Vacunación

“Lo que ha pasado debilita la confianza de la población en la vacunación. Esto no es un problema de seguridad de vacunas, sino en la decisión de cómo aplicar las dosis. Me preocupa que esto sea aprovechado por los antivacunas para irse en contra de la campaña de vacunación. La vacunación era una de las pocas islas de excelencias dentro del Minsa. Desde que entró Condori, ha venido cuesta abajo” opina al respecto Percy Mayta Tristán.

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Un padre de familia describe los estrictos protocolos de seguridad sanitaria para asegurar una celebración libre de Covid. Todos los invitados pasan por una prueba de antígenos y solo entran los que dan negativo. Al final del día, o de la noche, decenas de contagiados. Quien comparte esta situación concluye que “este virus, en verdad, en verdad, no se le entiende”. 

Algo así como si el sindicato SARS-CoV-2 —espero, si la historia es cierta, que no sean del sector Ómicron— se hubiera comprometido con los organizadores de la reunión a que como sus miembros no están en la lista de invitados, no van a ir. ¡Mentirosos!

Mi intención no es tildar de irresponsable a nadie —aunque, al parecer el anterior fue un fin de semana en que por lo menos más de uno lo fue—, ni hablar de ignorancia virológica, sino señalar una deficiencia de la mente, aun de la que ha sido pulida por la educación, incluso formación científica, cuando se trata de decisiones de la vida cotidiana. 

Nuestro cerebro es muy malo para las estadísticas y si hay algo que lo desconcierta es la naturaleza probabilística de la realidad. Un ejemplo: ponemos a una persona frente a un foco y le decimos que se prenderá de rojo 75% de las veces y 25% de azul. Pedimos a nuestro conejillo de Indias que, antes de que se ilumine la bombilla prediga, apretando uno u otro de dos botones, el color de la luz. De 100 veces, la mayoría presiona 75 el azul y 25 el rojo. En promedio acertarán 61 veces, mientras que si en todas las ocasiones van por el azul de todas maneras acertarán 75. O cuando dejamos de comer algo o comenzamos a ingerirlo porque aumenta o diminuye en 20% las chances de tal enfermedad, cuando si no comenzamos por conocer el porcentaje de gente que la sufre, esa cifra no significa nada, salvo para quienes producen la sustancia y quienes arman la estrategia de mercadeo.  

Son muchos los sesgos sistemáticos, predecibles, que hacen tan fácil engañar, sobre todo engañarse, a la mente humana: preferir la información que confirma nuestros prejuicios y enceguecer frente a los datos que los desmienten, sobreestimar nuestras habilidades (100% de los conductores afirman ser mejores que el 50%), o pensar que lo que llega a las primeras planas es más frecuente, entre otros. 

Pero volvamos al virus incomprendido. Todos los exámenes en la entrada dieron negativo. Una medición, pues, es una medición, un acto objetivo que refleja la realidad. Sin llegar al principio de incertidumbre y otras exquisiteces cuánticas, eso no es cierto. Si olvidamos los azángaros de los certificados de vacunación y asumimos que medidor y medido son honestos, quedan varias capas de incertidumbre. 

Puede haber un instrumento de medida defectuoso o puede que los instrumentos de medida no midan lo que se supone miden. Pero aún descartando lo anterior —deshonestidad y lo mencionado— están los famosos falsos negativos y positivos. Basta con un par de los primeros —las víctimas de los segundos, en el caso de la fiesta, deben haberle prendido veletas al santo de su devoción—para que entre meneos, perreos y melodías entonadas a todo pulmón, el virus se haya comportado de la manera más entendible del mundo. 

Estamos viviendo un fenómeno harto complejo. Cerrar las fronteras o encerrar a la gente no lo resuelve. Pero tampoco desentenderse de las sutiles interacciones entre individuo y grupo, las fluctuaciones del contagio, la relatividad de las mediciones, las condiciones epidemiológicas locales, la responsabilidad personal y comunitaria, los márgenes de riesgo que se quiere asumir, las ansias de socializar, el derecho a vivir y no solamente evitar la muerte. Hacerlo es condenarse a creer que se está en la parte final de un cuento de hadas o una tragedia griega. No es el virus el que no se entiende, es la realidad. 

