Era previsible que su ascenso repentino en las encuestas terminase por marear a Rafael López Aliaga. A la legua se le ve que es una persona inestable, voluble y a la que se le sale la cadena a la primera de bastos.

Tremendamente agresivo e intolerante con periodistas, sin importar si son de casas televisivas que son sus hinchas, gestos políticos altisonantes y frases desafortunadas resumen muy bien su último itinerario político.

Lo que parece va a ser un parteaguas en este romance disfuncional que un sector poco ilustrado de la élite AB del país le venía prodigando ha sido este pacto con el Frente Patriótico que comanda Virgilio Acuña, y que no oculta su antaurismo y ha hecho de la libertad del etnocacerista su objetivo mayor.

¿Qué lo pudo haber llevado a cometer ese grave error, que no se va a lograr disimular con desmentidos pueriles a través de notas de prensa? Quizás su vocación miliciana, propia del Opus Dei, orden religiosa ultraconservadora a la que se adscribe, lo llevo a dejarse seducir por los uniformados radicales de la izquierda antaurista. Quizás el mismo espíritu protofascista lo terminó de encandilar. Vaya uno a saber. Tarea de especialistas.

Lo cierto es que nos revela un rostro político más que cuestionable y una personalidad y carácter poco propicios para conducir los destinos del país. A consecuencia de ello, todo permitiría especular que su crecimiento se va a detener y que su votación explosiva será solo efímera y terminará por recalar a predios menos disparatados.

En la derecha, se sobrellevan dos campañas paralelas a la de Renovación Popular, que son las de Keiko Fujimori y Hernando de Soto, que al costado de la de López Aliaga parecen campañas británicas. El juego de ambos es más racional. Keiko apuesta a un crecimiento lento pero sostenido (que puede dar un salto con el trasvase de los lopezaliaguistas desencantados), y De Soto parece haber colocado todas las balas en el último mes de la campaña, suponemos que con mejores resultados que aquellos que se mostraban con una campaña opaca y silente.

Esperemos que así sea. La derecha del país merece una mejor representación que la de alguien como Rafael López Aliaga, el summum de la derecha bruta y achorada, autoritaria en lo político, mercantilista en lo económico y ultraconservadora en lo moral.

Ojalá sus crasos dislates le pasen factura. Si su rush hubiese sido a dos semanas de la elección, quizás era inquilino fijo en la segunda vuelta. No habría dado tiempo para calibrarlo. Felizmente creció faltando un mes y ese impulso anímico lo ha terminado de mostrar en su horrorosa desnudez.

 

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Rafael Lopez Aliaga, Renovación popular

Una de las líneas temáticas más importantes de la narrativa colombiana contemporánea tiene que ver estrechamente con la representación, desde diversas aristas, de la violencia y sus efectos en la sociedad de dicho país. Una constatación empírica nos dice, además, que no hay una sino varias violencias: la de las guerrillas, la de los narcos, la del bogotazo y, ciertamente, la violencia de género.

 

En la tradición más reciente pueden encontrarse ya textos emblemáticos, como La virgen de los sicarios (1994), de Fernando Vallejo; Rosario Tijeras (1999), de Jorge Franco; Delirio (2004), de Laura Restrepo; Los ejércitos (2007) de Evelio Rosero o esa gran novela que es La forma de las ruinas (2015), de Juan Gabriel Vásquez, por mencionar algunos textos que son ya referencia en este tema.

 

Si bien Pilar Quintana (Cali, 1972) se suma a la tradición colombiana de la violencia, es preciso mencionar también que ella forma parte de un nutrido grupo de escritoras latinoamericanas, entre ellas las argentinas Mariana Enríquez y Samanta Schweblin, que han construido un mundo narrativo en el que lo excéntrico, lo fantástico, la locura, el horror y la percepción alterada de la realidad constituyen un poderoso núcleo temático, sin olvidar las connotaciones que se pueden establecer con la experiencia histórica latinoamericana.

 

Quintana, ha sido recientemente galardonada con el Premio Alfaguara de Novela por Los abismos, que debería estar muy pronto en librerías y es autora de otras cuatro novelas: Cosquillas en la lengua (2003), Coleccionistas de polvos raros (2007), Conspiración iguana (2009) y La perra (2017).

 

En días pasados, la editorial arequipeña La Travesía presentó una impecable edición de Caperucita se come al lobo, reunión de ocho relatos de Quintana, un cuentario que sirve de síntesis de las preocupaciones de su mundo narrativo: la exploración de los aspectos más sórdidos de la vida cotidiana (entre ellos, naturalmente, la violencia) y el erotismo abierto y sin tapujos, siempre en el marco de un humor ácido, de una ironía sin concesiones.

