Emociones

Las emociones son, generalmente, difíciles de controlar y regular. Por ello, existen diversas herramientas que ayudan a manejar situaciones difíciles en tiempos como los que vivimos. En una tercera ola, debido al Covid-19; la inestabilidad política, económica y social; así como el estrés de enfrentar un nuevo año y sus complicaciones.

A continuación, Claudia Tassara, psicoterapeuta de niños, adolescentes y adultos, así como asesora en crianza y orientación de educación emocional, brindará algunos tips para tener una adecuada salud mental. Una que nos ayude a encontrar el equilibrio en estos tiempos tan complejos.

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social; y no solo la ausencia de afección de enfermedades”, comenta Tassara.

Y agrega: “Por lo tanto, la salud mental es el bienestar general de lo que piensas, regulas tus sentimientos o te comportas. Cuando nos referimos a la salud mental nos referimos a la manera en la que tú te autorregulas, cómo controlas tus pensamientos, acciones y emociones. Es la capacidad de poder dominar nuestros estados internos, el saber canalizar nuestros impulsos y adaptarnos bien a nuevas situaciones”, señala la experta.

Claves

  • Aprende a identificar tus emociones. La conciencia emocional es una habilidad básica que se va desarrollando desde la infancia. Es importante que aprendamos a definirlas e identificarlas: qué situaciones pueden aparecer, cómo se manifiestan, qué sensaciones corporales siento y qué pensamientos tengo.
  • Comprender que tu mente se centrará en aquello que pones atención. Por ello, si solo tienes pensamientos negativos como “me quedé sin trabajo”, “otra vez encerrados”, “¿Qué pasará?”, siempre te vas a sentir estresado, ansioso, preocupado o malhumorado. Recuerda que tu cerebro siempre te alentará para prepararte para el peligro. Por ello enfoca tu atención en realizar cosas que tengas pendientes. O en accionar aquellos proyectos personales que tenías estancados.
  • Aprende a detener pensamientos negativos o catastróficos. Solo tener pensamientos negativos volverse un hábito. Por eso, haz una lista de acciones que puedes realizar y resolver; y aquello que no puedes controlar, sácalo de tu cabeza porque solo tú puedes ocuparte de aquello que puedes realizar.
  • Realiza ejercicios y actividades en movimiento. La OMS recomienda hacerlo durante 30 minutos al día. Lo ideal es hacer una rutina. Practica cualquier forma de movimiento, incluso caminar. Esto puede actuar como un calmante para el estrés. Recuerda que, ante una actividad física, el cerebro libera dopamina, este neurotransmisor de placer, que se asocia con la sensación de relajación. También genera serotonina, la hormona de la felicidad, encargada de regular el apetito, sueño y estado de ánimo. Segrega endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad.
  • Cuida la manera cómo te hablas. ¿Has escuchado tu voz interna? ¿Te has oído cómo te hablas cuando fallas? Es importante entrenar el hablarnos con cariño y respeto. Sé flexible contigo mismo, tolera tus momentos de malestar sin culparte, permítete sentir, equilibra tus recursos, sin caer en autoexigencia o el perfeccionismo. No te dejes arrastrar por la presión ni te compares con los logros de los demás. Aprende a aceptar el cambio como parte de la vida. Para algunas personas el confinamiento o estar en pandemia ha sido frustrante y piensan que sus objetivos se estancan. Cuando sentimos que nos alejamos de nuestras metas. Se instauran falsas percepciones de la vida, por ello es necesario aceptar las circunstancias que no podemos cambiar y trabajar sobre los aspectos que sí podemos modificar. Proponte metas cortas y plantéate cómo lo lograrás diariamente.

Por último, señala Tassara, recuerda que todo momento difícil tiene un inicio, un desarrollo y un fin. Sé paciente y trata de no juzgarte demasiado. Y en caso necesites ayuda de un profesional, considéralo.

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Coaching, Emociones, Salud Mental

La temporada navideña suele estar compuesta por reencuentros, comidas, regalos y una sensación de bienestar fraternal y familiar. Esto no significa que sea igual para todos, pues la Navidad para algunos puede implicar recordar a quienes ya no están o una serie de sentimientos negativos que pueden llevar a una temporada de depresión.

Además, según un informe de Psicología y Mente, plataforma de bienestar emocional, no es de extrañarse que sea relativamente común sufrir problemas de ansiedad durante los días y semanas posteriores a las fiestas de Navidad.

