Alberto Beingolea dio esta entrevista a mediados de noviembre. La coyuntura, sin embargo, obligó a publicar solamente sus respuestas sobre los sucesos que en esos días ocupaban urgentemente al país: la caída del breve gobierno de Manuel Merino. Pero la convulsión ha pasado y la campaña ya empieza a calentar. Por eso, Sudaca recupera ahora lo que dijo sobre su campaña y sobre el PPC. Este es el candidato Beingolea, el cuarto más votado en las congresales del verano que, sin embargo, no obtuvo una curul porque su partido no pasó la valla.
Después de lo ocurrido en el Congreso, ¿cree que el PPC se hubiera perjudicado si continuaba la alianza con APP, que tuvo un papel central a favor de la vacancia?
Eso ya es pasado, no hablaré de eso. Ahora el PPC tiene una candidatura propia. Hemos tratado durante mucho tiempo de convencer a más gente, resignando inclusive nuestras propias ambiciones. Hemos tratado de convocar, pero la gente no entiende. Hoy vivimos un mundo difícil en donde es un todos contra todos, sin razón. Es “vamos a pelear porque tenemos que pelear”. Nosotros hemos intentado conciliar, buscar, sumar. Creemos en la unidad nacional y, bueno, lo hemos intentado.
¿Hubo alguna otra posibilidad de alianza o algún partido con el que a usted le hubiera gustado hacer esa convocatoria?
Te repito, yo ya no quisiera hablar de eso. Solo te diré esto: nosotros conversamos con prácticamente todas, o todas, las fuerzas de este sector de la cancha, de esto que vamos a definir como centro político. Y con todos encontramos la misma actitud. Todos son divos, todos son los salvadores de la patria. Entonces así es medio difícil, ¿no?
Ahora que ya están corriendo solos, ¿cree que es una ventaja que el PPC no haya colocado congresistas en las últimas dos elecciones?
Sí, a la luz de los hechos es una tremenda ventaja porque queda evidencia, para quienes recuerdan un poco y tienen memoria, que en estos congresos desastrosos el PPC no estuvo. Mientras el PPC estuvo dentro del Congreso por lo menos había una luz de un grupo a veces más grande, a veces más chico, de gente sensata, que ponía tranquilidad y que evitaba que circunstancias como estas ocurriesen. Pero eso terminó.
¿Es un capital político, entonces, que utilizarán en la campaña?
No sé si lo usemos, porque la gente suele no tener mucha memoria, pero espero sí recordarlo. O sea, a nosotros no pueden responsabilizarnos de lo que está ocurriendo. Yo no entiendo cómo después de esto la gente puede votar por APP o por Acción Popular, o por Podemos Perú, o por cualquiera de estos grupos. O por Frepap, que fue el voto tan coolde las últimas elecciones. A ver, quisiera ver que vuelvan a votar por ellos. No lo entendería. El PPC es un partido que mientras estuvo en el Congreso hizo las cosas bien. Tú del PPC solamente escuchabas en el Congreso buenas opiniones. Podías no estar de acuerdo, pero tenías que admitir que era un grupo de gente honesta que trabajaba por el país.
En los últimos años el PPC ha sufrido una serie de reveses: derrotas electorales, alianzas rotas, problemas internos, etcétera. ¿El partido se siente frustrado?
No. Creo que son las historias normales de cincuenta y tantos años de historia. Haber vivido supone haber tenido experiencias, buenas y malas. Eso es algo que un partidito que nace de la noche a la mañana no puede contar, nosotros sí. Hemos enfrentado dictaduras, hemos pasado cierres, hemos perdido inscripción, nos hemos vuelto a inscribir, hemos tenido victorias, derrotas, hemos pasado de todo. Es parte de tener tantos años en la vida de la república. El PPC no es una anécdota en la vida del Perú, el PPC ha acompañado más de medio siglo a la historia del Perú, y toca de todo, ¿no?
Lo preguntaba porque, cuando usted asumió la presidencia del PPC en el 2017, declaró a El Comercio que era urgente una reingeniería partidaria. Dijo: “necesitamos volver a nuestros mejores momentos”. ¿Qué evaluación hace de su gestión como presidente del partido, dado que los reveses han continuado después del 2017?