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¿Preparando un viaje? Con toda la tranquilidad de una vacuna que se va haciendo universal, menos angustia alrededor de las salidas y encuentros, nos disponemos a apretar las rodillas sobre los flancos de Rocinante. ¡Pero vaya que encontramos molinos del viento en varios puntos del camino! Debe haber un concurso entre nostálgicos de los peores momentos, buscando ganar el premio al trámite más enrevesado. ¡Si cuando el  SRAS-CoV-2 hacía de Pac-Man con nosotros era más sencillo desplazarse!

Y, sí, los especialistas de la salud mental en medio de la carnicería pandémica tuvimos que hacer frente a numerosos casos de ansiedad generalizada, ataques de pánico y cuadros depresivos severos, pero nunca la seguidilla de intentos de suicidio ocurrida cuando las cosas parecen ir mejor. 

Y, espero no ser pájaro de mal agüero, este día de las brujas con jarana criolla, podría dejar a un grupo que no se atreve a sacar la nariz, terriblemente frustrado; y a otro que ha estado —me consta— preparando disfraces, con el hígado bastante maltratado y el rostro desfigurado en alguna bronca monumental. 

¿Qué pasa? Bueno, algo que podríamos calificar de posguerra. Me remito a un relato que escuché muchas veces durante mi adolescencia. 

Inicios de 1945. Habían sacado a los prisioneros de Auschwitz para transferirlos a otros campos. Los soldados alemanes conducían las marchas de la muerte para alejarse del avance aliado. Al atardecer de cada día los encerraban en graneros y en la madrugada los despertaban para continuar. 

Pero ese día no pasó nada. La puerta permaneció cerrada. Y siguió cerrada una, dos, tres horas. Nadie osó abrirla. Los barrotes del cautiverio también habitaban la mente. El ejército rojo los retiró. Mi interlocutora inició el camino de retorno. Lo recorrió como pudo en un mundo que ya no estaba en guerra. 

Fue, según ella, más terrible que el campo de concentración. Una experiencia borrosa en un escenario agitado más que alegre, sin reglas, lleno de personajes que podían pasar de la bondad a la maldad, y de regreso, de manera impredecible. Un interregno pleno de injusticias en nombre de la justicia, venganzas, acaparamientos, delaciones, apropiaciones y expropiaciones. La autoridad estaba escondida mientras los festejos y el desorden encubrían un todo vale cruel. 

Algo como lo que está pasando a estas alturas de la plaga. ¿Por qué ahora que el virus afloja y las calles se abren?

Quizá no sabemos aún qué reglas aplicar. Las que rigieron hasta hace no mucho parecían sencillas, eran dicotómicas, definían mapas con fronteras claras y límites precisos. Aún dentro de la informalidad que caracteriza nuestro país, el espíritu dominante era la protección, el recelo, el evitamiento, la reclusión. Se salía, sí, pero como exploradores a partir de una base de operaciones, para regresar rápido al refugio seguro. 

No es que las condiciones hayan cambiado de manera radical. Nadie en su sano juicio puede declarar que hemos derrotado a la peste. Incluso es posible afirmar que hay indicadores sanitarios que preocupan, como el aumento de las hospitalizaciones. Pero parece que vemos al virus como una suerte de francotirador agazapado que sigue matando porque no se ha enterado del final de las grandes batallas. Hay un estado de ánimo postbélico asumido por una colectividad que se lanza a a vivir sin cortapisas, digan lo que digan ministros, alcaldes y otras autoridades, o las voces sensatas. 

En ese entorno quedan los que no se mueven y siguen encerrados, los que salen a recorrer las calles y visitar las trincheras humeantes, los grupos que se rediseñan y buscan nuevas pertenencias y señales distintivas, así como ritos de iniciación y pasaje que aún no se consolidan. 

Muchos se han quedado sin explicaciones para algunas de sus conductas más estrafalarias en el sentido de la contracción autista o de la expansión transgresora. Nos quedamos frente a tareas pendientes, en todos los momentos del ciclo vital y en todos los papeles y funciones, que se habían trastocado o dejado en pendientes. 

Como dicen los pilotos, ¡a amarrarse los cinturones de seguridad!

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Covid-19, Salud Mental, Vacunación

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 237: Que el sueldo mínimo reduzca puestos de trabajo formal, ¿es una excusa para no aumentarlo? Y la vacunación: un éxito de este gobierno y el anterior.

