensión razonable. Acuérdate que el ahorro previsional forzoso es la excepción. Hay pocos países en los que funciona como aquí. Hay infinidad de modos de generar ahorro previsional en diferentes partes del mundo. Desde compañías de seguro que te ofrecen pólizas de vida con función de ahorro, que cuando llegas a los 65 años tienes ahí un montón de plata como seguro de vida. Puedes recibir anual o te llevas toda la plata. Tú decides. Hay muchas otras opciones. Yo descreo de las AFP. ¿Soy populista por eso?

 

La devolución del dinero de la ONP, previsiblemente declarada inconstitucional, ¿no te parece populista?

Tampoco me parece populista, sino el reconocimiento de una realidad. El sistema de ONP ha sido desde siempre una estafa, como el Fonavi o cualquiera de esos arreglos en los que el Estado hace una promesa que después no va a cumplir. Ya sea porque se gasta la plata en otra cosa o porque la promesa viene con trampa. En un país como el Perú, en el que la condición para tener una pensión es que aportes 20 años, con 70% de informalidad, esa regla fue siempre incumplible para una tremenda mayoría. Que el mecanismo que han buscado sea inconstitucional, de acuerdo. Pero lo dice un Tribunal Constitucional que no está exento de manipulación política. Si lo dijera la Corte Suprema de Estados Unidos…

 

¿Este es un TC irresponsable en comparación al Congreso?

La mayoría de ellos [los magistrados] ya terminó hace rato su gestión [su mandato]. En el caso de la ONP hay una deuda moral, así como con el Fonavi, que el Estado tiene que saldar. ¿Ha sido declarado inconstitucional? Hay que respetar. Pero digamos que no me inclino súper respetuosamente ante los miembros del TC. Nada más.

 

Un gobierno de Podemos Perú, ¿qué enfoque tendría para el sistema previsional?

Tenemos reformas que apuntalan el concepto de formalidad. Hemos propuesto la idea de un RUC universal: que tú tengas la posibilidad de tener todos los derechos de una empresa formal. Lo vas a poder usar para dos cosas: como una billetera fiscal, que te permita pagar tributos, y para que, con cada compra que hagas y pidas factura, un pedacito vaya a una cuenta individual de ahorro previsional. ¿Dónde estaría esa cuenta? Gracias a dios, después de dos años, el gobierno ha aprobado la cuenta DNI del Banco de la Nación. Son tres patas: RUC, cuenta DNI e IGV para todos.

 

¿Y específicamente para el tema previsional?

Que la gente no piense que lo previsional es igual a la AFP. Queremos competencia: que las compañías de seguros vendan productos de ahorro previsional, que las ‘fintechs’ vengan a vender mini ahorro previsional. Esto existe hace rato en el mundo. Hoy tuve un almuerzo digital con un grupo de esos que manejan el Perú y ha sido como caminar sobre llamas hirvientes en el infierno. Están llenos de prejuicios. Entiendo que les llame la atención que alguien como yo esté apoyando a Daniel Urresti por la imagen pública que él tiene. Imagen que en parte se la ha ganado, pero que en parte es hechura de los medios. Yo lo he vivido. Durante seis días fui titular en Perú21, donde decían «presidente de Ceplan no tiene título». No importaba la verdad, sino que el director de ese momento se sentía herido porque en una oportunidad le maté un negocio.

 

¿Quién era?

Juan José Garrido.

 

¿Qué negocio le mataste a Garrido* [descargos al final de la nota]?

Cuando estaba de director de prospectiva de Ceplan, él quería vender la idea de que se hiciera un outsourcing del desarrollo de los planes al 2030-2050. Claro, con ese mandato en la ONG que él tenía [Soluciones Empresariales contra la Pobreza] se volteaba y le pedía al Banco Mundial US$3 millones. Yo me opuse. Esas cosas te las cobran. Yo le puse un pare. Hablé con los Miro Quesada y, en su cara, les dije que era un irresponsable porque estaba tratando de matar mi reputación. A mí me ha costado. A diferencia de él, que es hijito de papá, todo lo que he estudiado yo me lo he pagado. Me pagué la Universidad del Pacífico con mi esfuerzo.

