Cuando uno recibe encima una responsabilidad que excede sus propias capacidades, debe tener la hidalguía de admitirlo y dar un paso al costado. Es el caso de Dina Boluarte, exprimera vicepresidenta de Pedro Castillo, quien, ante la salida abrupta del poder del exmandatario chotano, tomó las riendas del Estado, al principio con mucha expectativa, pero paulatinamente con terrible decepción por su orfandad e inoperancia.

Boluarte vive pendiente de su propia supervivencia y por eso es una mandataria rehén del Congreso, poder del Estado que, sin responsabilidad política alguna, hace lo que le viene en gana, inclusive cambia ministros, y desde Palacio no hacen nada para confrontarlo. Es una “presidenta cogoteada”, como bien la ha definido la parlamentaria Flor Pablo.

Lo peor, sin embargo, no es la precariedad política de Boluarte y hasta podría ser explicable que haga lo indecible para sobrevivir en el poder. El problema mayor es que no está capacitada para gobernar y como resultado de ello, sufrimos un gobierno inerte, sin perspectiva de reformas, ni reacciones rápidas y eficaces ante problemas solucionables.

La inflación no es achacable a este régimen. Empezó por las políticas económicas globales seguidas frente a la pandemia y continuó con los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania. El planeta entero está en inflación y el Perú no podría ser indemne a ello.

Pero la recesión, la falta de buena inversión pública y el desplome de la inversión privada, que explican la caída del PBI y de la confianza empresarial, sí son responsabilidad de este gobierno, quien no hace nada para resolver ese y otros problemas acuciantes (como el de la inseguridad ciudadana).

Si antes era deseable, hoy es imperativo que Boluarte renuncie y se proceda a un adelanto de elecciones. ¿Que la izquierda está mejor parada que la derecha? Bueno, es responsabilidad de la derecha y de su sostén empresarial, guiados por la indolencia y la torpeza, y eso no va a mejorar de acá al 2026. Al contrario, va a ir para peor.

Si mañana fueran las elecciones, podría pasar un candidato de la centroderecha a la segunda vuelta. Al paso que vamos, el 2026 van a ser dos candidatos de izquierda los que lo hagan.

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[EN LA ARENA] La educación es un dispositivo fundamental para el gobierno de un país porque hace real el vínculo que ha establecido, acordado o impuesto para su población. Nos pueden educar como ciudadanos pero también como súbditos. Ese es un gran reto que la República peruana en muy pocas ocasiones se lo ha tomado realmente en serio. Los niveles de analfabetismo y carencia de escritura en lenguas orales (valga la redundancia) fueron tan altos en los siglos XIX y XX que la Constitución de 1979 tuvo que explicitar que las personas analfabetas también podían votar, pues de lo contrario se estaba negando la condición de ciudadanía a grandes porcentajes de población.

También podríamos reconocer que en los últimos cincuenta años ya casi no existe población que no pueda leer y escribir, pero debemos admitir, como siempre nos lo indican las pruebas internacionales, que de poco ha servido, pues no se comprende lo que se lee y, lo que se escribe, no trasciende aquello que podemos compartir en un chat. Conocido como el analfabetismo funcional, lo que ha ocurrido en el país es que lo único que hemos conseguido es que este se expanda, al punto de llegar al mismísimo gobierno y conseguir el control del Estado.

Como evidencia tenemos a la actual Comisión de Educación liderada por tres congresistas sumamente cuestionados por sus ataques a la educación nacional: el Presidente de la Comisión, José María Balcázar, temido por su defensa al matrimonio infantil, es egresado y docente en Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, una de las universidades cerradas por la Sunedu por no cumplir con los mínimos de calidad para obtener su licenciamiento. Ahora en el poder, socavando lo poco que resta del serio profesionalismo de la Superintencia, es uno de los autores del proyecto de Ley que busca que las universidades consigan un licenciamiento indefinido y permanente, con los nuevos criterios que ellos proponen. Y el Secretario Esdras Medina, pastor evangélico, activo integrante de Con mis hijos no te metas, acusado (pues la denuncia fue retirada) de maltrato a su esposa e hija, nos entrega el sustento: es que la Sunedu es una Gestapo, una suerte de policía nazi que persigue a las pobres universidades marginadas por su sencillez. Para completar el triunvirato, tenemos a Paul Gutiérrez Ticona, el Vicepresidente de la Comisión quien basado en la decisión personal que ha tomado de no dar pensión alimenticia su hija porque ha desaprobado cursos en la universidad, ha presentado un proyecto de ley para modificar las causales de exoneración de pensión de alimentos para los estudiantes de bajo rendimiento.