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Covid-19, sueldo mínimo, Vacunación

Todos los días de lunes a viernes «Si el Río suena» con Patricia del Río, entrevistas exclusivas. Este es nuestro episodio número 16.

El exministro de salud, Óscar Ugarte, señaló que el error al inicio de la pandemia fue creer que no tendríamos una segunda ola, por lo que ahora se debe seguir vacunando a la mayor cantidad de peruanos y tener estrategias para llegar a los rezagados. Además, recalcó que aunque las vacunas se produjeron antes de que aparecieran las variantes, sí funcionan.

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Covid-19, Óscar Ugarte, Vacunación

La Contraloría realizó una visita de control el pasado 19 de agosto a vacunatorios de Junín. El objetivo: verificar si se estaban cumpliendo los requerimientos necesarios para almacenar las vacunas contra el coronavirus. Los auditores se llevaron más de una sorpresa.

En el Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé y el centro de vacunación del fundo “El Porvenir”, ambos a cargo de la Red Asistencial-Junín de EsSalud, no se tenía una cadena de frío que permitiese asegurar los rangos de temperatura adecuados y, así, garantizar la vida útil y capacidad inmunológica de los antídotos.

El informe de control al que accedió Sudaca encontró, por ejemplo, que en ambos vacunatorios las congeladoras donde se almacenan las dosis de Sinopharm y Pfizer “no cuentan con el sistema de alarmas que permite alertar las variaciones de temperatura de las vacunas almacenadas en las congeladoras”. Tampoco se podría informar sobre eventuales cortes de energía eléctrica.

El ambiente destinado a conservar las vacunas en el hospital Ramiro Prialé Prialé, además, está construido en drywall. El piso, a su vez, es de madera y el techo de calamina. Aunque es obligatorio que se cuente con extintores, la visita de control evidenció que no se contaba con ellos. Elva Calero Romero, enfermera encargada de la estrategia de inmunización del nosocomio, detalló a los auditores que tampoco se realizó ningún requerimiento para implementar los extintores necesarios.

Esto último, de acuerdo al informe de la Contraloría, “no garantiza la seguridad de las vacunas ante la posibilidad de incendio, generando riesgo de que se rompa la cadena de frío y, por ende, la pérdida de la capacidad inmunológica de dichas vacunas”.

Además, se halló que, antes de ser inoculadas a la población, las vacunas eran conservadas en termos portavacunas a una temperatura inadecuada: por debajo de los 2° C. La norma sobre inmunización establece que se deben almacenar entre 2°C y 8°C.

En el vacunatorio del Ramiro Prialé, en cinco de los seis puestos de vacunación, los termos portavacunas se encontraban entre 1°C y 1.9°C de temperatura. Esto afectaría la efectividad de los 734 frascos de Sinopharm y 273 de Pfizer que se contabilizaron en el vacunatorio del hospital, según el informe.

En el fundo El Porvenir, por otro lado, la Contraloría verificó que se viene inmunizando en tres de los ocho puestos de vacunación. Cada puesto cuenta con un termo portavacunas. En dos de estos, la temperatura de conservación se encontraba en 1°C, debajo de los 2°C necesarios.

En el fundo tampoco se contaba con implementos de aseo, desinfección y contra incendios. Al momento de la inspección se encontraron 484 frascos de Sinopharm y 227 de Pfizer que podrían estar en riesgo por la incorrecta conservación.

Recientemente, la Contraloría ya había advertido de situaciones parecidas. Pero no en los vacunatorios de EsSalud, sino en la Dirección Regional de Salud (Diresa) de Junín. Según un informe de Epicentro Tv, se descubrieron 642 dosis de vacunas Pfizer que no fueron aplicadas, así como casos en los que no se contaba con la alarma que permita controlar la temperatura.

“Cada grupo de vacunas tiene características bajo las cuales se mantienen en su forma adecuada. Cuando hay una baja de temperatura, se tienen que descartar. Ahí se pierde el efecto inmunizador”, explica a Sudaca Edda Cayotopa, vocal del Colegio de Enfermeros del Perú. 

Las situaciones adversas encontradas en esta última visita de control ya fueron comunicadas a EsSalud y al Hospital Ramiro Prialé Prialé para que tomen cartas en el asunto. Ahora depende de ellos corregir las deficiencias que ponen en riesgo la inmunización de los ciudadanos de la región.