Ortega y Gasset dice: “yo soy yo en mi circunstancia”. Estos tres años del gobierno del partido habría que analizarlos también en función a las circunstancias. Nadie podría haber pensado, cuando comenzó el gobierno, en diciembre del 2017, que íbamos a tener el cierre del Congreso, unas elecciones congresales. El panorama que nosotros teníamos era unas elecciones municipales inmediatas y, con serenidad, a tres años y medio, unas elecciones presidenciales para las cuales nos íbamos a preparar. El PPC venía de unos descalabros electorales. Por primera vez en la historia el PPC no tenía congresistas. Eso fue con la directiva pasada.
Veníamos de una campaña municipal que había sido desastrosa. Estábamos en nuestro peor momento. Correspondía una reingeniería partidaria. Lo primero que hicimos fue lograr que las comisiones políticas sean expresión real de todas las regiones. Luego vinieron las elecciones municipales en donde tomamos la decisión de participar con la idea de acercar otra vez al PPC al electorado. Creo que no fue mala la campaña. Mucha gente dice que pudimos haber ganado.
La gente dice que nuestro plan de gobierno era el mejor y que en el debate ganamos nosotros. Nadie pensaba que íbamos a tener unas elecciones para las que no estábamos listos y en las que nos presentamos con nuestra mejor voluntad. Y, a pesar de que no pasamos la valla, el candidato número uno a Lima tuvo la cuarta votación más alta en todo el país. Siendo malos los resultados, en ambos hemos subido el porcentaje de lo que veníamos. Y nosotros aspiramos a que esto siga porque nos queda la evidencia que nuestro actual candidato presidencial ha tenido muy buenas votaciones personales.
Usted fue el candidato a la alcaldía de Lima en el 2018 y la cabeza de lista en las congresales del 2020. ¿Siente que el intento de volver a los mejores momentos ha recaído básicamente sobre sus espaldas? ¿Siente ese peso?
[Piensa] Eso tendrás que contestarlo tú, ¿no?
¿Se ha sentido solo en ese intento?
[Piensa] No, me he sentido acompañado de un partido que está presente. Hoy en este esfuerzo me acompaña el directorio, así le llamamos, que está integrado por diez pepecistas, figuras importantes dentro del partido. Está el CEN, por otro lado, en donde tengo una compañía de un grupo de jóvenes dirigentes que son secretarios nacionales. Están los secretarios regionales, con permanente participación en todas las decisiones. Está la gente del plan de gobierno, en donde hay exministros, exviceministros, gente importante que está trabajando en ese rubro. De manera que yo me siento acompañado por un partido vivo, que existe, discute, debate, saca decisiones, y camina adelante.
¿Qué tan ilusionado y comprometido está usted con su precandidatura?
No sé si ilusionado sea la palabra, estoy comprometido. Hace veinte años yo era un abogado con un programa deportivo muy exitoso, mi situación económica era estupenda. O sea, yo muy bien. Y tomé la decisión consciente de meterme de cabeza en mi partido para colaborar con cambiar las cosas y, entonces, comencé a trabajar con intensidad, pensando en la formación de los jóvenes. Luego tomé una decisión que no fue fácil, diez años atrás, la decisión de postular, porque entendí que había que comprometerse más, que el Perú te exigía más compromiso. Me di cuenta de que yo también tenía que jugar. Por eso salió el slogan de “el 10 entra a la cancha”. Porque me decían ‘10’ en la interna. Entonces dije: “okey, hay que salir a jugar”. Con todo el sacrificio personal, familiar, económico que eso significaba. Lo hice con consciencia y con convicción. Si las personas que sabemos que somos buenas no nos metemos, vamos a dejarle esto a la gente que está hundiendo el país. Entonces, absolutamente comprometido. Esa es la palabra, no es ilusión, es compromiso. Es mi deber comprometerme y llegar hasta el final. Y dejar lo último en la cancha. O sea, voy a darlo todo por intentar.
¿Y eso no le genera ilusión?
Me genera compromiso. ¿Ilusión de cambiar las cosas? Por supuesto, es lo primero con lo que comienzas. Más que ilusión es un ideal. O sea, yo soy idealista, toda la vida lo fui, y siempre soñé con un Perú mejor. Pero, más que ilusión lo que me genera es un enorme compromiso con mi patria. La patria es la tierra de tus padres. Yo no soy un improvisado en esta tierra. Y lo digo con convicción porque esa es otra cosa que veo. Casi siempre los peruanos elegimos a un extranjero, o un hijo de extranjeros, o alguien que está vinculado. Yo no entiendo. En ese sentido sí reclamo más nacionalismo. Esta es mi tierra, es la tierra de mi familia, es la tierra de mis hijos. Aquí están enterrados mis abuelos, aquí está enterrado mi padre y aquí estaré enterrado yo el día que me muera.