De esta manera se confirma que con docentes que no pasan las pruebas de nivel básico en las escuelas y universidades estafa que reciben a sus estudiantes, sí se puede llegar muy alto: se puede ser congresista, dueño de una universidad, dominar a las mujeres desde que son pequeñitas. De poco valieron el proyecto de modernización educativa de Manuel Odría o el proyecto de educación liberadora de Juan Velasco. Proyectos de esa magnitud, urgentes para transformar el país resultan hoy inverosímiles para un gobierno que ha conseguido, con el beneplácito de la oligarquía, dejar en manos de personas que sólo buscan el interés personal el futuro de nuestras niñas y niños. Ojalá algún día nos lo perdonen.

 

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La historia es corta: el nuevo oficialismo, conformado, como bien ha señalado el congresista Carlos Anderson, por Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Avanza País y Perú Libre (más los del Bloque Magisterial para la ocasión) se tiró abajo la meritocracia en la carrera pública magisterial. La ministra de Educación, como correspondía, salió a criticar la norma. A renglón seguido, la presidenta Boluarte saca a la ministra y se somete a los dictámenes y mandatos del Congreso.

No satisfecha con ello efectúa una poda ministerial y se lleva de encuentro a varios ministros, algunos de los cuales, como la de Agricultura, tenía listo para aplicar un plan de emergencia del agro (¿habrá sido el frívolo detonante las poco felices declaraciones de la ministra sobre el limón?). No le interesa a Boluarte reforma alguna, solo contentar a las huestes mayoritarias del Congreso y en particular la voluntad de Keiko Fujimori, que, por vaya razones a saberse, la había puesto en la mira a la titular de Agricultura.

Lo cierto es que las reformas al tacho. No va a surgir ninguna de la actual clase política. Debemos ser los ciudadanos los que presionemos por ellas. Y en ese papel deberían jugar un papel importante los empresarios, quienes andan adormilados con que Boluarte signifique una “estabilidad mediocre”, pero estabilidad al cabo, y se cierran a la justificada crítica a su inoperancia pavorosa.

Hay sinfín de reformas institucionales y de sectores productivos que duermen el sueño de los justos, mientras el país se desangra en medio de la crisis económica y política. Se debieron haber hecho hace lustros. Este gobierno de tres años hubiera sido ocasión propicia para emprender algunas si hubiera alguna conciencia de su urgencia, pero, por lo visto, a ningún agente crítico le interesa retomar esas banderas.

Tendremos que ser los ciudadanos por las reformas, los que saquemos al país del marasmo en el que se encuentra, con un Congreso y un Ejecutivo indolentes y encerrados en su burbuja de confort irresponsable y políticamente punible.

Lo cierto es que tres años así no aguanta el país. Se vienen, además, desafíos importantes, como el fenómeno del Niño, y la falta de respuesta va a reactivar el polvorín social que es, parece, lo único a lo que le temen los empresarios y los hace reaccionar. Bueno, pues, estén advertidos: por su complicidad con la parálisis reformista eso es lo que se viene y con fuerza inusitada.

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[TIEMPO DE MILLENIALS]  Existen muchas conversaciones e interés alrededor de lo que es el cambio climático y la necesidad de hacer algo al respecto. Principalmente porque este año hemos experimentado las consecuencias con un verano mucho más caluroso y largo. Sin embargo, ¿realmente sabemos de qué se trata el cambio climático?

En primer lugar, aclaremos los conceptos básicos:

  1. El clima: se define como el conjunto de las condiciones atmosféricas típicas de una región específica durante un período de tiempo de mínimo 20-30 años. Por ejemplo, podemos decir que el clima de la sierra es frío.
  2. Cambio climático: es el cambio en el estado del clima que es identificado por la variabilidad en sus propiedades, que persiste por un período prolongado. El cambio climático puede ser causado de forma natural o por las acciones del ser humano. Por ejemplo, las olas de calor.
  3. Calentamiento global: resulta del aumento de temperatura de la tierra como consecuencia de la intensificación del efecto invernadero.

Así, es importante entender que el calentamiento global es la causa del cambio climático. Es decir, el aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad del ser humano que están provocando variaciones en el clima que de manera natural no se producirían.

Ahora entendamos:

  1. Gases de efecto invernadero: componente gaseoso de la atmósfera, que puede ser natural o por las acciones humanos y que sus propiedades causan el efecto invernadero. El aumento de estos gases se ha dado principalmente por la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) para la generación de electricidad, el transporte, la calefacción, la industria y la edificación. También provocados por la ganadería, la agricultura (principalmente el cultivo del arroz), el tratamiento de aguas residuales y los vertederos entre otros.

¿Cómo nos afecta el cambio climático?