EsSalud, en tanto, niega parte de lo dicho por Contraloría. Aquí sus descargos:

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ESSALUD, Junín, Vacunación

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 196: ¿Se deben controlar precios en situaciones excepcionales? ¿Qué califica como una? Mineras pagan deudas tributarias, pero siguen litigándolas. Y Tacna: caso de éxito en vacunación.

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Control de precios, Guido bellido, Pedro Castillo, Tacna, Vacunación

Mientras en el resto del Perú surgen voces que rehúsan vacunarse por no encontrar su marca preferida, Tacna ya casi agota su stock de Sinopharm y está inmunizando a jóvenes de 22 años desde la semana pasada. Hoy la ‘ciudad heroica’ lidera -después de las priorizadas Lima y Callao- la vacunación contra la Covid-19 a nivel nacional, con un 34,6% de su población totalmente protegida. Detrás de este rápido avance existen explicaciones más elaboradas que el simple y equivocado “Tacna es una región con poca gente”. Sudaca conversó con las autoridades responsables del proceso en la región para descubrirlas. 

 

 

Vencer a Willax

En junio, la Dirección Regional de Salud de Tacna notó un importante grado de ausentismo en las jornadas de vacunación. Tras indagar, lo atribuyó a los intentos de desprestigio contra la vacuna china, cuyo primer lote llegó ese mes al país. La Oficina de Relaciones Públicas e Imagen Institucional del Gobierno Regional respondió, entonces, con la campaña “#TusDosDosisSePremian” en alianza con empresas privadas. La iniciativa consiste en que toda persona que tenga su carnet de vacunación completo pueda acceder a descuentos de entre 10% y 50% en establecimientos comerciales afiliados. 

“La campaña se lanza al ver que crecía el ausentismo. El gobernador nos pidió que hagamos una campaña creativa y con los comerciantes nace esta idea de incentivar la vacunación de segundas dosis. Más que castigar a la gente prohibiendoles el ingreso a los establecimientos, se nos ocurrió premiarlos con descuentos. Esto va de la mano con la reactivación económica y ha sido bien aceptado”, explica Vanessa Mercado, comunicadora y directora de esta oficina.

A la estrategia la acompañan mensajes que refuerzan la seguridad de la vacuna china. “No hay mejor ejemplo que el mismo personal de salud que ha sido vacunado con Sinopharm en febrero y marzo. Somos los que más contacto tenemos con pacientes covid y, sin embargo, estamos bien. Eso se lo recalcamos a las personas y han venido a vacunarse”, afirma Óscar Galdós, jefe de la Dirección Regional de Salud (Diresa). 

La campaña de incentivos con descuentos comenzó a inicios de agosto.

Los tacneños reaccionaron a las campañas de comunicación casi agotando el stock de Sinopharm. Hasta el jueves 12 de agosto, según la base de datos del Cenares, Tacna había recibido 45,966 vacunas de esa marca. De ese total, ya han aplicado el 99,83%, lo que la convierte en la región del país con el porcentaje más alto de antídotos chinos utilizados. 

Otro factor importante para que Tacna no se coma el cuento político de Willax y el biólogo Ernesto Bustamante fue el propio peso de la realidad. Como consecuencia del rápido avance de la vacunación, los efectos positivos se hicieron evidentes. 

Nuestros indicadores sanitarios han bajado significativamente. Ahora me reportan 16 camas UCI ocupadas. Hemos llegado a habilitar 40 en la temporada más crítica que fue la quincena de febrero y principios de marzo. Ayer [último martes] tuvimos un fallecido. El fin de semana pasado tuvimos cero después de muchos meses. En los peores momentos teníamos 15 por día”, recuerda Galdós. La aparición en medios digitales y tradicionales de gran alcance en la región es constante para dar a conocer estos números.

Hoy, después de Lima y Callao -que fueron priorizadas respecto al resto del país-, Tacna lidera la lista de regiones con mayor porcentaje de población completamente vacunada, con un 34,6%, según OpenCovid. La semana pasada se empezó a vacunar a los mayores de 22 años. Las otras regiones que están por encima del 20% son Arequipa (25,45%), Moquegua (24,8%), Junín (24,1%), Lima Región (22,7%) y Ancash (22,1%).