 

Ya desde el título, el volumen invita a la inversión de paradigmas, al cuestionamiento de ciertos órdenes consagrados en el imaginario de nuestras sociedades. El cuento que da título al volumen, muestra claramente esa inversión: la joven personaje de este relato tiene una total autonomía de su sexualidad y la ejerce con independencia absoluta, de ahí que ella “se coma al lobo” y abandone el lugar pasivo asignado por el clásico cuento maravilloso. Léase lo que tenga de alegoría y de reclamo a nuestra actualidad, que esa es la manera.

 

Otro cuento presente en este volumen es “El hueco”, en mi opinión el más logrado de todos, no solo por su manejo de la tensión narrativa sino además por la manera descarnada en que la autora describe el sadismo y la bárbara ferocidad con que el narco castiga la deslealtad. A propósito, cualquier parecido con la Hacienda Nápoles y los modales de verdugo de Pablo Escobar, no son mera coincidencia.

 

El lugar de enunciación de estos relatos es sin duda anti hegemónico y todos ellos, de una u otra forma, invitan a un examen crítico de las convenciones aceptadas, de la “normalidad” patriarcal y someten a prueba la pacatería moral. Cuentos que ponen al lector frente a experiencias intensas, dolores inenarrables y vivencias sórdidas. Excúsenme, lectores, de adelantar más argumentos. Solo abran Caperucita se come al lobo, sumérjanse y lean.

 

Podcast

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En el nonagésimo primer episodio: Vizcarra no pisará la cárcel por ahora. ¿Beatriz Mejía le podrá restar votos a López Aliaga? Gigi y Peluchín ponen en aprietos a Keiko. Y comentamos El Último Bastión, que está en Netflix.

En Soudcloud:

sudaca · Vizcarra, Keiko, amor, fuego y El Último Bastión

En Spotify:

Actualmente ocupa el cuarto puesto en el ranking Management Top 250, desarrollado por el Drucker Institute. ¿Por qué Amazon es una de las compañías más innovadoras del mundo?

Satisfacción del cliente, compromiso y desarrollo de los empleados, innovación, responsabilidad social y solidez financiera son los criterios que pusieron a Amazon entre las cinco compañías con mejor manejo en el mundo, en el ranking Management Top 250, desarrollado por el Drucker Institute y el Wall Street Journal.

 

Si bien ocupa el cuarto puesto de la lista, es la empresa que destaca por el mayor puntaje en innovación con 135.9, seguido por Microsoft con un puntaje de 114.7. ¿A qué se debe estos altos niveles de innovación?

 

Bien lo explicó Mackenzie Kosut, experto de startups globales de la empresa Amazon, con los cuatro aspectos esenciales de la cultura de innovación de la empresa: obsesión con el cliente, pensamiento a largo plazo, estar dispuesto a no ser comprendido y aprender de los errores. “Tenemos que preguntarnos, quién es el cliente, cuál es su problema, si los beneficios de lo que ofrecemos son claros, cómo sabemos qué quiere el cliente y cómo es su experiencia”, afirma el experto.

 

Kosut indica además que es necesario desarrollar mecanismos para organizar una empresa que busca innovar, tomando en consideración los siguientes aspectos:

 

  • Mecanismos: Procesos sobre cómo enfocarse en el cliente.
  • Arquitectura: Formar una estructura que permita el trabajo colaborativo.
  • Cultura: Atraer a personas innovadoras y emprendedoras y dejarlas ser creativas.
  • Organización: Experimentar mediante el trabajo en equipo.

 

Amazon Fresh

 

La última innovación que está dando que hablar es Amazon Fresh, un servicio que nació como supermercado online. Las entregas a domicilio se realizan en el mismo día, de manera que si el pedido es realizado durante la mañana, horas después el cliente recibirá todos los productos solicitados.

 

Cuatro años después de comprar Whole Foods y aprovechando la pandemia para potenciarse, Amazon Fresh llegó a abrir 11 locales en Estados Unidos solo en 2020. Esta semana, la nueva cadena de supermercados abrirá en Long Beach, California, y afirman tener planes de abrir cuatro tiendas adicionales.

 

Su concepto minorista está ahora diseñado para atender la misma demanda en línea como lo hace en las tiendas, pues  Amazon comprende que el mejor modelo para ganar el futuro de los supermercados es ofrecer todas una ubicación física cerca de los clientes. Eso permite un rápido cumplimiento en línea».

Tras cruzar todo el Pacífico, el pasado 8 de setiembre un bividí llegó al puerto del Callao. 100% algodón, cuello redondo, largo a la cadera y un pequeño distintivo de su marca comercial, Doo Australia. Ancló, junto a otros 2.300 bividís y más de 40.000 prendas diferentes, en un contenedor lleno de ropa para la temporada de verano. ¿Su país de origen? La China. 