Presta atención a algunos factores que pueden dar paso al vaivén de emociones en estas épocas. Detectarlas a tiempo puede ayudarte a manejar mejor tu contención emocional.

Exigencias del trabajo: Antes de la Navidad y Año Nuevo, puede que el trabajo sea muy intenso dado que muchos salen de vacaciones. Además, tras la Navidad ya no existe esa tendencia contagiosa a ser comprensivo y conciliador con los demás, sobre todo en el ámbito laboral.

Culpa por los gastos: Mientras más se acerca la fecha central de la Navidad, desaparecen los efectos psicológicos de las campañas de marketing realizadas en estas fechas y aparece la realidad objetiva del dinero gastado en compras y en comidas. Tener conciencia de esto puede ser un golpe emocional. A ello se le suman los problemas que muchas personas experimentan para conseguir ahorrar.

Malestar por cambios alimentarios: Tras iniciarse los días de encuentros para almorzar o cenar, con comidas prolongadas, puede surgir un malestar que va de lo físico a lo emocional. Además, puede ser complicado pasar de las comidas familiares que duran varias horas a una situación en la que se tiene media hora para prepararse algo en la jornada laboral.

Para contrarrestar estos efectos, el informe de Psicología y Mente brinda algunos consejos prácticos para trabajar en uno mismo:

Regálate algo

Puedes aprovechar los días de Navidad y sus ofertas para hacerte un pequeño obsequio. En lugar de tener la presión de un intercambio de regalos, o de entregar un presente a cada uno de los que conoces, puedes invertir en tu bienestar y tu autoestima. Cuanto más personal y significativo para ti sea un auto-regalo, mejor te sentirás.

Comparte tiempo con los tuyos

Crea tu propio calendario de eventos y anima a tus seres queridos a participar en ellos. Por ejemplo, si en temporada navideña sueles tener más trabajo del normal, propón una cena con amigos cercanos en alguna de las semanas posteriores como alternativa.

Ten un bonito recuerdo para los que faltan

En estas épocas vienen a nosotros los recuerdos de nuestros seres queridos. Aprovecha para recordarlos de la mejor manera posible y agradece por todos los momentos maravillosos que pasaron juntos. Si eso te hace sentir mal, no te obligues a ello, cada cosa debe darse a su tiempo.

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Parte de la inteligencia emocional es tener la capacidad de liderar, regular o controlar nuestras emociones. El psicólogo Juan Armando Corbin explica que las emociones forman parte de nosotros, y en algunas ocasiones pueden causarnos sufrimiento, provocado muchas veces por la valoración negativa que hacemos de nuestras emociones.

Gran parte del éxito de la inteligencia emocional, viene determinado por sus beneficios. Por ello, el experto brinda algunos consejos para mejorar la autorregulación emocional:

Reconoce tus emociones

Toma un tiempo para reflexionar sobre lo que sientes y por qué reaccionas de cierta manera. Una buena estrategia para entender tus emociones es tener un diario emocional. Para utilizarlo, siéntate frente a él, 10 o 20 minutos antes de ir a descansar. Puedes hacer un repaso del día y anotar cómo te has sentido, por qué te has sentido así y qué podrías haber hecho para mejorarlo.

Escucha de forma activa

Muchas personas tienen el hábito de prestar poca atención a los demás, y mientras éstos hablan, ya están pensando en qué decir después. La escucha activa nos permite relacionarnos con otras personas, porque no solo prestamos atención a lo que dicen otras personas con palabras, sino también con lo que expresan con su lenguaje corporal.

Practica un deporte

El ejercicio físico es una buena manera de aliviar el estrés y liberar tensiones provocadas por situaciones frustrantes. Además, el ejercicio físico ayuda a liberar neuroquímicos relacionados con el estado de ánimo positivo, como las endorfinas o la serotonina.

Acepta las críticas

No tomes personal las críticas ni sueltes tu ira frente a ellas. “Estar demasiado pendiente de lo que los demás dicen de ti es un síntoma de que no tienes suficiente autoconfianza y no has encontrado la paz interior necesaria para controlar las emociones”, indica el psicólogo. Cuando recibas críticas, quítale peso al asunto y tómalo como una recomendación para trabajar si buscas ser una persona emocionalmente equilibrada.