Este aumento global de la temperatura trae consecuencias que ponen en peligro la supervivencia de la flora y la fauna de la tierra, incluido el ser humano. Entre los impactos del cambio climático están, el derretimiento de la masa de hielo en los polos, que a su vez provoca el aumento del nivel del mar, lo que produce inundaciones y amenaza los litorales costeros.

El cambio climático también aumenta la aparición de fenómenos meteorológicos más violentos, sequías, incendios, la muerte de especies animales y vegetales, los desbordamientos de ríos y lagos, la aparición de refugiados climáticos y la destrucción de los medios de subsistencia y de los recursos económicos, especialmente en países en desarrollo.

Ahora que sabemos las consecuencias es necesario involucrarnos en las soluciones:

  1. Mitigación: acciones humanas que buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o que buscan mejorar a los sumideros de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, segregar correctamente los residuos.
  2. Adaptación: proceso de ajuste de los sistemas humanos al clima real o proyectado. Los sistemas naturales también pueden adaptarse y la intervención humana puede facilitar ese proceso. Por ejemplo, nuevas variedades vegetales que resistan las sequías y el calor.

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[DETECTIVE SALVAJE] La obra y vida de Roberto Bolaño late en cada rincón de su prosa. El ojo Silva, un cuento del libro Putas asesinas, comienza con las siguientes líneas: “Lo que son las cosas, Mauricio Silva, llamado el Ojo, siempre intentó escapar de la violencia, aun a riesgo de ser considerado un cobarde, pero de la violencia, de la verdadera violencia, no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos en Latinoamérica en la década del cincuenta, los que rondábamos los veinte años cuando murió Salvador Allende.” Bolaño nació en el 53. Veinte años después Salvador Allende se quitaba la vida antes de que los militares, comandados por Pinochet, entraran a la casa de gobierno.

Esas líneas casi son un resumen de la obra de Bolaño, que no se puede resumir, por ser tan vasta y tener un lado oculto que crece con cada releída. La violencia está en sus cuentos y novelas, pero muchas veces es difícil señalarla, determinar su fuente o su propósito; es como un dedo que baja del cielo y se entretiene forjando el caos, para luego desaparecer sin dar explicaciones.

El ojo Silva se vuelve cada vez más representativo. El narrador es chileno, pero se mudó a México, como hizo la familia del autor cuando él tenía quince años. Bolaño conoció la dictadura de Pinochet porque visitaba Chile cuando se dio el golpe. El régimen, que en un acto de venganza ejecutó a poetas y artistas de izquierda como Víctor Jara, lo encarceló por ocho días. Bolaño, que también vivió en España, se considera a sí mismo ciudadano de una patria inventada, o, mejor dicho, una que abarca todas las que han sido su patria: extrangilandia. Es difícil situarlo en chile, pues ha escrito tanto sobre Mexico y España; es difícil situarlo en México porque es chileno y es imposible imaginarlo español, porque es latino como el Boom, que lo precedió, como las dictaduras y como la incertidumbre de la que escribe.

En México, el narrador del cuento conoce al Ojo, cuya migración ha sido la misma, con escala en Argentina, que fraguaba su propia dictadura. El Ojo trabajaba en la redacción de un periódico, el narrador no recuerda cual, y se sospechaba que era homosexual. “En los círculos de exiliados chilenos corría ese rumor, en parte como manifestación de maledicencia, y en parte como un nuevo chisme que alimentaba la vida más bien aburrida de los exiliados, gente de izquierda que pensaba, al menos de cintura para abajo, exactamente igual que la gente de derecha que en aquel tiempo se enseñoreaba de Chile.” Así dice el cuento, y no es la única vez que Bolaño critica a la izquierda, por la que simpatizaba sin fanatismo ciego. Cuando el Ojo finalmente le confiesa al narrador su homosexualidad, añade que “había llevado con ¿pesar?, ¿discreción?, su inclinación sexual, sobre todo porque él se consideraba de izquierdas y los compañeros veían con cierto prejuicio a los homosexuales.”

El Ojo se marchó de México. Lo habían contratado en una agencia de fotógrafos en París. Se fue sin despedirse y el narrador pasó años sin verlo. Esos años se resumen en pocas líneas, pero en la vida de Bolaño, los sucesos abundan desde que fue un joven poeta infrarrealista en México hasta ser un escritor hecho y derecho en Europa, a donde llegó por primera vez en 1997. Antes de llegar a Barcelona, la describió como una mugre de ciudad, pero al conocerla quedó encantado. Ahí se reunían los autores del Boom, Vargas Llosa, García Márquez, y el ambiente tras el fin del franquismo era esperanzador. En Cataluña fue pobre, pero aprendió a no avergonzarse por eso. “Poeta y vago”, se describía a sí mismo, aunque trabajaba como loco para sobrevivir.