La empresa que importó aquel cargamento fue Saga Falabella, una cadena chilena de tiendas por departamentos que pertenece al mismo grupo que Tottus y Sodimac. Según documentos de Aduanas, compró el bividí a los chinos a US$1,87. Agregándole el flete, el seguro, los aranceles, el impuesto municipal y el IGV, la prenda le terminó costando US$2,48, poco menos de S/9, de acuerdo al tipo de cambio de entonces.

Falabella puso a la venta aquella prenda a S/39,90, cuatro veces más de lo que le costó importarla. Hoy, con el verano ya por terminar, la ‘remata’ a S/24,90. Una historia similar es la del polo para niños marca Cloudbreak, también 100% algodón, que llegó desde Bangladesh al Callao el 14 de agosto del 2020. A Ripley le costó, sumados todos los cargos, US$1,90 o S/7. Hoy lo vende a S/19,95.

Por aquellos días, el Perú vivía su tercera fase de reactivación económica. En setiembre, los conglomerados comerciales llevaban poco menos de tres meses reabiertos, tras haber estado casi 100 días paralizados. Gamarra operaba con aforo reducido: solo los dos primeros pisos de las galerías recibían al público. Detrás, la industria textil intentaba despertar de un largo coma inducido.

Y tenía esperanza. A la par de la reapertura, el 25 de junio, el entonces viceministro de Mype e Industria, José Antonio Salardi, había pedido al Indecopi que evalúe una medida de defensa para la comatosa producción nacional. ¡Salvaguardias!, fue el grito de los textileros peruanos que el funcionario trasladó a la entidad técnica. ¿Qué es eso? Un aumento de los aranceles, en este caso, a la importación de prendas de China y Bangladesh.

Las salvaguardias son medidas de defensa comercial que los países pueden usar ante una situación de emergencia. Por ejemplo, cuando el aumento inesperado en las importaciones de un producto amenaza con causarle un daño grave a la industria nacional que lo fabrica. Se trata de que los empresarios locales puedan competir sin enfrentar un naufragio súbito.

Del otro lado, sin embargo, no se iban a quedar callados. Grandes empresas importadoras −entre ellas, Ripley y Falabella−, junto a los gremios que las representan, aportaron rápidamente argumentos en contra. Su voz no encontró eco en el Indecopi, que el pasado 25 de enero recomendó a una comisión multisectorial conformada por los ministros Waldo Mendoza (Economía), Claudia Cornejo (Comercio Exterior) y José Luis Chicoma (Produce) aplicar las salvaguardias de manera temporal. Pero la voz del gran empresariado sí encontró eco en el gobierno.

Industria textil
De izquierda a derecha: José Luis Chicoma (Produce), Claudia Cornejo Mohme (Mincetur) y Waldo Mendoza (MEF). La comisión multisectorial que no quiso defender a la industrial textil nacional.

Las salvaguardias fueron bloqueadas por estos tres ministros, que el 18 de febrero hicieron oficial su negativa de otorgar las salvaguardias en un decreto supremo. El miércoles pasado sustentaron su decisión ante el Congreso con los mismos argumentos que las compañías.

Sudaca hace público el informe preliminar elaborado por Indecopi y reconstruye, en cifras, la crisis que atraviesa el sector textilero. Decenas de miles de peruanos esperan que los representantes del gobierno reculen y atiendan la recomendación del ente que vela por la libre competencia.

 

La industria se muere

“Estamos arriesgando a toda una industria. No es solo Gamarra. Vamos a sacrificar el futuro de un millón de familias porque la ministra [de Comercio Exterior, Claudia Cornejo] no quiere ver la realidad”, dice con desesperación Susana Saldaña, presidenta de la Asociación Empresarial Gamarra Perú. Asegura que menos del 6% de los pequeños empresarios de su emporio accedió al fallido programa de créditos Reactiva Perú.

Saldaña recoge cifras de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI): el sector textil y de confecciones genera cerca de 1 millón de empleos indirectos en el país. “Se está exponiendo al aparato productivo más extendido del Perú a la quiebra inminente […] tal como ha sucedido en otros países”, asegura el presidente de este gremio, Ricardo Márquez. A diferencia de la Confiep, asociada al gran poder corporativo, la SNI es más cercana a las mypes.

Los números respaldan la preocupación de Saldaña y Márquez. El 2020 fue un año nefasto para los textileros peruanos. Un botón como muestra: el uso de la capacidad instalada −que equivale a lo que todas las fábricas y máquinas del país podrían producir− se desplomó a apenas 39,6% en el primer semestre del año pasado, según cifras del Banco Central de Reserva. Gran parte de la industria quedó paralizada.

