Estado de animo finanzas

¿Cómo influyen mis emociones en mis finanzas personales?

Por ejemplo, cuando una persona está enamorada o molesta, sus patrones de consumo cambian de manera radical al de su estado neutral.

No es gratuito que al recibir el sueldo, la gratificación o un ingreso extra, nos pongamos alegres y nos animemos a comprar algo nuevo para consentirnos. Esto se debe a la segregación de endorfinas de nuestro cerebro, al que le encanta la gratificación inmediata. Nuestras emociones están presentes en muchos momentos de toma de decisión y a veces esto puede ser contraproducente si permitimos que dichas emociones se apoderen de nosotros, específicamente sobre nuestras finanzas.

David Laurent, economista conductual, explicó a Sudaca que las emociones son uno de los principales drivers del momento de nuestra toma de decisiones en diversos ámbitos de nuestra vida. “Siete de cada diez decisiones que tomamos son automáticas. Eso quiere decir que no pasan por un proceso deliberativo, ni racional, sino por un proceso muchas veces emocional”, explica Laurent.

El experto indica que cuando una persona está hambrienta, enamorada, o molesta, sus patrones de consumo cambian de manera radical al de su estado neutral. “Uno necesita la racionalidad para tener ciertos hábitos de consumo. Cuando la racionalidad se ve acotada por cualquier emoción fuerte como enamoramiento, cansancio, somnolencia o hambre, estos hábitos cambian y gastamos más de lo esperado”, explica.

¿Cuándo hacer compras?

Laurent recomienda evitar hacer gastos impulsivos o no contemplados cuando atravesamos momentos de alta emoción, dado que estas transacciones no serán producto de la racionalidad. “El mejor momento para hacer compras es uno de tranquilidad”, indica y explica que, por ejemplo, no es recomendable ir a comprar al supermercado cuando se está hambriento, porque terminamos llenando el carrito de antojos.

“En cambio, si vas a comprar, cuando estás saciado, cuando estás lleno, seguro las cosas que vas a comprar van a ser otras. No es lo mismo ir a comprar al supermercado después de haber terminado una relación, cuando seguramente tu cuerpo te pide azúcares, que comprar cuando estás bien en una relación y te sientes estable”, plantea.

El economista conductual plantea una solución práctica para evitar gastar al estar expuestos a momentos de alta emoción mediante un ejemplo: “Si me reúno con amigos del colegio que no veo hace mucho, estaré expuesto a una alta emoción. Si nos gusta consumir alguna bebida, es probable que gaste. ¿Qué hago entonces?  Me pongo un candado en el momento racional, entonces no llevo mi tarjeta, sino solo el efectivo que estoy dispuesto a gastar”.

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Emociones, estado de ánimo, Finanzas personales

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