Trabaja la autoaceptación

El problema de no aceptarte tal y como eres, es que puedes adoptar una mentalidad defensiva, nada beneficiosa para el control emocional. Todos podemos equivocarnos porque es parte de la vida, por lo que debes quererte con tus características y defectos. Así lograrás sentirte menos frustrado y tendrás más paciencia al momento de tratar con los conflictos que pueden aparecer en tus relaciones interpersonales.

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No es gratuito que al recibir el sueldo, la gratificación o un ingreso extra, nos pongamos alegres y nos animemos a comprar algo nuevo para consentirnos. Esto se debe a la segregación de endorfinas de nuestro cerebro, al que le encanta la gratificación inmediata. Nuestras emociones están presentes en muchos momentos de toma de decisión y a veces esto puede ser contraproducente si permitimos que dichas emociones se apoderen de nosotros, específicamente sobre nuestras finanzas.

David Laurent, economista conductual, explicó a Sudaca que las emociones son uno de los principales drivers del momento de nuestra toma de decisiones en diversos ámbitos de nuestra vida. “Siete de cada diez decisiones que tomamos son automáticas. Eso quiere decir que no pasan por un proceso deliberativo, ni racional, sino por un proceso muchas veces emocional”, explica Laurent.

El experto indica que cuando una persona está hambrienta, enamorada, o molesta, sus patrones de consumo cambian de manera radical al de su estado neutral. “Uno necesita la racionalidad para tener ciertos hábitos de consumo. Cuando la racionalidad se ve acotada por cualquier emoción fuerte como enamoramiento, cansancio, somnolencia o hambre, estos hábitos cambian y gastamos más de lo esperado”, explica.

¿Cuándo hacer compras?

Laurent recomienda evitar hacer gastos impulsivos o no contemplados cuando atravesamos momentos de alta emoción, dado que estas transacciones no serán producto de la racionalidad. “El mejor momento para hacer compras es uno de tranquilidad”, indica y explica que, por ejemplo, no es recomendable ir a comprar al supermercado cuando se está hambriento, porque terminamos llenando el carrito de antojos.

“En cambio, si vas a comprar, cuando estás saciado, cuando estás lleno, seguro las cosas que vas a comprar van a ser otras. No es lo mismo ir a comprar al supermercado después de haber terminado una relación, cuando seguramente tu cuerpo te pide azúcares, que comprar cuando estás bien en una relación y te sientes estable”, plantea.

El economista conductual plantea una solución práctica para evitar gastar al estar expuestos a momentos de alta emoción mediante un ejemplo: “Si me reúno con amigos del colegio que no veo hace mucho, estaré expuesto a una alta emoción. Si nos gusta consumir alguna bebida, es probable que gaste. ¿Qué hago entonces?  Me pongo un candado en el momento racional, entonces no llevo mi tarjeta, sino solo el efectivo que estoy dispuesto a gastar”.

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Entre marzo de 2020 y marzo de 2021, especialistas del Hospital Edgardo Rebagliati atendieron más de 46 mil consultas de salud mental, según información de EsSalud. Los cuadros de ansiedad, estrés postraumático y depresión aumentaron debido al confinamiento y el coronavirus, indicó la Lic. María Elena Pizarro, psicóloga de dicho hospital.

Tomando en cuenta estas cifras y el contexto actual, es importante que sepamos cuidar de nuestra salud mental y empezar a gestionar nuestras emociones. Si bien nadie puede llegar a controlar totalmente sus emociones, podemos mejorar la forma en la que nos relacionamos con nuestra faceta emocional. La psicóloga Desirée Infante recomienda algunas claves:

Estructura tu jornada mediante un horario

Organizar tu día a día es una medida eficiente para centrarte y no dejar que la incertidumbre acerca de qué hacer y cómo usar tu tiempo te lleve a un estado de estrés o ansiedad. Lo recomendable es diseñar un horario detallado de todos los días de la semana e imprimirlo para poder colgarlo en algún lugar de tu casa, o llevar una agenda, ya sea física o digital con constancia.

Duerme lo suficiente

Descansar bien y las horas necesarias es un factor que previene síntomas de tipo ansioso y depresivo. Además, te ayudará a concentrarte en tus tareas, lo cual es muy importante para evitar que la acumulación de responsabilidades te cause problemas de tipo emocional.