 

Capacidad productiva

“Más del 80% de los productores de Gamarra no tiene capital para reiniciar su actividad. ¿En dónde liquidamos la mercadería que quedó del verano, si en todo el país está la ropa asiática a precios irreales? El mercado está completamente abarrotado”, dice hoy Saldaña.

Para volver a producir, un empresario necesita dinero. Sin acceso a crédito barato, puede conseguirlo rematando los saldos de su última campaña fallida, la del verano con segunda cuarentena. Sin embargo, no parece tener dónde.

La ropa importada ya muestra cifras ‘de remate’, explica Saldaña.  Los productores nacionales esperarían que el precio de una prenda se mueva siguiendo el patrón de los insumos que la componen, pero según datos recopilados por el Indecopi, en su informe preliminar, desde el 2018 el precio de las confecciones importadas viene bajando a un ritmo mayor que el de sus materias primas, el algodón y el poliéster. 

“Esto indica que estamos ante una situación que no ha podido ser prevista por los productores nacionales. La industria nacional no estuvo preparada para enfrentar esta competencia”, dice Luis Alberto León, secretario técnico de la Comisión del Indecopi que elaboró el informe preliminar

Precio Alghodon y poliester

Pero quizás la muestra más cruda de la situación del sector es el empleo. Según cifras recopiladas por el Indecopi, que asegura haber evaluado un porcentaje representativo del mercado, el número de trabajadores contratados por la industria textil cayó a la mitad en el primer semestre del 2020. Eso equivale a decenas de miles de nuevos desempleados

 

¿Nos salvamos o naufragamos?

En su informe, Indecopi recomendó subir en 20 puntos porcentuales el arancel para las confecciones chinas y de Bangladesh por 200 días. En su presentación ante el Congreso, sin embargo, la ministra Cornejo −exgerenta de la Confiep− aseguró que la decisión de no poner las salvaguardias se debió a que no hubo “pruebas claras para acreditar la relación causal entre el supuesto aumento de las importaciones y la amenaza de daño grave [a los textileros peruanos]”. En cambio, dijo, se encontraron “otros factores de alta importancia”, como “la emergencia sanitaria causada por la Covid-19”.

Un argumento muy parecido dio a Sudaca Jessica Luna, gerenta general de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex), un gremio afiliado a la Confiep que representa −entre otros− los intereses de grandes importadores de prendas asiáticas, como Falabella, Ripley, Zara o Cencosud. De hecho, Comex se presentó ante el Indecopi junto a todas esas empresas y, en su nombre, cuestionó la mera apertura de la investigación por salvaguardias.

“La investigación no ha demostrado un aumento de las importaciones, no ha demostrado que hay una amenaza de daño [a la industria local] y tampoco una relación causal entre ambos”, aseguró Luna a este medio. Y envió una presentación elaborada para Comex por una consultora en comercio exterior. Esta menciona, como Cornejo, que la culpa de la crisis textil es de la primera cuarentena. Dicha presentación fue expuesta al Indecopi en enero, pero no lo convenció.

El informe preliminar del organismo público es enfático: dice que sí se puede determinar, en etapa preliminar, la relación causal entre las crecientes importaciones asiáticas y el riesgo de daño grave a la industria nacional. Añade que “no resulta razonable inferir” que la cuarentena −y demás medidas de contención− tengan algo que ver con la crisis del sector textil

El argumento del Indecopi se traduce así: la industria peruana no ha tenido un accidente puntual, sino que padece una enfermedad crónica desde hace varios años. Entre el 2016 y el 2019, por ejemplo, las prendas de China y Bangladesh pasaron de ser el 159,2% de la producción nacional a ser el 265,9%. Un crecimiento innegable, que luego se disparó con la pandemia: entre enero y setiembre del 2020 las importaciones representaron el 509,9% de lo fabricado en el país.

 

Mercado nacional vs importaciones

En los últimos cuatro años, entre 2016 y 2020, la producción nacional pasó de tener el 17.2% del mercado de confecciones a apenas el 5.8%. Las importaciones de China y Bangladesh siguieron el camino exactamente opuesto: a setiembre del año pasado ya copaban el 82,2% del mercado. Como advirtió Saldaña, ya no parece haber lugar para el empresario peruano.

