Lo que está sucediendo en este momento es que los candidatos que postulan son los que, no teniendo mayores méritos, ganan más en un cargo público que en el sector privado o los que no teniendo mayores méritos buscan obtener ingresos ilegales a través del cargo.
Por otro lado, los que si tienen méritos, pueden ganar mucho más en el sector privado y sin asumir ninguno de los costos y riesgos de un cargo público, razones por las cuales deciden no involucrarse en la política.
Con una compensación lo suficientemente elevada, la gente capaz y honrada se vería atraída a la cuestión pública.
Estamos aplicando una regla económica elemental, si quieres conseguir a alguien talentoso y honesto tienes que pagarle acorde a sus habilidades y a los riesgos inherentes del cargo. Y lo que se paga actualmente en los cargos públicos es insuficiente.
Es posible que muchos se escandalicen si se aprueban compensaciones muy elevadas para presidente, congresistas, alcaldes, ministros y gobernadores, pero si se toman en el contexto del presupuesto que manejan se darán cuenta que esta representa un porcentaje minúsculo y que lo que se pierde por corrupción y negligencia es muchísimo mayor.
Por ejemplo, si al presidente se le paga un millón de dólares anuales, equivaldrían a menos del 0.001% del presupuesto nacional.
¿Qué país tendríamos si logramos atraer a gente capaz y honesta a la política?
Uno mucho mejor sin duda.
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