 

Proponen convertir el MEF en un Ministerio de Hacienda y crear un nuevo ministerio que se llame ‘de Economía, Industria y Comercio’. Aparte proponen convertir el Ministerio de Salud en el de Info-Salud. ¿Necesitamos más ministerios y cambios nominales como solución a los problemas del Estado?

No está planteado como solución a los problemas del Estado, sino como un elemento de la solución para la reforma del Estado. El MEF hasta ahora solo ha actuado como un Ministerio de Hacienda, con preocupación por la caja fiscal y como un impedimento para que se hagan actividades de fomento. ¿Alguna vez has escuchado a un ministro de Economía hablando de transformar la economía digital? El país necesita un ministerio que impulse la transformación económica del país. Un ministerio productivo. En salud, queremos que deje de ser un ‘ministerio de la enfermedad’ y pase a ser uno de la prevención. Queremos crear un hospital digital que tenga todas las especialidades y que se conecte con centros de telemedicina en las postas médicas.

 

¿No es eso una lista de deseos? El gobierno de PPK quiso hacer la revolución simplificadora, con buena parte de digitalización de trámites. Trajo a los ‘mejores especialistas’ y no tuvo éxito. ¿Por qué ustedes sí?

Hay mafias de consultores a morir.

 

¿Por eso proponen reducir inmediatamente en 50% el presupuesto de consultorías de todo el Estado?

Sí, yo sé que cualquier cosa que haya se puede reducir a la mitad y no pasa absolutamente nada.

 

¿Tú no has hecho consultorías para el Estado?

He hecho una consultoría para una entidad del Estado que fue prácticamente ad honorem. Yo pedí que lo fuera, pero me dijeron que no. Fue con el Banco de la Nación: los ayudé a que tuvieran grado de inversión. Normalmente, para moverme me tendrían que pagar US$10 mil, pero aquí cobré mucho menos. Hay consultorías necesarias.

 

Pasemos a la educación. Proponen crear la Universidad Digital del Bicentenario y el Lima Institute of Technology. Antes que nada, una tontería: ¿por qué no el Instituto de Tecnología de Lima?

Muy fácil, porque yo soy medio gringo como tú sabes… [ríe sarcásticamente]. Pero esa no es la respuesta. El MIT (Massachusetts Institute of Technology) se ha convertido en una marca. En todos los países donde ha habido un proceso de rápido crecimiento y desarrollo en los últimos 50 años se ha creado un símil del MIT. Normalmente se llaman en inglés. Ellos construyen todo el campus, crean programas de investigación y de transferencia tecnológica. Para el caso de la Universidad Digital, hoy cientos de miles de jóvenes que no tienen recursos y no entran a las universidades públicas porque ofrecen muy pocas vacantes terminan en las universidades chatarra, tipo Telesup, antes de que tú me lo preguntes. Nosotros creemos que eso tiene que acabar. La mejor forma de hacerlo es dándole a los jóvenes la posibilidad de tener educación de altísima calidad con una universidad como el Open University de Gran Bretaña.

 

¿Cómo Podemos Perú propone la creación de universidades, cuando es un partido creado a partir de una universidad que no se licenció?

Para comenzar, esto es un plan de gobierno para un gobierno nacional. Dos: estamos planteando la creación de una universidad pública, no la de una privada. Tercero: el señor Luna puede haber tenido o tener los intereses que quiera en materia educativa, pero eso no significa absolutamente nada a la hora de plantear lo que debe hacer un gobierno. Esto no es la extensión de los intereses privados.

 

¿No suenas un poco inocente? ¿Si Podemos llega al gobierno, crees que ‘Pepe’ Luna no se va a meter?

¿Por qué? ¿Porque él es el dueño del partido? ¿Quién es la dueña de Victoria Nacional? ¿Esa señora va a manejar el gobierno de [George] Forsyth? ¿Quién es el dueño del partido de Hernando De Soto? Un señor que ni me acuerdo cómo se llama. Aquí, el candidato presidencial es Daniel Urresti. Quienes estamos alrededor somos un grupo fuerte de profesionales que tenemos las cosas bien claras. Si esto se desvirtúa, me verás a mí el primerito diciéndolo. Yo no le debo nada ni le tengo temor a nadie.

 

¿No estás siendo usado para legitimar los intereses políticos de ‘Pepe’ Luna?