Pero hay un riesgo latente incluso peor. “China y Bangladesh tienen amplia capacidad exportadora y fácilmente pueden aumentar sus envíos a nuestro mercado”, dice Luis Alberto León. Ambos podrían ‘redireccionar’ sus envíos al Perú y terminar de hundir la producción nacional. ¿Por qué hacia aquí? Porque les cobramos solo 11% de arancel a las confecciones, mientras que en Colombia, Ecuador y Brasil les cobran entre el 25% y 40%. Una ganga impositiva.

Arancel

“Cualquier demora en la adopción de medidas de salvaguardia sobre las importaciones de dicho producto generaría un perjuicio difícilmente reparable para la rama de producción nacional”, concluye el informe del Indecopi.

 

El ‘lobby feroz’

A la elaboración del informe no solo se “apersonaron” Comex y sus agremiadas importadoras, con los argumentos que luego ha repetido el gobierno, sino también la Cámara de Comercio China para la Exportación de Textiles y una empresa con un pasado reciente particular: Acuario Export E.I.R.L, cuyo gerente es Marcelino Aguilar Mollinedo. El empresario figura entre los 16 detenidos en un megaoperativo realizado el pasado 17 de diciembre por la Fiscalía. Los presuntos delitos fueron el contrabando y la defraudación tributaria.

Lo cierto es que las presiones hicieron efecto. “La ausencia de relación causal” no es el único argumento contra las salvaguardias que comparten los ministros y Comex, por ejemplo. El gremio también reclamó a Sudaca que el Indecopi haya usado demasiados tipos de productos textiles para su informe. Luna dice que eso distorsiona el análisis porque no se trata de prendas similares entre sí, y porque le da demasiado peso a las medias y la ropa de cama, cuando en el Perú lo realmente relevante son los polos.

“Se están agrupando en un solo grupo de productos como polos, pantalones, medias, guantes, ropa de cama, de mesa […] Estos artículos no son comparables entre sí, usualmente no compiten en el mismo mercado y no tienen el mismo uso”, dijo Cornejo al Congreso. “Consideraron 284 subpartidas arancelarias, que definen como confecciones. Ahí tienes ropa de cama, pantalones, secadores, medias, etc. Son productos que no son similares entre sí”, asegura Luna a este medio.

Si bien es cierto que el sector textil peruano es más ‘polero’, eso no significa que no se produzca todo lo demás en el país. “En Gamarra tenemos cuadras enteras que hacen calzones y medias. Es todo un sector. Que se den una vuelta por acá, los que no conocen. También ropa de cama y para el hogar. Aquí compra el pueblo, que no tiene plata para Casaideas”, reclama Saldaña.

Pero además, el Indecopi ya explica en su informe por qué considera tantos productos dentro de su análisis. Se basa en jurisprudencia previa de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La lógica es que los productos son “similares” o “directamente competidores” cuando un fabricante puede usar las mismas máquinas, mano de obra y materia prima para hacer cualquiera de ellos. Es decir, que, si tiene la posibilidad de reorientar rápidamente su producción de polos a calzones, vale.

Otro argumento utilizado por el empresariado para bloquear la salvaguardias fue el de las ‘represalias’. “Los países afectados [por las salvaguardias] tienen el derecho de establecer medidas restrictivas en contra de las exportaciones peruanas en los sectores que estimen convenientes”, dijo Cornejo. “Si no se cumplen los requisitos [para poner salvaguardias], ya se ha comentado que con China la preocupación es [que aumenten los aranceles a] nuestros productos agrícolas”, asegura Luna. ¿Toca agachar la cabeza?

Finalmente, Luna, quien aseguró hablar en nombre de todos los agremiados de Comex con intereses en torno a las salvaguardias, dijo que le preocupa que un aumento de los aranceles sea trasladado por las empresas al precio final que paga el consumidor. “Los consumidores son como los ‘hijos’ de Con Mis Hijos No Te Metas. ‘Pobrecitos los consumidores porque los precios se van a encarecer, ¿no? Eso no va a pasar”, reclama Saldaña.

León, de Indecopi, indica que el traslado de los aranceles a los precios finales dependerá de la competencia del mercado. “Los importadores podrán trasladar esos cargos al precio final en la medida en que haya poca competencia”, explica. Si hay competencia intensa, “va a ser difícil que pueda trasladar el costo de la medida [las salvaguardias] al precio final”, agrega.

Toca, entonces, volver al bividí de algodón que Falabella trajo de China. “Dependiendo del margen de comercialización que tiene una tienda por departamentos. Si importa un producto a US$3 y lo vende a US$15, su margen de comercialización podría verse castigado. De repente ya no va a ganar 400%, sino solo 200%”, asegura León. ¿Vale la pena salvar a la industria peruana por eso? Vale la pena.