Entiende que la incertidumbre siempre estará

Parte importante de gestionar las emociones pasa por comprender que no puedes saberlo todo. Tolerar la falta de información acerca de lo que ocurrirá es compatible con adoptar una mentalidad constructiva y centrarte en aquellas acciones que te parecen mejores dada una situación determinada y unos recursos concretos.

Detectar hábitos disfuncionales

Muchas veces participamos de nuestros desajustes emocionales sin darnos cuenta, realizando acciones que paradójicamente hacemos para intentar sentirnos mejor. Por ejemplo, los atracones sin tener hambre, o el hábito de fumar al sentir estrés. Saber cómo gestionar las emociones implica detectar esos patrones de comportamiento con “efecto rebote” y eliminarlos.

Incorpora ejercicios de relajación a tu día a día

Hay varios ejercicios bastante sencillos de aprender, y que puedes usar en los momentos en los que notes que tu nivel de ansiedad es más alto de lo normal. Por ejemplo, puedes empezar practicando técnicas de respiración diafragmática controlada, o por la relajación muscular progresiva de Jacobson.

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Emociones, Gestión

No siempre un buen producto es sinónimo de una venta segura. ¿Qué otras características deben tener las marcas para lograr un impacto en el consumidor final?

Han pasado nueve meses desde que inició la emergencia sanitaria en nuestro país. Durante ese tiempo, las marcas han tenido que elegir nuevos enfoques con el que puedan comunicar sus mensajes y vender sus productos. ¿Qué estrategias de marketing digital deben seguir ante las restricciones generadas por el COVID-19?

“La estrategia digital tiene que estar definida no solo por el tema de audiencia o alcance demográfico, sino también con generar impacto. Tiene que estar en sintonía con generar un contenido relevante para los seguidores. La marca se compra no tanto porque el producto es bueno, sino porque dice cosas relevantes”, aseguró Mario Escobal, director de Norte Consultora Creativa.

Los seguidores -explicó el experto- valoran mucho la empatía y su preocupación por la vida, el ser humano o el impacto ambiental. Hacer un llamado para seguir las recomendaciones que permitan continuar la batalla contra el COVID-19; emitir mensajes claves explicando que la marca protege su huella de carbono o tiene consciencia ambiental, o que son una empresa que respeta la equidad e igualdad de oportunidades pueden ser claros ejemplos de cómo comprometerse con una causa y generar seguidores a tu marca. Es decir: crear emociones para generar una mejor reputación para las marcas y sus productos.

Escobal, además, señala que los emprendedores a través de sus marcas deben generar experiencias para que sus clientes tengan una compra diferente. Por ejemplo, usar el servicio de delivery para generar una buena impresión en el cliente, cumpliendo con todos los protocolos establecidos.

“Desde el aspecto visual, cuando alguien entrega el producto con una vestimenta que llame la atención y genere confianza -aparte de seguir los protocolos- y se dirija al cliente con un mensaje creativo, es algo que va a llamar la atención”, comentó.

La emergencia sanitaria obligó al mundo a reformular estilos de vida. La pandemia por COVID-19 cambió la manera de hacer negocios, pues ahora las marcas se enfrentan a un nuevo consumidor. Por ello, aseguró Escobal, los empaques donde se envían los productos, ahora, forman parte de dicha experiencia. “Son una oportunidad para desarrollar el marketing de una marca: El Marketing tiene que ser 360 grados y no comunicar solo una oferta o las características del producto, lo que se tiene que hacer es generar contenido ya no para los consumidores, sino para los seguidores. Que conozcan no solo las bondades de tu producto, sino cómo piensas como marca”, explicó.

Mensajes para atraer seguidores

Para los emprendimientos que recién empezaron este año a implementar una estrategia digital en redes sociales recomendó evaluar bien en qué etapa del negocio se encuentran, su situación respecto al mercado y en base a esa información, trazar un objetivo como marca.

En cuanto a la inversión en las actividades publicitarias, aconsejó priorizar las acciones graduales que no involucren un gran presupuesto, pero que estén muy conectadas con los objetivos que se deseen alcanzar.

“Cuando se visualiza hacia dónde se quiere ir, vienen acciones que pueden ser graduales en términos de creatividad y de inversión en medios digitales, cuánto se va a pautear e invertir para que el aviso o el mensaje llegue a más personas, siendo creativo”, anotó.

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