A la madre de sus hijos la conoció en Gerona. Cuando llegó a Blanes, su situación no mejoró. Su pobreza era tal y su higiene tan precaria, que empezó a perder los dientes. En todo ese proceso, en su tiempo en España, tan cerca de los libros, de las editoriales y de los futuros nóbeles, aguantó rechazo tras rechazo. Su poema Mi carrera literaria, de 1990, comienza así: “Rechazos de Anagrama, Grijalbo, Planeta, con toda seguridad también de Alfaguara, Mondadori. Un no de Muchnik, Seix Barral, Destino… Todas las editoriales… Todos los lectores”. Tan imposible parecía ser un escritor reconocido, que cuando finalmente alcanzó la distinción, le dijo a su amigo Rodrigo Fresán que todo lo que había ocurrido en los últimos años era un sueño. Fresán protestó, pues si eso era cierto, entonces él no era real, sino un personaje de Roberto Bolaño. Bolaño contestó: “Podría ser peor. Podrías ser un personaje de Isabel Allende”.

Al Ojo volvió a verlo en Berlín. El narrador visitaba la ciudad para dar una conferencia y vio a su viejo amigo sentado en la banca de una plaza. No lo reconoció hasta que se introdujo: “Soy yo, Mauricio Silva, dijo. ¿El Ojo Silva de Chile?, dije yo. Él asintió y sólo entonces lo vi sonreír”.

El Ojo se había mudado a Berlín y conocía los bares que abrían la noche entera. Ahí conversaron hasta el amanecer. Entonces aparece la firma que Bolaño garabatea en el rincón de toda obra suya: en un plano de absoluto realismo y cotidianidad se abre una grieta. El Ojo Silva empieza a contarle al narrador sobre un viaje que hizo a la India. Lo habían contratado para fotografiar un “barrio de las putas de una ciudad de la India cuyo nombre no conoceré nunca”.

Al comienzo, el reportaje parecía uno más sobre un tema exótico. El Ojo visitaba los burdeles, tomaba fotos, conversaba con las prostitutas, “algunas jovencísimas y muy hermosas, otras un poco mayores o más estropeadas”.

Una tarde, uno de los chulos lo invitó a “tener relación carnal con una de las putas”. El Ojo declinó y su homosexualidad quedó en evidencia. La noche siguiente, el chulo “lo llevó a un burdel de jóvenes maricas”. El Ojo volvió a rechazar el ofrecimiento y el chulo lo llevó a un tercer local, “una casa cuya fachada era pequeña pero cuyo interior era un laberinto de pasillos, habitaciones minúsculas y sombras de las que sobresalía, tanto en tanto, un altar o un oratorio.”

Entonces el Ojo se salió, aparentemente, de su historia, y se puso a contar una historia paralela. “Es costumbre en algunas partes de la India, me dijo el Ojo mirando al suelo, ofrecer un niño a una deidad cuyo nombre no recuerdo”. En resumen, el ritual es así: eligen a un niño, lo castran, y por la duración de las fiestas encarna al dios. Es colmado de regalos, que la familia recibe. Pero cuando la celebración ha acabado, el niño vuelve a la pobreza de la que vino. Peor aún: los padres ya no lo aceptan por estar castrado. Entonces, la mayoría de los niños que, por semanas, meses, quizás un año, fueron dioses, son enviados a burdeles.

Ahí lo llevaron al Ojo Silva, a uno de esos burdeles. Él hablaba y el narrador escuchaba, solos en una plaza berlinesa, pero el Ojo parecía aún ver al niño castrado que le trajeron. La ironía es evidente: el Ojo estaba en lo más alto de su carrera, era suyo el trabajo soñado de ser un fotógrafo afincado en París, y de la nada, del puro azar, todo se quiebra. Lo mismo pasó con Bolaño: cuando empezaba a conocer el éxito literario fue diagnosticado con una enfermedad hepática que lo mataría en once años.

Tener el tiempo contado lo motivó a escribir empedernidamente y a toda velocidad. Entre 1993 y 2002 escribió ocho novelas, entre las que destaca Los detectives salvajes, que ganó el premio Herralde y el Rómulo Gallegos. Póstumamente, en el 2004, publicaría 2666, otra obra de gran magnitud. Los dos libros de cuentos que publicó en vida fueron Llamadas telefónicas y Putas asesinas.

El Ojo Silva tiene un final triste. Trágico, escalofriante, de alguna forma reivindicador, pero por encima de todo, triste. Lo fue también la muerte del autor que, después del Boom, dio un repunte a la literatura Latinoamericana; el que comenzó una ola que hasta hoy muchos montan. En abril de este año se cumplieron 70 años de su nacimiento, y en julio, 20 de su muerte. Si no alcanzaba el éxito, Bolaño hubiera seguido escribiendo hasta que terminaran de caérsele los dientes. Si estuviera vivo hoy, si viviera para siempre, hasta el final escribiría. El poema Mi carrera literaria continúa así:

Bajo el puente, mientras llueve, una oportunidad de oro

para verme a mí mismo:

como una culebra en el Polo Norte, pero escribiendo.