*Para la elaboración de esta nota, Sudaca solicitó vía ‘transparencia’ al Mincetur y, formalmente a través de la oficina de prensa de los tres ministerios, los documentos que contienen el sustento técnico para negar la aplicación de las salvaguardias. Pese a que desde el Mincetur se comprometieron en responder, no lo hicieron. Hasta el cierre del artículo, los encargados del acceso a la información pública de este despacho tampoco respondieron a este medio.

**La fotoportada, las fotocomposiciones y los gráficos de esta nota fueron elaborados por Leyla Lopez.

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Importaciones, Ripley, Saga

Las microempresas que todavía no se encuentran en condiciones de empezar a pagar sus créditos con garantía estatal, pueden solicitar una prórroga por 12 meses más y la fecha límite para pedirlo es el 15 de julio. Sin embargo, los requisitos varían según el monto del crédito.

Desde que se lanzó el programa de créditos garantizados por el Gobierno, Reactiva Perú, las entidades financieras lograron entregar préstamos a más 480 mil empresas de todos los sectores económicos y a través de FAE-Mype se llegó a más de 270 mil microempresas (mypes). Sin embargo, a poco tiempo de vencerse el periodo de gracia -en el mes de mayo- muchas empresas no han logrado recuperarse y por ello se ha extendido el plazo.

De acuerdo a lo dispuesto por el Gobierno en dos Decretos de Urgencia publicados el 6 de marzo último, las empresas beneficiarias que así lo requieran tendrán hasta el 15 de julio de este año para pedir la ampliación de su periodo de gracia hasta por 12 meses, lo que implica un nuevo cronograma de pago.

Si bien ampliar el periodo de gracia no afecta los pagos de intereses o comisiones que seguirán vigentes, el nuevo plazo permite que las empresas no caigan en incumplimiento y afecten negativamente su historial crediticio. Jorge Carrillo, profesor de Pacífico Business School, precisa que el beneficio es no pagar el capital, pero que todavía no se ha indicado si habrá algún tope en las tasas de interés aplicables.

“La tasa de interés puede incrementarse, debido al costo de la reprogramación y el mayor fondeo, pero en el Reglamento Operativo se indicará el valor máximo”, advierte.

Condiciones para aplicar

En el caso del FAE-Mype, todas las empresas beneficiarias pueden solicitar esta ampliación del periodo de pago a su entidad financiera y serán estas instituciones las que evalúen cada caso. En cambio, para Reactiva Perú se han establecido algunos topes en función a los montos de los préstamos entregados.

De acuerdo a Carrillo, las entidades financieras van a tener que hacer una evaluación de cada caso porque en Reactiva Perú se ha autorizado reprogramar hasta S/ 16,000 millones, y no los más de S/ 56,000 millones que fueron colocados. En el caso de FAE MYPE, no se ha especificado ningún límite. Según su situación económica y el monto recibido, los beneficiarios de Reactiva Perú pueden pedir este beneficio de la siguiente manera:

– Para créditos de hasta S/90,000 (microempresas en ambos programas) no se especifica ningún requisito.

– Para créditos de S/90,001 a S/750,000 (pequeña empresa en Reactiva Perú), se debe tener una reducción de ventas de al menos 10% en el cuarto trimestre 2020, versus el mismo periodo en 2019.

– Para créditos de S/750,001 a S/5 millones (mediana empresa en Reactiva Perú), se debe tener una reducción de ventas de al menos 20% en el cuarto trimestre 2020, versus el mismo periodo en 2019.

Los canales de denuncias previenen que las personas cometan por ejemplo actos de fraude, corrupción, acoso y otras acciones indebidas.

Muchas veces sucede que los trabajadores son testigos de actos que pueden afectar a sus pares o a la compañía en general y no saben cuál es el camino correcto para comunicar o alertar dicha situación. Para poder hacerlo de forma segura y confidencial es que existen los canales de denuncias.

 

Se trata de una herramienta importante para reducir los riesgos y crear confianza, ya que permite a los directores detectar la mala conducta en una etapa temprana. Los canales de denuncias previenen que las personas cometan por ejemplo actos de fraude, corrupción, acoso y otras acciones indebidas.

 

Características de un canal de denuncia

 

El World Compliance Association explica que los canales de denuncia deben brindar confianza para ser utilizados. Los denunciantes deben ser tratados con respeto y los asuntos deben ser manejados de manera profesional, correcta, sensible y efectiva. 

 

Los factores que debes tener presente al implementar estos canales, sean digitales o telefónicos son:

 

Seguridad y anonimato

 

Los sistemas de denuncias contienen datos muy sensibles, personales y potencialmente delictivos. Por ello, es importante que el sistema proteja todos los datos sensibles y que todas las identidades permanezcan indetectables. La seguridad debe ser el objetivo principal y debe estar presente en todo momento en las soluciones de almacenamiento de datos, las aplicaciones del sistema, el archivo y la eliminación de asuntos.