En las coordinaciones previas a la entrevista me comentó que estaba estudiando un doctorado.
Sí, en San Marcos.
¿Va a interrumpir el doctorado para hacer campaña?
No quisiera. Voy a tratar de no interrumpir nada. O nada de lo que pueda. Tengo un programa deportivo diario que se emite a nivel nacional. Lo hago todos los días, es mi trabajo. He hablado con mis auspiciadores y les he explicado que no se preocupen, que lo voy a seguir haciendo. Me quita una hora de chamba diaria. Dos, yo dicto clases en la universidad San Martín. Aspiraría a seguir dictando. Si tú me preguntas: ¿en qué momento te sientes más feliz en tu vida? Cuando estoy dictando clase. Me encanta. Es mi cable a tierra. Hago consultorías como abogado, eso sí voy a tener que dejarlo porque algunas las hago para instituciones estatales. Ahí habría un choque evidente. La consulta privada la voy a tener que dejar también.
Pero es lo único que pienso dejar. Si gano la presidencia sí creo que voy a tener que dejar el doctorado, pero lo dejaría faltando un ciclo, me quedaría con la espinita. Si estoy en el cuarto ciclo de seis, no falta nada, ¿no? Yo creo que puedo hacer la campaña mientras curso el quinto y, si salgo presidente, pues bueno, me quedaré debiendo el sexto.
Decía que va a continuar con su programa de periodismo deportivo. Usted ha dedicado mucho tiempo al fútbol, incluso me llamó la atención que en su descripción de Twitter dice “periodista deportivo” antes que “militante del PPC”. Además, no dice “presidente del PPC”, sino “militante”.
Es una tontería, no hay ningún significado en eso. Nada.
La pregunta que quiero hacerle es si le importa más el fútbol que la política, o, en este caso, ¿el fútbol o su campaña?
Me interesa muchísimo más la política que el fútbol, largamente. A mí me decían, cuando yo hacía periodismo deportivo, antiguamente, que no me meta en política. Ese era uno de los problemas que había. En la época de esplendor de mi programa deportivo estábamos en los peores años del fujimorismo y yo pegaba muy duro en mi programa. A mí me llamaban los directivos del canal a decirme que me calle. Porque yo creo que el fútbol, como lo definió no sé quién, pero Markarián lo dijo en su momento, “el fútbol es la cosa más importante de las cosas que no importan”. O sea, si ya no hay fútbol, no pasa nada. La política es muchísimo más importante. La política significa la organización de nuestra sociedad, la vida del país. No hay punto de comparación. Te digo que voy a continuar con mi trabajo no porque me muera por el fútbol, que por cierto me muero por el fútbol, sino porque es mi trabajo, y yo tengo que vivir. O sea, la gente tiene que saber que yo soy un candidato que trabaja para vivir. Es la manera como mantengo a mis hijos, y cuando esté en campaña tengo que seguir trabajando. Ya lo he hecho en tres campañas, así que no hay ningún problema, se puede. Es difícil, duermes menos, pero se puede y te quedas en paz.
Hay otro precandidato que también ha pasado muchos años vinculado al fútbol. ¿Usted conoce personalmente a George Forsyth?, ¿qué puede decir de él y de su candidatura?
Lo conozco personalmente. No tenemos amistad, lo conozco. Pero no diría nada de su candidatura. No me parece elegante. Te tocaría a ti juzgar su candidatura, ¿no? Solo lamento que haya dejado La Victoria a la mitad de su gestión, no me parece responsable. Si yo busco el voto de la gente, cumplo mi palabra primero, después lo que quieras.
Honestamente, ¿cuáles cree que son las posibilidades reales del PPC en este proceso electoral?
Ganar. Honestamente, el voto en la última elección ha sido muy fragmentado. El que quedó en segundo lugar me parece que alcanzó el 9% o el 9.5%. Eso, ¿qué cosas te dice?, si nosotros duplicamos la votación que obtuvimos en la última elección, estamos en la segunda vuelta. Así de sencillo. Por supuesto, mi análisis es mucho más complicado y no lo voy a compartir contigo, pero, en una matemática simple, nuestra opción es ganar. Nosotros apuntamos a ganar.