Escribiendo poesía en el país de los imbéciles.

Escribiendo con mi hijo en las rodillas.

Escribiendo hasta que cae la noche

con un estruendo de los mil demonios.

Los demonios que han de llevarme al infierno,

pero escribiendo.

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El Congreso debería negarle las facultades legislativas solicitadas por el Ejecutivo en materia de seguridad. Son un mamarracho de normas inconducentes, apuradamente llamadas “Plan Boluarte”, que no van a resolver el terrible problema de seguridad que afrontamos -el peor de nuestra historia republicana- el que, el gobierno, sin necesidad de normas especiales, podría y debería enfrentar.

¿Va a ser servir una ley para resolver el inamovible problema del VRAEM, donde han muerto ya centenares de soldados y policías sin que se avance un metro en la expulsión de los narcosenderistas? ¿Va a detener al Tren de Aragua, banda venezolana que avanza imparable extorsionando desde pequeños comerciantes hasta microbuseros, sin que la policía mueva un dedo para contenerlos? ¿Necesita acaso una norma para ello? ¿Va a refrenar al Comando Vermelho, mafia del narcotráfico brasileña que ya se apoderó de enormes territorios para su causa delictiva? ¿Por qué necesitaría un paquete de normas para facilitar que la policía actúe?

¿El paquete de facultades va a refrenar la inmensa corrupción que reina en los institutos policiales y en las fuerzas armadas? ¿Va a mejorar la formación de mayor cantidad de efectivos policiales, hoy escasos y con subformación? Por supuesto que no. No sirven para nada las normas cuya facultad legislativa se ha solicitado.

Lo que se necesita, por el contrario, es un Congreso que le pare los machos a un Ejecutivo inoperante y mediocre, que no ata ni desata, y no hace absolutamente ninguna reforma importante. Vemos en el titular de Gestión de hoy que hay 38 proyectos mineros sin fecha de construcción. ¿Acaso el titular del Minem anda desvelado por ello? Si esos proyectos se destrabaran y entraran en funcionamiento, otras serían las cifras del PBI. Pero en este caso, como en el de la seguridad, la consigna parece ser no hacer nada para durar el mayor tiempo posible.

Volviendo al tema de la seguridad, lo que, en el mejor de los casos, correspondería, es que el Congreso le pida los proyectos al gobierno y los vaya discutiendo uno por uno, sin que ello sea óbice de tener sentado al ministro del Interior y eventualmente al Premier, con recurrencia, para que nos den una explicación cabal de por qué la delincuencia se ha apoderado del país sano que quiere prosperar en paz.

 

 

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[INFORMES] Estoy harta de que me digas él”. Hace unos días, la opinión pública estuvo en acuerdos y desacuerdos por lo acontecido en ATV con Etza Reátegui Wong, conocida como “Uchulu”, un personaje que nació en la televisión y que fue objeto de agresiones verbales por parte de dos personajes también conocidos: Carlos Cacho y Andrés Hurtado.

Si un DNI no identifica a una persona, es un documento que no sirve. Lamentablemente, vemos como los miembros de la comunidad LGBTQI+ vienen luchando por ser reconocidos, no solo por una sociedad que parece reacia en aceptar sus derechos, sino también, en que también forman parte de nuestra sociedad. Las redes sociales se han vuelto el principal foco para atacar a cada uno de sus miembros, que cabe resaltar, no es solamente a las personas cuya orientación es homosexual.

La transfobia son las acciones de prejuicio, discriminación, agresión y odio que se le puede tener a una persona transgenero. En el caso de Etza, hablamos de comentarios desatinados que se intentan justificar con la famosa frase: “Hay que darle al público lo que quiere ver”. Burlas. Agresiones. Son solo algunas acciones que se permiten en cadena nacional y este caso no fue la excepción.

Una lucha sin acabar: ambiciones de rating y show transfóbico que vulnera los derechos de la comunidad LGBTQ+ en el Perú
Plantón en las afueras de ATV tras las agresiones contra Etza Reátegui

En el caso de Etza, exige en todo su derecho que fuera reconocida como “ella” por parte del conductor Andrés Hurtado; por otro lado, se vio intimidada por un estilista como Carlos Cacho quien exigió que mostrara su DNI para constatar que su nombre era femenino. Entonces, ¿Por qué mostrar un documento tan importante como el DNI por la televisión? ¿Por qué reclamar a una persona que no se considera hombre y quiere ser reconocido de otra manera?