Tengo 60 años, mi estimado. No sé cuántos tienes tú. No es tan fácil que me usen como ‘tonto útil’. Lo segundo que te voy a decir es que de repente tú me conoces como una persona amable, intelectual, buena gente, pero yo he trabajado 23 años en Wall Street y en Londres. Las películas que has visto no son nada con la realidad. No quiero subestimar a la política, que es terrible, pero lo mismo es el mundo en el que yo me he movido. No hay amistades. Yo no tengo un solo amigo banquero.

 

¿Has hablado con ‘Pepe’ Luna sobre todo esto?

Mira, a ‘Pepe’ Luna lo he visto dos veces en mi vida. La segunda vez ha sido cuando ya se había presentado el plan. Él ni siquiera lo ha visto antes de [presentarlo]. Yo he controlado eso hasta el final. Después que lo presentamos, a los tres días, hubo una reunión en el partido. Me pidieron que le hablara a todos los candidatos del plan. Ahí lo vi y lo escuché [a Luna]. Un tipo bien articulado, sorprendente para mí. Buen orador. Entendí por qué tiene pasado aprista: todos tienen la misma forma de hablar, se peinan igual, se tiñen el cabello. Es muy elocuente. Me presentó. No tengo ni su número.

 

¿El proceso penal de Luna por la creación de Podemos Perú no te genera preocupación?

Hay algo que se llama la prevalencia de la realidad. Este partido está tan bien inscrito que ha participado en dos elecciones consecutivas, municipales y para el Congreso. Ha elegido congresistas que están en actividad y ahora está participando en un proceso electoral donde ha cumplido con todas las normas. Que en paralelo haya una investigación sobre él, son sus problemas de carácter personal. Y cuando uno se pone a mirarlo, es bien difícil demostrar las cosas que le están diciendo [imputando].

 

¿Cómo te contactó Urresti?

A Daniel lo conocí cuando era presidente de Ceplan y a él lo nombraron comisionado contra la minería ilegal. Llegó con su equipo y, en la sala de reuniones, empezó a mandar. Lo vi, me sonreí y le dije «señor Urresti, creo que usted se ha equivocado, en este cuartel mando yo». Yo soy así. En junio [del 2020], me llamó un amigo que me dijo que Urresti quería hablar conmigo. Vino para mi departamento, se acordó de la anécdota y me dijo «quiero ser presidente del Perú, pero me parecería irresponsable hacerlo si no tengo un equipo técnico que me dé soporte. El partido es joven y no [tiene] los cuadros técnicos». Le hice preguntas de carácter personal: ¿si aceptara, estaría trabajando con un asesino o un violador? Me dijo «definitivamente no» y me explicó todo el Caso Bustíos. Luego le dije que estaba dispuesto, pero bajo mis reglas. En primer lugar, que yo solo iba a trabajar con la gente que conocía. En el plan no ha habido ningún técnico de Podemos.

 

Para cerrar, te menciono algunos candidatos y dime en una frase muy cortita qué opinas de ellos. ¿Hernando De Soto?

Hombre de una sola idea.

 

¿George Forsyth?

Hombre sin ideas.

 

¿Keiko Fujimori?

Mejor que no tenga ideas.

 

¿Verónika Mendoza?

Ideas equivocadas. Buen corazón, pero ideas equivocadas.

 

¿Julio Guzmán?

Corazón de chancho. Quiere a todos, quiere todo, está bien con todos.

 

*Ante la mención de Anderson, como corresponde, Sudaca buscó los descargos de Juan José Garrido. El exdirector de Perú21 y El Comercio aseguró que habló con el expresidente del Ceplan Mariano Paz Soldán entre el 2011 y el 2012. Este le pidió que lo ayude con ciertos trabajos de planificación, pero Garrido asegura que le dijo que no tenía tiempo. En contraparte, le sugirió tercerizar el trabajo de prospectiva.

 

“Nunca hubo una propuesta formal, nada por escrito, quedó ahí”, afirma. Agregó que cuando la denuncia sobre los títulos de Anderson llegó a Perú21 decidió hablar con sus editores. “Les dije ‘conozco a este señor y no me cae bien, no quiero saber de este caso’”, asegura. “Había cursado estudios [en la Pacífico], pero los había terminado. Cierto es que luego estudió una maestría”, se reafirma sobre las denuncias.

Tags:

Carlos Anderson, Entrevista
Página 51 de 54 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54
x