El ánimo del sector empresarial también ha sido un importante motor. Buena parte del movimiento comercial de Tacna depende de su relación con Chile, la cual hoy está supeditada al descenso del virus. “Los mismos comerciantes están yendo a vacunarse porque quieren que se abra la frontera y así recibir a los hermanos chilenos. Por eso la población está trabajando unida, no solo el sector público, sino con el privado para potenciar la vacunación”, explica Vanessa Mercado.

De hecho existe un acuerdo con las autoridades chilenas para la reapertura de la frontera. “Tacna vive del comercio, por eso la población está motivada para vacunarse. Esto también se viene trabajando con Arica, Chile. Mientras no tengamos más del 70% de la ciudadanía inmunizada no se evaluará la posibilidad de abrir la frontera. Es uno de los requisitos planteados con ellos”, afirma el director de salud, Óscar Galdós.

 

«Descanso forzoso»

Tal como hemos visto, detrás de este rápido avance existen explicaciones más elaboradas que el simple “Tacna es una región con poca gente”. La región tiene poco más de 286.000 habitantes, pero no es eso lo que le brinda una ventaja frente a otras regiones. Madre de Dios, por ejemplo, cuenta con una población de 141.000 y apenas ha vacunado con dos dosis al 11%. Juan Carbajal, miembro de Open Covid Perú, agrupación de análisis de datos sobre la pandemia, apunta que otro factor que hace la diferencia es la distribución de su gente. 

“Lo que en realidad ha ayudado a su vacunación es que cerca del 90% de su población está dentro de la zona urbana y el resto en la zona rural. Esto facilita el despliegue y la cercanía de la población hacia los centros de vacunación. Algo muy distinto a otras regiones del país”, explica el ingeniero electrónico.

 

En Tacna vacunan a jóvenes de 22 años desde la semana pasada. Es la única región en el país que atiende a este grupo etario a la fecha.

En la región han decidido aprovechar esa característica. Según Óscar Galdós, jefe de la Diresa, su despacho ha instalado nueve puntos de vacunación en toda la región. “En cada locación hay cinco brigadas, dando un total de 45 en funcionamiento”, afirma el doctor.

Pero además hay cinco brigadas ‘volantes’ que acuden a ese 10% que vive en las provincias rurales de Tarata, Candarave y Jorge Basadre. “Para nosotros es bastante fácil cubrir la ciudad y salir para hacer jornadas en las capitales de provincia. Por eso es que hemos logrado avanzar”, destaca Galdós.

Según el jefe de la Diresa de Tacna, el progreso ha sido tal que ya se encuentran casi a la mitad de su meta de 256.000 habitantes mayores de 12 años vacunados. “Ya tenemos en la región más de 106.000 vacunados con dosis completas, totalmente protegidos«, recalca el director de salud. 

Todas las medidas se evalúan y se informan en el Comité Regional de Prevención contra el Coronavirus (Conaprev), implementado a inicios de año y que mantiene reuniones semanales. Este grupo de trabajo está conformado por el gobernador regional y el director de salud, pero además por la fiscalía, los alcaldes, el consejo regional, los directores regionales y los generales de la Policía y Ejército.

A pesar del éxito, la vacunación en Tacna tendrá que detenerse en los próximos días. El pasado 4 de agosto, el ministro de salud, Hernando Cevallos, anunció un retraso en la llegada de los lotes de Sinopharm. Atribuyó la causa al rebrote de la variante delta en China.

“Ahora lo que nos preocupa es que ya no tenemos vacunas. El sábado 7 se nos agotaron las primeras dosis de Sinopharm y Pfizer. Actualmente, el stock que tenemos nos sirve para cubrir solo segundas dosis de Pfizer. Nos faltan 300.000 de Sinopharm para la segunda dosis. Ayer [último martes] hemos tenido reunión con el ministro y viceministros. Hay un compromiso para que nos abastezcan inmediatamente apenas llegue un nuevo lote. Este fin de semana no vamos a tener con qué trabajar. Vamos a tener que replegar nuestras brigadas y darles un descanso forzoso”, reconoce Galdós. 

Para que Tacna siga siendo ‘la ciudad heroica’ de la vacunación, el flujo del antídoto no puede parar. En la región esperan que nada impida la llegada de un lote de un millón de vacunas de Sinopharm al Perú programada para el 15 de este mes.

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