“¡Su nombre es Etza, y se la respeta! Denunciamos los actos de transfobia que atentan contra su identidad. Reproducir el discurso revictimiza, no seamos parte del problema.”, sentencio la organización feminista Manuela Ramos. Y es que no es admisible que un canal de televisión transmita actos de discriminación y odio hacia una persona. Sobre todo, porque después de ello, el canal mostró a una Uchulu llorando por estas acciones. Lo más indignante es que a partir de ello intenten generar rating para que la teleaudiencia esté a la expectativa si es que el personaje se quedaría en el reality.

Mensaje público de la organización “Manuela Ramos”

Las redes sociales, un gran impulsor del odio a la comunidad LGBTQI+

Es cierto mencionar que muchas personas en un acto de cobardía y poca empatía se generan cuentas falsas en Twitter y empiezan a propagar frases lamentables contra la comunidad LGBTQI+. Desde algún caso de agresión contra ello, las marchas anuales que se convocan y casos como el de la Uchulu que no ha sido excepción para estos usuarios.

¿Quién es ese señor?, “ahora quieres ser mujer”, “uchulu es hombre”. Son solo algunos de los tweets que se evidenciaron ante las publicaciones de activistas que expresaron su malestar por este accionar del canal por transmitir estos hechos transfobicos.

No es el primer error de un canal de televisión

El Consejo Consultivo de Radio y Televisión (CONCORTV) del Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú emite un informe sobre este accionar. Y es que ATV no sería el único medio de comunicación que haya “metido la pata” con acciones tan lamentables. Hace poco, América Televisión haría una de las presentaciones más controversiales, indignantes y poco éticas al mostrar a niñas en ropa interior y poco después cancelaría el programa dominical.

La Sociedad Nacional de Radio y Televisión del Perú sancionó al canal con una multa de 20 UITs (s/. 99,000.00 nuevos soles) por este programa y su accionar.

Ahora bien, con respecto al caso de Etza, el CONCORTV se pronunció en un informe reflexivo sobre los casos de transfobia que había en el Perú. “El 67.7% de los programas transmitidos en televisión de señal abierta refuerzan o reflejan estereotipos raciales discriminatorios, es decir 2 de cada 3 difunden contenidos en forma de bromas, humillaciones y ofensas que refuerzan discursos de odio y afectan la dignidad de las personas”, menciona el informe.

Portada que utilizó el Ministerio de Transportes y Comunicaciones para presentar la nota del caso de Etza

Es preocupante las cifras que nos mostraron, y es que solamente en Lima (32%) considera que se difunden contenidos discriminatorios en la televisión. No obstante, según el Consumo Televisivo y Radial del año 2022, la cual considera regiones, esta cifra se dispara: En Iquitos (45%), Puno (44%), Cusco (46%) y Arequipa (65%) consideran que se difunde contenido discriminatorio en televisión.

Ahora bien, con respecto al accionar de la producción, es lamentable ver como una situación se puede intentar justificar. Magaly Medina se había dado cuenta el error que se había cometido en su reality nocturno. A pesar que el gesto pueda sonar reconciliador, el abrazo que se dieron Magaly y la Uchulu fue criticada por las redes sociales como uno de los gestos más hipócritas que se han podido ver en televisión nacional, y es que si bien Etza pudo haber aceptado esas disculpas por parte de la producción, esto puede ser una acción que menosprecia la lucha de varios activistas que han exigido tanta vulneración a sus derechos.

Emisión del programa “Magaly TV, la firme” se ve a Magaly Medina abrazando a Etza Reátegui después del escandaloso accionar en su reality “La Casa de Magaly

Al cierre del informe, la Sociedad Nacional de Radio y Televisión del Perú no se ha pronunciado meramente sobre la sanción que debería recibir ATV por haber permitido este accionar.

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CONCORTV, derechos humanos, Etza Reátegui Wong, LGBTQI+, Sociedad Nacional de Radio y Televisión

[EN EL PUNTO DE MIRA] Sobre el primer punto, para Guillermo Nugent en “El Orden Tutelar. Sobre las formas de autoridad en América Latina” (Desco, 2010), el ingenio nos ayuda a comprender la precaria invención de los peruanos en el último cuarto de siglo. A medida que pasó el tiempo, dicho concepto dejó su carácter inicial de respuesta a situaciones de emergencia económica para convertirse en un estilo cultural, con capacidad genérica de hacer actividades en un orden marcado por la naturalización de las desigualdades.

Sobre el tema de la innovación, en el artículo “Del ingenio a la innovación” de José Luis Chicoma en la revista Poder, que por cierto da título a este texto, se sostiene que debemos pasar de soluciones precarias a un sistema que incentive la innovación. Para tal caso, se debe pasar de administrar un sistema deficiente para pasar a institucionalizar la toma de riesgos para el desarrollo del conocimiento.