 

Legalidad

 

Las leyes de protección de datos tienen importancia para los sistemas de denuncias, ya que regulan el tratamiento de los datos personales y penales. Asegúrate de que el servicio de la línea de denuncias de tu elección tenga integrado el cumplimiento de la normativa para facilitar la supervisión de las leyes. 

 

Fácil de usar

 

Si un denunciante está considerando la posibilidad de utilizar una línea de denuncias, generalmente quiere actuar en el mejor interés de la organización, y muchas veces es una persona que está muy cerca del comportamiento inapropiado. La situación puede ser muy estresante para el denunciante. Por eso la línea de denuncias debe ser sencilla de usar.  

Ama Llulla

Yonhy Lescano, candidato presidencial por Acción Popular

“[La gente dice que] la sal mata al bicho [de la Covid-19] cuando se instala en la garganta”. 

Fecha de la declaración: domingo 14 de marzo del 2021

Contexto: Entrevista en ‘Rumbo a Palacio’, de TVPerú.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=TmET_WngxEY&list=PLQ0HJMfp505PL2bVlq6U4yQBso35BOG-C&index=3 [6:39 – 6:52]

FALSO

Durante la entrevista que dio para un reportaje de TV Perú, el candidato presidencial Yonhy Lescano, de Acción Popular, se refirió a los supuestos métodos para el tratamiento y cura de la Covid-19. En ese contexto, afirmó lo siguiente: “La sal mata al bicho cuando se instala en la garganta”. Luego de revisar los antecedentes sobre el tema y de conversar con especialistas, la red Ama Llulla concluye que esa versión es falsa.

 

Las declaraciones del candidato figuran en la siguiente transcripción:

 

“[…] el cañazo, el trago que sale de la caña de azúcar, ellos se han ido controlando el Covid tomando eso y quemando al parecer lo que queda en la garganta, porque dice que la sal mata al bicho cuando se instala en la garganta. Esas cosas que son, de manera, digamos, precaria utilizadas, esas se pueden ir investigando, viendo cómo, analizando si son mecanismos adecuados como para poder prevenir este tipo de epidemias”.  

 

Ver: [6:39 – 6:52] 

 

Aunque Lescano aludió a que se trataba de una supuesta terapia aplicada “de manera precaria” en determinado ámbito, la red Ama Llulla decidió verificar el tema debido a que el candidato no hizo precisiones al respecto y, por el contrario, eludió información importante ya disponible, que resulta necesario conocer para evitar los efectos perjudiciales de la desinformación.

 

En principio, Camille Webb, médica infectóloga del Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt, explicó a la red Ama Llulla que la infección de la Covid-19 se da mediante la endocitosis, un proceso de fracciones de segundo en el que la  proteína ‘Spike’ del SARS-CoV-2 se une a un receptor de las células humanas, dando paso a su replicación en el organismo.

 

En ese sentido, la especialista indicó que un tratamiento efectivo contra la Covid-19 debería “impedir que el virus se replique una vez que está dentro de las células”. Sin embargo, aseguró que hasta la fecha ningún tratamiento farmacológico o casero disponible cumple con esa función, mucho menos alguno relacionado con la sal. 

 

Por otro lado, la médica genetista Claudia Matos, encargada de supervisar el telemonitoreo de pacientes con Covid-19 en EsSalud, enfatizó que no es correcto afirmar que el nuevo coronavirus pueda ‘instalarse’ en la garganta, debido a que el contagio se da a nivel celular. 

 

“El virus ingresa directamente por la célula, no es que se quede alojado durante algunos días en determinada zona”, aclaró la especialista.

 

En un chequeo pasado de OjoPúblico sobre la supuesta permanencia del virus en esa parte del cuerpo, el infectólogo Eduardo Matos, del Ministerio de Salud (Minsa), aclaró que era insostenible afirmar que el virus de la Covid-19 puede aislarse en la garganta del paciente y quedarse allí hasta ser removido.

 

En la consulta para esta verificación, la doctora Matos también explicó que las gárgaras de agua con sal pueden aliviar de forma temporal y limitada el malestar que genera una inflamación de la garganta, pero aclaró que no existe “ninguna evidencia” de que dicha práctica prevenga la infección de Covid-19 ni su desarrollo severo, o de que cure la enfermedad.

 

Las doctoras Webb y Matos indicaron que los medicamentos que se utilizan actualmente son empleados para tratar los síntomas de la enfermedad, no para ‘matar’ al virus o prevenir la infección.