¿Cómo frente al ingenio visible como un problema, podemos pasar a la innovación partidaria? Actualmente, las organizaciones políticas pasan por un proceso de sobrevivencia en un contexto altamente informal y anti-política. Desde los años noventa en adelante, los partidos pasaron a administrar la crisis política -mediante el ingenio en trabajos electorales- para no perder la inscripción ante el Jurado Nacional de Elecciones, dejándose ganar por el presente permanente de soluciones generales para situaciones coyunturales y electorales, convirtiéndose en un estilo cultural o forma de hacer política en el país.

Frente a ese escenario, los partidos políticos deben canalizar creativamente a los grupos de intereses sociales/económicos (como asociaciones de mototaxistas, de consumidores, entre otros) y de ciudadanía (como los feministas, LGTBI, etc.) a través de una participación flexible (como los colectivos), en la que se combine causa colectiva con reconocimiento individual; también mediante el uso frecuente del internet en las actividades partidarias. Así, y por medio de reformas electorales realistas, se puede pasar a la innovación partidaria.

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Guillermo Nugent, innovación partidaria, José Luis Chicoma, Partidos políticos, reformas electorales

[EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS] Por muchas razones, el Perú fue protagonista de la aprobación de la CONVEMAR. Sin embargo, nuestro país aún no ha firmado dicho instrumento internacional establecido en 1982, el  que rige el derecho de los mares del mundo entero. Debido a esta preocupante contradicción en nuestra política exterior, la Académica Diplomática del Perú y la Fundación Académica Diplomática del Perú acaban de publicar, bajo la responsabilidad del embajador Nicolas Roncagliolo y del internacionalista Oscar Vidarte El Perú y la Convención del Mar: Balance y Perspectivas,  una sustantiva compilación de ensayos sobre el tema que reúne, además de los ya mencionados, a destacados especialistas locales como Diego García Sayán, Eduardo Ferrero, Marisol Agüero, Sandra Namihas, entre otros.

No estar suscritos a CONVEMAR: preocupación peruana ante el Litigio contra Chile en la Haya

Como colaborador de Cancillería durante el litigio marítimo en la Corte Internacional de Justicia de la Haya (2008 – 2014), pude constatar la preocupación de nuestros diplomáticas y juristas por un tema que teníamos pendiente y que podía ser utilizado por la contraparte para impugnar nuestra demanda: el asunto era sencillo, el Perú no pertenecía, ni pertenece aún, a la CONVEMAR. Ese solo hecho obligó a nuestros especialistas a dedicar un acucioso esfuerzo adicional para explicar a la Corte Internacional de Justicia que nuestro derecho del mar, consagrado en la Constitución política de 1993, era compatible con la CONVEMAR, que fue finalmente el argumento que esgrimimos para superar este impase.

La cuestión no era menor, como recordamos, el principal argumento peruano ante la Corte era que esta aplicase la línea equidistante para separar los mares del Perú y Chile, cuando lo que estaba ocurriendo, pues Chile inscribió ante la ONU como su línea de bases el año 2000, era que el país vecino había impuesto el paralelo geográfico como límite entre nuestros mares. Por ello, debido a la morfología de las costas sudamericanas (la costa se hace oblicua en el lado peruano precisamente desde el límite fronterizo entre Tacna y Arica) Chile obtenía 200 millas de dominio marítimo desde el inicio de sus costas, mientras que nosotros las alcanzábamos muy lejos de nuestra frontera, a pocos kilómetros del puerto arequipeño de Mollendo.  (ver cuadro)Pero había un problema, la CONVEMAR efectivamente reconocía la equidistancia como principio para separar los mares de países con costas limítrofes cuyos dominios marítimos se dividían en Mar Territorial (12 millas), Zona Contigua (12 Millas) y zona económica exclusiva (de la milla 24 hasta las 200 millas). Sin embargo, nuestra Constitución Política no adhiere a CONVEMAR y refiere el tema en términos, más bien, ambiguos. Señala que el territorio del Perú comprende el suelo, el subsuelo, el espacio aéreo y el dominio marítimo, aunque luego dedica todo un párrafo relativo a nuestros derechos del mar en términos de domino marítimo y no territoriales (Constitución Política del Perú art. 54). Por eso Chile se preguntaba ¿tiene el Perú derecho a acudir a CONVEMAR?

Nuestra compatibilidad y compromiso con CONVEMAR: alegatos peruanos en la CIJ

El esfuerzo de nuestros diplomáticos y juristas dio sus frutos y salvamos largamente las objeciones que, durante el litigio, giraron alrededor de la cuestión CONVEMAR. De acuerdo con la internacionalista Sandra Namihas, durante el litigio nuestro país afirmó explícitamente en su Demanda ante la Corte, que “el Perú reconocía las zonas consagradas en CONVEMAR (…) y se comprometió a respetar los derechos y obligaciones de dicho instrumento internacional” (Namihas en Roncagliolo y Vidarte 2023 p. 200).