 

Durante la entrevista sometida a esta verificación, el candidato Lescano adujo que esta presunta terapia debería ser investigada para determinar si es un “mecanismo adecuado”. Lo cierto es que ya existen distintos pronunciamientos de instituciones internacionales, tanto de entidades académicas, como de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que han señalado que no existe evidencia que respalde esta posibilidad.

 

Mediante una comunicación oficial a inicios de la pandemia, la OMS indicó al medio de verificación AFP Actual que “no hemos visto evidencia convincente de que enjuagarse la boca con agua salina diluida brinde protección contra esta enfermedad”. Actualmente, por cierto, el uso de la sal no figura entre las recomendaciones de la entidad para prevenir o tratar la Covid-19.

 

Poco después, en marzo del 2020, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) publicó una carta de advertencia sobre “productos de terapia de la sal” que se ofrecían para “mitigar, prevenir, tratar, diagnosticar o curar la Covid-19 en las personas”. El documento oficial indicó que dichos productos no contaban con evidencia científica “competente y confiable”, razón por la que no estaban aprobados ni autorizados para ninguna de las funciones mencionadas.

 

En abril del 2020, el Instituto de Salud del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) también desmintió que el uso de agua con sal brinde protección frente al SARS-CoV-2. La publicación indicó: “si bien esta afirmación se ha extendido ampliamente en las redes sociales, no hay evidencia de que hacer gárgaras con agua tibia con sal o una solución de vinagre prevenga la infección con Covid-19”.

 

Actualmente, el uso de la sal tampoco figura entre los métodos de protección frente a la Covid-19 de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

 

A lo largo del 2020, medios de verificación como Animal Político, Chequeado y Madita.es desmintieron una versión extendida según la cual hacer gárgaras con agua con sal impedía que el SARS-CoV-2 se ‘pose’ en la garganta y se replique. La versión se basaba en la supuesta capacidad de este método para cambiar el pH de la garganta, impidiendo que el virus se instale en esa zona. Al respecto, tanto Webb como Matos ratificaron que no hay evidencia de que dicho método pueda alterar el pH, y que en caso lo hiciera, esto no eliminaría el virus de la Covid-19.

 

En mayo del 2020, OjoPúblico verificó como falsa la versión de que el consumo de agua de mar, por su concentración de sal y otros componentes, evitaba el desarrollo de la Covid-19. Los médicos infectólogos Leonel Martínez y Carlos Medina no solo descartaron la idea, sino que señalaron las posibles consecuencias negativas en el organismo provocadas por la ingesta de agua de mar, entre ellas la hipernatremia, un trastorno caracterizado por la elevación de los niveles de sodio en la sangre.

 

Por otro lado, la OMS ha desmentido una versión falsa que aseguraba que enjuagarse la nariz con una solución salina prevenía el contagio de la  Covid-19.

 

Cabe señalar que, en junio del 2020, la escuela de medicina de la Universidad de Edimburgo publicó una nota de prensa en la que anunció el inicio de un estudio para determinar si el agua con sal podría reducir los primeros síntomas de la Covid-19 y detener su avance. Sin embargo, según su sitio web oficial, todavía se encuentra en la fase de reclutamiento de voluntarios. No se informa de hallazgo alguno al respecto que pudiera alimentar esta creencia.

 

Las especialistas Camille Webb y Claudia Matos indicaron para este chequeo que los únicos métodos comprobados y disponibles para prevenir la Covid-19 son el uso de mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento social. Recordaron que hasta la fecha solo se ha demostrado que la vacuna previene el desarrollo grave de la enfermedad.

 

Ama Llulla trató de comunicarse con el candidato Lescano para solicitar precisiones sobre su afirmación. Hasta el cierre de edición no se obtuvo respuesta.

 

En resumen, las especialistas consultadas para esta verificación y antecedentes como el pronunciamiento de instituciones y organizaciones de referencia internacional indican que no existe evidencia de que el uso de sal en la garganta ayude a eliminar al virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19. Tampoco es un tema pendiente de investigación, como sugirió Lescano, pues la versión ha sido largamente revisada y no tiene sustento.

 

El candidato Lescano repitió una versión sobre una cura falsa sin hacer las precisiones necesarias para esclarecer un tema de evidente impacto público de acuerdo a la información disponible en distintas fuentes nacionales e internacionales. El atribuir la versión a un rumor no lo exime de la responsabilidad de ofrecer información veraz y precisa en su condición de personaje público, y sobre todo como aspirante al cargo de presidente de la República.

 

En función a lo expuesto, la red Ama Llulla concluye que la versión repetida por el candidato presidencial Yonhy Lescano, acerca de que la sal mata al virus de la Covid-19, es falsa.


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