Además, el Perú expresó que su Demanda se amparaba en la Convención de las Naciones Unidad sobre el Derecho del Mar, y mencionó explícitamente la zona económica exclusiva y las demás zonas en las que este instrumente internacional divide el dominio marítimo de los estados. Asimismo, en el alegato oral, nuestro agente Allan Wagner Tizón, resaltó “el compromiso del Perú con el moderno derecho del mar reflejado en la Convención (…)”. (Namihas en Roncagliolo y Vidarte 2023 p. 206).

Además, una vez concluido el litigio, en la declaración conjunta de los ministros de Relaciones Exteriores y Defensa del Perú y Chile del 6 de febrero de 2014, el Perú señaló que “Conforme a lo dispuesto por la Corte Internacional de Justicia (…) el Perú ejercerá sus derechos y obligaciones en toda su zona marítima en forma consistente con (…) la Convención de 1982” (Namihas en Roncagliolo y Vidarte 2023 p. 210). De hecho, esta declaración fue necesaria pues, como parte de su sentencia, la CIJ exigió al Perú adecuar su legislación a la CONVEMAR.

A manera de conclusión, nosotros hicimos CONVEMAR ¿por qué no adherirla?

Casi no sería un exceso de arrogancia señalar que si la CONVEMAR salió adelante fue gracias al Perú, a Chile y a Ecuador. Todo comenzó en 1947 cuando el presidente Chileno Gabriel González Videla estableció 200 millas de mar territorial para su país en vista de los cambios mundiales, la industrialización y la presencia de modernas flotas pesqueras con una impresionante capacidad de depredación de nuestros recursos marítimos. Dos meses después, el Presidente del Perú, José Luis Bustamante y Rivero, siguió los mismos pasos y, para 1952, ambos países, junto a Ecuador, firmaban la Declaración de Santiago, documento unilateral (o trilateral) lanzado desafiante ante el mundo, en el que tres países tercermundistas se arrobaban la atribución de defender conjuntamente sus costas de la depredación marítima a gran escala.

No es casualidad que, cuatro años después, de la firma de este instrumento, en 1956, la ONU haya convocado la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Tampoco lo es que la delimitación del dominio marítimo de los Estados haya girado entorno a la propuesta peruano-chilena de las 200 millas. La Convención las estableció, finalmente, en 1982 pero desde una perspectiva más moderna, es decir, planteando las tres zonas antes mencionadas, en lugar de un mar territorial absoluto.

Contradiciendo nuestros propios logros, tras la aprobación de la CONVEMAR nos negamos a firmarla durante el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry (1980 – 1985) y no lo hemos hecho hasta ahora. Vender nacionalismo barato resulta sencillo y políticamente rentable en un país tan malquerido por sus políticos. Cada vez que se ha intentado sacar adelante nuestra adhesión a CONVEMAR, han surgido voces que casi han tratado de falta de patriotismo a quienes han perseguido tenazmente esta justa y anhelada meta.

Al respecto cabe hacerse una pregunta. Si, como algunos señalan, CONVEMAR es lesiva a los intereses nacionales ¿por qué Chile y Ecuador la han firmado ya? ¿por qué lo han hecho las grandes potencias mundiales reconociendo así los derechos de los países en vías de desarrollo sobre los recursos del mar adyacente a sus costas, su suelo y su subsuelo? Si en 202 años de vida libre, existe un aporte relevante del Perú al mundo, este es, precisamente, la tesis de las 200 millas marinas y la CONVEMAR. A base de ella, en noviembre de 1954, nuestro Estado capturó nada menos que a la flota ballenera del célebre multimillonario Aristóteles Onassis, la que pretendía depredar los recursos de nuestro dominio marítimo. Entonces el mundo comprendió que los países en vías de desarrollo iban en serio y que no tenían pensado perder la batalla del mar.

Adherirnos a CONVEMAR, no resultará más que recoger los frutos de 76 años de lucha continua, desde 1947 en adelante, y que implican el principal aporte peruano al moderno derecho internacional. ¡Hagámoslo de una vez!

Referencias:

Namihas, Sandra. “La posición oficial del Perú en torno a las zonas marítimas de la CONVEMAR a partir del Diferendo Marítimo con Chile”. En Roncagliolo, Nicolás y Vidarte, Oscar. El Perú y La Convención del Mar. Lima, ADP y FADP, 2003.

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CONVEMAR, derecho internacional, Gabriel González Videla, la Convención del Mar, Perú y Chile
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